Capítulo 25: A veces los adultos se equivocan
Lan Zhan abrió los ojos unos días después. Su hermano estaba tocando a Lie Bing en su cuarto, una canción usada para calmar el espíritu y regular la fuerza espiritual. Al verlo, dejó el instrumento de lado.
—¡Wangji, estás despierto! —dijo con felicidad en su voz, tomándole el pulso por inercia.
—Hermano… ¿Wei Ying? —preguntó con la boca seca, estaba mareado y el costado le dolía horrores, pero en lo único que podía pensar era en el zorro.
—¡Wangji! —sonó a un regaño —, no te muevas. No estoy seguro si él está bien, incluso te hirió.
—Él es bueno… —replicó el menor.
—Entonces, ¿qué son esas marcas de garras en tu costado? Él es bueno, pero perdió el control y haz estado desmayado por más de 6 días —y es que él quería ayudar a su hermano que estaba siendo demasiado terco sobre el tema.
—¿Garras? —gimió y Xichen notó lo desconcertado que estaba el menor —. Wei Ying no tenía garras…
Xichen se quedó en silencio, frunciendo el entrecejo.
—Wei Ying no tenía garras, los Wen se las quitaron —volvió a decir con un hilo de voz que estaba cansada luego de haber dormido por 6 días, ¿qué había pasado? ¿Lo atraparon? En la mirada de su hermano podía ver ese sentimiento de culpa que se mostraba siempre que no podía hacer algo que él quería.
—¿Estás seguro de eso? —preguntó el mayor —, ¿De que el joven zorro no tenía garras?
—Yo le llevaba carne, la compraba en el pueblo antes de llegar a Yilling. Él no podía cazar —los ojos del menor se humedecieron, en cualquier momento podría llorar, esto lo sorprendió, se veía tan triste —. Él no tenía garras —volvió a susurrar mientras una lagrima caía solitaria.
El mayor no había visto a su hermano pequeño llorar desde que murió su madre y comprendió que jamás volvería. No necesitaba ser un genio, la cinta de la cabeza había desaparecido esa noche, esto no era parte de un hechizo.
Luego hubo un tenso silencio entre ellos. Xichen le sirvió comida, pero este no comió. Entonces abandonó el cuarto, sabía que su Wangji necesitaba un momento a solas.
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En la madrugada Lan Wangji se escapó de casa. Él debía encontrarlo, su hermano jamás le dijo que él había muerto, seguro logró escapar. Cuando ya estaba en las afueras de Caiyi, Xichen lo alcanzó, agarrándolo del brazo.
—¡Wangj, no te puedes ir así! —le rogó preocupado, viendo como con ese pequeño movimiento, las túnicas habían vuelto a mancharse de rojo.
—Debo hacerlo… jamás me perdonaré si él está ahí esperándome…
—Heriste a treinta y tres seniors, algunos de ellos casi a muerte, incluso amenazaste al tío, ¡violaste la reclusión que te impusieron en el castigo anterior! ¡Ayudaste al zorro!
—¡Si Wei Ying está muerto, entonces yo también lo estaré! —gritó de nuevo, tan normal en él en estos últimos días.
Xichen confirmó todo lo que había pensado antes. Wangji de verdad se había enamorado de ese zorro. Él mismo sabía que la leyenda decía que los Lan se enamoran una sola vez. Jamás lo olvidará. Aunque fuera un zorro, aunque fuera un hombre, aunque creciera se casara y tuviera hijos. Jamás lo olvidaría. ¿Por qué el destino era así?
—Te acompañaré, es lo menos que puedo hacer ahora —le dijo Xichen.
Ambos fueron juntos a Yilling, se demoraron mucho más de lo normal ya que Wangji tenía que descansar cada tanto. En el último pueblo antes de llegar a los pies de la montaña, una señora pareció reconocer Wangji.
—¿El joven cultivador hoy también comprará carne y condimentos?
Pero la mirada que el Lan le dio hizo que la señora retrocediera, y es que todos estaban actuando como si nada hubiera pasado.
—Lo siento, él en este momento no se encuentra muy bien —excusó Xichen.
La señora le devolvió una sonrisa al mayor ya que era muy amable.
Al llegar a la montaña se vio la ruina de lo que alguna vez fue un asentamiento en crecimiento. Los restos de las casas fueron quemadas, los cultivos tan pisoteados y manchados de sangre que todo lo que crecía ahí murió y se secó en esa semana. Wangji parecía un cadáver más, con la mirada perdida, buscando algo que seguramente jamás encontraría.
Xichen sólo veía como su hermano se opacaba más y más mientras estaban ahí, se acercó a la cueva donde solían comer. Encontró las ollas en el suelo con comida podrida.
—No eran más de veinte personas, dos cultivadores médicos, un zorro sin garras y un niño.
—¿Un niño? —Xichen escuchó el reporte que le dieron a A-Yao. Entre los cuerpos de los Wen no había ningún niño.
Mientras pensaba eso, el menor se movió del lugar y entró a la cueva donde había estado Wei Ying. Todo era un desastre, sus notas habían sido robadas, la cama y las túnicas que había allí habían sido convertidas en girones. Lan Zhan se arrodilló en medio de todo y comenzó a llorar. ¿Dónde estaba Wei Ying? ¿Acaso no lo volvería a ver? ¿Se había ido cruelmente como su madre y padre?
El corazón de Xichen se estrujó ante el dolor de su hermano, se preguntó ¿por qué los cielos dejaron que todo esto pasara? ¿Que se encontraran, que sintiera amor por una criatura? ¿Que fueran atacados sin tener tiempo de dar una explicación? Vio que su hermano se movió para recoger algo era un juguete de madera.
—A-Yuan…. Le gustaba jugar a las escondidas —luego de decir eso salió disparado como una flecha a la parte de atrás de la montaña, no se había movido tan rápido ni siquiera cuando escapó de su cuarto en Gusu, tenía la esperanza de encontrar al niño y a Wei Ying en el tronco donde jugaban a las escondidas.
Xichen lo siguió, atento a todos sus movimientos. Llegaron hasta un gran árbol que el fuego no afectó y eso era un milagro siendo que todo el lugar estaba destrozado. Lan Zhan se arrodilló frente las raíces diciendo desesperadamente el nombre del zorro, pero cambió al instante por un "¡A-Yuan!". El mayor se alarmó cuando Wangji sacó del tronco a un niño muy flaco, moribundo por la fiebre.
Lo que la mirada del menor le dio a entender cuando se encontraron fue: "Voy a salvar a este niño, aunque no quieras".
—Debemos llevarlo rápidamente al pueblo, seguramente lleva ahí una semana — dijo el mayor, por muy peligrosos que fueran alguna vez este era sólo un niño.
Ni siquiera su hermano tenía que decirle que lo salvaran, él mismo lo haría. Ambos hermanos dejaron el lugar, no encontraron rastro del zorro, pero ahora debían salvar a ese niño, era inocente de todo. El médico les dijo que además de la fiebre estaba muy desnutrido y tenía una plaga de piojos. Lo motilaron por completo para quitarle los bichos y le dieron algunas bebidas para que recuperara nutrientes.
Lan Zhan insistió en llevarlo a El Receso de las nubes. Xichen vio como se aferraba a este niño, ambos estaban casi muertos parecían necesitarse el uno al otro, aunque Wangji no estuviera herido en sus ojos, ya no había luz, no había nada más que arrepentimiento, pena, ganas de morir. Como no podían llevar al niño en la espada, alquilaron una carreta y fueron con ella a su hogar. Durante todo el camino, el Lan menor no se separó del niño, sus ojos sin vida se aferraban a lo último que habían quedado del que tanto ama. Internamente se decía que no podía pensar que Wei Ying estaba muerto, no hay cuerpo, no hay pruebas de que murió.
Al llegar, su tío los recibió hirviendo de furia. Pero cuando vio a Wangji bajarse con el niño en brazos, sintió un deja vú. El rostro que tenía Lan Zhan, la mirada perdida que tenía su sobrino era igual a la de su difunto hermano antes de morir de pena por su mujer. Aunque fuera difícil de admitir, su hermano murió de tristeza poco después de que su mujer muriera, aunque estuviera completamente sano.
Dejó que el niño se quedara, sin hacer muchas preguntas esa noche pues era una criatura inocente de todo.
Lastimosamente tuvo que castigar a Wangji por sus crímenes esa noche del asedio, varios de los sabios quedaron completamente mal, un par ni siquiera pudo sobrevivir. Recibió treinta y tres latigazos con el látigo de castigo, dejando unas marcas que jamás se borrarían. No lloró ni se lamentó, en la mente del Lan sólo estaba Wei ying. Luego fue sentenciado a reclusión durante un año.
Su She había desaparecido, no sabían si había sido asesinado en la lucha o no.
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Luego de dejar al desmayado Lan Wangji en el Jingshi. Xichen fue al Mingshi de su tío.
—Tío, parece que mi hermano tenía razón.
El Lan mayor estaba sirviendo té en una taza, que se regó al escuchar eso.
—Cuando estuvimos en el pueblo antes de Yilling, una señora le ofreció carne y condimentos a mi hermano. Al regresar mientras estuvimos en el medico me contó que Wangji le dijo que era para un amigo. Cuando despertó hace 10 días, él me dijo mil veces que ese zorro no tenía garras. No sé qué fue lo que lo hirió, pero no creo que haya sido él.
Después de un largo silencio el tío sólo preguntó:
—¿Desde cuándo se conocen? ¿Tú lo sabes, Xichen? Desde que se supo de él, haz estado intentando evitar todo y eso sólo lo haces cuando quieres seguir los deseos de tu hermano.
—Lo siento, he sabido de esta amistad desde hace un tiempo. Sé que se conocieron en esa misión de los granjeros donde nos atacaron los cadáveres por sorpresa, cuando me enteré que mi hermano al fin tenía un amigo pensé que era un niño normal, ya que Wangji no hablaba sobre él pensé que era un fugitivo de alguna organización o sólo alguien normal. Pero cuando los Wen atacaron con esos cadáveres y te infectaron lo trajo aquí, el niño zorro te ayudó.
—¿No fueron ustedes? —en verdad había incredulidad en su expresión. Xichen negó con la cabeza y continuó.
—Nosotros no pudimos ayudarte, Wangji y yo lo metimos a hurtadillas a El Receso de las nubes. Él sacó la energía resentida de tu núcleo y luego nosotros hicimos otra transfusión para estabilizarte. También fue quien ayudo esa vez a Wangji cuando ese pueblo fue atacado por Wen Chao.
Qiren se pellizcó el puente de la nariz, había una mezcla de vergüenza y duda en su rostro, había una pregunta rondando su mente, pero no sería capaz de decirla, pero Xichen como buen interprete de gestos, le hizo la vida más fácil.
—Sí tío, parece que mi pequeño hermano se enamoró de ese zorro. Su mirada… — una pequeña pausa y tomó un sorbo de su té —, era igual a la de mi padre cuando mamá murió.
—Lo hecho, hecho está —fue lo que dijo el maestro.
Xichen notó la preocupación incluso aunque el tío era el líder en este momento, incluso aunque supiera esto de antemano sería difícil detener a los miembros del consejo sin contar toda la historia.
A veces los adultos se equivocan.
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Y bueno este es el inicio de la espera para Lan Zhan, pero al menos A-Yuan ahora está en un hogar que le dará calor y alimentos.
Muchas gracias a Josita por su beteo y a ustedes por sus bellos comentarios en cada actualización y por estar siguiendo esta historia 3
