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DISCLAIMER: Los personajes conocidos son de Rowling, los que no son conocidos y la trama son míos.
AVISO: slash (relaciones homosexuales) y temas para adultos (violación, sexo, violencia, lenguaje cuestionable, auto mutilación, asesinato, depresión. La mayoría tratados en capítulos anteriores, así que ya deben de saber). Si no puedes manejarlo, presiona atrás porque no me gusta recibir comentarios destructivos. Gracias.
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Título: Propiedad Privada
Autora: GaBo0
Parejas: HarryDraco, Snape, Blaise
Rating: M
Summary: Slash. Han pasado tres años desde que Harry salio de Hogwarts y ahora ha atrapado a la mano derecha de Voldemort... ¿qué pasa cuando esta le hace una propuesta que no podrá rechazar?
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Propiedad Privada
By GaBo0
CAPITULO 07: Delirios y frustración
Un hombre moreno caminaba preocupado por los corredores de la mansión. Se sentía bien ahora que no tenía que ocultarse para pasear por el lugar. Las paredes le recordaban a algunas zonas del castillo por donde había paseado con sus mejores amigos cuando estudiaban aún en Hogwarts, antes de la guerra.
La guerra había sido cruel con todos. Muchas personas habían muerto por su culpa... y no por salvarlo. No. Murieron porque él no tuvo el valor suficiente para pelear con Voldemort.
Todo hubiera sido más fácil si todo lo que deseaba se hubiera cumplido. Harry se había prometido realizar todo lo que deseaba antes de la batalla final entre él y Voldemort, como cualquier persona normal. Y una de las cosas más importantes era conseguir a cierto Slytherin para él. Lamentablemente no lo había logrado, y aún no lo lograba. Sabía que Draco aún quería a aquellas dos personas que deberían de haber dejado de existir hace mucho tiempo en su mente: Zabini y Benheart
Recordó cuando todos los alumnos llegaron de sus vacaciones de sexto curso. Todas las chicas comentaban algo, algunas preocupadas en apariencia. Otras, indiferentes y unas pocas verdaderamente mortificadas. Ni él ni Ron sabían de qué se trataba, y Hermione había desaparecido cuando Ginny la llamó para 'conversar'.
Las puertas del Gran Comedor se habían abierto para dejarlos pasar lo más pronto posible. El frío les calaba los huesos pero Harry hasta ahora no podía describir el sentimiento que lo invadió cuando vio pasar a un Slytherin de cabello oscuro jalando juguetonamente a uno rubio, mientras este lo reprochaba con una sonrisa.
Draco se veía tan adorable e inalcanzable en ese momento
El resto de la casa de Slytherin pasó enfrente de ellos en una marea de capas verdes con reflejos plateados. Hermione apareció por detrás y le tocó el hombro. Al parecer Ron también había entrado como en un trance al ver a los Slytherins pasar. Había algo extraño. Seguían siendo los mismos pero a la vez... estaban completamente diferentes.
Tomaron sus asientos en la mesa de su casa ignorando las miradas descaradas de todo el salón hacia la mesa de las serpientes. Los murmullos seguían en el comedor pero no era como los años anteriores. Hubo un tiempo en que no hacían mucho ruido debido a Voldemort pero ahora el Señor Oscuro estaba tranquilo, y los murmullos parecían dirigirse a un solo tema.
En la mesa de Ravenclaw todos estaban prácticamente sobre un chico de quinto, escuchando como este hablaba apresuradamente moviendo las manos explicando algo a sus compañeros. En Slytherin estaban tranquilos, pero con una sonrisa plantada en casi todos los rostros y en Hufflepuff, bueno, en Hufflepuff parecían estar tan perdidos como Harry y Ron.
Después de que Dumbledore dio su acostumbrado discurso comenzó la cena. Las fuentes rebosaron nuevamente de comida mientras los estudiantes charlaban animadamente. Cuando Harry estaba respondiéndole algo a Ron notó que unos asientos más allá, Lavender estaba con la mirada gacha y al parecer a punto de las lágrimas. Parvati la consolaba sobándole la espalda y sonriéndole mientras decía palabras muy bajas para su oído.
- Hermione - le preguntó el moreno -¿qué le pasa a Lavender?
La chica miró sobre su hombro a la otra y luego regresó su mirada a sus dos amigos. Ahora Ron también miraba a la muchacha decaída con algo de preocupación antes de volverse hacia Hermione atento.
- Al parecer Lavender tenía algo hacia Malfoy bastante fuerte.
Harry esperó a que continuara pero la chica siguió comiendo indiferente, y sólo él y Ron se habían sorprendido con la revelación a pesar de que su amiga lo había dicho bastante alto. Unas miradas de soslayo reprobando la frialdad de Hermione le fueron dirigidas, pero nadie se molestó en decírselo. Harry esperaba ansioso que la chica les explicara más pero al parecer, ella daba por sobreentendido lo que fuera que no sabían.
- ¿Y? - preguntó Ron esperando oír más. El moreno agradeció mentalmente por no tener que haber preguntado él.
Hermione levantó la mirada observándolos como cuando va a decirles algo sobre la 'Historia de Hogwarts'. Luego con un resoplido dejó caer sus hombros y los miró con reprobación.
- Incluso yo me he enterado. ¿Dónde han estado durante el viaje? Lavender está así porque Malfoy se ha declarado bisexual al comenzar una relación con...
Pero antes de que pudiera terminar se escucharon unos gritos alegres del otro lado del comedor que los hizo voltear, y a medio colegio también.
Goyle estaba medio parado de su asiento mientras algunas chicas abrazaban a Blaise y a Draco. Parkinson reía histéricamente mientras lo abrazaba y hablaba alocadamente. No entendían que era lo que decían, pero parecían estar celebrando algo.
- Está con Zabini
La voz ronca de Harry le llegó a Hermione quien asintió. La mandíbula de Ron casi llegaba a su plato sin apartar la vista de la escena. Harry cerró sus puños por debajo de las túnicas lanzando miradas asesinas a Blaise, quien ahora estaba mirando a Draco contento desde su sitio al lado de él. No podía creer que no se hubiera enterado. Y ese tipo no tenía ningún derecho a estar con Draco, el rubio era demasiado para él. Sin evitarlo, las mejillas se le encendieron y frunció el ceño violentamente.
Lavender había salido corriendo del Gran Salón seguida de Parvati. Sorprendentemente, los profesores no dijeron nada, más bien, uno que otro sonreía disimuladamente. De repente comenzaron a gritarles a la pareja frases un tanto atrevidas. Esto ocasionó que Draco riera abiertamente mientras Blaise se ruborizaba tímidamente sin dejar de sonreír.
Harry quería sacar su varita y volarle la cabeza al Slytherin. No era que tuviera nada contra él pero en ese momento sólo era su oponente potencial. Pudo oír caramente la palabra 'Beso' en medio de todos los gritos y se levantó ligera y disimuladamente de su silla.
Hufflepuff y Ravenclaw no ocultaban su curiosidad, mientras Gryffindor trataba de ignorarlos sin mucho éxito. La casa de Slytherin no se caracterizaba por muestras espontáneas de alegría muy seguidas y los leones jamás los habían visto tan alegres, salvo cuando los molestaban, pero ninguna de esas ocasiones había sido de alegría general para toda la casa.
Blaise se adelantó hasta quedar casi sobre Draco. Lo había tomado del cuello y se acercaba peligrosamente. Para suerte de Harry, Snape se había parado de su asiento y sonriendo bajo su grasiento cabello se acercaba al tumulto. Los alumnos lo dejaron pasar y ninguno borró su sonrisa cuando los mandó a la sala común. Les había murmurado algo a los enamorados que los hizo ruborizarse fieramente causando risas de sus compañeros, y algunas sonrisas del resto de casas. Se oyeron suspiros entre las mesas y Harry no podía negar que a Draco se le veía muy lindo ruborizado.
Casi toda esa casa abandonó el salón entre risas con una rapidez nunca antes vista. Snape los vio marcharse y regresó a su asiento donde McGonagall le habló bajo como reprochándole su falta de disciplina con sus alumnos. Por primera vez, el profesor de pociones la ignoró olímpicamente y se despidió cortés de la plana docente. Luego, también abandonó el lugar rumbo a las mazmorras.
La curiosidad que había invadido a Hogwarts estuvo presente hasta la mañana siguiente, cuando los miembros de la casa verde llegaron a las clases ojerosos y muchos tuvieron que ir a la enfermería por dolores de cabeza o a la dirección, por quedarse dormidos en sus carpetas. Según los rumores, había habido una fiesta casi hasta la hora de inicio de clases celebrando la relación de Blaise con Draco
No era para esperar menos. Draco le caía muy bien a casi toda la escuela y al parecer, los de su casa lo consideraban, sino un líder, un modelo de Slytherin. Zabini era uno de los chicos más 'sociales' que podían existir. Claro que ambos, cuando querían, podían ser los idiotas más grandes del planeta, pero al momento de celebrar todo el mundo olvida esos pequeños detalles. Otra razón era que, al parecer, todo Slytherin sabía de lo que sentía Zabini por Malfoy y de que al fin estuvieran juntos. Según unos Ravenclaws, hasta esas vacaciones Draco nunca había confirmado que le gustaran los chicos tanto como las chicas.
Harry había estado tan molesto al principio de ese año que tuvo que tomar clases de apoyo en algunas materias (entre ellas pociones, infaltable por supuesto). Hermione seguía indiferente, y ahora se desaparecía bastante. Ron andaba metido en sus cosas. Practicaba mucho Quidditch y cada vez que podía salía a dar una vuelta por el campo. Los tres andaban separados pero ante todos, su amistad seguía intacta. Esto impactó bastante en Harry quien conforme pasaba el tiempo sentía un abismo que se abría inevitablemente entre los tres. Cada vez sentía que pertenecía a una isla en la cual él sólo reinaba, y nadie oía sus gritos de auxilio.
Así siguieron el resto de años que Draco había estado con Blaise. Ambos Slytherins casi siempre andaban juntos y a pesar de que esto había causado cierto revuelo entre los alumnos de otras casas se fueron acostumbrando a las continuas demostraciones de cariño entre ellos.
Draco Malfoy no era el tipo de chico que se dedicaba a una sola pareja. De hecho, sus salidas nocturnas y el 'cambio' de cada noche era bastante normal, por lo que sorprendió el tiempo y el apego que llegó a tener con Zabini
Los rumores de la bisexualidad del rubio fueron confirmados al inicio de esa relación. Esa interrogante había existido desde cierta vez en una fiesta cuando Draco había bailado bastante cerca con un ravenclaw, y al parecer las serpientes disfrutaban la ignorancia del resto de casas. No sólo existían rumores sobre extraños gustos sexuales, sino sobre aventuras con personas inimaginables. Harry creía que se debían, más que todo, al atractivo de Malfoy y al hecho de nunca enterarse con seguridad quien era su pareja de turno.
Harry recordaba perfectamente el partido de Quidditch contra Slytherin en sexto curso. Habían sido cruelmente vencidos por primera vez desde que habían ingresado a Hogwarts. Un cambio radical se había llevado a cabo en el equipo de Quidditch, y según la opinión del moreno, deberían de haberlo hecho hacía mucho tiempo. No era como para decir que los Gryffindors eran malos jugadores, pero los de Slytherin tenían mucho más talento aunque antes no lo hubieran demostrado. Y no sólo en el Quidditch habían mejorado notablemente.
El anterior capitán había salido del equipo y Malfoy había sido nombrado capitán de esa casa casi inmediatamente. Los cambios habían comenzado ahí, con Draco quien después de 5 años de jugar como buscador tomó uno de los puestos de golpeadores. La estrategia se había 'limpiado' visiblemente, convirtiéndose en casi tan justa como la de Gryffindor. Aparentemente no dejarían que se les descalificara por tramposos.
Con Draco como golpeador pusieron a otro muchacho de buscador. Era ágil en la escoba y varias veces había estado a punto de coger la snitch o sacarlo del camino al ver que Harry iba a cogerla. Los últimos dos partidos contra Slytherin fueron los más difíciles en los que Harry había participado. En ambos había cogido la snitch después de horas de juego, pero habían sido cruelmente derrotados gracias a las múltiples anotaciones del equipo verde. La superioridad de Harry como buscador fue comprobada pero inútil debido a la superioridad del otro equipo. La estrategia había sido anotar más puntos que Gryffindor, evitado que cogiera la snitch hasta tener asegurada la victoria, y había sido demasiado exitosa para el gusto de los leones.
El hecho era que en esa primera derrota, al salir de las duchas, se había encontrado con una de las escenas que habría muerto por ver pero que deseaba no haber visto nunca.
Malfoy salía de la ducha de los vestidores de Slytherin. Alguien había entrado pero el rubio no se había percatado, y esta persona había dejado la puerta entreabierta. Harry reconoció rápido la espalda del pelirrojo y frunció el ceño. Zabini se acercaba a Draco con una mirada predadora y saltándole encima le tapó los ojos y le inmovilizó las manos.
- Hola amor... - habían sido sus palabras haciendo que Draco se relajara visiblemente pero sin soltar su fuerza sobre él. Fueron un susurro pero a los oídos del Gryffindor llegaron como dichas por un megáfono al lado de sus oídos.
- Zabini, Zabini... - había murmurado Draco con una sonrisa jugueteando en sus labios
- Ahora, vamos a celebrar el triunfo de Slytherin - y al ver que el rubio quería liberarse agregó -, pero esta vez, yo pongo las reglas.
Después de eso había sacado una venda que colocó en los ojos grises y lo había besado posesivamente. En algún momento en el que Harry estaba inmovilizado en la puerta, Zabini lo había visto. Le levantó una ceja burlona y besó a Draco con más fiereza, haciéndole arquear la espalda con las manos detrás.
Harry nunca supo cómo, pero sabía que Blaise estaba al tanto de que estaba enamorado... no, de que le gustaba su novio. Después de esa vez, había tenido mucho cuidado con los vestidores. Había querido ver más pero Zabini lo miraba como si lo fuera a asesinar, a parte, no creía que hubiera resistido las ganas de sacar su varita y lanzar una maldición. Su carácter explosivo no lo hubiera permitido.
La relación entre ellos dos siguió aparentemente bien hasta el día de su graduación. Harry se sentía más y más aplastado por la tristeza de no volver a ver a Draco tan seguido. Ojala y se encontraran alguna vez en el ministerio.
Esa tarde, Seamus había llegado radiante y con varias marcas rojas en el cuello llamando la atención de Dean, su mejor amigo, y varias otras miradas de la gente que iba de un lado para otro arreglándose para la ceremonia.
- Seamus - dijo Dean -¿dónde has estado? O mejor dicho¿con quién?
- Estaba despidiéndome de Hogwarts... y a que no adivinan con quien
- No lo sabemos, por eso te lo hemos preguntado, tonto - contestó Ron malhumorado mientras buscaba algo bajo el sofá
La conversación no le interesaba mucho así que Harry seguía guardando sus cosas mientras veía que nada se quedara debajo de las camas o en otro sitio. Les quedaba una semana en Hogwarts después de la graduación, antes de abandonarla para siempre y a pesar de esos siete días, ya estaba preparando su equipaje. Quería estar seguro de no dejar nada, además de que teniendo su baúl listo se acostumbraría a la idea de dejar aquel castillo.
- Zabini
En ese momento, una cabeza morena y otra pelirroja chocaron al levantarse bruscamente del suelo. Harry no creía lo que escuchaba. Ese Slytherin había engañado a Draco con Seamus... debía de estar loco. No era por Seamus, que era bastante atractivo, sino por el hecho de que si Draco se enteraba nunca lo perdonaría. A pesar suyo, Harry había sonreído ocultándolo con una preocupación extraña para sus amigos.
Seamus les contó cómo había encontrado a Blaise en la biblioteca recogiendo unos pergaminos cuando le dio un sermón sobre el tiempo que les quedaba y que de repente nunca más se verían, cosa muy diferente a lo que iba a ocurrir con Draco. Finalmente, les contó cómo Zabini había accedido y habían tenido una sesión de sexo entre dos estantes.
Durante la ceremonia se notaba el conocimiento de toda la escuela sobre la aventura entre Seamus y Blaise, el misterio era cómo se había esparcido. Seamus les había jurado que él sólo les había contado a ellos, pero una sonrisa pícara lo traicionaba. Su amigo estaba muy clavado del Slytherin.
Obviamente, Malfoy no tenía ni idea pues hablaba como si nada con el pelirrojo. No pudo evitar sonreírle al verlo cuando recibió su diploma. Era tan bello, y dentro de poco tan libre. Tan inocente y completamente ignorante e lo que toda la escuela sabía, lo había mirado extrañado. Harry había reído para sus adentros imaginándose lo que recibiría Blaise cuando el rubio se enterara,
En la fiesta, después de haber oído los gritos del rubio en todo el salón lo había seguido ignorando como Seamus caía a su lado a causa de un empujón de Zabini. Largo rato había corrido tras el Slytherin hasta alcanzarlo. Con un vocabulario bastante florido lo mandó lejos de él, y Harry no hizo nada más que alejarse para regresar unos 15 minutos más tarde con su capa invisible.
Draco estaba parado frente al lago mientras arrojaba piedras con todas sus fuerzas y maldecía, aunque Harry no entendía absolutamente nada. Las piedras rebotaban sobre la superficie y deformaban la figura de la luna sobre el agua. El cabello platinado brillaba volviéndose blanquecino y la piel de un pálido casi enfermo. La cara estaba contraída en una expresión de odio pero nunca derramó una sola lágrima. Su orgullo no se lo permitía, pensó en ese momento. Draco nunca había estado en ese estado, ni siquiera con él. Hasta ese momento, corrigió Harry cuando el peso de lo que había pasado con Draco hacía poco le cayó en el estómago mientras recordaba la noche de su graduación
Cuando el Slytherin comenzó a temblar de frío de nuevo oyó perfectamente las maldiciones y comprendió porqué no las entendía. No las estaba diciendo en inglés. Había un cambio de idiomas entre oración y oración. Reconoció el francés, y parecía que también había dicho algo en ruso y alemán, pero nunca inglés. Estuvo así hasta que cayó rendido al pasto y Harry se acercó un poco más a él. Con unas últimas palabras en ruso, el rubio regresó al castillo seguido de Harry
Esa última semana había sido casi mortal para Zabini desde el punto de vista de Harry. El rubio lo ignoraba completamente, como si nunca hubiera existido y sólo fuera una piedra en el camino. Malfoy se había convertido en una piedra impenetrable y su acostumbrado buen humor con sus compañeros había decaído, si bien no se había vuelto un antipático con ellos. Ahora, con Gryffindor era otra historia
Las miradas que dirigía a los leones eran más venenosas, pero siempre cargaban una cierta melancolía... como siendo invadidas por sentimientos hacia Blaise siempre que los fastidiaba. Las palabras hirientes se volvieron escasas pero aumentaron los gestos de fastidio y las muecas despectivas. Así hasta el último día en Hogwarts.
No sabía que había sido del resto de Slytherins. No se les veía mucho por el ministerio y muy pocos asistieron a la reunión de exalumnos, más que todo porque estaban muertos. Antes de un año de salir de Hogwarts, la guerra había terminado. Durante ella resultó que la generación de Malfoy le guardaba más lealtad a esa familia que a Voldemort. De esa lealtad se obtuvieron muchos beneficios para el 'lado de la luz', aunque aquellas personas nunca estuvieron en su lado del todo. "No ayudaremos a los que no nos ayudaron ni ayudaron a nuestras familias. No estaremos en tu 'lado', Dumbledore, pero tampoco apoyaremos a los que dañaron a nuestros padres", fueron las palabras de Draco cuando Dumbledore le ofreció un puesto en la Orden del Fénix.
Ese grupo ahora era perseguido por su 'cercanía' a Voldemort, ya que nunca se confirmó como perteneciente al lado de la luz. Harry sabía que no era justo, pero no podía hacer nada. Y a Dumbledore no le importó cuando se realizaron las persecuciones a pesar de conocer la inocencia de esos Slytherins. Con Voldemort muerto, el viejo directo también se había ido extinguiendo hasta morir.
Harry se había cruzado un par de veces con Malfoy en el ministerio. Gracias a él, las heridas por las muertes de seres queridos no cicatrizaban rápidamente. Haber visto morir a tus mejores amigos había sido doloroso, tanto como quedarse completamente solo después. La familia con aquel característico cabello rojo había sido exterminada por un grupo de Death Eaters luego de la caída del Lord. Hermione había muerto en una batalla y Remus había muerto al tratar de vengar a Sirius. Harry no sabía porque tenía que seguir viviendo cuando no había nadie ni nada por quien luchar, pero aún así aquí seguía. Y no tenía el valor de irse.
Sabía por contactos que Malfoy había sido absuelto, pero su padre era perseguido. Sabía de la muerte de muchos Slytherin de su promoción: Goyle, Bullstrode, Pucey. Parkinson estaba en San Mungo por múltiples daños sicológicos debido a constantes torturas por parte de ambos lados pero iba mejorando, y Zabini cumplía una pena de 7 años en Azkaban por asesinato culposo y complicidad con algunos planes de su padre. Harry deseaba la cadena perpetua para aquel tipo. En unos 4 años caminaría nuevamente libre para buscar a Draco... ojala estuviera loco para cuando eso llegara…
Harry sospechaba que Draco conocía la historia de sus compañeros pues una vez había leído una carta a su padre donde le decía que Pansy ya lo reconocía. Hacía poco se había percatado de que nunca se mencionaba a Vincent Crabbe, y después de 2 días de percatarse de aquello se enteró que él nunca estuvo del lado de Malfoy.
Lo que no entendía era, que si Lucius no estaba del todo con Voldemort¿por qué había huido? Seguramente no creía en la justicia del ministerio, y no podía reprochárselo.
Un sonido lejano sacó a Harry de sus recuerdos y lo regresó al presente. Había sido un elfo abandonando la habitación. Cuando se disponía a volver a su ensimismamiento un fuerte ruido resonó en el segundo piso. Parecía como si algo pesado hubiera sido arrojado bruscamente contra el techo. Similar al sonido del cuerpo de Anna cuando voló hacia la pared. Lo primero que se le vino a la cabeza fue Draco, y botando la silla se levantó y salió hacia su cuarto.
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Unas esferas ambarinas se dibujaban sobre mi cabeza. Los colores se deformaban en los bordes, volviéndose borrosos, como detrás de un cristal empañado. El techo daba vueltas, convirtiendo ambas esferas en una sola.
Volteé hacia ambos lados pero el cuarto estaba vacío. Las paredes se balanceaban a mi alrededor mientras cambiaban del gris al dorado intenso. Ambas tonalidades bailando ante mis ojos como riéndose del estado en el que estaba. Oía risas al fondo de mi cabeza y las buscaba desesperadamente. El sol subía a mi izquierda, podía sentirlo mientras las paredes se volvían más delgadas y desaparecían, dejando a los rayos quemarme la piel intensamente. Luego, una figura negra se materializó frente a mí.
La máscara blanca, que irónicamente representaban una sonrisa falsa y vacía, sacó su varita y la apuntó contra mí. Me retorcí sintiendo la sensación de dolor en cada fibra de mi cuerpo. Pequeñas puntas afiladas de dagas plateadas torturándome mientras mordía mi labio inferior para no gritar. Cerré los ojos.
El dolor cesó. Sentí como el piso debajo de mí daba vueltas y detrás de mis párpados cerrados pude ver la oscuridad que me rodeaba. Al abrirlos otra persona me sostenía en sus brazos. Unos ojos celestes me sonreían. Eran tres Slytherins. Tres viejos compañeros de casa.
Millicent me miraba mientras balanceaba su cabeza. Greg tenía una media sonrisa en su rostro y Adrian me daba palmaditas en la espalda. Pensé haber muerto y si no era así, se debía a mi ignorancia. Mi cuerpo era informe y parecía flotar sobre alguna superficie extraña. El espacio, ahora iluminado levemente de color blanco, era estrecho y sin embargo no se podían señalar ni tocar las paredes. Parecía alejarse cuando uno trataba de alcanzarlas. Nuevamente el vértigo me alcanzó y las figuras se volvieron borrosas. Millie negó con la cabeza. Todo se volvió negro mientras cortinas verdes se dibujaban frente a mí.
Voldemort torturaba a mi padre, y Narcissa yacía inconsciente a su lado. Los cabellos platinados caían sobre su frente mientras yo corría para llegar a él y detener al Señor Oscuro, pero nunca pude. El piso estaba resbaloso y al bajar la mirada pude ver lo que era.
Sangre.
Líquido carmesí empapando mi túnica y creciendo hasta bañar a madre también. Lucius se iba poniendo más y más pálido hasta que me di cuenta que era su sangre la que me empapaba. Grité desesperado cuando Narcissa se puso de pie y se abalanzó sobre Lucius. Traté de detenerla pero nuevamente me fue imposible.
Sentía que una fuera extraña me impedía avanzar y me vi descendiendo por un túnel negro y oscuro hasta golpearme la espalda contra el suelo. Unos brazos extraños me sostenían mientras luchaba por liberarme de ellos. Tenían pústulas y eran de un color verdoso. La cabeza me dolía, haciendo más difícil el hecho de liberarme.
Blaise apareció mientras mi cuerpo estaba inmóvil sobre el suelo. Pansy lo volteó y el pelirrojo solo me miró antes de desaparecer de nuevo. Donde había estado sólo quedó una nube de humo mientras Pansy la alejaba con una mano haciéndola desaparecer nuevamente. Mi amiga se acercó a mí y pronto tuve unos ojos verdes mirándome tiernamente. Anna me abrazó y la abracé de regreso.
Regresé al mismo cuarto de paredes extrañas sin separarme del abrazo pero ahora sabía que no era ella. Lo sentía a pesar de ver su nuca castaña conmigo. El abrazo de un extraño me reconfortó, pude descansar antes de ver aquellas esferas ambarinas de nuevo. El vértigo me alcanzó de nuevo y tratando de volver más nítidas las imágenes abrí los ojos brutalmente. Me encontraba en mi cuarto de nuevo, y había alguien abrazándome.
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Harry había llegado a la habitación de Draco cuando vio a la elfina parada histérica al lado del rubio, quien tenia los ojos cerrados y sudaba agitado en el suelo. El sonido había sido, seguramente, de su caída.
El moreno se acercó y luchó con el rubio un rato hasta que logró inmovilizarlo. El pecho de este bajaba y subía agitado y mantenía la cabeza fija al frente con la frente contraída formando pequeñas arruguitas en la piel pálida. El aire abandonaba sus pulmones en jadeos mientras, tercamente, mantenía los ojos cerrados y el rostro contraído.
Harry lo subió a la cama con algo de trabajo, donde nuevamente tuvo que mantenerlo nuevamente contra el colchón. Se acercó a él y por un segundo, el rubio abrió sus ojos. Los ojos grises se veían perdidos y tenía el brillo característico de las personas que están alucinando.
Los brazos morenos lo rodearon mientras se relajaba. Harry no sabía que tener al rubio de esa manera podía ser tan tranquilizante. Draco se veía tan indefenso. Tan inocente en ese estado... y sobre todo, tan frágil. Parecía como si en cualquier momento pudiera quebrarse y partirse en pedazos. Quería que todo se detuviera y se quedaran congelados en esa posición. Deseaba con todas sus fuerzas que alguna vez el rubio lo perdonara y tener la oportunidad de tenerlo nuevamente así sin que este lo rechazara.
- Señor, usted no puede entrar aquí, señor. El amo Malfoy le había prohibido entrar, señor. Se molestará con Minny, señor... lo hará, y Minny lo quiere tanto, señor, salga... salga
La voz de Minny lo sacó de sus cavilaciones. La elfina sabía cómo arruinar los momentos. Los ojos verdes pasaron de uno a otro y decidió ignorar a la criatura. Había estado pensando como llegar hasta Draco, y a pesar de no estar feliz por su enfermedad, no podía molestarle el hecho de que al menos, si lo cuidaba y le daba todo lo que podía hubiera alguna posibilidad de simpatía entre ambos.
No tenía la más mínima idea de porqué Draco había caído enfermo. Suponía que era debido a la noche anterior, cuando había dormido desnudo sobre el suelo. Un rubor creció en las mejillas morenas al saber que era culpa suya el estado de Draco. Realmente todo era culpa suya.
- Tiene que irse, señor. Deje al amo Malfoy, señor.
Harry resopló molesto mirando a la elfina con ira. No quería irse y ese monstruo no tenía ningún derecho a expulsarlo. Él era el nuevo dueño de la casa y él decidía donde debía estar y dónde no.
- Vete de aquí. Quiero estar a solas con él - le habló molesto sabiendo que lo único que la pequeña criatura hacía era cumplir las ordenes de su amo.
La elfina se preocupó visiblemente. No debía de permitirle el ingreso pero con el estado de su amo hubiera sido imprudente prohibirle el paso. Pero ahora debía conseguir sacarlo de ahí. El amo Malfoy no podía empeorar, y viéndolo ahí lo agitaría. No era bueno. Nada bueno
- Debe irse... el amo despertará y está usted prohibido de entrar aquí. Váyase, váyase - gritaba Minny desesperada por la indiferencia del hombre
A Harry le daba pena la elfina, pero no quería irse. Una atracción más fuerte de lo que podía controlar lo llamaba a quedarse. No sólo por el dolor emocional, y hasta físico, que sentía cuando Draco no estaba cerca sino porque lo necesitaba y lo quería así. Mientras Draco estaba semi-inconsciente podía tenerlo en sus brazos. Y su calidez era demasiado relajante como para negarse.
- Váyase. ¡El amo Draco no lo quiere aquí¡No lo quiere! - lloriqueaba la elfina fuera de control mientras agarraba la funda de su almohadón fuertemente
- ¡Yo soy el amo ahora! - gritó furioso Harry haciendo a la elfina encogerse de miedo mientras un líquido transparente brillaba bajo sus largas pestañas
Los ojos verdes tomaban tonalidades rojizas mientras lanzaba una larga mirada de odio a la elfina. La criatura temblaba de terror ante la figura más alta en la cama. Las paredes parecían haberse oscurecido y la luz que se colaba por los ventanales era cada vez más mortífera. Una niebla densa ocultaba la luz que debía dar vida a los terrenos. Fuera del cuarto sólo se veían sombras lúgubres proyectadas por las antorchas.
- Yo soy el amo ahora - repitió más bajo Harry, viendo como sus palabras calaban en la mente del pequeño monstruo -. No me iré porque tú me lo dices, criatura miserable y patética.
Los grandes ojos parpadearon una par de veces mientras lágrimas rebeldes los abandonaban y bajaban por las graciosas mejillas. La funda se mojó y pareció más sucia de lo normal. Harry la miraba con odio profundo. Draco le tenía más cariño a ese bichito que el que jamás llegaría a sentir por él. Por un momento sintió celos, obviando lo tontos que eran. Hasta llegó a sentir lástima por ella, sabiendo que le habían dolido sus palabras y que no sabía a qué se debían. Nunca había tratado así a ningún elfo o criatura, por muy superior que fuera ni por muy molesto que estuviera.
Draco se movió entra sus brazos. La cabeza rodó hacia atrás y sus ojos grises entreabiertos lo miraban sin enfocarlo. Luego, los orbes grises se abrieron de par de par mirando los cortinajes y haciendo que mechones plateados cayeran sobre su frente. El tímido tinte rosado que cubría sus mejillas no combinada con su apariencia normal, y el tono amarillento que había tomado su piel lo hacía lucir más enfermo. Los ojos estaban opacos y sin una gota de vida.
Volteó la mirada hacia él y sacó fuerzas para mirarlo con desprecio. La mueca de asco en el rostro enfermo taladró a Harry, quien no tuvo tiempo de sorprenderse por el creciente odio que el rubio demostraba hacia él, pero no lo soltó. El Slytherin se movió y volvió a jadear, como si le costara un gran esfuerzo. Miró al moreno como queriéndolo matar con la mirada.
Draco quería que lo soltara. Se sentía incómodo con la presencia de Harry y ambos lo sabían
- Suéltame y lárgate, Potter - alcanzó a susurrar, ingeniándoselas para poner veneno en cada sílaba y a pesar del esfuerzo, sonar amenazante
- No - contestó Harry afirmando su fuerza alrededor del frágil cuerpo
Minny se recuperó del susto y al captar la mirada de Draco los separó. Harry salió disparada contra uno de los postes de la cama y perdió el equilibrio. Pronto estaba en el suelo viendo como la elfina acomodaba a Draco y este volvía a delirar, mirando el techo y moviendo la cabeza de un lado a otro con los ojos entreabiertos y desorbitados. Nuevamente, su pecho subía y bajaba salvajemente y el rubor desapareció. La palidez que lo cubrió era terrorífica. Parecía un muerto en ese momento.
Harry se incorporó y trató de acercársele pero Minny se interpuso
- No se acercará a él. Váyase del cuarto Minny lo maldecirá. Lo juro
El resoplido de Harry hizo vacilar a Minny pero sin embargo esta no se movió. Dio un paso hacia Draco pero nuevamente fue lanzado hacia tras. En su frustración se le ocurrió el peor castigo que le podría dar a esa elfina mala y desobediente, y aunque era cruel, debía de saber cuál era su lugar.
- ¡Me cansé de ti! - le gritó con desesperación -. ¡Ahora la que se irá eres tú¡Tú sola y nadie más!
Con esto comenzó a deshacer los pasadores de sus botas ante la mirada atenta de la criatura.
Minny comenzó a convulsionar por el llanto al ver lo que se aproximaba mientras Harry proclamaba que tenía todo el derecho y el poder de hacer lo que quería con la servidumbre. Ella comenzó a gemir y a rogarle que no le diera la prenda. Le rogaba que no la botara, que no la alejara de Draco.
Esto sólo le dio más cólera a Harry, quien decidió darle todo su armario si era necesario. La mantendría lejos. La mantendría lejos de Draco todo el tiempo posible. Nunca la dejaría cerca de él. Jamás volvería a alejarlo de su amor.
Se congeló al oír sus propios pensamientos. No podía haber sido en serio. Había admitido ante su subconsciente que estaba... No era posible. Estaba frustrado, eso era todo, y trató de convencerse de eso.
Nuevamente consternado arrancó con furia su calcetín y miró a la elfina que lo miraba aterrada y hundiéndose contra el pecho de Draco. El chico se movía incontroladamente contra el colchón. Sudaba más que nunca y no dejaba de articular palabras inteligibles en sus delirios. Harry avanzó un paso mirando a la elfina cada vez más perturbada temblar sin control ante él.
- ¡NO! - fue el grito que perforó el silencio sobre los llantos desesperados.
Luego, todo cesó. Los grillos cantaban fuera pero dentro de la habitación todo era silencio de nuevo. Minny miraba preocupada al Slytherin, quien estaba sentado en la cama respirando agitado y cogiendo violentamente las sábanas. Harry lo miraba preocupado aun con el calcetín en la mano.
Draco se limpió el sudor y miró a Minny, quien aún temblaba a su lado. Luego a Harry. Notó el estado de la elfina y el calcetín en la mano de su enemigo. Se alteró de inmediato y comenzó a temblar con espasmos de cólera.
- ¿Qué piensas hacer, Potter? - murmuró debido al dolor que le causaba hablar
Harry lo miraba. Lentamente bajó el brazo y el calcetín cayó a su lado. Temía por Draco. Había sentido la alta temperatura de este cuando lo había abrazado. Quería que se calmara, podría ser peligroso agitarlo demasiado y al menos, lo pondría mantener tranquilo si le mentía y decía cualquier cosa para salir de la discusión que se aproximaba. Sabía que lo que necesitaba el rubio era descanso... y tal ves un medimago, pero por ahora lo segundo era demasiado arriesgado.
- Nada, Draco. Estaba siendo malcriada. Eso es todo. Échate y descansa - habló Harry tratando de sonar calmado y con una dulzura en la voz que le sorprendió a sí mismo
Los ojos grises lo miraron con recelo y jaló la pequeña mano de la criatura. Los ojos ambarinos lo miraron nerviosos mientras este no despegaba su mirada del Gryffindor.
- Te juro que te mataré si le haces algo a Minny. Te juro que lo haré, Potter. Lo juro
Harry se sintió aplastado. Después de eso vio a Draco perder nuevamente el brillo de sus ojos y el control de su cuerpo. Se desvaneció sobre las sábanas aun sosteniendo firmemente la mano de Minny entre las suyas, como habiéndose despertado sólo y exclusivamente para proteger a la elfina. La ira no abandonó a Harry, muy por el contrario, juró deshacerse de la elfina cuando Draco ya no estuviera enfermo
La criatura lo acomodó mientras lanzaba miradas de miedo a Harry y al calcetín que yacía tirado a su lado. El muchacho tenía un pie desnudo, pero no le importaban sus pies en ese momento.
Harry retrocedió lentamente hasta chocar contra la puerta. Desde su posición alcanzaba a ver el rostro translúcido de Draco y la fuerza que ejercían sus blancas manos sobre las ásperas de Minny. La elfina estaba arrodillada a su lado, pasándole una mano por los cabellos platinados y llorando silenciosamente. Ahora no se agitaba, pero era incluso peor así. El chico estaba inmóvil, sin color sobre la piel y completamente inerte a excepción de los huesillos de la muñeca que sobresalían a causa de la fuerza con la que aferraba la pequeña mano de la elfina. Los párpados cubrían sus ojos y su respiración era superficial.
Palpó el pomo de la puerta detrás de él no queriendo ver más esa imagen. Parecía un cadáver con un deudo a su lado, llorando por su partida. Uno de los cuadros más tristes y sombríos que había visto en esa casa. La enfermedad de Draco avanzaba y necesitaba ayuda rápido. Alguna de confianza y que no fuera a abrir la boca. El problema era, que todos los que cumplían con esos requisitos estaban tres metros bajo tierra.
Abrió la puerta y antes de cerrarla dijo en voz muy baja, como si hablara consigo mismo aunque obviamente el mensaje era para la criatura en el suelo
- Cuídalo - y con eso abandonó la habitación sin ver el escalofrío que recorrió a Draco y el miedo de la elfina a su lado. Un pequeño brazo se extendió en su dirección y selló la puerta con un encantamiento.
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Chapter Summary: (16 de Marzo) Donde Harry recuerda todo lo que sabe sobre la relación entre Draco y Blaise, Draco sueña, Harry vela por él, Minny es casi despedida, y Draco vuelve a caer enfermo.
GaB
Modificado el Sábado 05 de Noviembre, 2005
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