La división cuatro se había hecho cargo de Asami una vez cruzaron el umbral del senkaimon, Hanako había ido hasta donde se la llevaran, siendo Rukia el primer impulso para hacerlo. Cuando la capitana Kotetsu terminara de revisarla, Hanako estuvo más tranquila al escuchar que simplemente estaba recuperando toda la energía que había utilizado en el mundo humano y, que su cuerpo estaba en un estado de limpieza, ya que había encontrado muchos restos del reiatsu del shinigami sustituto y, que, por su diferente naturaleza, el cuerpo de la chica trataba de neutralizar ese poder.
La mayor no podía culpar al poder del shinigami, al contrario, estaba agradecida de que, gracias a él los poderes de Asami habían sido de bastante utilidad para atrapar al shadow; ella había vuelto a su respectiva división, sabiendo que su hermana no volvería a casa por un par de noches.
Explicar las cosas a Saya era sencillo, sin embargo, había algo aun en su pecho que molestaba, que dolía, probablemente, pasaría una vez que hablara con su hermana menor, por el momento, mantenerse serena era lo esencial.
Por otra parte, Hitsugaya debía terminar los papeles pendientes de esa misión ¡Que difícil! ¿Cómo era posible que su presencia le hiciera tanta falta? Bueno, aun no sabía cómo referirse a la chica en términos amorosos, pero ¿acaso importaba? Matsumoto no desaprovechaba estas oportunidades de confusión, en las que podía tomar con descuido a su capitán, abrazándolo y haciendo que su rostro se hundiera en sus pechos.
- ¡Matsumoto! - Gruño el capitán mientras ella se alejaba con shunpo, riendo pícaramente mientras veía a su capitán volver a la normalidad en un segundo, haciendo aparecer una mueca en su rostro - ¿Qué quieres?
-Está demasiado apagado hoy, no es común en usted estar tan serio- Agrego la mujer, ya de por si solía ser extremadamente serio, hoy lo estaba con demasía - ¿Es verdad? Asami está…
-Que rápido te has enterado- Masculló el capitán, apoyando la mejilla en su mano, cuyo brazo reposaba sobre el escritorio -Está descansando, según Kotetsu, debe limpiar su reiatsu de los rezagos del de Kurosaki, pero no sabe cuándo despertara
Matsumoto pudo ver en su capitán una extraña chispa, un atisbo de preocupación mucho mayor; pero vaya que ahora tendría otra manera de molestar a su capitán y su subordinada, pero esta noche no lo haría.
…
Hanako estaba sentada a su escritorio, trazando kanjis sobre el papel con parsimonia y cuidado, asegurándose de retirar el exceso de tinta de su pincel. Hacer los reportes así le tomaba más tiempo de lo habitual, pero también le servía a manera de catarsis, como si hacer los trazos estilizados, como si la presión del pincel, como si el movimiento de la tinta sobre el papel le dieran cierta tranquilidad.
Amaba trazar kanjis con pincel, porque requería toda su atención, requería que pusiera todo el enfoque en ello para no arruinar el papel.
La puerta de su oficina se abrió y cerró con discreción, pero Hanako no levantó la cabeza, siguió atenta a sus kanjis hasta completar la frase, y sólo entonces, volvió la mirada a Saya, que se había recargado contra la pared con los brazos cruzados y la mirada a un costado.
-Toma asiento, por favor- Murmuró Hanako haciendo a un lado los papeles y depositando el pincel con cuidado sobre su soporte, asegurándose de no manchar nada.
Saya obedeció sin chistar, moviéndose lentamente hasta ocupar el asiento frente a su hermana y esperar sentencia.
Aunque a la mayor no le sorprendió la aparente calma y disposición a obedecer, una parte de ella brincó en su interior, queriendo gritarle a su hermana que reaccionara, que apelara, que dijera cualquier otra cosa para romper la tensión que había aparecido entre ellas ante el sepulcral silencio.
En otro momento, en otra llamada de atención, Saya habría dicho algo así como "estoy bien de pie" o "me das órdenes sólo por ser mi teniente", pero el hecho de que la menor hubiera acatado la orden sin chistar, aquello sacó a Hanako de sus casillas.
No lo demostró, suspiró pesado y guardó la calma cuando su hermana por fin le dedicó una mirada larga, en espera de su sentencia.
Quería gritarle, solía hacerlo cuando la sacaba de sus casillas. Era un gesto característico entre ellas, cuando Saya sacaba a Hanako de sus casillas, la mayor apretaba la mandíbula, emitía un gruñido y curvaba los dedos como si fuesen garras, como si quisiera agarrar el rostro de su hermana para zarandearla o hacerla entrar en razón.
No, Hanako suspiró para llamar a la calma y miró a su hermana, entrelazando los dedos sobre el escritorio.
-Tengo entendido que la capitana te asignó a ordenar los archivos de la división.
-Sí, he estado entretenida- Bromeó con media sonrisa que no le llegó a los ojos.
- ¿Cómo vas con eso?
-Como a la mitad- Admitió la chica haciendo una mueca de medio lado, relajándose en su asiento y dejando un brazo colgado sobre el respaldo -Pero a este paso terminaré antes del fin de semana- Añadió con optimismo, sonriendo ampliamente para su hermana, sintiendo que la tensión disminuía.
Bueno, ya había comprendido que no habría Sermón, así que ambas se relajaron y soltaron algunas risas para alivianar la tensión.
-Bueno, a lo que vinimos- Exclamó la menor sentándose erguida en su sitio, recuperando la seriedad y encarando a su hermana con determinación.
-Terminarás el archivo, y harás las entregas de información a las divisiones de este mes, las tuyas, las mías, las de la capitana
-Sí- Soltó en medio de un suspiro de resignación -Algo así me imaginé
-Te encargarás de los reclutas nuevos sin exceder el límite permitido por el reglamento
-Aburrido, pero comprensible
-Además del tuyo, harás mi entrenamiento
-Sí, lo haré
-No, escúchame bien, Saya. Harás mi entrenamiento —puntualizó Hanako entrelazando las manos a la altura de su boca, mirando a su hermana con expresión desafiante. —No la rutina que tengo para mantenerme en forma en la división, harás el entrenamiento que el abuelo Yamamoto diseñó para mí cuando inicié con el bankai
Saya pasó salva con dificultad, encogiéndose en su sitio. Era fuerte, muy fuerte, no había muchas cosas que la pusieran nerviosa cuando se trataba de actividades físicas, pero lo que se refería a los entrenamientos del viejo.
Estuvo a punto de apelar, de quejarse, pero se mordió la lengua y asintió aceptando la culpa.
-Y una cosa más. Harás un encargo especial de la capitana
- ¿Sigue siendo parte de mi sanción?
-Obviamente.
El silencio se alzó entre ellas, Saya habría esperado la explicación, pero Hanako no añadió más, cuestión que hizo a la menor enarcar una ceja con curiosidad.
- ¿Y entonces?
-Rukia te dará los detalles
Saya frunció el entrecejo con incredulidad.
- ¿Es todo?
- ¿Quieres más? - Cuestionó Hanako confundida.
-Perdóname hermana, pero tus castigos son tan legendarios como tus tés. Y ahora te estás apegando al reglamento religiosamente, es tu momento para vengar las heridas de Asami y no estás aprovechando.
- ¿Quieres saber por qué? - Inquirió la chica en medio de un suspiro.
-Algo me dice que no me gustará la respuesta, pero no me iré conforme a menos que me lo digas.
-Si no me apego al reglamento en este momento, lo voy a hacer personal, te voy a poner un castigo que sacie mi necesidad de venganza y no que cubra tu falta contra la división, no sería justo para ti si te cargo la mano y después yo no podría con mi consciencia. Así que me estoy apegando al reglamento para no excederme contigo, es lo justo. Para ambas.
Saya lo consideró un momento, sopesando todas las palabras de la chica, asintiendo y paseando la cabeza de un lado al otro como si estuviese analizando las posibilidades, y luego le dedicó una mirada a su hermana con el entrecejo fruncido, desconfiada.
-Algo me dice que el encargo especial de la capitana Kuchiki desquita que no hagas más contra mí, hermana.
-Oh, Saya, me rompes el corazón- Exclamó Rukia entrando a la oficina, sonriendo de medio lado con una mano puesta en la cadera.
Yoshio se asomó detrás de la capitana y le dedicó una mirada de curiosidad a ambas hermanas antes de volver la vista a su madre.
- ¿Dónde está Asami?
- ¿Asami? - Soltó Rukia con fingida sorpresa, consiguiendo que Hanako riera cubriendo su boca y que Saya mirase con incredulidad a su hermana mayor - ¿Quién habló de Asami? Yo dije que una de las hermanas Yamamoto se encargaría de ti
-Saya- Llamó Hanako controlándose -El último trabajo extra que tienes que hacer para cumplir condena es apoyarnos con el joven Yoshio. Necesita apegarse a una figura de la división, alguien de quien pueda seguir aprendiendo y que lo guíe por el buen camino
-Voy a ser niñera del mocoso- Dedujo Saya derrotada.
-No, niñera no- Dijo Hanako sopesando las opciones -Mentora oficial, serás su guía durante su estadía en el Gotei
-Pero, pero...- Soltó Yoshio confundido mientras Hanako se levantaba y caminaba hacia su capitana - ¡Pero mamá!
-Debo llevarme a la teniente- Dijo Rukia con un gesto serio, mirando a Hanako con determinación -Han solicitado una reunión con los capitanes que estuvieron presentes en la misión de los genzanki, pero primero me gustaría cruzar algunas palabras contigo, Hanako, necesito organizar mis pensamientos antes de ir a hablar con el comandante
Sin añadir más, ambas shinigami salieron de la oficina, dejando a Saya y a Yoshio observando la entrada con incredulidad, giraron lentamente el rostro hasta que sus miradas se encontraron y Yoshio frunció el entrecejo mientras Saya compuso una sonrisa socarrona.
-Esto será interesante
…
Los capitanes estaban sentados alrededor de la mesa, Kyōraku paseó la mirada por todos los presentes mientras Rukia llegaba a ocupar su lugar y esperaban indicaciones.
No hubo necesidad de decirlo en voz alta, la mirada que el comandante le dedicó a Hitsugaya fue suficiente para que el capitán comenzara a hablar.
-Son una nueva raza de hollows, no son los adversarios a los que nos enfrentamos normalmente, así que tenemos un problema a resolver por esa parte
-Tengo entendido que capturaron dos con vida- Murmuró el comandante entrelazando las manos a la altura de su boca, esta vez fue turno de Byakuya para hablar.
-La teniente Yamamoto tuvo la idea de atrapar uno con vida para poder analizar su estructura, ya hemos entregado nuestras capturas a la división para su estudio inmediato
- ¿Uno? - Murmuró Kyōraku confundido -Si la teniente sólo pidió tener uno como captura ¿Por qué atraparon al segundo?
-Parece que hay distintas variaciones de estos genzanki- Completo el capitán de la sexta.
-Tuve oportunidad de leer todos los informes al respecto, así que estoy más o menos bien enterado de sus habilidades, pero me encantaría que ampliaran un poco la información que tenemos disponible de estos nuevos adversarios. Quiero sus teorías y opiniones personales al respecto
-Hay algo que no encontré en los reportes- Llamó Rukia levantando una mano y consiguiendo la atención de todos -La tercer oficial de la división diez dijo un dato respecto a la formación de los genzanki que pasamos por alto en el momento; ella lo llamó frenesí…
-Es un estado alterado en el que entraban los enemigos- Explicó Hitsugaya cuando Rukia le dedicó una mirada -El reiatsu los vuelve locos, cuando notan que hay demasiada energía concentrada en un solo punto...- El capitán hizo una pausa mirando sus manos entrelazadas sobre la mesa, preguntándose cómo continuar con esa conversación -Fue como poner un magneto encima de una brújula, olvidaron sus estilos de pelea, olvidaron sus objetivos, se convirtieron en animales irracionales y violentos arremetiendo sin importarles que estaban haciéndose daño a sí mismos
El silencio se levantó pesado entre los presentes, había tanta tensión en la habitación que nadie se atrevió siquiera a moverse, temerosos de cualquier pensamiento que pudiera surgir, al menos los que no habían estado en la misión. Los capitanes que sí habían participado estaban tensos, sí, pero había cierto grado de ferocidad en sus miradas, como si sus mentes fueran a toda velocidad para tratar de darle una explicación a lo que se enfrentaban en ese momento.
-Yo tengo una teoría- Admitió Byakuya quebrantando la tensión del ambiente, consiguiendo que todas las miradas se posaran sobre él.
El capitán se había recargado hacia atrás en su silla, con los brazos cruzados sobre su pecho y los ojos cerrados, su expresión se había tornado un poco más serena, y fue ese gesto calmado el que ayudó a que se relajara el ambiente.
Rukia suspiró para deshacerse de los restos de tensión, pero conocía a su hermano lo suficiente para entender que aquello no podía ser nada bueno, al menos no si él mismo necesitaba tomarse un respiro para poder serenarse.
-En décadas no habíamos visto un hollow que fuera capaz de evolucionar sin ayuda- Sus palabras fueron un siseo controlado, cargadas de elegancia y cordialidad, siseo que logró calar profundo en los capitanes.
Kyōraku abrió los ojos, pasmado por aquella declaración y asintió lentamente.
-Podrían ser vestigios del trabajo de Aizen… ¿Eso es lo que sugiere, capitán Kuchiki?
La mención de aquel nombre hizo a todos los capitanes abrir los ojos, pasmados, dedicándole una mirada al comandante antes de volver la atención hacia Byakuya.
-Desafortunadamente no sería la primera vez que nos encontramos con las ruinas que quedaron luego de sus ataques y experimentos, podrían haber pasado desapercibidos hasta haber encontrado el modo para ingresar al mundo humano. Las últimas esquirlas de sus ataques.
-Esperemos que sólo sean esquirlas- Murmuró Rukia acongojada.
-En la misión anterior- Habló Kensei con voz poderosa -No tuvimos la oportunidad de enfrentarnos a ellos para tratar de estudiarlos un poco, los avances que mostraron en esta misión más reciente podrían indicar que no hay evolución por parte del enemigo, entonces podrían ser experimentos fallidos que quedaron desvalidos
-Aunque en su misión no tuvieron contacto con el shadow que Yamamoto Asami atrapó- Puntualizó Rukia comprendiendo las palabras del capitán Muguruma -No quiere decir que sea un enemigo reciente, podría respaldar la teoría de que todavía no sabían moverse entre mundos
-Aun así, estamos perdiendo de vista un dato importante- Musitó Hitsugaya con el entrecejo fruncido -La razón por la que hicieron esa misión originalmente era para recabar información respecto a los shinigamis con los que perdimos contacto, en realidad, dimos con los genzanki por pura casualidad, puesto que la misión que encabezó el capitán Muguruma era para localizar a nuestros oficiales y traerlos de regreso. Ni ustedes ni nosotros tuvimos contacto con ellos y en los reportes del teniente Hisagi, del teniente Madarame y la soldado Yamamoto, no encontraron restos de reiatsu por ningún lugar
- ¿Qué sugiere, capitán Hitsugaya? - Murmuró Kyōraku mirando en dirección al aludido, con curiosidad y con determinación.
-Creo que deberíamos hacer más misiones al mundo humano para seguir buscando a nuestros oficiales, pero definitivamente debemos hacerlo con discreción. No enviaría equipos menores a cinco integrantes
- ¿Puedo hacer una sugerencia? - Inquirió Kensei levantando la mano, Kyōraku asintió una vez, gesto que el capitán tomó por confirmación -Si quieren hacer estas misiones a la tierra, tendríamos que asegurarnos de que vaya un elemento médico especializado y un elemento que ya haya estado en batalla contra los genzanki, eso garantizara las posibilidades de éxito
-Así que las posibilidades...- Repitió Kyōraku pensativo ante la forma en que la idea había sido planteada.
-Eso nos pone en primera fila para dirigir alguna misión- Murmuró Rukia pensativa, alternando miradas con su hermano, Hitsugaya y Muguruma.
-Lo que nos lleva a otro tema interesante- Apuntó Kyōraku mirando a la capitana Kuchiki -Las hermanas Yamamoto
-Tenía mis dudas al respecto- Admitió Byakuya divertido -Al menos con la más pequeña, pero afortunadamente tuve la oportunidad de verlas pelear a las tres. A Yamamoto Saya es a quien menos oportunidad tuve de analizar, pero puedo decir que es una peleadora formidable, tiene muchísimo poder y se enfoca en la batalla; sabe pelear en equipo, no tiene dificultad con interactuar con sus compañeros y, definitivamente, es una fuerza letal, para poseer un dragón de agua
-Su capacidad de pelear en equipo podría deberse a la cercanía que sostiene con mi teniente- Murmuró Kenpachi distraído, siendo aquella su primera intervención de la reunión -Entrenan juntos desde hace tiempo, se han vuelto cercanos
- ¿Qué opinas de la mayor? - Inquirió Kensei -Ella y la más pequeña terminaron la misión
Byakuya bufó divertido, sonriendo de medio lado mientras recargaba un codo en la mesa y apoyaba sobre la mano el mentón.
-La teniente demonio y su protegida pelean a la altura de los capitanes, e incluso…- Añadió mirando a Kenpachi con sorna y desdén -Podría apostar a que una de las dos es más poderosa que tú
El aludido se levantó en un movimiento brusco y golpeó la mesa con ambas manos, pero nadie quitó la mirada de Byakuya, sintiendo aquella declaración algo pesada.
- ¿Más fuertes que Kenpachi? - Musitó Rose incrédulo - ¿Quién entre Asami y Hanako es más fuerte que el capitán?
Byakuya dejó correr algunos segundos, mirando a Kyōraku directo a los ojos.
El comandante pasó saliva con dificultad, recordando las cartas que el viejo Genryuusai había dejado para él, hablando de sus nietas, de sus habilidades y debilidades, del alcance de sus poderes.
Fue el comandante quien dio una respuesta, su voz fue un murmullo apenas audible, posiblemente sólo Byakuya se percató de que estaba respondiendo, porque lo miraba fijamente a los ojos.
-Las tres lo son
-Es imperativo que al menos una de ellas vaya a la siguiente misión al mundo humano- Dijo Byakuya al final, volviendo a relajar su postura -No he visto a las tres hermanas peleando juntas, pero al menos en el caso de la mayor y la más pequeña, el nivel de simbiosis que alcanzan peleando lado a lado es impresionante, no necesitan hablar mucho entre ellas, es como si se adivinaran el pensamiento. Hanako incluso demostró basar algunas de sus estrategias en las propias habilidades de batalla de Asami; la teniente demostró una habilidad extraordinaria de rediseño a sus estrategias sobre la marcha, y la menor se adapta a las circunstancias sin dudarlo. Es capaz de acatar una orden sin chistar
-Es cierto que son buenas improvisando- Dijo Hitsugaya frunciendo el entrecejo, sintiendo aquellas palabras como parte de un berrinche por el atrevimiento de Hanako para cambiar sus planes y arriesgar a Asami -Pero la teniente Yamamoto no tuvo ningún reparo en poner en cambiar su estrategia de último minuto y poner en peligro a su hermana
-Asami se ofreció voluntaria- Puntualizó Rukia sintiendo el cambio de humor del capitán.
-Y fue gracias a ello que obtuvimos al shadow- Añadió Byakuya con media sonrisa -De tu prisión de hielo habría escapado fácilmente, y lo sabes. No hagas esto personal
-En todo caso- Llamó Kyōraku tratando de evitar una discusión entre sus capitanes -Me gustaría hablar con la pequeña Asami para poder pedir los detalles de su enfrentamiento
-Comandante- Llamó Hitsugaya apretando los puños sobre la mesa -Mi tercer oficial aún no despierta, no ha abierto los ojos desde que regresamos
Kyōraku respiró profundo asintiendo una vez antes de tranquilizarse. Algo debían decir las cartas de Yamamoto al respecto, y ya tendría tiempo de revisarlas.
- ¿Qué dicen las hermanas al respecto? - Su mirada se dirigió a la capitana de la trece.
-Hanako asegura que está todo en orden- Murmuró Rukia pensativa -Incluso Saya comentó que no debíamos preocuparnos de momento
-Muy bien, en cuanto la pequeña despierte, háganmelo saber
Kyōraku se levantó en su sitio, seguido del resto de los capitanes antes de moverse hacia sus divisiones.
…
Su misión solo había sido el parteaguas para que todo esto iniciara, los nuevos descubrimientos habían llevado bastante tiempo, pero el objetivo de la misión que él había dirigido aún no estaba cumplido; que difícil era asistir a una reunión tan temprano, casi a primera hora de la mañana y todavía aun, tener que procesar tanta información.
Kensei llegó hasta la oficina de Shūhei, divertido ante el gesto de concentración de su teniente al leer los informes que Hanako había escrito.
- ¿Cómo te fue, casanova?
No obtuvo respuesta.
Ya no tenía que preguntar siquiera, porque el gesto de concentración que su amigo ponía cuando leía los informes de la teniente demonio era distinto al que ponía con el resto, no se interesaba tanto. También había comenzado a familiarizarse con la caligrafía de la chica, los trazos estilizados y sutiles que se extendían sobre el pergamino con elegancia y naturalidad, una obra de arte sin duda alguna.
Kensei frunció el entrecejo cuando se percató de que el encabezado del informe parecía más elaborado que de costumbre, los trazos eran irregulares y había algunas gotitas ínfimas de tinta negra cerca del margen, así que el albino se encaminó hasta el escritorio para levantar la página, ganándose una mirada de reproche por parte de Shūhei.
-Tranquilo- Pidió el capitán sin mirar a su teniente -Lo volveré a poner justo donde estaba antes de tomarlo, sé lo obsesivo compulsivo que eres
-Pensé que eras otra persona- Admitió Shūhei volviendo la vista a los apuntes de Hanako, percatándose de que algunas hojas iban garabateadas en las esquinas, como si la chica se hubiera distraído mientras terminaba de redactar el informe.
-Rangiku nunca viene por acá tan temprano y Mashiro odia venir a tu oficina cuando estás, sabe que la pondrás a trabajar
- ¿Cómo que cuando estoy? ¿Qué motivos tendría para venir cuando no estoy?
-Las galletas que te obsequia Rangiku para venir a comer cuando huye de su capitán
- ¡Así que ella se las termina!
-No le digas que la delaté- Soltó Kensei en medio de risitas trémulas antes de dejarse caer en el sillón, todavía leyendo el reporte de Hanako, percatándose de que había muy pocas correcciones de estilo por hacer - ¿Ya lo habías revisado?
-No, lo entregó esta mañana, poco después de que te fueras a junta- Musitó Hisagi llevándose el borrador de su lápiz a los dientes y mordiendo el borde ligeramente, un tic para mantenerse enfocado en los renglones que leía.
Kensei releyó la primera página del reporte y le dedicó una mirada de reojo a su teniente.
-Esto... esto es peor de lo que imaginé cuando los capitanes hablaron al respecto
-Sí, fue incluso algo peor. Asami sigue sin despertar y la teniente demonio perdió casi todo su reiatsu, no sé si fue debido a las restricciones o por los genzanki- Shūhei dejó caer las hojas sobre su escritorio y miró a su capitán, sonriendo de medio lado ante una idea suelta - ¿Por qué no me dijiste que tiene un tatuaje?
- ¿Qué? - Murmuró Kensei confundido, levantando la mirada de la hoja para encontrarse con la sonrisa divertida de Hisagi.
-Hanako, la teniente demonio ¿Por qué no me dijiste que tiene un tatuaje?
- ¿Tatuaje? No sé de qué me hablas
- ¡Ay, por favor! No me quieras ver la cara de tonto- Exclamó el moreno en respuesta, enderezándose y sonriendo con socarronería -Las glicinas de su espalda
Kensei se sonrojó hasta las orejas al escuchar aquellas palabras.
La imagen de Hanako sentada en el suelo del baño rodeada de vapor volvió a ocupar toda su mente, el albino apretó los ojos sacudiendo con fuerza la cabeza, tratando de quitarse aquella imagen de la mente antes de mirar a Shūhei a los ojos.
-No recuerdo el tatuaje, además, te lo dije, apenas me di cuenta de lo que estaba viendo ya tenía el puño de tu novia rompiéndome la quijada
- ¡No exageres!
- ¡No! Hablo en serio, se movió como un rayo, para cuando acordé, ya estaba en el suelo del baño y ella... me había desarmado- Musitó evitando entrar en detalles. Sin embargo, su rostro se iluminó con picardía y fue turno de Shūhei de sonrojarse - ¿Cómo sabes que tiene un tatuaje en la espalda?
Shūhei pasó saliva con dificultad y negó con la cabeza.
-Lo noté cuando la dejamos en la habitación, ella se desmayó y el capitán Kuchiki me ordenó llevarla a descansar, pude entreverlo en su cuello
-Sí, seguramente fue lo único que entreviste; dame detalles, Hisagi- Espetó plantándose frente al escritorio y golpeando con ambas palmas abiertas, consiguiendo que su teniente se sonrojara hasta las orejas cuando él se acercó hasta su rostro, mirándolo fijo a los ojos -Dame más detalles de ese tatuaje
- ¿Tatuaje? - Exclamó Mashiro entrando a la oficina de Shūhei y sonriendo socarrona al ver la cercanía entre sus compañeros - Perdón, ¿interrumpo algo importante?
-El descubrimiento del siglo- Soltó Kensei enderezándose, sin dejarse molestar por el comentario de su subordinada -Pero el teniente Hisagi es un envidioso que no quiere compartir la información
- ¡Un momento! - Exclamó Shūhei levantándose y (ahora él) golpeando el escritorio a palmas abiertas - ¿Tú para qué quieres saber los detalles de su tatuaje? Si vas a transgredir su privacidad al menos sé discreto en mi presencia, si me entero de que te le acercaste...
Kensei le dedicó una mirada de altanería y una sonrisa acusatoria, fue un gesto suficientemente fuerte para hacerlo pasar saliva y retroceder en su sitio, sin contar además que interrumpió su discurso con violencia.
Las palabras que salieron de la boca de Kensei lo hicieron con sorna, como si hubiese descubierto a su teniente cometiendo un crimen.
- ¿Celoso, Shūhei Hisagi?
-No seas ridículo
- ¡De quién! ¿De quién, de quién, de quieeeeeeen? - Exclamó Mashiro llegando hasta Shūhei y tomándole las manos, mirándolo a los ojos - ¿De quién estás celoso?
- ¡Los dejo solos! - Exclamó Kensei saliendo de la oficina, saludando con una mano para despedirse de su amigo, burlándose de la situación en que lo habían metido.
-Dime- Ordenó la chica con un puchero infantil.
-De acuerdo- Soltó Shūhei fingiendo resignación -Pero primero terminaré de leer los informes y tú me ayudarás con las correcciones ortográficas de los reportes de la seis, necesito que envíes un comunicado a la décima división para pedir los cambios de las columnas que...
- ¡Olvídalo! Le preguntaré a Kensei- Exclamó la chica haciendo pucheros mientras salía de las oficinas a toda velocidad, consiguiendo que Shūhei soltara una risa por lo bajo, volviendo victorioso a su labor de leer los informes recientes.
…
Había leído algunas cartas que el viejo Yama-jii dejara en caso tener problema con alguna de ellas; en esta ocasión, Asami se encontraba dormida por quien sabe qué razón, y aunque la teoría de la capitana Kotetsu lo mantenía tranquilo, sabía que algo había detrás de ese profundo sueño que agobiaba a la menor.
Se había sentado tras su escritorio, Nanao había notado la pesadez y preocupación en su capitán desde que volviera de su reunión, teniendo en claro la situación actual, había motivos para que se sintiera así.
-Comandante, necesita relajarse un poco- Dijo la mujer mientras dejaba una taza de té sobre el escritorio -El hecho de que Asami Yamamoto no despierte, no significa que algo este mal
-Probablemente tengas razón, pero no deja de darme vuelta el hecho de que la respuesta está en alguna de esas cartas- Nanao suspiró con pesadez, alejándose momentáneamente de su allegado capitán y sacando de un cajón una caja ligeramente plana que entregó a éste - ¿Podrías dejarme a solas, Nanao?
Sin decir una sola palabra, la teniente salió de la oficina, dejando al hombre solo, pensativo, mientras miraba la caja con resignación. Retiró la tapa con suma delicadeza, tomando las cartas que ya había abierto y buscando en las cerradas alguna señal de lo que necesitaba saber; y ahí estaba.
- "El profundo sueño"- Murmuró, tomando la cuchilla que utilizaba para abrir los sobres, deslizándola con delicadeza y tomando la hoja que había dentro -Veamos que sorpresa tienes para mí Yama-jii
"En algún momento de su entrenamiento, la joven Asami lograría despertar su bankai y me sorprendería por lo habilidosa que era ante este nuevo y abrumador poder para ella. Brillaba entre la penumbra, tal cual un diamante era capaz de hacerlo, pero entre más lo utilizaba, más me daba cuenta de su habilidad oculta.
Con cada entrenamiento me aseguraba de llevar su poder al límite, pero eso era simplemente hasta que su cuerpo se recuperara por completo del desgaste físico que implicaba llegar a ese nivel de utilidad, sin embargo, me di cuenta de que dormía en exceso, pero no para reponer fuerzas, si no, porque su poder evolucionaba cada vez más con cada entrenamiento.
No solo eso, también noté que poco a poco su cabello se volvía blanco de las puntas hacia arriba, atribuyendo este cambio físico al uso de sus habilidades.
Estos entrenamientos habían aumentado en tiempo y dificultad, después de unos meses de trabajar sus habilidades, me di a la tarea de entrenarla de manera en que su poder no superara mis expectativas, si no que solo entrenara para sentirse segura de poder utilizar sus ataques, esto la dejaba considerablemente agotada, pero era capaz de despertar al día siguiente y continuar sin problemas.
Mi mayor temor ante esto es que llegue el punto en que ni siquiera ella misma sea capaz de contener tanto poder acumulado, que esa sea su perdición; tampoco es que quiera limitar sus habilidades, ella sigue siendo muy joven, mucho más que sus hermanas, por lo que me he dado a la tarea de darle una restricción especial a su poder.
Su poder se verá limitado, podrá recuperarse con normalidad, pero si llegase a exceder su límite, el sello se debilitará, porque no será capaz de contener más poder del que tenía con anterioridad; si eso llegara a pasar, probablemente no habría ente capaz en la sociedad de almas capaz de detenerla."
Suspiro, no sabía si sentirse aliviado o aún más abrumado que antes, la carta solo había reforzado su respuesta antes afirmada en la reunión de capitanes "las tres lo son", y en cualquier momento, una de ellas podría superarlo con creces.
-Quien lo diría- Murmuró, tomando la taza humeante de té mientras continuaba con la vista fija en la carta -El nivel de un capitán reflejado en jóvenes que aún carecen de experiencia, esto comienza a aterrarme Yama-jii, una pequeña como ella que puede dominar tantas artes…
Guardo las cartas, sintiendo aun curiosidad por el resto de ellas, pero no quería adelantarse a cosas que podrían no pasar.
…
Asami había despertado tres días después de haber vuelto, el primero en presentarse sin miramientos fue… ¿Hisagi? Sorprendente, pero cierto, el teniente había salido directo a la cuarta división en cuanto supo que su amiga había despertado. Verla sentada en la cama con el cabello suelto y enmarcando su rostro lo hizo sentir mejor.
-Hola- Dijo la chica, sonriendo con amabilidad, algo que le hizo sentir bastante aliviado, relajado, tranquilo ¡Pero vaya susto! - ¿Cuánto tiempo me dormí?
-Vaya, parece que estas consciente de ello- Respondió el, acercándose a ella a paso tranquilo, tomando asiento en la silla y ofreciéndole un poco de fruta que había llevado para ella -Cerca de cinco días, pero tienes mejor aspecto
- ¿Tan mal me veía? - Soltó ella escupiendo una risa cantarina -Digo, no es como que me pase cada que uso mi bankai, pero, el poder de Kurosaki es muy… pesado… tal vez son imaginaciones mías, estoy tratando de recordar la batalla, pero mis sentidos no estaban ya del todo alertas
-Adulta responsable- Ambos estallaron en carcajadas, eso era lo mejor de su amistad, tenían sus propias burlas y, sobre todo, estaban cómodos con eso.
-La capitana quiere asegurarse de que mi reiatsu volvió a la normalidad, también quiere que responda algunas preguntas y ver que no haya algún tipo de daño, pero…- Asami guardo silencio, mirando la fruta picada que sostenía en su regazo, algo que, hasta cierto punto, le aterró a él ¿no estaría exagerando? -Estoy bien, solo es algo momentáneo, aunque si tarde mucho en despertar…
Hisagi entendió que algo le preocupaba, entonces no exageraba, pero las restricciones en el mundo humano solían ser agotadoras para los novatos; esa era su segunda misión en ese lugar y, ciertamente, había pasado mucho tiempo en un gigai, probablemente tenía que ver con ella y no con que el gigai tuviera algún problema. Debía animarla, y él sabía cómo.
-Ven, date la vuelta- Asami lo miró con curiosidad, llevándose un pedazo de sandía a la boca, tenía hambre después de dormir tanto -Obedece y no hagas berrinche
Asami se encogió de hombros, dándole la espalda al chico mientras continuaba comiendo, por lo que él se dedicó a trenzar su cabello de forma lenta y paciente, no queriendo equivocarse para no tener que volver a empezar.
Por otro lado, Hanako también había ido, no sin terminar un papeleo que tenía pendiente, siendo apresurada por su capitana para que dejara eso y fuera a ver a su hermana; vaya sorpresa al llegar y encontrar al teniente de la novena manejando con tal habilidad el cabello de su hermana, viendo la perfecta trenza desde el frente hasta la nuca y haciendo un amarre perfecto con una liga que llevaba en la muñeca, interesante.
-Veo que Asami encontró alguien digno de tocar su cabello- Hisagi casi se va de espaldas al escuchar la voz de Hanako ¿Cuándo había llegado? -Gracias por venir, teniente
-Ah, yo… este… si, bueno…- Se aclaró la garganta antes de hablar con formalidad y respeto -No tiene nada que agradece teniente Yamamoto, yo solo vine a ver a mi amiga
Contener la risa era difícil, por lo que debía morderse la lengua mientras sus labios apretados perdían el flujo de sangre y se dibujaba una fina e imperceptible línea.
-Agradezco tus atenciones, puedo hacerme cargo de mi hermana a partir de aquí- Hanako hizo una poco pronunciada reverencia, mirando a los ojos negros de su colega.
-No hay… porque…- Bueno, últimamente los agradecimientos de la teniente no habían disminuido, desde esa charla nocturna en la casa. Volteó a ver a Asami, quien había terminado la fruta y parecía, aun a pesar de todo, muerta de hambre; no necesitaba palabras para eso, era algo visible -Te veré luego Asami
-Gracias Shūhei- Una sonrisa apareció en su rostro, con los ojos cerrados; no pudo evitar pensar que Hanako se vería exactamente igual si no sonriera de forma tan sarcástica todo el tiempo -Te veré cuando regrese al trabajo
Hisagi también sonrió, hecho que tomó por sorpresa a Hanako, quien le tomara la mejilla de su hermana para pellizcarla.
-Vaya, sí que son muy buenos amigos ¿Desde cuándo le dices Shūhei? - Asami sonreía, evitando un poco el dolor en la mejilla, pero la soltó al cabo de un minuto y mirando a su hermana con detalle, permitiéndose sentirse feliz y sonreír de manera familiar para la pequeña - ¿Y desde cuando te trenza el cabello?
-Hicimos las pases, eso es todo, a parte, los amigos no se hablan por su apellido y se dejan de lado las formalidades, teniente- Asami amaba hacerle burla con respecto al muchacho ¿Cuántas veces no había atrapado al teniente de la novena observando a su hermana? Obvio, muchas, tantas, que hasta había perdido la cuenta -Me ayudo en el mundo humano, las manos de mi gigai no me permitían trenzarlo y se ofreció a ayudarme, no creí que fuera tan bueno
Se quedaron a solas en la habitación y toda la socarronería que había portado hasta ese momento, abandonó a Hanako en un instante. La seguridad, su altanería, sus comentarios sarcásticos hacia el teniente o hacia su hermana desaparecieron en cuanto su hermana la llamó por su cargo y no por su nombre.
Jamás la palabra "teniente" había dolido o pesado tanto como en ese momento, así que la mayor respiró profundo antes de asentir y murmurar:
-Tengo algo que decirte...
Toda la postura de Hanako gritaba lo mismo, la chica llevaba los hombros caídos, las manos entrelazadas hacia abajo, la sonrisa de disculpa.
Se acercó hasta su hermana y sonrió de medio lado antes de despejar su rostro con un gesto distraído, pasando saliva.
-No me gusta tu actitud
-No, y te va a gustar todavía menos lo que tengo para decirte, pero primero quiero dejar claro un punto- Hanako hizo una reverencia pronunciada, apretando los ojos y consiguiendo que Asami respingara por la sorpresa -Juro que no voy a permitir que mis propias emociones y preocupaciones interfieran en nuestro trabajo o misiones, aquí o en el mundo humano; fui egoísta, cruel e injusta al tomar mis decisiones y no volverá a ocurrir
-Hana, ¿de qué hablas?
La aludida suspiró antes de enderezarse y mirar a su hermana, no se quebrantaría frente a ella, no le haría pasar otro trago amargo.
Se recompuso sentándose a su lado y le tomó las manos antes de relatar con lujo de detalles lo ocurrido en la junta con Urahara y los capitanes, sus planes para atrapar al genzanki y excluirla de la misión, antes de explicarle las posturas que Hisagi y Hitsugaya habían tomado sobre incluir a la menor de las Yamamoto en sus estrategias y en cómo los había manipulado y chantajeado con sus propias emociones para obligarlos a obedecerla.
Es cierto, Hanako había dicho la verdad cuando confesó haberse comportado de manera egoísta, aquello no era habitual en la mayor, no era común verla dejarse llevar de aquella forma por sus deseos personales, así que Asami escuchó cada palabra que su hermana tenía para decir, sintiendo que la rabia iba creciendo lentamente en su interior.
Hanako terminó sus explicaciones reiterando su juramento.
-Sé que actué mal, y que tienes todo el derecho de enojarte conmigo, sería todavía más egoísta tratar de convencerte que no estaba dispuesta a verte usar los diamantes carmesíes, que no quería tu sangre corriendo en mis manos
-Sí- Murmuró Asami, mordaz -Sería muy egoísta hacerlo así
-Estoy avergonzada de lo que hice, y si pudiera cambiarlo lo haría, sé que incluirte en el plan de último minuto no es lo mismo, no es suficiente para reivindicar mi error
-Hanako- Llamó Asami, su voz sonó dura, frenando en seco el discurso de su hermana, consiguiendo que la chica bajara la mirada y suspirara -Si el capitán Kuchiki me hubiera subestimado, eso sería entendible, e incluso su hermana. Kurosaki-san podría haber creído que soy pequeña y no puedo defenderme, pero ¿tú? ¿Tú que entrenaste conmigo día y noche? ¿Tú que me acompañaste cuando aprendí a usar mi shikai y que peleaste contra mí con todas tus fuerzas? No puedo creerlo
Asami hizo una pausa, negando con la cabeza mientras Hanako levantaba la mirada en su dirección.
-Tenía miedo- Por primera vez, Hanako pareció diminuta e indefensa ante una situación, Asami no había tenido muchas ocasiones para ver así a su hermana, pero tampoco le importó.
-No es mi problema.
-Hay algo en lo que sí voy a ser egoísta- Admitió la mayor sosteniendo la mirada de su hermana pequeña, recuperando algo de la seguridad que la caracterizaba -Hisagi y Hitsugaya hicieron todo para tratar de persuadirme, quisieron evitar que te echara fuera del plan
-Sí, me imagino que hicieron un gran trabajo tratando de convencerte- Espetó inyectando veneno a cada palabra, siendo todo lo sarcástica e hiriente que pudo en aquella expresión
-Si te vas a enojar con alguien…- Respondió la mayor con voz firme -Esa soy yo, a ellos déjalos fuera
-Podrían haberme dicho algo al respecto
-No podían desacatar órdenes del capitán Kuchiki
-Seguramente él te apoyó alegremente
-Lo hizo- Murmuró Hanako en respuesta -Porque para él, la familia tiene el mismo peso que tiene para nosotras
- ¿De verdad tiene peso en ti?
Hanako pasó saliva con dificultad ante aquel cuestionamiento.
Se sintió como un rayo partiendo el firmamento, como un trueno cimbrando la tierra y obligando a sus criaturas a ocultarse de la tormenta.
-Una cosa es que sea tu hermana pequeña, que me veas así de diminuta en una misión es todavía peor
-Asami, yo no...
-Trabajo es trabajo, Hanako- Espetó la menor, dolida por las confesiones de su hermana, sintiéndose menospreciada por la persona a la que más había admirado durante muchos años, a su ejemplo y compañía -Si hubieses tomado la decisión de excluirme por ser una tercera oficial lo habría comprendido, una misión a resolver entre tenientes y capitanes; podría haberlos protegido desde la retaguardia mientras ustedes se enfocaban en su misión o algo, pero no, tu decisión fue echarme fuera por ser tu hermana. No imagino a Saya cómo le irá en su división, pero no…- Murmuró desviando la mirada hacia el otro lado, soltando los ojos de Hanako y aislándose en sus propios pensamientos -Seguramente en Saya sí confías para ir a pelear por sus poderes curativos
-Confío en ambas- Exclamó Hanako alzando un poco la voz, consiguiendo que Asami se cruzara de brazos y apretara su postura para no llorar -En la que no confié fue en mí misma, no confié lo suficiente como para creer que podía protegerte si estabas en peligro, en lugar de eso cambié todos los planes cuando estuvimos reunidos por fin, porque sabía que si yo fallaba... porque estaba segura de que fallaría, y Byakuya podría protegerte cuando yo no pudiera hacer nada más
-No es suficiente- Sentenció Asami con voz fría.
-Lo sé...- Admitió Hanako suspirando antes de levantarse en un movimiento torpe -Lo sé, no es justo, y no te voy a pedir que me perdones. Tomé mis decisiones y cargaré con la culpa.
Se agachó para besar la coronilla de su hermana, sabiendo que Asami la rechazaría, sabiendo que aquel gesto le dolería en lo más profundo de su corazón, sabiendo que era lo que merecía en esos momentos.
-No te enojes con tu capitán, no te enojes con Shūhei, por favor... Ellos dos te quieren muchísimo, no sería justo que les hagas pagar por mis pecados.
Y sin atreverse a añadir más, se dio la vuelta y salió de la habitación.
Tan apresurada salió, que Hanako ni siquiera notó la presencia de Saya cuando atravesó el umbral de la puerta, mucho menos, se enteró de que había escuchado aquella conversación entre ambas hermanas, algo que las tenía con emociones distintas y, a la vez, con algo en común; una especie de arrepentimiento.
Asami y Hanako nunca discutían, la que solía sacar de sus casillas a ambas era ella, la misma Saya, pero sus hermanas siempre habían tenido un trato sumamente cordial y cariñoso, llegando a parecer madre e hija.
Esperó unos momentos más antes de atreverse a entrar, primero debía encontrar las palabras indicadas para hablar con su hermana menor y tratar de que comprendiera las razones en el actuar de Hanako.
- ¡Hey!... Little sister- Escucha a Saya acercándose a ella con voz cantarina y despreocupada, mirando hacia todos lados -Que mala suerte por ti que te pusieran en esta habitación, escuché que estaba embrujada
-No estoy para tus bromas Saya- Realmente estaba molesta, pero a la vez sentía en su hermana una emoción muy fuerte, algo que nunca había sentido en ella, así que fue a sentarse a lado suyo, dejando un espacio de silencio.
-No te molestes con Hanako, si te excluyo de ese plan para capturar al genzanki no es porque te crea débil
-Así que escuchaste- Podía sentir el filo en sus palabras, Asami dio un gran suspiro para no desquitarse con Saya, no era con ella con quien estaba molesta, algo que se repetía interiormente -No me gusta que me vean con la hermana débil, alguien a quien se le deba proteger continuamente
- ¿Débil? - Ella nunca utilizaría esa palabra para describir a su hermana - ¿Qué te hace pensar que te creemos débil?
-Si no fuera así, Hanako no me hubiese ocultado su plan para capturar al genzanki
-Eso no quiere decir que te crea débil, es decir, ni yo me atrevería a desafiarte a un combate a muerte- Asami conocía lo competitiva que era su hermana -Pero eso no significa que nos dejemos de preocupar por ti, que queramos estar ahí para ti cuando nos necesites, porque sabemos que tu estarás ahí para nosotras
Las palabras de Saya estaban comenzando a hacer efecto, pero, aun así, Asami no se dejaba convencer tan fácilmente; en verdad estaba molesta.
-Pero no confió en mi para ese plan
-Quizá tuvo sus razones, míralo de esta manera… Hanako confiaba en que, si ese plan se salía de control, tenía la seguridad de que tu irías en su auxilio- Podría haber lógica en sus palabras, pero no cambiaba los hechos y eso era lo que Asami tenía muy en mente.
-Eso no fue lo que ella dijo- Expresó la menor, volviendo a sentirse molesta a pesar de que Saya trataba de calmarla -A pesar de todos los entrenamientos que hemos tenido juntas, aun no me cree capaz de luchar a su nivel
- Asami, creo que necesitas entender que, tú puedes llegar a convertirte en la siguiente capitán comandante del gotei, en la mismísima reina de los shinigamis y, aun así, Hanako y yo podríamos quedarnos como capitanas de alguna división y tú seguirías siendo nuestra hermana pequeña, a la que acudiremos si sentimos que nos necesitas- Eso logró llegar a su corazón, ablandándola un poco, pero no quitaba el hecho de que la habían traicionado; entendía que era verdad, que si sus hermanas la necesitaban, ella acudiría a ellas sin pensarlo dos veces, aun sabiendo que ellas tenían la fuerza necesaria para enfrentar a sus adversarios. Saya le revolvió el cabello, despeinándola y sonriendo con socarronería -Y yo nunca dejare de hacer esto
-Saya… basta- Le reclama con un puchero mientras Saya se reía, claramente, aún molesta -Sabes que odio que me despeines
-Yo también me sentí terrible cuando vi tus heridas en la batalla, y te confieso que, una parte de mí deseaba no dejarte ni a luz ni sombra en aquella misión- Claro, también Saya sentía que debía protegerla de todo - ¿Recuerdas cuando te preocupabas de mis heridas cuando me entrenaba el abuelo?
-Recuerdo muy poco de esos años, era muy pequeña- Alcanza a sonreír, con algo de melancolía, como si fuera un recuerdo al que le fuera difícil acceder -Aunque fingías que no te dolían, no me gustaba verte herida, algo que aun a la fecha no me gusta, odio que te lances a la batalla de esa manera tan brusca
Saya alcanza a soltar una risa divertida, había logrado recobrar una parte de su pequeña hermana.
-Ese es al punto que busco llegar, te sigues preocupando por mí, por Hanako, y somos las mayores- Le pone una mano en la cabeza, esta vez en gesto gentil -En ese entonces, al ver que te acercabas al ver mis heridas, era más que suficiente para que me sintiera mejor… y fue gracias a ti que descubrí que poseía poderes curativos
Se dedican una mutua sonrisa, sintiendo que las emociones negativas se disipaban ligeramente.
-Sé que es inevitable que nos preocupemos una por la otra, a pesar de conocer nuestras habilidades, pero es muy diferente a que te quieran proteger solo por temor, por pensar que no puedes defenderte
-Hanako actuó por impulso, Asami- Podía ver que no terminaba de convencer a la orgullosa de su hermana -Imagina esto…- Se acomoda más a lado suyo, casi abrazándola en la cama al pasarle el brazo por detrás del cuello -En medio de una batalla, vez que están a punto de herir a cualquiera de nosotras dos, y no nos damos cuenta ¿Qué harías?
-Obviamente, iría de inmediato a protegerlas…
-Ese fue el mismo impulso que tuvo Hanako, solo que se adelantó un poco a la futura situación, y es que Hanako, al igual que yo, se sintió culpable de verte herida, por no haber estado ahí para evitarlo, y no quiso volver a repetir eso- Entendía a donde quería llegar su hermana con esas palabras, y reconocía que tenía razón, además que Hanako se veía arrepentida de haberla excluido de aquel plan -No importa lo fuerte que seamos, siempre estaremos ahí la una para la otra, en especial si hay heridas de por medio… al menos así yo lo espero fervientemente de ustedes
-Y yo de ustedes
-Cuenta con ello siempre- Le sonríe ampliamente -Pues bien, hermanita, yo debo retirarme porque aún tengo muchos platos rotos que pagar, nos vemos en la noche
Una vez más la despeina un poco, viendo divertida, el puchero que hace Asami antes de encaminarse a la salida
-Saya- Esta se detiene dándose la media vuelta para escucharla -Tu siempre estas sonriendo, desde que éramos pequeñas ocultabas el dolor de tus heridas tras una sonrisa para no preocuparme, pero no siempre tienes que aparentar hermana, si tienes alguna inquietud o algún temor, no dudes en decírmelo por favor ¿Me lo prometes?
Saya se queda momentáneamente asombrada por las palabras de Asami.
-Claro, te juro que, si tengo algún problema o temor, serás a la primera a la que acuda
Tras que le guiña un ojo y, alzando un dedo pulgar, se retira de la habitación.
…
Kyōraku había recibido el aviso, iría a ver a la menor de las hermanas para asegurarse de que estaba bien, sobre todo, luego de haber leído la descripción que el viejo Genryūsai había dado sobre ella; vaya sorpresa el encontrarla sentada en la cama y leyendo un libro.
-Los viejos hábitos no se olvidan ¿verdad? – La joven alzó la vista de su libro, sorprendiéndose por la visita del comandante - ¿Cómo te sientes?
-Comandante…- La chica cerró su libro, recobrando la compostura e inclinando ligeramente la cabeza para simular una reverencia -Todo está bien, señor…
-Basta de formalidades, no vine aquí como tu superior- Sonrió el castaño, sintiendo como la joven se relajaba en ese momento -Entiendo que sabes diferenciar las formalidades de una amistad, así que ¿Por qué no hablamos como dos viejos amigos?
La chica miró a su superior, relajando su cuerpo y cerrando sus ojos con tranquilidad, reabriéndolos para soltar un suspiro, algo que le indico a él que ella estaba lista.
-Maravilloso, entonces ¿Qué te ha dicho la capitana Kotetsu?
-Estoy bien, hace rato termino de hacerme unas preguntas, solo está esperando los resultados sanguíneos- Agacho la mirada, no quería llorar, no frente al hombre que se suponía era el shinigami más fuerte de todos -Solo quiero irme a casa…
-Bueno, tampoco veo a tus hermanas aquí, creí que Hana-chan vendría a verte y llevarte a casa- Asami se sorbió la nariz, tallándose los ojos con el dorso de sus manos ¿Cuántas veces había leído en las cartas del viejo Genryūsai que era la que más sentimientos mostraba? - ¿Sucedió algo con ella?
-Solo estoy enojada con ella, a veces sus sentimientos de hermana pueden hacerla llegar más allá de lo que su cerebro procesa las cosas- Soltó, con bastante ira cargada en su voz, mientras más lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos -Odio que me trate como si fuera una niña pequeña…
Kyōraku sonrió, entendía los sentimientos de la chica, estaba molesta por seguir siendo, a la vista de muchos, como un elemento a quien debían proteger, pero, sobre todo, porque había un problema con sus hermanas; ellas no sabían diferenciar el trabajo de su hermandad.
-Creo que los motivos y sentimientos de tu hermana afectaron por mucho a todos, tanto el capitán Kuchiki, como Hitsugaya, así como el teniente Hisagi- Asami trataba de controlar sus lágrimas, no estaba cerrada a los comentarios y pensamientos de los demás, al contrario, le gustaba abordar la perspectiva de quienes conocieran tal acto -Hanako es una gran mujer que ha sabido sobrellevar el peso de ustedes dos sobre sus hombros, entiendo que las tres fueran entrenadas por Yama-jii, pero, ¡mírate! No podría evitar ir a protegerte si tu estuvieras en peligro ¿y sabes por qué?
Asami miró al hombre, esperando con ansias su respuesta, pero, como siempre, se adelantó…
-Porque soy débil… lo se…
Kyōraku bufo, divertido por la expresión de la joven, sintiendo que estaba desarmándolo.
-Por qué no importa si eres mi subordinada más leal o si te considero mi propia hija- Estas palabras la hicieron sonrojar, sobre todo, porque ella no recordaba a sus padres o, al menos, no como deseaba -Siempre voy a desear que vuelvas a casa, no importa si tienes la más profunda de las heridas o un raspón, siempre estaré preocupado por ti, porque me importas, y creo que el mensaje de Hana-chan es claro ¿No lo crees?
El silencio era siempre un avance hacia algo diferente, sabía que los sentimientos de la chica eran los más puros, según las cartas, pero era algo que ella debía descubrir sola.
-Le diré a la capitana Kotetsu que te otorgue el alta y te llevaré a casa, no será un desvió, así que estoy en mi derecho- Asami le dedico una ligera sonrisa, pero logró entender que estaba digiriendo todo lo que le había dicho -Por otro lado, necesito verte en mi división mañana, si no te molesta
Kyōraku le guiño el ojo, lo único que ella hizo fue asentir con la cabeza, dándole el tiempo suficiente al comandante de volver con la capitana y de confirmar que todo estaba en orden, permitiéndole retirarse de la cuarta división.
…
Sintió el reiatsu de Hanako totalmente decaído, un sentimiento con tal pesar que ella misma sentía como se le oprimía el corazón.
Subió a la terraza de la casa, donde Hanako tenía su hermoso jardín pulcramente cuidado, al que le daba tales atenciones, que le quitaba toda armadura de ser la temida teniente demonio de su división, cuando Hanako cuidaba sus flores era esa gentil hermana mayor que tomó el lugar de su madre cuando falleció.
La encontró sentada en la mesa de mármol que le construyo, con su típica taza de té en sus manos y una expresión de arrepentimiento y culpa que parecía estar obligándose a ocultar, aun estando sola seguía con la armadura puesta.
- ¿Qué tal esta la mesa, hermana? - Pregunta con su característica energía sentándose frente a ella- Si sientes que se mueve dime para ajustarla mejor
-No, está bien- Habla apenas con voz audible -Hiciste un gran trabajo Saya
Hanako mostró apenas una sombra de la sonrisa que Saya conocía.
-Escuche lo que le dijiste a Asami en la división cuatro- Confiesa -No era mi intención espiarlas, quería ver como seguía Asami, pero llegue en el momento en que le dijiste que tenías algo que decirle y no quise interrumpir, parecía importante
- ¿Hablaste con ella? - No estaba molesta, no tenía fundamentos para molestarse -Seguramente viste lo enojada que está conmigo
Era bastante extraño ver a su hermana con las defensas bajas, tan vulnerable y arrepentida, era un sentimiento con el que empatizaba perfectamente en ese momento.
-Se siente acomplejada al no creerse tan fuerte como nosotras- Notó que eso le agrego un poco más de culpa a los hombros de su hermana -Le dije que ella no es débil en lo absoluto, pero el que sea fuerte, no quita que queramos estar ahí para ella cuando nos necesite
-Gracias- Lo decía por haber puesto las palabras que ella no pudo expresarle a Asami.
-Hanako, igual yo tengo algo que confesarte- Cruzan miradas, pactando que lo que le diría quedaría entre los dos -No me infiltre a la misión de Asami por querer ir a un concierto, eso fue solo un pretexto
Hizo una pausa esperando ver la reacción de Hanako, extrañándole verla mostrar una leve sonrisa ladina.
-Lo sé- Eso la deja cual piedra -El capitán Hitsugaya me conto que lo hiciste porque estabas preocupada por Asami, y querías cuidarla
-Ese… capitán en miniatura, debí ser más específica- Murmura molesta entre cerrando los ojos y mandándole maldiciones a la distancia, ignorando el escalofrío que le dio a Hitsugaya sentado frente a su escritorio
-Mi intención era reclamarte por no haber confiado en Asami, pero termine haciendo lo mismo- De nuevo la culpa en sus ojos.
-Sé lo que sientes, yo no podía quitarme las heridas de Asami de la cabeza, el peso de ese segundo de diferencia… hubiese sido fatal- Era por eso que estaba obedeciendo sin reclamos, que entrenaba con mayor ímpetu, sorprendiendo a su hermana con sus últimas palabras -Me reclamaba constantemente que no fui capaz de evitar que Asami saliera herida, pero más que nada, no me gusto ver que tú también te reclamaste por eso. Tus palabras de llevarme la sangre de Asami en la conciencia no solo fueron dirigidas a mí, también era un reclamo para ti misma de no haber estado ahí para evitarlo…
-Y me desquite contigo Saya… lo siento
-Basta de disculpas- Ladea la cabeza -Las sanciones que me has dado fueron bien merecidas, aunque mis intenciones fueron buenas, no quita que cometí insubordinación y estoy siendo responsable con eso… además, no tenemos nada de que disculparnos, si estoy acatando las ordenes es por convicción moral, pero no busco redimirme contigo o con Asami, no tengo de nada de que sentirme culpable, y tú tampoco
Hubo un reflexivo silencio que Saya respeto al ver que su hermana estaba asimilando sus palabras, observando que Hanako continuaba recriminándose por haber dejado fuera a Asami de aquel plan, pero también entendía que fue su forma de evitar que pudiese salir herida de nuevo, Hanako y ella buscaban lo mismo y se culpaban por lo mismo, por una cosa que era inevitable.
-Querer evitar que un ser querido salga herido es como querer detener la lluvia con las manos para que no mojarte- Suelta de la nada, ganándose una mirada de extrañeza de Hanako -Yumichika me dijo eso, y debo admitir que ese divo vanidoso tiene razón, es imposible evitar que las personas a las que amamos salgan heridas de alguna u otra forma, pero si podemos estar ahí en esos momentos para detener el sangrado…
Esas palabras tuvieron peso en Hanako, al igual que lo tuvieron en Saya la noche en que su amigo hablo con ella
-Debo regresar a la división, aún faltan algunos archivos y ya quiero acabar con esa tediosa tarea lo antes posible- Refunfuña, haciendo reír levemente a Hanako, esa era la Saya que conocía -Posiblemente me quede unas horas extra, así que llegare un poco tarde, nos vemos hermana…
Antes de retirarse, Saya deja unos tallos sobre la mesa, justo frente a ella.
-No sé de qué sean, pero me parecieron muy peculiares y se perfectamente que sabrás sacarles provecho- Le guiña un ojo, para luego retirarse a paso tranquilo, dejando a Hanako reflexionando, pero sonriendo orgullosa de que su inquieta y rebelde hermana muchas veces solía tener las palabras correctas para los momentos más difíciles.
…
Caminar con el hombre era algo nunca creyó que pudiera pasarle, sobre todo, porque siempre aparecía su inminente timidez, solo que ahora, que él se presentara con ese aire de "soy tu amigo" le hizo sentirse mucho más cómoda.
Cuando estuvieron al frente de la casa, Asami reverenció como debía al hombre y le vio alejarse durante unos minutos; cierto era que no deseaba entrar, pero tenía que hacerlo, a parte, tenía hambre.
-Asami- La voz de Hanako la petrifico en la entrada, aún estaba dándole la espalda, cerrando sus ojos, meditando la situación - ¿Quién te trajo? ¿Viniste tu sola?
Y ahí estaba de nuevo, la preocupación, el miedo…
-Vine con el comandante Kyōraku- Hanako se había acercado a ella, estirando una mano hacia su mejilla, pero ella la rechazo sutilmente, alejando el rostro -Quiero descansar, estaré en mi habitación
Rodeo a Hanako, tomando el camino hacia las escaleras, donde contuvo las ganas de dar la media vuelta y tomar algo del refrigerador, en cambio, continuo su camino hacia su habitación, quitándose su haori, colocándose su pijama y metiéndose a la cama.
Lo único que Hanako pudo hacer fue pegar la frente a la puerta, viendo como lo más valioso que tenía, prefería huir de ella.
…
Asami se dirigió a primera hora a la oficina de la primera división, se había levantado antes que sus hermanas para desayunar bien, saliendo a la oficina del comandante, donde la recibió el viejo Genshirō Okikiba.
-Es un placer verla, joven Yamamoto- Ambos se reverenciaron, el teniente Sasakibe había educado a esa niña de forma pulcra, razón por la que le era difícil renunciar a los calificativos -El capitán comandante Syunsui Kyōraku la espera
Okikiba la llevó hasta donde estaba el hombre, con el informe de su hermana en las manos.
-Asami-chan, buenos días- Soltó el hombre al verla entrar, despegando la vista de su lectura -Adelante, toma asiento
Había una silla frente a él, tal vez creyendo que ella estaría aun cansada, pero ella no tomó asiento porque se sintiera cansada, solo lo hizo por la cordialidad de que el pensara eso.
Asami le dio unos cuantos más detalles de su enfrentamiento, siendo esto un poco más ilustrativo para el hombre, como si ella fuera más específica que el propio informe escrito de la mayor; había dado un recorrido desde el inicio de la misión hasta el enfrentamiento con el shadow, momento que más le interesaba.
Al finalizar, Kyōraku le pidió de favor que pasara a la doceava división, al parecer, el capitán Kurotsuchi no había podido deshacer el diamante de la chica, por lo que Asami confirmo que solo ella podía revertirlo.
El hecho de que las hermanas fueran lo bastante capaces de relatar sus informes, incluso, mejor que un viejo capitán como lo era Hitsugaya o Kensei, le decía mucho de como el viejo Genryūsai las había educado y entrenado.
-Esas niñas, tarde o temprano una podría llegar a ocupar fácilmente el lugar de un capitán…
- ¿Esta bromeando? Son solo unas niñas- Soltó Nanao, acomodándose las gafas sobre la nariz -Ella es muy joven, incluso más que el capitán Hitsugaya
-Que las apariencias no te engañen, las tres tienen tanta capacidad como cualquier otro teniente…
…
El capitán de la sexta división llegó hasta la entrada de la treceava, donde Hanako lo encaró confundida.
-Capitán- Murmuró la chica a manera de saludo antes de acercarse con pasos tranquilos.
-Teniente- Respondió dándole un costado y ofreciendo su brazo con media sonrisa cargada de tranquilidad.
Hanako no pudo evitar la risa nerviosa y desviar el gesto hasta acercarse al pelinegro.
-No era necesaria la escolta- Murmuró la chica pasando un mechón de cabello tras su oreja.
-Lo sé- Respondió insistiendo con el gesto y dedicándole una sonrisa amable, intimidando a la shinigami.
-Esto... supongo que no puedo negarme a la atención de su compañía
-Preferiría que no lo hiciera, teniente; considere que soy un amigo preocupado por su recuperación- Hizo una pausa significativa antes de sonreír de medio lado y suspirar, confesando su crimen -Rukia me tiene al tanto de tu situación de insomnio y me pregunto si deberías estar en pie o en cama, reponiendo fuerzas luego de tantas emociones
-Si aceptando el ofrecimiento puedo detener tu... consejo- Dijo la chica divertida, tomando el brazo de Byakuya y comenzando a caminar a su lado mientras él ponía una mano sobre la de Hanako y sonreía.
-Ibas a decir sermón, Hanako- Inquirió divertido el pelinegro, enfatizando el nombre de su amiga para recordarle su trato.
-Sí, Byakuya- Respondió haciendo el mismo énfasis -Iba a decir sermón
-Sé sincera ¿Cómo te sientes?
Hanako suspiró haciendo una pausa larga, saludando a la gente a su paso con un gesto amable para tratar de disolver los nervios de su división, olvidándose por un momento de que caminaba al lado del capitán de la sexta división.
-Sinceramente estoy cansada, me duele el cuerpo, amanecí mareada, pero puedo hacer trabajo de oficina, así que mientras permanezca sentada y tomando mis tés de media tarde, estaré bien
Byakuya suspiro con un gesto parecido a la resignación, pero asintió para sí mismo, recordándose cuántas veces él había hecho lo mismo hasta convertirse en lo que era ahora.
-Hanako...
-No, por favor- Murmuró la chica deteniendo su marcha y mirando a su amigo con expresión enfurruñada -Ese es el tono que uso con Asami y con Saya cuando no duermen
-No daré otro sermón- Advirtió el pelinegro cuando entraron a la división doce y los recibió el teniente Akon para guiarlos hasta el ala donde tenían el genzanki -Pero me quedaré cerca, por si acaso
Entraron a una habitación negra en su totalidad, con las paredes cubiertas de pantallas, monitores, teclados de colores con luces brillantes que parpadeaban de vez en cuando. Varias personas se movían de una pantalla a otra, cotejando datos y comparando sus análisis, y justo al centro, al lado del capitán Kurotsuchi en una especie de vitrina circular, que contenía el diamante de Asami.
Byakuya afianzó el agarre sobre la mano de Hanako, infundiéndole algo de valor para acercarse más al experimento, sintiendo la tensión repentina en el cuerpo de la teniente.
-Vamos juntos, teniente- Murmuró Byakuya agachándose al oído de Hanako antes de tirar de ella suavemente y obligarla a dar el primer paso, a partir de ahí dejó que ella marcara el ritmo y la siguió dócilmente, manteniendo su actitud petulante hacia el capitán de la duodécima.
-Así que decidieron enviar a la teniente prodigio- Murmuró Kurotsuchi antes de girar sobre sí mismo y recibir a los shinigamis -No me esperaba verlo a usted, capitán Kuchiki
-Afortunadamente, tuve la oportunidad de estar en el combate en que se capturó a esta criatura tan peculiar- Dijo fríamente el aludido -Así que me ofrecí voluntario al ser el que perdió menos reiatsu durante las batallas. Cuando supe que las hermanas Yamamoto no estaban del todo recuperadas y que era trascendental que ellas presenciaran este experimento, decidí tomar un momento para acompañarlas por la responsabilidad de haber sido un capitán en esa misión
-Siempre considerado y gallardo, no Kuchiki...- Expresó Kurotsuchi con algo de burla en la voz antes de volver la mirada hacia la puerta que volvía a abrirse.
La luz se coló a la habitación y Hanako distinguió la silueta de Asami contra el resplandor, misma que se vio envuelta en la oscuridad en cuanto las puertas volvieron a cerrarse.
La chica le dedicó una mirada de reojo a su hermana mayor y tuvo que recurrir a toda su fuerza de voluntad para no bufar al verla tan cerca del capitán de la sexta, que notó la tensión entre las hermanas y sonrió de medio lado, preguntándose cuánto más duraría la molestia.
-Buenos días, tercer oficial Yamamoto- Dijo Byakuya con su habitual sonrisa de medio lado, consiguiendo que Asami se tensara más en su lugar y Hanako le dedicara una mirada de reproche, sabiendo que lo hacía a propósito -Veo que está mejor
-M-mucho, capitán, muchas gracias
Kurotsuchi chascó los dedos y dos shinigamis trajeron otra vitrina circular, misma que contenía dentro la figura espectral de un ser humano carcomido hasta los huesos. Dejaron ambas vitrinas juntas y el capitán de la duodécima abrió el segundo dispositivo antes de encarar a las hermanas.
-Supongo que están al tanto de lo que ocurrirá a continuación
Ambas asintieron una vez y Asami avanzó hasta el diamante mientras Hanako se separaba de Byakuya y desenvainaba su zanpaku-tō.
-En posición- Murmuró Asami con ambas manos sostenidas en dirección a su diamante.
-Shikai...- Murmuró Hanako tomando su espada con fuerza, comenzando a liberar reiatsu con velocidad -Karyū, Hi no utawoutau ¡Canta para mí con mil lenguas de fuego!
Exclamó la chica girando su hoz una vez sobre la cabeza antes de golpear el suelo con la hoja y que una flor se dibujara en torno a la punta.
Una a una, todas las lenguas aparecieron alrededor de la habitación, acomodándose hasta formar una flor de Sakura alrededor del cristal, dejando una brecha angosta que dejaría a Asami salir de ahí en cuanto hubiese liberado a su prisionero. Byakuya sonrió de medio lado al percatarse del resplandor iridiscente que cada llama emitía, como si no se tratara de fuego, sino de algo más, alguna fuerza incandescente, algo sobrenatural e ignoto.
-Sakura...- Murmuró para sí mismo, sonriendo de medio lado y dedicándole a Hanako una última mirada pesada, prestando atención al flujo de reiatsu de todos en la sala.
Sí, Asami alcanzo a ver que las luces rosas titilaron una vez, como si amenazaran con apagarse, levantó la mirada en un movimiento rápido y alcanzó a ver a su hermana perder el equilibrio, pero en un parpadeo, Byakuya ya estaba de pie a sus espaldas, sosteniéndola por la cintura.
-La tengo, teniente
-Capitán- Murmuró Hanako débilmente, sosteniendo con más fuerza su hoz y parándose en sus propios pies para que el pudiera retroceder.
-Senbonzakura está a tu disposición
-Esperemos no tener que recurrir a ello. Asami…- Llamó con voz poderosa, pero, para variar, la chica no necesitó más indicaciones y sostuvo ambas manos contra la superficie limpia del cristal, a pesar de los sentimientos encontrados de las hermanas, ambas seguían mostrando la misma sincronía de siempre, haciendo que el capitán de la sexta asintiera, orgulloso de ambas.
Asami no pudo evitarlo tampoco, sintió un escalofrío recorrerla de pies a cabeza sólo de pensar en tener libre aquella cosa. Era escalofriante ver su gesto de terror, el torso, los restos de tela, de humo, de neblina que se arremolinaban en torno a la criatura, pero era su deber proteger al Gotei, serviría con su vida.
Empujó con fuerza una vez, el cristal emitió un brillo iridiscente y la chica retrocedió de un salto, parándose lado a lado con su hermana y desenvainando su zanpaku-tō de inmediato.
-Teniente- Exclamó Byakuya con media sonrisa, sabiendo que las hermanas no podían perder detalle del experimento - ¿Por qué no quiere precisar del apoyo de Senbonzakura?
-Cuento con el apoyo de mi hermana si algo escapa de mi control
Asami le dedicó una mirada de reojo a Hanako, desconfiada de sus palabras y de sus intenciones, pero su hermana mayor no rompió el contacto visual con el enemigo en ningún momento, así que la chica concentró su reiatsu y liberó al shadow, que no tardó ni un segundo antes de abalanzarse sobre el otro ser humano que estaba dentro del rango de las lenguas de fuego.
Byakuya por su parte se acercó hasta el capitán Kurotsuchi y le miró de reojo, pero no añadió más.
-Supongo que a usted debo entregarle los resultados del experimento con el otro- Espetó el capitán de la doceava con un gesto de soberbia que hizo a Byakuya respirar profundo.
-Sería apropiado
-Muy bien- Soltó descontento el capitán de la duodécima antes de encaminarse hacia una de las pantallas, seguido de cerca por Byakuya hasta el monitor más cercano -Logramos confirmar las teorías de la teniente demo... Yamamoto- Rectificó ante la mirada gélida del capitán Kuchiki- Su teoría sobre la división de fuerzas relativa a la división del genzanki es acertada, la fuerza se divide cuantas veces se divida el hollow, pero aumenta su braveza. La cantidad de divisiones que crea sobre sí mismo es directamente proporcional al estado de irracionalidad en el que entra, como si su cerebro también se dividiera en cada clonación, aunque mantienen su tamaño original, pierden fuerza
-Es interesante creer que puedan dividirse- Murmuró Byakuya sintiendo que perdía el tiempo, no había venido a ver las mismas conclusiones a las que habían llegado en su misión.
Y el capitán Kurotsuchi pareció notar el aburrimiento de aquel noble, puesto que sonrió de medio lado antes de continuar.
-Tienen un límite, capitán Kuchiki
- ¿Límite? Ya veo
-No importa si tienen mucho o poco reiatsu, mientras tengan algo de poder, podrán dividirse sobre sí mismos, pero no pueden dividirse más de cuatro veces. Un genzanki puede generar hasta dieciséis clones cada uno, pero no más.
- ¿Deberíamos capturar otro elemento para confirmar que aplique igual en todos?
-No creo que sea necesario, capitán, he leído los informes y vi las estimaciones y especulaciones del teniente Hisagi, se acercan bastante a las conclusiones a las que llegamos por aquí
- ¿Qué más hay? - Murmuró torciendo sin querer las comisuras al escuchar el nombre de aquel teniente, pero serenándose en el acto, ni siquiera Kurotsuchi notó el cambio.
-El teniente Hisagi relató que tuvo dificultades visuales en uno de los altercados, el primero si no me equivoco. Logramos descubrir que los Genzanki son capaces de lanzar una especie de polvo tóxico que ciega a sus víctimas durante algunos segundos, es el mecanismo de defensa que los mantiene con vida, a pesar de sus habilidades para cambiar de forma y dividirse sobre sí mismos, son peleadores de larga distancia, los aguijones les dan una ventaja, pero en caso de verse amenazados de cerca, segregan estas partículas de toxinas que son capaces de quitar la vista unos segundos. No dura mucho, no es permanente...
-Pero es muy eficiente- Soltó Byakuya mirando a su colega directo a los ojos -El teniente de la novena tuvo la mala suerte de comprobarlo en carne propia, y lograron golpearlo con un aguijón
-Ahí tenemos otro dato interesante, capitán- Murmuró Kurotsuchi con voz aguda, como si contar aquellos descubrimientos fuese el mayor de los placeres- El aguijón inyecta una especie de veneno paralizante y al mismo tiempo drena el reiatsu, tal y como lo sugirieron las hermanas, sin embargo, encontramos otro dato de interés…
-No fue el teniente de la novena al que atacaron con esa sustancia- Ambos capitanes voltearon a ver a la menor de las hermanas, quien los miraba con el ceño fruncido, como si aquello le hubiera molestado -Me cegaron a mí, él solo interfirió en el golpe letal que lo dejó herido, después de eso, fue que trate de sanarlo y, al mismo tiempo, enfrentaba a los genzanki
Kurotsuchi giró sobre sí mismo y sonrió, viendo la mirada fiera de la menor, quien después, permaneciera alerta, junto con su hermana a los movimientos erráticos del shadow; el capitán de la doce continuo con su explicación.
-El veneno que inyectan en sus víctimas tiene otra función, no solamente es un paralizante, aparentemente hace que la víctima no pueda regenerar sus heridas, es como si el veneno consumiera toda la energía vital para transferirla a su portador original, pero, además, hay una enzima que se queda en el sistema
- ¿No han logrado separarla? ¿Saben qué hace?
-Desafortunadamente, los experimentos que hemos puesto a disposición de los genzanki no contienen reiatsu suficiente como para sobrevivir a los ataques del aguijón, así que no hemos llegado a ninguna conclusión. Si un shinigami de alto poder se ofreciera voluntario para...
-No voy a poner a mis hombres en peligro, capitán
-Por eso estoy pidiendo un voluntario- Añadió, el científico no se estaba con juegos, ampliando una sonrisa sádica antes de volver la vista a las hermanas -Un teniente o un capitán podría sobrevivir un pinchazo y nosotros sabríamos cómo funciona el veneno
- ¿Por qué no lo prueba usted mismo?
-Mi cuerpo, desafortunadamente, ha sido modificado tantas veces que no podría dar un resultado concluyente, capitán, ya lo hemos intentado
Byakuya suspiró frustrado, preguntándose cuál sería el límite en la locura de aquel shinigami, pero apartó ese pensamiento y se movió con un shunpo hasta colocarse de nuevo a espaldas de Hanako, al sentir el titubeo en su reiatsu.
-Esto es ridículo- Espetó la chica en voz baja -Hacer experimentos con seres vivos
-Así que estabas escuchando- Concluyó el capitán suspirando.
-Perdóneme, Byakuya, pero la décimo tercera división se encarga de la comunicación, alguna vena curiosa debía tener en mi organismo
-Me imagino que sí
- ¡Es suficiente! - Exclamó Kurotsuchi dando dos aplausos, algunos shinigamis teclearon a toda velocidad en sus respectivas pantallas y una celda de energía se cerró en torno al shadow, conteniéndolo un instante.
El enemigo se estampó contra todos los bordes de la celda, buscando alguna brecha para escapar, pero no encontró nada, no por eso desistió, siguió golpeándose con violencia mientras la celda era colocada sobre un dispositivo con ruedas y llevada a otra habitación.
-Hay otra cuestión interesante, capitán- Añadió Mayuri acercándose hacia una de las pantallas, mirando los datos que se proyectaban ahí, tomando nota mental -Las figuras que adoptan los genzanki, son todas de animales rastreros, arañas, serpientes, lagartijas, extremidades largas para poder mantener al enemigo a distancia. Lo hicieron en los primeros diez minutos del experimento. El shadow no ha cambiado de forma en el tiempo que ha estado libre
Hanako deshizo su shikai y encaró a los capitanes, que se acercaban a ellas con pasos calmados.
-Si son tan amables de esperar- Dijo Mayuri al final, a manera de despedida -Tendré los informes impresos y conclusiones personales en media hora, aproximadamente
-Desafortunadamente tengo que retirarme- Murmuró Byakuya haciendo una leve inclinación de la cabeza en respuesta a su despedida -Enviaré a mi gente para recoger los informes en cuanto estén listos
-No será necesario, capitán- Murmuró Hanako con diplomacia- Mi capitana me ha pedido entregar los informes personalmente, a todos los capitanes que estuvieron presentes en la última misión
-Entonces la veré en mi oficina. Tengo un par de asuntos pendientes con usted, teniente
-Sí, tenemos trabajo inconcluso según mi capitana
-Y Hanako ahí estará sin falta, seguro, encantada de la vida- Espetó Asami a manera de acusación, de reproche, como si le restregara un crimen en la cara a ambos superiores; bufó antes de hacer una reverencia y salir de la división, incapaz de quedarse un segundo más en presencia del capitán de la duodécima.
Hanako suspiró con tristeza, sabiendo perfectamente que, en otro momento, ella habría podido ser un soporte para su hermana pequeña, pero debía aceptar su decisión de permanecer alejada el tiempo que necesitara.
- ¿La acompaño a la puerta? - Murmuró Byakuya con un gesto de duda, pero la sonrisa de Hanako le hizo sentir más tranquilo.
-Muchas gracias, capitán
Salieron de la división en silencio, de nuevo tomados del brazo, pero una vez llegaron hasta la entrada, Hanako se encaminó a toda prisa en dirección a la oficina de Rukia, sabiendo que haber perdido una hora en ese experimento inconcluso no era una pérdida de tiempo, pero sintiendo que era un mal necesario.
El capitán por su parte pasó un segundo más analizando el reiatsu de ambas hermanas, preguntándose cuánto más tiempo pasarían presas de aquel malestar.
Suspiró apartando ese pensamiento, percatándose de que, poco a poco, crecía en los linderos de su mente, oculto como un gesto clandestino, la idea de proteger a la teniente Yamamoto, aún a sabiendas de que ella no necesitaba la protección de nadie.
La teniente Yamamoto, la nieta de su querido amigo, definitivamente no sería alguien a quien él pudiera cuidar o proteger, pero sí alguien a quien podría acoger bajo su manto como una protegida o una pupila.
Soltó una risa por lo bajo, negando con la cabeza y encaminándose a la sexta división, volviendo a ocupar cada centímetro de su mente en los pendientes que tenía para ese día.
…
Trabajar con ese sentimiento le provocaba una seriedad inescrutable, obviamente que él había recibido la noticia de que había despertado, pero no quiso ir corriendo a ver su "subordinada" para no levantar sospechas, sorprendiéndose de verla en la oficina a tan temprana hora rellenando papeles.
Pero esa mañana no sentía la misma jovialidad de siempre, sentía algo de ira y rencor en su reiatsu, aunque la verdad, temía preguntar razones y motivos. Matsumoto había dicho algo ininteligible, por lo que no le tomaron importancia cuando ella saliera de la oficina, cerrando la puerta detrás de sí.
-Tōshirō- Escuchar la voz de la chica llamarle le provoco un escalofrió, se había mantenido callada por mucho tiempo, ni siquiera se habían dirigido la mirada - ¿Puedo hablar de algo contigo? Es, sobre la misión… del genzanki…
Suspiro, sobre todo porque entendía ahora él porque estaba tan seria y callada, había estado esperando a que la pelirroja saliera de la oficina para poder hablar con el tranquilamente.
-Te escucho- Afirmó el chico, dejando de lado su trabajo, ella se había sentado en el sofá, esperando por él, por lo que soltó otro pesado suspiro, acercándose hasta ella y tomando asiento -Continua…
-Creo que estar de acuerdo con cosas que tengan que ver con la sobreprotección de mi hermana, es algo que si me molesta bastante- No tenían ni dos semanas "juntos" y este era el primer reproche de la chica -Como shinigamis, hemos de derramar sangre en cada uno de nuestros trabajos, por eso creo, que haberme dejado fuera de la captura del genzanki es algo que no te puedo perdonar tan fácilmente, sin embargo…
Hizo una pausa, como tomando fuerza, ya había pensado en lo que le diría al chico desde la noche anterior, pero esperaba poder hacerlo con calma; aún faltaba hablar con Shūhei.
-Mi hermana afirmó que te sonsaco, y estoy consciente de lo poderosa que ella puede ser al momento de querer protegernos- Asami tomó las manos del chico, acariciándolas suavemente con sus pulgares -Solo quiero, que la próxima vez consideres mis sentimientos; el abuelo nos entrenó para este trabajo, y lejos de lo que Hanako piense, estoy en total libertad de expresar mi opinión ante acontecimientos que tengan que ver con mi seguridad; y entiendo a la perfección que tú también quieras ser partícipe de eso, pero es algo que debemos ver entre nosotros dos, esa es mi opinión
-No deseaba verte herida de nuevo, no estábamos consientes de cuan poderoso podría ser ese shadow y, aun así, Hanako confió en ti en el último instante- Asami sonrió, dándole un tono rosado a sus mejillas -Estaba asustado, debo admitirlo, temo perderte tan de repente y…
Asami se acercó a él, besando sus labios y acallando las palabras del albino, siendo ella misma la que finalizara ese encuentro fortuito, dedicándole una sonrisa.
-Gracias Tōshirō
Volvió a su escritorio, logrando desaparecer el aura pesada que había en el ambiente, permitiéndole al albino suspirar con tranquilidad, al menos no estaba tan molesta con él cómo creía que pudiera estarlo. Matsumoto volvió al cabo de unas horas, sintiendo el cambio en el ambiente y abrazando a su capitán de manera sínica, sin importarle la presencia de la menor.
Cuando Asami hubo golpeado su escritorio y puesto de pie, fue entonces que ambos pararon, viendo a la joven desaparecer y azotando la puerta. Si se quedaba un instante más, era capaz de acabar con su superior, por lo que prefirió salir a repartir los papeles que tenía pendientes, adentrándose a la sexta división, no importando si tenia que rodear más para entregar sus documentos.
Asami prefería enfrentar de una vez a quien consideraba el mayor traidor de todo el equipo, aquel que había apoyado los sentimientos de su hermana; Byakuya Kuchiki parecía estar bastante de acuerdo con lo que Hanako sentía por la familia.
Llamó a la oficina del capitán, donde espero paciente (y nerviosa) el permiso del capitán.
-Adelante…- Inhalo profundamente y abrió la puerta, llevando entre sus brazos los documentos que dejaría en la división -Oh, tercer oficial, nos volvemos a ver
-Traje la documentación que solicito al capitán Hitsugaya, así como una copia de mi informe personal- Dijo ella después de hacer una reverencia ante el capitán, siempre guardando las formalidades -Capitán, quisiera pedirle un favor…
Esto sorprendió al pelinegro, sobre todo, porque la chica siempre se había mostrado cohibida y asustada ante su presencia, pero ese parecía ser un día especial, porque estaba ahí, de pie frente a él y erguida completamente mientras le miraba a los ojos.
-Le escucho, Yamamoto…
-La próxima vez que mi hermana sienta la necesidad de interferir y arriesgar una misión solo por sus sentimientos, le pido de favor que no se entrometa- Vaya, ni un solo tartamudeo o desliz en su voz -Como capitán, creo que entendió la dura situación que pasaron por evitar usar mi diamante en la misión, la captura del genzanki era de vital importancia, y aun así, mi capitán y el teniente de la novena fueron los únicos en darse cuenta de esto
Byakuya cruzo las manos sobre su escritorio, escrudiñando el rostro de la chica que, al igual que él, no mostraba la menor emoción en su rostro.
-Creo que las cosas quedaron bastante claras, joven Yamamoto- Agregó el capitán, sosteniendo la mirada de la menor -La siguiente misión en la que usted esté presente, podría ser de vital importancia para toda la sociedad de almas, así que esté lista para tomar riesgos
-Mi deber es proteger las almas humanas, no doblegarme por mis propios sentimientos- Hizo una marcada reverencia, como pidiendo disculpas sin decir más -Con su permiso, capitán Kuchiki…
-Si Hanako necesita apoyo, ella puede contar conmigo para lo que necesite- Esto la hizo frenar en seco, deteniéndose unos cuantos pasos antes de llegar a la puerta; pero no se giró a verlo -Para hacer crecer una flor, hay que cuidarla, protegerla y, sobre todo, alimentarla… no solo es darle poder…
-Acaso… ¿se ha decidido a proteger a la flor más fuerte del jardín? – Byakuya sonrió, complacido por haberse dado a entender -Creo que se ha equivocado de objetivo capitán, la flor más bella, siempre tiene espinas…
Asami salió de la división, no estaba de animo para muchas cosas, incluso estaba algo absorta en sus pensamientos, por lo que, cuando llegó a la novena, se dirigió a la oficina del capitán, entregándole el reporte debido y luego dirigiéndose a la oficina de su amigo.
-Adelante…- Escuchó decir desde adentro, entrando a la oficina y acercándose hasta el escritorio, viendo como el chico se concentraba en su trabajo -Dame unos minutos, no te muevas
Ella se encogió de hombros, tomando asiento frente al muchacho, permitiéndole prepararse para lo que le iba a decir; apenas levanto la vista de las hojas, Shūhei apoyó ambos brazos sobre el escritorio, viendo a su amiga.
-Te ves fatal…- Torció la boca, como si el hecho de estar molesta con Hanako no fuera suficiente -Deberías descansar mas
-Mientras pueda moverme, creo que estoy bien- Afirmó ella, entregándole los papeles, aunque probablemente ya no necesitara su reporte para la revista, si lo necesitaba para mantener al tanto toda la información -Tengo que hablar contigo de algo… que aconteció en la misión
Esto lo sorprendió, sobre todo, porque sus ojos denotaban la tristeza al máximo, viendo en ella la falta de vitalidad que solía caracterizarla. Suspiro, porque conocía el probable tema del que ella deseaba hablar, así que la dejo continuar.
-Gracias por darme tu apoyo en la captura del genzanki- Vaya, no era esto lo que él esperaba -Hanako me dijo que trataste de persuadirla, y amenazarte con mi sangre, es un juego sucio, y también es una tortura para ella, pero no es algo con lo que pueda amenazar a los demás; nuestro trabajo tiene sus riesgos, y si estamos aquí, es porque lo podemos llevar a cabo y separar nuestras emociones, así que, gracias por tu apoyo
-Creí que estarías molesta o algo así…
-No sabes cuan molesta estoy, pero con Hanako por su código de hermandad- Suspiro, el pecho le oprimió el corazón -Solo quería que supieras que no estoy molesta contigo, ni con el capitán Hitsugaya, únicamente Hanako y el capitán Kuchiki se merecen ese odio
Ella se había puesto de pie, pero la mención del capitán de la sexta lo hicieron respingar ¿Por qué tanta complicidad?
-Asami…- Llamo el chico, haciéndola frenar, ella giro el rostro para mirarlo -Perdona a Hanako, sabes que lo hizo con buenas intenciones, pero eso no justifica el hecho de que la misión pudo haber fallado; habla con ella, por favor…
-Lo intentare…
Abandono la división, volviendo a su trabajo luego de terminar de entregar los papeles pendientes, pero nuevamente Matsumoto estaba de fastidiosa con su capitán, por lo que se despidió antes de tiempo y se marcho a casa.
Aún no tenía la certeza de las palabras que saya o Hisagi le habían dicho, había cenado con Hanako en silencio; silencio que ninguna de los se dio el lujo de perpetrar.
Cuando estuvo en su habitación, solo podía rodar por la cama, sintiendo que algo no andaba bien, permitiéndole a sus lágrimas brotar de sus ojos mientras miraba a la nada. Optó por bajar y refugiarse en su lugar favorito, el espacio entre un piso y el otro bajo las escaleras le gustaba.
Por otro lado, Hanako sentía el pesar en su reiatsu ¿Cómo podría dormir sintiendo tanto pesar en su pequeña? Salió de la cama y, con un suspiro, bajo a enfrentar por segunda ocasión a su hermana.
-Oye...- Asami estaba hecha un ovillo, con la cara entre las rodillas, pero no recibió respuesta alguna -Lamento que esto se haya escapado de mi control, pero tenía que hacerlo, Saya te dijo algo similar ¿cierto?
-Así es, pero... creo que pude haber hecho un buen trabajo- Asami saco la cara, sin mirar a su hermana -Cuando peleó a tu lado, me gusta sentir que tienes confianza en mí, que somos una... no es como que no lo sienta cuando peleo con Saya, pero su estilo es diferente
Hanako se sentó a un lado de la joven, pasándole un brazo por los hombros y apoyando la cabeza en ella.
-Yo confió en ti, siempre lo he hecho, pero no creí prudente arriesgarte, Inoue pudo haber sanado tus heridas y lo que quieras, pero recuerda lo que sucede por usar tanto los diamantes carmesíes- Agregó Hanako, acariciando el mechón rebelde de su hermana -Debo protegerte, y si debo mentirte para hacerlo, lo haré cuantas veces sea necesario
Asami guardó silencio, porque sabía que era verdad, porque entendía el nivel de hermandad que tenían.
- ¿Puedo dormir contigo?
Hanako río bajito, abrazando a su hermana y besándola en la cabeza.
-Por supuesto...
Ese simple gesto, esas palabras, eso era suficiente para saber que la perdonaba.
…
Saya le había dicho a Hanako que todavía le quedaba algunas cosas que hacer en las oficinas de la división trece y se quedarían un par de horas más para ya terminar de una vez el tedioso trabajo de poner en orden los archivos. Aquello sorprendió bastante a su hermana, en especial al ver el empeño que Saya ponía a un trabajo que solía aborrecer por ser tan tediosamente monótono, pero decidió dejarla, porque suponía que su hermana todavía se sentía un poco mal por su falta, y no se quedaría en paz consigo misma hasta pagar todos los platos rotos.
Saya podría ser inquieta, salvaje y rebelde, pero tenía una fuerte convicción moral personal.
Aquella mañana en la casa Yamamoto era tranquila, extrañamente tranquila e inquietante. Saya solía ser de las primeras en despertarse y, por consiguiente, hacer tanto ruido, como el de poner música o solamente sus pasos enérgicos mientras silbaba o tarareaba al terminar de alistarse para ir a la división; esto terminaba despertando a las otras dos, a quienes saludaba con una enérgica sonrisa ya sentada en la mesa desayunando un pan dulce con su indispensable café mientras les decía "buenos días", como burlándose del estado muerto en vida, todo lo contrario a ella que estaba ya como la fresca mañana.
Asami y Hanako se dirigieron miradas de extrañeza ante tanta tranquilidad, ver la mesa de la cocina vacía y sin el recibimiento efusivo de Saya, su primer pensamiento fue que quizá seguía dormida en su cuarto al haber llegado tan tarde de la división, a pesar de haberse dormido tarde por arreglar sus problemas, no la habían oído llegar. Sin embargo, el cuarto de la hermana de en medio estaba vacío, con la cama tendida, signo que ni siquiera llego a dormir.
No estaban preocupadas porque Saya no estuviera tomando su indispensable desayuno, había estado bastante entretenida con los deberes que tenía en la división y, además, el tener que estar cuidando de Yoshio era causa de perder un poco de tiempo en el acomodo de los archivos; lo que las movilizó fue la curiosidad de saber que estaría haciendo, por lo que, tras dirigirse una mirada cómplice, tomaron dirección hacia la división trece, siguiendo el reiatsu de su hermana que, inusualmente está demasiado tranquilo, algo fuera de lo común en ese torbellino que solía ser todo el tiempo.
La encontraron en una de las oficinas de la división, durmiendo sobre el escritorio usando sus brazos como almohada, observando que la mayoría de los archivos estaban ya en orden, señal de que se quedó trabajando hasta altas horas de la noche quedándose dormida sin ser plenamente consciente; conocían perfectamente que Saya era capaz de dormirse en minutos y casi en cualquier lugar, aunque, lo que más llamó la atención de las hermanas, fue la presencia del teniente de la sexta división dejándole a la shinigami, una taza de café sobre su escritorio son sumo tacto y cuidado para no provocar el menor ruido.
Esto no pasó desapercibido para ninguna de las dos, la casi invisible sonrisa curiosa del teniente pelirrojo cuando fijo su mirada en Saya, que era casi de orgullo o admiración oculta.
Nuevamente las dos hermanas no necesitaron palabras entre ellas, basto con la mirada y sonrisa pícara para saber lo que la otra estaba pensando.
-Buenos días teniente Abarai- Susurra Hanako, palabras suficientes para que a Renji se le enchinara la piel de los nervios.
-B-buenos días… teniente Yamamoto- Hace una pequeña reverencia a la hermana mayor, imitando el gesto cuando volteara a ver a la menor de ellas -Buenos días Asami, que gusto ver que ya te sientes mejor
-Gracias, teniente- Comenta Asami un tanto divertida por la obvia reacción de nervios del pelirrojo al ser descubierto infraganti.
-Es muy gentil de su parte que le traiga café a mi hermana, teniente- Comenta Hanako con clara picardía y sonrisa victoriosa, la que se engrandeció al ver como se le subían los colores al rostro, que fue peor al ver a la menor moviendo las cejas y mostrando una sonrisa socarrona, casi con la misma expresión que Hanako.
-No, no, no… Y-yo solo… Es que… a-apuesta, fue por una apuesta que Saya ganó, no lo hago por nada más- Dice con evidente nerviosismo que acentúa al mover de forma frenética los brazos.
-Claro, teniente, yo le creo- El sarcasmo de Hanako no era tan descarado como el de Saya, pero seguía siendo sarcasmo que Renji notó.
- ¡ES VERDAD! - Grita de forma escandalosa, todavía con el fuerte sonrojo en su rostro, sin saber ya si era de coraje o vergüenza - ¿Qué otra razón tendría para traerle un café?
De la nada, una gruesa carpeta se estrella en su nuca tirándolo de cara al piso.
- ¿Podrías hacer un poco más de ruido, Renji? - Se queja Saya, somnolienta, tallándose los ojos.
- ¿Así agradeces que te traiga hasta aquí tu café? - Le reclama Renji con una venita en la cabeza una vez que se reincorporo.
-No tengo nada que agradecerte, esto fue parte de la apuesta que perdiste- Se regocija sonriendo de forma ladina, haciendo gruñir a Renji mientras ella le daba un sorbo al café que había dejado a su lado minutos antes -Vaya, veo que por lo menos si sabes preparar café, no está del todo mal
Comentó de forma desinteresada, quitándole la intención de que en mayor parte era un alago.
-Tu… pequeña… - Trata de decir entre dientes, pero Saya entonces desvía su atención a sus hermanas.
-Hanako, Asami- Salta por encima de Renji - ¿Qué hacen aquí? ¿Ya se reconciliaron?
Asami asintió, Hanako solo ensancho su sonrisa.
-Nos pareció extraño que no hubieses llegado a dormir y vinimos a ver que estabas haciendo- Dice Asami cruzándose de brazos.
-Oh, vamos, esta vez no me estoy buscando problemas y sospechan de mi- Alza las manos gesticulando su desconcierto.
-No tan fácil te quitaras esa fama de ser un pequeño monstruo demoniaco que se…- Corta su provocación cuando Saya le da un golpe en la cara con el puño.
-No te metas en nuestra charla- Dice con el puño extendido.
Hanako miro con mayor atención el progreso de su hermana en cuanto a los archivos, admitiendo internamente que hizo mucho más de lo que esperaba. Aquella oficina estaba repleta de archivos viejos totalmente desordenados, pero ahora ya estaban todos acomodados de forma pulcra y ordenada en un librero; realmente Saya se estaba esforzando en redimirse por su falta.
-Debo admitirlo Saya, has hecho un gran trabajo aquí- La mencionada voltea a verla, en espera de algo incierto, pero el gesto de orgullo de Saya aparece en su rostro, signo que empezaba a redimirse poco a poco - ¿Vez? Si trabajas así de duro pasarías menos tiempo escuchando mis sermones y más tiempo para salir con Renji a tomarte un café –
Hanako soltó aquello con toda intención y curiosidad, algo que también carcomía a la menor al ver la reacción de ambos shinigamis, la cual, fue todo un poema.
-Como si me interesara salir con este teniente engreído- Dice apenas con un visible sonrojo en sus mejillas señalando a Renji.
-Y yo tengo mejores cosas que hacer que estar soportándote- Le echa en cara Renji, quien cruzara miradas con la menor, que formaba un corazón entre sus manos a espaldas de la teniente demonio, lo que provocó que su rostro nuevamente se tornara rojo como su cabello -Me largo a mi división a trabajar
El teniente se retiró de la escena, dando pasos pesados y echando humo por la cabeza mientras mascullaba cosas ininteligibles.
-Tsch, bueno, mi trabajo aquí ya termino por hoy- Dice Saya cruzada de brazos y haciendo una mueca -Me voy a continuar con el entrenamiento a los soldados
Se retira sin mirar a sus hermanas, quienes la miraban de brazos cruzados y esbozando una sonrisa cómplice al mirarse a los ojos.
-Esos dos van a terminar juntos- Comenta Asami, divertida por el hecho de que Renji le caía bien, a pesar de casi matarlo en su primera misión.
-Les dos un mes y medio- Asegura Hanako, mirando a su hermana con una sonrisa socarrona, viendo la expresión divertida de su hermana.
- ¡JA! Se ve que no conoces a la testaruda de nuestra hermana ni al teniente- Afirma, colocándose en jarras y haciendo cuentas mentales -Tardaran más de tres meses
- Apuestas ¿hermanita? - La desafía con ese gesto suyo que solía usar con Saya - ¿Qué me darás si gano?
-Te comprare las plantas que quieras para tu jardín- Afirmó la menor, decidida.
-Me interesa, si tú ganas…- Definitivamente materia mano en esto, luego pensó un momento en lo que le daría a su hermana si ella ganaba, sonriendo ante su premio -Te pagare una linda y romántica cena para que vayas con tú capitán
Ahora fue Asami a quien se le subieron los colores al rostro, pero eso no le impidió conectar sus ideas para no ponerse en evidencia y terminar revelando algo que aún no quería que saliera a la luz.
-N-no sé de qué estás hablando Hanako- Le huye a la mirada inquisitiva de su hermana mayor, pero ella solo ensancha más su expresión, victoriosa retirándose de la habitación -Ha-Hanako, enserio… ¿Por qué dices eso?
Asami la sigue de cerca, pero Hanako únicamente se hacia la desentendida, haciendo que su hermana avanzara a su lado, tomándole la manga de su haori para que esta se detuviera, aunque no estaba segura si deseaba continuar con sus excusas.
…
Byakuya había visto a su hermana ocupada en la división cuando había ido a entregar un reporte para hacer los comunicados de la semana, había aprovechado el horario de comida para ir a ver cómo se encontraba su sobrino y se había ganado una mirada de disculpa por parte de la capitana.
-Tengo que pedirte un favor personal, nii-sama…
Byakuya suspiró mientras terminaba de tomar notas, preguntándose cómo serían las cosas ahora que su sobrino y su cuñado se quedarían en la mansión, bajó el pincel con cuidado y se llevó la mano libre al entrecejo, ejerciendo cierta presión para tratar de relajar el gesto, sintiendo el dolor de cabeza ir en aumento. Desde que habían aparecido los genzanki, se había dado cuenta de que pasaba horas enteras con la mandíbula apretada, a punto de rechinar los dientes. Necesitaba urgentemente relajarse.
-Capitán- Llamó Renji llegando hasta la oficina, deteniéndose en la entrada antes de hacer una reverencia a manera de saludo -Terminé mis deberes del día de hoy, venía a ver si requiere algo más de mí por el día de hoy
Byakuya le dedicó una mirada tranquila a su subordinado, complacido por la dedicación que Renji solía poner a todas las acciones y encomiendas que tenía.
-No, teniente Abarai, creo que por hoy podemos irnos a casa- Murmuró suavemente, antes de volver a suspirar y mirar todas las cosas dispuestas en el escritorio. Demasiados papeles sin firmar, demasiados documentos sin leer, demasiados reportes pendientes como para dejarlos ahí.
Pero había hecho una promesa a su hermana, así que, por esa noche, se iría a descansar; en la mañana llegaría una hora antes para terminar su papeleo y aventajar a los pendientes del día, no le encantaba la idea de dejar cosas para otro día, pero era consciente de cuánto necesitaba descansar al menos una noche.
Entrecerró los ojos enfocando a su teniente.
- ¿Se encuentra bien, capitán? - Murmuró Renji, demasiado acostumbrado al estado silente de su capitán, pero extrañado de verlo tan tenso - ¿Está durmiendo bien?
-Mejor de lo que merezco a como están las circunstancias- Dijo el pelinegro suavemente, poniendo en orden los papeles y asegurándose de dejar encima el último trabajado para no manchar de tinta nada.
Renji sonrió de medio lado asintiendo, al menos mantenía el buen humor.
Byakuya se levantó con cuidado y echó un último vistazo a su alrededor, asegurándose de no dejar nada fuera de lugar antes de encarar a su teniente y entrecerrar un poco más los ojos, pensando a toda velocidad.
- ¿Puedo pedirle un favor, teniente?
-Lo que necesite, capitán
-Acompáñame por favor, prometí a Rukia llevar a Yoshio a la mansión al terminar mis deberes, parece ser que la décimo tercera tiene mucho trabajo pendiente, por todos los comunicados con las otras divisiones
-Sí- Murmuró Renji pensativo, bajando la mirada mientras se cruzaba de brazos -Todo este suceso de los genzanki nos tiene nerviosos a todos
- ¿Está nervioso por los genzanki, teniente? - Inquirió altanero.
Tantos años a su lado le habían dado el conocimiento que necesitaba, Renji sabía que Byakuya estaba a punto de burlarse de él, tenía que pensar muy bien en su respuesta si quería salir bien librado de aquello.
Se tardó demasiado. Se lo pensó demasiado antes de responder, así que Byakuya llegó hasta su lado y le palmeó el hombro.
¿O es otra cuestión de la décimo tercera la que lo tiene nervioso, Renji?
- ¡Byakuya-sama, no entiendo de qué habla! - Espetó el pelirrojo dándole el costado a su superior y sonrojándose ligeramente - Los genzanki son suficientemente preocupantes como para empezar a pensar en otras cosas
-Y con todo lo ocupado que se encuentra con el tema- Dijo el pelinegro con diplomacia, caminando en dirección a la salida seguido de cerca por su teniente -Todavía tiene tiempo de llevarle café a la soldado Yamamoto -Renji se atragantó con su propia saliva ante la tranquilidad con la que el capitán había hecho aquel comentario -Sin duda alguna eres un elemento valioso, Abarai, tan organizado y generoso
- ¡Taichō! Ya se lo expliqué- Reclamó el pelirrojo agachándose de lado para entrar en el campo de visión de Byakuya sin rebasarlo - ¡Perdí una apuesta con Yamamoto y por eso debo llevarle café!
-Me sorprende que perdieras contra un soldado- Murmuró frunciendo aún más el entrecejo, Renji lo conocía, podría haber sabido que estaba bromeando, pero estaba tan ocupado tratando de luchar contra el sonrojo (enfatizo, tratando, ahora su rostro había enrojecido hasta las orejas), que no alcanzó a distinguir el tono de su capitán -Después de todo, eres una de las pocas personas que ha logrado traspasar mi defensa
- ¡Es que no ha peleado contra ella! Es un demonio
-No sabía que era fan del ocultismo
Renji se quedó perplejo ante aquella afirmación, tardó varios segundos en darle un significado que fuera lo suficientemente congruente como para creer que era, de verdad, una opinión del noble. Llegaron hasta la entrada de la división trece antes de que Renji comprendiera la insinuación que su capitán le había hecho respecto a la soldado de la trece.
- ¡No es nada de eso!
-No haga escándalo, teniente, no podemos venir como invitados a otra división y quebrantar la paz del momento, a menos que quiera llamar la atención de alguna persona en específico
- ¡Yo no quiero llamar la atención de nadie! - Espetó al final, cruzando los brazos con fuerza mientras entraban a las oficinas.
Byakuya habría añadido algún otro comentario sarcástico, pero vio a Saya salir de las oficinas en dirección a donde se encontraba su hermana, así que apretó un poco el paso hasta llegar a la soldado y saludar amablemente.
-Yamamoto- Llamó con voz cordial, profunda y cadenciosa, consiguiendo que Renji se sonrojara ligeramente, antes de fruncir el entrecejo con indiferencia -Espero que el teniente Abarai esté cumpliendo su acuerdo al pie de la letra. Si me puedo jactar de algo es por la lealtad de mi subordinado
Saya se había quedado de piedra, ahora se paraba erguida, casi en posición de firmes ante la presencia del capitán, terminando de confirmar sus sospechas respecto a ella. No sólo no era una diplomática, también sería complicada la comunicación con ella.
Y se le iluminó el mundo.
-El teniente Abarai ha mantenido su promesa al pie de la letra, capitán- Dijo la soldado con voz mecanizada, dejando marcado el entrenamiento militar que había recibido en su adolescencia.
-Me alegra escucharlo- Admitió con gesto sereno, relajando un poco el entrecejo y mirando a Saya un poco por encima de la nariz -Soldado Yamamoto, tengo una pregunta para usted, y necesito su absoluta sinceridad
-Cuente con ello, capitán
-Si viniera el día de hoy a proponerle matrimonio- Hizo una pausa, pausa dramática, pausa en la que Renji abrió los ojos pasmado, relajando su postura y dejando que sus labios se entreabrieran dejando escapar el aire, Saya por su lado abrió los ojos un poco más, se estiró más en su sitio, sintió una gota fría de sudor resbalar por su nuca lentamente, causándole un escalofrío. Se quedó convertida en piedra por un instante - ¿Diría usted que sí?
-Yo-yo... Capitán, yo... es que, es que...
Byakuya ladeó el rostro y enarcó una ceja con fingida incredulidad, consiguiendo que la chica se pusiera más nerviosa todavía.
- ¿Me está usted rechazando, soldado?
- ¡No! - Gritó Saya, todavía sintiendo que sus emociones y pensamientos estaban trabados entre ellos. No podía trenzar una idea coherente - ¡No, capitán, no! A lo que me refiero, eh...
-Saya- Llamó Byakuya con voz cadenciosa, acercándose un paso hacia la aludida, consiguiendo que la chica retrocediera por la sorpresa -Por favor, guarde la calma. Sólo estaba bromeando con usted
Saya relajó la expresión al mismo tiempo que Renji se dejaba caer por la sorpresa.
Sin embargo, la shinigami recuperó su actitud de soldado, dedicando una mirada de reojo a la oficina de su hermana, donde Hanako observaba divertida la escena.
¿Bromeando? Saya frunció el entrecejo confundida cuando terminó de comprender aquella frase. ¿Byakuya Kuchiki bromeando?
Volvió el nerviosismo a la chica, que se puso tensa en su sitio cuando el noble relajó la experiencia y apuntó la oficina de Hanako con un movimiento de la cabeza.
-Venía a pedir la mano de su hermana
- ¡Tío Byakuya-sama! - Exclamó Yoshio saliendo de la oficina de su madre con una sonrisa radiante y corriendo hacia el recién llegado, consiguiendo una mirada suave y una línea recta por parte de sus labios. No era una sonrisa, pero era lo más parecido a una cuando se trataba de ellos dos -Mamá me dijo que vendría a buscarme, no sabía si creerle
-Aquí estoy- Dijo poniendo una mano en la cabeza del menor y revolviendo un poco su cabello, consiguiendo que Renji y Saya abrieran la boca de nuevo -Pero primero debo ir un momento con tu madre ¿Me acompañas?
- ¡Vamos!
En cuanto Byakuya les dio la espalda, Saya salió disparada hacia su hermana, que ya había caminado unos pasos hacia ellos, divertida por la intervención del noble con su hermana.
A la teniente le tomó por sorpresa que las manos de Saya se aferraron a las solapas de su haori y que Saya la sacudiera un poco de atrás hacia adelante, con expresión de pasmo todavía.
- ¡Hanako! Tú hablas mucho con él, por favor explícame qué acaba de pasar
-Tranquila, Saya, le gustan las bromas pesadas- Murmuró Hanako cerrando los ojos y sonriendo mientras una gota crecía en la parte posterior de su cabeza, poniendo las manos sobre las de su hermana para darle un poco más de calma.
- ¡Pero Byakuya nunca bromea con nada! Por favor dime que aluciné todo
Por su parte, Byakuya llegó hasta el escritorio de Rukia y sonrió débilmente cuando la vio hacer ademán de levantarse.
-Por favor- Dijo el noble con voz cortante y a la vez, conservando la cordialidad.
Rukia entendió el mensaje y volvió a sentarse, agradeciendo con una sonrisa de medio lado y asintiendo para su hermano.
- ¿Por qué sólo sonríes cuando estás con la familia? - Inquirió Yoshio con el entrecejo fruncido, consiguiendo que Renji ahogara una risita y Rukia abriera los ojos, pasmada.
- ¡Yoshio! ¿Qué te he dicho sobre ser prudente?
-Tranquila, eso me saca de toda duda- Dijo Byakuya frunciendo ligeramente el entrecejo -Definitivamente es hijo de Kurosaki
- ¿Eso qué quiere decir? - Soltó Yoshio mirando a su tío con expresión de confusión.
-No terminé los papeles que tengo pendientes para ti- Informó el noble irguiéndose en su sitio mientras Yoshio se acercaba hasta Renji y comenzaba a interrogarlo a él -Pero por lo que veo por aquí, fue una buena decisión
-Todos los que hemos estado en esas misiones estamos hasta el tope de trabajo- Dijo la chica con pesar, negando con la cabeza -La teniente Yamamoto y yo hemos tenido que delegar tareas cotidianas a soldados de menos rango para poder darnos a basto, hay demasiadas preguntas sin responder, y las investigaciones del capitán de la duodécima sólo hacen que las dudas crezcan
-Lo sé, corren los rumores de que harán más misiones al mundo humano siguiendo las peticiones de las hermanas, lo más seguro es que terminemos haciendo más visitas al mundo humano
-Ichigo está en la sociedad por petición de Kyōraku, me pregunto si será porque necesitemos aliados en el mundo humano
-Oigan, oigan- Llamó Renji revolviendo el cabello de Yoshio con violencia y arrancándole una queja o nos preocupemos por tanto en este momento, todavía falta que pasen muchas cosas antes de que podamos movernos a nuevas misiones
-Palabras sabias, amigo mío- Concedió Byakuya asintiendo y suspirando -Me llevaré a Yoshio a la mansión, espero que llegues a tiempo para el té de la noche
-No prometo nada- Murmuró Rukia mirando las pilas de papeles que tenía frente a sí misma -Trataré de estar ahí
-Descansa, por favor
-Gracias, nii-sama
Los tres shinigamis dejaron la oficina de Rukia a tiempo de ver a Saya y Hanako cerrando la oficina de la teniente, quien no iba a dejar pasar una oportunidad de molestar.
-Capitán Kuchiki, teniente Abarai- Saludó Hanako encarando a los aludidos con una sonrisa amable -Es una grata sorpresa recibir la buena nueva -Murmuró mirando a Byakuya a los ojos antes de hacer un gesto sutil con la cabeza -Enhorabuena
-Gracias teniente- Murmuró el pelinegro enarcando una ceja - ¿No me va a poner a prueba?
-Bueno, si tiene el estómago para proponerle matrimonio a mi hermana- Saya miró a su hermana con incredulidad mientras Renji, por segunda vez, se atragantaba con su saliva ante aquellas declaraciones -No veo por qué cuestionarlo. Saya sabe defenderse sola
- ¡Hermana! ¿De qué estás hablando? - Gritó Saya aferrándose de nuevo al uniforme de la teniente, ganándose una sonrisa socarrona y sarcástica por parte de la teniente -Tu...- Musitó la chica sintiendo que la rabia comenzaba a bullir en su interior - ¡Te estás riendo en mi cara!
-Es parte de mi venganza personal por colarte en una misión al mundo humano- Confesó la chica, consiguiendo que Renji y Yoshio soltaran una carcajada sonora -Ya sabes que disfruto mucho del sarcasmo, hermanita. Además, después de ver la forma devota en cómo Renji te ha traído café, cumpliendo diligentemente ¿Crees que aprobaría que Byakuya-sama se metiera en su camino? Tendría que carecer de corazón
Esta vez sólo Yoshio soltó una carcajada mientras Renji y Saya comenzaban una alegata tratando de defender su postura de "no me casaría con él/ella ni en un millón de años".
Ninguno de los dos se percató de la mirada elocuente que se dedicaron Hanako y Byakuya antes de que el noble añadiera.
-Descuide, soldado, sé que no sería una esposa adecuada
- ¡Qué! - Soltó ofendida la aludida, olvidándose por un momento de que hablaba con el capitán de la sexta y líder del clan Kuchiki.
-Hablo de la diplomacia entre otras cosas, ¿o está diciendo que está preparada para convertirse en una princesa?
- ¡No gracias! - Espetó la chica cruzándose de brazos y dándole el costado a todos -Eso de ser recatada y atender órdenes, déjenselo a Hanako y Asami, a mí no me metan
- ¿Asami es una diplomática? - Inquirió Byakuya con fingido interés, consiguiendo que Saya se quedara de piedra, otra vez.
- ¡Asami no...! - Guardó silencio al instante, cuando Byakuya enarcó una ceja y ladeó el rostro, un gesto inquisitorial y frío -Con todo respeto, capitán- Rectificó Saya haciendo una reverencia poco pronunciada -Mi hermana es muy joven para pensar en esas cosas
-Me pregunto si el capitán Hitsugaya estará de acuerdo- Murmuró Byakuya para sí mismo antes de darse la vuelta y encaminarse hacia la entrada -Teniente- Dijo dedicándole una mirada de reojo a Hanako antes de poner una mano en los hombros de su sobrino y volver la atención al frente
-Capitán- Respondió Hanako con una sonrisa divertida.
-Tú te diviertes mucho con nosotros, ¿no? - Espeto Saya frustrada cuando por fin se quedaron a solas.
-Sí- Confesó Hanako sonriendo ampliamente, consiguiendo que Saya abriera la boca, pasmada por el descaro de su mayor -Ya te dije, van a terminar juntos tú y el teniente Abarai, ya verás
-Ja-ja- Espetó sarcástica Saya, siguiendo a su hermana hacia la oficina de Rukia con un gesto de desprecio -El teniente Abarai es un soberbio insoportable que se la pasa menospreciando a todo el mundo. No tendría una oportunidad conmigo ni, aunque dependiera de eso salvar el Gotei
- ¡Qué mala eres! - Exclamó Hanako divertida -Le voy a decir a Asami
-Dile, estará de acuerdo conmigo
-Nop, de hecho, está de acuerdo conmigo, pero ella cree que se van a tardar más en darse cuenta
- ¿Qué? Explica eso
-Capitana, nos vamos a retirar, me llevo trabajo a casa, ¿requiere algo más?
-No teniente, descansa
-Rukia- Llamó Hanako haciendo énfasis en la palabra, la aludida levantó la mirada y se encontró con el gesto dulce de su amiga -Por favor, descansa
-También tú, Hanako
- ¡Hanako! Dime de qué hablas
- ¡Hasta mañana!
- ¡Ja-ne!
- ¡Haaaanakoooo!
…
Renji caminaba un paso por detrás de Byakuya, enfurruñado porque las burlas de su capitán habían seguido hasta que éste había hecho por dejar de contestarle, ahora el pelinegro miraba a su sobrino con curiosidad, puesto que el niño parecía muy entretenido en patear las piedras sueltas.
-Lamento ser heraldo de las malas noticias- Murmuró el noble enarcando una ceja, sonriendo cuando su sobrino le dedicó una mirada de reojo -Pero hace años se decidió que el heredero del clan Kuchiki que porte un gesto estoico y actitudes impertérritas sea yo, así que tendrás que desistir, Yoshio
-No estoy de humor para sus bromas, tío Byakuya-sama
-Puedo verlo, pero no bromeaba ¿Ocurre algo?
-Nada
-Está molesto porque no puede derrotar a Saya- Soltó Renji desenfadado, llevándose las manos a la nuca y desviando la mirada.
-Así que comparten el luto- Remató Byakuya con voz afilada, claramente molesto por la invasión del teniente hacia la privacidad de su sobrino, consiguiendo que el pelirrojo se quedara atrás un par de pasos.
-Tío...- Murmuró el menor frenando su marcha para dejarse alcanzar por el pelinegro -Tú eres muy fuerte ¿Eres el más fuerte de todos?
-Decir que no sería modesto, decir que sí sería arrogante; soy más fuerte que muchos, pero sigo fortaleciéndome día a día, no es suficiente con lo que tengo
- ¿Tú te puedes volver más fuerte? - Soltó el menor, pasmado ante la declaración del shinigami, que sonrió de medio lado.
-Todos podemos volvernos más fuertes
- ¿Cuánto tiempo tardaste en volverte así de fuerte?
-Cuando tenía tu edad estaba igual de ansioso- Admitió en voz baja, poniendo una mano sobre la guarda de su katana y la otra en el cabello del menor, dedicándole media sonrisa -No se puede hacer de un día para otro, se requieren años y años de entrenamiento, cada batalla nos hace más fuertes, pero no importa cuánto entrenemos, sino, cuáles sean nuestros objetivos
- ¿Cuáles son tus objetivos?
Byakuya lo consideró un instante, suspirando pesadamente, mientras se debatía entre ser honesto o seguir guardando las apariencias. Aunque se tratara de su familia, sabía cuán imprudente podía ser Yoshio cuando se lo proponía, así que optó por mantener la barrera en alto.
-Para convertirme en un ejemplo incuestionable
-Tío Byakuya-sama...- Murmuró el menor bajando el rostro, sabiendo que aquello era mentira - ¿Hay algo o alguien a quien quieras proteger?
¿Que si lo había? Por supuesto que lo había, el orgullo de la familia, las tradiciones, a su hermana, a su sobrino, había muchas cosas que había por proteger, Byakuya tenía mucho por lo que pelear, aunque no quisiera admitirlo en voz alta.
-La familia es lo más importante que existe en esta vida, así que sí, hay mucho que quiero proteger, por eso sigo entrenando para volverme más fuerte
- ¿Crees que alguna vez me vuelva tan fuerte como tú?
Byakuya lo pensó un momento y sonrió de medio lado antes de abrazar a su sobrino por los hombros un momento, una muestra de cariño que duró un segundo antes de que el noble rompiera el contacto.
-Si tu objetivo es lo suficientemente poderoso, podrías volverte más fuerte que yo
- ¿De verdad lo crees?
-Pero debes entrenar, ser disciplinado con todo lo que hagas, y no perder la paciencia, debes aprender que hay batallas que puedes ganar y batallas que, bajo ninguna circunstancia, debes intentar pelear ¿Está claro?
- ¿Cómo sabré distinguirlas?
-Ya irás conociendo tu fuerza. Ve a ducharte y baja a cenar, no llegues tarde
- ¡Gracias Tío Byakuya!
El noble se aclaró la garganta con el entrecejo fruncido, por lo que el niño sonrió de medio lado.
-Gracias, tío Byakuya-sama
Y salió corriendo hacia la casa. Renji le dedicó una mirada de confusión a su capitán antes de murmurar.
-De mí lo entiendo, pero ¿incluso el niño debe guardar tanto respeto? Es como si fuera tu hijo ¿Por qué eres tan frio con él?
-Mientras no sepa diferenciar cuándo puede ser prudente, y cuándo deba mantener el respeto, no permitiré que se desdibuje ese límite
- ¿Hay alguien que pueda llamarle por su nombre de pila?
Byakuya le dedicó una mirada estoica al teniente, quien entendió la indirecta y sonrió de medio lado, bufando divertido antes de dirigirse a su propia habitación.
Sí, había quiénes le llamaban sólo por su nombre, sin "capitán" y sin honoríficos, pero muchos de ellos ya no vivían o se encontraba muy lejos. Byakuya suspiró antes de ingresar a la mansión, absorto de nuevo en sus pensamientos, preguntándose dónde estaba la carta en la que había estado pensando durante los últimos días.
