CAPÍTULO 42. Acercamientos
Comentarios de los reviews:
B-Shira: Bueno, no te preocupes. En este capítulo verás que el único que tiene drama por el accidente es Todoroki, y Yaoyorozu se encargará de quitárselo rápido ;-D . En cuanto a las acciones de él, créeme que cuando me apareció en la cabeza yo también estaba en plan: «SubC, ¿en que estás pensando? O_o». Pero bueno, ya os he dicho que yo tiendo a hacerle caso, así que ahí quedó XD
Caro: Creo que en algún lado sí se comenta que sube y baja de peso al usar su singularidad. Que lo muestren o no en la serie no sé si es percepción mía o por la heterogeneidad del dibujo, pero me parece que sí la dibujan más escuálida cuando utiliza mucho su singularidad. En cuanto a la cicatriz, lo vuelvo a repetir: a excepción de la relación de ellos dos (obvio XD), mi idea es que terminéis de leer el fic y podáis continuar con el manga como si hubiera sido parte de la historia original. Y ahí lo dejo ^_^º. En cuanto al beso, pues sinceramente yo también me lo imaginaba al final XD. Ya os digo que fue un arrebato que me dio ^_^º. Del manoseo, te aseguro que en mi cabeza fue muy inocente (nada de sitios «conflictivos», sólo un poco de piel y arrejuntarla contra él XD). Ya os he dicho que no me da la cabeza para hacer cosas X con niños »_«
Sweet Alaska: Sí, era su primer beso (y el de Momo, pero la pobre no se ha enterado T_T). Y te aseguro que Shoto se ha quedado con ganas de más... y así se va a quedar hasta el final del fic, muajaja ^o^. Me alegra saber que os gusta cómo transmito y desarrollo la historia, así que gracias por tus palabras *o*
Ghoul-love: Me alegra saber que te está gustando tanto la historia *o*
Gracias por vuestros reviews *o*. Os dejo con el último capítulo del pack ^o^. Espero que os guste ^_^º
CAPÍTULO 42. Acercamientos
Con cierta sorpresa, el dolor del brazo no fue lo que la despertó. Lo hizo una enfermera que trajinaba con su brazo sano. Aun así, el punzante dolor que sintió tras abrir los ojos hizo que su atención se centrara en él. Lo tenía entero cubierto a pesar de que varias tiras de vendas estuvieran cortadas. Miró a la derecha y vio a la enfermera recoger varios tubos de suero y, en cuanto la mujer se dio cuenta de que se movía, la miró y la saludó.
—Vaya… —susurró—. Realmente tu singularidad es un don. Es casi increíble que ya estés despierta.
—¿Qué?
—En cuanto han llegado, te hemos puesto seis sueros más. Y fíjate: ya has abierto los ojos.
No entendía mucho de lo que le hablaba. Aún sentía la cabeza algo dormida. Recordaba vagamente el suceso del patio, pero no cómo había llegado allí.
—¿Cómo te encuentras? —le preguntó la enfermera, aún hablando en bajo.
—Me duele el brazo… y el costado.
—¿Y aparte de eso?
—Estoy algo cansada —contestó cuando se dio cuenta de que incluso hablar le costaba.
—Sería un milagro médico que no lo estuvieras. Te estoy quitando las vías —le explicó de pronto—. Te hemos puesto varias botellas para que recuperaras reservas. Es increíble lo eficiente que es tu cuerpo.
—¿Gracias? —dudó.
—Te hemos tenido que abrir la venda del brazo. En cuanto te hemos puesto las dos primeras botellas, has empezado a recuperar volumen y los dedos se te empezaron a poner morados.
—Ya… —murmuró. De igual forma que perdía masa grasa al usar su singularidad, también la recuperaba con facilidad cuando comía—. ¿Por qué me hablas tan bajo? —le preguntó sin más.
—No quiero despertar a tu novio. Estuvo despierto hasta bien entrada la madrugada.
—¿Todoroki?
No podía imaginar que otro chico se hubiera quedado allí con ella. De hecho, mencionarle le trajo como un fogonazo lo sucedido en la ambulancia. Le había dado un susto de muerte. Nunca le había visto llorar. Debió pasar la noche muy preocupado.
La enfermera se giró hacia atrás para mirarle y se tensó.
—Aunque parece que ya se ha despertado…
Todoroki estaba recostado en un sillón mirándolas atentamente. No le había visto porque la enfermera obstaculizaba su visión. Se le entrecortó la respiración al saber que había pasado la noche allí y pensó, de nuevo, que debió darle un susto tremendo.
—¿Has podido dormir? —le preguntó la enfermera—. No estoy segura de hasta qué punto ese asiento es cómodo para ello.
—He dormido en sitios peores —comentó mientras se ponía de pie.
—Voy a revisarte el brazo —informó la mujer yendo al lado izquierdo de la cama—. Tras cuatro sueros más, seguro que vuelves a tener los dedos morados —añadió con humor.
Todoroki se dirigió hacia la cama y Momo observó su semblante conmocionado. Se inquietó.
—¿Estás bien?
—Eso debería preguntártelo yo —le respondió él.
La enfermera chasqueó la lengua y cortó varias tiras más de venda.
—Voy a tener que reemplazar el vendaje. —Suspiró—. Aprovecharé para hacerte las curas de los puntos. —Dejó su brazo en el arnés y se dirigió a la puerta—. Ahora mismo vuelvo…
Cuando la mujer salió de la habitación, Momo se dio cuenta de lo charlatana que era. La estancia se quedó en un clamoroso silencio. Miró a Todoroki, el cual seguía algo tenso al pie de su cama.
—Lo siento mucho —soltó de pronto sobrecogido. Momo se irguió inquieta en cuanto escuchó su voz—. No quería hacerte daño.
—Lo sé… —se apresuró a decir.
—Nunca te haría daño. A ti menos que a nadie.
—No pasa nada…
—Perdóname…
—Todoroki… —Le cogió la mano y le dio un ligero tirón para atraer su atención. Él la miró, con los ojos rojos, y eso la intranquilizó como pocas cosas—. No tengo nada que perdonarte. Ha sido un accidente.
—Te he abierto el brazo —siguió él—. Dios, no debería acercarme a nadie —murmuró para sí—. Al siguiente le dejaré sin brazo.
—¿Se puede saber de qué estás hablando? —preguntó desconcertada.
La puerta se abrió, seguido de un «oh» de la enfermera cuando los vio.
—¿Interrumpo? Puedo venir dentro de cinco minutos…
Momo miró a Todoroki sin saber qué responder. Parecía algo alterado y no estaba segura de que se sintiera cómodo con otra persona delante. Pero él mismo fue el que respondió:
—Su recuperación es lo primero —dijo al tiempo que se soltaba de su mano.
La enfermera entró con cierta cautela, consciente de que los había pillado en un momento algo tenso. Dejó la bandeja de curas a mano y se puso a cortar el vendaje. Le explicó a Yaoyorozu la intervención que le habían hecho y el estado de sus heridas. Cuando los puntos quedaron al descubierto, Shoto se puso blanco. Incluso mentalizado como estaba, verlo le dejó indispuesto.
—La cicatriz es muy reciente, por eso parece peor de lo que es —explicó ella mientras le aplicaba una crema antibiótica.
—Entonces, ¿es sólo eso? ¿El brazo está bien?
«¿Sólo eso?», pensó aturdido Shoto. Lo que ella aludía como «eso» era en realidad mucho. Era una horrible cicatriz que le cruzaba todo el brazo.
—Sí. Lo mismo ocurre con la herida del pecho: sólo quedarán los puntos.
Momo suspiró aliviada y sonrió. Miró a Todoroki, que seguía descompuesto, pero que a la vez no quitaba ojo de las curas de la enfermera. No dijo palabra mientras terminaba con la herida y volvía a cubrirle el brazo con una venda nueva.
—No puedes moverlo mucho con los puntos tan recientes —le dijo poniéndole el brazo en el arnés—. Intenta mantenerlo en alto siempre que puedas. —Les echó una ojeada a ambos y, finalmente, cogió la bandeja de curas—. Os dejo solos.
Momo observó por unos instantes a Todoroki. Estaba bastante conmocionado y, viendo cómo se encontraba antes de que viniera la enfermera, debía estar echándose toda la culpa encima.
—No es para tanto… —intentó consolarle.
Pero sí que lo era… y Shoto no podía entender cómo no lo veía. Si atendía al hecho de que no podía moverse de la cama para golpearle, lo menos que debería estar haciendo era gritarle y mandarle al infierno. Pero ahí estaba, recostada en la cama tan tranquila… y hablándole.
No sabía ni cómo sentirse. No se había sentido tan culpable en la vida y se había desesperado toda la noche por perderla. Se había despertado aterrorizado por su reacción cuando las dos se pusieron a hablar y se habría caído al suelo si no hubiera estado sentado cuando la enfermera le había confundido con su novio y ella no había añadido ningún insulto detrás. Casi no se atrevía ni a mirarla por miedo a la expresión de su rostro y todo para que resultara ser tan ciega que no viera lo que le había hecho y siguiera tratándole normal. Después de la maraña de emociones tan negativas que había sentido toda la noche, se sentía tan aliviado en esos momentos que le daban ganas de echarse a llorar… una vez más. Y, sin embargo, otra parte de él quería zarandearla para que entendiera la gravedad de lo que le había hecho.
—Sí que lo es… —replicó sin poder evitarlo—. Te he dejado marcada. —Por mucho que le perdonara, le costaría superar aquello—. No sé ni cómo aún me hablas.
—Ah… —Yaoyorozu buscó el mando de la cama y lo activó hasta quedar incorporada. Ajustó un poco el brazo en el arnés y volvió a mirarle, esta vez más a su altura—. Así que, si yo te hubiera hecho esta herida, ¿habrías dejado de hablarme?
—No… —dijo por reflejo—. No es lo mismo —se corrigió cuando vio lo que pretendía.
—¿Ah, no? ¿Y en qué no? —presionó. Todoroki no respondió a eso. De nuevo miró perturbado su brazo vendado y Yaoyorozu suspiró—. Hemos elegido convertirnos en héroes —continuó ella—. Es normal que acabemos con algunas heridas encima.
—No es lo mismo.
—¿Porque ésta me la has hecho tú? —atinó y, contrito, desvió la mirada.
Sabía que ése era el problema. Lo sabía desde que se había levantado del sitio y dirigido a ella con la expresión de quien cargaba los males del mundo a sus espaldas. Se sentía culpable por lo que había pasado.
—Si no me quedara marca, ¿te sentirías mejor? Porque entonces, tengo una buena noticia para ti.
—¿Por qué?
—¿Nunca te has fijado en mi cuerpo?
Todoroki se tensó de forma muy visible, después paseó fugazmente sus ojos por encima de la cama y, acto seguido, empezó a ponerse muy rojo. Momo tardó dos segundos en darse cuenta del significado que debía estar dándole él a sus palabras y le siguió en su reacción. Sólo que lo suyo fue más llamativo porque fue acompañado de un pitido muy rápido del monitor de signos vitales.
—¡Dios mío! ¡No me refería a eso! —exclamó abochornada.
Intentó apagar la máquina, pero no lo consiguió, así que al final optó por sacudir su dedo índice y quitarse la pinza. Pero entonces, el pitido que salió fue sostenido, lo que atrajo a la enfermera de inmediato. Sin embargo, con las mismas que abrió la puerta, se dio la vuelta y se marchó.
Momo estaba tan avergonzada que le habría encantado esconderse bajo las mantas, pero se repuso a ello mientras acercaba el monitor y lo apagaba.
—No me refería a eso —repitió con su mano libre en la cara.
Shoto se había girado y le daba la espalda, incapaz de hacerle frente. Tenía una imagen muy vívida de ella y más si añadía lo que había hecho esa noche. Activó su singularidad de frío y Yaoyorozu gimió. Pero era eso, o hacer o decir alguna estupidez.
—Lo siento… Me refería a si no te habías fijado en que no tengo marcas en la piel.
Todoroki inspiró profundo y se apoyó contra la cama mirando a la pared.
—No —respondió al fin.
—Pues no las tengo —repuso—. Las marcas que puedas ver son anteriores a que se activara mi singularidad. Mi habilidad de creación conlleva una autorregeneración básica de la piel. Puedo crear objetos con los lípidos de mi cuerpo, pero estos están debajo de la capa de piel. Para salir al exterior tienen que atravesarla, pero como habrás visto, no me queda herida después. La piel recupera su forma original; la que tenía cuando se activó mi singularidad o la que se generó durante mi crecimiento. Por eso no tengo cicatrices duraderas en la piel.
Tardó un poco, pero al final, Todoroki la miró con sorpresa.
—¿Estás diciendo que las pierdes cuando creas algo en esa zona de tu cuerpo?
—Mi piel vuelve a su estado original, sí.
Esta vez, le vio estudiar su brazo con atención, como si hubiera allí un enigma indescifrable. Pero segundos después le escuchó jadear y se tapó los ojos con las manos.
—Menos mal —suspiró con voz temblorosa.
—Vaya… no sabía que te preocupara tanto mi aspecto —dijo con una sonrisa tibia.
—Por supuesto que me preocupa —replicó al momento—. Eres una de las chicas más atractivas que conozco. No quiero ser el responsable de desfigurarte.
A Momo se le abrió la boca y los ojos de la impresión. Aunque Todoroki ya le había mencionado con anterioridad que le parecía atractiva, que se lo dijera de una forma tan directa, la conmocionó. Sintió que toda la sangre que había generado esa mañana se le iba a sus mejillas y agradeció el haberse desconectado de la máquina de signos vitales y evitar dar un espectáculo con sus pitidos.
Se subió la sábana para tapar su cara y salir de su vista, pero el brusco movimiento le envió un ramalazo de dolor al brazo vendado.
—No te muevas —se preocupó Todoroki, que fue hasta el otro lado de la cama para colocarle bien el brazo.
—No puedes decirme algo así —repuso abochornada.
—Es la verdad. Si te apuntases al concurso de belleza del festival cultural, lo ganarías de sobra.
Momo le miró pasmada. No parecía nada perturbado después de soltarle algo así. Ella sería incapaz de decirle lo mismo a él sin morirse de vergüenza. Pero imaginaba que esa seguridad venía del hecho de ser consciente de que le quería. Era imposible que alguien se tomara a mal un halago de parte de la persona que amaba.
—¿Crees que debería apuntarme? —le preguntó con el sonrojo aún subido a sus mejillas.
No lo había considerado de una forma seria. Sus compañeras la habían instado a presentarse, pero tenía demasiadas preocupaciones en la cabeza para andar pendiente de ello. Sin embargo, reflexionó, ¿podría eso beneficiar a su causa con Todoroki? Cualquier chico estaría entusiasmado de tener por novia a la ganadora del concurso de belleza del instituto.
Pero fue cruzarle la idea por la cabeza y ese pensamiento tuvo el mismo efecto que el ácido por su cuerpo. Y entendió —como no lo había hecho hasta el momento—, que a Todoroki le sentara tan mal la alusión de convertirle en un trofeo para las chicas hacía un par de semanas. Deseaba que la quisiera por ser ella, no por ser un trofeo que mostrar. Y por lo mal que se lo tomó en su momento, imaginaba que a él le sucedía lo mismo.
Le observó, con la respiración contenida, y pudo apreciar que Todoroki tenía el ceño fruncido de una forma sutil, lo que la hizo soltar el aire de sus pulmones con alivio. Porque eso la llevó a deducir —no sin cierta sorpresa—, que no le agradaba mucho la idea.
—Vas a tener que quedarte días aquí —evadió él mientras volvía al lado derecho de su cama.
Le vio revisarle la herida de la vía en la mano con una atención desmesurada y Momo sonrió. Sin querer, Todoroki había abierto un tema que realmente no quería tocar y por eso ella lo dejó pasar.
—Eso parece.
—Vendré todos los días a explicarte lo que hemos dado en clase.
—¿Vas a ser mi profesor? —preguntó con voz amena ante la seriedad de él.
—Te traeré los deberes y te escribiré los apuntes —siguió él.
—No soy zurda; podré hacerlo yo.
—Tú tienes que descansar —refutó él—. Lo haré yo. Es lo menos que puedo hacer por ti.
—No hace falta que hagas nada.
—Claro que sí, haría cualquier cosa por ti —replicó solemne.
Momo abrió los ojos con sorpresa.
—¿Que harías… cualquier cosa por mí?
—Sí.
—¿Tan culpable te sientes? —inquirió contrita.
—Dudo que se me quite ni aunque me pidas un imposible.
A Momo no le hacía mucha gracia que Todoroki se sintiera así con ella. Y por nada del mundo le obligaría a hacer algo que no quisiera sólo por sentirse culpable por un estúpido accidente. Cualquiera diría que lo había hecho a propósito, pensó con sarcasmo.
—Ya te he dicho que no es necesario.
—Sí que lo es, tú sólo prueba a pedirme algo. Y cuanto más difícil, mejor.
No sabía muy bien qué hacer. Todoroki se mostraba resolutivo en conseguir alguna especie de castigo que le hiciera sentirse perdonado, pero no pensaba hacerle nada. No había nada que perdonar. No quería que hiciera algo negativo en contra de su voluntad.
Pero, por otro lado, bien pensado, quizás esa oportunidad le diese pie a hacer algo que quisieran los dos y relajar su, últimamente, tirante relación. Repasó por su mente las cosas que le gustaban y, entonces, sonrió.
—Está bien, quiero que hagas una cosa por mí. —Él asintió, expectante—. Quiero que vuelvas a entrenar combate conmigo.
—¿Qué?
—No hemos vuelto a pelear y sé que te divertiste. Pero al final te obcecaste en no repetirlo. —Momo pasó por alto el porqué—. No hay motivo para no volver a entrenar —expuso ella animada—. Así que, cuando me quiten las vendas, pelearemos y te demostraré que mi brazo se ha recuperado dándote otra paliza —rio con malicia.
Shoto la miró de hito en hito, bastante impresionado. Eso no era lo que esperaba como penitencia por casi haberla matado. Por mucho que ella estuviera todo el tiempo intentando quitarle hierro al asunto, él seguía con una opresión en el pecho que no creía que desapareciese hasta que Yaoyorozu se resarciera. Y a poder ser, con lo más duro que se le pudiera ocurrir.
Pero ahí estaba ella, pidiéndole que, como castigo, hicieran algo que a él le entretuviera.
—Joder… —se lamentó, desviando la mirada de ella.
Aunque bien pensado, quizás aquello sí fuese un castigo. Porque cada vez que pensaba que no podría quererla más, ella hacía algo que le hacía sobrepasar el límite. Desde luego, aquello sí era doloroso.
—Tienes que pedir algo que me cueste. Si no, no tiene sentido.
—Pero, en realidad, eso te cuesta —contrarrestó al instante—. Me dijiste que no querías repetirlo.
Shoto la miró en el acto.
—Sabes tan bien como yo por qué —sentenció.
Pero en cuanto Yaoyorozu comenzó a sonrojarse, él la siguió y desvió de nuevo la mirada avergonzado. Lo peor fue que no lo era tanto por rememorar lo sucedido semanas atrás, como lo era por lo que había hecho esa noche y que ella desconocía. Había una diferencia abismal entre acariciarla con el juicio nublado y hacerlo con plena conciencia.
—No me importaría si volviera a pasar, y se supone que yo sería la más afectada.
Eso sin duda, pensó mordaz. Porque la próxima vez quizás se le fuese la cabeza del todo y le metiera mano con descaro. Empezaba a no fiarse mucho de él mismo en lo que a Yaoyorozu se refería.
—Por supuesto que serías la afectada —reprochó incómodo—. Por eso la idea es que me pidas algo en el que lo sea yo.
Yaoyorozu se desplazó un poco en la cama y después le indicó que se sentara a su lado. Shoto dudó, aunque al final lo hizo. Le iba el corazón a mil por estar tan cerca de ella y, por un momento, tuvo el irracional pensamiento de que por eso lo estaba haciendo.
—Nunca te haría daño. ¿Cómo puedes pedirme que lo haga? —Para su mayor sorpresa, Yaoyorozu arrastró su temblorosa mano hasta la de él y se la aferró con suavidad. Shoto la observó como si no entendiese lo que estaba viendo—. Quiero estar contigo; quiero que pasemos el tiempo juntos y que nos divirtamos de nuevo. Quiero que todo vuelva a ser como antes, pero sé que no se puede.
Shoto la miró a los ojos y apretó más su mano.
—No —le confirmó.
—Si fuese tan sencillo como pedirte que todo fuese igual, lo haría.
—Lo siento.
—Pero, de todas maneras, no me impidas intentarlo por otras vías —añadió con la voz sobrecogida—. Así que, ya sea porque se atenúen o bien sea porque finalmente nuestros sentimientos se correspondan, hasta entonces, quiero que todo vuelva a la mayor normalidad posible.
Shoto la miró con una perplejidad absoluta. Imaginaba que con todo lo que había pasado, más de una vez tenía que pensar en sus sentimientos hacia ella. Era imposible obviar algo así. Lo que no se había esperado era que le dijese que estaba predispuesta a enamorarse de él.
Se quedó literalmente de piedra, y no tenía claro si en verdad se había despertado o aún seguía dormido en aquel sillón. Se había pasado la noche intentado asimilar que iba a perder su amistad y, lejos de eso, Yaoyorozu estaba considerando seriamente sus sentimientos.
—O… quizás no.
Momo retiró su mano cuando vio que Todoroki no era capaz de reaccionar a sus atrevidas palabras; estaba mortificada por ellas. No tenía muy claro de dónde le habían salido, pero él se había quedado estupefacto. Sin embargo, si lo pensaba bien, decirle eso era muy presuntuoso de su parte, porque, para empezar, ni siquiera sabía si él quería olvidarse de la otra chica.
Pero entonces, sonrió y la acercó a él para abrazarla. Se habría quejado del dolor del brazo si no estuviese tan impresionada.
—Lo conseguiré… Te lo prometo.
Momo aferró su camisa con fuerza y asintió… feliz. El hecho de que él considerara la posibilidad de quererla la habría hecho saltar de la cama si hubiera podido. Tenía el pecho tan desbocado que agradeció, por enésima vez, haber desconectado la máquina. Con el ritmo que llevaba su corazón en esos momentos, el dichoso aparato habría estallado y eso habría sido difícil de explicar.
Cuando finalmente Todoroki se separó de ella, la miró a los ojos y sonrió.
—Tienes una idea muy equivocada de lo que es pedirme algo —le dijo resignado. Hasta el momento, toda palabra que había salido de su boca era en beneficio de él—. Supongo que tendré que ser yo el que piense algo con qué compensarte.
Yaoyorozu sonrió con malicia:
—Créeme: pensarás diferente cuando recibas la paliza que te voy a dar.
Notas técnicas del capítulo:
Siento la extensión de las notas, pero quería hacer un apunte de lo mencionado en estos capítulos sobre la singularidad de Yaoyorozu. El autor no los ha mencionado, y aunque esta serie se basa en el «lo hizo una mutación», yo siempre intento buscarle un razonamiento científico a las cosas (de hecho, en algunos comentarios ya hablé con alguien sobre la viabilidad de la invisibilidad de Hagakure ^_^º. A mí me gusta cavilar estas cosas XD). Pero a lo que voy, a la hora de tratar los «efectos secundarios» de la singularidad de Yaoyorozu para este fic, he comentado el tema del metabolismo acelerado de ella y esto sí se menciona en el manga, pero no que sirva para reponer otras cosas en el cuerpo. Sin embargo, en términos biológicos, debería poder hacerlo. Nuestro cuerpo no empieza un ciclo bioquímico para utilizar un componente (en este caso, lípidos) y luego pararse con el resto y decir un: «dentro de media hora, si me apetece, me pongo con ello». No, eso no va así ¬_¬º. El ciclo bioquímico continúa hasta cerrarse.
El caso es que, aunque se limiten a los lípidos a la hora de hablar de su singularidad, en realidad comporta muchas más cosas (y ahí viene un poco el hilo de la regeneración). Ya he dejado el apunte que explica Yaoyorozu, pero cuando ella crea un objeto con sus lípidos lo hace por debajo de la capa de piel (que es donde están) y para salir la tiene que atravesar. Y estamos hablando de incluso extensiones grandes (como cuando creó el altavoz en el examen). Y sin embargo, ella es capaz de regenerar al momento los tejidos (piel, musculatura, capilares, terminaciones nerviosas... todo). Eso no sale de poner en marcha un simple ciclo bioquímico de lípidos, eso ya os lo digo yo ¬_¬º. Por tanto, la lógica dice que tiene que ser capaz de activar de forma acelerada todo su metabolismo ante la necesidad, y de ahí lo comentado aquí de ser capaz de estabilizarse mediante sueros o regenerar la piel.
A lo que voy con todo esto es que, desde mi punto de vista, Yaoyorozu debería tener estas capacidades y por eso las he usado. Pero dentro de cuatro capítulos más en el manga el autor le pone una cicatriz como a tantos otros personajes y tendré que hacer un «pues vale ¬_¬º». Para mí será un fallo, pero entiendo que sería un fallo por desconocimiento (porque no todo el mundo tiene amplios conocimientos de anatomía ^_^º).
Lo dicho: siento la extensión, pero quería que quedara claro que estas capacidades NO aparecen en el manga, pero son a raíz de la visión que tengo yo de la singularidad de Yaoyorozu.
— * —
Fin del Capítulo 42
25 Octubre 2020
Notas finales:
Y si alguien está al día con el manga me dirá: «¿pero si Yaoyorozu le dijo a Kendo que no se presentó al concurso porque Aizawa no les informó?». Ya, y también nos consta que Midoriya y Mineta, mínimo, sabían de su existencia ¬_¬º. O sea... Mineta ¬_¬ººº. Ese tipo se pasaría la semana anterior babeando por las esquinas a la expectativa del concurso, vamos... Así que no me creo que no lo supieran ^_^º. Sin embargo, Yaoyorozu no le miente, porque Midoriya lo dijo: «Aizawa no les informó de él». Así que yo he utilizado eso y le he dado una vuelta aquí. Momo no se presentaría porque, aunque no sabe bien por qué, percibe que a Todoroki le incomoda la idea. Mientras que, por otro lado, cuando se excusase con Kendo por su ausencia, utilizaría el pretexto de la desinformación para evitar decirle que no lo hizo por él ^o^. Pero ¡qué considerada que es la chiquilla! ^o^
Y poniéndome ya a hablar del futuro del fic... tengo la esperanza de poder subir los capítulos con relativa asiduidad. El capítulo que me ha tenido trabada desde hace tiempo ha sido el próximo. Hasta aquí más o menos ya lo tenía desde principios de año, casi. Pero no tenía muy claro cómo pasar de este escenario al siguiente, ni si cuadraría el cambio que se me dio a la idea inicial que tenía de estos capítulos con lo que viene después. Para que os hagáis una idea, esta última conversación no estaba ni por asomo. En realidad, todo el capítulo está muy cambiado, pues en el que había ideado en un inicio, ambos quedaban con mucha más incertidumbre y era más angustioso para ambos. Mientras que en el de ahora, es más ilusionante para ellos porque, aun sin saber que cada uno está entendiendo lo contrario al otro, terminan pensando que el otro va a pensar de forma seria en la posibilidad de una relación.
Y claro, así se quedó estancada la historia por meses, porque no sabía si me iba a cuadrar este cambio con lo que ya tenía en mente. Pero como siempre, hice mi salto al vacío con mi SubC que es el que decidió hacer ese giro, y cuando me insté a continuar con las actualizaciones (pues llevaba muchísimo sin subir nada T_T), fue cuando empecé a ver que podría cuadrarme el tema incluso mejor que antes. De verdad que es superlisto XD, para desgracia de Todoroki, que es al que le va a suponer la rayada definitiva con Yaoyorozu ^o^
Sin embargo, lo del capítulo siguiente era otra historia (que es por el que no he continuado con el fic). En realidad, era cuestión de hacer un capítulo de transición que conectara las dos partes para que no fuese tan brusco el corte de este escenario al otro, pero de verdad que estaba en blanco sobre lo que escribir. Lo bueno es que estos días me he metido un poco con ello y más o menos ha salido ya algo. A partir de ahí, ya nos aproximamos a la recta final del fic (y que ésa sí que tengo clara desde que decidí continuar el fic hace dos años). Así que, en principio, espero poder sacarlo «más rápido» (y lo pongo entre comillas porque de normal, sólo escribo durante unas horas del fin de semana, así que no puedo avanzar como cuando estoy de vacaciones que me hago pechadas de escribir ^_^º). Pero sí que espero no volver a plantarme en meses entre actualizaciones »_«
Y bueno, aclarado todo esto, espero que hayáis disfrutado el capítulo ;-D
¡Saludos!
