CAPÍTULO 48. El Festival Cultural


Comentarios de los reviews:

MegamiHana: Me alegra saber que el fic te está gustando tanto como para considerarlo el final definitivo para esta pareja *o*. Ains, qué bonito! *o*. Sobre el Katsuyu, imagino que viene a ser lo que me ha pasado con el BakuDeku. Al principio me escamaba, pero empecé a leerlas porque tenía curiosidad sobre cómo manejaban las historias yaoi (aunque vi que, en general, bastante mal ¬_¬º), y le fui cogiendo la gracia en las historias AU. Sin embargo, por alguna razón, leer una historia romántica de Tsuyu me tira para atrás. Es que no la concibo en un romance :-S

Dani1505: Tranquila que no le va a dar tiempo. Ya ves que Shoto se lo plantea para después del baile y ya te digo yo que para entonces ya no tiene la necesidad ^o^. En cuanto a lo de tardar, espero poder cumplir los plazos. Sólo me queda el capítulo 51, pero también es cierto que ahora mismo no tengo nada de tiempo. La semana pasada me trajeron 2 gatitos y me consumen todo el tiempo que estoy en casa. Esta semana sólo he encendido el ordenador para actualizar el fic »_« . Espero ir desahogándome de tiempo y poder terminarlo para cuando llegue su actualización u_u

Her Nao: Jajajaja, ya queda poco... ^o^

Nothing: Perdona la confusión. Por estadística, las que me dejan reviews son más mujeres en proporción y por eso tiendo a hablar en femenino ^_^º Me alegra saber que algunos aún seguís ahí para ver terminar el fic. Lo empecé hace mucho, así que hay gente que lo ha dejado por el camino y de ahí que me apene que no lean el final por haberme retrasado tanto T_T

Muchas gracias por vuestros reviews *o*. Os dejo con el siguiente capítulo: el inicio de la recta final ^o^. Espero que os guste ;-D


CAPÍTULO 48. El Festival Cultural

Tal y como inició el día, Shoto pensó que el festival cultural no iba a prometer. Había empezado con un altercado fuera de los límites del instituto en el que se había visto envuelto Midoriya «sin necesidad». Y lo ponía entre comillas porque era distinto de «no necesario». A primera hora de la mañana había salido a hacer unas compras innecesarias porque podrían haber conseguido cuerda de otra manera. Pero gracias a eso, había detenido a unos villanos que querían sabotear el festival.

Casi no llegan al espectáculo de su clase ni él ni la cuerda, por lo que se habrían quedado sin un bailarín y la «bola de luces». Pero debido a eso, no se había echado a perder todo el trabajo de los alumnos de la UA para celebrar ese día.

Quizás, haciendo el balance global del suceso, se podría decir que la cosa podría mejorar porque todo había salido bien, pero a él no le había durado ni cinco minutos ese pensamiento. Según empezó la actuación —y a pesar de la alta música de los altavoces—, había escuchado cómo algunos fans aclamaban a Yaoyorozu. Tal y como sospechó desde la primera vez que la vio, Yaoyorozu sería la típica heroína guapa que compaginaría su profesión con la de publicidad. Aún no había debutado como heroína, pero sí había salido ya en un anuncio en la tele, lo que se traducía en que ya tenía fans a día de hoy.

Oír su nombre siendo gritado entre la algarabía de espectadores, le había carcomido por dentro todo el tiempo que había estado produciendo el hielo que Kirishima se encargaba de picar y esparcir. Aunque lo sabía, ése había sido el momento en que había comprobado lo sólido que había sido el muro de los rumores. Y aún con todo, le seguía sorprendiendo que nadie se le hubiera acercado. Habían sido rumores; alguien con arrojo —y mucho interés— podría haberle preguntado haciéndose el desentendido de ser sólo rumores. Cosa que nadie había hecho y agradecía.

Pero su clase ya estaba al tanto desde hacía más de una semana de que todo era un invento colectivo. No sabía cuánto tiempo tardaría en extenderse la noticia y perder del todo esa seguridad de que todos la consideraran vedada y que ya echaba de menos.

Aunque quizás, pensó en positivo, lo de esa noche ayudara un poco a prolongarlo algo en el tiempo.

Se recostó contra la pared mientras esperaba y casi de forma inconsciente metió la mano en su bolsillo para tocar el llavero que le había regalado. Aunque no pudiera llevarlo a la vista —más si tenía en cuenta que a todos se les había dicho que sólo eran amigos— no se había separado de él. Era su secreta esperanza con ella, aunque ya no supiera muy bien qué hacer.

No se había esperado esas consecuencias de aclarar su situación, pero le agobiaba que otros estudiantes percibieran a Yaoyorozu tan disponible. Incluso aunque la lógica le dijera que, igual que no había sucedido nada hasta ahora, la cosa podría seguir igual durante mucho tiempo.

Pero le agobiaba… y sentía un apremio importante que le desconcertaba. Se había exacerbado durante el concurso de belleza a pesar de que ella no había participado. De hecho, eso debería haberle dejado más tranquilo. Pero lejos de ello, mientras la veía ahí, a través de la muchedumbre, hablando con el resto de chicas de clase, no había podido evitar imaginarse qué le habría supuesto que hubiera participado. Aún no sabía por qué no lo había hecho. Yaoyorozu le había comentado sus dudas al respecto, pero al final no había aclarado si participaría o no.

Pero tal y como había pasado en el espectáculo musical, a Kendo también la habían aclamado. Otra estudiante que no había debutado como heroína, pero sí en el sector de la publicidad y ya tenía fans. No quería ni pensar lo que habría sido verla en ese escenario a la vista de todo el instituto y que hubiera acabado en el top… O peor: que lo hubiera ganado.

Su paz mental habría muerto ahí.

Inspiró hondo, sobrecogido, y odiando sentirse así. Se había dado cuenta de que era egoísta en lo que a ella respectaba, pero desde que había aclarado a sus compañeros su situación con Yaoyorozu, ese sentimiento se había agrandado. Sabía que era algo irracional, pero no lo podía evitar.

Miró a los presentes en el salón, quienes seguían ahí porque estaban esperando a su acompañante. Varios de sus compañeros se habían ido ya hacia el baile. Ashido y Hagakure estaban haciendo un gran revuelo con los trajes y vestidos de sus compañeros, a pesar de que —casi con la excepción de los que habían ido a la inauguración de I-Island—, todos iban con ropa normal. No les habían dejado salir a comprar ropa para la ocasión, así que imaginaba que en el salón de baile la mayoría irían con ropa casual.

—No entiendo por qué Kirishima tarda tanto —se impacientó Ashido.

Era de las primeras que habían bajado. De hecho, ya estaba allí junto con Hagakure para cuando él lo hizo, aunque en vista de su comportamiento, se podía hacer una idea de que esa premura se debió a cotillear a sus compañeros.

—Quizás deberías llamarle —le propuso Hagakure.

Las dos iban con una vestimenta formal. Puesto que ellas no habían estado en la inauguración de I-Island, o bien tenían ese traje de antes o lo habían conseguido por otras vías. Miró a Ojiro, quien estaba recostado contra el respaldo del sofá mientras miraba el móvil. Ellos dos estaban esperando junto a Ashido por Kirishima.

Aparte de todos ellos, también estaba Midoriya. Todos los demás que le constaba que iban a ir al baile ya se habían ido.

Entonces, se abrió el ascensor y aparecieron Uraraka y Yaoyorozu. La primera llevaba el mismo traje rosa que ya le había visto meses atrás. Midoriya se iluminó al verla y sonrió feliz cuando la tuvo a su lado. En cambio, Yaoyorozu, no iba precisamente con un traje de fiesta, pero su corazón dio un vuelco según la vio.

—Perdona por el retraso —se disculpó cuando estuvo a su lado—. He tenido que encargarme del maquillaje de las chicas.

—Y de nuestros vestidos —añadió Ashido con el ceño fruncido—. ¿Por qué no te has hecho un traje de gala como a nosotras? —preguntó señalando a Hagakure y a ella misma.

—Estoy segura de que podrías haberte hecho uno con el que estarías deslumbrante —apoyó Hagakure.

—Lo está de todas formas —cortó Shoto.

De hecho, no había ningún otro vestido que pudiera gustarle más y Yaoyorozu se sonrojó hasta hacerle la competencia al color de dicho vestido. Estaba preciosa, por mucho que no llevara un traje de gala como lo había hecho en I-Island.

—Eso no es lo que dijiste cuando me lo probé —comentó divertida.

No, por supuesto que no. Era increíble la cantidad de cosas que habían pasado desde aquel día en el centro comercial cuando le había dado exactamente igual lo que se pusiera. De hecho, siempre había pensado que daba igual lo que llevara puesto una chica con su aspecto porque indudablemente se vería bien.

Pero era evidente que siempre había matices que trastocaban la balanza. Shoto la miró de arriba abajo, contemplándola en todo su conjunto, y sonrió. Quizás sus compañeros creyeran que podría haber lucido algún traje de noche más espectacular, y suponía que por eso jamás entenderían que a él le diera tanta satisfacción que no lo hiciera. Porque esa noche, Yaoyorozu se había vestido para él y sólo para él… lo que le hizo suspirar complacido.

—¿Ya se lo habías visto? —le preguntó desconcertada Ashido.

Él no contestó, más preocupado en grabar esa imagen en sus retinas que en responder cuestiones sin sentido, pero Yaoyorozu se incomodó mucho tanto con su escrutinio como con la pregunta y se llevó la mano al cuello en un gesto inconfundible de nerviosismo.

—Me lo regaló por mi cumpleaños —le explicó.

Ashido —y posiblemente, Hagakure también— abrió los ojos atónita.

—¡¿Te regaló un vestido por tu cumpleaños?! —le preguntó tras salir de la sorpresa.

—Ah… Sí —contestó ella comedida.

—¡¿Y no sois novios?! —siguió esta vez Hagakure.

Shoto no se esperaba esa reacción por su parte. Ashido los miraban como si regalar un vestido a una amiga fuese algo que no se hiciera, cuando, de hecho, ese vestido se lo compró en un momento en el que la idea de que fuesen otra cosa ni siquiera volaba por su cabeza.

—No —confirmó Shoto al fin.

—¡Pero ¿qué pasa con vosotros?! —espetó sin pensar.

Uraraka le observó con una expresión pasmada, que era mejor que la de Ashido, a la cual prácticamente se le desencajó la mandíbula por el asombro. Ojiro incluso había dejado de hacer caso al móvil para mirar la escena con atención.

Entonces, Ashido salió del estupor y negó con la cabeza aturdida.

—Te juro que yo ya no entiendo nada… —dijo a nadie en particular. Rebuscó en su bolso y sacó el móvil—. Voy a llamar a Kirishima.

Se hizo un silencio incomodo entre los presentes. El único que no le miraba como si hubiera hecho algo incorrecto era Midoriya, el cual mostraba un semblante pensativo. Por supuesto, él estaba al tanto de su situación, por lo que tampoco parecía que le sorprendiera en exceso la escena.

Miró a Yaoyorozu, que seguía mortificada por la conversación. Su relación se mantenía en un equilibrio precario desde lo sucedido en el accidente y su nefasta invitación al baile. O, mejor dicho, lo había sido desde que fue consciente de sus sentimientos por ella. Desde entonces, había vivido en una montaña rusa emocional que no tenía visos de terminar. Incluso seguía valorando distanciarse un tiempo de ella cuando todo el tema del festival cultural pasara y así asentar mejor su situación. Él no estaba hecho para sufrir de esa manera sus indecisiones. Y con suerte, esa distancia también le haría a ella asentar sus propias ideas.

—¿En serio? —se le oyó decir a Ashido de repente—. Anda, no pierdas el tiempo y baja ya. Deja que el «abuelo» se vaya a la cama si quiere —resopló con disgusto.

Uraraka se rio por lo bajo ante la evidente referencia a Bakugo y Shoto pensó que ése era un buen momento para terminar de cortar el tenso ambiente.

—¿Nos vamos? —le propuso a Yaoyorozu.

Ella asintió y, tras un momento de indecisión, se envalentonó y le agarró del brazo. Se puso muy roja y apenas le miró cuando añadió un: «Es la simulación de un baile de graduación»… Como si necesitase de una excusa para acercarse a él. Shoto nunca entendería por qué mostraba esas reticencias al contacto con él sabiendo cómo estaban las cosas por su parte.

Siguiendo la estrategia, Midoriya le ofreció su brazo a Uraraka, la cual no tardó ni dos segundos en pensárselo. Los dos mostraban la apariencia de dos farolillos rojos, pero nadie hizo mención a ello.

Entonces, Ashido colgó el teléfono y se acercó de nuevo al grupo.

—Kirishima baja ahora mismo. Id yendo —les dijo con despreocupación—. Os alcanzamos por el camino.

Se dirigieron al salón del baile el cual a todas luces ya había comenzado. La música se escuchaba más fuerte según se fueron acercando. Habían decorado incluso la fachada exterior y Yaoyorozu sonrió cual niña con zapatos nuevos al verlo.

—¡Qué bonito lo han dejado!

Uraraka asintió al momento también con los ojos iluminados, los cuales sólo brillaron más cuando entraron y vieron cómo estaba todo por dentro. Era evidente que ellos tres lo estaban disfrutando más que él: ellas señalando los adornos y Midoriya, las referencias a All Might. En cambio, él, ya sentía la música alta y eso que estaban en el recibidor, fuera del salón de baile.

—¿Todoroki? —le llamaron desde atrás.

Se giró desconcertado ante la voz, y con él, sus acompañantes. Pero sí, era ella, por sorprendente que fuese. Se despegó de la pared y se dirigió hacia él con paso decidido.

—¿Kemy? —se sorprendió.

Ella sonrió con cierto semblante pícaro.

—Al fin alguien que conozco —se alegró.

Él la miró de arriba abajo, desconcertado de verla en un traje que ni era su uniforme escolar ni su traje de heroína. Era evidente que ella sí había podido comprarse un vestido a la altura de una fiesta de gala.

—¿Qué haces tú aquí?


— * —


Fin del Capítulo 48

1 Agosto 2021


Notas finales:

Como os dije hace un par de capítulos, lo que incentivó que continuara este fic allá por el capítulo 4 es la escena que ocurre aquí más el capítulo siguiente. Y ahora entenderéis por qué flipé cuando mi cerebro me plantó semejante spoiler en el que:

a) Yaoyorozu llevaba puesto un vestido que Todoroki le había comprado (MAEC: O_o WHAT?... y eso, ¿cuándo ha sido? O_O)

b) Ambos se pensaban que el otro estaba al tanto de sus sentimientos pero ellos entre sí no (MAEC: ein? Pero ¿cómo se ha llegado a eso ?O_O)

c) Aparece Kemy y, obviamente, Yaoyorozu se va a pensar que es la "ajena al instituto" de la que está enamorado (MAEC: espera, espera... ¿por qué Momo cree que hay otra persona? O_O ... y mi cerebro explosionó).

Como véis, mi SubC es un poco perro, pero reconozco que me encantan sus ideas XD. Y claro, tras ponerme delante esta escena, me piqué en escribir para saber cómo demonios se había llegado a ese punto XD La pena es haber tardado tanto en escribirlo, pero definitivamente, para mí este fic es una de mis mejores historias *o*

En fin, espero que os haya gustado el capítulo ;-D

¡Saludos!