CAPÍTULO 46. Incertidumbres


Notas de la autora:

Siento un montón el megarretraso que ha sufrido este fic. Os aseguro que mi intención había sido terminarlo de publicar con la frecuencia quincenal que llevaba o no lo habría dejado colgado en el punto que lo dejé. Pero me atasqué con el capítulo 46 y mi creatividad decidió huir muy, pero que muy lejos y estuve más de cuatro meses sin escribir nada. Además, después de eso me mudé y tuve unas semanas de mucho lío. Así que no retomé la escritura hasta que no me puse seria conmigo misma y eso fue ya en mayo.

Y claro, vosotras dirés: «Eso fue hace dos meses, bonita ¬_¬º». Y sí, tenéis toda la razón. Y como ya os he dicho, es que este capítulo 46 me tenía tremendamente atascada. No me forcé a escribirlo hasta la semana pasada (y en las notas finales os diré por qué, que no quiero spoilear). Peeeeeeeero, ahora es cuando os doy la buena noticia de que, obviamente, lo que estuve escribiendo en estos dos meses fue el resto de capítulos *o*. O lo que es lo mismo: a estas alturas, el fic está prácticamente acabado, yupyyyyy! Son 51 capítulos más epílogo y sólo me falta por escribir parte del 51 (con el momento hipertenso entre los protas que me lleva comiendo la cabeza desde que decidí continuar este fic allá por el capítulo 4 XD ). Todos los demás sólo están a falta de su correspondiente corrección ^_^º. Así que espero, ahora sí, subirlos sin más parones y que podáis por fin terminar de leer esta larga historia que 3 años ya me ha llevado terminar »_«


Comentarios de los reviews:

Her Nao: Tranquila, mujer... que ya sólo queda poco más de una semana. Y encima, ni os váis a enterar, que el baile empieza con el cap48 ^o^

Kaoruca: Cap43: Obviamente, ya has visto que a Todoroki no le ha hecho gracia. En este terreno, Yaoyorozu tiene muchas neuronas fundidas u_uº
Cap44: Con una espina, no... ¡con un puñal! Los capítulos del baile son muy tensos »_«
Cap45: Me alegra que te haya gustado tanto *o*. El capítulo fue bastante difícil de escribir porque tenía emociones muy fuertes. De hecho, en realidad esperaba que me costase más que el 46. Pero mira por dónde, el de hoy se me atragantó cosa mala. En cuanto a Kyoka, es un personaje que me gusta mucho. Es lo que dices: una chica con los pies en la tierra. Supongo que por eso me sale utilizarla de consejera XD

Taskani: Imagino que empatizas más con Momo porque has visto el suceso desde la perspectiva de ella. Pero la invitación de Momo ha sido una de las acciones más torpes que ha hecho en todo el fic. De hecho, si Todoroki tuviera mi temperamento, la habría mandado a paseo. El chico tiene mucho aguante u_uº

Nothing: Podrá costarme un montón terminarla, pero si he empezado a publicar una historia, la termino sí o sí. De hecho, alguna la he llegado a publicar precisamente porque así me obligo a terminarla. Así que tranquila por eso ;-D

Mia Balzac: Como digo en las notas iniciales, siento mucho la espera. Hacer este capítulo ha sido una odisea porque sólo tenía una cosa clara qué poner pero no sabía ni cómo ni dónde ^_^º. Pero ya está... los demás irán más rápido ;-D

Uzcateguil, Guest y Ferg: Siento mucho el retraso :-S

MegamiHana: Si te soy sincera, yo no tengo excesivo problema con las parejas crack. Mi problema viene porque la mayoría de la gente no sabe escribir una historia consistente para ese cambio. Así que, en ese aspecto, prefiero que sean historias AU. Al menos ahí empiezo de cero y no tengo que obviar la realidad del manga. Sobre el Katsuyu reconozco que no he leído ninguno, pero es más por ella que por él. No sé... hay algo que me bloquea al pensar en Tsuyu en una relación X_X

Gracias por vuestros reviews y por vuestra paciencia *o*. Os dejo el siguiente capítulo que espero que os guste a pesar del hándicap de la espera T_T


CAPÍTULO 46. Incertidumbres

De verdad que ya no entendía nada, y eso empezaba a exasperarle.

Shoto se recostó de nuevo en el banco tras verla huir del patio y resopló con disgusto ante otro evidente rechazo. Si era sincero consigo mismo, no esperaba algo tan cortante, a fin de cuentas, se suponía que habían llegado a una especie de acuerdo para valorar si podían llegar a algo más. Pero tenía que haberlo visto venir si se atenía a la forma en la que le había invitado. Era el muro más alto que había construido entre ellos hasta la fecha.

Visto en retrospectiva, se podía decir que había sido un error de cálculo por su parte, pero realmente, no se le había ocurrido que tuviera esa reacción. Después de la conversación que mantuvieron en la clínica, esperaba poder ser más sincero con ella con respecto a sus sentimientos. Yaoyorozu iba a colaborar… o al menos, eso era lo que le había dicho. Y él le había prometido que iba a intentar ganársela.

Sin embargo, en cuanto había hecho una mínima mención a sus sentimientos, Yaoyorozu había reaccionado como si acabara de presentarse el diablo enfrente.

No entendía nada, volvió a pensar, esta vez enfadado. ¿Qué demonios pretendía que sucediera cuando hablaron de ello en la clínica? ¿Pretendía que él se quedara sentado sin hacer nada mientras ella se lo pensaba? Porque él esperaba justo lo contrario. Creía que podría tener un mayor acercamiento a ella; que pudiera vislumbrar algo mejor lo que sería estar con él.

Sin embargo, era evidente que ella tenía otra cosa en mente. Si tan mínimo paso le generaba tanto rechazo, eso sólo podía indicar lo diametralmente opuestos que eran los sentimientos de ambos. Y Yaoyorozu tenía que ser consciente de ello cuando lo hablaron, pues era ella la que sufría el no poder corresponderlos por mucho que quisiera.

Pero, entonces, ¿por qué le habría dicho que iba a valorarlos si sabía que no podía? ¿Quizás porque de esa forma esperaba que la dejara tranquila?, pensó desconcertado.

Shoto se sentó erguido cuando cruzó esa posibilidad por su cabeza.

¿Podría ser eso?, reflexionó aturdido. ¿Podría ser que su intención fuese hacerle creer que se lo estaba pensando y, de esa forma, evitar que insistiera y dejase correr el tiempo sin hacer ningún movimiento?

«No», rechazó al momento. Le costaba creer que esas fuesen sus verdaderas intenciones. Sería una artimaña demasiado ruin para ser ella, porque le estaría dando esperanzas cuando en realidad no las tenía… por mucho que eso explicara por qué se había indispuesto de esa manera al no conseguir detenerle.

Para su desgracia, por mucho que buscó, no encontró otra alternativa a ésa. Y deseaba que la hubiera, pero no la encontró. Sin embargo, se negaba a creer que aquel día ella actuase de mala fe con él. Y por eso prefirió tranquilizarse recordando el consejo de su hermana y aceptar que Yaoyorozu había actuado en base a algo que él no podía comprender.

Aunque eso le dejaba en el mismo punto que al principio: que no entendía nada.

No podían seguir así… y lo decía tanto por él como por ella. Debía tomar algún tipo de determinación por mucho que a Yaoyorozu no le gustara. Si por casualidad le había mentido en un intento de mantener su amistad, aquello sólo sería un indicativo más de lo presionada que estaba para soportar algo que no quería. No podía continuar exponiéndola a algo que la hacía sufrir por una amistad que de seguir así acabaría por romperse. Y él tampoco estaba muy dispuesto a recibir sus reiterados rechazos mientras eso ocurría.

Todo tenía un límite —concluyó mientras se levantaba para volver a la residencia—, y al menos él ya empezaba a ver el suyo.

— * —

Cuando llegó al complejo de dormitorios, cerca de la mitad de su clase estaba allí con semblantes que iban de la preocupación al desconcierto. Según cruzó la puerta, toda charla que se estaba dando terminó. Por un momento, pensó que había sucedido algo grave, hasta que todas esas miradas preocupadas se centraron en él.

—¿Estás bien? —le preguntó Midoriya.

—¿Yo? —se extrañó—. Sí, ¿por qué?

—Yaomomo ha entrado llorando —le acusó Ashido.

Suspiró. Por si aún tuviera alguna mínima duda, supo que algo tenía que hacer. Y, por desgracia, la medida más eficaz era cortar todo de raíz. Sería doloroso para ambos, pero no podía permitir que Yaoyorozu se angustiara cada vez que hablaba con él.

—Sólo hemos tenido una discrepancia —mintió. Porque, técnicamente, no había pasado nada.

—¿Eso quiere decir que seguís juntos? —curioseó Kirishima.

Shoto le observó por la pregunta que durante varias semanas había esperado no tener que contestar. En aquellos momentos le había alegrado que la confusión se extendiera por el instituto y eso le dejara tranquilo con ella. Pero pensó que, si quería desligarse de todo, lo mejor era empezar por lo básico: aclararlo.

—Si te refieres al rumor sobre que Yaoyorozu y yo seamos novios, no sé quién lo inició, pero no es cierto. Sólo somos amigos.

—¿En serio? —se sorprendió mucho Kirishima.

Aunque no fue el único: todos le observaron con una perplejidad que le incomodó. Incluso Bakugo —quien estaba sentado al lado de su amigo en el sofá— frunció el ceño ante la noticia.

—Sí —confirmó estoico.

—Entonces, ¡Yaoyorozu está libre! —exclamó pletórico Mineta con los brazos en alto en señal de victoria—. ¡Voy a pedirle que venga al baile conmigo!

Aunque no dio ni dos pasos porque Sero le convirtió en una crisálida.

—Lee el ambiente, tío —le dijo mientras le dejaba tirado en uno de los sofás—. No es el momento adecuado…

Shoto observó el proceso sin decir nada. Aunque se suponía que Yaoyorozu y él irían juntos, en vista del desarrollo de esa petición, lo mismo al día siguiente se retractaba e invitaba a otro. Y lo último que quería era levantar más habladurías sobre ir acompañado a un baile al que finalmente no asistiría.

—Si no os importa, tengo deberes que hacer. Os veo luego.

Desapareció en el ascensor, dejando un sepulcral silencio en el salón, con la excepción de los forcejeos infructuosos de Mineta.

—No me lo puedo creer —espetó de pronto Ashido—. Tienen una pelea que incluso hace llorar a Yaomomo, ¿y él viene tan tranquilo para hacer sus deberes?

—No, Todoroki no está bien… —repuso Izuku preocupado—. Les ha pasado algo.

Iida asintió en conformidad.

—Y si te has dado cuenta, ¿por qué no vas a hablar con él?

Izuku se giró alterado ante la sugerencia de Bakugo.

—¿Yo?

—Eres su amigo —dijo como si ésa fuese respuesta suficiente.

Izuku miró de nuevo el ascensor con aprensión. El problema era que sospechaba que la pelea que habían tenido debía ser de índole personal. Yaoyorozu había entrado muy afectada y Todoroki, muy cortante. Así que no tenía claro qué se iba a encontrar. Y teniendo en cuenta su historial en cuanto a amistades, él no estaba muy versado en ese terreno. Ni siquiera sabría por dónde empezar.

—Además, a ti te encanta entrometerte en todo.

Izuku se tensó ante esa especie de pulla que le había lanzado. Él no era de los que se entrometían porque sí en la vida de los demás. Sólo lo hacía cuando veía que necesitaban ayuda. Ése había sido su sueño desde que tenía memoria: ayudar a los demás, tuviera singularidad o no.

Pero con esa nueva determinación, imitó a Jiro y se encaminó hacia las escaleras. Aunque sonara a un insulto, Izuku se sintió espoleado por las palabras de Bakugo. Quizás Todoroki no necesitara la ayuda de un héroe, pero sí la de un amigo. Así que haría lo que pudiera para animarle.

Llamó a su puerta en cuanto llegó, casi esperando una negativa, pero en cambio se encontró con un neutral «está abierto» que le sorprendió.

No estaba haciendo deberes, como bien se imaginaba. Pero no se esperaba verle sentado en el suelo, con la espalda apoyada contra la pared y las piernas dobladas sobre las que reposaban sus brazos. Le observó entrar en la habitación y, sin moverse ni un ápice, cerró los ojos para abstraerse.

—¿Qué querías?

—Bueno… Sólo quería ver qué tal estabas —se excusó cerrando la puerta—. Es evidente que no estás bien, así que… mmm… he pensado que igual querías hablar con alguien.

Él no dijo nada, ni para bien ni para mal, y eso le acentuó la incomodidad que sentía por estar allí. Revisó la pulcra habitación de estilo japonés que había decorado Todoroki, lo que hizo que se sintiera más desubicado aún. Estaban en un edificio de estilo occidental, pero nada más traspasar esa puerta, era como viajar a otro lugar.

Avanzó por la habitación y se sentó en la pared contraria, imitando su postura. Durante varios minutos ninguno dijo nada e Izuku, poco a poco, se tranquilizó. Al menos, no percibía hostilidad por su parte al estar allí, que era lo que en gran parte le preocupaba.

—La pelea que habéis tenido… ¿se puede arreglar? —empezó por fin.

—No nos hemos peleado; ni siquiera hemos discutido.

—Es evidente que sí.

—No, no lo hemos hecho. Yaoyorozu me ha invitado al baile, yo le he dicho que sí y se marchó llorando.

—¿Qué? —se sorprendió mucho Izuku.

—Lo que has oído —dijo en tono neutro.

Pero como bien sabía Izuku, sólo era su voz. A pesar de mostrar una postura relajada, no pudo evitar fijarse en los dedos que frotaban con fuerza la mano que tenía agarrada en un inconfundible gesto nervioso.

Le miró a la cara de nuevo. Seguía con sus ojos cerrados. No parecía muy colaborador, por lo que valoró que, por mucho que no le hubiera pedido que se marchara, realmente no le quería allí.

—¿Prefieres que te deje solo?

—No —contestó al momento.

Sin embargo, siguió sin decir nada. Le volvió a mirar fijamente, la respiración se le había acelerado un poco. Algo le agobiaba y quizás quería desahogarse de ello, pero no encontraba la forma de hacerlo. De modo que decidió intentarlo él buscando la raíz del problema. Estaba seguro de que tenía que ver con su «no-amistad». Se había llevado una sorpresa mayúscula cuando había dicho que sólo eran amigos. De hecho, todos se la habían llevado. No había nadie que no pensara que estaban juntos.

—Me ha sorprendido lo que has dicho abajo… sobre Yaoyorozu y tú —matizó.

El gesto nervioso de su mano se hizo más evidente y supo que sus sospechas eran ciertas. Ahí estaba la raíz del problema. Pero no era para menos cuando estaba al tanto de los sentimientos de su amigo por ella.

—Me cuesta creer que sólo seáis amigos.

Todoroki abrió por fin los ojos y le miró con suspicacia.

—No esperaba que fueses dado a creerte los rumores.

—¿Qué? ¡No! —contestó de forma nerviosa—. Yo no… no me los creí.

—Y entonces, ¿qué te hace pensar que tengo ese tipo de interés en ella?

Ahora fue Izuku el que se agarró las manos con fuerza ante la repentina acusación.

—La forma en que la miras.

—¿Qué?

—Te aseguro que al principio me extrañó —comenzó a parlotear—. Las chicas empezaron a comentar que salíais por las tardes. Pero podría ser por muchas otras cosas… como al final fue —murmuró para sí—. Pero también dijeron que ya os habían visto quedar antes, o algo así. Y claro, empiezas a fijarte en detalles que antes se te pasaban por alto.

Shoto se tensó en su sitio en cuanto le dijo eso.

—¿Cómo cuáles? —le interrumpió.

Fuyumi le había dicho que se intentara fijar en esos detalles que Midoriya le estaba mencionando. Pero él no había notado nada. Y los que le habían contado Ashido y Hagakure para basarse en los rumores habían sido meras coincidencias.

—¿Cuáles? —repitió Midoriya extrañado.

—Sí, ¿qué te llevó a pensar que me interesa?

—¿Tal vez que casi congelaste a Mineta cuando se propuso el baile y se acercó a Yaoyorozu? —repuso condescendiente.

—¡Mierda! —protestó dejando caer la cabeza contra la pared. Y él que pensaba que no le habían incordiado con eso porque era normal que intentara proteger a una compañera.

—Pero supe que de verdad la querías el día que te pillé viéndola tocar el teclado —añadió en tono suave—. Me transmitiste una sensación muy agradable; se te veía feliz. Aun sin los rumores, ahí lo habría sabido.

Shoto suspiró derrotado. Al parecer, era bastante obvio en sus interacciones con ella. Y eso le llevaba a pensar en la presión a la que la sometía. Si otras personas se daban cuenta en los ratos en los que los veían juntos, Yaoyorozu tenía que ser más consciente de ello todo el tiempo.

—Bueno… ahora ya sabes por qué se ha ido llorando —murmuró cerrando los ojos de nuevo. Le incomodaba que le mirara mientras se exponían de esa forma sus sentimientos—. No lleva muy bien lo que siento por ella.

—¿Te rechazó? —se sorprendió Midoriya. Shoto se limitó a asentir con la cabeza—. Pensaba que… igual no habíais puesto en claro lo que sentís. Eso no me lo esperaba…

—Ya… Al parecer, se han estado confundiendo cosas que han sucedido entre nosotros.

—Eso no es cierto —replicó con contundencia.

Shoto le observó tan fijamente que supo que a Midoriya le incomodó que lo hiciera. Pero aquél era un punto sensible para él como para que enredara impunemente.

—Cuando las chicas nos informaron del rumor, nos dijeron que se había propiciado por determinadas acciones. Si te estás refiriendo al tema de salir por las tardes o el habernos encontrado en el festival de Ennichi, son coincidencias. Yaoyorozu nunca ha dado indicios de lo contrario.

—Eso no es cierto —repitió.

—Sí lo es —le contradijo—. Te aseguro que es algo en lo que he estado bastante pendiente en este último tiempo.

Midoriya le observó con la misma fijeza que un momento atrás había utilizado él y, después, apartó sus ojos para mirar a la lejanía a través de la ventana del balcón, abstraído en algún punto de su memoria. No dijo nada por minutos; simplemente se quedó como una estatua contemplando sin pestañear el horizonte.

Shoto recostó de nuevo su cabeza contra la pared y suspiró cansado, consciente de que para todos los rumores se basaban en esos dos hechos casuales que habían sucedido entre los dos.

—Ella no te trata como a los demás —murmuró Midoriya al fin.

Shoto abrió los ojos sólo para encontrárselo en la misma postura que tenía cuando los cerró, con la diferencia de que, en vez de mostrarse abstraído, ahora parecía concentrado en algo.

—Soy su mejor amigo —argumentó.

—Es más que eso —matizó—. Eres el único chico con el que habla.

Shoto frunció el ceño ante tan clamorosa mentira. Yaoyorozu no tenía problemas en hablar con sus compañeros. De hecho —y sin ir muy lejos—, cuando fueron a Kamino ella era la única chica. Y no se podía decir que se hubiera comunicado con ellos por mímica.

—Eso es absurdo. Yaoyorozu habla con todos.

—No me refiero a eso. —Midoriya le miró y, esta vez, al que le inquietó la intensidad con la que lo hizo fue a él—. Eres el único chico con el que habla sin necesidad.

—¿Sin necesidad?

—Yaoyorozu nunca se reúne con los chicos cuando termina una clase; tampoco se acerca a comer con nosotros. Ni tampoco en la residencia —explicó—. Siempre está con las chicas. A menos que surja algo o estemos en una práctica, ella no habla sin más con los chicos —especificó—. Eres el único con el que empieza conversaciones intrascendentes, y ha sido así durante gran parte del curso.

Shoto abrió la boca para decir algo, aunque la cerró cuando fue consciente de que ni siquiera sabía si eso que decía Midoriya era verdad. No se había fijado en un comportamiento tan concreto de Yaoyorozu.

—Y por si no fuese suficiente —continuó él—, en Kamino, ella vino porque sólo confiaba en ti. No se fiaba de lo que hiciéramos el resto, sólo de ti —matizó con intención—. Así que no te puedo decir si es sólo amistad, admiración o realmente algo más, pero sí que para ella nunca has sido como los demás.

No supo qué replicar a eso; ni tampoco si aquello le valía de algo o no. Sabía que su afinidad con Yaoyorozu había comenzado a raíz del examen trimestral. Aún seguía sin entender cómo una chica con la calidad estratégica que tenía ella había decidido que él era mejor. Pero era lo que le estaba diciendo Midoriya: desde entonces, se fiaba más de él.

Sin embargo, eso podía traducirse como mera admiración y eso tampoco le ayudaba en su causa. De hecho, incluso podría empeorar la presión de Yaoyorozu, pues no sería capaz de corresponder los sentimientos de aquel al que admiraba.

—No pareces muy convencido —interrumpió sus pensamientos Midoriya.

—Todo con ella es confuso. No entiendo qué pasa por su cabeza.

—Ya… Las chicas son complicadas —aseguró.

—¿Lo dices por experiencia propia? —inquirió con curiosidad, aunque lo único que consiguió fue que Midoriya se pusiera rojo de vergüenza y balbuceara incoherencias.

—Es… lo que dice la gente —farfulló, y acto seguido se llevó las manos a la cara para ocultarse—. No lo digo por mí.

Shoto esbozó una ligera sonrisa tras esa reacción tan drástica, lo que aligeró un poco su ánimo. En un principio le había desconcertado que Midoriya se fijase tanto en el comportamiento que tenía Yaoyorozu, pero se acababa de dar cuenta de que él también se había fijado en el suyo. Porque Midoriya tampoco trataba a todas las chicas igual.

Al final, su hermana iba a tener razón: los implicados eran los últimos en enterarse.

Y la única esperanza que le quedaba era que Yaoyorozu no lo hubiera hecho aún.


— * —


Fin del Capítulo 46

4 Julio 2021


Notas finales:

Como he dicho antes, quería comentar algo de este capítulo y el por qué me obligué a escribirlo. No sé qué os habrá parecido (sobre todo, teniendo en cuenta la larguísima espera), pero en esencia, sé que este capítulo era prescindible. La rayada de Todoroki la podía haber metido con el siguiente capítulo y, aunque sí fui comentando a través del fic que me interesaba la idea de meter una conversación «de chicos» al estilo del capítulo anterior entre Yaoyorozu y Jiro, como decía, era prescindible.

Ahora bien, me estaba dando de plazo para hacer este capítulo lo que tardara en terminar el resto, porque si terminaba el fic y aún no lo hubiera escrito, iba a prescindir de él. Y sé que algunas pensaréis que por qué tanta insistencia en meterlo y haberos prolongado tanto la espera innecesariamente. Y la respuesta es porque lo que dice Midoriya ES VERDAD. Y mi «yo» se quedó tan ojiplática como Todoroki cuando mi SubC me lo escupió en la cara O_o. Yo no sé cómo es para otras autoras. En mi caso, mi cabeza me va spoileando todo sin control ni conocimiento. De hecho, la primera escena que me vino para continuar este fic cuando sólo tenía 4 capítulos es lo que pasa en el capítulo 48 y 49 (y ya os diré por qué flipé como un pepino en una trituradora cuando lleguemos a él O_o). Mi SubC me spoilea a lo bestia y muchas veces lo hace con cosas que ni siquiera me he dado cuenta que he visto. Así que cuando Midoriya le suelta a Todoroki semejante detalle de comportamiento de Yaoyorozu, me quedé tan flipada que me hizo mirar página por página todo el pu*o manga para comprobar que eso era cierto. Y sólo por el trabajazo que me dio revisar 20 tomos más el anime, me negaba en redondo a prescindir de esta conversación. ¿El problema? Que ese par de párrafos era lo único que tenía en la cabeza de toda la conversación. No tenía ni idea de cómo llegar ahí ni cómo manejar el resto (y eso que mi SubC se apiadó algo de mí hace ya capítulos y me brindó la escena relleno de Yaoyorozu tocando el teclado para darle pie a Midoriya). Pero ni con ésas, así que me atasqué T_T

En fin, siento mucho la espera, pero si me lo hubiera tenido que saltar, se me habría quedado como una espina clavada, y este fic me está gustando demasiado como para chafarmelo innecesariamente.

Aun así, espero que os haya gustado el capítulo ;-D

¡Saludos!

PD: Los siguientes caps los iré subiendo con periodicidad quincenal. El capítulo 51 me está costando mucho y no quiero volver a pisarme con los tiempos (además de que el resto necesitan su repaso). Tengo dos meses de margen (aunque yo sólo escribo las mañanas del sábado y domingo, y si es que puedo T_T). Así que espero que no haya problemas »_«

PD1: Me lo habéis pedido algunas personas, así que estoy subiendo este fic en Wattpad a un capítulo por semana. Por si queréis poner comentarios a partes concretas, que me parece que es por eso por lo que alguna me lo pidió ^_^º