Disclaimer: es de J.K.Rowling, o de quien sea, sino puedo asegurar que Pansy no sería una idiota cara de perro, Nott no sería un Sly antisocial, y Draco sería un adorable niño mimado.
SLASH! HP/DM
MOMENTOS
MOMENTOS DE CONSPIRACION
La Sala Común de Slytherin estaba situada en las mazmorras de Hogwarts, lo que hacia que en verano se estuviese fresquito, y en invierno el calor quedaba guardado por las gruesas paredes que había, pero no era el mejor sitio para discutir planes, por lo que 5 chicos se habían colado en la habitación de uno de ellos.
La habitación podría parecer a simple vista austera, porque no contaba con más que una cama, un escritorio, y un gran armario que ocupaba toda una pared, pero observando los muebles claramente se podían ver que la madera estaba finamente tallada y habían filigranas de plata que dibujaban dragones, por lo que se podía saber a quien pertenecía la habitación.
Lo que de ninguna manera se podía considerar austero era el baño que tenía aquella habitación: Había una hermosa pica con varios grifos, una enorme bañera redonda que ocupaba la mayor parte de la estancia y que se superaba el baño de prefectos en cuanto a grifos, en un rincón habían una ducha plateada, y en un cubículo aparte había el vater. Un taburete blanco y un albornoz negro complementaban el lugar.
Pero volvamos a los chicos que planeaban la ruina de dos chicos, o mejor dicho un chico planeaba la ruina, dos estaban allí porque eran sus amigos y siempre acababan metidos en sus líos, y los otros dos no pensaban (nunca lo hacían).
- ¡He descubierto el punto débil de Granger! - les anuncio Draco a los demás - esta vez se arrepentirá de haberme desafiado.
- ¿De verdad? - pregunto Theodore Nott sin mucho interés, la sangresucia no era para él más que una hormiga a la que de tan insignificante no se le presta caso.
- Si - dijo el chico emocionado sin hacer caso del tono de su mejor amigo - Granger esta enamorada de Potter.
- Debimos sospecharlo, Potter siempre esta en medio de tus "maravillosos" planes - dijo Pansy intentando permanecer sería.
- Draco, tus planes siempre acaban volviéndose en tu contra cuando se trata de Potter, mejor utiliza a otra persona para fastidiar a Granger - le aconsejo Theodore mientras curioseaba los libros que tenía Draco en la mesa.
- Pero Granger esta enamorada de Potter, es la ocasión perfecta para vengarme de los dos. Pansy, necesito que me ayudes, quiero…
- ¿Cómo lo has de pedir? - a lo que Draco la miro ofendido, aunque acabo dándose por vencido.
- ¿Por favor? - y al ver que la chica asentía sonriente él se enfuruño un poco - Quiero que seduzcas a Potter.
Pansy había conseguido sentarse en el tranvía, y veía desde la ventana como atravesaban el río. Acababan de entrar en la parte este de Hogsmeade, la parte humilde, la parte de la gente trabajadora.
Bajo en la estación que le correspondía, y respiro el aire contaminado de la ciudad. Odiaba con toda su alma este lugar.
Se debían caminar varias calles para llegar a su casa, así que avanzo sin detenerse más que para esperar que pasasen los coches. No tenía ganas de llegar, pero tampoco quería quedarse en la depresiva calle, además, tenía trabajo que hacer.
Su barrio era según la opinión de todos horrible, decadente, depresivo. Todos los bloques de pisos eran iguales, grises. Algunos habían sido de colores marrones tiempo atrás, pero los humos los habían vuelto grises, al igual que las ventanas de algunos pisos abandonados. Todos los bloques eran tan altos que se tapaban la luz del sol entre si, así que en la calle nunca llegaba a tocar el sol dando ese aspecto sombrío a toda le gente que por allí pasaba.
Mirando a lo lejos de la calle se podían distinguir las tres chimeneas de la fábrica de pociones, que humeaban todo el día y toda la noche. La mayoría del barrio trabajaba en el polígono industrial, pero con el avance tecnológico la gente se iba quedando sin empleo en las fábricas, así que lo único que prosperaba eran los bares. El nombre del barrio era completamente ridículo hoy en día: "Progress"
Llego a su bloque de pisos, y abrió con la desgastada llave, subió las escaleras, y se detuvo enfrente de la puerta de su casa: se oían gritos. Con un suspiro resignado abrió la puerta y entró. Las peleas de sus padres eran continuas, ya no le extrañaban, ni a ella, ni a nadie. Su padre había sido despedido hacia un año y todavía no había encontrado trabajo, y el sueldo del paro se iba en vino barato y whisky, cosa que hacia que se pusiera algo violento. Su madre, aunque resignada, no estaba dispuesta a dejar que sólo el marido gritase y rompiese las escasa decoración que tenían, así que contraatacaba gritando también hasta el anochecer, momento en el que se iba a trabajar, y dejaba a Pansy con su padre, pero este enseguida caída dormido. La Señora Parkinson trabajaba de noche el bar de tío Albert, Pansy algunas veces también había tenido que ir a hacer de camarera allí, cuando no iban muy bien de dinero.
Pero su madre se negaba a separarse, decía que en el matrimonio se hacían los votos eternos, y que ella no iba a deshacer algo que había jurado ante dios.
Los padres de Pansy eran muggles, y cuando habían sabido que su hija era una bruja la habían mirado con desconfianza, para luego ignorarla constantemente. Lo único que les retenía de abandonarla era que las leyes penaban el abandono del menor con dureza.
Pansy pasó por encima de los vidrios rotos y se dirigió a su habitación, lo primero que hizo fue arrojarse en la cama y tragarse las lágrimas que amenazaban con salir. Luego cogió unos papeles que llevaba en su mochila y se dispuso a hacer su trabajo.
Era evidente que iba a hacer lo que Draco le había pedido, siempre lo hacia y siempre lo iba a hacer.
Todavía recordaba el día de la selección, cuando se sentaron todos en la mesa de Slytherin, Draco sonrió y le tendió la mano presentándose, hacia tiempo que nadie le dedicaba una sonrisa a Pansy. Cuando estuvieron a solas Draco volvió a sonreírle y le dijo que estaba interesado en ella, que había visto la ambición brillar en sus ojos, la astucia, que era una autentica Slytherin.
Pansy quería acabar con su asquerosa vida, encontrar a un marido rico e idiota al que poder manipular, ese era su mayor deseo e ambición, y ya tenia en su punto de mira a algunos Hufflepuffs.
Pensó que todo se acabaría cuando Draco descubriera que era una Sangresucia, pero no acabo todo, simplemente se transformo.
Todo empezó un día que los chicos internados podían salir de Hogwarts, pero Pansy no lo sabía. Había salido por orden de su madre a comprar unas tonterías al centro, y se encontró con que su padre, que ya iba borracho. Este estaba furioso con la chica porque la noche anterior Pansy había trabajado en el bar de su tío, y no le había servido un buen baso de Whisky.
Entonces Draco, salido de la nada, apunto a su padre con la varita y le amenazo con someterle a torturas si volvía a tocar a Pansy. Cuando el hombre se hubo ido Pansy no pudo más que reírse a carcajadas, porque normalmente eran ella y Nott quienes iban a sacarlo de los líos en que se metía, Draco sabia tanto de magia oscura como Pansy, lo que pasaba era que sus ojos fríos intimidaban a cualquiera.
Esparció los papeles por encima de la cama con una sonrisa en su rostro, haría cualquier cosa por Draco, incluso intentar seducir a Potter.
Miro el expediente del chico, no decía gran cosa, estudiante medio en todas las asignaturas, menos en pociones en la que era un desastre, no había dado grandes problemas sólo las peleas con Draco…era bueno en Quidditch… En eso último era en lo que resaltaba, por lo demás era un chico como los demás.
Aunque Pansy sospechaba que había algo más, no podía ser tan vulgar si Draco se había fijado en él… Estaba el asunto de que había rechazado su mano, claro, pero Pansy recordó a tiempo que era un Parselmouth, el primero en toda la historia que iba a Gryffindor, que el profesor Riddle de Duelo le favorecía quizás porque ambos compartían el mismo don, sonrió con astucia, sería interesante descubrir como era realmente Harry Potter.
