Chicas, chicas, tengo mis excusas lo juro! Lo que sucede es que me dio crisis de poca inspiración y luego cuando me disponía a escribir me dio amigdalitis… que injusto no? Detesto la amigdalitis, me tuvieron que pinchar y mi traserito sufrió durante una semana mas… espero que me perdonen y no sean tan duras conmigo ok? Y espero que les guste este capitulo que lo hago con todo mi amor…

Cualquier critica o sugerencia… ahí están los reviews ok?

Disclaimer: Como siempre…Los personajes del manga y animé Inu Yasha no me pertenecen, le pertenecen a la autora, y sus derechos son reservados…

.:No Puedo Recordarlo:.

Por:

TaNiTaLoVe

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¿Ves? en que se ha convertido el amor
ahora solo siento dolor
tu presencia en cada rincón
en mi cama persiste tu olor

No se que hice tan mal
Pero cambiaré si te hechas atrás
Dame una oportunidad
No te arrepentirás

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(Capitulo 4)

LA MACHI

"Así que es cierto lo que dicen… me sorprende que anden con tanta facilidad sabiendo que hay por lo menos un centenar de demonios tras de la perla"

"Amo bonito se dice que esa chiquilla Aome esta de vuelta" – Chilló Yaken.

Por alguna razón Lord Sesshoumaru giró su rostro para contemplar a la pequeña Rin quien dormía placidamente apoyada en el demonio de dos cabezas.

"Esta de vuelta…" – "Así que mi medio hermano no pudo deshacerse de ella así como había querido… no me sorprende, nunca puede hacer nada bien. Pero esos monstruos están en mi territorio y quien ose pasearse por las tierras del gran Sesshoumaru sin su consentimiento tendrá que pagar"

"Amo bonito ¿en que piensa?" – Pero como siempre el pequeño yukai sapo fue ignorado completamente.

Sesshoumaru dio un paso a delante dispuesto a avanzar pero sintió algo en su pie que le molestaba.

"Amo Sesshomaru no pensará dejarme aquí de nuevo o si?" – Pero con un ágil movimiento se zafa del pequeño yukai y esta va a dar contra un árbol.

Yaken al abrir los ojos se topa con la punta de la filosa espada de su amo a punto de incrustársela en su rostro.

"No quiero que le suceda nada malo a Rin" – Y con esas frías ultimas palabras abandonó el lugar.

"Que quiere que la cuide? OH NO! Amo bonito no me deje aquí!" – Seguido de eso se sienta en las raíces del mismos árbol donde había sido arrojado por su amo y reflexión, sabia que si algo malo le pasaba a la niña lo mas probable es que lo mataran. Ui! No quería ni pensarlo.

De pronto se sentía entusiasmado, vivir como el lord de estas tierras no lo era todo. Sentía el deseo de pelear, demostrar que es el mas fuerte ¿para que? Pura diversión. Sesshoumaru se deslizaba lo mas rápido que podía hacia el lugar donde sentía la presencia de los demonios y si no se equivocaba el epicentro de todo eso era aldea fantasma de los exterminadores.

A cada paso que daba su ansia por pelear crecía…

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Sentía mucho miedo, aun no había querido decirles a sus amigos de los demonios que rondaban por la aldea pero sabia que ellos no eran tontos y por sus rostros ya se habían percatado de ello. Aome tomó con fuerza su arco, algunas flechas purificadas guardaba en el saco. Sango miraba fijamente lo que ahora eran brazas de lo que fue una calurosa fogata. El monje Miroku estaba con los ojos serrados con un pergamino apretado en las manos disimuladamente. Si se podía decir algo Kohaku era el que se notaba con mas miedo pero ¿a que? Su respiración se entrecortaba de repente y solo la presencia de Kirara podía calmarlo o volverlo a la realidad. Shippou estaba como siempre callado.

De pronto se percató de algo ¿Dónde estaba el joven Mamoru? Con todos sus neuronas pendientes de los movimientos exteriores no se había percatado de que Mamoru había desaparecido. Se paró en seco, asustando a los demás, no dio explicaciones. Miró para todos lados pero justo cuando creyó que todo estaba perdido, vio salir de la cabaña mas cercana al joven provisto de un gran arsenal de defensa. Sango lo miró con desconfianza.

"Esto es todo lo que pude hallar en la casa que este intacto" - En su cinturón y muy rudimentariamente ajustó lo que parecían algunas pequeñas botellas de lo que podría ser veneno o algo así, unas que otras cuchillas y una espada.

"Esa es la espada de mi madre!" – saltó sango muy enfurecida. ¿Cómo se atrevía a irrumpir en los recuerdos de su familia y de su pueblo¿Quién se creía que era?

"Lo siento" – Respondió impasible, a Sango le dio mas rabia al no ver arrepentimiento alguno. En ese momento una gran explosión derribó uno de los muros de seguridad tomándolos desprevenidos.

Una manada de monstruos emergió del agujero y otros mas volando lo que hizo a todos olvidarse de cualquier cosa y protegerse.

Miriku agitó su báculo y le dio varias vueltas estampando en él unos pergaminos lo que destruyó la mayoría de los demonios débiles. Los que lograron pasar la barrera del monje fueron a dar con Sango quien usando su hiraikitsu eliminó a grandes cantidades a la distancia. Kohaku hacia lo mismo solo que sus movimientos eran visiblemente mas torpes que antes y Sango algunas veces tuvo que ayudarlo siendo ambos atacados por los demonios. Shippou y Kirara hacían todo lo posible con trucos y disparando fuego eliminando una gran cantidad ¿pero que pasaba¿Por qué no se terminaban?

Monstruos salían desde el agujero y no parecían acabarse. Aome como podía usaba sus flechas aunque estaba asustada su determinaron era tan grande que con una de sus flechas purificadas podía pulverizar a varios de una sola vez. Mamuru demostró ser una caja de sorpresas, era muy había con la espada y visiblemente entrenado para el combate aunque se veían ya muy cansado. Se notaba que nunca había tenido que pelear con un monstruo.

No estaban aun vencidos pero los seres aun seguían emergiendo como hormigas de un hormiguero. Lo mas probable es que si no terminaban pronto con ellos estarían después muy cansados.

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¿Que voy a hacer sin ti?
¿Quien llenara tu ausencia?
¿Quien cuidara de mi?
Si te has clavado en mi corazón?
Te echo de menos, amor
Te echo de menos, amor

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... Sé que no sientes lo mismo que yo pero… pero yo me quedaré a tu lado… así es, me quedaré a tu lado, es una promesa…

"Prometí que te cuidaría y al final yo soy el que mas daño te ha hecho…" – Una vez mas Inuyasha estaba mirando la Luna, nunca lo había hecho con tanta pasión como lo hacia ahora, ahora que se sentía vació.

"… Aome…" – Una vez mas ese nombre salio de sus labios sin pedirle permiso.

Se sentía tan distinto ahora que ya no estaba, se sentía muerto. Cuando ella estaba todo lo llenaba de vida, todo lo feo era hermoso y todo lo hermoso era aun mas hermoso junto con ella. Su aura era tan pura y alegre que podría alegrarle el día entero, por eso es que él la protegía, nunca hubiese querido verla llorar o lastimada y ahora el causante era él. Siempre prometió protegerla de todo lo que le pudiera hacer daño pero no se incluyó él en el contrato.

Lo único que sabia era que estaba haciendo lo correcto ¿o no?

Si, si él estaba haciendo lo correcto, tenia que convencerse de ello de una vez por toda. Tenia que aceptar que había hecho la mejor elección. Todo lo que había añorado ahora estaba a sus pies, durmiendo en las raíces de un árbol… Kikyou…

… Nunca sabes lo que pierdes… hasta que lo pierdes…

"Espero que ese refrán no esté hecho para mi, ya que… una vez yo perdí a Kikyou y ahora que la tengo… ¿era lo que en verdad quería?" Si! Si mente le gritaba, le ordenaba que se quitara a Aome de la cabeza sus garras amenazaban con rasguñarle toda la cara si no dejaba de pensar estupideces… y entonces fue que se calmó, no era hora de tener ataques de importancia, tenia que ser conciso.

¿Extraña a Aome? Si, la extraña, no había que poner eso en duda. ¿La quiso? Mas que a la vida misma. Pero no era lo correcto ella es de otra época y cada quien tiene que ir en su tiempo… pero había algo que tampoco podía negar… ahora que sabia con un noventa y nueve por ciento de certeza que Aome había regresado iba a querer verla. No podría soportar su mirada pero el solo hecho de verla o de espiarla o de estar algún día lo suficientemente cerca de ella mientras este dormida para recordar su rostro.

Nuevamente su instinto podía mas que la razón. Las cosas con Kikyou no habían resultado tal y como él creía. No volvió a ser la misma de antes ahora que todo estaba terminado y la perla milagrosamente no se auto destruyó cuando él pidió el deseo para revivirla, no, aun esta en algún lugar puede sentirlo.

Tenia que hacer algo o las ansias lo llevarían a la locura. Pero tenia que pensar bien las cosas. Ahora si que tenia que pensar antes de actuar.

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Sé que ahora son dos en tu habitación
En la mía, un solo perdedor
El silencio se vuelve traidor
Cuando los celos rozan el rencor

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Aome con tanta agitación no se había dado cuenta pero su temperatura había bajado drásticamente y sintió que sudaba frió. No podía alertar a los demás – en todo caso no le salía la vos – porque ellos estaban cada uno mas ocupados que ella. Pronto se dio cuenta que no podía apuntar bien y su vista se estaba nublando ¿Qué estaba pasando? Se sintió débil y entonces en medio de toda la niebla un monstruo volador se acercaba peligrosamente hacia ella y no podía si quiera levantar el arco ¿Qué iba a hacer?... ayuda! AYUDA!

Pero su voz no salía, solo unos gemidos in entendibles en medio de toda la batalla.

De pronto como si la hubiesen empujado sintió su cabeza dar contra el piso… un dolor enfermizo y luego oscuridad.

Abrió los ojos, todo había sido un sueño pues el día brillaba con tal intensidad que a penas podía pensar en aquello que sintió. Pero a penas y cuando se incorporó los vio a todos despiertos como si no hubiesen si quiera respirado mientras ella dormía, parecieron recuperar el aire.

"Aome te sientes bien, gracias a dios despertaste" – Sonrió aliviada Sango, al tiempo que se llevaba una mano al pecho.

"¿Qué pasó?" – Preguntó Aome al ver que tal vez lamentablemente no había sido un sueño.

En ese instante llegan Shippou, Kirara, Kohaku y Mamoru. Shippou al verla no puede mas que estallar en llanto y lanzarse hacia ella.

"Aome pensé que te ibas a morir!" – Y Aome le respondió el abrazo algo mas sorprendida que antes. Miró al resto pidiendo una explicación con la mirada. Al llegar a los ojos de Mamoru este desvió la mirada.

El monje Miroku se aclaró la garganta.

"No sabemos exactamente que pasó, lo único que sabemos es que de un momento a otro se desvaneció… si no fuera por el valeroso joven Mamoru usted probablemente no habría salido ilesa" – Entonces Aome recordó aquel dolor e instintivamente se llevó la mano a la cabeza donde descubrió un vendaje, se sintió extremadamente frágil envuelta en esa venda. Como un cristal.

Mamoru siguió sin mirarle.

"También vino Sesshomaru, Aome" – Añadió Sango tentativamente. – "Terminó con todos los demonios de una sola vez y luego se fue"

"Debo admitir que en su rostro se reflejaban esos deseos de pelear… se notaba que no tenia una lucha decente en meses" – Declaró Miroku reflexionando mas para él que para los demás.

"¿Sesshomaru?" – Y la mente de Aome divagó por la claridad del ambiente… si Sesshomaru estaba cerca podría él saber donde se encontraría Inuyasha. Los demás parecieron adivinar lo que ella estaba pensando como si fuera transparente como el agua.

"Dudo que sepa algo de Inuyasha, recuerde señorita Aome que siempre andaba solo o con Yaken y la jovencita Rin"

La mirada de Aome se tornó triste. Kirara se acercó a ella y le lamió una mejilla.

"No te preocupes Kirara estoy bien" – Le sonrió lo mas simuladamente que pudo.

"Aquí en adelante estaremos mas alerta, no queremos sucesos como el de noche así que nos organizaremos de tal modo de ser invisibles ante ellos" – Si algo conocía la joven exterminadora era el frondoso bosque que cercaba la aldea. Tenían que bordear el acantilado para salir, no podían arriesgarse a ser visibles para los demonios.

Ya que no contaban con la importante ayuda de Inuyasha y con el imprescindible agujero negro, tendrían que hacer el inmenso esfuerzo por soportar lo mejor posible hasta llegar a las faldas de la montaña mas cercana. El camino duraba cerca de 3 horas volando ¿Cuánto duraría a pie?

Ahora llevaban cerca de dos horas caminando y la sombra de los árboles no parecía amortiguar el calor de ese día. Aome se dio cuenta que había perdido el habito o se le estaba haciendo mas dificultoso caminar. Los demás al notarlo se forzaron para tomar un ligero descanso.

"¿Quieres agua Aome?" – Le ofreció Mamoru pero Aome negro con la cabeza.

"Sigamos" – Dijo decididamente poniéndose de pie con todo su poder mental.

"Porque no montas a Kirara, ella podría llevarte por el resto del viaje" – Sugirió Sango amablemente pero sin despegar la vista de los alrededores del bosque.

Aome miró a ambas unos instantes y por el rabillo de los ojos a los demás quienes estaban aun pendiente de los alrededores. Por un momento pensó decir que no para hacerse la valiente o para no hacerlos preocupar mas, pero luego de eso también pensó que seria fastidioso para los demás andar vigilándola como a las presencias.

"De acuerdo…" – Finalizó Montándose en el calido y traspirado lomo de Kirara. Esta se mostraba muy dispuesta a ayudarla.

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No se que hice tan mal
Pero naufragué en contra de mi voluntad
Dame una oportunidad
No te arrepentirás

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Ni Yaken y menos Rin imaginaban el por qué de esa extraña sonrisa de satisfacción por parte del Lord de estas tierras, pero Yaken no andaba muy lejos de la verdad.

"El señor Sesshoumaru amaneció de muy buen humor… al parecer no la pasó nada mal anoche… Ui! Menos mal no le pasó nada a la chiquilla porque si no el amo bonito no me lo perdonaría" – El yukai sapo como siempre cada vez que pensaba en su amo no podía dejar de mirarlo directamente, si supiera cuanto hace enfadar esa actitud a Sesshoumaru…

Los cuatro: Sesshoumaru, Rin, Yaken y la bestia de dos cabezas caminaban con rumbo contrario a donde se dirigían antes, nadie se explicaba el cambio de ruta por parte del Lord pero como siempre nadie se atrevía a hacer preguntas y Rin no parecía estar muy impresionada… con tal de seguir a su amo a donde este vaya ella es completamente feliz.

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¿Que voy a hacer sin ti?
¿Quien llenara tu ausencia?
¿Quien cuidara de mi?
Si te has clavado en mi corazón
Te echo de menos, amor
Te echo de menos, amor
Amor, Amor

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De pronto unas cuchillas se clavaron en los árboles mas próximos a su camino y una pasó muy cerca de la nariz de Shippou. Todos se alarmaron ¿no se suponía que este lado del bosque era casi inhabitable para cualquier forma de vida animal?

Con mucho cuidado Sango se acercó a una de las cuchillas y la analizó.

"No puede ser… esto es de un humano, nadie vive por aquí ¿o si?" – Miró a su hermano y este le respondió encogiéndose de hombros.

"¿Qué sucede Sango?" – Preguntó El monje muy preocupado por la expresión de la exterminadora.

"Hay una o mas personas que nos están siguiendo, tal vez estamos invadiendo algún territorio, no lo sé…" – Estuvo en silencio unos segundos, segundos que fueron de impaciencia para todos, incluso para Aome. – "Será mejor que sigamos"

Todos miraron nuevamente a Kohaku pero este por toda respuesta volvió a encogerse de hombros. Retomaron el camino.

"¡AL SUELO!" – Advirtió Sango milisegundos antes de que una nueva lluvia de cuchillas se clavara en los árboles. Todos nuevamente salvaron ilesos.

Esta vez Shippou ya no aguantó mas y se puso a gritar. Nadie pareció oírlo mas que Aome quien le dijo que mejor viajara en sus brazos. El joven Mamoru estaba extrañamente en silencio como si quisiera captar de donde viniera el mas mínimo crujir de ramas.

"Fue la segunda advertencia, probablemente la tercera sea un ataque verdadero" – Dedujo inteligentemente Kohaku a lo que todos asintieron convencidos.

"El lugar no esta muy lejos podríamos arriesgarnos a…"

"¡CORRAN!" – Gritó Mamoru antes de que Sango pudiera proponer irse volando o corriendo.

Corrian lo mas rapido que podian y una nueva avalancha de chichillas los seguía clavándose en el suelo y árboles mas cercanos, cada vez acertaba mas en los tiros hasta que los hermanos captaron al mismo tiempo de donde venia el ataque y ambos descubrieron sus trajes en un abrir y serrar de ojos.

"¡Hiraiiiikotsu!" – tanto el arma de Kohaku y Sango regresaron a sus dueños.

El silencio se hizo presente, esperaban haberle dado al aparente único autor de los disparos – según Sango, ya que todos los disparos venían de suna sola dirección – y todos agudizaban sus iodos al máximo.

"No esta… ahora podría ser seguro avanzar" – Propuso el Monje no muy convencido, pero no podían hacer nada, si se quedaban ahí serian una presa aun mas fácil.

El corazón de Aome latía muy fuerte, estaban segura que en todos era igual. Pero el motivo de ella era porque repentinamente se había terminado el frondoso bosque, lo que significaba que estaba muy cerca el lugar en donde aquella Machi vivía.

Caminaron otros minutos mas, siempre en alerta, pero no se volvió a escuchar nada y tampoco hubo otro ataque. Ahí un poco escondida había una choza, un poco desgastada por los años pero aun de apariencia firme. Aparentemente salía humo de una fogata ¿Quién haría una fogata con un día así? Pero lo cierto también es que a esa choza le daba una agradable sombra el pie de la montaña.

Sango tocó la endeble puerta con mucho cuidado. Miró a todos antes de hacerlo, todos asintieron. El humo saliendo por la parte trasera de la pequeña Choza era una buena señal, la anciana podría estar viva y esa seria una gran suerte.

"Adelante" – Dijo una voz quebrada indudablemente de mujer ansiada.

La puerta al abrirse hizo un gran rechinido, Sango fue la primera en asomar su rostro con mucha cautela. Ahí primero que nadie vio a una mujer en el fondo de la choza sentada frente a un bracero del cual salía un hubo bastante claro y esta hacia espirales al ascender al cielo de la construcción.

"Entra mi niña, no seas tímida…" – Continuo la mujer a penas minorándola de reojo.

"N-no vengo sola"

"Pues entonces que entren" – Respondió de lo mas normal del mundo aquella mujer ¿Acaso no tenia miedo de que alguien no deseado entrara y la amenazara de muerte?

Los demás entraron muy respetuosamente. Aome vio que tras la anciana de aspecto decrepito había una imagen presumiblemente de una diosa de la fertilidad. Inmediatamente se sentaron siguiendo la indicación que la anciana le hizo con las manos.

"Disculpen que no esté preparada para recibirlos, generalmente me avisan cuando viene visita. ¿en que los puedo ayudar?"

"Machi, verá…" – Inicio Sango nerviosamente.

"Espera ¿eres una exterminadora? Pensé que se habían extinguido junto con la aldea" – Dijo la anciana reconociéndola principalmente por el traje, también miró a Kohaku pero no le habló primeramente.

"Si, somos los únicos sobrevivientes y si, también me conoce, usted ayudó a mi madre a traer al mundo a mi hermano y a mi"

"Oh… tu madre por eso parecía que te había visto en algún lugar… si recuerdo a una mujer muy hermosa, esposa del jefe de la aldea de los exterminadores, dando a luz a su segundo hijo que resultó ser un varoncito lleno de vitalidad" – Y después de eso la anciana pareció irse del mundo por largo tiempo. En eso escucharon unos ruidos en la entrada algo bruscos, como si un saco hubiese sido apoyado contra la pared.

Una chica de apariencia joven – al menos mas joven que las damas ahí presentes se asomó por la puerta con una mano apoyada en un brazo que sangraba con abundancia.

"Katsue, querida mía que te ha pasado" – Preguntó la anciana sin mucha preocupación verdadera ya que parecía que ya sabia lo que pasaba. Los demás miraron a la recién llegada muy curiosos. Especialmente un monje muy libidinoso.

Lo curioso es que Sango percatándose de ello no le tomó la mas mínima importancia, creía haber visto a esa chica alguna vez y lo mas raro de todo es que llevaba el mismo uniforme de los exterminadores. La chica los miró con furia y entonces Sango entendió lo que sucedía.

"¿Tu nos atacaste?" – Mas que pregunta parecía acusación.

"Ella me protege, como verán, una anciana como yo esta expuesta a muchos peligros y lamentablemente no soy tan hábil como antes defendiéndome de los ladrones y demonios… Si Sango" – Dijo recordando milagrosamente el nombre de la chica. – "… ella es una sobreviviente de los exterminadores, claro que su familia murió completamente" – Se excusó por la chica.

La joven tenia un aspecto común, cabello castaño y ojos café, y aunque tratara de ocultar aquel uniforme de bajo de una yukata se podía distinguir perfectamente que era una chica exterminadora.

"Cuando ocurrió todo ese horrible suceso Katsue estaba conmigo y cuando regresó a la aldea estaban todos muertos, huyó atemorizada pues en ese tiempo era aun muy niña… pero ahora esta toda una mujer, me protege y yo la cuido como si fuera mi hija"

Aunque la anciana hablara y hablara la joven no mostraba ningún placer en estar ahí y a veces les lanzaba miradas furtivas llenas de resentimiento a Sango.

"Ella nos había atacado y nosotros tuvimos que defendernos, si es eso lo que causó tu herida en el brazo lo siento mucho" – Se disculpó sango pero la joven solo desvió la mirada aun mas indignada.

"No se preocupen por ella, es normal que su orgullo este herido pero no vinieron a hablar de ella o me equivoco" – La anciana al fin pareció mirar a todos con mucho interés.

"Así es, tenemos un motivo muy especia para estar aquí" – Comentó Miroku.

"Si es algo que tenga que ver con las señoritas les pediría que esperaran a fuera… si es algo con respecto a los caballeros les pido a las señoritas que esperen fuera" – Resumió la anciana impasible.

"Bien veámonos" – Dijo Mamoru al instante un poco ofendido y salio.

"No es justo" – Refunfuñó Shippou y salio junto con Kirara que había preferido esperar a fuera también. Kohaku también salio, la joven Katsue lo miró por unos segundos alejarse y lo siguió también. La anciana hizo un gesto y les dio a entender a Aome y Sango que es muy curiosa por los chicos. Sango se puso colorada de coraje.

"Y usted monje, no va a salir" – Le llamó la atención Aome algo tímida.

"¿Yo?" – Aparentando estar ofendido. – "¿Es necesario?"

"Es absolutamente necesario Excelencia" – Le respondió furiosa Sango, sacándolo de la chisa en menos de un segundo.

Cuando por fin quedaron solas Sango y Aome, esta ultima no pudo si quiera abrir la boca, tenia la incomoda sensación de que la anciana trataba de ver a través de sus ojos… taladrar su alma.

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¿Que voy hacer sin ti? sin ti
¿Quien llenara tu ausencia?
¿Quien cuidara de mi?
Si te has clavado en mi corazón?
Te echo de menos, amor
Te echo de menos, amor

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Llevaban horas caminando, prácticamente desde el amanecer. Estaban en silencio ¿Por qué? Tal vez era porque Inuyasha estaba tan sumido en sus pensamientos que había olvidado por completo que Kikyou iba con él o era Kikyou quien por mas que trataba de adivinar la razón por la cual estaban caminando de regreso se había olvidado que tenia lengua… no se atrevía a preguntar¿seria por miedo¿Miedo a la respuesta? O seria que ya no le importaba lo que su vida fuera… estaba convencida de que cualquier cosa estaría mejor que detenerse y pensar la razón de su existencia… seria como una pluma arrastrada por el viento, hasta que por fin fuera liberada…….

"…Inuyasha…"

¿Estaba soñando? Juraría que escuchó la voz de Kikyou. Entonces como si hubiese sido golpeado por un rayo recordó la razón por la que iba caminando y no corriendo como solía hacerlo. Miró a Kikyou, esta por un momento pareció no querer seguir e Inuyasha optó por que había sido solo producto de su imaginación…. ¿en que iba pensando todo el camino? Lo había olvidado.

"Inuyasha… ¿hacia donde vamos?" – Esta vez Kikyou terminó la pregunta con voz seria y decidida. Hace tiempo que Inuyasha no la escuchaba hablar de esa manera. Inuyasha temió ser descubierto.

"Cambiamos camino…" – Dudó en seguir, la verdad es que no tenia una buena excusa. – "Myouga…" – Pero esta vez fue Kikyou quien interrumpió.

"Esta bien" – Finalizó sepulcralmente.

¿Estaba haciendo las cosas bien? Dudaba que esto terminara de mejor manera, lo único que sabia era que de una vez y por todas tenia que hacer algo con su curiosidad, con sus ansias, aunque fuera el fin de todo, aunque se quedara sin pan ni pedazo… el se basaba en el instinto, siempre lo hizo, lo ha ayudado a sobrevivir y esta no seria la excepción.

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¿Que voy a hacer sin ti?
¿Quien llenara tu ausencia?
¿Quien cuidara de mi,
Si te has clavado en mi corazón
Te echo de menos, amor
Te echo de menos, amor, amor...

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En las orillas de un brillante arrollo descansaban un Yukai de aspecto imponente, un Yukai de aspecto horrendo, Un yukay de dos cabezas bebiendo agua y una linda jovencita que inocentemente observaba su reflejo en las juguetonas aguas.

Se dirigían al este…

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Canción: Te Hecho de Menos

Artista: Luis Fonsi

Notas de la Autora:

Como dije antes, lo siento, lo siento lo siento!

Lamento mucho haberme tardado en actualizar, realmente no tengo perdón… espero que no me tengan tanta mala como para retarme mucho, aunque me merezco un Girón de orejas por haberme tardado.

Espero que el resentimiento no les haga odiar el fic, NO LO SOPORTARIA!

Lo único que me queda por hacer es prometer que actualizaré lo mas pronto que pueda, a lo mas me tardaré un mes… es que también tengo otros fics y también los había dejado botados…

Espero que les haya gustado la forma en que escribí estos capítulos ya que me he tomado el tiempo de perfeccionar mi modo de escribir… espero que les agrade, si no me lo dicen

Les agradezco a todos los que han sido fieles a mi historia, los adoro…

Destino, HawkAngel, Ishi, Sinope, Kigami, INULOVE, Itnuzi Desli, Ariaminuyasha, Gris-Kag, -.TeFiTa.-, Vinisa.

Gracias por sus reviews y no se olviden de mi!