Cáp. IV ¿Visión de paraíso?

Nicholas parado en medio de la lluvia recordaba algo que oyó alguna vez:
-Desde la creación del mundo todos tratan de alcanzar una vida permanente, pero la ley de la naturaleza es tan cruel que nadie ah podido escapar de la muerte. Es un hecho cierto que nadie quiere morir. Sin embargo la ley de la naturaleza no inmuniza a nadie en contra de la muerte.

Nicholas se acerco a ambos vehículos y les dijo a las niñas: -Quienes vinieron con ustedes, están muertos¿Tienen a donde ir? Prometo llevarlas para reparar el daño que mi amigo y yo hemos causado.
Las niñas no cesaban de llorar y Nicholas necesitaba el auto, ya habían perdido demasiado tiempo cuando una voz conocida vino desde atrás: -Nicholas no seas cascarrabias.
-¡Gabriel! Hijo de…
-Si ya se que te alegra verme.

No terminaron de decir nada cuando oyeron una gran cantidad de gente acercándose, de los primeros en llegar oyeron decir: -dicen que pronto atacaran esta ciudad hay que evacuar. -Nicholas se canso de ser amable, metió las cosas en un auto seguidamente a las 2 niñas por mas berrinche que hicieron, ayudo a Gabriel a subir y se largaron de allí.
-Carajo Gabriel, esa herida esta terrible.
-Era una pistola pequeña, y me ah dado en el esternon relájate, soy un hueso duro de roer.

Una de las niñas dijo que había un botiquín atrás. Nicholas detuvo el auto y fue por el, vendo su brazo la bala solo lo había rozado, se lo dio a Gabriel y siguieron de largo al llegar a la avioneta Rin se moría de la preocupación. Nicholas quito la maraña de gasas que Gabriel se puso en el pecho y tomo unas pinzas del botiquín para introducirlas en la herida.
-Ah, Nico al menos avísame que harás eso.
-No molestes, se mas hombre y aguanta.
-Ah, duele, eso no tiene nada que ver con ser hombre.
-Aquí esta la bala, ni siquiera estaba tan adentro, eres un escandaloso.
-Oye Nico.
-¿Que?
-Gracias por dejarme solo.
-Jajajaja no me vengas con eso, no me iba a quedar al lado de un cadáver.
-Au no me puedo reír.
-Jajajajaja ya estas bien por lo visto, solo no te muevas, haré algo de comer.
-Lo haré yo si no le molesta señor Nico. –Dijo Rin.
-Jolin que no me digáis señor que me haces sentir viejo. Y eso va para ustedes 2 también. –Le dijo a las otras niñas.

Luego de comer y de acomodarse todos, se pusieron a comentar hacia donde irían.
-El único lugar tranquilo es en las montañas, nadie ira allí en mucho tiempo.
-No creo tener donde aterrizar en las montañas.
-Jaja no empieces Nico, observa podríamos ir hasta aquí y luego buscar un vehículo mas pequeño.
-¿Ir a la montaña en un vehículo pequeño? No seas tonto, si un vehículo puede llegar a una parte de las montañas será por que es una parte accesible, olvídalo. Mejor observa esto vamos hacia el sur y desde aquí nos meteremos a la cordillera en mulas, la cordillera es lo bastante grande como para que no nos ataquen, además esta parte debe tener muchos ríos y vegetación por ser ceja de selva.
-Como quieras, aunque esconderme no es mi estilo pero, no podemos meternos a otro país sin papeles, es una situación muy delicada. Hagámoslo como dices.
-Muy bien chavales en marcha todos.

El avión levanto vuelo y a medida que iba subiendo el día empezó a aclararse, las niñas curioseaban la herida de Gabriel y este les dijo: -¿Acaso nunca habían visto una herida? Bueno, eso no importa les contare una historia… Esta es la historia de Hiranya-Kasipu, el era un rey muy avanzado materialmente. Queriendo conquistar a la muerte con sus adquisiciones materiales y con la fuerza de su nesciencia, el se sometió a un tipo de meditación tan severa, que los habitantes de todos los sistemas planetarios quedaron disturbados con sus poderes místicos. El forzó al creador del universo el semidiós Brahma a bajar ante el. Luego le pidió a Brahma que le concediera la bendición de Amara, con la cual uno no muere. Brahma le dijo que no podía otorgarle esa bendición ya que incluso el mismo, el creador material que rige todos los planetas, no es Amara.

Nicholas pensaba: -Tal parece que intenta a explicarle a unas niñas que acaban de quedar huérfanas, que la muerte es algo natural eh inevitable con esa vieja historia pero, creo que no la entenderán, fuera de eso creo que es un buen intento.

Dos horas después llegaban al lugar previsto donde aterrizaron Nicholas bajo y se dirigió a el pueblo para conseguir algunas mulas cuando llego cambio el avión por las mulas y se metieron a la montaña.
-Oí una vez, que por aquí vive un grupo de gente desde hace muchísimos años. Que cansados de la urbanidad se mudaron para llevar una vida mas apacible y en armonía con la naturaleza. Aprovechando que es temprano podremos llegar antes que anochezca, si llega a anochecer y no encontramos el lugar, moriremos de frió. Si alguien se opone a ir esta en su derecho.

Nadie dijo una sola palabra y empezaron el camino. El sol era implacable y el clima muy seco, a pesar de eso Rin se veía muy feliz viajando en un animal que solo había visto en libros, había tenido tantas experiencias de tantos tipos que había adoptado la aptitud de recibir con buena cara lo que venga y aunque esa fachada la hacia mas fuerte, Gabriel sabia que en cualquier momento iba a estallar y que tendría que estar allí cuando eso ocurriera. El viaje duro muchísimas horas, al medio día comieron con muchas ganas. Las niñas empezaban a bromear entre ellas lo cual animaba a los demás, al parecer mientras mas joven es uno, mas fuerte es sentimentalmente. Seguían viajando y el sol empezaba a ponerse, Gabriel Rin y las otras 2 niñas se empezaban a preocupar, mas Nicholas se veía muy tranquilo, al parecer estaba seguro de que llegarían o tal vez, era su forma de comportarse frente a estas situaciones. Cuando empezaba a anochecer las niñas estaban muy asustadas pero, un delicioso aroma los tranquilizo.
-OH por Dios que sea lo que estoy pensando.
-¿En que piensas Gabriel? –Pregunto Rin.
-Huele a pachamanca, ah, que delicia.
-¿Que es eso?
-Un manjar de carne, patatas y otras verduras que se prepara en un horno construido bajo tierra, lo cual le da un sabor exquisito. –Comentaba mientras se relamía.
-Eso significa que llegamos chavales. –Agrego Nico.

En efecto habían llegado. Un campo muy grande en medio de las montañas, una especie de meseta con algunos árboles y casas pequeñas. La gente salio a darles la bienvenida. Eran personas muy amables. Los invitaron a comer y les mostraron donde quedarse. Al amanecer pudieron observar bien el lugar, era todo verde la gente estaba levantada trabajando desde temprano, había muchas actividades unos iban al campo, otros a atender a los animales, un sistema de canales no solo regaba los campos si no que también atravesaba la ciudad dándole un efecto muy vistoso. Todos estaban muy ocupados haciendo alguna que otra actividad a esas horas. Estaban todos recorriendo y curioseando todo cuando los llamaron para tomar desayuno, lo cual aceptaron de muy buena gana. Una vez en la mesa, sirvieron unos mangos Nicholas pregunto: -¿Mangos en esta región? –así es, como estamos en ceja de selva, nos es fácil conseguir esta clase de frutos tropicales, sobre todo en esta época, así que hay que aprovecharlos. -A continuación siguieron poniendo bananos, una bebida de cebada dulce con algo de limón que les vino muy bien, carne, huevos y algo de pan plano, al parecer se hacia sin levadura. En cuanto estuvo servido vinieron muchos niños y se sentaron a comer con ellos. -Ah tanta tranquilidad me abruma. –Exclamo Nicholas.
-Te entiendo Nico, no podría resistir por mucho tiempo aquí lo peor es que al parecer no hay tele.
-Nada de eso, lo peor es que no creo que haya baños.
-Jajaja habla bajo.

Así comentaban cuando, las niñas que iban con ellos estaban riendo con los demás niños, y comento Nicholas: -¿Crees que seria bueno dejarlos aquí?
-¿Cómo, hablas de abandonarlos aquí y largarnos?
-No lo digas tan feo, digamos que queremos lo mejor para ellos.
-Pues creo que si, los niños se adaptan rápido además no podemos andar por allí viajando con unos crios, y sobre todo es muy peligroso haya en la ciudad.
-así que esta decidido tío pero, que harás con Rin y su hermano.
-Lo mejor será que se queden aquí también, ya tenemos bastantes problemas.
-¿Estas seguro?
-La verdad no, pero, un bebe es muy estorboso. Yo la traje hasta aquí y trajimos a esos crios pero, también es cierto que somos un par de personas sin muchos escrúpulos, no debería ser nada de otro mundo dejarlos.
-¿Sin escrúpulos? Jajaja eres mas noble de lo que crees, si no tuviéramos escrúpulos dime¿Que carajo estamos haciendo aquí?
-No estoy seguro, creo que nos gano el sentimiento a los dos.
-Jajaja.

Al terminar de comer, Gabriel y Nicholas fueron a ver al que mantenía organizado al pueblo, pensaban encontrar un anciano pero, grande fue su sorpresa al ver a un peculiar personaje de unos 40 años, muy alto, de cabellos dorados y que pese a su gran tamaño inspiraba tranquilidad y confianza.
-Mi esposa siempre quiso tener hijas –Comento aquel hombre.
-Jajajaja¿Y quien es su esposa? -Pregunto Nicholas.
-Es quien los atendió.
-Ah muchísimas gracias.
-Nada de eso, no necesitas darlas, mas bien dime¿Qué los trae por aquí?
-Me imagino que sabrá que el país esta en guerra.
-Si lo se, gente matándose por un pedazo de tierra que triste.
-Es mas que tierra, es un yacimiento de petróleo, según tengo entendido es el mas grande que se haya encontrado, durara muchísimos años. El problema surgió a raíz de que se puede extraer desde ambos países, encima del yacimiento se encuentra la demarcación fronteriza, la línea entre hito e hito dividen el lugar en 2 partes prácticamente iguales pero, a pesar de ello, discuten también por la cantidad que le corresponde extraer a cada uno de los países. También es cierto que siempre que se encuentra un yacimiento de petróleo, viene acompañado de una gran reserva de gas natural, lo cual pone a ambas partes más agresivas. Las negociaciones jamás llegaron a un acuerdo. Este es el lamentable desenlace.

Gabriel pregunto algo confundido. – ¿Matarse por un pedazo de tierra no tiene sentido?
-Por supuesto que no dijo el hombre.
-¿Ese pensamiento no es antinacionalista?
-Nada de eso¿La nación que nos da? Solo le ponen nombre a la tierra pintan amarillo Inglaterra, morado Venezuela, verde Brasil, rojo Kenia y todos que deberíamos ser como hermanos estamos separados.
-¿Si alguien entra a su casa y se lleva sus cosas sin reponerlas usted no defendería su casa?
-Primero trataría de dialogar con el.
-Lo mismo hicieron los políticos de ambos países.
-En ese caso defendería mi casa.
-¿Y si ese invasor se pone mas resistente, usted pone mas seguridad y el consigue formas de burlarla?
-Pondría algunas trampas.
-¿Y eso no es guerra? Las minas son trampas, drásticas pero lo son, además, que tal si el invasor se lastima con una de las trampas y furibundo ¿le hace algo a su esposa? La defendería me imagino, o si vinieran y los botaran de su pueblo por la fuerza, hay muchos ancianos aquí que no tendrían una segunda oportunidad para construir otro lugar, si analizo todo eso el nacionalismo no es tan malo, matarse por un pedazo de tierra suena igual que matar por comida, o por dinero, o por vivir. Como sea uno de los mandamientos nos dice no matar, pero no dice que hacer cuando nos obligan, como cuando llaman a un muchacho a la guerra, si este no va lo declaran desertor merece cárcel o trabajos forzados, y si en plena guerra no quiere matar pues, lo matarían a el.
-¿Gabriel estas bien? Pregunto Nicholas -Hablas como si hubieras matado a muchas personas, pero es verdad a veces nos obligan y por eso estamos viviendo aquí, preferimos alejarnos de ese mundo lleno de leyes en contra de los demás, las leyes son necesarias pero han perdido su verdadero significado, aquí vivimos con solo dos y aunque sean solo dos, no dejan de ser leyes. Pero al menos se que no es difícil seguirlas, mucho menos recordarlas. –Comento el hombre algo preocupado.
-Lo siento me deje llevar por mis pensamientos, pero dígame¿Cuales son esas leyes que hacen que este lugar sea tan tranquilo?
-Es algo muy simple mi amigo. ''No le hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti'' y ''Uno obtiene lo que merece.
-Por Dios, si fuera todo tan sencillo en el lugar de donde venimos, es tan simple, tan sencillo que… Me encanta, si existiera el paraíso apuesto a que estaría regido por esas reglas.
-Pero no es tan fácil, hay gente que a veces no las quiere aceptar y tenemos que tomar otras medidas.
-¿Que medidas? -Pues se les da tres oportunidades, quien no las acate simplemente se va de aquí, le ayudamos llevando sus pertenencias al pueblo y se les da comida para un largo viaje, una fruta podrida malogra a las otras. Además, no es tan difícil acatar las normas, no hacer a otro lo que no quieras que te hagan a ti implica muchas cosas como: si no deseas que te roben no robes, si no quieres que te maten no mates, si no quieres una pareja adultera no cometas adulterio y un largo etcétera. Por su lado en uno obtiene lo que merece se entiende:
Que si trabajas duro comerás muy bien, si ayudaste en la construcción de la casa de alguien todos estaremos allí para ayudarte en la construcción de la tuya. Son cosas muy sencillas como puedes apreciar y hasta ahora han funcionado muy bien.
-Si ahora entiendo muchas cosas y entre ellas entiendo que no me puedo quedar aquí pero, me gustaría pedirle un gran favor… Vinimos con tres niñas y un bebe que no pueden venir con nosotros.
-Es cierto. -dijo Nicholas.
-Si vinieran con nosotros podría pasarles cualquier cosa, dos de esas niñas las pequeñas quedaron huérfanas hace dos días, como la ciudad estaba siendo saqueada no las pudimos dejar allí, la chica mayor Rin y el bebe pues, vivieron en la playa toda su vida, el crío nació hace cinco días, es su hermano, el día que nació cuatro hombres mataron a su familia, ella no esta acostumbrada a la ciudad, por eso pienso que aquí estarían muy bien, nosotros volveremos después y le pagaremos lo que pida.
-¿Esta bien pero, a donde iran ustedes? Si no tienen a donde ir podrían…
-Nicholas interrumpió: -Gabriel y yo no podemos quedarnos, ya que nuestra presencia perturbaría la tranquilidad de este lugar, estamos acostumbrados a la mala vida y tarde o temprano nos echarían jaja. -así decía Nicholas mientras por dentro pensaba: -No soportare un día mas en este lugar además tenemos cosas muy importantes que hacer.
-Sea pues. -Dijo aquel hombre. -Pero cuando deseen venir serán bienvenidos.
-muchísimas gracias. -Dijeron ambos.

Saliendo de la casa Nicholas le dijo a Gabriel: -Ve a despedirte de ya sabes quien, yo preparare a los animales. -Diciendo esto Nicholas se fue hacia las mulas mientras Gabriel buscaba a Rin. Cuando por fin pudo hallarla, la vio sentada en una roca, se sentó detrás de ella y la abrazo.
-Estuve corriendo. -dijo ella.
-Correr es muy buen ejercicio.
-Si pero creo que estoy enferma.
-¿Por qué¿Te pasa algo¿Te sientes mal?
-Si, no puedo respirar a gusto aquí, siento que me falta el aire.
-Jajajaja eso es por que estamos en altura y te haz puesto a correr, cuando vinimos en el mulo no lo sentiste por que estabas sin moverte, o sea te dio Soroche.
-A si recuerdo, Soroche es el malestar producido por la altura.
-Aja, Oye… ¿Te gusta este lugar?
-Si, ni en mis historias vi un lugar tan bonito como este, quisiera correr por todo el lugar pero no puedo.
-¿Jajaja te gustaría vivir aquí?
-Si, la verdad es que si.
-¿Donde esta tu hermano?
-Lo deje con la señora que nos atendió, se ah encariñado mucho con el.
-Jaja que bueno, tengo algo que decirte…
-¿Que cosa?
-No me puedo quedar aquí.
-¿A donde iremos?
-Tú te quedaras aquí, yo me iré con Nicholas ahora.
-No puedes tomar decisiones así, estamos juntos ¿Recuerdas, Tu me trajiste hasta aquí no puedes dejarme, no quiero que me dejes, ya me dejo papa, mama, tía Eva, todos, no me dejes tu también, por favor. -Las lagrimas se Rin empezaban a asomarse.
-Ah no me gustaría dejarte pero si te llevo conmigo no podría cuidarte. Hey pero alégrate, volveré.
-¿De verdad?
-Si, le prometí al alcalde pagar tu alojamiento.
-Igual no quiero que te vallas. –Rin cerró sus ojos, apretó los dientes, sin darse cuenta se había enamorado de ese chico.
-Tranquila Rin, tu hermano es un bebe aun, no lo podríamos llevar ¿No es verdad? Por eso quiero que te quedes con el aquí, para cuidarlo, cuando este mas grande los llevare conmigo a ti y a el, te prometo que volveré. –habiendo dicho esto beso su cabeza, quito con mucho cuidado su cabello tan largo que podía sentarse en el y la beso en el cuello, ella volteo a verlo entre lagrimas, lo abrazo y lo beso en los labios mientras que un serio Nicholas los miraba.