- Estamos dentro.- respondí firme, sin molestarme en bajar la voz. Ya no merecía la pena, ella sabía que estábamos y nosotros sabíamos que lo sabía.
- Bien, Steve, ya sabes qué hacer.- escuché la voz de Bruce en mi oreja.
Claro que ya sabía qué hacer, llevábamos tiempo preparados para el momento en el que Natasha cometiera el más mínimo de los errores… ¿pero podíamos estar seguros de que había sido un error? Porque yo no lo estaba para nada, conocía perfectamente a Natasha, y ella nunca cometía errores.
"Pero esta no es la Natasha que tú conociste, Steve" me había dicho Peter antes de que nos montáramos en el jet de camino al edificio donde se encontraba la Viuda Negra.
Era un edificio a las afueras de la ciudad muy normal, estaba seguro de que en él vivía gente normal, familias normales, y que Natasha se estaba escondiendo entre ellas. No era una mala idea, debía admitirlo, nunca habría pensado que se podía esconder en un edificio normal en una calle normal donde vivía gente normal. Todo demasiado normal para mi gusto y para el de ella.
Giré la cara para ver a Bucky a mi lado. Habíamos venido seis de nosotros, Scott, Hope, Bucky, Wanda y Rhodey. Teníamos varios jets rodeando el edificio, y nosotros divididos por parejas de la misma forma. No le había hecho mucha gracia a algunos Vengadores que se habían quedado en la sede, en especial a Peter, pero para mi gran alivio no había dicho nada, solo se había dedicado a asentir con los labios apretados mientras apretaba mi mano.
Y yo no mentiría al decir que estaba mucho más concentrado sin Peter por aquí, lo que sabía que tenía que cambiar, porque no había venido a esta misión, pero lo haría a muchas otras en un futuro y no podía desconcentrarme… no podía hacerlo por él, por mí y por el equipo.
¿Era un tonto sobreprotector estúpidamente enamorado? Pues sí, para qué mentirnos.
- Está intentando llegar a las escaleras de atrás.- dijo Tony con voz tensa desde la sede.
- No lo conseguirá.- contestó Scott, el cual estaba con Hope cubriendo esa zona.
- Los demás acortad el perímetro, Steve y Bucky, llegad desde dentro, Rhodey, Wanda, cubrid a Scott y Hope.- mandó Hulk sin dejar lugar a réplica. Aún a veces me tenía que acostumbrar a este nuevo Bruce, tan al mando y tan seguro de sí mismo. Solo esperaba que después de solucionar lo de Nat no volviera al tímido y solitario científico en el que se convirtió durante tantos meses.- Vamos, chicos, chicas… que no tenga escapatoria.
Habían pasado diez minutos desde que Steve y el resto se habían ido a por Romanoff, y yo no podía estar más histérico. Llevaba ya demasiado tiempo con el corazón a mil, y no estaba hablando de unas pocas horas, estaba hablando de días.
¿Yo era el que hacía un par de meses me quejaba de lo poco activos que estaban Los Vengadores? Porque si podía lo retiraba sin pensarlo dos veces.
Ten cuidado con lo que deseas, decían.
Desde la sede teníamos una visión de todo el perímetro del edificio y algunos en el interior (era lo que hacía una buena financiación). Podíamos verlo todo, desde nuestros compañeros llegando a los vecinos de los alrededores asomados mientras la policía, que había sido avisada de lo que iba a pasar, intentaba impedir que los cotillas más atrevidos se acercaran más de lo que tocaba. Aunque tampoco era yo nadie para juzgarles, si hubiera estado en su situación, yo mismo habría sido uno de los cotillas entrometidos.
- Pareces algo inquieto.- escuché un acento ruso a mi lado.
Me giré para ver a Belova, tan bonita como siempre, mirándome con algo que para ella sería una gran sonrisa. Para mí parecía más bien una mueca de desagrado.
Lancé una rápida mirada por la habitación para ver a todo el mundo inmerso en las distintas pantallas, igual que debería estar haciendo yo, aunque sabía que hiciera lo que hiciera y dijera lo que dijera, en la sede en estos momentos solo se seguirían las órdenes de Tony y Bruce.
En otras palabras, me sentía inútil, estresado y aburrido.
Casi parecía un día corriente de instituto.
Así que me giré a mirar a la espía.
- Bueno, con Romanoff nunca se sabe qué esperar.- dije intentando mantener una conversación educada, a fin de cuentas era una compañera, por lo menos temporalmente, había que intentar llevarse bien.
Aunque por otra parte, era una compañera que casi me voló por los aires en su momento, así que no estaba muy seguro de mi postura. Aunque había que pensar en Tony y Bucky en el mismo equipo, si ellos lo hacían, los demás también debíamos, o como mínimo intentarlo.
- No, Natasha es muy impredecible, pero… no me refería a eso.- habló sin quitar la vista de la pantalla que teníamos en frente, la cual había estado mirando yo solo hasta que al parecer a la más solitaria de la sede le había dado por entablar una conversación precisamente conmigo.
- ¿Y a qué te referías?- respondí intentando no sentirme ignorado por su falta de contacto visual, ¿no se suponía que era de mala educación no mirar a la gente cuando hablábais?
"Es una copia humana rusa a la que una organización malvada convirtió en una espía mortal desde niña y a la cual le habían quitado todo el libre albedrío durante gran parte de su corta vida como clon, es normal que las normas básicas de educación no las controle" me recordé a mí mismo.
- A ti en general, siempre pareces estar tenso… preocupado.
- ¿Y eso a ti por qué te importa?- pregunté intentando no sonar demasiado cortante.
- No me importa.- dijo con una mueca divertida.- Pero pensé que te gustaría hablarlo con alguien que no te juzgara ni intentara obligarte a hacer cosas que no quieres.
Ahí tenía su punto, debía admitirlo.
- Ni siquiera has hablado con tu amigo el gordito desde que salió tu identidad.- siguió hablando.
- ¿Cómo sabes tú eso…? Y no le llames así.
- ¿Por qué? Es un rasgo físico objetivo.- contestó girando a mirarme por fin.
- No es bonito llamar así a las personas, las puedes hacer sentir mal.- traté de explicar sin que me titubeara la voz. Desearía ser tan seguro a la hora de hablar con la gente que no estaba en mi círculo de confianza como lo era ella.
- No le estoy llamando a él así, te lo decía a ti para que supieras a qué amigo me refería… aunque tampoco es que me hiciera falta, no es que tengas muchos amigos.
Tocado y hundido.
¿En serio me estaba diciendo todo eso? ¿en serio le estaba dejando decirme todo eso sin más? Pero es que no me esperaba nada así, me había quedado en blanco.
- Perdona, ¿pero quién…- intenté empezar, pero me interrumpió, lo que realmente agradecí, porque no estaba seguro ni de qué decir.
- Sois la generación de cristal, todo os molesta, todo os sienta mal.- dijo poniendo los ojos en blanco y volviendo a girar la cabeza, pero se le notaba contenta, como si se divirtiera con esa conversación.- Una vez llamé a un negro, negro, y una mujer se sintió ofendida… si es negro es negro, a mí no me molesta que me llamen blanca.
- Ya, pero hay mucha gente que dice esas cosas de forma despectiva.- atiné a decir.
- Pero esos son simplemente gilipollas, yo no me considero así, ¿y tú?
- Claro que no.- dije un poco más indignado de lo que puede que tocara.
Se volvió hacia mí con la sonrisa más grande que le había visto hasta ahora, parecía que le acabaran de contar el mejor chiste.
Y yo solo podía pensar que era definitivo: esa mujer estaba mal de la cabeza.
- ¿Pero qué diablos te pasa?- terminé diciendo, reflejando mi último pensamiento en mi mirada.
- Solo quería entretenerte un poco, y parece que lo he conseguido.- comentó con cara de satisfacción.
- Sí, ahora en vez de estar molesto por todos los aspectos de mi vida, solo estoy molesto contigo.
- No seas dramático, tienes una vida muy buena. Podría ser mejor, eso es obvio, como la de todos.- dijo mirándome de forma intensa.- Pero tienes una familia que te quiere más que a nada, con una pequeña que te ve como un hermano mayor al que seguir el ejemplo, pocos amigos pero todos de verdad, unas habilidades impresionantes, ahora tienes mucho dinero, eres inteligente, guapo a tu manera, y tienes un novio que está buenísimo.
- ¿Guapo a mi manera...? ¿y un novio que está buenísimo?- repetí mirándola con el ceño muy fruncido, ¿cuándo había estado esa mirando a mi Steve?
"Vale, Peter, es momento de parar o vas a hacer el ridículo" dijo esa voz en mi cabeza, la que aún tenía sentido de la vergüenza ajena.
- Bueno, no eres mi tipo, no te ofendas.- me dijo con una pequeña risa. La primera vez que le escuchaba una sincera.- Y no puedes negar que tu novio está tremendo, le he visto sin camiseta y…
- Bueno, ya basta, ¿no?- dije levantando un poco más de lo que tocaba la voz, viendo como Sam, que estaba a nuestra derecha, lo suficientemente alejado como para no escuchar nuestra conversación, se giraba a mirarnos arrugando el ceño.
- Tranquilo, fiera, no te pongas celoso.
- No estoy celoso.- intenté decir sin convencerme ni a mí mismo.
¿Pero a quién quería engañar? Siempre tuve dudas sobre Steve y sobre mí, ¿cómo no tenerlas? Solo había que verle a él y verme a mí. Con el tiempo esas dudas se habían atenuado bastante, mi perfecto novio se había asegurado de ello, pero siempre quedaba un eco del recuerdo en el fondo de la mente, en un recobeco escondido que de vez en cuando se empeñaba en salir.
Y luego estaba Belova, que por muy loca de la cabeza que estuviera era una mujer interesante, con más experiencia en todo, extremadamente guapa y sexy, con una edad más parecida a la suya, la vida hecha, sin tener que plantearse qué hacer con la universidad al año siguiente… ¿cómo no iba a sentir celos de ella si parecía mostrar interés por Steve?
"Porque él está enamorado de ti" volvió a hablar esa voz razonable en mi cabeza.
- Hey,- escuché cómo me volvió a llamar, esa vez mirándome con algo de… ¿culpa? No estaba seguro de que ella tuviera la habilidad de sentir algo parecido.- en serio, chico, no te preocupes, se le ve que está demasiado patéticamente enamorado de ti… Además, si tengo que elegir, encuentro más atractiva a Wanda.
Sentí un pequeño crujido en el cuello de lo rápido que me giré.
- ¿Que qué?
- Chico, llevas tiempo dejando que te la metan por el culo, ¿por qué estás tan sorprendido por esto?- dijo alzando una ceja.
Noté cómo la sangre se me acumulaba en la cara de forma masiva. Me gustaba la gente que era atrevida hablando, pero la línea de hablar a la vez de mi culo y del pene de Steve era cruzar la línea.
Cruzarla demasiado.
- Solo no… no me lo esperaba, eso es todo.- tartamudeé un poco.
- Eres un detka.-respondió con una mirada que casi parecía cariñosa.
- ¿Qué demonios es eso?
- Un bebé.- contestó sonriendo volviendo a desviar la mirada a la pantalla, donde parecía que ya estaban todos colocados para empezar la marcha.
No le respondí nada, solo la miré. La miré fijamente intentando leerla, intentando entenderla, pero era como una máquina, siempre controlando lo que decía, nunca dejaba caer nada porque sí, todo tenía segundas intenciones con ella, parecía que ni una sola arruga de expresión le salía en la cara sin que ella lo controlara.
¿Qué tenía que llegar a pasarle una persona para ser así? Porque Bucky había pasado también por algo grande y no era así, incluso la anterior Natasha había pasado por lo mismo y por lo poco que conocí y lo que hablaban de ella, tampoco era de esa forma.
La diferencia entre ellos era muy simple.
Yelena Belova estaba sola, absoluta y lamentablemente sola.
Solo había tenido un contacto que había intentado buscar hasta el punto de arriesgarse a ser descubierta en Internet solo por volver a encontrarla. El mismo contacto por el que había dejado atrás todo lo que creía y pensaba (o mejor dicho, que le hacían creer y pensar) en el Salón Rojo.
Natasha Romanoff.
Y una idea empezaba a rondar mi cabeza, una que cuanto más la pensaba, más sentido ganaba.
- Yelena,- la llamé con una voz muy floja.- tú estás enamorada de Natasha, ¿verdad?
En ese momento pude decir que por primera vez la había pillado desprevenida, cosa que, al contrario de lo que pensaba, no me hizo sentir nada orgulloso, más bien me hizo sentir más lástima por ella.
Solo se quedó mirándome lo que pareció una eternidad, hasta que por fin pareció que iba a decir algo.
- Estamos dentro.- escuché la voz de mi soldado centenario desde los altavoces.
Belova solo giró la cabeza y volvió a concentrarse en la imagen.
- Bien, Steve, ya sabes qué hacer.- dijo Bruce a mi izquierda con voz autoritaria.
Giré mi cabeza a la pantalla, intentando ignorar lo que acababa de pasar para estar atento a la misión y a sufrir porque mi novio saliera ileso.
Bueno, mi novio y el resto de mis compañeros.
Pero más mi novio.
Se podía distinguir a cada uno de nuestro equipo en sus posiciones, avanzando lenta pero firmemente.
¿Dónde estaba Romanoff? No aparecía por ninguna parte, y eso solo hizo aumentar la preocupación de que todo fuera una gran y metódica trampa que me rondaba desde el principio, y estaba seguro de que no era el único que lo pensaba. Es más, pondría la mano en el fuego a que Bruce era el único que no lo hacía, porque parecía estar completamente seguro de su plan y de su método para encontrar a su exnovia.
Bueno, no sabía si habían llegado a salir, pero por las habladurías que se comentaban por la torre parecía que sí.
Una mancha borrosa en una de las imágenes me sacó de mis pensamientos justo antes de que la imagen de esa cámara se pusiera completamente negra. Alguien le había disparado a la cámara. Y ese alguien era la inigualable Natasha Romanoff.
- Está intentando llegar a las escaleras de atrás.- habló rápido el .
- No lo conseguirá.- dijo Scott haciéndose pequeño
Hope le siguió rápidamente, mientras Wanda y Rhodey cambiaban su dirección para acudir en su ayuda.
- Los demás acortad el perímetro, Steve y Bucky, llegad desde dentro, Rhodey, Wanda, cubrid a Scott y Hope.- mandó Hulk a pesar de que ya habían empezado a hacerlo por ellos mismos.- Vamos, chicos, chicas… que no tenga escapatoria.
Y pasó.
La espía pelirroja que tanta molestia había causado en la sede durante ya hacía mucho tiempo paró en seco y se golpeó a sí misma el hombro. Señal indiscutible de que Scott y Hope habían llegado.
De alguna manera los dos pequeños Vengadores se las arreglaron para hacerla tropezar consigo misma y caer, pero Romanoff reaccionó rápido, rodando por el suelo y levantándose de un salto con la intención de seguir su camino de escape que seguramente ya llevaría estudiando desde el minuto cero en el que eligió esconderse en ese edificio.
Para su desgracia esa vez íbamos mejor preparados, porque cuando parecía que iba a llegar al gran ventanal del final, Wanda entró por este dejando una lluvia de cristales a su espalda, por donde rápidamente apareció Rhodey apuntándole y disparándole sin dudar con un láser de poca potencia antes de que ella pudiera dispararles a ellos (pero lo suficientemente fuerte como para tirarla al suelo a unos cuantos metros del final del pasillo).
En ese momento Wanda le tiró la esfera que llevaba colgada en la muñeca igual que la última vez que se toparon con la espía, de la que salió una red hecha de los mismos materiales que mis telarañas, de las que me sentía tremendamente orgulloso.
Justo cuando la esfera se rompía formando la red aparecieron Bucky y Steve, preparándose para una pelea que tenía toda la pinta de que no iba a llevarse a cabo, porque en el suelo enfrente de ellos estaba una Natasha Romanoff rodeada de mis telarañas intentando deshacerse de ellas. Pero todos sabíamos que eso no pasaría.
- La tenemos.- se escuchó la voz de Hope alta y clara, a la vez que en las imágenes se veía cómo volvía a su tamaño normal.
- Genial chicas y chicos, un trabajo estupendo, terminadlo y traedla.- dijo Tony con algo de sorpresa en la voz.
Y es que sabía lo que estaba pensando, porque era lo mismo que pensábamos todos… había sido demasiado fácil.
Ese pensamiento rondaba nuestras cabezas mientras veíamos a Scott acercarse a una Natasha que ya había dejado de removerse para simplemente mirar a todos con una mirada mordaz. Estaba rodeada y tirada en el suelo y aún así parecía ser la que mayor seguridad mostraba de las imágenes.
Pero todo eso terminó cuando Scott le inyectó un suero para dormirla por unas cuantas horas. Al fin y al cabo, no había necesidad de aguantar un viaje por pequeño que fuera con esa mujer despierta y pensando en un millón de formas distintas de escapar por minuto, como si del Dr. Strange se tratara. Cuanto más tiempo estuviera dormida hasta que supiéramos cómo proceder adecuadamente, mejor.
- Vamos a llevarla al jet.- habló Steve adelantándose con Bucky para coger a Romanoff y levantarla de camino al jet. Hasta desde donde me encontraba podía decir que se notaba que estaba tenso, atento a cualquier otro suceso que pudiera pasar.
- Nos vemos ahora.- respondió Bruce en nombre de todos, también con la voz más tensa de lo que había estado hasta el momento.
Se hizo un silencio en la sede, durante el cual todos miramos a las pantallas, cada uno sumido en sus pensamientos viendo cómo subían a Natasha Romanoff al jet intentando que la gente que rodeaba la zona no vislumbrara quién era. Se había hablado de ello antes de salir a la misión y se llegó a la conclusión de que no era lo mejor soltarle al mundo en esos momentos que la gran Viuda Negra había vuelto después de que ya hace tanto tiempo la dieran por muerta. Y todo eso sumado al lío que había públicamente con todo lo que a mi persona respectaba.
Cuando se vio el jet despegar noté un movimiento a mi lado, tan leve que incluso con mis sentidos no lo escuché demasiado bien. Me giré en la dirección de donde venía para ver a Yelena Belova en la misma posición que la última vez que la había mirado.
Me tensé un poco al acordarme de lo último que le había dicho. Menuda cagada de mi parte, esas cosas no se le preguntaban a una espía rusa con la que no tenía ninguna confianza.
Me miró fijamente unos segundos, justo antes de hablar.
- El día que nos conocimos no había ninguna bomba a tus pies.- dijo, levantándose sin un solo gesto más hacia mí ni ninguna despedida, solo caminando fuera de la habitación sin echar la vista atrás, dejándome más mudo de lo que había estado en mi vida.
Era seguro: Yelena Belova era un misterio, pero un misterio que cada vez me gustaba más.
