Capítulo 23: Malas noticias.

Lan Zhan regresó al Receso de las nubes con el corazón lleno. Si bien al principio el zorro era reticente a expresar sus verdaderas emociones debido a sus heridas, la cantidad de veces en que había saltado a los brazos del Lan para recibirlo se incrementaban. Era un avance muy feliz.

Sonriendo ligeramente, traspasó la entrada principal sólo para encontrarse a su tío frente a frente. Eso no solía ser una buena señal. Cada vez que el mayor hacía eso, algo malo había pasado. O habían sido atacados o le esperaban malas noticias.

—Wangji —lo llamó el mayor con dureza.

Lan Zhan hizo una reverencia, preguntándose si, por el tono de su tío, había roto una regla.

—¿Dónde has estado?

Qiren estaba extremadamente serio y al ver el rostro mortificado de su hermano que se acercaba a lo lejos, lo entendió. Había sido descubierto visitando a Wei Ying y los Wen.

—Estuve en Yilling —dijo seriamente, no había punto en mentir. No había querido romper las reglas, pero tampoco era un cobarde.

El Lan mayor suspiró mientras agitaba su cabeza en negación. Se dio la vuelta y le hizo una seña para que lo siguiera. Wangji fue llevado al salón destinado para las reuniones de los ancianos del consejo. Aparte de estos, estaba Su She como testigo principal.

—Lan Wangji, Hanguang-jun —habló uno de ellos —, tenemos un testigo que te ha visto en compañía de un demonio zorro y un montón de remanentes Wen.

Y si las reglas no lo impidieran, seguro este "testigo" estaría riéndose de que el impoluto Lan Wangji cometió un error.

—¿Puedo explicar? —dijo con voz suave, sin intentar negar lo que había pasado.

—¿Qué debes explicar? Has sido manipulado por esa malvada criatura para que te amistaras con ella —dijo autoritariamente su tío.

—El zorro cuida de las personas y los Wen son sólo ancianos que labran la tierra para sobrevivir, no hay cultivadores entre ellos —respondió Wangji, nunca se había atrevido a responderle a su tío, pero gracias a pequeños malentendidos como este se habían desatado grandes catástrofes y él debía evitarlo.

—¡¿Cómo te atreves a contestarme cuando no debes?! —lo regañó Qiren, que parecía a punto de tener una desviación del qi.

—¡Esto es inconcebible! Puede que hayas sido nombrado Hanguang-Jun, pero eso no te hace exento de respetar a tus mayores… ¡¿O es que esa bestia te lavó el cerebro?!

Wangji abrió la boca, ¡no podían llamar así a su Wei Ying y culparlo de cosas que nunca hizo! Si lo conocieran, si supieran lo dulce que era… Miró a Xichen que estaba frente a él tratando de llamar su atención discretamente, este le hizo una seña para que no hablara porque sabía que iba a ser peor si lo hacía. Lan Zhan agachó la cabeza con impotencia.

—El castigo está decidido, te darán 100 azotes con la tabla de castigos —dijo Qiren mientras se contenía para no presionarse un punto de acupuntura en la frente. Este castigo cumpliría su cometido y de paso menguaría el revuelo entre los ancianos sin destruir el futuro de su sobrino.

—Líder de secta, ¿no está siendo muy condescendiente con él? —le preguntó uno de los sabios —. Sus fallas han sido varias.

Qiren miró al hombre, que de seguro le doblaba la edad y se preguntó qué tan empeñado estaba en todo este asunto. Incluso el aprendiz Su miraba la situación con ojos brillantes llenos de expectativas.

—Será castigado, pero ustedes saben que los zorros son seres que manipulan a las personas, su castigo es menor por ahora teniendo en cuenta ello. Además, deberá meditar en reclusión por los siguientes tres meses para evitar que vuelva a caer en su hechizo. Envíenles un mensaje a las demás sectas, debemos ir a hacer una cacería —dijo el gran líder saliendo de la habitación, esperando al día siguiente el castigo de su sobrino y mejor alumno.

Lan Wangji sintió su corazón acelerarse, ¡no podía permitir que le hicieran algo a Wei Ying! Él ya había sufrido mucho por culpa de los humanos, aun así, se preocupaba mucho por él y los que tenía bajo su cuidado. Si tan sólo les dejara explicarles…

Inmediatamente fue escoltado por dos visiblemente nerviosos aprendices hasta su jingshi, donde debía permanecer encerrado hasta la mañana siguiente. Xichen los siguió para "asegurarse de que se quedaría allí".

—Hermano —rogó el menor cuando los otros dos se fueron.

Xichen pudo ver el horror que sentía Wangji en cada fibra de su cuerpo y no pudo evitar apartar la mirada.

—Te juro que sólo hay mayores, ninguno es cultivador. Y la que lo es, es médico y a Wei Ying tú lo conoces, no es malo. Hermano, él nos ayudó, yo…

Pocas veces escuchaba a su hermano hablar tanto, tan asustado.

—Wangji, en esto no te puedo ayudar. Si fuera el líder, tal vez… Ahora no tengo la fuerza… —no podía ser el soporte de su hermano esta vez y sentía que le fallaba. Luego de unos minutos dijo, esperando que esto lo animara de alguna forma —. Los zorros son astutos, seguro escapará.

Lan Zhan miró a su hermano con una expresión indescifrable para muchos, pero que Xichen reconocería como decepción, si es que la hubiera notado. Obviamente no conocía a Wei Ying y al igual que otros, asumían todo de su carácter según lo que los libros decían.

—Wei Ying no los abandonará, esas personas le salvaron la vida cuando Wen Chao lo aprisionó. No, sé que incluso aunque no los conociera, él los ayudaría —defendió Wangji, preguntándose internamente si podía escapar para advertir al zorro o si había alguna técnica telepática que pudiera aprender en una noche.

Xichen no respondió y se sentó a esperar el toque de queda, puesto que no podía quedarse con Wangji toda la noche si quería detener la entrega de las cartas. El zorro los había ayudado en el pasado y su hermano le tenía en alta estima, era lo poco que podía hacer, aunque fuera castigado también.

Lan Zhan no pudo dormir, sintiéndose completamente inútil. No dijo nada cuando el mayor salió de la habitación sin hacer ruido.

"Él no quería que yo volviera a visitarlo"

"Él deseaba protegerme y seguramente a sí mismo"

"Los humanos siempre le han hecho daño"

Los pensamientos tristes lo inundaron en la oscuridad noche y se puso peor cuando empezó a recordar cosas de hace dos años, en la época que se conocieron: la sonrisa de Wei Ying, la cueva, los conejos, el beso que se dieron en el festival de invierno. Luego cuando desapareció. En ese tiempo, había arreglado la cueva para él. Llevó mantas nuevas, arregló los destartalados cajones, compró una vajilla nueva y una canasta más amplia para los conejos. Y de la nada, los conejos aumentaron. Estos llegaron poco a poco e hicieron de la cueva su patio de juegos.

Lan Zhan quería que el zorro mirara esta escena, pero también quería retroceder el tiempo para evitar que lo vieran, que lo capturaran… ¡Incluso ni siquiera tenía que conocerlo si con eso lo podía mantener a salvo!

La mañana llegó como una condena de muerte para el Lan. Le llevaron al patio de castigos y le hicieron arrodillarse. Dos shixiong procedieron a azotarlo con largas y delgadas tablas, no se detuvieron hasta terminar. La mirada de Wangji siempre fue firme y seria, soportó el castigo como todo un caballero, así que nadie podía saber que por dentro deseaba que esto pudiera reemplazar el destino de los habitantes de Yiling.

Al terminar, se dirigió al jingshi con la ayuda de su hermano. Su espalda adolorida no lo dejaba caminar a su velocidad normal y aunque esto no era un problema en su hogar puesto que una de las reglas era "no correr", ahora más que nunca era lo que necesitaba. Tenía que encontrar una forma de detener a las sectas, llegar a Wei Ying y los Wen.

Xichen intentó darle apoyo, pero aceptaba que eso no era lo que su pequeño hermano necesitaba en ese momento. Dejó a Wangji en su cama y se fue con su tío a la entrada principal, cabizbajo porque sin importar que tantos argumentos dio la sentencia al zorrito fue dada, allí estaban la mayoría de cultivadores más avanzados que irían a Yiling a cazar al zorro, los Jin se centrarían en los Wen faltantes.

Lan Wangji se levantó de la cama luego de fingir estar exhausto por el castigo y a pesar de sí estarlo, noqueó a los guardias que custodiaban la puerta de su habitación. Huyó por la parte trasera del Receso de las nubes y se fue volando en su espada lo más rápido que pudo.

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¡Y se viene el asedio a los túmulos, ahora sí preparen sus pañuelos!

Según mi sketch, ya faltan uno capítulos de esta historia, pero yo me conozco y pueden ser más XD