Buenas, vuelvo a estar aquí, quería actualizar ayercon motivo de la salida de HBP en castellano pero me fue imposible. Aún asi, quiero decir que si no fuera porque mi compañera de piso me pedía que me diera prisa con el de catalán no sé si habría actualizado tan pronto, porque no he recibido NINGÚN review, no sabéis lo que desanima esto, yo los dejo siempre en las historias que leo porque espero que a mí también me lo dejen los que la leen...
Otra cosa, hay un fic que escribe una chica llama Shezhid, es un Draco-Ginny, aunque por ahora es Draco-Hermione, pero pronto cambiará, la historia está muy bien y os la quiero recomendar, se llama Dime que me quuieres.
En este capítulo hay algún giro argumental que espero que os guste, sólo quiero deciros que es para acercarme un poco más al songfic que escribí hace tiempo, Segundo Plato, que laguna gente me pidió que continuara pero no podía sin un trasfondo, así que escribí un fic largo que enlazara con aquél...
Os dejo con el fic
Disclaimer: hay cosas que no son mías sino de Rowling, Embrujadas, otras cosas, otra gente... lo que nadie reconozca sí que es mío, y el argumento también.
DESPUÉS DEL DÍA D...
CAPÍTULO 9 Reencuentros Y Boda.
Los últimos días antes de la boda fueron un caos. Todo el mundo quería hacer los retoques finales a todo. La boda se celebraría en el jardín de la Madriguera, unido con el de la nueva casa de la familia Delacour, que se encontraba al lado. El Ministerio había aportado un gran nombre de Aurores para garantizar la seguridad de los novios y de los invitados, confiando en que aquél día no habría ningún ataque por parte de los Mortífagos.
Dos días antes de la boda por la tarde, Fleur estaba histérica ya que su vestido todavía no había llegado. Pero las chicas ya habían pensado cómo relajarla.
- Ya hace "trois jours" que tenía que estar aquí!
- Tranquila Fleur, ya verás como mañana habrá llegado. – Le decía Hermione.
- Fleur! "Ma chère cousine!" Tengo una cosa para ti. – Dijo Álex entrando en la habitación con un paquete que parecía de ropa.
- Oh! Es el veçtido de boda!
- No, lo siento… – Dijo Luna.
- Es lo que te pondrás esta noche. – Dijo Katie riendo.
- "Cette nuit?"
- Sí, nos vamos de despedida de soltera! – Dijo Ginny saltando por la habitación.
Después de reanimar a Fleur, que hiperventilava debido a la sorpresa, todas se vistieron con ropa de la misma clase. Iban de Valquirias, con tops cortitos, minifaldas o minishorts y botas, todo de imitación de piel, i con cintas, brazaletes i collares. Fueron a cenar a un restaurante donde no se bebió ni una gota de agua ni refrescos, todo eran vino y combinados. Después de cenar, un carruaje las llevó a un bar con Karaoke donde siguió la fiesta y cantaron numerosas veces. Mientras estaban sentadas, Ginny notó que, en una mesa, había un grupo de chicos que se las miraban, así que ellas se dedicaron a mirarles sin vergüenza para intimidarles. Uno de los chicos saludó a Ginny, que se sorprendió, pero no le hizo caso. Más adelante, fue a la barra a buscar algunas bebidas y el chico se le acercó. Era rubio, alto, delgadito y de ojos azules.
- Hola Ginebra.
- Cómo sabes mi nombre? – Dijo ella sorprendida.
- No te acuerdas de mí? Bueno… ya hace un tiempo… pero yo no he olvidado a aquella niña pelirroja llena de pecas…
- Lo… Lo siento…
- Soy Paul… Paul Devy.
- Va-Vaya! Paul, cuánto tiempo! – Dijo ella abrazándole. – No te había reconocido. Has cambiado eh!
- Tú continúas tan bonita como siempre…
- Vaya… mis hermanos no están aquí… estoy de despedida de soltera…
- Te casas? – Dijo él desilusionado.
- No! No, no, si yo todavía no he terminado Hogwarts!
- Ah, ya me extrañaba. Y quién se casa pues?
- Bill! Con una chica francesa, quizá la conoces, vamos, que te la presento. – Dijo estirando hacia la mesa. – Fleur, te presento a un amigo, Paul Devy.
- Ejem, hola Paul, cuanto tiempo… - Dijo Fleur atragantándose al principio.
- Tienes razón Fleur, cómo va todo? – La chica hizo un gesto y señalo a todas las otras.
- Me caso pasado mañana.
- Sí, con Bill, me lo ha dicho Ginny, felicidades.
Ginny le presentó a las otras chicas y después ellos dos se pusieron a hablar sin parar y a reír, Ginny lo estaba pasando bien y, cuando se despidieron, le dijo que fuera al día siguiente a la Madriguera a ver al resto de la familia Weasley. Se despidió de las otras con un gesto con la mano que todas contestaron, excepto Fleur. De vuelta a casa, Ginny decidió hablar con Fleur.
- Fleur…?
- Qué quieres Ginny?
- Ya conocías a Paul, verdad?
- Sí.
- Y cómo es que has sido tan seca con él?
- No he sido seca… sólo es que no me eçperaba encontrarle.
- Bueno, mañana vendrá a casa, lo digo para que lo sepas…
- Ah…
Le pareció que Fleur tenía un tono un poco molesto, pero no quiso hacerle caso, al fin y al cabo ella no sabía francés, por lo que podía mal interpretar las entonaciones. Se puso a dormir pensando en lo que había estado hablando con Paul, pero sus pensamientos cambiaron rápidamente hacia otro rubio, bueno, moreno… estaba hecha un lío, le gustaba Draco, pero no quería arriesgar la amistad que tenían por lo que podía ser sólo atracción, así que decidió que al día siguiente le hablaría de Paul y de cómo se habían encontrado. Se levantó temprano, no había trabajo por hacer, pero no tenía más sueño. Después de desayunar fue al salón y se encontró con Draco.
- Hola Dan!
- Buenos días Ginny.
- Cómo fue ayer la despedida de soltero de Bill?
- Muy bien, no sabía que se podía alquilar un estadio de Quidditch para jugar por la noche.
- Jugasteis a Quidditch? Qué envidia!
- Sí, y sabes qué?
- Qué?
- Cogí la snitch!
- Vaya! Felicidades!
- Y vosotras qué?
- Muy bien, me encontré con un amigo de la familia de cuando era pequeña y estuvimos mucho rato charlando, hoy vendrá, ya te lo presentaré.
- Ah, muy bien.
- Es muy simpático, y no puedo negar que no sea atractivo. – Dijo con una sonrisa y mirando como reaccionaba Draco.
- Ay, que me parece que tiene una pretendienta… – Dijo Draco disimulando como pudo la sensación de que le hubiese caído un cubo de agua fría encima. – Vamos fuera?
- De acuerdo
Fuera estaban los otros haciendo el manta, estuvieron un rato jugando a Gobstones hasta que se cansaron, entonces Ginny fue a dar una vuelta por la calle con Hermione y con Luna y les explicó lo que le pasaba con Draco.
- Pero si tú a él también le gustas! – Le dijo Luna.
- Le gusto, pero no sé si es sólo atracción.
- Pero si no lo probáis no lo sabréis nunca. – Le dijo Hermione.
- No, no quiero arriesgarme…
- Y tú eres Gryffindor?
- Sí, Luna, de hecho creo que es más arriesgado no intentar nada con Draco que no que se busque otro, porque con él está todo seguro, se nota a kilómetros lo que se siente por ella.
- No, no se nota.
- Pues si dices que no se nota igualmente lo tienes fácil, no puedes leerle la mente? No creo que la Oclumancia hiciera nada contra la magia antigua pelirroja…
- Dejémoslo, entendido? Además, también me gusta Paul.
- Ah, así que la alternativa que te buscas es el francesito? – Dijo Hermione.
- Bueno, la verdad es que se parece mucho a tu Danny… – Dijo Luna sin rendirse.
- Sí, pero Danny tiene el pelo negro. – Rehusó Ginny.
- Pero antes…
Luna no pudo acabar la frase porque un hechizo la tocó y le abrió una herida en el brazo. Entonces las chicas se vieron envueltas por siete Mortífagos, aparentemente de su edad o no mucho mayores. Hermione les mandó un hechizo que produjo una ráfaga de viento que les levantó las máscaras mientras que Ginny curaba la herida de Luna agachada. Cuando hubo acabado los Mortífagos ya volvían a llevar las máscaras y se disponían a atacarlas, Hermione y Luna enviaron hechizos desmayadores hacia dos de ellos y Ginny envió al resto contra una pared, entonces cogió a las otras dos de la mano y las varitas que habían caído de los Mortífagos y orbitó hacia la Madriguera. Cuando llegaron fueron a buscar a los aurores encargados de vigilar para avisarles que estaban cerca y que quizás irían hacia allí aunque les hubieran quitado las varitas, y fueron a avisar a Remus y los otros.
- Lástima que el señor Ollivander ya no nos pueda ayudar a reconocer de quién son las varitas… – Dijo Bill.
- Habéis visto la cara de alguno? – Preguntó Tonks.
- Sí, estaba Flint, Crabbe, Goyle, Parkinson, Nott, uno que no conozco y a uno no le he visto mucho la cara. – Dijo Hermione. Draco palideció en seguida al oír los nombres.
- Danny, estás bien hijo? – Preguntó Narcissa.
- Tranquila Nicole, eran sus compañeros de curso, verdad? – Dijo Molly.
- Sí, algunos…
- Bueno, Hermione, nos iría bien tu memoria en un pensadero, para tener pruebas de su culpabilidad. – Dijo Moody.
- Sí, sí, de acuerdo.
- Toma, ponlo en esta botellita. – Le dijo Tonks.
- Ahora sólo falta encontrarles. – Dijo Lucius cuando Hermione hubo terminado de extraer la memoria.
- Louis, te parece bien si vamos ahora al Ministerio a informar y de paso a entregar la memoria? – Dijo Arthur.
- Sí, vamos.
Cuando volvieron a salir al jardín Ginny miró hacia el portal y vio que Paul llegaba, así que se dirigió hacia allí para saludarle. Ron miró hacia dónde iba y también vio al rubio que llegaba.
-Paul? Fred, George, Percy, Bill, Charlie, venid, rápido! – Exclamó echando a correr para llegar hacia el chico y saludarle efusivamente.
Los otros no tardaron en llegar y saludar al chico como un hermano, él les saludó uno por uno y se presentó a Harry, Neville y Danny (N.A: para él se llama Danny) y saludó a las chicas. Hermione en aquél momento tuvo un mal presentimiento, pero pensó que era porque le sabía mal por Draco.
Pasaron la hora de comer y la tarde poniéndose al día de lo que habían hecho durante aquellos años en los que no se habían visto. Paul explicó que había terminado los estudios en Beauxbatons y había estudiado en una academia y que ahora trabajaba de ayudante de dirección en una empresa y estaba en Inglaterra para abrir una sucursal, y que se quedaría allí durante muchos años. Más tarde fue a hablar con Ginny a solas.
- Te apetece dar una vuelta por la calle?
- No puedo, desde el ataque nos han prohibido salir de lo que es la casa y la de los Delacour hasta que haya pasado la boda.
- Ah sí, tu hermano me ha invitado a la boda.
- Sí? Pero ya tienes ropa?
- Sí, sí, piensa que me lo he traído todo porque he venido a vivir aquí.
- Es verdad, no lo pensaba.
- Esto… que bailarás conmigo mañana?
- Hem… sí claro.
- Me encantará. – Dijo el chico con una gran sonrisa.
- Estate preparado pues. – Dijo Ginny también sonriendo.
- Bueno pues, hasta mañana Gin. – Dijo él acercándosele poco a poco.
- Hasta mañana. – Dijo ella de golpe cerrando el portal de entrada y dejándole fuera.
Al cabo de un rato, mientras que en la Madriguera cenaban e iban a dormir, en el centro de Londres…
- Vuestro ataque ha fracasado. No podéis permitir estos errores, ahora estarán avisados para mañana.
- Señor, tienen poderes de magia antigua. – Dijo Pansy.
- Tú cállate! Os han quitado todas las varitas y encima habéis permitido que os viesen la cara!
- No la de todos señor… – Dijo un chico alto y rubio.
- Sí, ya sé que la tuya no la han visto bien, procura que siga así, tienes que obtener toda la información que puedas.
- Si no me da mejores equipos sólo podré introducirme en su círculo.
- Pues hazlo! Tienes que estar en los dos sitios, con ellos y atacándoles. Mañana no participarás en el ataque, encárgate de que la chica que tiene magia antigua no pueda ayudarles.
- De acuerdo señor. – Terminó con una reverencia.
- Ahora marchaos todos! Excepto tu Devy, tenemos que hablar a solas. – Cuando los otros estuvieron fuera Paul miró a su señor. – Confío en ti para que descubras todos y cada uno de sus secretos.
- No se preocupe señor, les tengo perfectamente dominados, nunca desconfiarían de su gran amigo de la infancia, hasta los señores Weasley me han tratado mejor que a aquél mal nacido de la cicatriz.
- A éste déjamelo a mí, ya me tuve que conformar haciendo que otro eliminara al viejo Dumbledore, pero el niño será mío.
- Si señor.
- Ahora ya te puedes ir, y dile a Severus que venga.
- Muy bien señor. – Dijo Paul saliendo de la habitación. – El señor te llama Snape. – Dijo mirando al mencionado con asco. Snape se levantó y fue hacia la sala dónde se encontraba Voldemort, con cara de mala leche.
- Señor.
- Severus, ven aquí delante.
- Qué desea? – Dijo el ex-profesor acercándose a la silla en la que se encontraba Voldemort.
- Tienes que ayudar a Devy para conseguir información de la Orden del Fénix.
- No confían en mí señor, no desde que terminé con su jefe.
- Tú sabes cómo hacerlo para que confíen en ti! Ya te estás poniendo a trabajar!
- Lo intentaré señor.
- No me sirve con que lo intentes, hazlo o muere.
- Sí señor.
- Ahora sal de mi vista, mañana tienes que empezar con el plan de volver a integrarte!
- Sí, señor, como pida. – Dijo Snape saliendo de la habitación.
Cuando estuvo en su dormitorio Severus se derrumbó, no tenía ni idea de cómo conseguir que volviesen a tenerle confianza… "Si ellos supiesen las circunstancias en las que me encontré entenderían que no tenía ninguna otra elección. Él me lo pidió…" Estuvo horas pensando como podía hacerlo para demostrarles que todavía era leal a Albus Dumbledore, hasta que se le ocurrió una manera, por lo menos le escucharían, pero faltaba que le creyesen, esto ya era cuestión de suerte…
Al día siguiente Ginny despertó por un grito de Fleur, que estaba desesperada pensando que no estarían arregladas a tiempo para la ceremonia. Se fue a duchar y procedió a vestirse, peinarse y maquillarse como habían decidido con Gabrielle. Las otras estaban con ella y se iban ayudando con lo que necesitaban.
Los chicos se lo tomaron con más clama. Draco estaba inusualmente nervioso. Tenía la sensación de que algo pasaría, y no sabía decir si sería buena o mala…
- Es porque hoy se lo pedirás a Ginny? – Preguntó Ron.
- No… He decidido que no se lo pediré…
- Por qué? – Preguntó Neville.
- Ella… Ella no me quiere, creo que le gusta ése Paul.
- Devy? – Dijo Harry.
- Sí… ayer me habló mucho de él antes de que llegara, y no quiero que deje de ser mi amiga si le digo que siento algo más…
- Mi hermana no sabe lo que hace. – Dijo Ron. – Pero es elección tuya y de ella… si no es hoy será otro día. – Acabó guiñando el ojo.
No supo qué pensar, Ginny estaba siendo una caja de sorpresas, tan pronto le daba besos, como le hablaba de otro chico. Decidió que dejaría que fuese ella la que decidiera, y que él lo respetaría. Por más daño que le hiciera.
A las 12 del mediodía empezaba la ceremonia, todos los invitados estaban sentados en unos bancos en la hierba del jardín de casa de los Delacour y Bill esperaba la llegada de Fleur. Al cabo de un rato empezó a sonar una música y llegaron Gabrielle acompañada de Ron y Ginny con Charlie, detrás suyo venía Fleur con su padre. El vestido de Fleur era completamente blanco, con mangas bufadas que llegaban encima del codo y un escote discreto. En la cintura llevaba una especie de cinturón hecho de flores blancas de la misma tela que el vestido y la falda era muy voluminosa y con una cola extremadamente larga. Llevaba un ramo de rosas blancas y rosas y un velo sujetado con una corona de las mismas flores, alternando los colores. Fleur avanzó hacia Bill y los dos se miraron con los ojos brillantes y una gran sonrisa, se cogieron de las manos y avanzaron juntos. Entonces el Ministro de magia inició la ceremonia según la cual les declaraba marido y mujer.
Después del enlace tocaba la comida en una carpa instalada para la ocasión, había aperitivos de toda clase, desde pez hasta carne, pasando por marisco, foies y muchas comidas exquisitas. Los platos siguientes fueron igual de buenos y numerosos y, cuando hubieron acabado, los novios procedieron a cortar y repartir el pastel de bodas, donde había una figura de ellos dos que se iba moviendo y saludaban a todo el mundo. A lo largo del banquete se fueron haciendo comentarios referentes a la pareja recién casada y los padres y hermanos hicieron un discurso felicitándoles de buen grado.
Una vez hubieron terminado de comer, las mesas desaparecieron mágicamente para dar lugar a una pista de baile. Los novios abrieron el acto y al cabo de un momento todo el mundo ya se encontraba en la pista disfrutando de la música. Paul buscó en seguida a Ginny, que estaba bailando con Draco y, cuando terminó la canción, fue a bailar con el rubio. Mientras bailaban estuvieron hablando y, en un momento en concreto, Paul le sugirió salir fuera a dar una vuelta por el jardín, así que fueron fuera de la carpa. En aquél momento un estruendo resonó y la música se paró de golpe. Un numeroso grupo de Mortífagos acababa de irrumpir en la estancia asustando a todo el mundo, rápidamente la gente sacó las varitas y empezó una lucha, Draco se dedicaba a curar a gente y a atacar pequeños grupos de Mortífagos y a paralizar a otros con toda la rapidez que le permitía su mente, pero no podía dejar de preocuparse por Ginny, hacía rato que no la veía y no quería que le pasara nada. Mientras la buscaba vio a una persona conocida, Snape estaba allí, luchando contra los Mortífagos, vio que otros miembros de la Orden también lo miraban sorprendidos, hasta que un hechizo hizo caer inconsciente al hombre, al cabo de un rato más de lucha, los Mortífagos se retiraron. Todo había quedado destrozado y había algunos heridos. En aquél momento Ginny entró con Paul horrorizada y se dio prisa a ir a ayudar a curar a los heridos. Draco fue directamente hacia Snape y le curó, pero Moody lo ató y le quitó la varita antes de que despertara.
- Es un traidor, pero nos servirá para conseguir información.
- Moody… No soy ningún traidor.
- Entonces por qué mataste a Dumbledore! – Le gritó Harry mirándole con mucha rabia.
- No tenía elección…
- Mientes! Tienes suficiente poder como para haber atacado a los Mortífagos que había en la torre!
- Él me lo pidió…
- No te creo!
- Ya basta! Harry, todos hemos visto como estaba luchando con los Mortífagos junto con nosotros, tenemos que darle una oportunidad de hablar! – Dijo Remus cortando la discusión.
- Sé cómo saber la verdad sin que nos tenga que contar nada. – Dijo Tonks. – Los vampiros tienen un método para recibir todos los recuerdos de quién beben sangre. No hará falta ni matarlo, necesitaremos un corte del que un vampiro pueda beber.
- Haced lo que sea necesario… No tengo nada por esconder… – Dijo Severus con la cabeza gacha.
- Y dónde quieres que encontremos un vampiro que no esté del bando de Voldemort! – Gritó de nuevo Harry.
- Más cerca de lo que te crees. – Dijo Snape.
- Tú cállate! – Le contestó el chico alterado. Remus cortó la discusión antes de que pasara a peor.
Antes que nada recogieron un poco el caos que se había formado y se despidieron de los invitados que quedaban, yendo ellos hacia dentro de la casa. Ginny se quedó fuera despidiéndose de Paul con un beso, que hizo sospechar a Ron y los otros, pero había cosas más importantes para tratar en aquél momento. Tonks había pedido a una invitada que se quedara explicándole qué pasaba.
- Os presento a Valeria, la mayoría ya la conocíais, pero no sabíais que es una vampiro. – Dijo con la mujer a su lado. Era alta, esbelta, de pelo negro y largo, ojos azul eléctrico y piel pálida, iba con un vestido rojo de escote pronunciado y unas botas y guantes negros.
- Espero que no sea un traidor de verdad porque sino le mataré con mis propias manos. Después de lo que hizo no merece vivir. – Dijo ella.
- Soy todo tuyo. Verás que fue todo cosa de tu padre. – Dijo Snape sarcásticamente.
- No te atrevas a volver a mencionarlo! – Dijo ella alterándose.
- Valeria, tranquila por favor, tú más que nadie debes querer saber la verdad, no es así? – Dijo Remus.
- Por qué ella más que nadie? Yo estaba allí cuando ocurrió! – Gritó Harry.
- Precisamente si estabas ya sabes más detalles que los otros, hasta que su propia hija! – Le dijo McGonagall.
- Su hija? – Preguntó Ron. – Quién es?
- Yo. – Dijo Valeria con seguridad. Todos los que no sabían se quedaron sorprendidos ante la noticia, no sabían que Dumbledore hubiese tenido alguna hija. – Me adoptó cuando hacía poco que era vampiro y consiguió con un hechizo que el Sol no me afectara, no soy su hija biológica, pero mi nombre consta en el registro como Valeria Dumbledore, es por eso que si éste le traicionó le mataré yo misma.
- Si no te es molestia, tengo prisa para que me dejéis de acusa… – Dijo Snape.
- Lo haré cuando quiera. – Le interrumpió ella crispada.
Sacó un cuchillo y le hizo un corte para beber de su sangre. Estuvo unos minutos con la herida de Severus en la boca. Al cabo de un rato se separó de golpe de Severus y se apartó rápidamente. Muchos se asustaron cuando vieron que de los ojos le bajaban unas lágrimas rojas, se fue corriendo de la sala donde de se encontraban y se encerró en el baño más cercano. Tonks la siguió en el acto y entró con ella. Fuera había caras de todas clases y un silencio sepulcral. El primero en romperlo fue Harry que comenzó a gritar a Snape.
- No tuviste suficiente con matar a su padre que ahora tienes que hacerla llorar! – Se acercó a su ex-profesor con intención de atacarle.
- Severus lo hizo por obligación! – Dijo Draco interponiéndose entre Harry y Snape.
- No, si ahora va a resultar que vosotros tres estáis aliados con él!
- Quién eres tú? – Preguntó Snape mirando a Draco sin reconocerle.
- Soy Draco, también están mis padres.
- Draco… – Dijo antes de girarse hacia los padres del chico. – Narcissa, Lucius… pensé que estabais muertos… – Dijo con los ojos brillantes de lágrimas.
- Mientes! Lo sabías todo y nos estáis engañando! – Gritó Harry.
- Harry! No digas tonterías! – Gritó Ginny. – Nosotros te creímos!
- Sí, y quizá me equivocase.
- Si eso crees, yo me voy… – Dijo Draco agachando a cabeza. – Si yo no mataba a Dumbledore, me mataban a mí y a toda mi familia, mi madre le pidió a Severus que me ayudara, pero mi tía Bellatrix…
- Tu tía no merece vivir! – Gritó Harry pensando en Sírius.
- Harry! Quieres dejar que se explique! – Le riñó Remus. – Draco, continúa por favor, no le hagas caso.
- … yo también creo que no merece vivir… ella no confiaba en Severus, y le obligó a hacer un juramento que no podía romper, si lo rompía las consecuencias habrían sido fatales, no sé si se lo contó a Dumbledore o no, sólo sé que hizo lo que hizo por obligación, que si tenéis que hacer alguna cosa con alguien es conmigo, ya que fue mi culpa. – Dijo Draco, con los ojos brillantes de lágrimas. Ginny se le acercó y le abrazó sin decir nada, sus padres se añadieron y también Hermione, Luna, Ron y Neville.
- No hay que castigar a nadie, mi padre le pidió a Severus que le matara.
- Qué? Esto es imposible! – Dijo Harry incrédulo.
- Es la verdad, por qué tendría que mentir respecto a mi padre? No había nadie con más ganas de acabar con Snape que yo, pero ahora sé que me habria equivocado.
- Pero, qué pasó? – Preguntaron los gemelos.
- Será mejor que lo hablemos mañana, es muy tarde y todos tenéis que descansar. – Dijo McGonagall mientras que Tonks asentía.
Hubo quejas generalizadas por parte de los jóvenes pero los mayores se impusieron prometiéndoles que al día siguiente les despertarían temprano y les dejarían estar presentes en la reunión dónde se explicaría todo.
Qué os ha parecido, os ha gustado? Por favor dejad algún review!
