- Definitivamente no eres lo que me esperaba.- escuché una voz a mi espalda.

Me giré rápidamente para mirar al "mercenario de la información". Solo que no era un mercenario, sino más bien una.

- Y por tu cara supongo que yo tampoco soy lo que esperabas.

Una voz extremadamente calmada acompañaba a una silueta delgada, parada al lado de los cristales rotos de las ventanas de lo que en su día se hizo llamar gasolinera. Un copioso silencio siguió a su última declaración, y podía decir con total seguridad que de la misma forma en la que yo la estaba estudiando, ella estaba haciendo lo mismo conmigo, ambos evaluando la amenaza ante la que nos presentábamos.

No parecía muy alta, pero lo compensaba con la confianza con la que se paraba, altanera y orgullosa, como si no le temiera a nada, como si yo no supusiera ningún peligro para ella. Pero toda esa actitud era un escudo, por supuesto. Tenía unos ojos marrones profundos, y una pequeña sonrisa con la que seguía intentando alimentar esa vacía confianza, pero lo que más llamaba la atención de ella era el largo pelo rubio que caía sobre sus hombros. Definitivamente era muy guapa, estaba claro que ella lo sabía, y estaba seguro de que también sabía cómo usarlo a su favor.

- Esto se pone interesante.- escuché la voz de Scott por el pinganillo, pero decidí obviarla directamente. No podía distraerme.

- Realmente no me esperaba nada.- respondí con toda la calma que pude reunir, intentando que no me temblara la voz.

Steve siempre me decía que las primeras palabras intercambiadas en estas situaciones eran claves, porque a partir de ellas se vería quién iba a llevar el control de la conversación. Era un tema mucho más complejo de lo que parecía, porque no podías dejar que te manejaran, pero tampoco podías tomar el mando demasiado toscamente, porque un exceso de confianza te hacía vulnerable, te volvía ciego y fácilmente manipulable.

Aristóteles decía que en el término medio estaba la virtud.

Y eso era lo que iba a intentar hacer. Ni dominar la conversación, ni dejar que ella lo hiciera.

- No puedo decir lo mismo.- dijo sin quitar en ningún momento esa sonrisa que me estaba empezando a sacar de los nervios, pero que por supuesto no se lo iba a hacer ver. Al fin y al cabo, eso era lo que ella quería.- Llevo pensando en este encuentro mucho tiempo, me tenéis completamente intrigada.

- ¿Me tenéis? ¿Cómo sabe que estamos aquí?- escuché al Sr. Stark.

- He venido solo, como pediste.- contesté intentando que no se notara que me estaban hablando desde otro lugar.

- Primer error… no me infravaloréis, canijo- dijo sin perder la calma, a la vez que intentaba no perderla yo por el estúpido mote con el que se refirió a mí. Creo que ya he dejado más que claro que odiaba que se metieran con mi edad, y más si era alguien que ni conocía.- Porque puedo decir que sois dos a unos metros a la izquierda, y todo un jet a unos kilómetros con por lo menos seis personas más.

Pude sentir como se me enganchaba la respiración a la vez que se hacía el silencio a nuestro alrededor. Me había quedado paralizado, realmente sorprendido, porque era cierto, al parecer la habíamos infravalorado tanto a ella como a la situación... o más bien, teníamos tantas ganas de que realmente eso no fuera un truco, que habíamos tomado las medidas justas para evitar que pasara un desastre. La gente estaba histérica, pero a pesar de todo, todas las frases terminaban con un "... pero esto es por precaución, realmente no pasará nada". Así que sí, habíamos sido unos histéricos confiados, y yo el primero.

Pero todo daba igual, tenía que mantener la mente fija, porque nada de lo que había dicho significaba que nos la estuviera jugando, simplemente demostraba que ella sí había tomado todas las precauciones posibles para protegerse, lo que realmente era normal, al fin y al cabo ella estaba aparentemente sola, si no se protegía ella, no lo haría nadie.

- Vale, Peter, mantén la calma. No significa que tenga malas intenciones, solo que ha sido más precavida de lo que nos esperábamos- escuché la voz de Steve esa vez, lo que agradecí mucho, porque en ese momento realmente necesitaba escuchar su voz, incluso si fuera para decirme cosas que acababa de pensar por mí mismo.

- Exacto, chico, sigue como habíamos planeado.- dijo esa vez Clint, sorprendentemente amable.

Le volví a mirar, intentando leerla, saber qué era exactamente lo que esperaba de mí, para hacer justo lo contrario, pero su maldita cara era un témpano de hielo a pesar de esa sonrisilla que me moría de ganas por borrarle. No había movido ni un mísero segundo un solo músculo de la cara.

- Era solo por precaución, como seguro que entenderás.- intenté hablar en el mismo tono que ella.- No se interpondrán si no tienen motivos para hacerlo.

- Precaución, esa es la palabra que quería escuchar.- dijo por fin cambiando la expresión, estirando más la comisura de los labios, y cerrando los ojos, como si realmente estuviera disfrutando de decir la palabra.- Precaución.- repitió.- Justo por eso he encendido esto en cuanto has llegado.

Terminó de hablar levantando un pequeño aparato con la mano izquierda totalmente negro con la excepción de un pequeño botón rojo en la superficie.

- ¿Qué cojones es eso?- escuché al Sr. Stark en mi cabeza otra vez, expresando lo que estaba seguro de que estábamos pensando todos en esos momentos.

- ¿Y qué se supone que sería eso?- dije yo en voz alta, para que ella me escuchara, manteniendo el tono frío que había estado practicando las últimas semanas. En ese entonces pensé que era una tontería, pero en esos momentos le estaba dando las gracias mentalmente una y otra vez al Sr. Sark y a Bruce por haber insistido tanto en ello.

- ¿Esta joyita? Nada… solo es el dispositivo que activa las bombas que tienes a tus pies y por todo tu alrededor.

Decir que se me paró el corazón en ese momento sería quedarme corto. No estoy seguro de cuánto tiempo estuve sin coger el aliento ¿Bombas? ¿Malditas bombas? ¿No se suponía que habían revisado la estúpida gasolinera ese mismo día? La mente me iba a mil por hora pensando en qué decir, o por lo menos esperando a que alguien me dijera algo, porque definitivamente esto no entraba en el plan.

¿Hasta qué punto me dañarían las bombas? Estaba claro que era mucho más resistente que cualquier persona común, pero eso no me aseguraba sobrevivir a una explosión. Tenía que saber la potencia de las bombas para saberlo, pero eso era algo que no podía suponer, algo que se me escapaba de las manos, y definitivamente no iba a ponerme otra vez en la mejor de las situaciones. Desde ese mismo momento iba a suponer lo peor, como debería haber hecho desde el principio.

"Tranquilo, Peter, mente en blanco, mantén la calma, no le des lo que quiere" Me repetía que tenía que centrarme, no siempre iba a tener un auricular con Steve o el Sr. Stark para chivarme lo que tenía que hacer y decir, tenía que pensar por mí mismo y rápido.

- ¿Bombas? ¿Jodidas putas bombas? ¿No se suponía que habías comprobado el puto terreno hace unas horas?- escuché la voz del Sr. Stark en mi cabeza, y mentiría si no dijera que sentí un alivio infinito.

- Y eso hemos hecho, no había absolutamente nada, lo comprobamos todo de arriba a abajo.- sonó la voz de Sam justificándose, pero se notaba que estaba nervioso, porque él nunca hablaba así de rápido si no lo estaba, era una de las personas más serenas que conocía.

- Es imposible que haya puesto esa cantidad de bombas en tan poco tiempo.

- ¿Peter? ¿Me oyes?- interrumpió la voz de Bruce intentando calmar la situación.- No te muevas, no sabemos qué tipo de bombas son, solo sigue lo que habíamos…

- ¿Que siga? Estáis bromeando, ¿verdad?- habló Steve por primera vez. Estaba alterado, era evidente con solo escucharlo, lo que no ayudó para nada a tranquilizarme.

Le conocía bien, y sabía que no era una persona impulsiva en lo general, y menos cuando se trataba de una misión. Sabía controlarse y ese era uno de los motivos por el que todos le veían a él como el líder no oficial. Pero estábamos en una situación completamente distinta, se trataba de mí, y sabía que cuando se trataba de mí toda esa calma que conseguía reunir se esfumaba. Así que sí, estaba asustado porque no quería que cometiera ninguna tontería, porque en esos momentos un paso en falso podía ponerle en peligro tanto a él mismo como a la misión, y no estaba dispuesto a que eso pasara.

- Esto se termina ahora, voy a intervenir.- siguió hablando mi novio con la voz muy firme, dando poco pie al debate.

- Así solo lo empeorarás y lo sabes, Steve.- se escuchó la voz de Bucky más dura de lo normal, porque estaba claro que sabía que si hubiera sido cualquier otro compañero, su amigo no estaría tan agitado, y ese era uno de los motivos por los que seguía sin estar contento de nuestra relación.

- No vas a ir, grandullón.- oí el acento de Wanda.- Piensa con la cabeza fría, no te puedes dejar llevar ahora y lo sabes.

- ¿Y qué pretendéis hacer? Tiene malditas bombas rodeándole, como dé un solo movimiento en falso, vuela.- se defendió el súper soldado.- Esto no era lo que habíamos hablado en ningún momento.

- Si nos acercamos cualquiera de nosotros activará las bombas antes de que...

- ¿Estáis teniendo un debate interesante?- interrumpió una voz en frente mío, todavía con los cristales rotos de las ventanas de la gasolinera a su alrededor.

Era una imagen como poco perturbadora.

No se había movido del sitio, pero tenía la cabeza más alta, parecía incluso que había crecido varios centímetros porque se alzaba con la espalda todo lo recta que podía estar, claramente orgullosa de la reacción que había causado, a pesar de que estaba seguro de que no había podido escuchar nada de lo que habíamos hablado, o más bien, de lo que habían hablado.

Me ponía nervioso, muy nervioso, y la discusión que se llevaba a cabo en mi cabeza no ayudaba para nada a calmar ese sentimiento. Pero definitivamente lo que más me perturbaba eran las bombas que se suponía que tenía a mis pies.

¿Puede que estuviera mintiendo? ¿Qué podía ganar con eso? Información, estaba claro, al fin y al cabo, ese era el nombre con el que la había bautizado Bruce, la mercenaria de la información. Pero había algo que no encajaba, ¿qué información quería? No era posible que supiera quiénes éramos, es decir, era posible que en ese momento ya lo intuyera, o por lo menos se diera cuenta de que éramos gente importante o como mínimo gente con buenos recursos… pero no antes de haber puesto las bombas.

Precaución. Es lo que ella había dicho, una simple forma de protegerse a ella misma, de la misma manera que yo tenía a un grupo entero de súper personas cuidándome las espaldas. Pero ella estaba sola, tenía que ir un paso por delante, así era como se sobrevivía, y en esa ocasión, definitivamente había conseguido sorprendernos. Si no hubiera estado tan preocupado por disimular la histeria que me carcomía por dentro por la pequeña idea de poder salir volando a trocitos en cualquier momento, habría podido admirar el buen trabajo que había hecho y como nosotros, los Vengadores, habíamos pecado de confianza. Pero sería la primera y la última vez, porque ya sabíamos que este juego era más serio de lo que queríamos creer. Solo esperaba estar vivo para ver cómo ganábamos.

- Yo no me movería mucho si fuera tú.- siguió con voz firme, ligeramente manchada de macabra diversión.- Son bombas con sensores de movimiento, y son tremendamente precisas… si mueves los pies un solo milímetro ¡BOOM!

Acabó con un grito que me hizo sobresaltar ligeramente, pero con todo mi orgullo mantuve mi posición esperando que no se hubiera dado cuenta, mientras escuchaba todavía un debate en mi cabeza que intentaba ignorar. El resumen era que Steve quería pararlo todo, y los demás le hacían entrar en razón, mientras el Sr. Stark estaba misteriosamente callado.

Solo esperaba que ninguno cometiera ninguna tontería, porque yo tenía claro que iba a seguir con el plan. Sabía que este se podía completar, y sabía que si teníamos cuidado podía salir todo casi como lo habíamos planeado. Solo necesitaba mantener la calma.

- Enhorabuena.- dije intentando volver a mantener el control de la conversación.- Definitivamente esto no nos lo esperábamos, pero me parece que te has tomado demasiadas molestias.

- Yo no lo veo así, y menos ahora.- dijo con una sonrisa tan amplia que podía ver casi toda su dentadura.- Pero tranquilo, canijo, como he dicho, todo esto es solo por precaución, si conseguimos entendernos tus compañeros podrán evitarse el disgusto.

- Todo esto no va a servir para nada.- escuché la voz de Clint, más fuerte que las demás.- Peter lo está haciendo genial, así que callaos todos y actuemos según cómo avance la situación, pero ahora mismo parecéis críos en el patio del colegio. Mis hijos tienen más cabeza que vosotros.

Todo el rencor que había sentido hacia Barton esas últimas semanas se esfumó como el viento en unos simples segundos que fueron los que le costó acabar su pequeño discurso, porque en esos momentos lo único que necesitaba era unos segundos de silencio y saber que Steve no haría ninguna tontería.

- Légolas tiene razón, esto no va a servir de nada.- añadió por fin el Sr. Stark.- Cap, no parece una persona cualquiera, sabe cómo defenderse y cómo jugar, si apareces de la nada a atacarla te arriesgas a que te esquive y pulse el maldito botón.

- Entonces intentemos entendernos, ¿qué es lo que quieres?- exigí todo lo firme que pude conseguir parecer.

- La pregunta sería más bien, ¿qué queréis saber de la Habitación Roja y por qué?

Iba por buen camino, eso lo había practicado una y otra vez con Bruce y el Sr. Stark, porque sabíamos que quien fuera que fuera YelVa no nos daría la información así como así, querría información, y sería lo que le daríamos… o por lo menos en parte.

- Hagamos un trato, yo respondo a una pregunta, tú respondes a otra... me parece lo más justo.- contesté, esperando que funcionara.

- Creo que no estás en situación para exigir nada.- me dijo, esa vez sorprendentemente seria.

- ¡Oh!, pero no creas que este jueguecito te va a dar mucha ventaja... quiero decir, no pensarás que realmente podrías frenarnos solo con esto, porque siento decirte que si ese es el caso, necesitarás mucho más.- hablé serio, orgulloso del control que estaba teniendo sobre mí mismo.- Tú misma has adivinado que no somos ni uno ni dos, no supondría ningún reto para los demás atraparte antes de que des un solo paso fuera de este intento de gasolinera.

- El gatito tiene garras.- esperaba intimidarla un poco, por lo menos borrarle la sonrisa de la cara, pero lo único que conseguí fue que una vez más ensanchara esta.- Vale, acepto, una pregunta por otra, empiezas tú.

- Bien, Peter, como lo hemos practicado.- dijo Bruce.- Y por lo que más quieras, no te muevas ni un maldito centímetro.

- ¿De qué conoces la Habitación Roja?- pregunté.

- Trabajé para ellos.- contestó brevemente, haciéndome fruncir los labios para disimular la frustración por la corta respuesta.- ¿Por qué queréis saber sobre ella?

- Creemos que no traman nada bueno.- contesté con la misma brevedad. Si ella jugaba, todos podíamos jugar.- ¿Qué hacías allí?

- Era una espía, les ayudaba a ganar información y a quitarse de en medio los obstáculos… les daba poder, básicamente.- respondió esa vez más precisa. Era una espía de ese lugar… eso definitivamente explicaba muchas de las cosas que habían pasado en la última media hora.- ¿Qué información buscáis exactamente?

- La que sea que pueda sernos útil para encontrarles, todo lo que nos puedas contar sobre ellos.- dije viendo como fruncía el ceño.

Parecía que por primera vez en toda la conversación se estaba permitiendo relajarse un poco, o eso esperaba, porque significaría que todo iba por buen camino y esa noche no terminaría hecho pedazos, lo que definitivamente habría agradecido un montón.

- ¿Por qué ahora estás en su contra? ¿Qué pasó?

- Eso son dos preguntas, canijo,- se rió de forma escalofriantemente cantarina.- pero digamos que… me enseñaron a pensar por mí misma, ¿qué papel voy a tener yo en todo esto?

- Si no quieres después de hoy no volveremos a encontrarnos.- respondí repasando mentalmente toda la información que había estado reuniendo y ensayando durante toda la semana exclusivamente para ese momento.- ¿Por qué pusiste ese mensaje en internet? Es raro para alguien que seguramente tuvo que escapar de ellos se atreva a hacer eso tan a la ligera.

- No fue tan a la ligera, esperaba que alguien lo leyera.- respondió rápidamente, sin darle demasiada importancia a lo que decía.- ¿Y si sí quisiera participar?

Eso era algo que habíamos comentado entre todos hacía días. Era una persona a la que simplemente con ese mensaje que ya hacía tiempo encontró Bruce, se le notaba cierto rencor hacia esa organización, por lo que, que quisiera participar en derrocarla si se le daba la oportunidad no sería algo extraño, así que no fue algo que realmente me pillara desprevenido.

- Con las debidas precauciones podrás.- contesté con la respuesta que ya tan bien ensayada tenía.- ¿Hacia quién iba dirigido el mensaje? ¿Quién querías que lo viera?

- Una ex-compañera de trabajo… ¿cuáles serían esas precauciones?

- Que nos dijeras quién eres exactamente, las intenciones exactas que tienes, que te dejaras explorar y pasar por una serie de pruebas de seguridad... y por supuesto, que dejaras de tener el control de si vivo o no a solo un botón de distancia.- terminé.

Unos segundos de silencio nos volvieron a envolver, pero por suerte esa vez no venía de nuestra parte, porque la verdad, ya había tenido suficientes sorpresas por una noche, y no quería perder todo lo que habíamos avanzado.

- Genial, chico, lo estás haciendo perfecto, sigue llevándola a nuestro terreno.- distinguí la voz de mi mentor.

- Si acepta acaba la conversación e intenta traerla con nosotros.- dijo Rhodey, hablando por primera vez.- Cuanto antes salgas de ahí mejor.

- ¿Y cómo sé que puedo fiarme de vosotros?- preguntó finalmente, alzando una ceja en mi dirección.

- De la misma forma que nosotros nos fiaremos de ti.- respondí rápidamente, sin pensar demasiado.- Porque ambos tenemos el mismo objetivo, y ninguno lo puede lograr sin la ayuda del otro… si fuera de otra forma, este encuentro no se estaría llevando a cabo.

Me miró nuevamente, esa vez con una cara impasible, suponía que volviendo a plantearse mis palabras. Realmente la entendía, cuando pasabas tanto tiempo tú solo, depositar ciegamente la confianza en alguien, y más en personas que no conocías de nada, no era precisamente sencillo. Pero los dos sabíamos que no teníamos más opciones, así que tanto yo como mis compañeros sabíamos a esas alturas que aceptaría el trato.

- Supongo que ponerme por una vez del lado de los buenos no hará daño a nadie… o por lo menos eso me dijeron hace tiempo.- terminó diciendo.

Suponía que esa era su extraña forma de aceptar el contrato verbal que se estaba llevando a cabo en esa gasolinera olvidada de la mano del mundo. Como había dicho ya, la situación era como mínimo curiosa.

- ¿De lado de los buenos?- pregunté.

- Claro, hasta donde yo sé, chico araña… los Vengadores siempre han sido los buenos de la historia.- contestó recuperando esa sonrisa inicial de la que ya hacía rato que creía que me habría librado.

Diría que fue otra sorpresa, pero ciertamente no. Al fin y al cabo, un grupo organizado de personas a las que antes de ese encuentro intentaría investigar y no podría debido a las defensas que había en la tecnología de la sede… un grupo de personas que se presentaban con un jet y que investigaban una organización secreta desde Estados Unidos… si eras una espía rusa entrenada por una organización súper secreta y sabías cómo usar tus armas, no era complicado juntar las piezas.

Estaba más sorprendido por el hecho de que me hubiera llamado chico araña, pero lo volví a descartar rápidamente, al final, como dijo Bruce en su día, era el único Vengador con una identidad secreta, y por mi complexión encajaba perfectamente con mi álter ego.

- Qué asco le estoy cogiendo.- pude escuchar la voz de Clint por el pinganillo.

- Bueno, era obvio que nos iba a reconocer, hemos sido un auténtico desastre.- respondió la voz de Wanda.

- Peter, termina ya.- habló el Sr. Stark con voz autoritaria.- Que desactive el maldito campo de minas que ha montado y en cuanto lo haga nosotros llegaremos en un minuto. Cap, Wanda, cuando lo desconecte acercaos también vosotros y nos volveremos a la sede de una vez.

- Sí, hasta donde yo sé siempre lo hemos sido.- le respondí al comentario anterior, intentando restarle importancia, como si el hecho de que lo supiera no nos supusiera ningún problema.- Ahora si no te importa, podrías desactivar los explosivos varios que tengo a mis pies, si eres tan amable.

Me miró con otra sonrisa, muy diferente a todas las anteriores. Esa era realmente cómica, como si la situación fuera graciosa, y yo personalmente, no le encontraba el humor por ninguna parte.

Levantó con su mano izquierda el dispositivo con el botón rojo que había estado sujetando todo el tiempo, y sin mirarlo ni siquiera lo giró y apretó a otro botón negro que había situado en la parte posterior y que obviamente no habíamos podido ver.

Se me encogió un momento el pecho y noté cómo se me contraían los músculos de los hombros mientras insconscientemente esperaba que sucediera algo, aunque no estaba muy seguro de el qué. Se volvió a hacer unos segundos el silencio… pero nada, no sucedió absolutamente nada, y se suponía que yo me debía fiar de que si me movía ya no habría posibilidad alguna de que el suelo a mis pies explotara.

- No te muevas.- exigió la voz de Steve, más dura de lo que me habría gustado escuchar después de toda la tensión que había estado acumulando.- Que se acerque a ti y te acompañe hasta fuera del terreno explosivo.

Y así lo hice, no moví ni un solo pelo de mi cabeza, pero por lo menos ya no notaba esa opresión en el pecho.

- Sería un gesto muy altruista por tu parte si vinieras a por mí.- le dije intentando imitar la voz que el Sr. Stark y Steve habían puesto en sus últimas aportaciones, sin mucho éxito.

No dijo nada, solo me miró con ese brillo travieso en sus ojos marrones, como si el trabajo ya hubiera terminado y en ese momento se encontrara disfrutando de su tiempo libre. Y es que en ese instante pareció que se quitaba por lo menos dos años de encima.

Se acercó hasta mí con una confianza llamativa a cada paso, que no habría sabido determinar si se trataba de un acto o no, pero que fuera como fuera, definitivamente era envidiable.

Siguió caminando hasta que se paró en frente mío, más cerca de lo que me hubiera gustado, hasta el punto de hacerme sentir incómodo. No era tan bajita como parecía a distancia, pero seguía siendo más alto que ella, lo cual suponía la única ventaja que yo podía jugar en un debate a esa corta distancia.

Me cogió la mano todavía con esa diversión en la mirada arrastrándome un pequeño paso con ella adelante. Como había dicho, sabía con seguridad que nada iba a pasar, y más después de que ella viniera y de que yo estuviera siguiendo exactamente los mismos pasos que daba. Pero esa no evitó que después del primer paso me esperara lo peor.

Por fin, lentamente pero sin pausa, llegamos al lugar donde había estado ella hablando durante toda nuestra conversación, y los hombros por fin se pudieron distender a gusto.

- Vamos para allá.- escuché a Bruce.

- Y nosotros.- respondió Wanda.

- Ya vienen.- le hice saber a mi, en ese momento, aparente nueva compañera.

Ella solo asintió, suponiendo que ya se había hecho una idea de lo que pasaría a continuación y estaba de acuerdo con ello. Tampoco es que tuviera muchas más opciones, diré en su defensa.

Fue entonces cuando caí en una cosa.

- ¿Cómo te llamas? No nos lo has dicho.- pregunté frunciendo el ceño en su dirección.

Me miró imitando mi expresión. Se calló durante unos segundos antes de hablar finalmente, suponía que dándose cuenta que realmente no iba a suponer ningún riesgo hacerlo, y menos en ese momento que íbamos a trabajar juntos, por lo menos durante unos meses.

- Yelena.- respondió.- Mi nombre es Yelena Belova.