Disclaimer: InuYasha no me pertenece… que mas quisiera yo que algún día entrara a mi casa y lo encontrara al mitad demonio con orejitas esponjosas y me dijera "te amoooooo"… hay me hago, me hago!
.:No Puedo Recordarlo:.
By: TaNiTaLoVe
x--------------------XxXxXxX--------------------x
Como un cuchillo… en la mantequilla
Entraste a mi vida… cuando me moría
Como la Luna… por la rendija
Así te metiste… entre mis pupilas
Y así te fui queriendo a diario
Sin una ley sin un horario uuuuuuu….
Y así me fuiste despertando
De cada sueño en donde estabas tú….
x--------------------XxXxXxX--------------------x
(Capitulo 9)
AHORA ME TOCA HABLAR
Estaba en una noche estrellada, ahora lo que mas hacían era ver las estrellas y disfrutar de ese brillo que cada día aumentaba ahora que sabían que Sengoku estaba a salvo de las feroces garras de Naraku. La perla estaba ahora en poder de Ahome y ella se encargaría de destruirla para que no cayera en manos equivocadas.
Como se había vuelto costumbre desde hace unas noches atrás InuYasha llevaba a Ahome a los lugares mas lindos mientras los demás se relajaban y disfrutaban del aire limpio. Así fue como ella conoció el arco iris nocturno.
Ese día InuYasha y Miroku habían desaparecido y volvieron de noche, Ahome estaba muy enojada pero InuYasha le dijo que le tenía una sorpresa y por eso se había demorado tanto. La llevó en brazos mientras el resto de sus amigos les daban sus mejores deseos y el monje intentaba encontrar la oportunidad para tocar a Sango.
"Que se diviertan" – Fue lo ultimo que escucharon antes de desaparecer.
Estuvieron cerca de media hora viajando y Ahome se empezó a preocupar.
"¿Dónde me llevas?"
"Es una sorpresa que espero que te guste porque me costó mucho encontrarlo y tenemos que llegar rápido" - En las alturas Ahome divisó el humo de una fogata y pronto descendieron para llegar hasta ese mismo lugar donde además de fogata había escondida una cabaña de dos cuartos.
InuYasha le cerró los ojos para que no viera nada más y la condujo hasta la entrada. Ahome se asustó un poco pues desde que él llegó percibió algo extraño en él.
"No, sin abrir los ojos sino la sorpresa se arruina" – Al llevarla hasta la entrada InuYasha quitó sus manos de los ojos de la joven y Ahome emitió un grito de sorpresa.
El suelo estaba decorado con un mantel y sobre él unas brochetas de pescado, arroz y bebida. Además de eso habían algunos pétalos de flores regados por el suelo.
"InuYasha esto es precioso ¿es para mi?"
"Claro ¿Para quién mas?" – Bromeó.
"Y… lo hiciste tu" – InuYasha asintió muy animado. – "En realidad dudo que lo haya hecho él sin ayuda de nadie pero la intención es lo que vale… mañana le daré las gracias a Miroku"
InuYasha la llevó hasta su lugar donde sobre el platillo descansaba una rosa.
"Que lindo detalle" – Ahome tomó la rosa y la pasó por su nariz encantándose con su delicioso aroma.
"¡hay! Ahome mejor comamos ya que tengo mucha hambre" – Ahome rió divertida por ese comentario, se notaba que InuYasha había tenido mucha ayuda en hacer esto.
La cena estuvo deliciosa y pronto ellos salieron para recostarse en el pasto y ver las estrellas entre los árboles.
"Voy a extrañar este lugar" – Dijo Ahome un poco nostálgica – "Pero quiero disfrutar al máximo los días que nos quedan aquí" – InuYasha no respondió. Ahome se volvió para mirarlo y notó que estaba mirando las estrellas pero con la mente en otro lugar. – "¿Qué estas pensando?"
"¿A?"
"Que qué piensas"
"Mmm… solo quiero que esta noche sea inolvidable como las anteriores… no quiero pensar en el futuro, solo disfrutar ahora"
"Cierto, tienes razón" – Ahome volvió a recostarse y tomó el brazo de InuYasha.
"Supongo que será difícil aprender a ser un humano común"
"Ni tanto, al fin y al cabo no necesitaré ser un demonio mas"
"Si pero mejor preocupémonos de ahora ¿Qué vamos a hacer? Tal vez es muy de noche para regresar"
"Claro solo que ahora podremos dormir en una cabaña y no me aplastaras sobre los árboles"
Ahome recordó una de las ocasiones donde ambos durmieron sobre un árbol e InuYasha le prestó su yukata roja para no tener frío. Ambos vieron el amanecer más hermoso de sus vidas.
"¡Que malo eres!" – Se lanzó sobre él y le pegó en el pecho, la volteó y quedó sobre ella. Ahome se acercó un poco para besarlo pero él se alejó.
"He pasado los momentos mas felices de mi vida contigo"
Ahome no sabia porque pero cada vez que InuYasha hablaba del pasado pareciera como si fuera la despedida. Eso hacia que le dieran ganas de llorar.
"Yo también digo lo mismo, cuando llegué a esta época lo único que quería era volver y tenia mucho miedo… reconozco que cuando comenzamos el viaje te tenia mucho miedo porque no sabia si en cualquier momento me matarías… y tu me decías que solo me necesitabas por mis ojos y yo me sentía como un objeto pero acepté ayudarte porque fui yo la que comenzó todo"
"No fuiste tu, fuimos nosotros pero el mal se arrastró hasta a ti. Todo en esta vida sucede por algo y si la vida me hizo conocerte estoy muy feliz"
"Aunque no comenzamos bien aprendí a soportarte y te tomé cariño"
"Yo comprendí que eres una humana muy especial y distinta a todos los que me ha tocado conocer. Tu me viste por lo que soy y aunque me temiste fuiste valiente en no huir y aunque al principio te salvaba solo pos tus ojos comprendí que eres mas importante que eso… lo comprendí sobretodo cuando tu comenzaste a salvarme y arriesgar tu vida aunque eras mucho mas débil que yo, y que ahora"
"Juntos aprendimos mucho y eso es lo mas importante"
Después de eso decidieron que hacia mucho frío entonces se entraron y disfrutaron el calor del bracero. Ambos ocuparon lugares en frente del bracero quedando frente a frente. Ahome no sabia que decir, estaba fascinada viéndolo y de vez en cuando sus mejillas se sonrojaban.
"¿Tienes calor?" – Le preguntó InuYasha notando las mejillas coloradas de Ahome.
"No"
"Entonces ¿tienes frío?" – No supo porque pero asintió.
InuYasha se puso de pie y se ubicó en un lugar al lado de Ahome. Ella se sonrojó mucho mas sin saber porque. Hace bastante rato sentía un cosquilleo en el estomago y sus deseos por estar al lado de él crecían como una necesidad vital.
La joven apoyó aun mas su cabeza en los hombros de InuYasha y este la abrazó. Por alguna razón perdieron el equilibrio y Ahome intencionalmente cayó sobre él. Eran muy pocas veces que le había pasado esto, por lo general este último tiempo que sentía la necesidad de besarlo pues estaban solos y nadie que los separaría y el hecho de que él se negara o se alejara cambiando de tema la impulsaban a seguir insistiendo.
"Abajo" y con esas palabras evitó que el hanyou esta vez se le escapara.
InuYasha sintió los calidos labios de Ahome sobre los suyos. Antes con un beso similar volvió a la realidad y ahora era llevado al paraíso. Siempre tuvo miedo a que esto pasara ya que sabia que con tal cercanía podría detenerse.
El la tomó de los brazos queriendo separarse pero ella no se despegaba. Miles de sensaciones se esparcieron por su cuerpo llenándolo hasta la punta de sus dedos de un cosquilleo irresistible ¿Qué era esa sensación? ¿Por qué desde hace un rato Ahome se veía mucho más bella ante él que en otras ocasiones? ¡¿Por qué no podía dejar de pensar en seguir! La mente le ordenaba que la alejara pero su cuerpo no respondía y su corazón… latía a mil por hora.
"Aho-me… ¡Para!" – InuYasha logró zafarse de ella y quedó sentado pasando sus manos por el rostro y escondiendo la mirada tras el flequillo. Ella se arregló el uniforme sumamente avergonzada.
"InuYasha lo siento, no debí" – Pero su sorpresa fue enorme cuando InuYasha la embistió, este aun ocultando sus ojos.
"¿Por qué?" – Cuando mostró los ojos Ahome sintió miedo ante esa expresión. – "Por qué entraste a mi vida, por qué cuando no estas aquí siento que me muero… porque no te puedo sacar de mi mente ¡que pasa conmigo!"
"Yo…" – Ahome aun seguía bajo el cuerpo de InuYasha, no sabia que decir. ¿Debía sentirse bien?
De pronto sucedió algo que ella jamás creyó que fuera posible, InuYasha acercó sus labios hasta los de ella y tocarse fue algo mágico y ambos aprovecharon de disfrutar cada sensación que ese beso despertó en sus cuerpos y mentes.
InuYasha se separó de los labios de Ahome solo para sentir el calor de las mejillas de la chica, sentir de todas las formas posibles la piel de ella para que jamás se le pudiera olvidar. Labios con labios, mejillas con mejillas, cuellos con cuellos. El gusto de frotar la piel, esa caricia… todo. Ahome por su parte se sentía muy bien con esas caricias pero de pronto todo empezó a subir de temperatura cuando ella lo detuvo y lo incorporó para tirar sutilmente de la cinta roja y luego quitarle su primera capa roja y abrir con fuerza las ropas blancas. Era sumamente excitante verlo con el pecho desnudo sin que se haya convertido en monstruo.
Él tomó una de las manos de Ahome y la llevó a su pecho incentivándola a que lo conozca. Ella comenzó a delinear cada curva de su pecho gravando cada detalle en el tacto recorriendo sus brazos hasta la punta de los dedos. Estaba sonrojadísima y de vez en cuando se preguntaba si debía seguir y a que llevaría este momento. Sintió la mano de él en su mentón y segundos después estaban frente a frente, volvieron a besarse. Mientras tanto la chica levantó los brazos para que él pudiera sacarle la parte superior del uniforme escolar.
InuYasha al verla recordó una vez cuando un ermitaño la secuestró y quería devorarla, esa vez la vio desnuda pero ese momento no se comparaba con lo que ahora estaban viendo sus ojos. Sin el consentimiento de la chica comenzó a tocarla grabando cada curvatura de su cuerpo en sus dedos, pese a que la chica se asustó por el atrevimiento no dijo nada ya que ahora estaban a mano. Con una de sus garras rompió el sello delantero de su sostén y ahí si que Ahome sintió vergüenza. Él la abrazó y ella correspondió al abrazo lo que hizo que ambos cuerpos desnudos hicieran contacto y sintieran la temperatura del otro.
Ahome dejó de abrazarlo y subió hasta su rostro y lo abrazó esta vez del cuello, lo besó mas profundamente que la vez anterior lo que hizo que InuYasha tambaleara un poco pero no cayó. La rodeó por la cintura fuertemente y luego acarició su espalda mientras que los dedos de Ahome se enredaron en el cabello de él. La temperatura subió unos grados más.
InuYasha la recostó sobre su yukata roja, ahora lo que iluminaba la cabaña era la tenue luz del bracero a punto de extinguirse.
"¿Qué me haces? ¿Qué causas en mi que no puedo dejar de besarte, de acariciarte?" – Pronunció él sin dejar de besarla y frotar su mejilla contra la de ella.
"Supongo que lo mismo que causas tu en mi. Dime… ¿que sientes?" – Ahome recorrió la espalda de InuYasha hasta su cadera sin atreverse a seguir bajando.
"Quiero sentir tu calor, respirar tu aliento… quiero… no sé bien lo que quiero pero me siento enloquecido" – Respondió entre besos y caricias, con la respiración agitada.
Ahome lo alejó un poco cosa que el hanyou no entendió.
"¿Me harías daño?"
"¡Por supuesto que no!" – Respondió ciertamente ofendido.
"¿Me amas?" – Aunque InuYasha tardó unos momentos en responder finalmente lo hizo.
"No puedo decir que te amo porque para mi es difícil conocer ese sentimiento… durante mucho tiempo estuve confundido, no puedo decírtelo aunque te puedo asegurar que eres alguien muy especial para mi y que te quiero mucho, es por eso que estamos hoy tu y yo pero créeme que cuando esté seguro de que no cargo con ninguna culpa te lo diré" – Ahome comprendió aunque con mucha tristeza que para él la palabra amor es mas profunda que para otros ya que con lo sucedido este ultimo tiempo para él es muy difícil cargar con el pasado y mas aun si tenia la sombra de Kikyou en la mente.
"Agradezco tu sinceridad" – Ahome volvió a besarlo para recuperar el momento anterior. Ahora tenia la esperanza de conquistarlo ¿Cómo sabia que el día de mañana InuYasha ya se haya decidido?
"¿Qué haces?" – Preguntó al ver las manos de Ahome sobre su pantalón dispuesta a quitárselo. Ella le dedicó una sonrisa picara. InuYasha recordó a Miroku.
"Shh…" – Ahome lo cayó con un beso.
¿Qué pasa cuando nos damos cuenta que solo hemos estado viviendo para esto? Cuando nuestra vida se resume en un momento. Vivimos para amar y amamos para ser amados, crecemos buscando amor y sufrimos al ver que se nos escapa pero ¿Qué sucede cuando lo encuentras? Das todo para que nunca escape otra vez, convences para que no se vaya, sorprendes para que no caiga en la monotonía, confías para que no se asfixie y revives para que nunca se extinga…
La vida es un conjunto de momentos. La mayoría de los humanos vivimos reprochándonos acciones del pasado, dudando en el presente y temiendo las consecuencias de nuestras acciones en el futuro ¿Por qué somos así? ¿Por qué no hacer las cosas de corazón y aceptar el pasado como una lección, razonar el presente en vez de dudar y aceptar con valentía lo que depare el futuro? Los malos momentos solo hay que recordarlos cuando estamos en frente de algo similar. Pero los buenos momentos… siempre debemos recordar los buenos momentos.
Si es de corazón todo vale ¿Por qué dudar? No importa lo que digan los demás, si se hace de corazón no podemos sentirnos mal, es mas, debemos estar orgullosos ya que este mundo esta repleto de mentiras, de gente ambiciosa, gente que confunde el amor con la pasión o el instinto. Demos dar gracias por ver las flores cada primavera… recibir al sol de verano con los brazos abiertos… admirar las hojas rojizas caer de los árboles… bailar bajo la lluvia en invierno sin importar quedar empapados. Todo por el gusto de disfrutar. Asombrémonos al ver las nubes de diversos colores durante la tarde, sorprendámonos al encontrar una estrella fugaz entre millones de estrellas brillantes, deleitémonos al ver los cerros verdes reflejados en un lago cual espejo, disfrutemos de la brisa jugueteando con nuestra ropa y cabello, sintámonos sumamente afortunados al ver un atardecer en el mar. Son cosas que no se compran y por eso tienen mas valor ya que podemos tenerlo todos los días ¿y que mejor que compartirlo con alguien que amas? Ya sea amistad, familia, o novio… Son momentos que no se compran y que mas tarde extrañaremos…
(NA: lo que pasó entre la reflexión se los dejo a la imaginación aunque me gustaría que lo ambientaran a una escena romántica)
x--------------------XxXxXxX--------------------x
Y nadie lo buscaba, y nadie lo planeó así
En el destino estaba que fueras para mi
Y nadie lo apostaba a que yo fuera tan feliz
Pero cupido se apiadó de mí
Se apiadó de mí
Se apiadó de mí
x--------------------XxXxXxX--------------------x
"Kikyou no debes levantarte" – Kaede llegaba con el te de hierbas. Kikyou se estaba incorporando y se acomodaba las sandalias.
"Lo siento Kaede pero en este momento hay algo mas importante que debo resolver"
Kaede dejó el té en el suelo y siguió a Kikyou hasta la sala principal. Kikyou tomó su arco y su cesta con flechas y se la acomodó en la espalda.
"Kikyou ¿Qué haces?" – Ahora Kaede estaba más que preocupada y tenía un mal presentimiento. – "No permitiré que salgas" – Kaede a toda la velocidad que su cuerpo anciano le permitía se interpuso entre la puerta y su hermana.
"Kaede déjame salir, sabes que no me detendrás" – Kikyou la rodeó hasta llegar a la puerta pero cuando estaba a punto de salir Kaede la tomó de un brazo.
"Voy contigo" – Kikyou sin tardar asintió.
Ambas salieron a la oscuridad de la noche y Kikyou fue la primera en percatarse de la presencia de la perla de Shikon muy cerca, pero lo que se le hacia extraño es que no percibía la presencia de Ahome por ningún lado.
"¿Quién anda ahí?" – Kaede se asustó al escuchar las palabras de su hermana que hacían deducir que había peligro muy cerca. Inmediatamente entró en busca de unos pergaminos de protección.
Aunque la luz de la luna era tenue le permitió ver la silueta de alguien dando zancadas hacia ella. Sacó una flecha y apuntó hacia donde vio la perla.
"¿Quién eres y porque tienes la perla de Shikon?"
"¿Qué quien soy?" – Esa voz a la sacerdotisa se le hizo terroríficamente familiar. La silueta se acercó un poco mas y Kikyou abrió los ojos sorprendida.
Por unos instantes revivió la pesadilla de hace cincuenta años tras ver a ese sujeto inmensamente parecido a InuYasha con un semblante maligno en el rostro.
"No juegues, sé que no eres InuYasha ¡Muestra tu verdadera forma!"
"No estoy jugando y tienes razón… no soy InuYasha pero en una cosa te equivocas… esta es mi verdadera apariencia" – Kikyou se sobresaltó por ese hecho. Enseguida regresó la anciana Kaede.
"¡Eres tu!" – La anciana suspiró aliviada lo que ocasionó que Kikyou se sorprendiera mas.
"¿Hay algo que yo no sepa?" – Preguntó a su hermana con voz fría y sin dejar de apuntar a ese sujeto.
"Calma Kikyou este chico vino con Ahome del futuro"
"¿Qué? ¿Vino del fututo? ¿Qué significa esto? Sea lo que sea este sujeto me hace desconfiar… no voy a bajar la guardia"
"¿Qué pasa Kikyou? ¿Acaso desconfías de él? No creo que sea una mala persona aunque tiene un carácter difícil no creo que…" – La anciana fue interrumpida por el joven quien en ningún momento dejó de mirar a Kikyou.
"Anciana Kaede ¿me haría el favor de dejarme solo conversar con la sacerdotisa Kikyou?" – La anciana quedó descolocada ante la petición, ahora veía en el chico una sombra de odio en sus ojos.
"Has lo que dice Kaede, yo puedo arreglármelas sola" – La anciana no se movió.
Kikyou olvidó la presencia de Kaede y enfrentó al desconocido.
"Veo que has traído buena compañía" – De entre la sombra se acercó Kohaku con Kirara pequeña.
"Si, pero ellos no tienen que ver en este asunto" – Respondió el muchacho sin darles importancia.
"Quiero saber como te llamas y a que has venido"
"Ohh… ya comenzamos con las preguntas en masa" – Sonrió altaneramente, Kikyou en cambio bajó el arco pero estaba alerta a cualquier movimiento del joven. – "Quieres saber quien soy… pues esa es una pregunta muy importante que no me gustaría responder, en cambio tu si la podrías… deducir. Me han contado que eres muy perceptiva ¿Qué vez en mi?"
"No juegues" – Dijo mordazmente la sacerdotisa.
"Si… también me han contado que eres amargada" – Kikyou no respondió. – "No quiero entablar amistad contigo, esto no es una visita social. Estoy aquí para que las pagues por todo el daño que me has hecho"
La anciana ahogó un grito. Kohaku solo miró hacia otro lugar.
Kikyou aunque no lo aparentaba estaba sumamente asustada. Cada actitud y cada facción era muy parecida a la del mismísimo InuYasha, solo que en esencia eran más distintos.
x--------------------XxXxXxX--------------------x
Como la lluvia…en pleno desierto
Mojaste de fe mi corazón… ahogaste mis miedos
Como una dulce voz… en el silencio
Así nos llegó el amor… amor del bueno
x--------------------XxXxXxX--------------------x
Ahome abrió los ojos y lo primero que vio fue la noche estrellada, luego vio como un rostro familiar tapaba su visión. Ahome saltó sumamente exaltada solo para darse cuenta que estaba solo en ropa interior y cubierta con la yukata roja de InuYasha. La joven intentó preguntar, reclamar o gritar pero estaba tan confundida y aturdida por la situación que las palabras no lograban hilarse.
"Como-donde es-que-por que…" – Se cubrió el cuerpo lo mas que pudo.
"Te quité la ropa porque te apretaba" – Ahome intentó razonar un poco mas y llegó a la conclusión que lo que pasó hace un rato solo fue un sueño y que ahora acababa de volver a la ¿realidad? ¿Dónde están Miroku, Sango y Shippou?
"Donde están…"
"No están aquí" – InuYasha suspiró cansado y se acercó un poco mas a ella, intentó tomarle las manos pero Ahome las quitó. – "Te traje hasta aquí porque necesito que hablemos… sobre lo que no recuerdas"
Ahome simuló no escuchar lo anterior para no tener que comprobar lo que creía que estaba pasando.
"¿Sabes? Es curioso pero soñé algo muy extraño, me invitabas a cenar, veíamos las estrellas y… me besabas. Que loco ¿no?" – Ahome rió locamente.
"Ahome déjame hablar… ¡déjame hablar!" – La calmó de una vez. Ahome se abrigó un poco más con la yukata. – "No estabas soñando o al menos no todo es un sueño" – Ahome abrió la boca pero de ahí no salieron palabras – "No quiero mas mentiras porque mi conciencia no me deja en paz por las noches… Durante todo el ultimo tiempo antes que Naraku fuera derrotado ya había aclarado mayormente mis sentimientos pero me sentí culpable porque no podía estar con una sin hacerle daño a la otra… me refiero a ti y a Kikyou" – Ahome asintió cerrando los ojos no quería volver a recordar esos incidentes – "Después que Naraku fuera derrotado y el cuerpo de Kikyou quedara nuevamente sin vida me sentí… mal. Aunque no lloré ni demostré que me importara demasiado todos se dieron cuenta, hasta tú te diste cuenta y me diste tiempo para reflexionar, me propusiste que la reviviera con la ayuda de la perla y yo me negué, dije que quería que estuviera en paz ahora que todo había terminado. Pero mentí… comencé a pensar ¿Qué hubiera sido si Kikyou nunca hubiese muerto? Y… en pocas palabras me ilusioné de nuevo y me hice responsable de su felicidad, de cumplir su ultimo deseo antes que Naraku llegara a nuestras vidas"
A Ahome le hacia mucho daño escuchar las palabras del hanyou. Sabia que era sincero porque él no sabe mentir pero a veces la sinceridad hiere y eso es lo que Ahome estaba sintiendo en el pecho.
"Es por eso que en el ultimo tiempo antes que nos dejáramos de ver te llevé a conocer lugares hermosos, intenté convertirte en la mujer mas feliz del mundo para que…. Para que cuando yo ya no estuviera a tu lado conservaras los buenos momentos y supieras entenderme. Yo estaba muy contento por verte sonreír y asombrada por las maravillas de esta región… Muchas veces intentaste besarme o insinuaste lo felices que seriamos en el futuro… cuando yo regresara contigo a tu época. Y yo intentaba evitar el tema o decirte que si, aunque sabia que no podría ser. Te quise compensar por todo lo que me ayudaste en este tiempo y quise que comprendieras lo especial que eres para mi pero… también te hice saber lo difícil que era para mi sacar a Kikyou de mi mente y olvidar los buenos y malos momentos que pasamos por mi culpa" – Ahome sabía exactamente a lo que se refería.
"InuYasha no fue tu culpa…"
"No quise entender las palabras de Kikyou, no quise entender que decía la verdad, no quise ver que ese era su deseo. Es por eso que decidí revivirla y quedarme con ella" – Ahome sintió que si corazón se trisaba. InuYasha bajó la cabeza – "Pero algo salió mal, mejor dicho dos cosas salieron mal… en el ultimo tiempo descubrí que contigo era mucho mas feliz que en todos los años de mi vida… y aunque me duela reconocerlo.. incluso con Kikyou. Es por eso que una noche quise acabar con todo, sacarte de mi vida de raíz pero lo único que hice fue clavarte aun más en mi corazón" – Ahome podría jurar que en la oscuridad de la noche una lagrima del hanyou se deslizó por su mejilla. - "Le pedí a Miroku que me acompañara a una aldea para conseguir ayuda y armarte una cena muy especial, Miroku me ayudó con los detalles románticos… en esa cena pretendía cortar con las ilusiones" – El Corazón de Ahome volvió a trizarse porque ahora los recuerdos de esa mágica velada regresaban a su mente nítidos como nunca antes – "Pero ahí fue la segunda ocasión en que algo salió mal…" – InuYasha trató de buscar las palabras – "nunca te pude olvidar Ahome"
"Dime… dime que pasó esa noche" – Aunque la joven sabia bien lo que pasó quería escucharlo del mismísimo InuYasha.
"…Pasó que te confesé mis sentimientos" – Ahome recordó cada palabra emitida por él en esa noche – "pasó que no pude evitarlo… mejor dicho no quise evitarlo, me hiciste olvidar de todas mis preocupaciones y me llevaste a un lugar hermoso lleno de paz… amor" – Aunque su corazón estaba trizado latió con fuerza al escuchar esas palabras ¿estaba reconociendo que esa noche fue importante? – "Reconozco que esa noche me dejé llevar por mi instinto… tu piel tan suave… el embriagante perfume, tu sedoso cabello… tus ojos brillantes… tus labios húmedos" – Ahome se sonrojó – "Me dejé llevar y gracias a eso conocí tu cuerpo"
Pasaron largos minutos en los que ni uno de los dos se miraba a los ojos.
"Hicimos el amor" – El hanyou levantó la mirada un poco confundido – "Esa noche hicimos el amor, eso fue lo que hicimos" – Repitió la joven con voz conciliadora y una mirada pacifica pues el recuerdo de ello la hacia sentir en las nubes.
"Pensé que no lo recordabas…"
"No lo recordaba, y me gustaría saber por qué" – InuYasha se sintió sumamente culpable. Pero ya era demasiado tarde y era el momento de la verdad.
"Yo… puedo explicártelo" – Ahome en cierta forma se sorprendió al escuchar las palabras de la boca de él pero ya suponía que él tenia que ver en todo eso. – "No creas que todo eso lo tenia planeado, lo único que quería era conversarte de mis planes y que me comprendieras, esa pócima para el olvido era por si algo salía mal o no querías entenderme y así…" – No pudo terminar porque sintió la poderosa mano de Ahome impactar contra su mejilla izquierda.
"Como pudiste hacer algo tan vil" – La voz de Ahome se quebró.
"Deja explicarte"
"¡Pues explícalo de una vez!"
"No quería usarla pero la llevé conmigo por… por sea caso algo resultara mal y no quisieras comprenderme"
"¿Por sea caso yo te quisiera obligar a estar conmigo o intentara después matar a Kikyou?… que poco me conoces" – Nuevamente su voz se quebró.
"No pretendía usarla…. En verdad, porque yo creía que me entenderías, pero con lo que pasó esa noche no quería ilusionarte mas de lo que ya estabas y el tiempo pasó y al final no te dije nada y… ya había pasado demasiado entre nosotros… simplemente estaba confundido y quería hacer las cosas rápido antes que me arrepintiera" – InuYasha se calmó viendo que Ahome volvía a bajar las manos. – "Después que te dormiste te di a beber de esa pócima pero mis manos tiritaban y no terminé de dártela, se me resbaló y se esparció por el suelo… mi única esperanza era haberte dado lo suficiente. Necesitaba hacer algo rápido y como pude te vestí y te llevé a otro lugar. Cuando despertaste te dije que habías quedado dormida mientras mirábamos las estrellas"
"Es por eso que parte de mi ropa estaba al revés…" – Susurró. Sonrió con desgano, no podía sentirse mas fatal de lo que se sentía.
"Ya tenia todo preparado… ese mismo día te quité la perla y te mandé a tu época con el corazón roto" – Ahome tiritó al recordar eso. Salieron lagrimas de sus ojos al verse caer por el poso devora huesos. Recordó que cuando recobró la conciencia estaba llorando a la orilla del poso gritando el nombre de InuYasha.
"Dijiste que no me harías daño" – Susurró para si misma. Él se sintió aun más miserable.
"Pero no pude cumplir esa promesa… te herí donde mas duele. Pero no creas que no me costó caro" – Las lagrimas de la joven se deslizaban por las mejillas y eso le dolía al hanyou. – "Reviví a Kikyou y la perla desapareció de mis manos. Pensé que se había destruido y no alcancé a convertirme en humano para… estar con ella hasta la muerte" – Se detuvo para hacer memoria de lo que había pasado el tiempo después. – "Kikyou no era feliz, nunca sonrió en todo el tiempo que estuvimos juntos y pensé que era por la tristeza que le ocasionaba vivir en el lugar donde sin querer hicimos tanto daño… la llevé a un lugar donde pretendíamos vivir en una cabaña pero ella no quiso, dijo que prefería vagar y caminar por los bosques como lo hacia antes cuando era solo un cuerpo de barro y huesos. Ahí entendí que ella se sentía de la misma forma que antes y que cometí el error mas grande de la historia… claro que cuando me di cuenta ya era demasiado tarde y ahora estaba condenado a vivir viéndola morir poco a poco" – InuYasha sonrió un poco al recordar algo importante – "Un día Myouga me comentó que el poso que conecta las dos épocas se había restaurado y que volviste por ahí… también me dijo que no venias sola" – Ahome recordó a Mamoru y se le vino a la mente las palabras del monje Miroku.
"Si… él vino conmigo" – Ahome bajó el rostro y se abrazó a si misma.
"Lo sé, lo escuché todo… también sé que es muy probable que venga desde un futuro aun mas lejano y que sea el hijo que yo no podría conocer" – Ahome no supo que decir. – "Cuando lo ví en las tierras del fuego mi corazón se aceleró y percibí una esencia muy similar a la tuya en él y también percibí que es un híbrido"
"¿Híbrido? Pero si fuera monstruo ya me habría dado cuenta"
"Es un híbrido de bajo nivel sanguíneo, además también tiene poder espiritual por lo que podría disfrazar su esencia, pero eso aun no es seguro"
"Es cierto, el monje Miroku solo estaba suponiendo, pero de todos modos podría ser verdad y si eso sucede Kikyou podría morir" – Ahome volvió a bajar la mirada sabiendo que esta era una decisión que no quería tomar pero que era la mejor. – "Debemos ir a salvarla y después arreglaremos nuestras diferencias porque aun tengo algo muy importante que decirte"
"Y yo también…"
x--------------------XxXxXxX--------------------x
Y así te fui queriendo a diario
Sin una ley sin un horario uuuu…
Y así me fuiste despertando
De cada sueño donde estabas tú…
x--------------------XxXxXxX--------------------x
Ahora solo quedaban ellos que luchaban como podían haciéndose camino entre las hierbas y los espinos. Era tan tarde que no podían ver nada, solo el fuego mágico de Shippou podía guiarlos.
"¿Y ahora por donde vamos?" – Preguntó el kitzune.
"No lo sé"
"Pero Sango, dijiste que sabias por donde ir"
"¡Que no lo sé!"
"No la pongas mas nerviosa de lo que está Shippou"
"Debemos avanzar de alguna manera… algo para llegar rápido" – Dijo Sango al tiempo que se abría paso por unos espinos.
"Si tan solo pudiéramos encontrar ayuda"
Y como si las plegarias del monje Miroku fueran escuchadas desde el cielo descendió una pulga monstruo.
"¡Anciano Myouga!"
"Shi shi shi, el mismo" – Lucia bastante fastidiado por tener que andar en las noches.
"¡Donde esta InuYasha con Ahome!" – Se lanzó la exterminadora tremendamente furiosa.
"A eso vengo pero no me presionen" – El monje Miroku tuvo que detener a la joven que estaba dispuesta a todo con tal de sacarle información al anciano. Sango al calmarse se soltó bruscamente de él.
"Hable por favor" – Le pidió Miroku.
"El amo InuYasha me ha pedido que los ayude a llegar a tiempo a la aldea y que ahí se encontrarán"
"¡¿Y que hay de Ahome!" – Estalló nuevamente Sango.
"La ultima vez que la vi aun no despertaba pero de seguro que debe estar bien, el amo InuYasha no dejaría que nada malo le pasara ya que al parecer está en cinta… es curioso pero yo pensé que cuando el amo me dijo que iba a ser papá se refería a la sacerdotisa Kikyou" – Mientras Myouga seguía hablando El monje y Sango se lanzaban miradas de complicidad. Ella tuvo que reconocer que el monje hasta entonces tenía razón. – "Entonces lo que debo hacer es guiarlos hasta donde los lobos para que ellos los ayuden a regresar"
"¡¿Qué!"
"Si, de la misma forma en que los ayudaron la ultima vez, pero como no los puedo llevar a todos me llevaré al pequeño para que a la vuelta los guíe hasta ustedes"
Tuvieron que admitir que hasta ahora esa era la única opción real que tenían para poder llegar a tiempo. Shippou se fue con el anciano a buscar ayuda y el monje Miroku con Sango se quedaron solos.
"Bien, cuando los divisemos voy a lanzar esta bengala para que nos vean" – Acordó Sango. El monje solo asintió.
x--------------------XxXxXxX--------------------x
Y nadie lo buscaba, y nadie lo planeo así
En el destino estaba que fueras para mí
Y nadie lo apostaba a que yo fuera tan feliz
Pero cupido se apiadó de mí
Se apiadó de mí
x--------------------XxXxXxX--------------------x
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
Notas de TaNiTaLoVe
Hola ¿Qué les pareció?
Disculpen por no poder actualizar antes es que me tengo que poner de acuerdo con el resto de mis historias y así poder actualizar, así que calculen cinco historias y actualizarlas la mayoría el mismo día… además de que mi computadora anda en huelga y me pide manutención a demás de nuevas piezas… u.u uff
Espero que les haya gustado y al igual que la ultima vez no podré contestar sus reviews hasta tener Internet pero no se angustien ¡Será pronto!
Hasta entonces
(''·.·TaNiTaLoVe·.·'')
26 – Ene - 2006
