Capítulo 20: Nueva vida

Wei Ying quería ir a Gusu y encontrar a Lan Zhan, ver que estuviera bien, pero sus heridas no curadas se lo impedían. Además, sus garras aun no crecían, tenía hambre y la energía resentida lo mareaba. Era tanta la que su cuerpo albergaba que a veces de la nada perdía la racionalidad y las voces en su cabeza se volvían increíblemente nítidas y desalentadoras.

"Te va a odiar cuando se entere cómo sobreviviste"

"Estás todo marcado por los Wen"

"Tu madre perdió el control y mató a tu padre"

"Este poder acabará contigo"

"¿Por qué no nos das tu alma y descansas de una vez?"

Cerró los ojos, él no quería creer en las palabras de ese hombre en El Muelle de loto. No recordaba bien a sus padres, pero sabía que ellos se amaban… ¡Su madre no podía haberle hecho daño a su padre! Porque si era así, entonces él… a Lan Zhan…

Mientras seguía divagando, llegó a un pueblo pequeño a las afueras de Yunmeng. Esperó a que anocheciera y robó unas gallinas de un corral; ya no podía cazar sin sus garras, sólo con sus dientes era difícil, pero no podía dejarse perder el sentido.

Al final se comió sólo una y soltó a la otra, le parecía desagradable comer carne después de esos tres meses en los túmulos, odiaba eso de él… si sólo pudiera dejar de comer, practicar la inedia como los humanos.

Al salir del pueblo robó algunas semillas de loto y mientras se las comía, se internó en el bosque donde sólo dio vueltas y vueltas. "Todo se me hace tan familiar, de seguro es porque papá era de aquí". Miró un poco más los alrededores y decidió volver a Yiling. Según la nueva información, sus padres vivieron allá, quizás podría encontrar una pista de lo que en realidad pasó con su madre.

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Un par de días después, Wei Ying arribó en Yiling. Las casas se veían destrozadas, viejas y la madera raída por animales. Los mercados allí no tenían mucha abundancia y nadie de afuera se acercaba, de hecho, muy pocas personas se quedaron a vivir en el desolado pueblo. Así que decidió quedarse cerca, necesitaba de los humanos para comer los animales que criaban, en esos instantes se sentía muy inútil.

Se instaló en una casita abandonada a las afueras del pueblo. El techo estaba a medio caer, pero al no tener su cola, era mejor que pasar frio. Tenía puesta la túnica exterior que le regaló Lan Zhan, estaba rota y bañada en su sangre, el olor a sándalo ya se había ido hace mucho pero su memoria muscular lo hacía olfatearla cada vez que se sentía asustado y perdido, bastante seguido desde que salió de Yunmeng.

Su mente se dejaba llevar por las voces en su cabeza que lo hacían sentir bastante loco, perdido, antes todo lo que quería era volver a su cueva en Gusu, alimentar a los conejos, esperar las visitas del Lan. Ahora no se sentía capaz, se sentía sucio, se sentía como un verdadero demonio a temer, tenía miedo de herir a la persona que amaba.

Este delirio le hizo perder la noción del tiempo, hasta que un día escuchó un bullicio proveniente del pueblo. Siendo casi un pueblo fantasma, esa cantidad de ruido era totalmente anormal y la curiosidad le ganó. Corrió hasta el lugar y se subió a un árbol para observar lo que pasaba. Un grupo de personas, evidentemente Wen por sus ropas, caminaban a lo largo de la calle principal. Se veían cansados y débiles. Los lugareños les lanzaban piedras o cualquier objeto que tuvieran a mano, les gritaban asesinos y demás palabras malsonantes.

Wei Ying iba a ignorarlos, después de todo, sino fuera por ellos, no se habría convertido en un MONSTRUO. Pero una segunda mirada a la procesión le hizo detenerse. Entre ellos había un niño pequeño que miraba a todo con nerviosismo a punto de llorar, varios ancianos, muchos de ellos cojeando y la doctora de la última vez. También parecía que llevaban cargando a alguien.

La mente del zorro se debatía. Estos eran Wen, pero también personas vulnerables, tan perdidas como él. No pudo aguantarlo más, se puso su túnica exterior en la cabeza para esconder sus orejas y bajó del árbol. Alejó a los habitantes del pueblo usando sólo el aura oscura que emanaba de él, estos lo miraron con terror y huyeron. Tomó del brazo a Wen Qin y la haló hacia el bosque y como supuso, los demás los siguieron, ya fuera por temor o por ver en él una esperanza.

Allí se quitó la túnica exterior de la cabeza y la doctora lo reconoció.

—¿Estás vivo? —le dijo con sorpresa —, pensé que Wen chao te había matado, eso fue lo que nos dijeron.

—Volví del infierno para hacerme cargo de él por todo lo que me hizo, ¿y ustedes qué hacen aquí? ¿Por qué se ven tan mal?

—La guerra acabó. Después de que mataran a ambos herederos, muchos soldados empezaron a reusarse a la guerra. Finalmente, las grandes sectas mataron al líder de nuestro clan. Ahora todos quieren atraparnos y asesinarnos, incluso a los que no son cultivadores. Yo hui con ellos, son mi familia, pero a donde sea que vamos nos maltratan —la mirada de la mujer se dirigió a la persona que cargaban —. Mi hermano está muy mal.

Wei Ying se acercó a Wen Ning, sus heridas parecían muy graves, pero sin el núcleo dorado que antes poseía, no podía usar su curación.

—No conozco mucho este bosque, pero hay un lugar donde sé que crecen algunas hierbas medicinales fuertes, con eso curé mis heridas. No sé si quieran ir, pero es lo único que puedo ofrecerles —dijo señalando la entrada evidente hacia los túmulos funerarios.

—¿Los túmulos funerarios? Wei Wuxian, ¿estás seguro que es habitable? —preguntó sorprendida la doctora.

Un poco vacilante, el zorro respondió.

—Estuve ahí tres meses. Hay lugares donde se puede refugiar, hay hierbas medicinales, hay partes de tierra que pueden ser cultivadas para sembrar papas y rábanos, lo mejor es que nadie se atreve a entrar, así que no seremos molestados.

No teniendo más opción, todo lo siguieron, era eso o seguir siendo apedreados en el pueblo.

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Con el paso de las semanas, el lugar fue tomando vida y se vio como un pequeño asentamiento. Al principio todos dormían dentro de las cuevas, pero luego empezaron a construir pequeñas casas. Wen Ning descansaba en la cueva y tanto Wei Ying como su hermana se turnaban para cuidarlo. El niño del grupo se llamaba Wen Yuan y pasó algunos días dormido por la desnutrición, pero cuando comenzaron a darle frutos, mejoró y corría con felicidad, era la luz del lugar.

Sin embargo, Wen Qin notó que el zorro sólo estaba bien en apariencia. Ella podía notar que en las noches no dormía bien y su humor cambiaba drásticamente, como si la energía resentida lo estuviera corrompiendo. Una noche, cuando todos ya estaban dormidos, ella entró a su cueva.

—Wei Wuxian, ¿estás despierto?

—Sí… —respondió él distraídamente luego de un rato, sentado en el piso escribiendo algo junto a una antorcha encendida.

—¿Qué haces? —preguntó Wen Qin.

—Estoy buscando formas de recuperar a tu hermano, según lo que notamos, su cognición espiritual fue arrebatada, por eso parece muerto, pero no lo está, sólo hay que traerlo de vuelta.

—No deberías trabajar tan tarde, sé que es por mi hermano y estoy más que agradecida, pero si no descansas, tus heridas no mejorarán.

—No hay forma de dormir… —soltó como un suspiro —. Tú descansa yo terminaré esto.

—No quiero imaginar lo que vez cuando cierras los ojos, pero puedo ayudarte —ella era una cultivadora y sabía que la energía resentida dañaba la mente y el corazón. Seguramente Wei Ying se veía afectado por todo ello.

Tardó en convencerlo, pero al fin Wei Ying dejó que ella con su acupuntura lo hiciera dormir. Al usar esa técnica, no soñaba ni recordaba o si lo hacía, no era evidente.

Al pasar unas semanas más, pudieron comenzar a arar la tierra. Los ancianos se sorprendieron mucho de que el zorro supiera mucho sobre cosechas, pensaban en su ignorancia que los zorros demonio sólo comían animales crudos. Wei Ying les contó sobre la anciana Ming, que lo ayudaba constantemente a comer mientras él le ayudaba a sembrar sus zanahorias.

Wei Ying y Wen Qing pelearon sobre si sembrar papas o rábanos, al final sembraron ambos. Y con la primera cosecha, los hombres bajaron al pueblo a cambiar sus hortalizas por otros bienes. A veces tomaban túnicas de la basura para cambiarse sus ropas Wen y así no levantar más sospechas.

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Por otro lado, al terminar la guerra, los líderes de todas las sectas se reunían en Lan Ling estaban buscando acuerdos entre todos para evitar que una guerra como esta se repitiera. Aun así, muchos de ellos guiados por las ansias de poder que dejó Wen Ruohan atrás, querían estar en la cima del mundo y ahora que no había un ente malvado a derrotar, necesitaban uno nuevo.

—Escuché que en el muelle de loto fue visto un zorro, ¿por qué será que hay tantos por el lugar? —comentó Jin GuangShan.

—No se preocupe líder Jin —habló Fenmiang suavemente —, será por los bosques de la región que les gusta el lugar.

—No podemos dejarlo merodear por aquí, todos sabemos que son poderosos, además los Wen los estuvieron usando en la guerra, seguro es otro de sus aliados —el líder yao secundó sus palabras —. Es verdad, puede ser muy peligroso, ellos manejan energía resentida, seguro este zorro cometió muchos delitos.

Lan Zhan miró a su hermano que estaba sentado a su lado y este le devolvió la mirada. Sabía que Wangji pensaba que era Wei Ying.

—Seguro que no es él, él estará bien —intentó calmarlo.

—Según lo que vivimos, si pierden el control son imparables —dijo Lan Qiren al aire, sentado frente a los dos hermanos.

—No creo que sea una amenaza, mis cultivadores lo vieron, ese zorro nos ayudó a vencer a Wen Zhuliu y Wen Chao —el líder morado seguía mostrándose amable pero su voz sonó más fuerte.

Xichen también lo acompañó con una sonrisa al ver a su hermano enfadado.

—Nuestras enseñanzas dicen que no podemos culpar a nadie sin tener pruebas, no lo hemos visto atacar a un cultivador y no hay pruebas de que se haya aliado con los Wen —Lan Zhan le agradeció en silencio.

—Es mejor si dejamos de pelear por un tiempo, todos los clanes están recuperándose después de la guerra contra el sol ¿no es así da-ge? —dijo tímidamente Huaisang.

—Si se atreve atacar Qinge Nie seguramente se las verá conmigo, no necesito cazar un demonio zorro para tener la gloria —dijo tomando su copa de alcohol Nie Mingjue.

Cuando la reunión acabó y todos procedieron a comer y a beber, Lan Zhan salió del lugar y se quedó sentado en uno de los balcones mirando al cielo. Alguien se acercó, pero por la forma ligera de caminar, el Lan sabía quién era. El amigo que jamás imaginó tener.

—¿Crees que es el hermano Wei? —le susurró Nie Huaisang cuando llegó a su lado.

—Mn, lo que no entiendo es… ¿por qué no volvió a casa? —respondió sin despegar su vista del cielo.

—¿Crees que esté herido? —escondió su cara en su abanico, viéndose bastante pálido —. O peor ¿crees que tengan razón y haya enloquecido?

El Lan lo miró como si él mismo lo fuera a matar al dar esa idea.

—Bueno, yo sólo decía… no sé nada, no sé nada.

—Wei Ying… él no es malo —le dijo el Lan, intentando contener todo lo que estaba pensando, ¿en realidad enloqueció? ¿Por qué si estaba vivo no volvió a Gusu junto a él? ¿Es que ya no lo quería? —, ¿qué crees que le hayan hecho los Wen al atraparlo?

—No quiero ni imaginarlo hermano Lan debió ser horrible… yo también espero que regrese… Sé que es un buen chico, nos divertimos mucho los tres en el receso de las nubes.

Mingjue y Xichen, que caminaban al otro lado del salón de banquetes notaron la escena.

—¿Desde cuándo son tan amigos? De hecho, me sorprendí cuando le llegó una carta a mi hermano de parte del tuyo, que me decías siempre que es tan callado —dijo el más alto, tomando otra copa de vino de una camarera.

—Se hicieron amigos durante las clases y Wangji estuvo muy al pendiente de los estudios de tu hermano. Estoy contento por ello, sabes que mi hermano siempre ha sido solitario, es bueno que ahora tenga alguien con quien hablar.

Mingjue asintió, satisfecho con esta explicación y la hermandad. Luego llegó Jin GuangYao y los tres se fueron a intercambiar anécdotas, dejando a los jóvenes seguir en sus propios asuntos.

YA está próximo su encuentro 3. Esta semana me llegaron un montón de comentarios y votos muchísimas gracias por darle la oportunidad a mi historia, me alegra que les esté gustando. Muchas gracias a Josita por su hermoso beteo y nos vemos en el próximo capítulo.