CAPÍTULO 49. Señorita Ilusiones


Comentarios de los reviews:

Nothing: Gracias por la confianza, aunque sigue siendo mi espina clavada. Aquí empezasteis a leerla hace tres años y recibí mucho apoyo mientras actualizaba. Pero, al final, sois los que más habéis tenido que sufrir la espera e incluso algunos la habrán dejado de leer y se han quedado sin saber el final. Y mientras, los que la están leyendo en Wattpad (que ahora mismo tiene mucho más seguimiento que aquí) se van a beneficiar de ello y la van a poder leer del tirón. Me da pena que gente que vio nacer la historia se quede sin terminarla y los que la han encontrado recientemente la van a poder disfrutar entera. Pero bueno, son las circunstancias de la vida u_uº

Ferg: No corresponde aquí, pero no tienes cuenta y no te puedo contestar. Así que, como sé que lees esta historia, lo hago aquí. Me ha hecho mucha ilusión tu review en «No puedo olvidarte». Saber que la has leído a pesar de que esa pareja no te llama y, aun así, te haya gustado tanto, me ha alegrado mucho. No es fácil meterse a leer una historia donde vas con la predisposición de no gustarte los personajes y, encima, con el tema espinoso que toca ese fic. Así que gracias por animarte a leerla *o*

Gracias por vuestros reviews *o*. Vamos con algo esperado por muchos y el desencadenante final ^o^. Espero que os guste ;-D


CAPÍTULO 49. Señorita Ilusiones

Sólo hizo falta un par de frases para que dos burbujas de felicidad se pincharan en ese momento. La más pequeña —pero no por ello menos importante—, fue la de Uraraka.

Según la vio, sintió que perdía toda la sangre del cuerpo. Esa chica había sido la causante del revuelo de celos que había sentido durante el examen de licencias. No sólo se había paseado delante de Deku desnuda, sino que después había dado a entender que quería verse con él. Ese sentimiento de celos que la había carcomido durante el examen y que tanto odiaba volvió con fuerza ante la inesperada presencia de la chica.

—No es una villana —le susurró Deku posando su mano sobre la de ella. En ese momento, Ochaco se dio cuenta de lo fuerte que le estaba agarrando el brazo y tuvo que hacer gala de toda su fortaleza para suavizarlo—. Ella no es la chica que estuvo en el examen.

No, no lo era… y lo sabía. Pero eso no dejaba de hacerla sentir de esa manera. En silencio, agradeció que Deku interpretara su indisposición por confundirla con Toga y asintió en conformidad. Inspiró profundo para intentar rebajar sus pulsaciones ante el pensamiento de que cualquier día podría llegar una chica guapa y encandilarle. Era, en esencia, lo que no la dejaba dormir por las noches y que la espoleó a tener aquella conversación nocturna con Jiro.

Pero tal y como llegó allí a la conclusión, no podía esconderse de sus sentimientos. Así que inspiró de nuevo y asintió con convicción, sólo que esta vez le miró y sonrió. Deku se puso tan rojo cuando lo hizo que, sin darse cuenta, sonrió mucho más. Porque recordó que quizás en un futuro podría llegar otra que se lo quitase, pero en esos momentos era ella la que estaba en la cima.

—Tienes razón —dijo, poniendo ella a su vez su otra mano sobre la de él—. No lo es.

Todo estaba bien, pensó reconfortada. Estaba en aquel baile con la persona que quería; nadie iba a meterse en medio…

A diferencia de la otra pareja que iba con ellos. Porque el pinchazo de la burbuja de felicidad de Yaoyorozu fue más explosivo que el de Uraraka.

Se había quedado de piedra cuando había visto a la chica de Shiketsu en el baile de su instituto llamando a Todoroki. Pero se había quedado helada cuando éste se dirigió a ella por su nombre.

Hasta donde ella sabía, no se conocieron hasta el examen. Lo deducía porque ni siquiera se saludaron. Pero ambos iban a las clases extras de la licencia y si ya tenía esas confianzas con ella…

Eso significaba que tenía que ser «ella». La otra que se interponía en su camino.

—No esperarías que después de decirme que tendríais un baile, no me las ingeniara para venir —contestó la chica con una sonrisa tras detenerse delante de él. Aunque acto seguido se puso teatral—. En nuestro instituto ni siquiera se permiten las parejas y aquí hacéis un baile de ellas. ¡Es tan injusto!

—¿Y cómo te han dejado entrar? La gente de fuera sólo puede venir con invitación.

—Y la tengo… lo que me lleva a preguntar dónde se ha metido.

—¡Qué bonito está todo! —se la escuchó gritar a Hagakure cuando el resto de sus compañeros los alcanzaron en la entrada.

—¡Ey, chicos! ¿Nos estabais esperando? —los saludó Kirishima.

—No exactamente —contestó Shoto.

Ashido miró a la nueva incorporación con interés.

—¿Tú no estuviste en el examen? —le preguntó de pronto.

—Eso parece… —respondió divertida.

Shoto nunca se había planteado cómo encaraba ella el hecho de que la suplantaran. Por lo que le habían contado sus compañeros en las clases extras, ella ni siquiera fue consciente de que la hubieran asaltado. Simplemente se había despertado después de varios días inconsciente y, en consideración por el altercado y no haberse podido presentar, estaba en las clases extras con los demás.

Pero puesto que aquello era un suceso secreto, no podía ir por ahí diciendo que la Liga de Villanos había suplantado a una estudiante de otra escuela.

—¿Con quién se supone que has venido? —le preguntó Shoto con una espinosa sospecha. La Kemy verdadera sólo conocía a dos alumnos de la UA.

—Como me lo dijisteis hace dos semanas, imaginaba que tú ya no estarías disponible… —Y miró a Yaoyorozu con atención—. Y veo que tenía razón… Pero esperaba que la mala actitud de Bakugo espantara a sus candidatas.

—¿Con Bakugo? —se sorprendió Kirishima—. Es imposible que te invitara. No quería venir.

—Además, ¿qué chica en su sano juicio querría ir con Bakugo? —inquirió Hagakure—. Se pasaría todo el día gritándole.

—Pero cuando está callado es guapo —repuso Kemy.

—¿Bakugo?

—Por supuesto.

Shoto vio —como si fuese a cámara lenta— las intenciones de Kemy. Y con las mismas, supo que le iba a alterar sus propósitos. Un humo rosa apareció por su boca y dibujó por encima de ellos a un Bakugo tremendamente edulcorado. Las chicas se quedaron de piedra viéndolo anonadadas, incluida Yaoyorozu a la que oyó que soltaba un ligero jadeo.

No lo pudo evitar: la cogió del brazo y tiró de ella contra su pecho.

—¡Yaoyorozu, no mires!

No estaba dispuesto a que una alucinación mejorara la perspectiva que Yaoyorozu tuviera de Bakugo y entorpeciese su meta. No quería que viera esa imagen de Bakugo sonriente y adornado con brillitos y tonos pastel.

Sin embargo, sabía que la imagen ya había calado en ella puesto que la oía respirar muy rápido contra su hombro. Unos segundos después, sus titubeantes manos se posaron en su pecho y la respiración se le entrecortó. Notó que Yaoyorozu temblaba estremecida tras poner sus manos en sus brazos.

—Dios mío… —la oyó susurrar con un lastimero gemido.

Shoto miró de malas formas a Kemy. Jamás había tenido nada contra ella y, aunque veía por su pícara sonrisa que sólo había hecho eso para incordiar a las chicas, el que Bakugo pudiera meterse mínimamente en su terreno con Yaoyorozu, le escamó entero.

—Bakugo no puede verse en verdad así —dijo asombrada Hagakure.

—Yo jamás le he visto así —corroboró al instante Midoriya, quien miró de reojo a Uraraka, con una perceptible incomodidad por la alucinación.

—¿Cómo has entrado? —interrogó severo Shoto—. Sólo se podía venir con invitación.

—Como te he dicho: la tengo. —Kemy rebuscó en su bolso y sacó una tarjeta de invitación al baile que a todas luces era real y no un invento de ella—. Me llegó hace unos días. —Frunció el ceño y miró a Kirishima—. Por eso me extraña que digas que no va a venir.

—Todos sabemos que no va a venir —confirmó Ashido.

Kemy observó su invitación con desconcierto. Lo estrafalario de la situación hizo que la animadversión de Shoto bajara algunos puntos.

—¿Por qué supusiste que esa invitación era de Bakugo?

Puesto que no conocía a nadie más del instituto, era una deducción evidente para ella, pero por un terrorífico momento consideró la posibilidad de que esa invitación se la mandara Mineta y ella se confundiera.

—Porque yo la pedí —respondió para mayor asombro de todos.

—¿Qué?

—Como quería venir e imaginaba que él aún no habría conseguido a alguien para el baile, llamé al instituto y pedí hablar con All Might. Pero, al parecer, él no estaba así que, en su lugar, se puso Present Mic quien, tras explicarle lo que quería y que no tenía forma de contactar con Bakugo, me dijo que él se encargaría. —Miró de nuevo la invitación confundida—. Lo cierto es que se rio un montón; llegué a pensar que le daría algo. Pero es evidente que al final lo arregló.

Todos los presentes se quedaron en un silencio absoluto, sólo arruinado por la música amortiguada del salón. Entonces, Hagakure se echó a reír con una risa nerviosa.

—Todoroki, ¿podrías llamarle y decirle que venga? —le pidió—. Sigo sin tener su teléfono.

—Esto no me lo pierdo… —dijo Hagakure. Ashido se le acercó y la acompañó en sus risas.

—Yo tampoco.

Shoto separó a Yaoyorozu de él y buscó su teléfono. El pensar lo que haría Bakugo cuando se enterara de la encerrona de Present Mic volteó por completo la animadversión que le quedaba. De hecho, no pudo evitar sonreír.

Algo que afectó aún más a Momo. No estaba entendiendo nada. De inicio había pensado que esa chica era la misteriosa enamorada de Todoroki ajena al instituto. Pero de ser así, no estaría sonriendo —¡sonriendo!— por alegar ser la acompañante de Bakugo. Sin embargo, ahí estaba el problema de nuevo. Esa chica acababa de llegar y en menos de dos minutos había puesto de buen humor a Todoroki hasta el punto de hacerle sonreír.

Le vio marcar el teléfono y esperar paciente a que descolgara.

—¡¿Se puede saber por qué demonios me llamas?! —se escuchó del otro lado incluso sin manos libres.

—Creo que deberías venir… —le dijo Todoroki. Hizo una pausa y miró a Kemy con una sonrisa—. Tu pareja de baile pregunta por ti.

—Pon el altavoz —le pidió la aludida acercándose a él. Por supuesto, él acató la orden—. ¿Bakugo?

—¿Señorita Ilusiones? —sonó muy extrañada la voz de él—. ¿Qué haces ahí?

—Esperar a que vengas —contestó sin un remilgo—. Me dijeron que tendría una pareja de baile y me encuentro con que estás en tu habitación y no piensas venir.

—¡Por supuesto que no voy a ir! ¡¿Y quién demonios te dijo que yo iba a asistir?!

—Ni pienses por un momento que me voy a quedar en este baile sola —contestó eludiendo la última pregunta.

—Me parece bien. Búscate a algún desesperado.

Kemy resopló y miró el teléfono como si quisiera fulminar a alguien. Ver a esa chica discutir con Bakugo sin reparos era un escenario curioso para los allí presentes.

—Lo mismo no me he explicado bien —comenzó ella con una amenaza velada—: si no vienes, haré un «Bakugo amable» que estará conmigo toda la noche.

—¡Por favor, no vengas! —gritó por detrás Kirishima—. ¡Eso quiero verlo!

—Ni se te ocurra hacer un «iluroki» de mí —la advirtió Bakugo.

—Tarde… —dijo Todoroki muy complacido.

La línea se quedó muerta tres segundos, los necesarios para que Bakugo registrara sus palabras.

—¡Pero será hija de…!

Y colgó. Kemy sonrió victoriosa y los demás se la quedaron mirando como si fuese una anomalía de la naturaleza.

—¡Madre mía! ¡Bakugo va a matarte! —se alteró Hagakure.

—Nah… No va a hacerme nada —desechó al momento.

—Yo no estaría tan segura…

Kemy la miró, o, al menos, lo hizo allí donde estaba su traje suspendido en el aire. Y suspiró.

—Bakugo nunca le haría nada a alguien menos fuerte que él —afirmó con rotundidad.

Shoto guardó el teléfono reflexionando en lo peculiar que era la chica. A pesar de su aire despistado, calaba bastante bien a la gente. Durante meses, gran parte de sus compañeros habían temido las explosiones de carácter de Bakugo. Aunque muchos de ellos ya le ignoraban a esas alturas, ella lo había hecho desde el primer minuto que se conocieron e incluso había ironizado sobre ello delante de él.

—No, no lo haría —confirmó Midoriya quién, paradójicamente, había soportado un montón de peleas con él a lo largo de los años.

Nadie se fue en los cinco minutos exactos que tardó en aparecer por la puerta. Shoto incluso pensó que debía haber rebasado algún récord para llegar hasta allí en ese tiempo. Respiraba sofocado, como si hubiera hecho mucho esfuerzo.

—Eso ha sido rápido —comentó Kemy, ignorando el hecho de tener a un Bakugo enfurecido acercándose hacia ella con el semblante de querer descuartizar a alguien.

—¡¿Has hecho uno de tus trucos conmigo?!

—Sí, y me ha quedado bien. ¿Quieres verlo?

—¡Largo de aquí! —estalló él.

Shoto la vio sonreír con su habitual actitud coqueta y compuso una pose estudiada que sólo una chica consciente de sus atributos podría hacer.

—¿En serio crees que me he preparado así para no entrar en esa fiesta?

Bakugo se tensó y, como si no se hubiera dado cuenta hasta ese momento, le echó un vistazo de arriba abajo. Kemy no se había traído cualquier vestido; se había cogido uno que resaltaba su figura e iba a atraer la mirada de un montón de chicos de ese baile. Quizás, de una forma objetiva, no difiriera en exceso de las miradas que su traje de heroína provocaba, pero en los entrenamientos no iba acompañado con un peinado y maquillaje sugerentes.

—Ése no es mi problema… —dijo Bakugo menos beligerante.

—Desde que soy tu pareja de baile, yo diría que sí.

—¡De eso nada! —volvió con su rudeza. La cogió del antebrazo y tiró de ella en dirección a la salida—. No sé cómo has venido, pero ya te estás largando por el mismo camino.

Kemy se soltó de un manotazo y le miró desafiante.

—Si te pones así, no me dejas más elección.

Todos pudieron apreciar el horror en los ojos de Bakugo cuando Kemy activó su singularidad. No se lo pensó dos veces para echarse sobre ella e intentar esparcir el humo que salía de su boca. Sin embargo, el humo evadía sus manos y cogía consistencia por encima de él, por lo que optó por cerrársela con la mano.

—¡Ni se te ocurra hacer eso!

Kemy rio por lo bajo y Bakugo fue consciente de lo cerca que estaba de ella. Turbado, la soltó y dio un paso hacia atrás.

—Entonces, tienes que entrar ahí conmigo.

Bakugo miró con espanto las puertas cerradas del salón de baile.

—Ni de broma.

Kemy sólo tuvo que alzar una ceja para que a Bakugo se le pusieran los pelos de punta ante el horror de que en esa fiesta pululara una versión suya como la que hizo de Todoroki en el entrenamiento con los críos.

—¡Joder! —espetó, cogiéndola de nuevo del brazo—. Pero sólo una canción y después te largas.

—Eso no te lo crees ni tú —rio por lo bajo mientras desaparecían tras las puertas.

Literalmente, todos los presentes se habían quedado pasmados viendo la escena. Midoriya, en concreto, alucinaba como pocos. No sólo estaba en una clase que vacilaba a Bakugo, sino que de repente aparecía una chica que le manipulaba sin esfuerzo. La UA era maravillosa, en su opinión.

—Pero ¿qué acabamos de ver? —preguntó de pronto Ojiro atónito.

—Creo que cómo alguien maneja a Bakugo a su antojo —rio Kirishima.

—No me lo puedo creer… —susurró Hagakure. Cogió a Ojiro del brazo y tiró de él—. Esto tengo que verlo.

—Nosotros también —comentó Kirishima complacido, llevándose a Ashido con él—. Hay que sacar fotos para la posteridad.

—Creo que ya nunca podré ver a Bakugo de la misma forma —dijo amena Uraraka.

Momo vio cómo su compañera volvía a coger del brazo a Midoriya y atrajo su atención hacia ella. Cuando esta vez ambos se miraron y sonrieron, lo hicieron de una forma más relajada. Eso le generó un pinchazo en el pecho al ver la complicidad de esos dos y tuvo el desconcertante pensamiento de que, aunque el chico no tuviera los mismos sentimientos que Uraraka, muy lejos no andaría.

Miró a Todoroki en respuesta, el cual aún observaba las puertas de entrada al salón del baile con una sonrisa verdadera que no pudo disfrutar como otras veces. Porque esta vez no era para ella, pensó con su inquietud subiendo a las nubes.

—Todoroki… —susurró, aunque supo con certeza que él no la escuchaba.

—Kemy… es una chica peculiar, ¿no crees?


— * —


Fin del Capítulo 49

15 Agosto 2021


Notas finales:

En el anterior capítulo ya mencioné que toda esta escena es la que dio lugar a que continuara este fic cuando lo di por finalizado en el capítulo 4. Mr. Chef me hizo una incepción bastante fuerte sin darnos cuenta con el review que me dejó al final y, aunque ya no sigue la historia, le doy mi agradecimiento porque me encanta lo que ha salido de ello.

Fue bastante curioso porque en su review me dejó la sugerencia de juntar varias parejas y, entre ellas a Bakugo y Kemy. Mi reacción a eso fue: ¿de quién demonios me hablas? Y seguido a eso me explicaba que era la chica de las clases extras de las licencias a la que le resbalaba el comportamiento de Bakugo. Debo deciros que ese hecho pasó sin pena ni gloria para mí XD Es más, volví a leer esos capítulos y me quedé igual XD. Pero como suelo decir (y yo misma hago ^o^), a mí SubC sólo hay que echarle de comer semillas y alguna picará y me montará una historia XD

Y eso es lo que pasó... Meses después me hizo el gran spoiler O_O. Y claro, tenía que saber cómo se había llegado a este punto y retomé el fic XD

En fin, espero que os haya gustado el capítulo porque a mí me encanta ;-D . Ver a Bakugo acorralado me mola un montón XD

¡Saludos!