17. El vago de Privet Drive
- Hermione Jean Granger- susurró sin dejar de mirar fijamente el folder que sostenía en sus manos- Hermione Jean Granger…
Repetía el nombre despacio, como si quisiese hacerlo suyo, deseando que al leerlo en automático la amnesia desapareciera… pero por más que lo repetía y lo repetía lentamente y en voz baja, no sentía nada, no lograba identificarse con él.
Se armó de valor y abrió el fólder para ver su contenido. Una fotografía de un pasaporte a nombre de ella… y luego varios papeles con información.
Ansiosamente comenzó a leer. Maurice la observaba en silencio, temeroso de cómo ella podría reaccionar.
- Nada de esto tiene sentido- murmuró para sí misma- ¿fallecida en un accidente aéreo?
Siguió leyendo sin poder sentirse conectada con la información que había impresa en esos papeles, era como si leyera sobre la vida de alguien más que no era ella. Luchó por contener las lágrimas pero le fue prácticamente imposible al confirmar que en efecto, sus padres estaban desaparecidos.
El único elemento que había en común entre lo poco que ella recordaba (o al menos creía recordar) sobre su vida y lo que estos papeles decían que en realidad era su vida, era ese nombre que Maurice le había mencionado hacía unos minutos: Sirius Black. Y sí, él era un criminal, tal como ella lo recordaba. ¿Entonces por qué el informe decía que estaba comprometida con él?
- Oye…- dijo suavemente Maurice- quizás ahora sientas que lo que acabas de leer no encaja con tu vida pero probablemente ese sentimiento irá cambiando al paso de los días y podrás recordar un poco más…
-…- Hermione negó con la cabeza y dejó escapar un sollozo- yo no soy esta persona… estoy segura de eso. Tengo que ir a Londres y encontrar a Harry.
- ¿Entonces Harry era tu novio?- se atrevió a preguntar Maurice.
- No, sólo mi amigo… sé que no me vas a creer y no trataré de convencerte para que lo hagas… pero todos en el mundo mágico conocen su nombre y por ahora él es la única persona a la que recuerdo…
- "Oh no, ahí vamos otra vez"- pensó Maurice al escuchar las palabras "mundo mágico".
- Bueno, a él y ahora también a Sirius Black.
- Pero… ¿tú lo conociste en persona? ¿Por qué motivo él diría que ustedes estaban comprometidos?
- No lo sé Maurice… no tengo idea de por qué yo tendría motivos para relacionarme con alguien como él.
- ¿Crees que él pueda ser la razón por la que saliste huyendo de Inglaterra?
Hermione comenzaba a exasperarse.
- ¡No lo sé!- exclamó comenzando a perder el control- ¡ni siquiera sé por qué rayos salí de ahí! ¡Este estúpido informe dice que tomé un vuelo a Grecia pero no puedo recordar si en verdad eso sucedió! Por favor deja de hacerme preguntas…
- Está bien, discúlpame- le pidió Maurice entendiendo que Hermione estaba ofuscada por el shock que le estaba causando el haber leído esa información.
Ella respiró hondo, tratando de recobrar la compostura. Se secó las lágrimas del rostro y dijo:
- No, tú discúlpame por gritarte, Maurice… todo esto es demasiado. En vez de encontrar respuestas en estas páginas sólo estoy hallando más y más preguntas… mis padres desaparecidos, no tengo a nadie… aquí dice que mi nombre es Hermione pero no me siento como Hermione…
Se levantó con intenciones de retirarse de ahí.
- Espera…- Maurice se apresuró a detenerla tomándola suavemente por el brazo- no estás sola, me tienes a mí. Entiendo que te sientas confundida y que el mundo se te cae pero no debes avergonzarte por ello. Has pasado por muchas cosas… sé que me acabas de decir que no quieres hablar sobre lo que te hicieron en ese otro hospital pero debes saber que la clase de terapia que esos imbéciles te dieron seguramente es la causa de que tus problemas de memoria sean más graves. No es tu culpa… al contrario, lamento en verdad haberme ido y no impedir que te llevaran ahí…
- Si no te hubieras ido quizás no habrías logrado conseguir esta información- contestó ella el confort de las palabras de Maurice- al final de cuentas es un punto de partida.
- Si me lo permites, te acompañaré a Londres- le propuso él- entiendo que debas ir a buscar a tu amigo… pero en verdad me preocupa tu seguridad. Temo que ese Sirius Black quiera hacerte daño si descubre que estás viva y que volviste a la ciudad.
Hermione asintió.
- Tal vez tengas razón.
- Bien… entonces dame un par de días para organizar el viaje.
- Pero no tengo cómo pagarlo.
- No te preocupes por eso, no necesitas siquiera pensar en ello. Yo me encargaré de todo.
- De acuerdo- accedió Hermione. Tras unos instantes se soltó de Maurice y se retiró a su habitación. Necesitaba estar a solas para procesar todo lo que acababa de descubrir en aquellas páginas a nombre de "Hermione Granger". Ya no tenía apetito en lo absoluto.
Un par de días más tarde se hallaban en la fila de control migratorio en el aeropuerto de Londres. Hermione había aceptado viajar bajo el nombre de Aurora Wayne y mantenerse así hasta tener la certeza de que era seguro identificarse con su verdadero nombre.
Gracias a la ayuda de Dave Spencer, Maurice había podido conseguir los documentos necesarios para que la chica ingresara sin problemas al país.
Era ya de noche cuando abordaron un taxi y se dirigieron a la casa de Maurice, la cual estaba ubicada en un lindo suburbio de clase media al poniente de la ciudad. Si bien no era una casa enorme, era lo bastante amplia para que dos o tres personas la habitaran cómodamente. Lo que más le gustaba a Maurice es que los treinta minutos que separaban esta casa de la ostentosa residencia de su padre ubicada en Kensington eran suficientes para mantenerlo alejado tanto a él como a su nueva esposa y sus medias hermanas.
Maurice ayudó a Aurora a instalarse en la habitación de huéspedes y ordenaron algo para cenar. No habían vuelto a hablar sobre lo ocurrido la noche en que Maurice le dijo su verdadero nombre.
Él se encontraba preocupado. Una parte de él en verdad deseaba que Aurora encontrara lo que buscaba… ella era una chica fabulosa, lo supo desde las primeras conversaciones que tuvo con ella después de que despertó del coma. Le aterraba la idea de que el doctor Kodheli y los demás médicos tuviesen razón y que ella simplemente fuese una mujer con trastornos mentales.
- ¿Entonces mañana me llevarás con tu amigo Dave?- le preguntó ella justo antes de retirarse a dormir.
- Sí- contestó Maurice saliendo de su ensimismamiento- ya hablé con él y nos recibirá mañana a las diez en su oficina.
- Genial…- Aurora le sonrió- me iré ya a la cama. Estoy un poco cansada por el viaje.
- Claro… duerme bien.
A la mañana siguiente se encontraban en Scottland Yard, justo a un lado de Dave Spencer y su ordenador.
Aurora se sentía sumamente ansiosa. No había querido hablar con Maurice sobre sus expectativas al regresar a Londres, había preferido guardarse eso para sí misma. Estaba segura de que cuando encontrara al único amigo que ella estaba segura de recordar, comprobaría que ella era una bruja. Comprobaría que no estaba loca, como todos en Kosovo creían.
Su amigo le confirmaría que sí existía un mundo mágico escondido entre la aparente normalidad de la ciudad y así le demostraría a Maurice que durante todo este tiempo ella había tenido razón.
- Bien, ¿entonces cuál es el nombre de tu amigo?- le preguntó Dave. Ella dio un respingo. Tomó aire y dijo tratando de ocultar su ansiedad:
- Harry Potter.
Dave empezó la búsqueda.
- Oye… tan sólo en Londres hay 153 personas con ese nombre y en Reino Unido hay alrededor de 600…- le informó a la joven tras unos instantes- necesito un parámetro más exacto. Filtraré por edad, ¿te parece bien? ¿Cuántos años tiene?
- Supongo que mi misma edad…- respondió ella dubitativa.
- De acuerdo, filtraré por personas que tengan entre 19 y 22 años…
-…- Maurice notó la preocupación en el rostro de la joven. Tomó su mano con intención de tranquilizarla.
- Genial- dijo Dave- hay un resultado. Sólo que la fotografía no está actualizada, creo que esta información proviene de la base de datos de una escuela primaria en Surrey.
Y se hizo a un lado para que Aurora pudiera mirar la fotografía que apareció en el monitor.
"Harry James Potter" se leía a un lado de la foto de un niño de alrededor de diez años con cabello negro azabache, ojos verde esmeralda y una peculiar cicatriz en la frente.
- Es él- dijo Aurora sintiendo un gran alivio- es él, es él…
Dave accedió al archivo del joven y comenzó a leer:
- Nacido el 31 de julio de 1980…
- ¡Exacto!- interrumpió ella con alegría- su cumpleaños es justo a la mitad de las vacaciones de verano…
- Estudió en la escuela primaria "Surrey Community Primary School" y salió de ahí en 1991. Después de eso no hay registros de su ingreso a algún otro instituto. Aquí dice que sus tutores legales fueron Vernon y Petunia Dursley, sus tíos… el domicilio está en un suburbio de Surrey, en Little Whinging.
- ¿Puedes ver alguna otra información?- preguntó ella ansiosamente.
- No hay mucho- confirmó Dave- no hay pasaporte ni permiso para conducir. Tampoco hay tarjetas de crédito a su nombre ni número de seguro social… no hay nada. Es extraño…
El ánimo de la chica comenzó a decaer.
- "Seguramente los muggles no pueden ver ningún dato que tenga relación con la comunidad mágica"- se dijo a sí misma para alentarse.
- Bueno, tenemos la dirección de la casa de los tíos. Quizás aún vive ahí, deberíamos ir a preguntar- esta vez el que habló fue Maurice, un tanto tranquilo al constatar que este Harry Potter era una persona real y había un par de familiares que podrían dar referencias sobre él. Aunque en el fondo sospechaba que posiblemente el chico era un vago que no trabajaba, pues ni siquiera tenía un número de seguro social.
Aurora asintió.
- Toma- Dave le extendió a Maurice un papel con el domicilio de los Dursley.
- Amigo, gracias por tu ayuda- le dijo Maurice antes de salir de ahí.
Un par de horas más tarde ya se hallaban en Little Whinging, buscando la calle Privet Drive.
- "Todo tendrá lógica cuando encuentre a Harry"- se decía Aurora a sí misma mientras ansiosamente miraba por la ventana del auto.
- "Al menos este parece un barrio decente"- pensó Maurice al observar las calles limpias y la pulcritud del lugar- oh, aquí es Privet Drive.
Instantes después hallaron la casa con el número 4. Maurice estacionó el auto y se dispuso a bajar pero se percató de que Aurora permanecía inmóvil en su asiento.
- ¿Estás bien?- le preguntó suavemente.
- Sí…- contestó ella casi en un susurro. Ahora recordaba que Harry había pasado la mayor parte de su vida en casa de sus tíos pero ella nunca los había conocido. O al menos no que ella recordara. El hecho de estar frente a la casa de quien ella creía que era su mejor amigo la inquietaba un poco.
- Todo estará bien- le dijo Maurice- si tu amigo ya no vive acá, seguramente sus tíos podrán darnos su nueva dirección. Vamos.
Maurice la ayudó a bajar del auto y sin soltar su mano la llevó hacia la casa en cuestión.
Vernon Dursley se hallaba sentado en la sala de su casa mirando la televisión cuando el timbre sonó.
- "¿Quién demonios viene a interrumpirme mientras veo mi programa favorito?"- pensó irritado. Por un momento consideró no ir a atender pero al cabo de unos instantes el timbre volvió a sonar. Su esposa y su hijo acababan de salir al supermercado, así que no había nadie más que pudiese ir a ver quién llamaba a la puerta. Por tercera vez sonó la campana.
Malhumorado, levantó su obeso cuerpo del sillón y no dejó de maldecir mientras torpemente caminaba hacia la entrada de la casa.
- ¿Qué quieren?- preguntó toscamente al hombre joven de ojos azules y a la chica castaña que estaban parados en el pórtico.
- Buenas tardes - saludó el primero con cortesía- ¿es usted Vernon Dursley?
El señor Dursley escudriñó a la pareja con la mirada. Al decidir que no había nada extraño en ellos salvo una leve diferencia de edad, gruñó:
- Sí, soy yo.
El joven miró a la chica, como esperando que ella dijera algo pero ella tan sólo permanecía en silencio, en una especie de shock. Al ver que se había quedado muda, él tomó la situación en sus manos.
- Mi nombre es Maurice McLaggen- se presentó- y ella es Hermione Granger. Estamos buscando a su sobrino Harry Potter, nos preguntamos si él aún vive acá…
Al escuchar ese nombre después de un largo tiempo, Vernon Dursley dio un respingo y su rostro comenzó a enrojecer de furia.
- Ese vago ya no vive aquí desde hace varios años. Lo que sea que ustedes tengan que ver con él o cualquier cosa que él haya hecho, no es mi asunto. Ahora largo de aquí- dijo tajantemente e iba a cerrarles la puerta en la cara pero entonces la muchacha habló:
- Yo lo he visto a usted antes.
Vernon Dursley se quedó helado.
- No lo creo- masculló atropelladamente. Incluso el joven McLaggen también volteó a verla un tanto sorprendido.
- Claro que sí- rebatió ella- a usted y a su esposa, en un par de ocasiones. Los vi afuera del andén 9 ¾ en King's Cross, cuando regresábamos de Hogwarts para las vacaciones de verano.
¿De dónde había sacado esa información? No estaba muy segura; simplemente lo sabía.
Vernon Dursley sintió que el estómago se le encogió al escuchar el nombre de aquél umbral en King's Cross… aquél umbral que conectaba su mundo perfectamente ordinario y normal con aquél mundo lleno de abominaciones del cual provenía su sobrino el fenómeno. Aterrado ante la idea de que alguien lo relacionara a él o a su familia con ese mundo cuya existencia él se empeñaba en negar, dijo:
- No tengo idea de qué estás diciendo, jovencita. Debes estar confundida. No existe una plataforma 9 ¾ en King's Cross y si alguna vez nos llegaste a ver a mi mujer y a mí en la estación, fue para recoger a ese mocoso cuando regresaba del Centro de Seguridad San Bruto para delincuentes juveniles incurables.
- ¿Centro de Seguridad San Bruto?- preguntó Maurice McLaggen con interés- jamás había escuchado hablar de ese lugar…
- Sí- afirmó el señor Dursley subiendo el tono de voz- ahí es a donde tuvimos que internar a este mocoso infernal en cuanto terminó la escuela primaria. Eso de "Hogwarts" son puros cuentos que Potter inventaba cuando se drogaba. ¡Viles mentiras que contaba para no admitir en dónde pasaba el ciclo escolar y para tratar de asustar a mi hijo! ¡Potter acudió a San Bruto por seis años!
- ¡Eso no es verdad!- interrumpió Hermione.
-Sabe, señor McLaggen- continuó Vernon Dursley decidiendo ignorar por completo a la castaña- cuando los padres de Potter murieron, a mi esposa y a mí no nos quedó más remedio que hacernos cargo de él porque no tenía a nadie más. Petunia y yo lo recibimos generosamente en nuestro hogar y él nos pagó con años de suplicio. Era un mocoso malcriado e incorregible, siempre causando problemas.
- ¡Mentira!- volvió a interrumpir Hermione- ¡ustedes hicieron de la vida de Harry un infierno!
- ¡Fue al contrario!- exclamó Dursley, dejando escapar unas gotas de saliva. Iba a seguir hablando pero Maurice intervino:
- Señor Dursley, ¿cómo murieron los padres del chico?
- Fueron asesinados- respondió fríamente el hombre obeso. Maurice pudo detectar en su voz un tono de malicia, como si disfrutara relatar esa historia- su padre era un vago sin trabajo. Seguramente se metió el algún problema de drogas o yo qué sé. Lo que les puedo asegurar es que a causa de su muerte se perturbó por varios años la armonía y la normalidad de este hogar. ¡Siendo tan sólo un niñato de trece años agredió a mi hermana Marjorie! La pobre quedó tan traumatizada que apenas recuerda lo sucedido… mi Dudders también ha tenido problemas emocionales a causa de Potter. ¿Y sabe qué es lo peor, señor McLaggen? ¡Hace un par de años me tuve que llevar a mi familia de aquí porque corríamos peligro en nuestro propio hogar!
Maurice comenzó a atar cabos.
- ¿Sirius Black tuvo que ver con eso?- preguntó.
- ¡Apuesto a que sí!- exclamó el señor Dursley complacido al ver que este joven seguía interesadamente el hilo de su relato- quizás recordará, señor McLaggen, que hace unos años Black fue de los criminales más buscados por la policía, su fotografía salía en los noticieros. ¿Sabía que él es el padrino de Potter?
Maurice ahogó un grito de sorpresa. Volteó a mirar a Hermione y ella se veía igual de sorprendida.
- ¿Tú lo sabías?- le preguntó. Ella lucía visiblemente afectada por esta declaración del señor Dursley.
- N-no lo sé…- masculló- no estoy segura… yo sólo recuerdo que Black lo quería asesinar…
- Potter escapó de San Bruto para irse con Black- continuó Vernon Dursley ignorando el comentario de la chica- entonces ya se imaginará en qué clase de pasos andará hoy en día… si es que aún no lo han matado como a su padre.
Vernon Dursley estaba mintiendo descaradamente pero no le importaba. Era tal el desprecio que sentía hacia el mundo mágico y todo lo que tenía que ver con él, que estaba disfrutando enormemente el hacer quedar a Harry Potter como un criminal incurable. Prefería eso mil veces antes que admitir que bajo su techo vivió un hechicero, el más famoso de la comunidad mágica.
- Eso no puede ser verdad- dijo Hermione en un susurro. Vernon Dursley alcanzó a escucharla y enérgicamente dijo:
- Lo es, jovencita. Y quiero que quede claro que mi esposa y yo hicimos todo lo posible por apartarlo del camino del mal, por eso lo internamos en San Bruto. Pero fracasamos en nuestro intento…
Al notar el semblante desencajado de Hermione, Maurice decidió que ya era momento de retirarse.
- Entiendo, señor Dursley…- dijo- será mejor que nos vayamos. Agradezco su tiempo.
Y sin más tomó a la chica por los hombros y se retiraron de ahí.
Vernon Dursley los observó subirse al Mini Cooper azul que estaba estacionado al otro lado de la acera y se metió a su casa. Para su mala suerte, el programa de TV que estaba mirando antes de ser interrumpido ya había finalizado.
N/A: ¿odian a Vernon Dursley tanto como yo? ¿Cómo creen que todas las mentiras que acaba de decir afectarán a la pobre Hermione? Lo veremos en el siguiente capítulo!
