10. Noticias desde Londres
En los primeros días que transcurrieron desde que Aurora recuperó el habla, ella presentó dificultades para retener información nueva, tal parecía que lo que aprendía durante el día se le olvidaba por completo cuando dormía por la noche. A la mañana siguiente despertaba sin recordar nada y sin reconocer a los médicos y enfermeras que diariamente la atendían.
Ella volvía a preguntar por qué tenía una herida en el bajo vientre y cuando le explicaban que su embarazo no había llegado a buen término, ella reaccionaba muy mal. Le daban crisis de pánico y ansiedad, al grado de que a veces era necesario sedarla para que se tranquilizara.
Fue por tal motivo que el psiquiatra optó por omitir esa información; decidió que sería mejor decirle a la joven paciente que mientras estuvo en coma detectaron la formación de un tumor en su útero y procedieron a extirparlo. El doctor Kodheli sabía que estaba mal hacer eso pero fue lo único que le funcionó para poder tener un pequeño avance con ella y comenzar a trabajar ejercicios de estimulación para su memoria a corto plazo, los cuales al parecer fueron surtiendo efecto. Seguía sin recordar algo coherente sobre su vida antes del accidente pero al menos ya era capaz de permanecer conectada con el presente. Al cabo de unos días ya tenía plena consciencia de dónde se encontraba y ya se había familiarizado un poco más con la gente a su alrededor.
Especialmente con Maurice, quien constantemente la visitaba e incluso le había llevado algunos libros, música y DVD's para que tuviera algo con qué entretenerse, además de que el doctor Khodeli había dicho que quizás eso le ayudaría a trabajar la memoria y el aprendizaje.
También Aurora comenzó a mostrar una recuperación física relativamente rápida que tenía sorprendido a todo el personal médico involucrado en su caso. En las siguientes dos semanas ya pudo comenzar caminar y moverse con bastante soltura.
- Esto supera todas las expectativas- reportó el doctor Horowitz en la habitual ronda informativa que hacían los médicos en la oficina del jefe Jovanović para reportarle el estatus de la paciente- pasó tres meses en coma tras un paro cardiorrespiratorio y un severo golpe en la cabeza, y en tan sólo en un par de semanas esté recobrando todas las funciones de su cuerpo, en especial el habla y la motricidad. A cualquier paciente le tomaría meses, incluso un par de años lograr esto, con la probabilidad de no recuperarse al cien por ciento. Pero en el caso de ella, el avance se está dando con una rapidez extraordinaria que nunca antes había visto. Creo que esto es un milagro.
Ciertamente la razón detrás de ese milagro era que la genética mágica de los magos y brujas les ayudaba a recuperarse a un ritmo mucho más acelerado que al muggle promedio. Pero esto era algo que los médicos de este hospital jamás sabrían.
- La función pulmonar también está reestablecida casi por completo. Quisiera hacer un par de pruebas más y posteriormente recetaré terapia y medicamento para prevenir una posible insuficiencia respiratoria en el futuro- añadió Maurice McLaggen.
- Aparentemente tampoco hay secuelas cardiacas- reportó el doctor Radic- ustedes bien saben que he estado monitoreando el funcionamiento del corazón de esta jovencita y temía que la insuficiencia con la que quedó tras caer en coma se agravara, pero ha presentado mejoría. Por lo pronto mi recomendación es la misma que la del doctor McLaggen: que esté bajo tratamiento medicinal preventivo.
- Entonces ya podríamos darla de alta, ¿no es así?- dijo Marku Jovanović- ya no hay motivo para que esta "joven milagro" permanezca hospitalizada.
- A mí me preocupa su estado mental- dijo el doctor Kodheli- yo creí que el cuadro de amnesia que presentó desde la primera vez que hablé con ella se iría disipando pero no ha sido así. En la terapia diaria he tratado de estimular su memoria antes del accidente pero no ha tenido progreso; al contrario, me preocupa que esté desarrollando algún tipo de trastorno paranoide. Las cosas que dice no tienen sentido…
En ese preciso instante el teléfono móvil de Maurice McLaggen comenzó a sonar, provocando un par de sobresaltos entre los ahí reunidos.
- Disculpen… - Maurice se sacó el teléfono del bolsillo de la bata y vio que la llamada provenía de Londres. Era una llamada que esperaba desde hacía un par de días- lo siento, debo contestar.
Y salió de la oficina del doctor Jovanović.
- ¿Hola?
- ¡Hey, Maurice!- exclamó una voz masculina al otro lado de la línea- ¿puedes hablar en este momento?
Era Dave Spencer, su mejor amigo desde la infancia. Él era muy hábil con las computadoras. Estudió informática en la universidad y al igual que Maurice, era hijo de un político. Entre las muchas cosas en común que ambos amigos tenían se encontraba el hecho de que no quisieron seguir los pasos de sus padres y en consecuencia la relación con ellos se había roto.
Si bien Dave pudo haber usado la influencia de su apellido para obtener un excelente empleo en el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno, optó por ganarse a base de trabajo y esfuerzo propio un puesto como analista de información en la Policía Metropolitana de Londres. Ahí tenía acceso a una gran base de datos del gobierno y en segundos podía obtener información de casi cualquier tipo. Era por eso que Maurice lo había buscado en días pasados.
- Sí- respondió Maurice- estaba en una reunión pero es más importante tu llamada… ¿pudiste averiguar algo?
- Vaya que sí. ¿Cuándo puedes venir a Londres?
- ¿Ir a Londres?- repitió Maurice extrañado- ¿por qué?
- Verás, viejo… antes de acudir a los contactos que tengo en otras agencias decidí introducir la fotografía que me mandaste en nuestro sistema de reconocimiento facial y ¡bingo! Tuve una coincidencia.
- ¿Y quién es? ¿Cuál es su nombre?- preguntó impacientemente Maurice.
- Tu chica se llama Hermione Jean Granger y en efecto, es ciudadana británica- respondió Dave.
Maurice sintió un revoloteo de emociones encontradas en el estómago. Por fin conocía el verdadero nombre de Aurora. De un segundo a otro pasó de no saber absolutamente nada de ella a poder averiguarlo todo.
- Hermione Jean Granger…- repitió más para sí mismo que para su amigo- entonces mis sospechas sobre ella siendo británica fueron ciertas. ¿Y qué más averiguaste? ¿Tienes información acerca de algún familiar al que podamos llamar?
- Estuve investigando y encontré algunas cosas un poco… ¿cómo decirlo? Locas. Creo que lo mejor es que vengas a Londres para que te las diga- pidió Dave sonando dudoso.
- ¿Pero por qué no me lo puedes decir por teléfono?- insistió Maurice sin comprender- ¿acaso es una criminal buscada o por qué no me dices?
- No, no es eso- aclaró Dave- pero mientras estuve investigando fui más allá de mis límites y no puedo arriesgarme a que la policía intercepte mis llamadas o correspondencia. De hecho te estoy llamando desde un teléfono público. Además podría ser riesgoso para ella…
- ¿Riesgoso para ella? Maldición, Dave…- Maurice comenzaba a molestarse ante la misteriosa actitud de su amigo- lo que necesito es hallar a algún familiar lo antes posible. Si este maldito detective que mandó a traer Jovanović confirma que Aurora no es ciudadana de Kosovo, la echarán a la calle. ¿Qué hará si no tiene a nadie? Al menos necesito informar a la embajada para que la apoyen.
- Viejo, confía en mí. Ven en cuanto puedas a Londres y te diré todo lo que encontré. Entonces ya decidirás qué hacer para ayudarla.
Maurice sabía que cuando Dave le decía "confía en mi" era porque la situación podría ser grave.
- De acuerdo, trataré de estar allá lo antes posible.
N/A: aaaaaaaahhh! ¿Qué será eso misterioso que descubrió el amigo de Maurice? ¿Y qué hará él ahora que sabe el verdadero nombre de Aurora? No se pierdan el próximo capítulo! Prometo que será más largo :)
