- No me termino de fiar de ella.- declaró Wanda después de dar el último trago a su taza de café para después alzar las cejas, como si quisiera desafiarnos a opinar diferente a ella.

- No nos queda otra alternativa, Wan, y lo sabes.- dijo Sam al otro lado del comedor donde nos encontrábamos los tres, haciendo hincapié en las tres últimas palabras, pero con su característicos tono consolador.

A veces daba la sensación de que el tema de las espías rusas era de lo único de lo que sabíamos hablar últimamente, y si era sincero, estaba un poco cansado de ello. No es porque no me preocupara o no viera la importancia que tenía, era muy consciente y estaba centrado en la misión como el que más, al fin y al cabo, si había una mínima posibilidad de recuperar a la antigua Natasha lo debíamos intentar. Se lo debíamos, porque estaba seguro de que si fuera de otra forma, ella sería la primera en dar un paso al frente para recuperarnos a cualquiera de nosotros. Porque así era ella, el tímpano de hielo con el corazón más cálido que había conocido en mi vida.

Pero eso no significaba que después de tanto tiempo no se me hiciera tedioso que incluso en los escasos momentos que teníamos libres, Natasha o Belova fueran los únicos temas de conversación. En defensa de Wanda diré que simplemente no lo podía evitar, no se fió de ella desde el principio, y aunque el instinto de la bruja no fuera el más certero de ese lugar, nos servía para recordarnos que a pesar de que en esos momentos Belova estuviera colaborando con nosotros, la situación podría volverse del revés en cualquier instante. Además, debía admitir que se me hacía gracioso que desde el primer momento que Wanda le echó el ojo a la espía rubia no dejó de mirarla como si fuera el mosquito que te canta en la oreja durante la noche justo en el instante en el que estás a punto de caer en el sueño. Y por supuesto no intentaba disimular ese desagrado ni un mínimo.

- Ya nos ha dicho lo que nos tenía que decir… que se largue.- volvió a replicar, sin dar su brazo a torcer.

- Sabes que no es tan fácil,- intervine sin intentar disimular el hastío en mi voz- hicimos un trato y…

Me interrumpí a mí mismo cuando escuché un fuerte portazo desde el pasillo que daba al comedor. No es que de por sí un portazo en esa sede fuera extraño, al fin y al cabo teníamos un Hulk cuyo cuerpo no se adaptaba al mobiliario base del complejo y una pequeña araña con una fuerza que todavía de vez en cuando, en esos momentos en los que estaba muy extasiado, o muy deprimido, o incluso muy estresado, no terminaba de controlar. Pero definitivamente a esas horas del día me resultó extraño tal ruido, y por la cara de mis compañeros pude ver que pensaron exactamente lo mismo.

- Sr. Stark, le pido por favor que se calme.- se escuchó la voz de F.R.I.D.A.Y por el mismo pasillo por el que se había escuchado el portazo.

¿Sr. Stark? ¿Qué narices le pasaba a Tony? No disimulé mi sorpresa, es decir, unos años atrás para nada me hubiera asombrado que Tony entrara a una habitación como si de un tornado a punto de arrasar con todo a su paso se tratara, pero desde que casi muere y como prueba de ello tuvo que perder un brazo, había estado mucho más calmado, sorprendentemente calmado siendo realistas, y mucho menos impulsivo. Suponía que era lo que pasaba cuando te dabas cuenta de que, si no tenías ese cuidado, tenías una familia que perder. Lo que pasaba cuando eras realmente feliz con las personas que tenías en tu vida. Y ese era un sentimiento que hasta hace poco no habría sabido identificar.

- ¿Que me calme? ¿QUE ME CALME?- se escuchó al multimillonario gritar mientras abría la puerta que daba al comedor.

Parecía cansado, pero por encima de todo, estaba enfadado, más enfadado de lo que le había visto en años, ya tantos años que ni recordaba... bueno… ¿a quién quería engañar? Sí que lo recordaba, recordaba perfectamente esa mirada que me dedicó cuando huí con Bucky, esa mirada de absoluto rencor mientras me pedía que le devolviera el escudo de su padre.

"¿Qué diablos ha pasado?" pensé durante las milésimas de segundo que el millonario tardó en escanear la habitación con la mirada, hasta que al parecer encontró su objetivo.

Y ese era yo.

Fantástico.

- Tú.- susurró en un tono alto, vomitando por la boca todo el rencor que desprendían sus ojos. He de admitir que, además de confuso, empecé a ponerme nervioso.

Por unos eternos segundos hubo un silencio sepulcral, las miradas de mis compañeros se movían entre el millonario y yo, como si de un partido de tenis se tratara, pero la mía estaba fija en él, en ese hombre que a pesar de todas las discusiones y peleas que había habido entre nosotros, aún consideraba mi amigo. Aunque, por la mirada que me dedicaba, podía poner la mano en el fuego porque en ese momento él me consideraba de todo excepto un amigo.

- ¿Tony qué…

- ¡TONY NADA!- me interrumpió, y con el fin de mantener toda la calma posible, decidí quedarme callado, por lo menos hasta que supiera de qué trataba todo el espectáculo- ¡MALDITO DEGENERADO! ¿¡EN SERIO NO HABÍA NADIE MÁS!? ¿¡NO HABÍA NADIE MÁS EN TODO EL PUTO MUNDO QUE NO FUERA ÉL!?

Joder.

Joder. Joder.

¿Cómo narices se había enterado? ¿Y desde cuándo yo me había vuelto tan mal hablado? Le echaba la culpa la Tony… Tony, el mismo que en esos momentos estaba seguro de que estaba planeando mi muerte de más de cincuenta formas distintas en ese maravilloso cerebro que tenía.

¿Se lo había dicho Peter? No era posible… no, no era posible... ¿verdad? Lo habíamos hablado, íbamos a decírselo juntos en algún momento, en cuanto Queens se animara a hacerlo. Y aunque se hubiera adelantado a hacerlo sin mí, me hubiera avisado por lo menos. No, esa opción no era posible.

Que hubiera sido Bucky o Wanda lo descartaba de la misma forma, y Sam… por mucho que lo quisiera evitar, sabía que lo sabía, o que por lo menos guardaba grandes sospechas… pero tampoco, me parecía imposible que hubiera sido él sin antes haber hablado conmigo.

Solo me quedaba Rhodey, pero de la misma forma me parecía demasiado extraño, es decir, que hubiera roto su promesa conmigo sería extraño ya era un hombre de palabra, pero no descartaría la posibilidad… pero me costaba demasiado creer que había traicionado la confianza de Peter de esa forma.

¿Pero qué otras opciones tenía?

Y sí, todo eso era lo único en lo que podía pensar mientras tenía parado a Tony enfrente de mí a la espera del más mínimo movimiento, de la más mínima palabra, para echárseme encima.

Sabía que debía tener cuidado, porque en esos momentos estaba ante una bomba a punto de estallar.

- Tony, tranquilo, no…

- ¿¡TONY TRANQUILO!? ¿¡ESO ES TODO LO QUE VAS A DECIR!?

- Escúchame, no sé qué te habrán dicho, pero no es…

- ¿No es lo que parece? ¿Vas a tener los cojones de decirme QUE NO ES LO QUE PARECE?

- Chicos, deberíamos respirar todos y…- intentó intervenir Sam desde el otro lado del comedor, desde donde él y Wanda miraban el espectáculo con los ojos muy abiertos sin saber bien qué hacer… aunque para qué mentirnos, yo tampoco tenía ni idea de qué decir, porque era culpable de lo que me acusaba. Era muy, muy culpable, y todos en esa habitación lo sabíamos.

- ¡Cállate, Sam, esto no te incumbe para nada!- siguió gritando Tony, con un tono un poco más ligero, pero todavía estaba seguro de que se podían escuchar sus gritos desde el otro lado del pasillo-. Esto es entre este maldito... pederasta y yo.- terminó, escupiendo las últimas palabras.

Podía aguantar muchas cosas, muchas palabras de su parte, porque sabía que estaba muy enfadado, porque sabía lo que significaba Peter para él y para su familia… porque sabía que el motivo por el que significaba tanto para él porque yo le había dejado de lado hacía muchos años. Pero no iba a permitir que usara esa maldita palabra, había una línea hasta donde estaba dispuesto a llegar.

Y él acababa de cruzar esa línea.

- No pienso consentir eso, Tony. Entiendo que estés enfadado, lo entiendo perfectamente, pero no voy a dejar que te pases de la raya… primer aviso.- dije en toda mi altura, orgulloso de haber acabado una maldita frase desde que el millonario había irrumpido en la habitación.

- ¿Que no me vas a consentir tú algo? ¿Te crees con derecho de consentir nada?- replicó reuniendo todo el veneno que fue capaz en su voz mientras daba otro paso al frente, acercándose un poco más a mí, hasta que a penas un metro nos distanció-. Es un menor, Rogers, ¿y sabes cómo se le llama al adulto que se acuesta con un menor?

- Nunca le he obligado a nada, más bien todo lo contrario, no hables de algo que no sabes… solo déjame explicártelo, deja que te lo expliquemos los dos.

- ¿Sabes lo que sí sé? Sé que ahora mismo puedo llamar a la policía y hacer que te detengan por abuso a un menor… pero no lo haré, ¿y sabes por qué?- siguió con una pequeña sonrisa para nada divertida adornándole la cara.- Porque si lo hago no podré hacer esto.

Lo siguiente que vi fue una mancha roja dirigirse directa a mi cabeza seguido de un negro tan intenso como el más puro carbón. Y lo siguiente que sentí fue un golpe muy duro contra mi sien. Y lo siguiente que oí fue un pitido en el oído izquierdo que no me dejaba escuchar más allá.

Todo eso durante tres agobiantes segundos en los que me intentaba recuperar del maldito golpe que Stark había lanzado. El muy cabrón se había puesto el guante de Ironman en el brazo derecho mientras hablaba para golpear.

Cuando conseguí levantar la mirada más o menos clara pude ver cómo Sam intentaba llegar a sujetarle y evitar toda la escena que estaba a punto de interpretarse en ese comedor, pero a Stark le costó menos de un segundo mandarle al otro lado de la habitación con la especie de onda expansiva que tenía su nuevo brazo último modelo. Y sí, por mucho que lo intentara era consciente de que nunca sería bueno en todo el vocablo científico, eso se lo dejaba a Peter.

Vi cómo volvía a acercarse hacia mi dirección dispuesto a repetir la acción anterior. Estaba descontrolado, no pensaba, y un Tony que no pensaba era un Tony peligroso, y por esa razón simplemente me eché para atrás, evitando el golpe pero sin intentar devolverlo. Y otra vez, y otra vez, hasta que el tercer golpe fue con la mano izquierda y me dio en todo el costado, haciéndome tener que aguantar la respiración unos instantes en los que el brazo derecho de Ironman aprovechó para golpearme en el cuello y tumbarme.

Hijo de puta.

- Tony, por favor, cálmate, esto no tiene que seguir así…- conseguí decir justo antes de notar su pie en el mismo costado ya maltratado anteriormente, consiguiendo esquivar una segunda patada rodando por el suelo.

Pero Tony no parecía escuchar nada, o mejor dicho, parecía que estaba optando por ignorar nada que saliera de mis labios, como si mis palabras no tuvieran ningún valor. Como si no hubiera ninguna justificación a lo que había hecho.

Y puede que tuviera razón.

No sabía cómo hacerle entrar en razón. Bueno, sí tenía una idea de cómo lograrlo, pero nadie de esta habitación podía hacerlo, y mucho menos yo, porque en esos momentos, a los ojos de Tony, era la mayor amenaza que había, porque estaba convencido de que tenía el poder de robarle a Peter, exactamente igual a lo que pensó que hice después de la pelea en Berlín con otros miembros del equipo.

Pero este no era un miembro cualquiera, era Peter, y estaba convencido de que solo éste le haría entrar en razón… o por lo menos convencerle para que no intentara matarme a la mínima oportunidad que se le presentara, como parecía que intentaba en esos momentos.

Con la energía que pude reunir me levanté del suelo de un salto, alentándome de inmediato para seguir esquivando los golpes que estaba seguro de que me iban a seguir lloviendo. ¿Que por qué no le devolvía ninguno? Primero porque Peter me mataría si lo hacía, al fin y al cabo, sabíamos que Tony no estaba en su 100% todavía, aunque cada día se acercara más a él. En segundo lugar, porque puede que en el fondo sentía que me lo mereciera un poco, porque sabía que debería haber hablado con Tony desde el principio, porque sabía que todo habría sido más sencillo si hubiera cortado lo que tenía con Peter después de ese primer beso… pero simplemente no pude, fui demasiado débil para ello y sabía que de alguna forma lo debía pagar, y si para ello debía esquivar algunos golpes y sufrir otros, que así fuera.

- ¿Tenía que ser él? ¿De todo el puto mundo tenía que ser él, Rogers? ¿No había nadie más a quien follarse?- trastabilló mientras se acercaba a mi posición para seguir con la tarea de dejarme la cara más roja que su traje.

- No es como crees, Tony, si me dejaras explicártelo no habría necesidad de esto.- grité antes de que llegara a mí, ya un poco desesperado porque parara… pero llegó... ¿dónde estaba la maldita Wanda cuando se la necesitaba?

- ¿Necesidad de qué?- puñetazo- ¿De entender por qué de todas las personas del mundo tenías que ir a por mi crío?- puñetazo- ¿Entender que pudiendo tener a quien te diera la gana hayas tenido que escoger a mi maldito protegido?- puñetazo, puñetazo- ¿En serio no esperabas que esto fuera a pasar, Rogers?- golpe contra el armario- ¿Que podías jugar con él y manipularle como quisieras y que no habrían jodidas consecuencias?

Y después del siguiente golpe conseguí empujarle varios metros para poder limpiarme las pequeñas gotas de sangre que caían de mi labio.

- No he manipulado a nadie, y lo sabes perfectamente, Tony, me conoces mejor que eso.- intenté hablarle con la voz más calmada que pude, tratando de hacerle entrar en razón lo suficiente como para que parara el circo que estábamos montando.

- Precisamente porque te conozco, Capi, y créeme que esta la vas a pagar con creces, de eso me encargaré yo.- dijo adelantándose otra vez varios pasos, con más tranquilidad de la que había manejado desde que había hecho su gran entrada.

- ¿Es una amenaza?

- Es una promesa.

Y me preparé para esquivar el siguiente golpe justo antes de sentir una conocida fuerza arrastrándome varios metros hacia el lado. Cuando abrí los ojos vi dos cosas, la primera fue a Stark en mi misma posición al otro lado de la habitación, y la segunda a Wanda en medio con los brazos levantados. Por fin había decidido intervenir, y yo no podía alegrarme más por ello.

- Pareceis dos niños pequeños peleando por un juguete.- dijo con peligro en la voz.

- Eso díselo a Rogers.- habló Stark levantándose, sin dejarse amedrentar por la bruja. Estaba seguro de que en esos momentos no se dejaría amedrentar por nada con tal de llegar a mí. Por suerte esa vez Wanda había decidido intervenir de verdad, y no se apartó del sitio, formando una barrera entre el hombre de hierro y yo-. Wanda, te lo advierto, déjame pasar.

- Esto se acaba aquí.- se plantó la bruja mientras yo empezaba a levantarme del sitio.

- Si tengo que pasar por ti, lo haré, Wanda. No quiero, pero lo haré.- amenazó otra vez el millonario moviéndose lentamente hacia delante.

Pude ver cómo la bruja tensaba los hombros, preparada para lo que fuera que pasara a continuación, ¿en serio se iba a montar todo ese pifostio simplemente por no querer aceptar una maldita explicación? El jodido trauma de Tony tenía que acabarse de una vez, porque me negaba a empezar otra estúpida guerra interna solo porque Stark no aceptara con quién me acostaba, ¿hasta qué punto habíamos llegado?, ¿en serio era tan culpable como él me lo estaba haciendo ver?, ¿en serio era tan sucia la relación que tenía con Peter? Porque a mí me parecía de todo menos sucia. Me parecía lo más limpio que había habido en mi vida. Y no estaba dispuesto a que el millonario la manchara.

Y por obra de otro milagro, justo alguien más interrumpió en la habitación.

- ¡Chicos! ¡Chicos! ¡La tenemos! ¡La hemos encontrado! ¡Preparaos, hay que darse prisa antes de que la perdamos! Ya he avisado a T'Challa, Clint, Scott, Hope, Strange… a todos, vaya, que hay que…

Ese salvador era Bruce, seguido de Bucky y Rhodey, a quienes suponía que habría encontrado de camino. Hablaba muy rápido escribiendo a la vez en el Starkphone que sujetaba en la gigante mano derecha, el cual parecía realmente pequeño en sus manos.

La cara de incredulidad de los dos soldados no se hizo esperar, aunque no duró mucho, suponía que no les habría costado entender la situación a juzgar por cómo Bucky me miraba acusador y Rhodey cerraba los ojos mientras negaba levemente con la cabeza. Me apostaría lo que fuera a que podía adivinar lo que estaba pensando en esos momentos.

Pero entonces fue cuando Bruce cortó lo que estaba diciendo y levantó la mirada al notar que nadie respondía a su efusividad, e imitó la primera expresión de los otros dos recién llegados. La incredulidad se reflejaba en todas las facciones de su rostro, primero mirándome a mí y lo que suponía que era mi cara magullada y sangrante, para después pasar a Wanda y a un Tony todavía muy cabreado.

- ¿Qué cojones ha pasado aquí?- preguntó, casi más en un susurro que de otra forma.

Pasaron unos segundos de silencio en los que parecía que nadie iba a hablar, por lo que aproveché para recorrer la mirada por la habitación, encontrando a Sam no muy lejos de donde estaban los tres nuevos, y sorprendiéndome al ver a Belova en una esquina de la habitación, ¿cuándo narices había llegado?

- Que lo explique Capi.- contestó al final Tony con un falso tono de buen humor-. Al fin y al cabo, es él el que se va acostando con menores.

- ¿¡Que qué!?- chilló Bruce, mirándome con los ojos muy abiertos como si fuera una especie de espécimen que no había visto en la vida. Yo solo pude apretar los dientes mientras cerraba fuerte los ojos, en un intento por calmarme, por mí, por Peter, y por la amistad que tenía con Tony, la cual a esas alturas colgaba de un hilo muy fino, pero me negaba a ser yo quien terminara de estirar ese hilo.

- No es lo que parece.- dije todavía apretando los dientes, recibiendo una mirada de Bucky que claramente decía "¿En serio? Sabes que es exactamente lo que parece".

Pero no lo era, porque Stark estaba pintando lo que teníamos Peter y yo como algo manipulable y despreciable, y me negaba a dejar que diera era imagen, porque no era para nada así, y porque sabía que cuando Peter se enterara de lo que había pasado, le dolería muchísimo que algo por lo que habíamos peleado tanto fuera tachado con esas palabras. Él se merecía todo lo mejor, y definitivamente eso no lo era.

- No lo es.- seguí, dirigiendo mi mirada a Bucky y sus malditas cejas alzadas que me cuestionaban y todavía acusaban-. Peter y yo no…

- ¿¡Peter y tú os acostais!?- volvió a gritar Hulk, abriendo aún más los ojos, algo que antes habría pensado que era un imposible.

- No es lo que…- volví a empezar.

- ¿No es lo que parece? Pues ilumínanos, Capitán, ¿qué cojones es lo que…- gritó esa vez Stark desde el otro lado de la habitación justo antes de ser interrumpido otra vez por Bruce.

- Mirad, chicos, no sé qué es lo que parece, pero sea lo que sea hay que dejarlo para luego, es la primera vez que encontramos algo realmente bueno en semanas.

- Bruce tiene razón.- habló Rhodey por primera vez, evitando tanto mi mirada como la de Tony a toda costa, porque sabía que Tony lo sabía, pero también era obvio que no se lo habíamos dicho ni Peter ni yo, por lo que el millonario no estaría precisamente contento cuando se enterara de que su mejor amigo lo supo en todo momento.

Pero si era sincero y algo egoísta, en ese momento Rhodey no me preocupaba para nada, solo podía pensar en la suerte que tenía de que Peter siguiera en el instituto en esos momentos, porque sabía que Bruce no habría contactado con él. Hacía unos meses Peter había acordado con Tony que a no ser que fuera una misión de todo el equipo y/o sumamente importante, no se interrumpirían sus clases, y este no era ninguno de los casos.

Todos sabíamos que si habíamos encontrado una localización era porque Natasha había querido que lo hiciéramos, lo que significaba que no había conseguido ningún tipo de información y quería hablar para intentar sacar esa información de nosotros, y eso era algo a lo que no acudiríamos todo el equipo, máximo cuatro de nosotros, mientras los demás vigilábamos desde la sede o desde el jet con cámaras y micrófonos. Ese era el protocolo.

Y básicamente todo eso es lo que explicó Bruce durante los siguientes minutos mientras esperábamos a que llegaran los que faltaban. No tardaron más de cinco minutos, obviamente T'Challa ya había acordado no venir desde Wakanda a no ser que fuera un nivel rojo, y Strange algo parecido, aunque definitivamente la distancia que tenía que recorrer él era de escasos segundos con los portales esos que se fabricaban. Pero por lo que fuera su cabeza estaba en otros asuntos en esos momentos, y nosotros tampoco necesitábamos a Vengadores que no estuvieran al 200%.

- Como ya hemos dicho, no iremos todos, es una pérdida de tiempo. Por razones obvias Belova se quedará en la sede, igual que Steve, Rhodey y yo.- terminó de hablar Bruce, mientras Rhodey asentía a su lado y yo giraba la cabeza tan rápido que noté cómo el cuello me crujió, aunque no le pude dar menos importancia-. No repliques, Steve, con la cara que llevas deberías irte directo a enfermería y lo sabes.

No, Bruce no era precisamente una persona nacida para dirigir, era calmado y le gustaba mantenerse en las sombras, sin llamar la atención pero ayudando. Había excepciones como era ese momento, cuando se trataba de algo que le importaba de verdad y en lo que no iba a permitir que cualquiera de nosotros, patanes, lo fastidiara, como era el caso con Natasha. Así que hice mi mayor esfuerzo por simplemente asentir y aceptarlo.

Aunque era complicado hacerlo cuando por el rabillo del ojo podía ver la sonrisa burlona de Tony mirando en mi dirección. Puede que Wanda tuviera razón y no fuéramos más que dos simples críos peleando.

- Irán al encuentro Clint, Wanda, Hope y Sam, y en el jet se quedarán Scott, Tony y Bucky… y no, Tony, la decisión no se cambiará y menos con el humor que traes encima, cuando te enfadas tanto eres impredecible y ahora tenemos que ir a lo seguro.- volvió a terminar sin dar pie a ninguna réplica.

Y llamadme provocador, pero esa vez fui yo quien no pudo evitar la sonrisa burlona en su dirección.