Hola, si habéis llegado hasta aquí muchas gracias por leer. Esta es la primera historia que escribo, yo siempre era de las que leían y no escribían nada, pero lo llevo pensando tiempo y además había visto muy pocas historias de esta pareja, y la verdad es que me gustaban mucho, así que me animé.

No sé si alguien se habrá fijado, pero es la segunda vez que subo la historia por un lío con la traducción automática del portátil que me cambió las palabras y hacía que no se entendiera muy bien lo que estaba escrito, así que si alguien se rayó por eso lo siento.

Dicho esto espero que os esté gustando y sigáis leyendo los capítulos que vaya subiendo :)

...

Abrí los ojos despacio para volver a cerrarlos enseguida. Demasiada luz.

Desde que tuve los sentidos mejorados captaba demasiada información, con lo que dormía con todo muy cerrado para evitar molestias al levantarme, a lo que me costó acostumbrarme porque siempre había sido de los que dormían con la ventana abierta de par en par. Intenté incluso probar un antifaz de esos para dormir, pero hiciera lo que hiciera cuando me despertaba el cacharro ese terminaba en cualquier lugar de la cama menos en mi cabeza.

Intenté taparme con la almohada y seguir durmiendo un rato más, pero el mundo definitivamente no estaba de mi parte esa mañana.

- ¡Peteeeeer! ¡Levanta, Peter!

Y por si no eran bastante los gritos tan agudos que serían capaces de alertar a todos los perros a cinco kilómetros a la redonda, la pequeña y dulce Morgan vio necesario abalanzarse sobre mí. En momentos como ese daba gracias a mi súper fuerza.

- ¡Peteeer! ¡Dijiste que iríamos a ver a papá esta mañana!- gritó demasiado cerca de mi oreja.

- Sí, sí, dame cinco minutos.- dije incorporándome derrotado.

Me puse los pantalones rápido y me vestí con la primera camiseta que cogí, ni me molesté en mirarla dos veces. Le agradecía a Happy de todo corazón que antes de venir se hubiera acordado de este pequeño chico de Queens y me hubiera traído algo para cambiarme… pero tampoco hubiera estado mal coger ropa para más de dos días. No traía dinero conmigo, así que no pude comprar nada hasta que un día Rhodey se dio cuenta y me obligó a comprar algo de ropa con su dinero. Estuvimos discutiendo casi veinte minutos porque me negaba, pero al final acepté.

Vestí a Morgan con la ropa que me había traído Pepper la noche anterior y nos fuimos rápido a desayunar. Fuimos a las cocinas directamente, como casi todas las mañanas. Había un comedor al que T'Challa nos dijo que podíamos ir en cualquier momento del día y pedir lo que quisiéramos para comer, pero yo vivía acelerado, y más ese día cargado con una niña que no dejaba de meterme prisa para ir a ver a su padre, pero si me iba sin darle nada de comer a Morgan, Pepper se enfadaría conmigo, y Pepper enfadada no era algo bonito de ver.

Cogí rápido algunas galletas y dos zumos mientras saludaba a los que trabajaban allí, ya conocía a la mayoría de las veces que había ido y no se sorprendieron al verme. Iba a abrir la puerta para salir justo cuando esta se abrió y apareció el rostro de T'Challa al otro lado.

- Peter ¿qué haces aquí?- bajó la cabeza y vio a Morgan cogida de mi mano.- y la pequeña Stark, qué agradable sorpresa.- dijo sonriéndole.

- Morgan quería ir rápido a ver a su padre, y era más fácil venir a las cocinas directamente.- omití el hecho de que prácticamente todas las mañanas desde que estuve allí hacía lo mismo.- Pero debería preguntarte yo lo mismo ¿desde cuándo un rey viene a desayunar a las cocinas?- me reí.

Se me hacía extraño dirigirme a un rey de esa forma, es más, hasta la palabra rey me sonaba a fantasía en la cabeza, pero me había insistido muchas veces para que dejara a un lado lo de Su Majestad y le llamara T'Challa, al fin y al cabo, aunque viviera ahí era parte de los Vengadores, lo que nos hacía de alguna forma compañeros. Y sí, el ser compañero de equipo de un rey era más fantasía todavía, y más si era el rey del país tecnológicamente más avanzado del mundo. Era una pasada.

- ¿Y cómo sabes tú qué es lo que hacemos los reyes?

- He visto muchas películas, su Majestad.

- ¡Oh, bueno! Si es así no seré yo quien te lo discuta- se burló.

He de admitir que no era muy fan de T'Challa al principio, me parecía demasiado… serio, aburrido, deprimente… pero claro, cuando lo vi por primera vez iba a la caza de Barnes porque creía que había asesinado a su padre, así que no era el mejor momento para las primeras impresiones.

- Cogía algo de comida para el camino.- continuó- En un rato me iba a ir a entrenar un poco con Shuri, un par de veces a la semana vamos a un campo un poco alejado de la ciudad, nos ayuda a relajarnos, y no se puede ir a entrenar con el estómago vacío, chico araña.

- El desayuno es la comida más importante del día.

- Exacto. Si quieres acompañarnos considérate invitado, he quedado con Shuri en veinte minutos en la puerta principal.

- ¡Oh!- era una oferta realmente tentadora, hacía demasiado tiempo que no entrenaba y, por muy mejorado que pudiera estar, empezaba a notarlo, pero era sobre todo mi cabeza, necesitaba despejarse un poco, al fin y al cabo, no sabía cuándo nos iríamos de allí. A pesar de todo, la pequeña mano que sujetaba la mía seguía ahí y con cada minuto que pasaba estaba más ansiosa por ir a ver a su padre.- Es una idea súper guay, pero ahora no puedo, quizás en otro momento…

- Claro, lo comprendo… pero como le dije a Pepper, no es bueno para vosotros estar ahí todo el día, Tony va a estar bien cuidado y vigilado en todo momento, tenéis mi palabra.- dijo muy serio.

- Lo sé, enserio, y ella también lo sabe, simplemente…- intenté no hablar muy alto para que Morgan no escuchara demasiado- simplemente, no se siente bien estar fuera demasiado tiempo.

- No te sientas culpable, hacéis cuanto podéis. Además, estoy seguro de que él no querría que estuvierais así tanto tiempo.

- Él sería el primero que lo haría… es más, él seguramente sería peor.

- En eso no te quito la razón.- terminó con una sonrisa.

Y era verdad, me podía imaginar perfectamente a un Tony sin dormir más de varias horas durante días, trabajando día y noche, día y noche con tal de traerte de vuelta. Luego nunca lo admitiría, no le gustaba demasiado demostrar que había un corazón debajo de todas esas camisas tan caras… ese era, en mi opinión, su peor defecto y su mayor virtud, lo que le hacía demasiado cobarde y demasiado valiente a la vez, lo que le hacía sonreír siempre pero nunca reflejar esa sonrisa en la mirada.

Antes de poder decir algo más sentí un suave tirón en mi mano. Bajé la vista para ver a Morgan mirándome impaciente.

- Perdón, T'Challa, creo que ya he jugado demasiado con la paciencia de Morgan.

- No te preocupes, además no quiero llegar tarde, Shuri es insoportable cuando se enfada, pero nunca le digas que yo he dicho eso.- dijo riendo- Si al final sacas un momento, acércate. Te mandaré la ubicación cuando lleguemos, está muy cerca. Solemos estar unas dos o tres horas, depende del día.

- Me lo pensaré, muchas gracias, T'Challa.- con una última sonrisa cogí a Morgan en brazos y nos fuimos directos a la sala donde descansaba el Sr. Stark.

Cuando llegamos bajé a Morgan y abrí la puerta. Dentro estaban Pepper, Happy y Rhodey. Morgan fue corriendo a abrazar a su madre, para luego asomarse rápido a la cama de su padre. Seguí caminando hasta llegar a ellos. Pepper tenía buena cara, o bueno, toda la buena cara que se podía tener habiendo dormido en ese lugar.

- Habéis tardado mucho, me empezaba a preocupar. Suponía que no te dejaría casi ni desayunar para venir corriendo.- dijo sonriendo- Tenía ya preparada toda una charla sobre lo importante que es el desayuno para el crecimiento.

- Bueno, Pepper, no creo que el desayuno que traigan a este lugar sea gourmet.- se rió Rhodey.

- Primero, yo no necesito crecer más, y segundo, mi desayuno no ha estado tan mal, es más, creo que es la mañana que más he desayunado en días, tenía al señor que venía a vigilar las máquinas controlando que me lo acabara todo como si fuera una niña pequeña.

- Así sabrás lo que siento todos los días.- le contesté yo.

- Pero tú eres un niño de verdad.

Le saqué la lengua Happy mientras los otros dos se reían, ayudando solo a reforzar su argumento. Con Happy siempre era así, un toma y afloja que definía nuestra relación, pero yo sabía que me apreciaba… y que también apreciaba mucho a mi tía.

- Íbamos a llegar antes, pero encontramos a T'Challa en las cocinas y me entretuve hablando, lo sien...

- ¿Qué hacía T'Challa en las cocinas?- interrumpió Rhodey

- ¡Exacto!- exclamé- eso mismo le he dicho yo.

- No te preocupes, no ha habido ningún cambio… ninguno en absoluto…- terminó en apenas un susurro- Pero el señor de esta mañana ha dicho que son positivos, que se encuentra todo lo estable que puede estar, y que se podría despertar en cualquier momento, que lo raro es que no se haya despertado todavía… que es lo mismo que mismo que dijeron hace casi una semana… pero podría ser mucho, muchísimo peor.

Dolía escuchar como día tras día su voz perdía un poco de esperanza. Era verdad, nos llevaban diciendo ya mucho tiempo lo mismo, y que no entendían por qué no se despertaba, y cada vez sus palabras sonaban más vacías a nuestros oídos.

- Todo saldrá bien, Tony es un luchador, y peor todavía… es la persona más terca que he conocido. Se despertará solo para para poder recordarnos durante toda la vida cómo salvó nuestros preciados traseros.- dijo Rhodey con una sonrisa.

Seguimos hablando durante un rato después de eso, estábamos a la derecha de la cama donde Morgan seguía hablándole a su padre, esta vez de nuestra noche, de cómo dejé que me hiciera por lo menos cinco coletitas en el pelo, de lo guapo que estaba con ellas, y de como le dejé ver la tele aún media hora pasada su hora de dormir. Le hablaba feliz, como si supiera que estaba escuchando todo lo que ella le decía.

- Peter, ¿qué quería T'Challa en las cocinas? No nos lo has contado al final.- dijo Rhodey después de unos minutos de silencio.

- ¡Oh! No era nada, estaba cogiendo algo de comida para Shuri y para él, iban a entrenar un poco en no sé qué sitio por fuera de la ciudad. Me dijeron que fuera, pero no tenía muchas ganas.

Hacía un rato me había llegado un mensaje de Shuri con una ubicación. No estaba muy lejos, veinte minutos andando desde la salida de la ciudad. "Anímate, chico araña", decía el mensaje. La verdad es que sí me apetecía, me apetecía mucho, pero como le había dicho a T'Challa no podía irme de ahí, a pesar de que fuera una tontería… ¿y si despertaba y yo no estaba ahí? O peor aún, aunque fuera un pensamiento que me intentara alejar una y otra vez de la cabeza… ¿y si definitivamente no despertaba y yo no estaba ahí?

- ¿Desde cuándo no tienes ganas de entrenar?- se rió Pepper- No te vendría mal ir un rato, y despejarte.

- Aunque no esté hablando la persona más indicada,- dijo Happy alzando las cejas hacia Pepper- tiene razón, a tu hiperactividad no le vendrá mal tomar un poco el aire, chico.

- ¡Oye!, os recuerdo que el hombre ahí tumbado es mi marido, no el vuestro… aunque a veces me plantee seriamente que alguno de vosotros esté secretamente enamorado de él.- se burló.

- Nos has descubierto.- dijo Rhodey levantando las manos en señal de rendición- Llevo años enamorado de Tony, por eso he estado soltero todo este tiempo.

- Sigue diciéndote eso a ti mismo.- se burló Happy- Pero enserio, Peter, no me creo que no te apetezca ni un poco ir.

- Un poco sí,- admití- pero no… yo… me sentiría culpable ¿y si pasa algo y no estoy?

- No pasará nada, no ha pasado nada en tres semanas, y no pasará si sales unas horas. Sal, despéjate y hasta esta tarde tienes prohibido volver.

- No sé, y si el Sr. Stark…

- Lo primero,- me interrumpió Pepper- no sé por qué le sigues llamando Sr. Stark, llevaba el último año antes de que te fueras insistiéndote en que le llamaras Tony.

No sabía si un año, pero era cierto que el Sr. Stark llevaba mucho tiempo repitiéndome que le llamara Tony, que me dejara de formalidades, y juro que lo intenté, pero las costumbres siempre ganaban y terminaba volviendo al "Sr. Stark". Era gracioso porque a Pepper y a Rhodey les llamaba siempre por sus nombres (a Happy directamente nunca le llamé de otra forma), y al Sr. Stark que era con diferencia con el que más tiempo pasaba, era al que no había forma de quitarle el "Señor", supongo que en mi subconsciente Sr. Stark había pasado a ser su nombre oficial.

- Y segundo,- continuó- si pasara cualquier cosa, la más mínima, serás el primero en saberlo, te lo prometo.

- No sé…

- Peter Parker…

- Vale, vale, voy para allá, ahora le mando un mensaje a Shuri.- dije mirándoles con una pequeña sonrisa. En el fondo se lo agradecía, aunque fuera a entrenar dejándome parte de la concentración en esa habitación, realmente me apetecía estirar un poco las piernas, hacía mucho tiempo que no estaba más de dos días seguidos quieto.

- Y no vuelvas hasta después de comer,- dijo Rhodey removiéndome el pelo- como mínimo.

- Bueno, a eso ya no prometeré nada.- me reí.

- ¿Te vas a ir, Peter?- dijo una vocecilla detrás de mí. Me giré y vi a Morgan con los brazos extendidos pidiéndome que le levantara. Daba las gracias otra vez a la súper fuerza, si no ya hubiera tenido los brazos entumecidos de tanto subirle.

- Sí, osito, pero volveré antes de que te des cuenta.

- ¿Puedo dormir contigo esta noche también?

- Eso se lo tendrás que preguntar a tu mamá.- le dije apartándole un mechón de pelo de la cara.

Se giró hacia Pepper con sus enormes ojos, que abría más de lo normal cuando quería pedir algo. Su madre nos miraba sonriendo, sabía que le dejaría volver a quedarse, no porque quisiera quitársela de encima, ni mucho menos, pero con toda la situación que tenía encima no venía mal que tuviera un poco de tiempo para ella sola, aunque por supuesto, eso nunca lo admitiría.

- Espero que Tony despierte pronto, le encantará ver lo bien que se llevan sus dos niños favoritos.- de normal habría replicado, dejando en claro que no era ningún niño, madre mía, si era casi mayor de edad… pero la sonrisa que tenía en ese momento valía la pena.- Por supuesto que si Peter está de acuerdo te puedes quedar.

Ante eso Morgan me abrazó riéndose. Me esperaba otra noche de coletas en el pelo y ver dibujos animados.

...

Levanté la mirada y vi volar una la pierna directa a mi estómago, pero la pude esquivar fácilmente. Le siguieron varios golpes que volví a esquivar e intenté devolver. Era raro pelear sin el traje, incluso me mareaba un poco, definitivamente las lentes de mi traje me dejaban concentrarme mejor, pero no me quejaba.

Había venido corriendo nada más terminar de hablar con Pepper. No sabía si T'Challa llevaría el traje o no, así que me metí el mío en la mochila por si acaso, pero T'Challa decía que prefería entrenar con su traje solo en las salas del castillo, cosa que tampoco me importó.

Esquivé las siguientes dos patadas y le conseguí dar yo una en el costado, haciéndole caer no por mucho tiempo. Eso me gustaba de T'Challa, no se rendía nunca, ni me trataba con más delicadeza porque fuera más joven… tenía varias magulladuras en las costillas para demostrarlo. Él sabía mi aguante y mi fuerza y estaba consiguiendo que no me contuviera ni un mínimo, y él, por supuesto, tampoco lo hacía.

Shuri estaba no muy lejos practicando tiros con un dispositivo holográfico que había creado ella misma hacía unos años.

Definitivamente me estaba sentando bien esa escapada, pero no podía dejar de comerme la cabeza. Miraba el móvil cada vez que podía, pero nunca había ningún mensaje. En definitiva, de vez en cuando se me iba la cabeza fuera de la pelea, lo que era peligroso, y lo que causó que no viera venir el último golpe que me hizo volar contra el árbol que tenía detrás.

- Peter, ¿estás bien? ¿qué te ha pasado?- T'Challa vino corriendo hacia mí seguido muy de cerca por Shuri- Has parado golpes mucho peores hace solo un momento, tienes que estar más concentrado, te podría haber hecho daño de verdad.

- Perdón, se me ha ido la cabeza.- gemí levantándome- Pero estoy bien, si fuera tú me preocuparía más por el árbol que por mí, aguanto muy bien los golpes.- intenté bromear para quitarle importancia al asunto.

- No lo dudo, esa caída hubiera noqueado un buen rato a muchos de nuestros hombres más fuertes ¿seguro que estás bien?- dijo Shuri, pero antes de que pudiera responder un ruido llamó mi atención. Giré la cabeza rápido para encontrarme con tres figuras que entraban al pequeño campo. Sam, Barnes y, como no, Steve Rogers.

- Parece que hemos tenido todos la misma idea.- dijo Sam alegremente.

La verdad era que siempre que le veía fuera de una pelea estaba sonriendo, era todo lo opuesto a Barnes, al que por ahora no había visto ni el más mínimo amago de sonrisa… ni de felicidad en general, aunque conociendo su historia, tampoco se le podía culpar.

Iban los tres con ropa de chándal y cada uno traía una pequeña bolsa que dejaron al lado de las donde estaban nuestras cosas.

- ¿Cómo habéis descubierto este lugar?- preguntó T'Challa- Hasta donde sé mi hermana y yo somos de los pocos que solemos venir aquí.

- Salimos a correr hace un par de días, no conocíamos ningún camino que seguir, así que improvisamos un poco y por casualidad me topé con este sitio, desde entonces hemos estado viniendo.- respondió Steve antes de darle un trago a la botella de agua que había traído.

- Cuando dice que salimos a correr se refiere a que él iba por lo menos seis kilómetros por delante nuestra a su ritmo de súper soldado mejorado genéticamente, mientras Bucky y yo intentábamos no perderle el rastro.- dijo Sam haciéndonos reír a todos, hasta Barnes hizo una especia de mueca.

- Bueno, si queréis uniros estaremos encantados.- ofreció T'Challa- Acababa de darle una paliza al chico araña.

Me giré a mirarle con cara de sorpresa mientras me miraba riéndose.

- ¡Eso no es verdad!- repliqué. Ya bastante niño me veían para que encima pensaran que no podía aguantar ni un simple entrenamiento- Solo estaba un poco distraído, te iba ganando claramente.

- En tus sueños, Peter.- dijo removiéndome el pelo que ya bastante despeinado estaba por sí mismo.

- ¡Exijo la revancha!

Así comenzamos a hacer turnos, dos contra dos, tres contra tres. Intentábamos que fuera equilibrado, al fin y al cabo, por muy buenos que fueran todos, la fuerza que teníamos T'Challa, Steve o yo, no era comparable, aunque el brazo de Barnes tampoco se tenía que tomar a broma. Fue divertido, sobre todo cuando Sam descubrió que mis poderes no venían solo de mi traje.

- No llevas el traje ¿por qué eres tan fuerte?

Me sorprendí bastante, quiero decir, ¿de verdad pensaba que mis poderes venían del traje? O no sabían que el traje me lo había hecho el Sr. Stark, o le veían tan tonto como para fabricar un traje y dárselo a un chico de 15 años.

- Mis poderes no vienen del traje, son míos.- dije riéndome. En ese momento nos había tocado juntos y, aunque no lo dijera, se estaba intentando tomar la revancha por la pelea de Berlín.

- ¿Eres un mejorado? ¿Te salen telarañas del brazo?- dijo no sé si sorprendido u horrorizado.

- ¡No! Eso es lo único que no es mío- lo único que no era mío y lo único que había fabricado yo solo. Siempre había estado muy orgulloso de mis telarañas, eran impresionantes, una pasada y nunca me fallaban. Me costaron mucho fabricarlas, pero merecieron la pena, porque usarlas era como volar, era incluso mejor que volar.- ¿Enserio pensabas que era el traje el que me daba los poderes?

- Bueno, tampoco me había parado a pensarlo.- dijo curioso.- Entonces el traje te lo hizo Stark, supongo ¿y cómo conseguiste los poderes? Porque no será la persona más moralista del planeta, pero tampoco me imagino a Stark haciendo experimentos con niños.

Me fijé que los demás ahora nos miraban, atentos a lo que iba a decir. En verdad nunca les había contado nada, tampoco es que hubiera habido muchas oportunidades para ello, antes de estas semanas la última y única vez que los había visto no hubo demasiado espacio para la socialización.

- ¡Claro que no! El Sr. Stark me encontró cuando ya los tenía, no tuvo nada que ver, solo me hizo el traje.- expliqué, no sé si indignado por el comentario hacia el Sr. Stark o porque me llamara niño.

- ¿Entonces qué fue? ¿Un experimento para otra organización? ¿te picó una araña radiactiva?.- se burló, sin darse cuenta de lo cerca que estaba.

- No soy ningún experimento raro.- reí- Pero sí, básicamente me picó una araña radiactiva alterada genéticamente.

La cara de risa se le borró en menos de un segundo, reemplazándola por sincera incredulidad. La gente siempre se sorprendía cuando lo contaba… bueno, con gente me refiero a las cinco o seis personas que sabían mi secreto, antes de todo esto.

- ¿Va enserio?

- ¡Sí! Estaba en una excursión con mi clase y me picó esa araña, era bastante grande, he de decir, me asusté bastante, pero no sentí nada más después, así que lo dejé pasar, pero luego me puse unos días enfermo. Hubo un momento que flipé enserio porque creía que la picadura había sido más grave de lo que pensaba, y luego me fui dando cuenta de todos los cambios.

- ¿Cuántos años tenías?- me giré. La voz esa de Steve, que con Barnes se habían acercado un poco hacia nosotros, igual que Shuri y su hermano.

- ¿Y qué cambios exactamente?- esa segunda voz fue de Barnes, lo que no pudo sorprenderme más, creo que era la primera vez que recordaba que me hablara directamente.

- Tenía 14 años.- miré a Steve mientras lo decía.- Hace ya casi cuatro años.- entonces me giré hacia Barnes.- a parte de la fuerza, me curo rápido, puedo trepar por las paredes, tengo lo que yo llamo mi sentido arácnido…

- ¿Sentido arácnido?- preguntó Steve.

- Sí, es raro de explicar, me alerta cuando hay algún peligro cerca, a veces incluso me lleva hasta el peligro, cuando Thanos dio el chasquido, antes de irme, pude notar que me estaba afectando… aunque bueno, puede que ese no sea el mejor ejemplo para poner.

No era que considerara que hubiera dicho nada malo, era más bien que no sabía cómo se podía tomar la gente ese tema, había visto a personas que con solo nombrarlo se derrumbaban y aunque los comprendía, prefería evitar ese tipo de reacciones.

- No te disculpes, lo que pasó no se puede borrar.- dijo Sam- Pero lo de tus poderes es realmente impresionante ¿esa araña dónde está ahora?

- Hasta donde yo sé, murió cuando me picó.

Después de eso la conversación terminó rápido y seguimos entrenando un rato más, hasta que Shuri se tuvo que ir, por supuesto acompañada de su hermano, y yo decidí que ya había sido suficiente para mi salud mental y física por un día, así que decidí volver con ellos.

Pasaron los días y caí en una rutina para nada desagradable, en la que lo primero que iba a hacer durante el día era visitar al Sr. Stark y luego, si alguien iba al campo, me acercaba con ellos unas horas. T'Challa no iba todos los días, al fin y al cabo, tenía un país que sostener, pero Sam, Barnes y Steve iban casi todos, muchas veces Wanda les acompañaba, y al principio tenía mis dudas porque… bueno, porque la Bruja Escarlata siempre me había dado mal rollo, pero tenía una forma de ser peculiar que me gustaba, además de ser la persona más cercana a mi edad de todos, excepto Shuri, pero ella, como su hermano, no podía acercarse muy de seguido. Incluso Rhodey me acompañaba algunos días, adoraba a Rodhey, y adoraba el humor de Rodhey, tan parecido al del Sr. Stark, no me extrañaba que fueran tan buenos amigos.

El Sr. Stark seguía igual, sin cambios, lo que por una parte me hacía menos culpable por ir tanto a entrenar, pero por otra hacía que se fuera instaurando una opresión en mi pecho que no se fuera hiciera lo que hiciera, pensara en lo que pensara. Pepper no lo decía, pero yo veía como cada día su sonrisa se hacía más fría, y sus ojeras más amplias. Todos intentábamos ayudar, pero nada de lo que hiciéramos podía cambiar lo que pasaba. Cada vez Morgan se venía más a dormir a mi cuarto, lo que no me importaba en absoluto, pero sabía que ella empezaba a darse cuenta de que pasaba algo grave. Preguntaba cada vez más por su padre y porqué no se despertaba y ya no sabíamos nadie qué decirle.

Y así pasaron esas dos semanas, entre entrenamientos y horas y horas sentados en esa habitación, esperando algo que nunca sabríamos si llegaría.

Así que me levanté ese martes como cualquier otro día, aunque la verdad es que ni estaba seguro de que fuera martes, eran tan parecidos todos que en verdad no importaba que fuera martes, miércoles o sábado. Fui a ver al Sr. Stark, aunque no hubiera cambios, la mayoría de las heridas estaban ya muy curadas. Entre Happy y yo conseguimos que Pepper fuera a descansar a una cama de verdad, y a tomar una ducha que, me sabía mal decirlo, pero necesitaba. Se llevó a Morgan, que sorprendentemente no discutió demasiado, supongo que tal y como estaban las cosas, también intentaba pasar todo el tiempo posible con su madre.

Varias horas después, como suponía, volvieron a entrar Pepper y Morgan por la puerta. Ya eran casi las once, cuando me llegó un mensaje de Sam diciéndome que habían decidido ir a entrenar en el último momento. Decidí ir como los otros días, y no es que me sintiera menos culpable, pero me estaba haciendo realmente bien ir, y no es como si no me pasara el resto de las horas del día al lado del Sr. Stark, hablándole de todo lo que estaba pasando cuando nos quedábamos solos, aunque no supiera si realmente me escuchaba.

Cuando llegué ese día el primero con el que entrené fue con Steve, y mentiría si no dijera que con cada día que pasaba me ponía un poco más nervioso estar cerca de él ¿no debería ser al revés? Pero no, no lo era, lo que me avergonzaba bastante, pero intentaba no distraerme demasiado cuando notaba el cosquilleo en el estómago. Madre mía, me sentía como un idiota adolescente enamorado del chico más popular del instituto, solo esperaba que nadie se diera cuenta, que Steve no se diera cuenta, porque ciertamente yo notaba como me subía toda la sangre a la cara cuando me sonreía de alguna forma, era patético, y lo peor es que no lo podía evitar, como si tuviera esperanzas de que alguna vez fuera a devolverme ni una décima parte de mis sentimientos, al fin y al cabo, todo el mundo sabía que seguía y siempre estaría enamorado de Peggy Carter ¿se podía tener celos de una mujer muerta?... Vale, eso había sido algo bruto de mi parte, pero no lo podía evitar, lo que me estresaba más todavía.

A pesar de todo, el entrenamiento siguió normal, como todos los días, ese martes solo estaban Wanda, Barnes, Sam y Steve, que venían casi todos los días, y muchas veces alguno de ellos al volver me acompañaba a la habitación del Sr. Stark y se quedaban un rato conmigo, cosa que agradecía.

Fue a mitad de un ejercicio que hacía con Sam, en el que este me estaba enseñando un golpe nuevo realmente alucinante que intentaría poner en práctica contra T'Challa la próxima vez que viniera, cuando escuché el móvil vibrar en mi mochila. Fui corriendo hacia él dejando a Sam con la palabra en la boca. Le escuché llamarme sin comprender qué había pasado, pero en ese momento estaba demasiado nervioso como para molestarme en contestarle… era la primera vez que mi móvil había dado señales de vida durante un entrenamiento.

Lo cogí con las manos temblando, me sorprendió hasta que no se me cayera.

- ¿Sí?

- Peter, soy Happy.- no sabría decir cómo describir su voz, era completamente neutra, lo que me hizo poner aún más nervioso.

- ¿Qué ha pasado?- dije con un hilo de voz. Hubo un pequeño silencio al otro lado de la línea que me parecieron horas, y me estaba irritando mucho, porque me estaba empezando a plantear lo peor "no, no, no, no, no, no" era lo único que podía pensar en este momento mientras sentía las lágrimas formándose. Notaba cuatro pares de ojos puestos en mí, pero en ese momento no me podría haber importado menos.- Dios, Happy, dime algo.

- Peter… se ha despertado.