Como el fin de semana pasado no pude traer el capítulo este finde hay doble capitulo. Sin más, disfruten la lectura.

Capítulo 10: El zorro y el perezoso.

Al llegar la primavera, jóvenes maestros de distintas sectas arribaron en Gusu. Desfiles de comitivas de color morado, verde, amarillo, tonos de azul y naranja ingresaron a la montaña. No importaba si eran grandes o pequeñas sectas, no había distinción puesto que en las clases del maestro Qiren todos eran bienvenidos. A excepción del clan Wen.

Unas décadas atrás, ambas sectas tuvieron un desacuerdo y los Wen desde entonces dejaron de enviar discípulos a Gusu.

Wei Ying sabía de esta tradición y las clases, puesto que en años anteriores había visto de lejos las caravanas. Aunque nunca le había importado mucho acercarse a mirarlos, ya que podría ser cazado por los cultivadores, esta vez le ganó la curiosidad. Buscó un árbol que le diera una gran visión del patio, desde allí vio que los alumnos se formaban de acuerdo a sus sectas y le dieron sus saludos respectivos al líder. Lan Qiren estaba en el medio frente a todos, a su derecha Xichen y a la izquierda Wangji. El zorro supo de inmediato quienes eran los otros dos, en sus tardes de conversaciones, el joven Lan se los había descrito.

Lan Zhan se veía igual de pulcro y hermoso que siempre, parecía estar usando una túnica más nueva y un poco más lujosa. Siempre con su rostro serio, parecía un inmortal visitando la tierra. Los demás cultivadores le lanzaban miradas furtivas que el Lan parecía ignorar. Wei Ying tenía una sonrisa tonta mientras lo veía y se quedó apreciando toda la ceremonia de recibimiento, hasta que los discípulos entraron en un gran salón.

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Pasaron muchos días y Lan Zhan no había podido visitar al zorro, hasta que una tarde por fin pasó por la cueva. Al llegar, lo único que encontró fue a los conejos dormidos en su canasta, pero ni un rastro del zorro. Pasada una varita de incienso, Wei Yin volvió, en sus manos tenía un saco con rábanos, huevos, papas y nísperos.

—¡Lan Zhan! —gritó feliz desde afuera de la cueva y entró corriendo, su cola moviéndose de lado a lado, mostrando su felicidad —. ¡Hace tiempo no venías!

—Mnn —asintió —, hay muchas clases a las que debo asistir, además de ello monitoreo a los nuevos estudiantes.

—Eres muy famoso Lan Zhan, ¡parece que te necesitan todo el tiempo! —alagó Wei Ying, "acomodando" desordenadamente un poco las cosas en sus estantes —. ¿Quieres comer? Te traje nísperos, desde que acabó el invierno los frutos han salido. También me encantan las papas y hay huevos, te prometo que no le pondré picante a tu comida.

—Mnn —asintió, entusiasmado a su manera por su fruto favorito y un poco preocupado por la comida, decidió ayudar al otro a asar las papas.

Sacaron el hornito y comenzaron a cocinar. Wei Ying le hablaba un montón de lo que había hecho todo ese tiempo sin verse. Le contó sobre la señora Ming, cómo la conoció una vez que tenía mucha hambre y ella al ser ciega le ayudaba, pensando que era un humano huérfano. Por eso siempre tenía rábanos y papas pues la señora se los regalaba al ayudarle. Lan Zhan sólo comentaba cuando era necesario. Al estar juntos durante tanto tiempo, Wei Ying aprendió a guardar silencio al comer, aun así, daba comentarios de lo que comía o le preguntaba a su amigo si le gustaba, pero lograron estar en silencio en general. Cuando terminaron la comida, Wei Ying continuó:

—Entonces el primer día de primavera cuando vinieron las sectas los vi, tenías un traje muy bonito —y es que la imagen de Lan Zhan como un inmortal aun recorría su cabeza, era hermoso.

—Cuidado —le preocupaba que se acercara a Gusu y más en esta época donde había muchos más cultivadores, usarían el primer descuido para atacarlo.

—Estaba algo lejos, pero tengo buena vista, obviamente no me iba a acercar. Pude ver gente de Yunmeng. Recuerdo haber estado ahí antes, tengo recuerdos de semillas de loto y de nadar en los estanques, pero no sé cuándo estuve allí.

—Hay muchos cultivadores —luego pensó para sí mismo que no quería ver a Wei Ying sufrir o ser atacado por alguno de ellos.

En ese momento, los conejos se acercaron a Lan zhan y este estaba jugando con ellos sobando sus orejitas, Wei ying se sentó al lado de ellos después de un tiempo, ya no huían de él, pero siempre estaban alerta con su presencia.

—Lan Zhaaaan, los conejos aun no me quieren —le hizo un berrinche fingido —. No dejes que me muera de hambre de nuevo —le sonríe acercándose más.

Los conejos se escondieron debajo de las mangas de Wangji. El Joven cultivador se puso un poco nervioso por la cercanía, pero aclaró su mente.

—Mnn —negó —, no más hambre.

Wei Ying le sonrió ampliamente, sabiendo que, siempre que pudiera, el Lan cumpliría su promesa. Como símbolo del cariño que tenía por este humano, puso su cola en el regazo de Lan Zhan. El conejo blanco puso su cabeza en ella mientras está en la pierna del Lan.

—¡Ah, mira Lan Zhan! ¡Ahora sí me quiere! —le dice el zorro, feliz.

Tener al otro tan cerca y además con la suave cola en sus piernas, puso nervioso a Wangji. A pesar de todo, acarició al conejo y la cola al mismo tiempo, sus orejas se tiñeron de un leve rojo que el zorro no notó. Era tan suave que deseaba tenerla siempre en sus manos.

Al llegar el atardecer, Lan Zhan se despidió.

—¿Cuándo volverás? —le preguntó el zorro.

—No lo sé —era verdad, últimamente le era más difícil salir de su hogar ya que tenía mucho en qué ayudar —. Tal vez pronto —dijo al ver que el zorro había puesto una expresión triste.

—¡Estaré esperando! —no podía ser codicioso, Lan Zhan era alguien importante y no sólo para él.

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Las lecturas del día habían finalizado y seguían las clases de espada. Sin que nadie se diera cuenta, Nie Huaisang se había escapado de la práctica, a él no le interesaba el sable ni luchar. Así que se fue a la parte lateral de la montaña a buscar aves. Le gustaba capturarlas para dibujarlas.

Mientras estaba a punto de alcanzar una muy extraña, unas garras se atravesaron en su campo visual. Frente a él, un demonio zorro apareció cazando la presa que él iba a capturar. Wei Ying se detuvo al ver a la persona que estaba al lado y se dio cuenta de que era un cultivador.

Ambos se quedaron pasmados, mirándose fijamente a los ojos y cada uno pensaba para sí mismo "voy a morir". No se habían movido ni un milímetro cuando se escuchó el crujido de una rama. Xichen se había dado cuenta que Huaisang volvió a escapar y mandó a su hermanito a buscarlo. Y cuando llegó, se topó con esta escena.

Tanto Huaisang como Wei Ying lo miraron a los ojos, suplicándole un "sálvame", pero él en verdad no sabía qué decir.

—Lan er, por favor ayúdame, no sé pelear —dijo Huaisang al borde de las lágrimas.

Lan zhan cerró los ojos y dio un suspiro largo.

—Wei Ying, ¿qué haces aquí? —incluso se masajeó el puente de la nariz.

—La presa… se me escapaba —en verdad no era su intención acercarse tanto y tan descuidadamente al receso de las nubes.

Lan Zhan se acercó a los dos y los obligó a sentarse en una roca. Huaisang tenía muchas preguntas en su cabeza, pero no sabía cómo hacerlas, la cara de Lan Wangji parecía la misma, pero tenía la corazonada de que estaba enfadado.

—Lan zhan, lo siento no me di cuenta que estaba tan cerca y… — se quedó callado cuando el Lan lo miró —. No quiero que te enojes —hizo un puchero y hablo más suavecito.

Luego de unos minutos de tenso silencio, finalmente el Lan habló, parecía estar mediando las palabras que diría.

—Huaisang, sé que no dirás nada.

El aludido se sorprendió porque nunca vio a Lan Wangji hablar de más, a no ser que recitara las reglas o respondiera a su tío en clase.

—¡No para nada! ¡No hablaré! Si alguien me pregunta, en verdad no sé nada —dijo rápidamente, obviamente no le dirá a nadie que fue a cazar aves y terminó frente a frente con un demonio zorro, que parece conocer al mejor cultivador de su edad.

Lan Zhan asintió, pero aun así usó su mejor carta para comprar su silencio

—Si alguien más llega a saber de Wei Ying por tu culpa, le diré a tu hermano cómo te estabas copiando en el examen y cómo te escapas de los entrenamientos —su cara seria contrastaba con el chantaje, pero aun así el Nie sólo dijo en tono lloroso.

—¡N-nadie lo sabrá, nadie además de mí lo sabrá! No le digas a da ge por favor…

—Wei Ying —llamó aun con enojo en su voz, el aludido miró al Lan —, te dije que no vinieras cerca —y en verdad estaba muy enfadado, si no fuera él, ¿qué harían? ¿Lo cazarían? Lo habrían matado sin dejar un sólo rastro de él.

—Yo... te lo dije, no me di cuenta dónde estaba hasta que atrapé a la presa —le mostró el ave muerta en sus manos, sangre escurría de las garras del chico.

El Lan dio un respingo con esa vista y siguió enfadado. Wei Ying agachó sus orejas, dándose cuenta del estado de ánimo de su amigo.

—Tendré más cuidado…

Huaisang sacó un abanico de su manga y se tapó el rostro con él. Esta interacción se le hizo interesante. Si un Lan confiaba en esa criatura, sería interesante entenderla. Aun así, con la promesa de Huaisang de que no hablaría y la amenaza de decirle a su hermano, regresaron a Gusu, pero esperaba tener otra oportunidad para verlo.

—Vuelve a casa y ten cuidado, este lugar está lleno de cultivadores —dijo el Lan deteniéndose, pero sin girarse hacia Wei Ying.

—Sí, Lan Zhan, nos veremos luego.

Si el joven maestro Lan se hubiera volteado, vería cómo el zorro estaba con sus orejas gachas y los ojos aguados.

Bueno hasta aquí por hoy. Amo la amistad de Huaisang y WeiYing en sus días de Gusu por eso tenía que agregarlo en esta historia.

¿Qué pasará ahora que sabe el secreto de Lan zhan?

Muchas gracias a Josita por su beteo, a ustedes por sus comentarios y votos.