Cada vez nos salen más largos
Ooooops jeje
Hanatarō y Asami se había quedado en la habitación para tratar de sanar la herida de Renji, por lo que capitán y teniente se encontraban en la sala.
Hanako estaba de pie junto a la ventana, observando la calle con detenimiento, recargada en el marco con el cuello estirado, pero a pesar de que su expresión era de distracción, su reiatsu estaba bien enfocado, estaba rastreando algo.
Kensei suspiró por enésima vez, como si esperase que la teniente iniciara la charla, pero abandonando rápidamente toda esperanza.
—¿Sabes? Creía que...
—Shht —Hanako alzó una mano hacia Kensei para reafianzar su punto, quería que el capitán guardara silencio.
El albino se encogió en su sitio cruzándose de brazos, molesto por la actitud petulante que la chica había tenido hasta ese momento, preguntándose de dónde había sacado Hisagi la palabra "hermosa" para describirla. Pero un segundo vistazo fue suficiente para que él lo comprendiera. Convivir con las hermanas le había dado algunas pistas de cómo había sido su formación en la juventud. Debió ser difícil crecer bajo la sombra del viejo Yamamoto, y por el nivel que habían demostrado la noche anterior… ¿de verdad sólo habían transcurrido unas horas?, no dudaba en que habían recibido un entrenamiento brutal e intensivo por parte del viejo, que las preparó hasta poder ponerlas en la división por sus talentos y no porque fuesen sus nietas adoptivas.
Asami era la más pequeña, y había logrado despertar en él un instinto de protección al que no se había enfrentado en décadas, sino es que siglos; verla pelear con tanta fiereza y sin dudar en ninguno de sus ataques y movimientos, le confirmó sus pensamientos.
Hanako podía cuidarse sola, lo había dejado claro desde el primer golpe, y no se refería a los enemigos de la noche anterior. La mayor de las hermanas había actuado de forma protectora con su pequeña, se había quedado cerca de ella en el transcurso del viaje, se había asegurado de que comiera adecuadamente y que descansara en sus rondas, pero cuando habían peleado lado a lado no la había subestimado ni un instante. A diferencia de él, que se preguntaba qué podía hacer un soldado en una misión que se había tornado peligrosa.
—Te subestimé —sentenció Kensei mirando a Hanako y sonriendo ante la idea de que Shūhei había admitido algo luego de su primer combate, la consideraba hermosa, pero no era un pensamiento que hubiese surgido durante o después de la pelea
—Lo sé. La mayoría lo hace
—Tal vez por tu piel de alabastro
La chica levantó la mirada hacia el capitán y sonrió de medio lado con los ojos entrecerrados.
—Capitán Muguruma— Canturreó sarcástica, pero por primera vez no había sorna ni desprecio en su voz, sino compañerismo — ¿Acaso hizo usted una broma?
Kensei imitó el tono, recargando ambos brazos en el respaldo del sillón y ladeando el rostro.
—¿Por qué un albino discriminaría a una mujer con piel de alabastro?
Hanako rio entre dientes y negó con la cabeza, profiriendo un suspiro largo antes de volver la vista a la ventana, un poco más tranquila con el capitán, pero aún renuente a dejar de hacer sus rastreos en aquella madrugada.
Los enemigos podrían encontrarlos en cualquier momento, había demasiado reiatsu concentrado en un solo sitio. Y entonces Kensei cayó en cuenta de otra cosa, sentía el poder de la teniente demonio, sentía el de su hermana, pero la sensación era demasiado cercana a la de un humano común y corriente que pudiera ver espíritus, ¿de verdad Asami estaba reduciendo su reiatsu a pesar de estar agotada?
Ahí estaba otra prueba del entrenamiento y rendimiento de las hermanas Yamamoto, cualquiera podría subestimarlas, pero luego de esa noche, Kensei jamás volvería a creer que ellas podían ser débiles. La mayor era la única que ocupaba un puesto "importante", pero ahora no quitaría el ojo de las otras dos.
—Entiendo el punto de tu pelea con Shūhei— Admitió Kensei sonriendo de medio lado mientras se cruzaba de brazos, suspirando y sonriendo de medio lado —Comienzo a comprender su rivalidad
—No somos rivales— Puntualizó Hanako encarando al capitán y cruzando los brazos con delicadeza mientras un débil sonrojo se hacía presente en sus mejillas —No voy a permitir...
—Que nadie del Gotei te subestime, ya quedó claro— Irrumpió Kensei levantando las manos en señal de rendición —El problema con nuestro amigo en común es que te subestima por cómo te conoció. Nunca le digas que te dije esto, porque me va a aborrecer el resto de nuestras vidas, pero no daba una moneda por ti porque te conoció cuando eras una adolescente
—¿Qué?
Kensei suspiró sonriendo de medio lado, asintiendo para sí mismo, si de todos modos ya había traicionado la confianza de su teniente, lo haría completo.
—Los tenientes a menudo se reportaban con el comandante en su división, sobre todo en los momentos de guerra, así que Shūhei te vio en más de alguna ocasión en casa de Yamamoto, arreglando el jardín, pegada a las faldas de tu abuelo, sirviendo el té. Cuando supo que te nombraron teniente se preguntaba si darías el ancho porque seguía viéndote como la niña que le hablaba a las rosas del jardín mientras vendaba las rodillas de Saya o trenzaba el cabello de Asami
Hanako se sonrojó hasta las orejas por aquella confesión, pero respiró profundo para tratar de serenarse y volvió la mirada hacia la ventana, apretando el agarre de sus brazos.
—Sería sencillo subestimarlas— Continuó el capitán, un tanto más tranquilo —Al menos a tu hermana pequeña y a ti, lucen frágiles a primera vista
Hanako dedicó una mirada furtiva y letal al capitán antes de volver la mirada a la ventana, retrayendo su reiatsu para poder sentarse a hablar con el capitán sin mayores distracciones, percatándose de que el ambiente refrescaba y el cielo se tornaba un poco más oscuro; amanecería pronto.
—Tienes que admitirlo, Hanako... Asami es diminuta, con sus trencitas y su actitud de gatito asustado, toda bonita y sonriente, sí capitán, sí capitán— Canturreó moviendo la cabeza de un lado a otro -Y tú, toda correcta, toda meticulosa de los reglamentos, toda...
—¿Mandona? — Sugirió divertida la muchacha, girando sobre su sitio
—Iba a decir sarcástica, pero mandona va mejor
—Asami es poderosa, y yo también lo soy- Murmuró la chica sonriendo
—No lo estoy poniendo en duda— Dijo el capitán con determinación, poniéndose de pie en su sitio y dedicándole una mirada tan pesada a Hanako, que la joven no pudo suprimir de todo el escalofrío que la recorrió —Son formidables, tienen madera de capitanas, pero no me voy a meter en las decisiones que tomen, me encantará seguir de cerca su carrera
—Gracias capitán— Murmuró la teniente relajando los hombros y bajando los brazos, abriendo la guardia por primera vez en la misión — ¿Le ofrezco una taza de té? Me parece que Hanatarō está terminando con Renji
—Me encantaría— Murmuró el capitán sonriendo de medio lado, preguntándose si los tés de Hanako eran tan buenos como se contaba en el Gotei
Bastaron algunos minutos para que Hanatarō, Kensei y Hanako estuvieran sentados en la sala mientras el vapor de las bebidas calientes subía perezoso hacia el techo; Asami y Renji descansaban en la otra habitación.
—¿Entonces? — Murmuró el capitán mirando al tercer oficial —¿Qué tenemos?
—El ataque fue letal, tal como Asami diagnosticó en la noche, pero es distinto de otras heridas que nuestros shinigamis se han hecho enfrentando a los hollows. No sé cómo fue el ataque, pero las heridas no estaban sanando tan rápido como deberían, de no ser por la atención de Asami, ese corte habría sido fatal
—No lo entiendo— Admitió Hanako pensativa —El tajo es superficial, pero sangraba profusamente, y Renji perdió mucha fuerza
—Sí, su nivel de reiatsu estaba muy bajo cuando llegó aquí, era como si lo hubieran drenado durante la batalla. Asami me ayudó a hacer los kidō correspondientes, de no ser por su ayuda...
—Hanatarō— Llamó Kensei con seriedad, frunciendo el entrecejo —No es momento para subestimar tus capacidades, tal vez lo que estamos haciendo es subestimar al enemigo. Yamamoto Saya se la pasa diciendo que la razón por la que perdemos ante el enemigo es por subestimar sus capacidades
—Así que no mentía al decir que nos seguiría la carrera de cerca— Bromeó Hanako, divertida antes de dar un sorbo a su taza, perdiendo la mirada en el líquido ambarino —No tiene sentido, los enemigos se agrupaban, cambiaban de forma muy rápido, Asami ni siquiera terminó de hacer un reconocimiento decente para poder hacer un diagnóstico final, no me sorprendería que...
La taza resbaló de las manos de Hanako y se deslizó hacia el suelo, volcándose en el trayecto y derramando el líquido sobre la alfombra a sus pies.
Kensei esperó paciente, y cuando Hanatarō hizo por levantarse a recoger los pedazos de la taza, el capitán extendió una mano para obligarlo a detenerse. Los ojos de la chica recorrían la mesa ida y vuelta, como si estuviera conectando todos los hilos de aquel ataque, como si sacara conclusiones, no, como si las leyera en los reflejos del cristal.
La voz de Hanako era un siseo apenas audible, Hanatarō tuvo que hacer un esfuerzo extra para entenderla, pero Kensei asintió lentamente, siguiendo palabra por palabra el discurso de la teniente.
—Cuando nos enviaron a esta misión dijeron que querían recabar información, pero no nos entregaron los informes del equipo anterior porque ninguno regresó de la misión, de hecho, dejamos de recibir los reportes de los soldados asignados a estas zonas, como si hubiesen desaparecido también. Lo que Hanatarō dice no es tan descabellado
—¿Qué de todo? — Murmuró aturdido el susodicho, mirando a Kensei con curiosidad.
—Yamamoto— Llamó el capitán, dejando claro que se había puesto tan serio como la chica —¿Estás insinuando que estos hollows, podrían estar adsorbiendo el reiatsu de los shinigamis para acabar con ellos?
—Kurosaki en persona dijo que creía que los shinigamis se habían retirado, dijo que dejó de sentir el reiatsu, y que los hollows tampoco parecían aparecer con frecuencia. Si acaso encontraba rastro de alguno, sus presencias se evaporaban a la par que desaparecía la de los shinigamis, él creyó que habían emprendido la retirada... ¿Y si los absorbieron?
—Asami dijo algo que me costó comprender en el ataque, dijo que los diamantes habían desaparecido
—Están hechos de reiatsu, los hollows los encontraron a ustedes siguiendo el rastro que dejó mi hermana
—Como Hanzel y Gretel con sus migajas— Espetó Kensei recargándose contra el sillón, ofuscado por tanta información al mismo tiempo —Tenemos que volver a la sociedad de inmediato, planear una estrategia más grande, no podemos dejar a nadie atrás para investigar por su cuenta, anoche nos costó mucho vencerlos
—¿Por qué? — Murmuró Hanako levantándose hacia la cocina, murmurando palabras que se convirtieron en ruidos ininteligibles conforme ella se alejó para buscar otra taza
—Por qué ¿qué? — Murmuró Hanatarō mirando al capitán con gesto de confusión
—¿Por qué nos costó tanto trabajo vencerlos? — Exclamó Hanako desde la cocina antes de volver a sus murmullos, regresando sobre sus pasos con una taza humeante y el gesto fruncido —Asami se percató de la presencia de los Hollow porque los diamantes iban desapareciendo, capitán, con todo respeto, te dejaste ver como un novato
—Ya lo sé— Se quejó cruzando los brazos con fuerza —Los noté hasta que estaban muy cerca
—No estaban disminuyendo su reiatsu— Marcó Hanako mirando a sus compañeros —Lo estaban disfrazando, no mostraron su verdadera forma hasta que estuvieron lo suficientemente cerca como para atacarnos
—Preparen sus cosas para salir lo antes posible— Ordenó Kensei poniéndose de pie y volviendo la mirada en dirección a la habitación donde Renji y Asami se encontraban -Tenemos algo raro entre manos y es imperativo que lo atendamos, pero no podemos hacerlo solos, Yamamoto…
—Capitán— Respondió solemne, levantándose en su sitio e irguiéndose en toda su estatura, consiguiendo que Hanatarō se sintiera diminuto en presencia de aquellos dos elementos del Gotei ¿Cómo era que siempre terminaba codeándose con la gente más poderosa y la que atraía más problemas?
—Que tu hermana te dé todos los detalles del principio de la batalla ¿Eres capaz de escribir un informe que sacie la curiosidad de todo el Gotei?
—Tu editor de pacotilla no sabrá ni qué coma lo golpeó— Desafió la chica con los ojos encendidos en una llama chisporroteante
—Muy bien, entonces reúnan sus cosas, haré una última ronda de reconocimiento y luego veremos el tiempo para volver a la sociedad
Cuando todos estuvieron listos, Asami y Renji yacían sentados en el sillón, uno apoyado en el otro; Renji estaba bien vendado del torso, Hanatarō temía que la herida volviera a abrirse y si la chica no tenía suficiente reiatsu, no iba a poder parar la hemorragia el solo.
Kensei conocía el método para finalizar la misión, así que se encargó de preparar la casa junto con Hanatarō, la puerta senkaimon se había abierto ahí mismo, por lo que comenzaron su viaje por el Dangai. Kensei comprendía que llevaba dos personas heridas, por lo que iba lo más lento que su paciencia le permitía, creía que Renji sería el que más problemas le traería, pero no fue así; Asami cayó de rodillas al cabo de una hora.
-Utilizó una gran cantidad de reiatsu para salvar la vida de Abarai, es normal que este agotada- Aseguro Hanatarō a un lado de las hermanas -No había visto a alguien utilizar tal técnica de sanación desde la capitana Unohana, así que necesita descansar una vez esté en la sociedad de almas
Hanako se había propuesto ayudar a su hermana, pero el capitán se apoyó en una rodilla frente a la chica, dándole la espalda.
-Entre más pronto estemos ahí, más pronto podrá recuperarse…- Hanako iba decir algo, pero Asami subió a la espalda del capitán, acomodándola con una pequeña sacudida -Si quieres dormir un poco, hazlo, te ayudara…
Sintió la cabeza de la chica apoyarse en su hombro, sus brazos al frente quedaron colgando al cabo de pocos minutos, entendiendo que estaba profundamente dormida. Hanako se había acercado a Renji y Hanatarō para ayudarles en su andar.
Después de andar por buen rato, Hanako miró a Kensei, dedicándole un gesto, con el cual, el dedujo su agradecimiento.
Al llegar a la sociedad, la división cuatro ya esperaba por ellos, sobre todo para recibir al teniente de la sexta, aunque no dejaron de recibir a la menor de las hermanas, a quien Hanako estaba dispuesta a seguir, pero su hermana la detuvo.
-Mejor ve a terminar ese informe, solo descansare un poco e iré a mi división- Asami le sonrió, Hanako estaba segura de que su hermana estaba bien, pero ¡era su pequeña! -Voy a estar bien
Si ella lo decía, es porque era verdad, la idea de que fuera a trabajar le preocupaba, pero confiaba en que estaría bien una vez tomara un buen descanso. Sin pensarlo más, se encaminó a su división.
…
Para la capitana de la cuarta división también había sido difícil tratar la herida del teniente Abarai, por lo que tuvo que poner mucho de su parte y hacer uso de su tercer oficial para encontrar la forma. Sorprendida por el informe de su tercer al mando, observó a la chica descansar en la camilla de al lado, a quien también habían dado un segundo tratamiento a sus heridas.
Cerca de dos horas habían pasado, momento para el cual, la menor había recuperado sus energías, viendo a su compañero a un lado de ella, por lo que se levantó de la camilla y tomó asiento en la silla a un lado del pelirrojo. Tomó una manzana que había sobre un tazón entre ambas camillas, tomo una y comenzó a pelarla, haciendo un cuchillo con un diamante que hizo aparecer, muestra clara de que había recuperado bastante energía.
Estaba terminando de pelar la manzana cuando el chico se removió en su camilla, mirando a la chica en primera instancia.
-Yamamoto… ¿Ya estás bien? – Preguntó, aunque ella mantenía el rostro agachado, concentrada en su flujo de reiatsu y la manzana - ¿Qué hora es?
-Dormí unas horas, aun no recupero toda mi energía, pero al menos me dará la fuerza para llegar a mi división y entregar el informe- Cortó un trozo de la manzana y se lo ofreció a Renji en la boca, aceptándolo gustoso, moría de hambre -Casi las tres de la tarde, la verdad no estoy consciente de a qué hora llegamos
Continúo cortando pedazos de la manzana, dándoselos al chico en la boca para que no se enderezara del todo. Cuando terminó, envolvió las cascaras y el corazón en un pañuelo, poniéndose de pie.
-Gracias- Agregó el chico, mirándola a los ojos, lo que provocó un sonrojo en sus mejillas aun a medio cubrir por la cinta que cubría su herida -Lo hiciste bien para ser tu primera misión
Asami solo hizo una reverencia, le sonrió y se despidió con la mano, dejándole solo.
…
Hanako había llegado a su división, sentándose en su respectivo lugar y comenzando a redactar el informe que le había prometido al capitán de la novena; Rukia apareció al cabo de unos minutos.
-Me entere de que habían vuelto, al parecer el capitán Muguruma ya fue a entregar su reporte con el comandante- Dijo la peli negra, acercándose a su teniente y notando lo cansada que estaba -Debiste haberte ido a casa
-No, todo está bien, debo terminar esto- Aseguró Hanako, sonriéndole a Rukia y volviendo la vista hacia el papel -Asami también dijo que iría a su división, Abarai está hospitalizado, así que está bien que recupere un poco de mi tiempo perdido
La capitana sonrió, no iba a ganarle en ese momento, pero de pronto, Hanako sintió que le hacía falta algo; la división estaba muy tranquila ¿Dónde demonios se había metido Saya?
…
Asami había redactado su informe, nunca había hecho uno, pero estaba agradecida de que su hermana le enseñara a redactar cualquier tipo de documento, por lo que había sido concisa en sus palabras; esto tomo por sorpresa a su capitán, quien estaba bastante acostumbrado a los burdos informes que su teniente solía entregarle.
-Un enemigo desconocido, el término "hollow" no es aún un hecho, salvar la vida de un teniente y un capitán dicen mucho de un shinigami común, probablemente no hubieran salido bien librados sin tu diamante, sin embargo, resultaste herida de último momento…- Hitsugaya miró el rostro de la chica, atravesado por la cinta en el rostro, por el informe, supuso que llevaba vendajes en su brazo derecho y pecho -Saliste libre en tu primera misión, cometer errores es común, enfrentarte a un enemigo real es muy diferente de entrenar con tus iguales
-Seguiré trabajando en mis habilidades, debo compensar el hecho de la reducción de reiatsu, y aun debo acostumbrarme al gigai- La chica miró con mucha determinación a su capitán, algo que le hizo arquear una ceja -Prometo no fallar en mi siguiente misión
Suspiro, terminando de leer el informe que le había entregado la chica, cerrando la carpeta y mirándola fijamente.
-Por ahora, ve a casa y descansa, lo hiciste muy bien- Sintió tranquilidad en la chica al decir aquellas palabras, nuevamente sonrió, haciéndolo sonrojar esta vez -Matsumoto no me hubiera entregado un informe tan detallado, no me equivoque contigo
-Gracias capitán, con su permiso…
Asami salió de la oficina, cerrando la puerta tras de sí y dejando a un pensativo Hitsugaya, que se apoyo por completo en el respaldo de su silla, mirando el informe. Había conseguido mejores resultados con ella que enviando a su infalible teniente, que generalmente gustaba de ir de paseo y compras que, a trabajar, por lo que, tomar una decisión por sí solo era algo abrupto; ahora debía trabajar en el formulario de postulación.
- ¿Aun trabajando? Pensé que Yamamoto habría venido a entregar el informe del mundo humano- Expreso la pelirroja al entrar a la oficina, tirándose en el sofá con los brazos detrás de la nuca -Por ahí escuche que resultó herida y que salvó la vida de Abarai
-Siempre hablando sin conocer los detalles- Le lanzó el informe, el cual cayó sobre su rostro -La envié a casa para que se recupere, no es grave, pero es mejor que se recupere por completo
-Yo pude haberlo hecho igual de bien…
-Probablemente Muguruma tendría una herida incalculable, pero tú estarías muy bien, mirando desde abajo mientras fingias atender las heridas de Abarai- Agregó el capitán, apoyando el rostro en su mano mientras veía a Matsumoto - ¿Desmiénteme?
-Que poca confianza tiene en mi capitán- Hizo un mohín, levantándose y entregándole el informe a su capitán -Bueno, como está tomándole mucha importancia a la nueva recluta, iré a dar una vuelta por la sociedad
- ¿Y tu trabajo?
-Puede esperar otro día- Desapareció, dejando a un molesto Hitsugaya en su oficina.
...
Hanako y Asami se encontraron en un punto del camino, la mayor abrazó a su hermana por lo hombros y caminaron juntas hasta la casa, riendo y platicando, hasta que la voz de su hermana las tomó por sorpresa. Saya estaba en la terraza de Hanako, ahí donde ella tenía su jardín privado, lo que hizo que ambas frenaran de golpe.
-La mato…
Fueron las únicas palabras de Hanako antes de salir corriendo hacia la casa, todo rastro de cansancio se había esfumado, Asami apenas podía acelerar el paso, haciendo un esfuerzo en dos pasos y llegando a donde sus hermanas.
Hanako estaba pasmada, no sólo por ver a Saya dedicándole una sonrisa socarrona desde su lugar, honestamente, no había sabido que pensar cuando vio a su hermana en su terraza; su lugar sagrado y que había sido acondicionado para una mejor estadía con sus hermanas. Cayó de rodillas, sintiendo que toda la adrenalina se esfumaba, llevándose sus fuerzas y sonrió, con los ojos anegados.
-Saya...- Murmuró antes de limpiarse una lágrima traicionera, la única que logró escapar a su control.
- ¿Qué pasa, hermana? - Respondió la menor avanzando unos pasos y agachándose en una rodilla frente a Hanako, tendiéndole una mano para ayudarla a levantarse -Ya sé, seguro creíste que sería un desastre
-Eres impredecible- Dijo divertida Asami, negando con la cabeza
-Es la parte que más aman de mí, admítanlo.
Hanako se levantó apoyada de su hermana y no demoró en lanzar sus brazos alrededor del cuello de Saya.
Amaba abrazar así a sus hermanas, amaba abrazarlas cuando no podía protegerlas, cuando no podía decirles lo orgullosa que estaba de ellas, cuando no sabía cómo decirles que las amaba y admiraba más de lo que se imaginaban. Así que Saya dio una palmadita a su hermana en la espalda antes de corresponder el abrazo.
…
Hanako tenía mucho que hacer con su hermana en la división, después de que el chisme llegara a sus oídos, la hermana demonio tenía mucho con lo que castigar a su atolondrada hermana. El resto de sus subordinados estaban asustados de como la teniente había comenzado a poner de ejemplo a la chica, por lo que obedecían sin chistar las órdenes de su superior.
Por otro lado, Asami había comenzado a trabajar para su capitán, entregando papelería que estaba pendiente y que Matsumoto había relegado desde hace mucho tiempo. Pero ella no era la única que debía entregar un informe, aunque, más bien, iría a humillar al chico de la nueve.
Hanako entró en la editorial sin esperar invitación, pasó de largo por el escritorio de recepción y se detuvo frente a la puerta de Hisagi. Suspiró profundo para tomar valor y llamó con golpes suaves, tan suaves que creyó que no obtendría respuesta, sin embargo, la voz profunda y cadenciosa de aquel shinigami se alzó sobre el ruido de los teclados siendo golpeados a toda velocidad.
-Adelante
Hanako entró cerrando tras de sí y se quedó muy quieta en espera de atención, Shūhei estaba entretenido con unas hojas, su escritorio podría parecer un desastre, con carpetas de documentos abiertas por todos lados, plumas de colores, post it's desperdigados, pero rápidamente la joven pudo comprender que había orden detrás de todo el aparente desastre natural.
Los ojos del muchacho se paseaban a toda velocidad por las líneas escritas, su gesto se contraía y se relajaba conforme iba comprendiendo la información, por un momento Hanako fue capaz de ver algo más que a su rival en las peleas, se dio cuenta de que el muchacho era un apasionado de su trabajo y comprendió, tal vez por primera vez, los comentarios de Rukia respecto a los shinigamis que no tenían ningún problema con hacer horas extra por gusto. Ella misma podía quedarse a apoyar a sus colegas y compañeros, disfrutaba mucho pasear en las divisiones mientras atendía los pedidos de auxilio de la gente, pero ver a Shūhei extender la mano en busca de papel y pluma sin despegar la vista de lo que leía, eso le dio el norte que necesitaba. El shinigami podía hacer aquello con los ojos cerrados.
O lo haría, si no necesitara leer los documentos.
No, Hanako no tuvo corazón para interrumpirlo, se quedó muy quieta en su sitio, observando la velocidad a la que Shūhei ponía post it's de colores al documento, seguro algún código para edición. Sólo volvió la mirada a otro sitio cuando se percató de que se encontraba observando el rostro, memorizándose las facciones toscas de concentración, buscando (y encontrando) el atractivo en sus gestos, pensando la palabra "guapo" sumada al pensamiento de "siempre fue muy guapo".
El muchacho por fin despegó su mirada del papel y se quedó muy quieto en su sitio, observando a su contrincante y colega. Odiaba admitirlo, cada célula de su cuerpo rogaba porque ni siquiera lo pensara, pero ahí estaba esa palabrita traicionera que había aparecido desde la primera vez que había visto a Hanako en la división uno, cuando aquella teniente feroz y despiadada era sólo una chiquilla de probablemente escasos años menor que él; hermosa.
La joven se aferraba a la carpeta de documentos con ambas manos, apresándola contra su pecho, el cabello caía sobre sus hombros y por su rostro, enmarcando sus facciones y la forma de corazón que tenía su cara, acentuada por el partido al centro, incluso su postura, parecía como si la chica quisiera hacerse pequeña en su sitio y desaparecer. Lucía tan frágil ¿Qué había pasado con la teniente del demonio que lo había enfrentado tiempo atrás? La chica lo reñía en los pasillos de vez en cuando, a veces él empezaba, reacio a admitir que la provocaba para poder escuchar su voz, aunque fuera a gritos, negándose a sí mismo la posibilidad de darse cuenta de que la chica le gustaba.
Pero no, no había iniciado los pleitos porque le gustara escucharla gritar, había empezado las peleas luego de escuchar a Hanako charlando distraídamente con su hermana Asami por los pasillos, todo esto, en los pocos días que tenían trabajando en los escuadrones, al escucharla reír cuando creía que no había nadie lo suficientemente cerca, cuando creía que estaba a salvo de la vista de otros shinigamis, como si encontrara un refugio en su hermana pequeña. Aunque también se había ido enamorando de la chica competitiva que le dedicaba miradas desafiantes a su hermana de en medio, sonriendo y riendo a carcajadas cuando peleaban lado a lado.
Hanako no era ninguna luchadora cuerpo a cuerpo, él podría enseñarle si ella quisiera mejorar su técnica y...
¡¿Qué demonios estaba pensando?!
Interrumpió ese pensamiento con un grito, un recibimiento a la teniente demonio.
-Akuma fukutaichō, qué sorpresa- Exclamó petulante para llamar su atención.
- ¡Bakataichō! - Respondió efusiva y sarcástica -Me enviaron a traerte esto, pero no me agradó la idea de interrumpir, parecía que estabas pensando, y como sé que los milagros sólo ocurren una vez...
Una vena se saltó en la frente del muchacho, que bajó el rostro, molesto ante la presencia de la shinigami.
-Kuchiki me dijo que enviaría a alguien, no sabía que ahora eras la recadera…
-Recadera- Murmuró pensativa, paseando la mirada por toda la oficina con aires distraídos pero divertidos -No, no diría que soy la recadera, yo escribí el reporte en persona, la capitana Kuchiki me pidió que lo entregara yo misma por si tenía alguna duda, teniente; así que me pondré cómoda- Dijo al final, azotando la carpeta contra el escritorio de Hisagi, haciéndole saltar por la impresión, antes de ir a sentarse al sillón frente al escritorio, ganándose una mirada de sarcasmo y desprecio por parte del azabache.
-Como guste, pero si se queda, espero esté dispuesta a recibir todas las críticas
-Le escucharé pacientemente- Desafió la chica con una sonrisa.
Hisagi recargó la mejilla en una mano y le dedicó una mirada de incredulidad a su colega, con la mano disponible abrió la carpeta y paseó su mirada por la primera línea escrita.
Sus ojos se abrieron un poco, sorprendidos por la impecable caligrafía en cada trazo sobre el papel, los kanjis estilizados, equilibrados, que parecían haber sido puestos sobre el papel con mucha velocidad, y al mismo tiempo, con mucho empeño, como si se hubiera dejado el corazón en ello. Consideró seriamente dedicarle una mirada y algún comentario sarcástico a la chica, pero volvió a bajar los ojos y siguió leyendo con atención.
-No entiendo esto- Dijo Shūhei con un gesto de contrariedad, moviendo la mano libre, sin despegar la mejilla de su puño -No sé si estoy comprendiendo mal el kanji
-Perdón, pero tengo muy buena ortografía- Espetó Hanako parándose a espaldas de Hisagi y prestando atención al punto que el muchacho señalaba.
-No hablo de la ortografía, me refiero a lo que estás redactando, me cuesta trabajo entender a qué te refieres con que los hollows estaban atacando en grupo.
-Creí que había sido clara- Murmuró Hanako apoyando una mano en el escritorio y poniendo la mano libre en el respaldo de Shūhei, revisando aquella parte del informe para recordar la misión -Fue extraño, estaban buscando al eslabón más débil, no atacaron en serio hasta que nos catalogaron, como si conocieran nuestra estrategia
Ambos muchachos intercambiaron una mirada, sus rostros estaban tan cerca que Shūhei pudo oler la cereza en el labial de Hanako, no pudo evitar pasear la mirada de sus labios a sus ojos y pasar saliva, incapaz de moverse.
-Me... me gusta tu estilo de redacción- Murmuró bajando la mirada hacia el papel, tratando de sacarse de la cabeza la idea de besarla mientras ella se enderezaba y volvía al sillón, con las mejillas sonrosadas -Eres más clara y precisa de lo que habría creído
- ¿Perdón? - Murmuró insegura de ofenderse por aquello.
-Es que eres muy sarcástica, las personas sarcásticas eligen un estilo de redacción que resalta las inseguridades de la misión y se enfocan en el terreno, en todos los contras que ofrece un lugar para que una misión falle, pero tú le diste un enfoque completo, no sólo tomaste en cuenta el lugar y a los enemigos, sino las estrategias, todas las cosas que funcionaron y todas las que no, como si fueras una espectadora, pero sin quitarle el dinamismo del protagonista que vivió todo esto en carne propia.
Hisagi había hablado a toda velocidad, Hanako se había quedado sin aliento, porque en medio del torbellino de palabras, la joven shinigami pudo ver toda la pasión que había en cada palabra que el muchacho había dicho. De pronto Shūhei Hisagi dejó de ser el shinigami retraído, malencarado y sarcástico que le dedicaba a la mayoría de los presentes una mirada hosca, para convertirse en un hombre joven y apasionado de su trabajo, con alegría desbordante y admiración por las palabras bellas y, por primera vez, Hanako le dedicó una mirada de verdad a ese muchacho, percatándose de que había mucho más que sólo la pinta punk que mostraba.
-Tengo que irme- Anunció levantándose a toda velocidad, sintiendo que el aire le faltaba, sintiendo que los nervios la traicionarían en cualquier momento, sintiendo que se derrumbaría si no salía corriendo inmediatamente -Si le surge cualquier duda respecto al informe, estaré feliz de poder ayudar a la revista para que todo se esclarezca
-Hanako…- Exclamó Hisagi cuando la chica hizo por girar la perilla, el azabache se había levantado y extendido una mano hacia la shinigami sin darse cuenta de aquel hecho, así que la mirada nerviosa que la joven le dedicó (como un conejo ante los faros de un vehículo en movimiento), terminó de desarmarlo -Gracias por un trabajo tan pulcro
Ella asintió una vez, secamente, antes de salir a toda prisa, dejando a Shūhei con el corazón desbocado, sintiendo ella misma que se ahogaría con la intensidad de sus emociones.
¿En que iba pensando su hermana que ni siquiera la noto? Se encogió de hombros cuando la mayor paso a un lado de ella, luego vería que era lo que pasaba, se detuvo frente a la puerta del teniente y llamó con tres golpecitos, recibiendo una respuesta tardía.
-Teniente Hisagi, buenas tardes- Asami miró al chico, estaba desparramado en su silla, algo absorto en sus pensamientos mientras ella comenzaba a preocuparse -Teniente ¿Se encuentra bien?
Los ojos de Hisagi se posaron en la chica, notando como los ojos violetas de su visitante se posaban en él, mirando en ella la misma pose que la teniente demonio había puesto momentos antes; ella ladeo la cabeza un poco, lo que lo hizo caer de su silla en solo un segundo, asomándose por el filo del escritorio y mirando a la chica.
Ella alzó una ceja, había cerrado los ojos cuando lo vio caer, pero no tenía la confianza suficiente para acercarse a él, de hecho, hasta cierto punto, la intimidaba. Pero el chico recogió la silla y la acomodo nuevamente, tomando asiento y mirando a la menor; se aclaró la garganta, un poco más… tranquilo.
- ¿Qué necesitas Yamamoto?
-Vine a traer el informe de la diez…
-Pensé que ese era trabajo de Matsumoto- Recibió el informe de manos de la chica - ¿Acaso está descansando?
-Algo así- Rodo los ojos, recordando que, al salir de la división se encontraba dormida en el sofá -De todas formas, no puedo hacer otra cosa de momento, el capitán me tiene en descanso después de volver de la misión
-Supe que salvaste a Abarai, y a mi capitán- Hisagi miró de nuevo a la chica, notando la cinta en su nariz, suponiendo que había sido por la pelea, a parte, lo había leído en el informe de Hanako -Errores de novato
Asami asintió, el teniente abrió el informe, sorprendiéndose por ver el mismo estilo caligráfico de la mayor; había curvas y signos levemente diferentes, más finos y estilizados que los de la teniente. Una lectura rápida lo llevo al mismo kanji que lo confundió en el informe de Hanako, por lo que lo señalo.
-Veo quien fue tu maestra en este arte de la caligrafía- Puntualizó el chico, pero Asami ya se había agachado para ver qué era lo que señalaba, lo que hizo que olfateara el mismo aroma a cerezas que olió en los labios de Hanako, lo que provocó que volviera a caer de espaldas con todo y silla -Argh...
-Si no es mucha molestia teniente, debo retirarme- Expresó la chica mientras el moreno se ponía de pie, volviendo a acomodarse en su lugar -Con su permiso
-Ah, Yamamoto... espera...- Ella se detuvo, pero ¿qué iba a decirle? -Yo, emmmm, perdona, gracias por el reporte, buen trabajo
-Gracias...
Cuando la chica salió de la oficina, lo único que puedo hacer fue desparramarse en su silla nuevamente, frotándose el rostro con ambas manos, frustrado de que sus emociones estaban comenzando a dominarlo; oler el brillo de cerezas en ambas hermanas era… ¡Por dios! ¿Cómo podía la pequeña tan parecida a su hermana? La caligrafía, el porte tímido… ¿tímido? Bueno, eso no aplicaba a Hanako, pero Asami era toda ternura, definitivamente su capitán había acertado en algo, y es que inspiraba a protegerla; algo que no necesitaba.
-Y si… me acercó a ella para conocerla más y…- La idea se la sacudió de la cabeza, golpeándose con ambas carpetas, eso sería conveniencia, pero la menor parecía mucho más tratable que la teniente demonio -Estas loco Shūhei Hisagi, estás loco…
…
Una vez salió de la división nueve, comenzó su recorrido por el resto de las divisiones, había llegado a la séptima división, donde el capitán la recibió de manera educada, de igual forma, el sonrojo en sus mejillas era inevitable; todos los capitanes la intimidaban.
Llegó a la sexta, caminaba por la división, camino a la oficina donde el capitán se encontrará, pero en su lugar, encontró al teniente Abarai, quien se inclinó ante ella.
-Gracias- Expresó efusivamente, dejando pasmada a la chica, haciendo que se sonrojara -Estare siempre agradecido por tu ayuda, salvaste mi vida
-No tiene que hacer eso teniente- Murmuró la chica, con las mejillas sonrosadas y desviando la mirada, aunque varios shinigamis los miraban con sorpresa -Solo hice mi trabajo…
-Pero…
-Renji- La voz del capitán se alzó por entre los murmullos, los cuales acallaron en ese instante -Tú y Yamamoto a mi oficina
Si ya de por si estaba nerviosa por tener que ir a otras divisiones y conocer al resto de capitanes, ahora con la presencia del capitán Kuchiki sus fuerzas flaquearon, inclusive, pasar saliva era algo agobiante, sentía que se quedaba atorada en su garganta; pisar la oficina del capitán la puso aún más nerviosa.
- ¿Tienes algo para mí? - Preguntó el capitán al ver a la joven shinigami, nerviosa, de pie frente a él, por lo que la insto a acercarse; una sonrisa burlona se asomó a sus labios, algo que Renji notó -Tengo entendido que es gracias a ti que mi teniente está vivo ¿Es eso cierto?
-Ah, sí, este… yo… solo hice… una parte de mi trabajo…- Tartamudeo ¿Cuándo en su vida había estado tan nerviosa para tartamudear? Argh, odiaba su trabajo en esos momentos -El resto lo hizo la capitana Kotetsu…
Byakuya sabía de primera mano que ella era la principal sanadora de su herida, que, sin ella, él hubiera muerto solo unos pocos minutos después de haber recibido esa herida, que ella había protegido tanto al capitán como al teniente; eso era más de lo que se podía esperar de una novata, de un shinigami cualquiera.
-No puedo más que expresar mi agradecimiento por tu acto de heroísmo…
-Gracias capitán- Fueron sus únicas palabras, acercándose al capitán y entregando la papelería -Con su permiso, me retiro capitán Kuchiki… que recupere pronto, teniente Abarai
La joven salió de la oficina, pudiendo caminar apenas por los nervios y tomando un respiro al salir de la división. Por otro lado, Byakuya parecía divertido con los nervios de la menor, algo que Renji notó a simple vista.
Su recorrido la había llevado por todas las divisiones, hablar con la teniente de la quinta era sencillo, pero su capitán era algo que no le inspiraba confianza, sobre todo, por su cínica sonrisa. Ese día estaba feliz de terminar su recorrido en la segunda división, aunque no es que el teniente le cayera muy bien, siempre había creído que la capitana de dicha división era demasiado fría.
Retornaba camino a su división, llevando papeles que la tres, cuatro y siete enviaban al capitán, por lo que dejó los papeles sobre el escritorio de su capitán.
- ¿Todo en orden Yamamoto? - Preguntó el capitán, hojeando algunos documentos -Definitivamente lo has hecho en menor tiempo que Matsumoto
-Si capitán, todo en orden
Hitsugaya alzó la vista, notando que llevaba una rosa en el cabello, algo que lo hizo sentir un calor subiendo por su pecho, algo raro que lo invadió, y que lo ponía un poco de mal humor, pero ¿Por qué?
- ¿Y esa rosa?
- ¿Uh? Ah, me la dio el capitán de la tercera división- Respondió, acariciando uno de los pétalos de la rosa -Yo no la quería, pero el insistió tanto y… lo siento ¿necesita algo más?
-No, puedes retirarte por ahora- Hitsugaya hizo una mueca, viendo como la chica terminaba de acomodar los papeles en el escritorio de Matsumoto -Lo hiciste bien, descansa
-Buenas noches capitán
La joven salió de la división, dejándole cierto mal humor a su capitán, comenzando a murmurar cosas ininteligibles, seguro de que nadie lo escucharía, ya que, seguramente su teniente estaría de juerga esa noche, como siempre; el simple hecho de pensar en esa flor lo molestaba ¿Por qué?
…
Las tres hermanas se movían por la cocina, mientras Hanako le daba los últimos detalles a la cena, Saya y Asami se encargaban de poner la mesa y llevar las cosas que hacían falta.
Asami sonrió de medio lado al ver las carpetas que su hermana había llevado a casa para seguir trabajando cuando las otras dos se hubieran ido a dormir, no pudo evitar levantar las hojas para entender a qué se había referido el teniente de la novena al adular su caligrafía.
-Hermana...- Murmuró la menor percatándose de que su letra realmente se parecía a la de la mayor, sonriendo de medio lado - ¿Qué hiciste para poner tan nervioso al teniente de la novena?
- ¿Nervioso? - Murmuró Hanako, confundida por aquella afirmación -Nada
-Es que esta tarde estaba nervioso cuando fui a llevar mi informe, incluso tú estabas fuera de ti misma, te saludé
Hanako lo pensó unos minutos y negó con la cabeza, volviendo su atención a remover un poco el arroz para que no se pegara al fondo de la olla
-Estás viendo cosas- Respondió con un tono algo burlesco, sonriendo para sí misma.
- ¿Sabes? Creo que te admira hasta cierto punto- Continuó Asami recordando las palabras del teniente sobre su reporte, recordando cómo se había caído de la silla por su cercanía -Al menos tu trabajo
-Creo que tenemos una fan- Apuntó Saya cuando Hanako la miró, señalándose la nariz y consiguiendo que la mayor reparara en la bandita que llevaba su hermana para cubrir uno de los raspones que se había hecho.
- ¿No será que la que admira el trabajo del teniente es otra? - Sugirió Hanako divertida, sonriendo de medio lado para Saya y enarcando una ceja.
- ¿Yo? - Espetó Asami negando con la cabeza -Se requiere mucha paciencia para ser editor de la sociedad de almas, pero hay muchos shinigamis que son dignos de admiración
-Empezando por un capitán en miniatura- Murmuró Saya haciendo una seña con la mano.
-Mini-mini- Murmuró Hanako para Saya con voz trémula, asegurándose de que su hermana menor no las escuchara, añadiendo, feliz de encontrar un cambio de tema que pudiera abstraer a Asami de aquella conversación -Es verdad, el trabajo con el capitán Hitsugaya debe ser muy entretenido.
-Lo es, pero no estamos hablando de eso- Riñó Asami con las manos en la cintura, frunciéndole el entrecejo a su hermana mayor, haciéndole saber en ese gesto que la había escuchado perfectamente.
No, lo último que Hanako quería era quedarse a solas con sus pensamientos, porque sabía que eventualmente terminarían llevándola a la mirada que Shūhei le había dedicado a su boca, como si fuera a besarla. Si Hanako seguía la línea en que la querían llevar con aquella conversación, terminaría admitiendo para sí misma que había algo en el teniente Hisagi que la tenía muy intrigada.
-No puedo imaginármelos teniendo una conversación civilizada- Admitió Asami frunciendo un poco el entrecejo, señal de concentración -Pero sí que se ven lindos cuando están lado a lado, la teniente Matsumoto hace encuestas con los shinigamis para la asociación femenina y una de ellas arrojó que tú y Hisagi son votados como gente a la que los escuadrones shipea...
-Asami- Llamó Hanako parándose cerca de ella, tomándole la temperatura de la frente con el dorso de la mano y sonriendo con tranquilidad -Creo que tienes algo... aquí…
Dijo al final dando un tirón a la bandita de su hermana y haciéndola soltar un gemido por lo bajo, una lágrima se agolpó en su ojo y la chica se cubrió el rostro con las manos.
- ¡Mira! Ya sanaste- Exclamó Hanako con entusiasmo mientras arrugaba la bandita y volvía para poner agua para el té.
-Qué buena noticia- Se quejó la menor tallando un poco la piel irritada, molesta por las carcajadas por parte de Saya -Ya me vengare de ti, por cierto, traje las cascaras de y corazón de una manzana, lo deje en tu composta
Con una sonrisa socarrona, Saya miró a su hermanita, a quien trato de jalarle las mejillas nuevamente, pero Asami intervino velozmente, deteniendo sus manos antes de que tocaran sus mejillas, mirando a su hermana con cara de enojo.
-Sabes que eso no funciona en mí ¿verdad?
-Ya déjame en paz- Refunfuño la menor mientras corrían por la casa, esquivando golpes pequeños -Hanako, dile algo
La mayor solo se dedicó a servir el té y a tomar su infusión, ignorando a sus hermanas, que ya había salido al jardín.
-Se les va a enfriar la cena- Murmuró, encogiéndose de hombros mientras las veía pelear por la puerta al jardín -Esta será una noche larga…
…
Tres golpes seguidos en la puerta, pero no esperó invitación, Shūhei entró a la oficina de Kensei revisando las carpetas, releyendo la información que las hermanas Yamamoto habían plasmado, sabiendo que, cuando la puerta de su taichō estaba abierta, él no debía estar ocupado.
—¿Esto es real? —Inquirió Shūhei sentándose en el sillón, aún sin levantar la mirada de las carpetas, comparando la información que una y otra chica había proporcionado, comprendiendo el panorama completo y agradeciendo el lujo de detalles. —¿Tan mal están las cosas en el mundo humano?
Silencio. Kensei guardó silencio, posiblemente porque estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta de que su subordinado había hecho preguntas, o más bien, no había alcanzado a comprender lo que el muchacho había dicho, su voz le llegaba lejana y viciada, como si él se encontrara metido en una burbuja literalmente, burbuja que lo mantenía absorto en sus pensamientos. Su mente vagaba ida y vuelta de los enemigos a los que habían enfrentado las hermanas, sus estilos de pelea, la fiereza de Hanako al momento de lanzarse al ataque y, sobre todo, la destreza de Asami para sostener dos actividades al mismo tiempo. Renji la había contado gracias a Asami, lo sabían.
-Esa novia tuya es todo un talento- Murmuró Kensei recargando el brazo en el marco, por encima de su cabeza.
Shūhei le dedicó una mirada por fin, molesto por aquella afirmación, pero esperando la siguiente afirmación del capitán, sabiendo que cuando se quedaba así de estático, sólo quería decir que estaba sacando conclusiones.
La restricción de sus habilidades y poderes había resultado ser un problema contra esa nueva raza de hollows, si es que eso eran ¿Qué había pasado realmente? ¿A qué se habían enfrentado aquella noche? Demasiadas preguntas sin respuestas para su gusto, así que frunció aún más el entrecejo y volvió la mirada hacia el pelinegro que lo observaba con curiosidad.
- ¿Qué tienes ahí?
-Los reportes de las hermanas Yamamoto- Informó sonriéndole inconscientemente a la carpeta de Hanako, repasando con la mirada su apretada caligrafía, estilizada y ágil sobre el papel - ¿Habías visto su letra antes? Es poesía pura
Kensei bufó divertido, dirigiéndose hacia la cafetera y poniendo a hervir agua antes de extender una mano hacia Hisagi, pidiendo el informe con un gesto silente.
-Te sienta mal estar enamorado- Se quejó el capitán antes de dedicarle una mirada a las hojas -Te hace ver cosas donde no hay...
No, no pudo evitar callar de golpe al ver la letra de ambas hermanas.
Las diferencias eran sutiles, podías diferenciar los informes, se notaba en los trazos quién había hecho el reporte con tiempo y calma, y quién se había dado un poco más de prisa para poder entregar aquello, no pudo refutar las palabras de Hisagi, levantó la mirada hasta su teniente, ganándose una mirada de autosuficiencia y un gesto que cantaba "te lo dije" en cada rasgo.
-Ambos son muy buenos- Murmuró el azabache inclinándose hacia el frente, recargando los codos en las rodillas antes de mirar a su capitán -Pero me preocupa lo que dicen
-A mí también, creo que deberíamos hacer otra misión de reconocimiento, al menos con un equipo más grande. Deberíamos llevar a gente especializada en leer reiatsu, no digo que el desempeño de las hermanas no sea formidable- Añadió con un leve rubor en las mejillas, volviendo el rostro -Pero esta vez, incluso Abarai y yo tuvimos problemas; no dudes que una de las tres terminará salvándote el pellejo si nos toca hacer misión juntos
-Capitán- Murmuró Hisagi frunciendo el entrecejo ante las palabras de aquel hombre, confundido ante lo críptico que se había puesto.
-No sabemos nada de la gente que no estuvo enviando sus reportes, no tuvimos tiempo de investigar nada más, a pesar de que pasamos dos días allá, no encontramos rastro de los shinigamis encargados de las áreas, no dejaron ni el rastro de su reiatsu...
-Y por lo que leí en el informe de la teniente, ella tampoco sintió la presencia de los hollows hasta que los estaban atacando
- ¿Dice algo más de eso? - Inquirió Kensei sirviendo las tazas, sintiéndose traicionado por sus propios pensamientos al llevarlo de regreso a la visión del vapor de baño.
-Sí- Murmuró Hisagi pasando algunas hojas, llenas de post it's plásticos donde había hecho algunas anotaciones.
Kensei sonrió de medio lado, burlesco, al percatarse de que, a diferencia del reporte de Asami, al que le había hecho sus habituales anotaciones en tintas de colores, el de Hanako tenía las notas adheribles para no maltratar el reporte original.
-Si quieres, te lo mando enmarcar- Bromeó aquel hombre ofreciendo una taza a su teniente, ganándose una mirada de reproche antes de que Hisagi le arrebatara su bebida -Sí, tienes buen gusto, muchacho
- ¿Podemos volver al tema de los hollow antes de que me eches en cara que fuiste de misión al mundo humano con mi amor platónico de la última década? – Espetó, volviendo la vista a las notas, frunciendo el entrecejo.
- ¿De la última década? - Exclamó Kensei entre divertido y ofendido —¡Del último siglo! Niño, si hubieras visto lo que yo vi, querrías lujo de detalles
¿Lo peor que le puedes hacer a una persona curiosa? Lanzar un anzuelo.
Y Hisagi picó.
-Capitán...- Murmuró el azabache a manera de advertencia, haciéndole saber a su amigo que, si lo que tenía para decirle era un mensaje sin contenido, se las vería con él.
No hubo respuesta hablada, el capitán Muguruma se levantó en un movimiento torpe y se dirigió hacia la puerta para cerrar con seguro antes de jalar una de las sillas para invitados y poder sentarse con las piernas abiertas y los brazos cruzados sobre el respaldo, inclinándose hacia el frente y haciendo que Shūhei pasara saliva.
-Ella y la hermana están...
- ¡No estés jugando! - Espetó el azabache recargándose hacia atrás en el sillón y recargando los brazos en el respaldo, con el rostro vuelto hacia la ventana.
-No, esto tienes que escucharlo, para que la próxima vez que te quiera mandar de misión a la tierra no me estés cuestionando- Shūhei le dedicó a su capitán una mirada de reojo, sabiendo que, cuando Kensei se ponía así de serio, iba en serio con sus confesiones posteriores -Fue todo un accidente ¿De acuerdo? Quiero que esa parte quede clara
-Seguro...
-No, escucha- Enfatizó con una mirada serena -fue todo un accidente, un malentendido, y todos fuimos víctimas de las circunstancias
- ¡Sí, sí! - Exclamó Hisagi enderezándose en su sitio, cruzando los brazos sobre el pecho, nervioso ante la insistencia de su capitán -Ya quedó claro que fue un malentendido ¿Quieres seguir con tu relato?
Kensei suspiró y asintió, rascándose la cabeza con gesto de contrariedad ¿Cómo iniciar?
-Mandamos a las hermanas a descansar mientras Abarai y yo hacíamos reconocimiento, era de madrugada cuando volvimos a la casa
-Ya no me gusta para dónde va esto- Admitió Shūhei sombrío.
-Llegué a dejar mis cosas, Hanatarō estaba dormido en la sala y la casa estaba en absoluta quietud, así que decidí darme una ducha
-Ok, no quiero los detalles- Exclamó Shūhei levantándose y tirando las carpetas a su paso, consiguiendo que Kensei soltara una carcajada ante el nerviosismo de su amigo.
El albino dejó a su subordinado moverse en dirección a la puerta, sabiendo que, para dejar ahí los informes sin hacer amago de recuperarlos, de verdad no quería enterarse de lo que faltaba, así que esperó a que Shūhei quitara el seguro y puso una mano en la perilla para murmurar:
-No sé si es un tatuaje o un lunar...
Hisagi pasó saliva con dificultad y giró el rostro lentamente, contrariado, debatiendo con violencia entre salir corriendo inmediatamente o quedarse a escuchar.
- ¿Dices que fue un accidente?
-Yo no sabía que las hermanas estaban en el baño- Defendió Kensei girando un poco el cuerpo para que Shūhei pudiera ver la verdad en su mirada -Hanako estaba más o menos cubierta por una toalla, así que no vi más de la cuenta, pero ambas hermanas tienen el cuerpo que ellas quieren- Kensei recargó los brazos en el respaldo para encorvarse y sonreír -Y pensar que podrías haber sido tú...
Pudo sentir el aura depresiva de su amigo hasta donde él estaba, así que evitó a toda costa soltar una carcajada cuando lo vio dejarse caer de nuevo en el sillón, con la espalda encorvada y los ojos ensombrecidos.
-Pero no todo son malas noticias, la niña no te aborrece. sólo está enojada contigo porque la subestimaste, casi podría decir que te respeta.
Hisagi levantó un poco el rostro, dedicándole a su capitán una mirada entre los cabellos azabaches, antes de dejar caer la cabeza de nuevo y encogerse de hombros, quitándole importancia a ese hecho.
-Son buenas en lo que hacen- Murmuró desganado mientras Kensei se estiraba a recuperar su taza -Leí el informe de Rukia respecto al desempeño de la teniente, y Hitsugaya también está impresionado con la pequeña
-No me cambies el tema- Espetó Kensei ofuscado -Deberías hablar con ella, aclarar que no la subestimas y que...
-Kensei- llamó el muchacho enderezándose, dedicándole a su amigo una sonrisa de derrota que se acentuó cuando se agachó a recuperar las carpetas y abrió la primera hoja del informe de Hanako -Ella necesita un conejillo de indias para seguir probando que es más fuerte de lo que todos esperan, no me pidas que le niegue lo único que puedo darle para fortalecer su imagen frente al Gotei, además, está en otra liga, lo único que puedo ofrecerle es ser un oponente digno, alguien a quien pueda desafiar de nuevo, y pelearé con todas mis fuerzas contra ella de ser necesario, no voy a dejarla ganar, pero así la gente podrá seguir viendo que es letal, y esa será mi manera de hacerle saber que no la subestimo.
-Eres un romántico- Se quejó el capitán levantándose de su asiento y revolviendo el cabello de Hisagi con un gesto fraternal y protector -En fin, solicitaré más misiones al mundo de los humanos, no encontramos información suficiente, y necesito gente poderosa. No creo que dejen ir a las Yamamoto porque acaban de volver de su misión, y Abarai se está recuperando, ya veremos qué procede ¿Ahora sí me aras caso e irás?
-Sólo no me envíes a la misma misión que la teniente, sabiendo lo que viste, sería muy difícil no echar mi imaginación a andar- Bromeó al final, sonriendo de medio lado y haciendo que Kensei se sonrojara hasta las orejas.
- ¡Te dije que fue un accidente!
-Ajá, y dijiste que no viste a Hanako más de la cuenta, pero ¿qué hay de Asami? De ella no dijiste nada, no ero taichō.
- ¡Vete de mi oficina si me vas a estar levantando falsos! - Exclamó Kensei en defensa, señalando la puerta con un gesto de frustración.
-Qué malo eres- Espetó Hisagi divertido, levantándose y comenzando a caminar, sin embargo, volvió a frenar en la puerta, de nuevo con la mano en la perilla -Tengo suficiente con qué trabajar por aquí de momento, pero de todos modos quiero hablar contigo de tu versión de la misión, no sólo el informe
-Tú y tu apremiante necesidad de publicar artículos de calidad- Murmuró Kensei sonriendo de medio lado —No pagan horas extra
-No trabajo por las horas extra.
-Oye- Llamó Kensei abriendo sus cajones, consiguiendo que Hisagi girara sobre sí mismo para encarar a su capitán, apenas tuvo tiempo para atrapar el paquete de plástico que le había lanzado el albino -Conseguí cuerdas para tu guitarra, ahora tú consigue lecciones, eres malísimo
Agradeció por las cuerdas, despidiéndose de su capitán y cerrando la puerta tras de sí, dejándole solo en su oficina, con los reportes de ambas hermanas; había estado observándolas a la distancia, la hermana de en medio si que era todo un dilema, sobre todo, por los estragos que solía hacer al luchar contra Ikkaku, pero no por eso le quitaría los ojos de encima.
…
Algunos días después y con las cosas un poco más en calma después de esa misión, el capitán comandante había llamado a una reunión con sus capitanes. Al primero en llamar fue al capitán Muguruma, quien había sido líder en la última misión de reconocimiento.
-Bueno capitán Muguruma- Comenzó el comandante, quien llevaba el informe entregado por el susodicho, ofuscado por las revelaciones que acontecieron con la misión -Lejos de hablar de la misión, mi objetivo es hablar sobre el desempeño de las hermanas Yamamoto que asistieron a este reconocimiento, que no parece haber terminado del todo bien
-Así es señor, pero ambas se comportaron de manera profesional, incluso la menor, quien me sorprendió con su manejo y control de mantener un kidō de sanación y un escudo defensivo; no había visto un control y flujo de reiatsu tan bueno en mi vida, es algo que no puedo describir con palabras- Kyōraku tomó nota mental de esto, sobre todo porque no conocía a las chicas en concreto y, mucho menos, sabía cómo las había entrenado el viejo Genryūsai -El poder de la teniente Yamamoto fue suficiente para poder acabar con uno de nuestros enemigos, creí que iba a haber problemas con ellas por ser la primera misión a la que asistían, pero una vez ambas hermanas se reunieron, la teniente se adentró en la batalla, permitiéndole a la hermana analizar la situación, sin su intervención, no hubiéramos podido derrotarles
-Interesante, así que la pequeña fue quien encontró la debilidad en sus oponentes, no atacan de costado, siempre al frente- Jamás espero recibir tanta información de las chicas en tan poco tiempo, esta vez se dirigió a la capitana de la treceava división -Gracias capitán Muguruma, capitana Kuchiki ¿Qué me puede decir de su teniente?
-Ah respondido favorablemente al trabajo señor, es una persona dedicada que mantiene al resto del escuadrón activo y en forma- Agregó Rukia, quien estaba encantada con el trabajo de su teniente -Creo que, sin ella, no podría terminar de arreglar todo lo que está pendiente en la división; desde que ella llegó, el trabajo se ha vuelto más llevadero
-Eso suena maravilloso, ¿y qué me dices de la hermana de en medio?
-Es… un caso peculiar, pero en la ausencia de su hermana realizo los entrenamientos a sus compañeros y lo hizo de buena manera- Afirmo la capitana -Aunque es algo acelerada para otras cosas
-Puedo darme cuenta de eso, no dudo que sea un pequeño problema; no me equivoque al ponerla en la misma división que su hermana mayor- La información de la trece estaba bien, ahora venia la diez, donde tenía mucha curiosidad de oír lo que tuviera que decir el capitán de la división -Capitán Hitsugaya ¿Qué me dices de la pequeña Asami? ¿Cómo te va trabajando con ella?
-No tengo ningún problema con ella, desde que volvió de la misión a realizado trabajos que originalmente le corresponden a mi teniente, la he observado y, a pesar de su carácter apacible y su desempeño en la misión, puedo darme cuenta de que es todo lo que necesita para ser peligrosa- Kensei hizo una mueca, definitivamente prefería no meterse con la menor de las hermanas, ya lo había comprobado -Sin embargo, que un shinigami de bajo rango salve la vida de un teniente y un capitán, y todavía que pueda mantener dos diferentes actividades en una batalla dice mucho de ella
-No cabe duda de que es algo increíble, pero…- Hizo una pausa, larga, que mantuvo a todos a la expectativa, soltando un suspiro con resignación, sabiendo que el capitán no quitaría dedo del renglón - ¿No es algo pronto para tomar esa decisión? Hacerla tercer oficial, creo que es algo muy apresurado para alguien que acaba de ingresar
-Con todo respeto, señor, no pienso retractarme de mi decisión, y esa es mi última palabra…
Kyōraku suspiro, luego se dirigió a todos sus capitanes.
- ¿Alguien está en contra de la petición del capitán Hitsugaya, en hacer tercer oficial de la décima división a Asami Yamamoto? – Nadie dijo nada, la verdad es que nadie conocía aún el poder de la menor de las hermanas y solamente Muguruma y Hitsugaya la habían visto en combate -Bueno, como nadie está en contra, acepto su petición capitán Hitsugaya, puede disponer de la chica como mejor le convenga
-Gracias, señor
Terminaron de hablar sobre la misión, detalles mínimos sobre los nuevos "hollow" y luego todos se retiraron a sus respectivas divisiones.
Cuando Hitsugaya volviera a su puesto de trabajo, no le sorprendió encontrar a Asami entrenando con algunos shinigami sin utilizar… ¿Su espada? Estaba peleando con el arte hakuda ¿Cuánto más podría sorprenderle esta chica? Pero igual él podía ponerla a prueba, aunque, si la había entrenado el viejo Yamamoto, entonces no era una novata en este arte.
Intervino en un golpe, sosteniéndole la pierna, pero ella ya se encontraba lista para golpearle con su mano, haciendo que éste se alejara y tomando distancia.
-Creo que puedo aprender algo de ti- Sus mejillas se sonrosaron, haciendo que él esbozara una sonrisa -Tengo noticias para ti, ven conmigo
Dando por finalizado el entrenamiento, ambos entraron a la oficina del capitán, donde la tranquilidad podía palparse al no estar Matsumoto presente.
-El comandante acepto mi solicitud, así que a partir de hoy serás mi tercer oficial- Esto tomó por sorpresa a la chica, quien miraba atónita a su capitán - ¿Estás de acuerdo?
-No le veo ningún problema capitán, pero… ¿no crees que es algo apresurado? – Bueno, no sabía cuánto tiempo escucharía ese cuestionamiento, por lo que soltó un suspiro -No es que quiera contradecirlo…
-Te daría el permiso de contradecirme si te estuviera ofreciendo el puesto de Matsumoto…- Sonrió burlonamente, aunque podría utilizar eso a su favor para que la pelirroja se pusiera a trabajar -Escucha, has mostrado un buen desempeño desde que volvieras de la misión, incluso el resto de los capitanes no pareció objetar por la posición, quiero que trabajes junto conmigo para seguir manteniendo segura la sociedad de almas ¿me ayudarías?
-Por supuesto- Sonrió, sus ojos dejaron ver una chispa radiante que el peliblanco notó -Lo hare con mucho gusto
El resto del día Hitsugaya la oriento en su trabajo, aunque no representaba gran cosa, pero le ayudo a conocer aspectos diferentes de la chica que, desde su punto de vista, la hacían ver más hermosa… ¿Qué diantres estaba pensando?
Cuando la joven volviera a casa, sus hermanas ya estaban ahí, había estado trabajando un poco más de la cuenta, pero, aun así, tenía mucho que hacer al día siguiente; cuando entro a casa, el aroma a comida le abrió el apetito.
-Vaya, la hija prodiga ha vuelto- Comento sarcástica Saya, quien había tenido que poner la mesa sola al no estar su hermana para ayudarla - ¿Cuál es tu excusa jovencita?
-Deja de regañarla ¿Cómo sabes que no paso algo? - Le riño Hanako, saliendo de la cocina mientras se limpiaba las manos - ¿Qué fue lo que paso Asami?
-El capitán y yo nos quedamos trabajando hasta tarde, Matsumoto no ayuda mucho y a parte- Hizo una pausa, lo que colmó la paciencia de Saya, quien se había cruzado de brazos y había hecho un puchero -Me ascendieron a tercer oficial de la décima división
- ¿Qué? - De ser posible, la mandíbula de Saya hubiera caído al suelo, luego se dirigió a su hermana mayor -Tú lo sabías, por eso hiciste el pastel de limón
-Por supuesto que lo sabía, Rukia me lo dijo- Respondió la mayor con una sonrisa en el rostro, acercándose a su hermanita y dándole un abrazo -Felicidades Asami, ahora vamos a cenar
-Por favor, que me muero de hambre
Las tres se soltaron riendo, sentándose a la mesa y disfrutando de una complaciente cena. Tal vez era el cambio que necesitaban, aunque seguro, la paz no dudaría por mucho tiempo.
