Resumen: Los hombres bajo el techo del 221B de Baker Street están seguros de que solo les faltan pulir ciertos aspectos de su convivencia. Pero en todo caso ninguno hablara de dichos aspectos, al parecer.

Serie: Sherlock BBC.

Personajes: Sherlock Holmes, John Watson.

Pareja: John-Sherlock.

Género: Romance, Amor.

Rating: M

Advertencia: Bondage, Sumisión, Dominación.

Capítulos: 01/20

Palabras: 1691

Notas: Viejo reto del foro I´m Sherlocked, revivido para ustedes.

Fecha: 07/11/2021 (No había fecha del original)

Beta Reader:

Disclaimer: Todo lo referente a Sherlock Holmes pertenece a Arthur Conan Doyle.


Sex!Lock

Capítulo 01: Sexo Anal.

Había llegado a casa cansado, afuera llovía y el frio calaba hasta los huesos. Después de eso no tenia mas para quejarse, pues no había sido un día demasiado duro en la clínica; el tiempo no ayudaba y muchos habían preferido quedarse en casa, a tener que salir.

—Sherlock, llegué… ¿Sherlock? —John no se preocupó de la no presencia de su compañero en el departamento.

Lo más seguro es que estuviera detrás de la pista de algún asesino desquiciado… y tenía que serlo para salir a las calles de Londres con el clima que hacía.

Prepararía la bañera y aprovecharía esa rara ocasión para relajarse, sin Sherlock allí podía hacer cualquier cosa... Bueno, no cualquier cosa en sí, ¿o sí?

John se puso incomodo en el instante en que su mente rememoró ciertas viejas escenas, y su cuerpo entero una sensación placentera que había creído olvidada. ¡No podía hacerlo allí! No era una práctica que pudiera llevar a cabo en su departamento, muchos menos si tenía en cuenta a quien tenía por compañero de piso.

Un hombre capaz de conocer tu vida completa por el simple dobladillo del cuello de tu camisa.

Y en ese último año, en el que había compartido su departamento y vida con Sherlock, sí que había sentido ganas de volver a sentir esa maravillosa experiencia. Aun más cuando sus últimas citas habían terminado antes de que él pudiera llegar a desahogar algo de su frustración sexual acumulada.

Había encontrado algo a lo que se podía llamar vicioso, antes de acabar la escuela secundaria, e ingresar a la facultad de medicina. Ni siquiera recordaba el nombre de la que en esos momentos había sido su novia, a la cual había accedido a cumplirle una fantasía, sin que supiera muy bien cual era esta antes de hacerlo.

El Pegging.

Si hubiera sabido lo que significaba, quizás le hubiera dicho que no. Pero él no sabía cuál era el nombre de la práctica que ella quería llevar a cabo, y que consistía en que la mujer penetrara a su pareja –obviamente varón–, por medio de un arnés. John estuvo a punto de retractarse, en cuanto le comentó los detalles; de verdad estuvo a punto de salir de allí, si no fuera que como ella no contaba con aquello que necesitaba, había pedido hacerlo con sus dedos. Solo uno, en un principio, y no seguir mas allá si la práctica no le gustaba para nada.

Para cuando el acto sexual se había iniciado, y aquella extraña sensación había resultado ser extremadamente erótica y placentera, John se encontró deseando que tuviera algo más para estimularlo.

Y eso que nada sabia en esos momentos de lo terriblemente estimulante que podía ser su próstata.

Pero también se encontró con el hecho de que no todas las mujeres con las que salía encontraban excitante esa fantasía. Así que más de una vez se había visto en la necesidad de depender de otro hombre.

Y ojo… ¡Él no era gay!

Pero el sexo anal era lo mejor que había probado hasta ahora, en cuestiones de sexo. Sentía tanto o más placer en él mismo, que en proporcionárselo a otra persona.

Por ello ahora parecía estar cercado, sin parejas que le duraran más que un par de citas o semanas; la presencia casi omnipresente y omnipotente de su compañero… Quien, para colmo de males, era un hombre extremadamente sexy. Lo cual muchas veces había disparado su imaginación en cuanto a fantasías.

No que él quisiera pensar en Sherlock de esa manera, era su amigo, sí. Además, no quería ni imaginarse lo que diría Sherlock si se llegara a enterar de esas preferencias suyas. Mas siendo que él era el primero en ponderar su férrea heterosexualidad.

Pero John tenía tantas ganas y tantos deseos. Aunque entendiera que Sherlock lo sabría apenas cruzara una mirada con él, lo necesitaba. Y estaba dispuesto a hacerlo. Preparó la bañera, dejando que el vapor llenara el cuarto de baño por completo. No sabía con cuanto tiempo estaba contando para su exclusivo disfrute, pero pensaba que el placer bien valía el riesgo.

Corroboró la hora en el reloj de la cocina, y vio que aun seguía lloviendo fuera; no pudo evitar pensar en el detective, quizás estando bajo la lluvia y con frio. Solo esperaba que se estuviera equivocando y Sherlock en verdad estuviera dentro de St. Barths experimentando con algo… Así al menos no se mojaría.

—No, John… —El Doctor se maldijo a si mismo suevamente, mordiendo con algo de fuerza su labio inferior.

No quería pensar en él justamente, menos cuando estaba pronto a hacer aquello. Pero no podía negarse que siempre se preocupaba por la falta tan marcada de auto preservación de ese hombre.

Suspiró pesadamente cuando encontró lo que había ido a buscar, justo en el cajón de las verduras. Suerte que había hecho las compras el día anterior, y que a Sherlock le gustaran los pepinos tanto como a él. Claro que, en ese caso, no lo utilizaría como un agregado a la ensalada.

Se internó en el baño, dejando que el vapor del agua relajara sus cansados músculos. Se desvistió deprisa antes de meterse en la bañera. Sostuvo a su sustituto de amante entre sus manos, creyendo que era justo para lo que necesitaba. Algunas veces lo había hecho con sus dedos, pero no era lo mismo, ni despertaba en él la misma excitación. Además, tenía las manos pequeñas, y los dedos demasiado cortos para lo que él necesitaba.

Así que la preparación seria corta, apenas dos de sus dedos para llegar a relajar sus músculos mas íntimos, antes de pasar a lo único idóneo que podría encontrar en todo el departamento.

Tomo cuidado que extraer un preservativo del bolsillo de su pantalón en el piso del baño, y rodarlo hasta la base del pepino, hasta anudarlo al final de este. No era muy largo, ni grueso, pero para su nula experiencia en esos ultimo años sobre esta práctica, sería más que ideal.

Cerró los ojos mientras apoyaba la punta de aquel vegetal en su ano, estimulando la zona lentamente, sin prisa alguna. La última vez que había sentido ese tipo de placer, según él recordaba, había sido antes de irse a Afganistán. Quizás la primera penetración anal real que había tenido en su vida, cortesía de un amigo de la universidad.

Gimió roncamente cuando logro pasar la estreches del esfínter, dejando de hacer presión por unos instantes. Porque obviamente sus pequeños dedos no ayudaron mucho en verdad. La falta de una práctica constante le estaba dificultando la tarea, y trato de concentrarse en nada más que la sensación de placer conocida. Jadeó con una súbita vergüenza que en verdad no entendía… Estaba solo en la casa, no tenia porque estar abochornado.

—Sherlock… —Gimió suavemente, tan lento como los movimientos que él mismo generaba. —Sherlock… Oh, sí.

Dejó que su cabeza cayera atrás, en el borde de la bañera, cerrando sus ojos para sentir más, su mano izquierda acariciando su miembro y sus testículos con suavidad, sin prisa.

Sabía que eso pasaría, acabaría por ponerle no solo el rostro, sino que también su nombre a su fantasía, a su deseo… tan solo para acrecentar su excitación. Imaginando a esos hermosos ojos grises, fijos en él; disfrutando a la par de la sensación de estreches de su interior.

No es como si no hubiera pasado en otras ocasiones. Aunque no en estos términos.

Si bien su compañero de piso pudo haber aparecido 'fugazmente' en algún momento mientras John se masturbaba, jamás el Doctor se imaginó rememorar la imagen completa de su compañero de piso en esos momentos.

No al menos conscientemente.

—Oh… sí. No te detengas. ¡Por Dios! —Gimió un poco más alto, debido a la repentina presión sobre su próstata, antes de permanecer nuevamente en silencio.

La puerta se azotó en el piso, y John casi se vio a si mismo sonreír. Aceleró sin embargo los últimos movimientos, antes de ahogar el último gemido que el orgasmo le arranco.

Los pasos se oían fuertes en la sala, Sherlock se había trasladado ahora a su habitación y estaba muy cerca de él, solo la puerta vidriada los separaba. Trató de relajarse, sintiendo que su cuerpo aun temblaba y se sacudía.

—¿Sherlock? —Llamó tentativamente, volviendo a cerrar sus ojos, pero el detective no le contestó.

Suspiró con desgano, su cuerpo cubierto de agua hasta la mitad del pecho. No podía quedarse a vivir en el baño, y eso él lo sabía. Pero enfrentar a una posible deducción de parte de su compañero era una idea totalmente desalentadora para hacerlo.

Salió de la bañera con pesadez en el cuerpo, pero con las piernas un tanto flácidas.

Ordenó todo, y trato de dejar el baño tal cual estaba antes de meterse a bañar. Hizo un bollo con su ropa sucia y trato de aparentar normalidad al salir de allí.

—¿Sherlock?... —El detective estaba de espaldas a él, frente a la ventana, en una de sus manos, su violín y en la otra su teléfono. No obtuvo respuesta otra vez. —¿Algo interesante, Sherlock?

—Sumamente… sí. —Apenas se giró para verlo de costado, sus labios esbozaban una sonrisa enigmática y traviesa. —¿Disfrutaste tu baño, John?

John no pudo ver sus ojos cuando le formulo la pregunta. Sherlock había cambiado el teléfono por el arco, antes de preparase a tocarlo.

—Algo… —Intentó sonreír, aunque apenas pudo dibujar una mueca incomoda en sus labios apretados; obviamente Sherlock lo sabía, pero tal vez hubiera esperado otra reacción de su parte. —Tal vez debas darte una ducha tú también, hace frio.

—Lo haré… Sí, lo haré. —Sherlock asintió, sonriéndole. Y las notas comenzaron a sonar lentas.

John se despidió sin palabras, no era su costumbre andar en bata por la casa. Menos si Sherlock estaba allí, lo hacía sentirse aun más desnudo de lo que generalmente lo hacía sentir el detective.

Volteó a ver a su compañero una vez más antes de salir de la sala, y los ojos gatunos lo seguían en sus movimientos, la sonrisa se había ensanchado, y él solo pudo retribuir el gesto… Con una señal muy poco propia en él.

Continuará.


Notas Finales: ¡Ja! Hace años que tengo este primer capitulo escrito, pero nunca lo postee. No me gusta tirar algo que tiene potencial, así que después de arreglarlo un poco aquí se los traigo.

Un reto que estuvo en el Foro 'I am Sherlocked' de … Que tiempos hermosos esos, no solo tenía inspiración para no fallar un solo retos, si no que al parecer también tenia tiempo de sobra. Y eso que también trabajaba en esas épocas.

¿Cómo lo hacía? ¡No lo sé!