Y así, volvió a amanecer, y Hinata esta vez fue despertada por unos golpes en la puerta.

Ya estoy despierta – Balbuceo pensando que se trataba de la sirvienta que acudía a despertarla.

¿Puedo pasar Hinata-sama? – Cual fue su sorpresa al comprobar que se trataba de su primo… pero… ¿Por qué la buscaba a esas horas de la mañana?.

S… si pasa.- y dicho esto Hinata se sentó contra el respaldo de su cama, se tapo con la sabana contrayendo sus piernas contra su pecho y vio como Neji entraba con una bandeja. Solo le miro extrañada.

Pensé que no podrías levantarte, por lo del tobillo, y como me siento un poco culpable te he traído el desayuno. – Dejo la bandeja sobre la cama.- Yo… ya me voy – dicho esto se dio media vuelta y camino hacia la puerta, pero un leve murmullo lo detuvo.

¿Quieres quedarte a desayunar conmigo? – Hinata le sonrió y el no pudo evitar quedarse. Se sentó en el borde de la cama tan solo observándola, mientras ella empezó a comer.

¿Quieres? – le ofreció un poco de su desayuno y sonrió cerrando los ojos.

Yo ya he desayunado – contesto cortante Neji… ¿Por qué¿Porque aún no podía hablarle con la dulzura que quería?

De… de acuerdo – Hinata bajo la cabeza y siguió comiendo en silencio. ¿Cómo había podido pensar que Neji le apreciaba? Solo era porque se sentía culpable… solo eso…

Ninguno hablo mas, mientras el la miraba ella bajaba la vista y cuando ella la levantaba el la bajaba, sus miradas nunca delataban sus sentimientos simplemente porque no se cruzaban. En eso, Hinata emitió un sonido de dolor y se llevo una mano a la boca.

¿Qué sucede? – pregunto Neji y esta vez sin pensarlo antes, le salio un tono tan inofensivo que hasta el se sorprendió. Llevo una mano hasta donde los dedos de Hinata cubrían sus labios. Un gesto tan tierno, con una mirada tan inquietada… Hinata se sonrojo al pensar esto y recordó el incidente de la noche pasada, con lo que se puso aun mas roja y su mano cayo encima de la cama dejando que los dedos de Neji acariciaran sus labios. Al darse cuanta de lo que estaba haciendo Neji aparto la mano rápidamente, pero eso no quitaba los segundos que, hechizado por ella, había mantenido sus dedos contra sus labios… deseando besarla otra vez, aunque fuera otro simple beso de nada.- Lo… lo siento – se sonrojo un poco. – Y… también lo siento por lo de ayer… me tropecé… fue sin querer – Que fácil era mentir¿se lo creería? Puede que siendo ella si, pero el sabía la verdad, la sencilla verdad de que no había tropezado con nada.

No te preocupes – inmediatamente Hinata volvió a llevar sus manos cerradas en puño hasta sus labios.- Ya se que fue… un accidente.

Neji la miro fijamente… podría ser que… en su tono, en su expresión… ¿acaso le molestaba la idea de que hubiera sido un accidente? No, demasiado bueno… ¿Por qué querría ella besarle?... A ella le gustaba Naruto y a el le guardaba rencor… no… ella era incapaz de sentir rencor hacia alguien, era demasiado buena. Y las ilusiones de ese momento se le vinieron abajo en el mismo momento que las pensó.

La verdad resonaba en sus oídos, un accidente, siempre lo había tenido claro… pero deseaba tanto que no fuera así. Aunque esa última frase… había sonado tan… No sueñes Hinata, termino por repetirse una y otra vez. Pero los pensamientos, de ambos, se vieron interrumpidos por la sirvienta que entro para dejar la ropa de Hinata.

Bueno – el chico bajo la vista y se levanto de la cama.- Tu padre me ha dicho que te cambies y te pongas el yukata para ir a la feria, tienes que estar presente.- La chica asintió y miro la ropa.

Falta el lazo Neji-onisan – dijo en vos baja, ocultando su boca con las sabanas.

Iré a buscarlo.- Y sin más, abandono la habitación

La habitación de Hinata no era muy grande para vivir en una mansión. Tenia una cama mas alta de lo normal empotrada contra una pared, donde empezaba terminaba la cama de alto empezaba una ventana que de largo media lo mismo que la cama. Así cuando Hinata dormía, tan solo tenía que darse la vuelta y vería por la ventana todo el paisaje, sin necesidad de separar su rostro de la almohada, ya que al frente de sus ojos solo había vidrio transparente. Y aun estando tumbada boca arriba podía ver la luna y las estrellas. La ventana tenía unas cortinas medias transparentes de color verde oscuro, que por las mañanas solían aplacar la luz en sus ojos. Junto a la cama, entre esta y la otra pared había un armario, y enfrente un escritorio con una silla, todo lo restante eran adornos y demás cosas. Dio un salto de la cama y se vistió velozmente. En eso tocaron la puerta.

Soy yo Hinata-sama – la voz de Neji sonó una vez más.

Pa… pasa – a Hinata le había dado tiempo a peinarse y colocarse el yukata de forma que solo faltaba ponerse el cinturón. Pero ella no podía colocárselo, tenia sus manos ocupadas en la gran tarea de sujetar el yukata para que n ose moviera y Neji la viera semi desnuda.

Neji se dio cuenta de esto y se acerco para colocárselo. Aun si el no estuviera allí, no podría colocárselo así que¿Que mas daba?. La joven se ruborizo nuevamente, con una mano se toco el pelo y luego la llevo a los labios como tenía por costumbre, la otra mano sujetaba el kimono de verano. El joven se coloco detrás suya y la rodeo con sus brazos por la cintura, situándole el lazo con sus manos y luego cuidadosamente lo atándolo detrás, en su espalda. La chica se giro y Neji cogió una flor del florero y se la coloco en el pequeño mono que llevaba.

Así ya estás perfecta. – Dijo con una sonrisa… con una sonrisa calida y verdadera.

El joven se aparto un poco y la miro de arriba abajo sonrojado. Pero ella no se percato de este detalle ya que tenia la vista baja, mirando algún punto de su derecha.

Bu… bueno… yo voy a buscar a Kiba – rompió por fin el silencio Hinata.

Pensé que vendrías conmigo.- Se atrevió a decir Neji, no sabía pedirle de otra forma que fuera con el, si era patético.

¡Ha! Bueno… yo no había quedado con kiba, así que vamos.- Y le dedico una dulce sonrisa.

Salieron de la habitación y se dirigieron a salir por la puerta cuando Hiashi apareció, y con tan solo la mirada los paró.

Hinata – miro hacia su tobillo. - ¿Tienes el tobillo bien? – Hinata asintió pero su padre ya estaba mirando acusante a su primo. – No quiero más encuentros nocturnos. – Volvió su mirada hacia Hinata.- ¿Entendido?. – Y los dos sintieron, aunque solo uno comprendía el porque.

El padre desapareció tan imponentemente como había aparecido, aunque esta vez abandonaba la mansión Hyûga. Los dos chicos se sentaron en el suelo de madera de la entrada cada cual sufriendo por su tema en silencio.

Era injusto, ella quería ser mejor. ¿Por qué su padre no le dejaba entrenar con Neji, el no la entrenaría. Por fin había conseguido que su primo le regalara un poco de tiempo, por fin podía pasar algunos minutos de su día junto a el siendo receptora de su atención¿Por qué?. De repente intento descubrir lo que pensaba Neji, el también estaba callado y con la mirada perdida.

El sabía perfectamente porque, Hiashi se pensaba que el había dañado a propósito a Hinata. Pero ¿Cómo podía alguien pensar que el sería capaz de hacerle el menor daño a Hinata?... otra vez el pasado, ese maldito pasado. Normal que lo pensaran, el había demostrado todo lo contrario, pero ahora… esos momentos que el había conseguido para estar a solas con ella, para poder contemplarla todo lo que quisiera, para alentarla y demostrarle todo lo que había cambiado… todas esas horas, prohibidas.

¿Por qué? – un débil porque salió de los labios de Hinata inconcientemente.

Porque… porque tiene miedo de que te haga daño – respondió Neji con su sonrisa característica que volvió a adoptar.

¿Daño? – Preguntó nuevamente inocente.- Tú eres una buena persona Neji-onisan, no harías eso… ¿verdad? – en el último momento de su frase, Hinata dudó. Y con media lagrimita en los ojos espero que su primo le afirmara lo preguntado… sino su corazón quedaría hecho añicos.

Prosupuesto que no. – Y para sorpresa tanto de ella como de el, que lo hizo como acto reflexivo de su corazón. La rodeo con un brazo, la atrajo hacia si y le dio un beso en la frente. – pero antes lo no hubiera dudado en hacerlo y mi pasado parece que me empieza a cobrar.

Pero tú has cambiado y yo… yo confió en ti Neji-onisan.

Y así se quedaron, abrazados. Hinata tenía la majilla apoyada contra el pecho de él y una débil sonrisa tímida en los labios. Neji aún no sabía muy bien porque no la soltaba, había cambiado mucho en esos pocos días y su sonrisa se dibujo una vez más en su rostro. Hay que ver como has terminado Neji, se repetía sarcástico para si.

Neji suspiro y dijo un leve "Vamos". Se levanto y Hina roja como un tomate por haberse quedado tanto rato abrazada a el, se levanto y los dos emprendieron su camino hacia la feria.

Últimamente Hinata y Neji se están llevando mucho mejor¿no crees Hiashi? – el hombre hizo un gesto para que su compañero mirara hacia atrás.

Eso parece – contesto el jefe del clan Hyûga sin inmutarse, pero atento a la pareja.

Los dos jóvenes caminaban entrando a la feria, Hinata reía divertida y Neji sonreía mientras hablaba. ¡Cuánto había deseado hacerla reír! Lo que tantos celos le había dado hace unos días, por fin podía vivirlo y además, esa sonrisa que llevaba Hinata en ese mismo momento, lo parecía mucho mas bonita que cualquiera que hubiera visto dedicarle a Kiba o a Naruto… seguro imaginaciones suyas.

Nunca pensó que su primo tuviera una sonrisa tan apacible, tan suave, tan dulce. Y mucho menos pensó que fuera a brindársela a ella. Su risa era en mitad causada por esa expresión tan alegre que hacia que Neji se viera como cualquier niño despreocupado, cualquier niño disfrutando de la feria en compañía de alguien agradable¿de verdad era ella alguien agradable?. Sonrió mas aun, estaba contenta.

Daba mucho asco con esas cosas que se sacaba de la boca. – Neji miro de reojo Hinata que le mira atentamente.- y esas telarañas. – el joven puso cara de asco y movió una mano como si controlase hilos de telarañas que le producían desagrado. Hinata rió mas aún, tapándose los labios con una mano y haciendo que su primo se sintiera como el chico más feliz del mundo. Así, Neji empezó a reír junto con su prima.

En eso salieron de la feria y se pararon en un puente a ver el pequeño río que pasaba por debajo. Hinata apoyo las manos y hecho un vistazo hacia abajo, Neji se apoyo de espaldas contra la barandilla.

Yo me preocupe mucho cuando os fuisteis en busca de Sasuke, i… ibais mucha gente querida por mi. – empezó a juguetear con sus dedos chocándolos, todavía mirando hacia el río.

Neji la miro sorprendido. - ¿Por mi también?.

¡Claro! – exclamo sonriendo con los ojos cerrados. Neji se ruborizo, aparto la mirada de Hinata y miro hacia delante.

Bu… bueno… yo – Hinata sonrió aun mas al ver al joven nervioso.- Tuve un oponente muy difícil, si eso. De verdad pensé que moriría, que ese era mi destino en ese momento, pero una vez mas mi "destino" me fallo. – Su rostro una vez más se torno un tanto serio y con cierto tono triste.- Y con eso creo que termine de aprender la lección.

Pu… pues yo me alegro, si tu destino hubiera sido como pensabas… tu… tu habías muerto y yo… - pero Neji no la dejo terminar.

¿Te hubiera importado?

Por supuesto, y había llorado mucho, probablemente hasta ahora seguiría llorando – expreso la chica aun mirando el agua y ligeramente colorada.

Entonces, le importo… ¿verdad?. Fue lo único que se le paso por la cabeza a Neji y lo único que no pudo decir. Se giro y miro hacia el río al igual de la chica. Se saco la bandana de la frente y la cogió con la mano.

Yo siempre creí que por llevar este símbolo marcado en la frente mi destino estaba sellado, y cuando descubrí que eso no era cierto fue muy duro para mi, pero desde antes ya lo sabia, sol oque no quería abrir los ojos, talvez solo por el rencor.

Hinata llevo una tímida mano a la frente del joven y le acaricio la señal con toda la calidez que solo ella podía demostrar.

Es algo muy cruel. Por eso yo nunca haré lo mismo que mi padre. – Hinata hablaba con los ojos entrecerrados, con una firme convicción no corriente en ella.

¿A que te refiere? – pregunto extrañado Neji, sintiendo aun la mano de Hinata.

Yo, recuerdo que cuando era pequeña, un día mi padre hizo algo, algo relacionado con la marca. Y tu padre lo paso muy mal, por eso yo nunca lo haré, las personas no deben someter así a sus iguales. Yo… yo te protegeré para que nunca te pase algo así Neji-onisan. – Hablaba tan bajo, casi susurrando, tan lento y pausadamente. Con un sinfonía tan dócil, humilde, cariñosa.

Hinata – suspiro y susurro Neji. Un solitario Hinata, nada más, sin ningún complemento absurdo. Cogió la mano de la chica que seguía en su frente. Era tan buena, y el había sido tan cruel, ni siquiera se puso a pensar en lo que ella pensaba o sentía respecto a todo lo que el odiaba y por lo que la odiaba. Fue un estúpido, pero ya se había pasado una tarde entera culpándose. Sin embargo, esas palabras de ella le habían abierto nuevamente esos sentimientos que cada vez se iban haciendo más pesados e inllevables. Apresó su mano entre las suyas.- Muchas gracias.

Y la brisa movió sus cabellos, congelo la imagen, capturó sus miradas empalmadas con las del otro, la mano cogida y el bullicio del agua chocando con las rocas. Hinata finalmente sonrió y el silenció, la imagen, la captura… el momento mágico acabo. Era inevitable.

Vamos ¿no?. – Y comenzaron a caminar hacia la feria nuevamente.

Entraron en la feria y comenzaron a recorrer los puestos. Hinata se paraba para juguetear con algún objeto o para ver a la gente participar en los juegos. Pronto les entro el hambre y fueron a comer algo a un pequeño puesto de bolitas de pulpo.

Muchas gracias – Hinata sonrió al cocinero y se sentaron en un banco a comer.

Ella bajo la mirada, perdiéndola entre la comida sin estar atenta a ello. Neji se percato de esto y la miro de reojo pero prefirió no decir nada. Al cabo de unos minutos el rostro de su prima era tan triste que hubiera jurado que en dos minutos más se largaría a llorar sin consuelo. No sabía como preguntarle que le pasaba, no sabia como demostrarle que podía confiar en el, no sabia como demostrarle lo que la quería.

¿Qué te pasa? – mierda… la voz nuevamente mas fría de lo que hubiera deseado… como odiaba esa voz.

Es… es que… yo… - dejo la comida a un lado y empezó a juguetear con sus dedos. Bajo su mirada hacia la derecha… imaginas el sufrimiento… un escalofrío le recorrió al recodar aquellas palabras pronunciadas cruelmente por su primo, volvió a alzar la vista, esta vez decidida. Aun su voz era fría pero ella estaba tan acostumbrada a oírla así que ya le daba igual, con tal que le hablara ya era suficiente.- Yo no quiero dejar de entrenar contigo… yo quiero ser mejor – fijo la mirada contra los ojos del chico, el cual se puso nervioso y se ruborizo apenas, pero e ruborizo. No esta acostumbrado a que ella le mirara tan fijamente a los ojos, con esa decisión, con esa fuerza.

Sonrío con su sonrisa de siempre, cerrando los ojos apaciblemente, sintiendo el momento. Luego miro al cielo, a una ave que volaba libre entre las nubes y entonces, hablo. – No te preocupes seguiremos entrenando sin que tu padre se de cuenta.- Y una sonrisa sincera se dibujo en sus labios, ella quería estar con el así que… no debía odiarle tanto como el pensaba ¿no?. Hinata tan solo sonrió contenta.- ¿Seguimos viendo los puestos?.- la chica asintió y los dos se pusieron de pie para seguir su paseo.

Hinata miraba todo muy entretenida, apenas tocaba la mercancía vaya que al dependiente le molestara, pero si este le ofrecía probarlo no dudaba y jugueteaba con el objeto. Neji la seguía de cerca, con las manos en los bolsillos y la mirada estática en la sonrisa de su prima, por primera vez alguien le contagiaba la risa. Hinata se paro en un puesto de molinitos de viento, todos de una gran variedad de colores. El tendedero le ofreció hacer girar uno haber que tal le parecía y ella intento moverlo con un dedo y luego con un leve soplido. Le gustaba mucho, y eso también lo pensó Neji.

No, no quédeselo señorita es suyo.- El tendedero rechazo la devuelta del molinillo y le sonrió.

Pero… - la chica no entendía nada.

El joven lo ha pagado.- Señalo a Neji y aparto la vista rápidamente con los brazos cruzados. La muchacha sonrío dulcemente a su primo, el cual de reojo la vio y volvió a ruborizarse. Un golpe contra la frente… contrólate Neji, suspiro para si el joven.

Siguieron andando pero ya ninguno tenía mas ganas de estar allí, y lo peor es que tendrían que estarlo aun mucho tiempo. La feria y las fiestas no acababan hasta ya muy entrada la noche y nadie volvería a sus casas hasta esas horas. De repente Neji se cubrió de una aura negra al ver enfrente suyo a Kiba… ¿quien sino, y Shino con un peluche del tamaño del mas grande de los dos chicos.

¡Hinata¿Hinata! Mira lo que te hemos comprado.- Kiba corrió hasta Hinata gritándole esto con una sonrisa, quería animar a su amiga.

Aunque yo lo he pagado todo, me debes tu parte Kiba, no lo olvides.- Dijo Shino observándole de reojo, aunque no se le escucho por lo bajo que hablaba.

Hinata miro el osito de peluche sin creérselo, iba a agradecerle a Kiba pero este la abrazo efusivamente agradeciéndose el solo. Cuando se aparta, Hinata sin otra posibilidad fue a abrazar a Shino para agradecerle y entonces kiba se percato de Neji. ¿Neji esta con Hinata, él con ese regalo quería levantarle el animo ya que antes había visto a su amiga deprimida pero a decir verdad, cuando la vio esta sonriendo. Pero… ¿Qué hacia Neji con ella?... acaso…

Kiba, condenado Kiba… repetía una y otra vez Neji en su cabeza mientras lo miraba con los brazos cruzados y mirada amenazadora. ¿Quién se creía que era para achuchar así a la señorita Hinata?. En eso sintió como algo jalaba de su brazo y se aferraba el..

Nejiii!. – Todos voltearon a ver de que se trataba.

¿Qué pasa Ten Ten¿Qué haces?.- El chico la miro de reojo.

Ten Ten miro de reojo a un grupo de chicas cercanas que le miraban con rabia y odio contenido. – Estoy tratando de ponerlas celosas. – Susurro señalándolas, luego giro la vista y se encontró con el panorama que tanta cólera había despertado en su amigo.

Bu… bueno.- Kiba aparto la vista de Ten Ten y miro a Hinata, preocupado por el daño que le haría esa cuadro de Neji con Ten Ten abrazado a el.- Es… to... – "Tengo que sacar a Hinata de aquí, se me va a venir abajo con esto… mierda" pensó fugazmente.- ¿Por qué no llevamos el peluche a tu casa Hina?.

Hinata asintió aunque con su puño en sus labios no apartaba la vista de Neji. "Mierda se va a pensar que estoy con Ten Ten", Neji daba vueltas y vueltas a esta frase en su cabeza, aunque no era capaz de decirle nada a su amiga, pero esta se dio cuenta y se separo rápidamente. Tenía que pensar en algo, la había fastidiado, pero ella no sabía que estaba Hinata… si lo hubiera sabido.

¡Si! – Se apresuro a intervenir Ten Ten.- Pero que la acompañe Neji que yo necesito hablar contigo Kiba, es algo muy importante. – Dicho esto se colgó otra vez de un brazo pero esta vez del de Kiba.

Va… vale. – Kiba aprovecho esa situación para dejar solos a su amiga y a su primo, talvez así… Y los tres, pues Shino los siguió, tomaron un rumbo diferente. Y Hinata los vio alejarse junto a Neji que se preguntaba muy seriamente como haría para llevar semejante peluche hasta la mansión.

Pero en cuanto abandonaron la feria una mirada se clavo en ellos. Hiashi Hyûga les miraba marcharse, el estaba ocupado con un señor que no paraba de hablarle, pero en ese momento empezó a tratar de deshacerse de el e ir en busca de esos dos.

Neji dejo el enorme peluche en el suelo de la habitación de Hinata. Esta le sonrió en agradecimiento, pero aun llevaba el puño contra los labios… una barrera ¿ahora porque¿Por lo de Ten Ten? Bajo la mano. El chico se sorprendió, su prima cada vez parecía más segura, más fuerte, y cada vez le gustaba más.

Estamos solos… - Hinata se puso como un tomate antes de que Neji siguiera la frase.- podemos entrenar ¿no, nadie llegara hasta tarde. – Hinata sonrió levemente, le había vuelto a hablar con indiferencia, a pesar de eso, asintió.

En pocos minutos estaban en el gimnasio entrenado. Golpe tras golpe. Los pies una vez más se movían con ligereza y soltura, creando un baile de golpes. Los brazos con movimientos claves, ni un centímetro más o menos, golpes exactos, con chakra concentrado y ganas de acariciar en vez de atacar.

Los ojos de Hinata adoptaban cada vez mas fuerza, sus brazos mas poder. Una patada por abajo, Neji saltó y ella arremetió con un puñetazo hacia lo alto, dándole de lleno… por primera vez había golpeado a Neji, aunque muy leve. Hinata se apresuro he hizo cuatro copias… ¿A quien había visto hacer eso? Que más daba. Se colocaron delante de Neji y cuatro piernas le arrasaron le barbilla… ¿Cómo lo había echo?... ¿Quién?...

Porque utilizas técnicas de Naruto!. – Neji se recupero fácilmente y estampo a Hinata contra la pared, acorralándola con sus brazos a cada lado de su rostro. ¿Qué hacía? El no era así, hacia las cosas sin pensarlas, perdía los nervios con facilidad y siendo tan brusco jamás conquistaría a alguien tan dulce. ¿Conquistar¡Pero que tonterías estaba diciendo¿Cómo podía haber cambiado tanto en tan poco?.

Yo… yo solo… lo he echo inconcientemente… además. – Su mirada cambio¿Por qué no podía hacerlo? Ella quería cambiar, ser más fuerte. Naruto… si de el la había sacado pero ¿Qué mas daba?. – Yo quiero ser mejor y si eso implica copiar técnicas ¡lo haré!

Hinata le veía satisfecha, con esa mirada llena de valor que a veces aparecía… cuando Naruto esta de por medio. Estallaba en rabia¿Por qué¿Por qué Naruto?. Le hablaba tan seria, tan llena de voluntad, tan decidida, tan linda, tan dulce y tan tierna. Ella tan solo no quería dejarse vencer, quería demostrarle a su primo que era otra, que había avanzado, y que ya podía quererla porque no desperdiciaría el puesto que el tanto anhelaba. Mírame Neji, ya no soy la Hinata que manejaste a tu antojo en las pruebas preliminares. El muro de Neji callo, derruido por la mirada de ella. Coloco una mano sobre la tersa mejilla de su prima, acariciándola débilmente. Si, sonrió irónico, había cambiado considerablemente. Acerco el rostro a ella, con temor, temor que le apartara y con nervios, ese cosquilleo que le subía por el cuerpo. Hinata no daba crédito a sus ojos, se acercaba y mucho.

Te quiero Hinata-sama, y estoy celoso de Naruto, esa es la única verdad.- Otra vez las palabras danzaron fuera de su boca, sin el preverlas, sin el querer decirlas, sin imaginarse que el fuera capaz de expresar algo así. Asombroso, nada más eso. Y otra vez sonrió con esa sonrisa suya y cerró los ojos, para no ver la cara de sorpresa de su prima que no acababa de creerse nada. ¿Era una broma no? Pero ella nunca hubiera imaginado a Neji haciendo esas bromas… pero tampoco lo imaginaba declarándose. No sabía cual de las dos cosas era más surrealista.

El bajo los labios, aun sosteniendo su mejilla en su mano, reuniendo todas sus fuerzas para no templar… ese cosquilleo. Ella en ese momento le parecía tan frágil que sentía como si al tocarla la fuera a dañar, acerco sus labios mas aun, lentamente. Súbitamente Hinata sintió unos labios suaves y calidos sobre los suyos, tan solo eso. Pero era diferente… ya no era una accidente. Los labios empezaron a besarla, besos dóciles e inexpertos, besos nunca antes dados, los primeros. Con esa suavidad que aseguraba de cierto modo a Hinata sobre las palabras del joven. Este empezó a entre abrir los labios, sin dejar de besarla, y ella llevada por esa seguridad los entre abrió también. Neji ni se percato de este detalle, en ese momento no se dio cuenta de lo que eso significaba. Se separaron un poco, su aliento se mezclo y sin verse siguieron con el beso esta vez abriendo aun más sus labios e introduciendo sus lenguas en la boca del otro. Hinata llevo trato de liberar sus brazos pero se topo con Neji y tan solo le quedo poner una mano a cada lado del cuello del chico, él seguía con una mano en al mejilla de la joven y la otra apoyada contra la pared. Y las lenguas se entrelazaban con una pasión y una experiencia adquirida en el instante. Ninguno parecía darse cuenta que el otro le correspondía y que eso significaba que de verdad le quería, aunque las palabras sobraban, tendían que ser dichas. Hinata se estaba decidiendo a decirle algo, pero le daba tanta vergüenza.

El sonido de la puerta, que normalmente era silencioso pero en ese vació de sonido retumbaba entre las cuatro paredes, y el sonido de unos pasos hizo que se separaran, pausadamente, sin perder la dulzura del momento. La puerta del gimnasio se corrió con fuerza y el jefe del clan Hyûga apareció tras ella, mirando a los dos jóvenes arrinconados con severidad y enfado.

Ha vuestras habitaciones… ¡Ya, pensé haber dejado muy claro este tema.- Sentencio y espero de pie a que los dos jóvenes avanzaran a sus respectivas habitaciones. Y no les pedió de vista hasta que ambos entraron en sus habitaciones, ya que estaban juntas, puerta con puerta, pared con pared.

Hinata se tumbo en su cama. ¿Eso significaba que no la odiaba¿Qué la quería? Sinceramente no había parecido una broma, había sido muy… no sabia como explicarlo… había sido muy tierno como para pensar que tan solo habría sido una broma. Tal vez de verdad, de verdad el sintiera eso por ella y entonces, pudiera ser feliz… pero. ¿Cómo podía estar pensando en eso, viendo como se había puesto su padre? Alzo la mano y la coloco contra la pared, detrás de ese muro estaba él.

Y del otro lado de la pared su mano concordaba con la de Neji que maldecía sin parar a la rama principal, pero ahora exceptuaba a una persona… si, a esa que antes más había maldecido. Señorita Hinata… y sus ojos se cerraron llevándoles a un profundo sueño, todo había sido tan repentino, tan radical.