CAPÍTULO 50. Seducciones
Comentarios de los reviews:
Dany1505: ¡Sí! Muy largo trayecto, pero ya no queda nada. Sobre la reacción de Hagakure y Ashido creo que era colectiva XD . Estábamos todos igual ^_^º . Y bueno, hoy tenemos el último desencadenante con el que finalmente todo saldrá a la luz. No va a ser un buen trago, pero todo sea por una buena causa *o*
Nothing: A la hora de la verdad, a Bakugo es fácil manipularle: sólo tienes que provocarle y él lo hará. Pero como tiene mal carácter, no todos se aprovechan de ello. Por eso me encanta esa escena de Kemy: va a saco y le resbala su reacción XD
Ferg: Tú feliz de que actualice y yo feliz de que pronto dejaré de hacerlo *o*. ¡Qué ganas de tener la historia acabada! *o*
Kaoruca: Con todo lo que he tardado con las actualizaciones, no me extraña que hayas tenido que releerla T_T. Pero bueno, de aquí al final no queda nada *o* Te voy respondiendo:
Cap30: Sobre las actualizaciones, te dije: "voy a intentar subir el capítulo 46 el domingo"... y hasta hoy XD. Como no contestabas imaginé que estarías de vacaciones con la familia (y, por cierto, te dejé un mensaje en Telegram cuando vi los reviews que aún no has leído XD). Sobre el capítulo, adoro este capítulo. Ninguno sabe por dónde les da el aire XD Y como dices: él no puede ser más directo y la otra se larga corriendo »_«. Me encanta *o*
Cap36: Lo de Bakugo es para debate aparte. Para mí es el gran fallo del autor. Posiblemente sea la mejor evolución de personaje de todo el manga (y hay varios, ojo). Está superbien definido ese cambio del antihéroe a héroe, cómo va poco a poco y paso a paso. Pero me jod* infinitamente el pretexto que utilizó para empezar. NO-HAY-POR-DÓNDE-COGERLO. ¿Que el comportamiento de "Izuku peluchín" te parecía de superioridad? ¿Hola? NO-NO-Y-NO. No hay por donde cogerlo. Y se le pilla una manía muy fuerte al personaje porque es lo más estúpido que te pueden echar a la cara. A mí, precisamente por eso, me costó mucho quitarle la manía, aunque, evidentemente, llega un punto de su evolución que empiezas a congraciarte con él (y, por cierto, no veas tú cuando llegas al capítulo 322 del manga, que OMG! APÚNTATELO! O_O Si hasta se me han quitado mis remilgos de publicar mi fic KatsuDeku-fem XD -ahora falta que se me quiten por el hecho de ser mi historia más hard-lemon que he escrito y de largo »_« ). Lo dicho: que es para debate aparte ^_^º
Cap46: Pues los avisos te deberían haber llegado de todos los capítulos T_T Sobre la charla con Midoriya, aparte de que más gente me la había pedido, me tentaba hacer algo así. Además de que un tercer personaje suele ayudar a dar otra perspectiva, quería poder dar una visión de esa amistad que ha ido evolucionando desde el festival deportivo. A fin de cuentas, estoy segura de que Midoriya es el primer amigo que ha tenido Todoroki, así que ¿quién mejor que él para hablar de esto?
Cap47: A ver, a ver... Tú tienes que asimilar esta escena desde la perspectiva de alguien a quien HAN RECHAZADO. No puede pensarlo de otra manera: ¡que le ha rechazado! Así le está volviendo majara XD
Cap48: Bueno, yo siempre he pensado que va a ser difícil desbancar a «Radiante». Es mi obra maestra. Pero ésta, tela, ¿eh?... Yo creo que se quedará con el segundo puesto. Es que me está encantando *o*. Y el KatsuDeku-fem ¡cuidado! Que lo que tengo escrito, que son casi 90 000 palabras de fic, no te puedes hacer una idea de las veces que la he releído. Hay verdaderos capitulazos *o*
Cap49: A ver, peculiar es... No me vas a decir que no. Todoroki sólo ha apuntado un hecho objetivo XD En cuanto a Bakugo y Kemy, es que le ha dejado descolocado total, jajaja. No le ha dado tiempo ni a reaccionar ^o^. Me encanta. Y sobre publicar los fics en otro sitio, la parte buena es que te quedas con la cosa de que, al menos, ha habido gente que lo ha disfrutado como Dios manda, pero personalmente, me sigue fastidiando lo de aquí. La gente que más apoyó la historia son los que se han quedado sin leerla u_uº. Pero bueno...
Gracias por vuestros reviews *o*. Os dejo con el penúltimo capítulo (sin contar epílogo ^o^). Espero que os guste ;-D
CAPÍTULO 50. Seducciones
No sabía quién estaba más incómodo, si él o ella. Kyoka observó cómo Kaminari le servía una bebida de la mesa de refrigerios mientras reflexionaba sobre ello. No era como si llevaran demasiado tiempo allí como para estar cansados, pero había sido empezar una canción lenta y la había sacado de la zona de baile en tiempo récord.
Casi se podía ver el grado de la relación de las parejas del baile en función de lo arrimadas que estaban en esa canción.
E imaginaba que Kaminari había preferido esquivar esa bala.
Kyoka revisó el salón mientras le pasaba el vaso de ponche. No lo había probado en su vida, pero era demasiado típico de los bailes de graduación que salían en las películas. Los de tercero habían cuidado hasta el más mínimo detalle. Realmente parecían estar en medio de una.
Escuchó a Kaminari protestar y después sacó el móvil del bolsillo.
—¿Qué demonios pasa que no para de vibrar? —Pero fue desbloquearlo y se le desencajó la mandíbula—. ¡No puede ser!
—¿El qué?
Kyoka dejó el vaso en la mesa y se acercó a Kaminari para cotillear. Él no había tenido la delicadeza de contestarle, pero sí se había puesto a escrutar el salón como si buscara algo. Miró la pantalla del móvil que aún estaba encendida y la siguiente mandíbula en desencajarse fue la suya.
—¿Ése es Bakugo? ¡¿Y está en el baile?! —gritó estupefacta—. ¿Y quién es esa chica?
Kirishima había sacado varias fotos y las había enviado al chat grupal de clase. La conversación estaba echando humo ante el hecho de que Bakugo estuviera en el baile con una chica a la vez que la miraba con un enfado monumental.
—¿No la recuerdas? —le dijo Kaminari. Kyoka negó—. Es la tía buen… —carraspeó, y Kyoka levantó una ceja condescendiente—. Es la alumna de Shiketsu que estuvo en el examen de las licencias.
—Ya veo lo mucho que te fijaste en los contrincantes —repuso mordaz—. ¿También te acuerdas de con quiénes iba?
—Esto… Ése no es el punto —evadió sin ninguna sutileza—. Lo importante es verificar este acontecimiento con nuestros propios ojos.
—Qué morro tienes —protestó Kyoka al tiempo que Kaminari la cogía de la muñeca y tiraba de ella en dirección a no sabía dónde, pues se limitó a ser arrastrada mientras él revisaba las fotos del móvil buscando referencias.
Suspiró y esbozó una ligera sonrisa. Al menos había tenido el detalle de cortarse delante de ella. Sabía bien cómo le gustaba a Kaminari hablar del aspecto físico de las chicas. De hecho, con lo cabeza de serrín que era, se había esperado que tuviera la insensibilidad de una ameba y empezara a salivar viendo a las chicas del baile. Por eso le había sorprendido tanto que no hiciera ninguna mención teniendo en cuenta que había gente que se había podido preparar a conciencia para estar impresionantes en esa fiesta.
—¡Mira, mira! ¡Ahí están! —le dijo emocionado—. Madre mía…
Kyoka ahogó un jadeo en cuanto los vio. No tenía ni idea de quién era esa chica, pero no tenía ni un solo reparo en pegarse a él. Jamás había visto a Bakugo tan incómodo. A diferencia de las fotos anteriores donde estaban separados y él la fulminaba con la mirada, en esos momentos ella le pasaba los brazos por los hombros y restregaba su perfecta figura por su cuerpo. Bakugo ni siquiera sabía dónde poner las manos.
—Voy a grabar un vídeo y mandarlo al grupo —rio Kaminari.
—Tú sabes que Bakugo está en él, ¿verdad? —Él asintió con semblante maligno—. Va a matarte.
—Lo sé, pero es por una buena causa —alegó divertido—. Ya perdí una buena foto hace semanas. Te aseguro que no me vuelve a pasar.
—¿Hace semanas? —Él volvió a asentir.
—Imagino que ya no importa, pero hace unas semanas pillé a Todoroki y Yaoyorozu entrenando y tuvieron… un accidente —rio con perversidad—. Aunque, desde luego, esto es mucho más jugoso que aquello.
Por acto reflejo, Kyoka revisó por el salón hasta encontrar a los mencionados. Aunque Kaminari se lo hubiera contado con ese tono desentendido, no pudo evitar pensar en la situación de Yaomomo. Puesto que hablaba de haberles sacado una foto, entendía que habían tenido algún momento comprometido del que Kaminari fue testigo. Y como hacía una semana les habían aclarado que no tenían ninguna relación, él lo estaba desechando como una anécdota sin importancia.
Pero imaginaba que para Yaomomo no debió ser así. No tenía claro desde cuándo albergaba esos sentimientos por Todoroki, pero todos sabían que su relación había tomado otro cariz desde el examen de las licencias.
Los miró entre el bullicio que estaban montando Kaminari y Kirishima, el cual se había acercado con Mina y no paraban de reír ante un Bakugo intimidado. Ambos miraban de vez en cuando en la dirección de la pareja, pero mientras que Todoroki parecía divertido con la situación, Yaomomo lo hacía con el semblante de quien mira la destrucción de un terremoto.
— * —
Aún seguía sin saber muy bien cómo sentirse por lo que había visto; seguía sin tener muy claro qué era esa chica para él. El pensamiento de que fuese «la otra» había fluctuado durante la conversación. En un inicio había pensado que era ella, pero puesto que hablaba con desentendimiento sobre el hecho de que la chica estuviera allí por Bakugo, había empezado a desecharlo. Sin embargo, la forma en que la miraba y sonreía le estrujaba el corazón.
De modo que, de nuevo, estaba en la tesitura de que fuese ella. Pero, si lo fuese, ¿por qué dejaba aquello correr? ¿Quizás porque sabía que el hecho de presentarse allí por Bakugo era por el mero hecho de querer asistir al baile? A fin de cuentas, ella misma había comentado nada más verle que le habría gustado ir con Todoroki, por lo que le prefería a él.
Pero ¿por qué, entonces, no habían asistido juntos?
—Todoroki…
—¿Estás bien? —se preocupó—. Estás muy pálida.
—Esa chica…
Pero no pudo seguir; no podía preguntárselo. Aunque le corroyera por dentro la incertidumbre, mientras no lo supiera con certeza podría albergar esperanzas de que no lo fuese. Porque si no lo era, tenía más posibilidades de conseguirle. Todos sus esfuerzos se cimentaban en el hecho de que la chica de la que estaba enamorado era ajena al instituto y, por tanto, Todoroki no podía verla. Pero a ésta sí; a ella la veía cada vez que iba a las clases extras de las licencias.
—¿Te refieres a Kemy?
Ella asintió despacio.
—Para el poco tiempo que hace desde que os conocéis, no parece temerle a Bakugo —desvió.
—No lo ha hecho nunca —comentó con tono relajado—. A poca gente he visto no reaccionar al temperamento de Bakugo, ya sea por temor o repulsión. Pero Kemy, en todo momento se trató con él como si su actitud fuese normal.
—¿Por eso dices que es peculiar?
—Entre otras cosas…
Momo miró de reojo a la pareja. Por lo que le estaba diciendo Todoroki, ellos sólo se trataban en sus entrenamientos. Sin embargo, Kemy no tenía ningún reparo en hacerse notar para Bakugo. Al igual que Todoroki, siempre se había mostrado bastante neutro en temas de chicas, pero desde luego, no le estaba pasando desapercibida. Según había empezado la canción lenta, ella se le había arrimado y había pegado su cuerpo contra él. Incluso en la distancia habían visto que Bakugo se ponía rojo por la treta de la chica.
Ella no tenía ese tipo de descaro, lo que a su vez se traducía en la falta de armas que tenía frente a otras posibles rivales. Ya había tenido un pequeño disgusto con Hado y ahora tenía uno mayor con Kemy. Ambas eran mucho más lanzadas; ambas podían pelear con más virulencia por aquello que querían.
—Mañana va a ser un día interesante —murmuró Todoroki—. El móvil no deja de vibrar —añadió divertido.
Cuando le miró de nuevo, su atención volvía a estar en la pareja. Desde que habían entrado en ese salón, a Bakugo le habían estado asediando el resto de compañeros. Iban a ser la comidilla de clase del día siguiente, si no más. Pero Kemy estaba siendo capaz de atraer la atención de Bakugo hacia ella y sólo ella. Aunque había sido consciente de sus obstáculos con Todoroki, nunca lo había sido de una forma tan real. Era un hecho que a lo largo del tiempo se encontraría con chicas que jugarían más fuerte que ella para conseguirle.
Bajó su vista al pecho de Todoroki y pensó con desazón en el vuelco que había sentido en la entrada cuando la había abrazado, antes de que todo se torciera de nuevo por Kemy. No sabía por qué lo había hecho, pero quería que lo volviera a hacer. Quería ser la única destinataria de su afecto y dejar de sentir esa inseguridad hacia él que la estaba corroyendo por dentro. Pero para eso, primero tenía que atraer su atención… algo que ahora mismo tenía «la otra».
Debía ser más audaz; debía ser más atrevida si no quería quedarse sentada viendo cómo otras se metían en su camino. Y si Kemy era capaz de lanzarse así sobre un chico al que veía una vez por semana, a ella le tendría que costar menos hacerlo por el chico que quería.
Inspiró hondo y cerró la distancia entre ellos. Deslizó sus brazos por sus hombros hasta apoyar su cabeza allí y se agarró a su cuello. Supo que obtuvo la atención de Todoroki al instante, pues todo su cuerpo se tensó. Pero no le soltó a pesar de sentir que sus piernas temblaban por los nervios a la espera de su reacción.
Tardó lo que le parecieron horas, pero Todoroki finalmente la abrazó arrastrando sus manos más allá de su cintura. Sentía su pecho latir con fuerza, y no tenía claro si sólo era ella o también él. Para ser una canción lenta, tenía las pulsaciones disparadas como si fuese una canción movida de una discoteca. Pero, a pesar de la tensión, estaba tan feliz de que reaccionara de esa forma a su avance, que pensó que no se movería del sitio hasta el final de la noche.
Para su desgracia, la canción terminó antes de lo que le habría gustado y fue Todoroki el que se lo señaló apartándose un poco de ella.
—Creo que la nueva canción no se baila así.
Le costó mirarle a los ojos después de su atrevimiento, pero ver que él también conservaba cierto sonrojo en el rostro, le hizo saber que había conseguido afectarle.
—Me gustaba más la anterior —le dijo ella, consciente de que ambos sabían que no era una cuestión musical. Cerró la distancia que él había abierto y pegó su cuerpo deliberadamente al suyo. Todoroki la miró muy sorprendido, con la respiración desbocada al sentir su sensual cuerpo sobre él, y esa reacción la envalentonó para continuar con su estrategia—. Podríamos salir fuera y seguir… solo los dos.
Fuera de los ojos de todos, pero, sobre todo, fuera del radio de acción de Kemy. No quería que se le metiera nadie en medio, pero esa chica lo estaba haciendo desde que había llegado y eso que estaba con otro.
Sin embargo, hasta ahí llegó su osadía, porque Todoroki la cogió con fuerza de los brazos y la separó de él con un muy perceptible enfado.
—¿A qué demonios juegas?
Fue tan rudo que sintió cómo toda la sangre que había tenido concentrada en sus mejillas se esfumaba como por arte de magia ante ese cambio tan brusco en el ambiente.
—¿Qué?
—¿Te piensas que soy un juguete que puedes coger y tirar cuando te da la gana?
—No, claro que no.
—¿Y qué crees que estás haciendo?
Abrió la boca como si fuese a decir algo, pero realmente no tenía nada que decir. Había intentado imitar a una maestra de la seducción, pero había errado el paso. Era evidente que Kemy actuaba por instinto cuando se relacionaba con el género masculino, pero ella no era así. Jamás había intentado atraer la atención de los chicos, a diferencia de ella. Y no sólo no había conseguido sus propósitos —cómo sí lo había hecho Kemy al arrastrar a Bakugo a ese baile sin esfuerzo—, sino que Todoroki se había enfadado con la obvia artimaña.
—Yo no…
—No puedo creer que me hagas esto… —espetó dolido—. He aguantado muchas cosas, pero esto se pasa de la raya.
—Lo siento, no era mi intención…
—¿Que no era tu intención? —le increpó—. ¿Y qué otra podría haber tras esa «invitación»?
—Yo solo quería estar un rato contigo.
Todoroki la soltó, con un gesto rudo con el que resintió la zona por la que la tenía agarrada. Yaoyorozu no pudo evitar frotársela mientras aguantaba esa mirada que de pronto sólo lanzaba cuchillas heladas.
—Pues yo ya no quiero pasar más tiempo contigo —sentenció.
A Yaoyorozu se le abrió la boca de la impresión, casi sin poder procesar esas palabras como correspondía, pero mientras lo hacía, Todoroki se giró en dirección a la salida y la dejó allí, con el corazón destrozado en mil pedazos, mirando cómo atravesaba el gentío que seguía bailando ajeno a esa escena.
—Todoroki… —susurró, aunque obviamente ya no podía escucharla.
No se había esperado que pudiera tener una reacción tan violenta por ese intento de acercamiento; menos cuando le parecía divertido que Kemy se lo hiciera a Bakugo. Y sin contar con que ellos tenían esa especie de acuerdo que les situaba un paso más allá de la simple amistad.
Pero quizás la presencia de «ella» era lo que lo cambiaba todo, pensó mientras se llevaba la mano al pecho ante la abrumadora presión que sentía de pronto allí. Había visto la abismal diferencia entre la maestra y la imitadora y se había molestado. Quizás se había dado cuenta de que decantarse por ella y obviar sus verdaderos sentimientos no le compensaba. A fin de cuentas, a ella le pasaría lo mismo: le costaría mucho obviar lo que sentía por Todoroki para tener un apaño con otro.
Pero tampoco podía dejar que su relación se rompiera de esa manera. Por muy doloroso que fuese que prefiriera a otra antes que a ella, Todoroki se había convertido en su mejor amigo. Incluso con todo lo sucedido en las últimas semanas, habían intentado amoldarse para que su amistad se viera afectada lo menos posible.
No podía permitirse perderlo todo por un mal paso.
Eso le dio las fuerzas para moverse de nuevo y correr entre la gente para alcanzarle, algo que logró cuando prácticamente abría las puertas del salón para marcharse.
—¡Todoroki! —gritó, y le cogió del brazo para detener su avance—. ¡Espera!
Sin embargo, él se soltó con brusquedad y la encaró con una mirada defraudada que la hizo sentir insignificante. Seguía muy enfadado; jamás le había visto así. Saber que ella era la causante le dejó un vacío intenso por dentro.
—No vuelvas a tocarme —la amenazó.
—Lo siento —se disculpó de nuevo, a punto de echarse a llorar—. No lo volveré a hacer.
—No, te aseguro que no.
—Todoroki… —imploró con voz temblorosa.
—No sé qué idea tienes de mí —dijo al tiempo que empujaba de nuevo la puerta para abrirla—. Pero por mucho que sea mi singularidad, yo no estoy hecho de hielo.
Fue lo último que escuchó Momo antes de que la puerta se cerrara como si del muro que se había levantado entre ellos se tratara.
— * —
Fin del Capítulo 50
29 Agosto 2021
Notas finales:
Ok... alguien se ha pillado un mosqueo monumental. Y no veáis lo difícil que está siendo para mí escribir esto. Ya os dije (hace millones de años), que tenía que enfrentarme a una escena de Todoroki cabreado y no tenía ni idea de cómo sacarla adelante porque, aparte de la animadversión contra su padre, nosotros no hemos visto un Todoroki cabreado. No existe esa versión. Este chaval es un trozo de pan *o*
Y claro, hemos llegado a ese momento y la menda ha entrado en crisis T_T . Lo peor de todo es que en su día me aparecieron como ¿4 broncas alternativas? E ingenua de mí, pensaba que, teniendo 2 meses por delante desde que reinicié las actualizaciones, podría terminarla. Pues bien, llevo ese tiempo escribiendo, reescribiendo, borrando, reordenando diálogos... Pufff, un put* infierno. Y de verdad que lo intento, pero me está entrado una crisis existencial con este fic que no veáis, porque no consigo escribir lo que tan guay aparecía en mi cabeza. Y claro, es el último capítulo y la presión de acabarlo como Dios manda me puede. Me está dando un estrés... T_T Que tengo escritas como 2500 palabras. Realmente no creo que quede ni la mitad de capítulo (va a ser largo), pero ¡no consigo terminarlo! (MAEC hiperventilando en modo histérico). Que 2500 palabras las escribo en 2-3 horas y llevo 2 meses con ello. Voy a llorar T_T . Ok, MAEC, ponte en modo zen y no perturbes a los lectores u_uº.
Dicho esto, espero, de verdad de la buena, poder subir el capítulo dentro de dos semanas. Pero si no lo subo, tampoco me matéis. Es una crisis seria T_T
En fin, espero que os haya gustado el capítulo de hoy ;-D
¡Saludos!
