Hola de nuevo, esta si es la recta final. Se supone que en este fic a quien debia de haber hecho sufrir era a otra personita y no a my honey! Dia...! pues que le voy a hacer, tal vez para el final...

IX

No sabía con exactitud que hora era pero estaba seguro que ya pasaba de la medianoche, llevaba horas buscándolo sin suerte, ya no se le ocurría donde mas seguir por lo que decidió volver a casa, sería difícil decirle a su madre que, por mas que busco no pudo localizarlo. No era seguro que Shuichi haya ido muy lejos, lo que sí es que, si no aparecía para las primeras horas de la mañana, su madre lo reprendería de tal forma que incluso le abofetearía, ya que muy en el fondo ella sospechaba que algo no andaba bien entre ellos. Mientras regresaba recordó lo sucedido…

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-¿mmn¿Quién podrá ser, Kumagoro?-se levanta atendiendo- ¿sí?... ¿Yuki¡¿qué haces aquí! –

-Necesitamos hablar-Ryuichi lo ignora cerrando la puerta pero es detenido por el rubio

-¿Qué pretendes¡lárgate¡suficiente has hecho ya como pa…¡ouch!- Yuki abre con fuerza, haciendo retroceder abruptamente al moreno

-Si esto ha de terminar sugiero que lo hagamos bien-

-¿Bien¡¿terminar bien que¡¿esa estupidez que no debió de haber sido nunca!- Eiri se le acerca despacio- ¡no te me acerques!- lo acorrala contra el sofá, e intenta besarlo- ¡ni lo intentes!- golpea su mano-esta vez no…-

No, esa dorada y fría mirada no aceptaría eso ni como excusa; enterrando sus dedos en la cabellera del ojiazul lo obligo a que le correspondiera. Él tampoco entendía porqué su insistencia a estar con el tipo del conejo, era, era… era tan ilógico que alguien tan difícil como Ryuichi le atrajera, comúnmente prefiere las cosas sencillas y no porqué fuese alguien indolente con lo complicado sino que le era fastidioso. En definitiva una extraña atracción.

Por más qué intentaba, Ryu no podía escapar de Yuki; ahora yacía en el suelo, atado de las manos por la cinta que comúnmente siempre lleva, siendo disfrutado por el escritor. Sus pensamientos eran todo un lío, quería, deseaba con todo su corazón que Yuki reaccionara y se marchara de una buena vez sin embargo, no le era desagradable el momento, secretamente lo estaba disfrutando… la imagen de su hermano, su amor prohibido, lo hizo reaccionar rebelándosele, como pudo se levanto y difícilmente comenzó a caminar, Eiri lo observo unos segundos y sin precaución lo tomo del tobillo haciéndolo sucumbir, cayendo sobre su costado lastimándose el hombro. Tal impertinencia, molesto al rubio, dejando las consideraciones de lado lo sometió por la fuerza llevándolo al límite.

¿Cuántas horas habían pasado desde que llego Yuki? No lo sabía, mirando de reojo el reloj de pie que adornaba una esquina de la sala, se sorprendió al descubrir que era menos de una hora lo que había transcurrido de tiempo, y una eternidad para él. Para apresurar el fin de su sometimiento, trato de complacerlo en todo, grave error, entre más le satisfacía mas quería, parecía nunca cansarse. Perdió las esperanzas de que su sometedor le tuviera piedad y por fin lo dejara; ahora lo único que quería es que se fuera antes de que llegara su madre junto con su hermano. Pero el destino es muy caprichoso.

Comenzaba a disfrutar las manifestaciones que Yuki le tenía, mal momento para aceptarlas; por reflejo dirigió su vista al marco de la entrada, impresionándose al ver una figura conocida totalmente petrificada…

-O-onii… Ryu ¿Ryuichi?-

-¡Shuichi!

-Ah… ah… co… ¿Cómo…¿Cómo pudiste…?-

-Shu-chan… yo…-

Sin prestar atención a las palabras del moreno echo a correr, saliendo de la casa. Como pudo tomo sus ropas y salio, trastabillando, detrás de él. Por más que corrió no pudo evitar perderlo de vista, decidió seguir su búsqueda pero para eso debía regresar a casa a cambiarse y por algo de dinero, no había tiempo que perder. Aunque las cosas no serían fáciles. Para su mala fortuna, su madre ya estaba de vuelta y al verlo llegar, corrió a abrazarlo y a hacerle la lógica pregunta…

-¡Ryu-chan¿estas bien¿no te paso nada? me tenían preocupada, llegue y vi todas las puertas abiertas y ¿tu hermano?-

-¿Shuichi?... yo… yo no se donde esta-

-¿Qué!-

69696969696969Fin flash back69696969696969

En la residencia, la madre de los chicos no cabe en su desconsuelo, ansiosa de saber algo de Shuichi aborda a Ryuichi nada mas lo ve entrar

-¿Lo encontraste?-

-No…-

-¿Por qué no habrá regresado¿tú sabes algo?- el chico no contesta- ¡por favor Ryuichi! Si tú sabes algo dímelo…- se oyen golpecitos en la ventana- ha comenzado a llover, Dios¿Shuichi donde estas?-

Minutos después, el pelirrosa aparece, empapado y algo agitado, la mujer al verlo lo cobija entre sus brazos suspirando aliviada al verlo aparentemente bien

-¡Shuichi¡gracias a Dios que estas bien! Solo un poco mojado, sube te preparare la ducha par evitar que te resfríes- sube primero. Ryuichi comparte el sentimiento de alivio de su madre al ver a Shuichi de vuelta en casa, dudoso le toma el hombro pero el jovencito lo esquiva

-Así que tú eras ese otro-