Recién cuando acababa de cruzar la sala de profesores noté la presencia de sus silenciosos pasos. Aceleré abruptamente los míos, pero momentos más tarde entendería que había cometido un grave error al mostrarme asustada. Sin perder un segundo más, casi corriendo, me alcanzo y me tomó firmemente por la muñeca. Me di vuelta instintivamente pero fue ahí donde cometí mi segundo error, porque en cuanto lo hice puso la mano que le quedaba libre en mi cintura como lo había hecho la vez anterior dejándonos cuerpo contra cuerpo con apenas un dedo de distancia.

- ¿Qué haces?- le pregunté inocentemente.

- Vamos, se que te gusta el papel de víctima. Deja de fingir ya que todo esto no te gusta porque sé muy bien que lo disfrutas.- Guau! No lo podría haber dicho mejor. Pero me gustaba hacerme la difícil y más tratándose de Malfoy. Siempre había tenido ganas de vengarme de él y por fin había llegado mi oportunidad. Así que simplemente le respondí:

- No se de qué me estás hablando. ¡Suéltame Malfoy! Tengo clase ahora.

- Y que pasa si no quiero…

Aquellas palabras ya me las veía venir, por lo tanto sabía muy bien que hacer.

Sigilosamente levanté la mano que no estaba apresada y apunte contra su frío pero a la vez hermoso rostro. Ágilmente soltó mi cintura y la detuvo a solo cuatro centímetros de su perlado rostro. Una vez más sonrió.

- Hoy no será como la noche anterior, no te librarás tan fácilmente de mí.- No es lo que realmente quiero, pensé. Pero no podía ceder tan rápido.

- Mira, si no me sueltas gritaré tan fuerte que todo el colegio me escuchará.

- No si puedo mantener tu boca ocupada.- Y lentamente empezó a acercar sus labios hacia los míos. Tenía que hacer algo, pero que…

- ¡Espera! ¿Qué ocurriría si alguien pasara por aquí? Un profesor, un alumno de primero, un SLY.- Como suponía éste último fue el que lo hizo pensar. No se iba a arriesgar a que lo vean a él besándome a mí, una Gríffindor.

Arrogantemente me dijo: - ¿Qué sugerís que hagamos?- Podríamos encontrarnos en otro lugar. – ¿Y que vos no vayas? No, vamos a hacer esto: hoy a las doce de la noche, en el bosque prohibido pero para asegurarme de que vendrás – sin previo aviso arrancó de mi cuello la cadenita de oro que tanto quería por ser el último regalo de cumpleaños por parte de mis padres- me llevaré esto.

- Devuélvemela ya, Malfoy!

- Si la quieres de regreso asegúrate de venir esta noche sola, sino la enterraré al lado del primer árbol que encuentre. Nos vemos hasta esta noche espero, por tu bien y el de esta cadena.- Y largando largas y estruendosas carcajadas desapareció.