Miró atento a la única persona que se encontraba en el comedor, era muy temprano como para simplemente estar desayunando, así que no encontraba una razón para que estuviera ahí como si fuera normal tomarse una taza de café a las cuatro de la madrugada... Al menos, no para él.
Caminó y se sentó frente al adulto con naturalidad mientras disfrutaba de su vaso con agua, no había mucho que hacer que no fuera dormirse, no importaba que se quedara un rato a hacerle compañía.
—Potter.
—Profesor —susurró tomando un poco de su agua—, la madrugada es tan linda que no dan ganas de dormir.
Severus Snape simplemente asintió con su cabeza, perdiéndose en algún punto de la pared, causando una enorme curiosidad al menor. Un normal Snape no hubiera desaprovechado la oportunidad para joderle un poco el día.
—¿Las pesadillas regresaron? —cuestionó el Slytherin de un momento a otro.
—Realmente no, hace mucho que no tengo pesadillas —contestó encogiéndose de hombros—, pero ya es costumbre despertarme a estas horas a causa de ellas. —Snape asintió nuevamente— ¿Y usted, Profesor?
—Nada que le importe.
—En realidad, no estuviera sentado frente a usted haciéndole esa pregunta si no me importara, señor.
Severus levantó su mirada y observó al chico frente a él con seriedad antes de suspirar y negar con la cabeza.
—¿No ha visto algo extraño dentro de la orden? —preguntó sin ánimo, casi como si se rindiera ante la idea de contarle sus problemas a un niño.
—Oh, entonces se trata de eso —susurró encogiéndose de hombros—. No hay nada extraño dentro de la orden, he visto a algunos miembros viniendo más seguido de lo normal, pero supongo que simplemente les gusta platicar con Hermione, ya sabe cómo es, muy apasionada con lo que dice, sin mencionar que puede hablar de cualquier cosa...
—¿Quiénes son esos miembros que vienen más seguido?
—Tamsin Fleet y Herbert Applebee. —Harry frunció el ceño tratando de recordar— Creo que ellos dos son quienes pasan más tiempo aquí, señor.
—Es raro, a Tamsin yo la invité, no podría ser...
—¿La espía? —esta vez le tocó cuestionar a Harry, negando con la cabeza— Profesor, desde hace mucho he tenido una pregunta que me gustaría hacerle. —el pocionista movió su mano, dándole permiso para seguir hablando. Harry simplemente sonrió ante eso— ¿Por qué se unió a Lord Voldemort?
Un escalofrío recorrió la espalda del mayor cuando el nombre de su Señor fue pronunciado, antes de reaccionar a la pregunta de su alumno y mirarlo por un largo rato.
—No creo que sea un tema del que deba hablar con usted, Potter.
—Pensé que estar con alguien que decidió quedarse con usted a las cuatro de la madrugada para que no estuviera solo elevaría un poco más su confianza —comentó con una fingida decepción, Severus simplemente levantó una ceja.
—¿Cómo sabría que no le dirá a sus amigos?
—Para su información, ya no he hablado con ellos desde que Dumbledore decidió que necesito doble vigilancia por si el espía planeara raptarme. —Harry puso los ojos en blanco, realmente odiaba todo eso, no podía ni ir al baño sin que alguien le siguiera, sin mencionar que Ron ha estado enojado con él por sepa-qué-razón y Hermione había estado super ocupada dialogando con todos los miembros de la orden como para prestarle atención a su supuesto mejor amigo— Ahora que yo he respondido su pregunta, ¿no se le hace justo que usted conteste la mía?
—¿Quién diría que Harry Potter tuviera un comportamiento Slytherin? —preguntó por lo bajo mientras que una pequeña sonrisa abarcaba sus labios— Me uní al Señor Oscuro porque compartía sus ideales, últimamente se han distorsionado mucho alguno de ellos por culpa de los medios, pero no ha cambiado de parecer con sus planes iniciales.
—Usted no compartía sus ideales —dijo el chico en forma de reproche—, los sigue compartiendo —acusó mirando los ojos del mayor, quien simplemente asintió derrotado—. ¿Por qué está en la orden?
Severus analizó bien la situación, ¿realmente sería correcto decirle al niño dorado todo? Sólo se lo había dicho a una persona y no había salido muy bien todo... Aunque, siendo sinceros, ¿qué más podría perder?
Negó mentalmente, no tenía nada que perder, lo único que perdería sería a Harry Potter, el chico que siempre protegió y que, hasta el momento, pensó que le odiaba, aunque no le estuviera demostrando exactamente eso.
—Juré protegerte —declaró con tranquilidad, viendo la sorpresa del menor—. Su madre y yo éramos mejores amigos desde antes de que entráramos a Hogwarts, yo... tuve la culpa de que el Señor Oscuro supiera de la profecía, así que...
—Usted no es el culpable de nada —cortó el menor—, estaba haciendo su trabajo. Esto es una guerra, las relaciones quedan en segundo plano frente a eso.
—Joven Potter...
—Usted está aquí por mí —negó con la cabeza, callando a su profesor—... Su marca tiene motas verdes.
—¿Cómo supo eso? —interrumpió con brusquedad, agarrando su brazo mientras fruncía el ceño.
—En la hora de comer levantó su brazo para alcanzar algo del estante y logré verlo —respondió encogiéndose de hombros—. Si es por mí, regrese con el Señor Oscuro.
—Potter...
—No soy quién para obligar a alguien a estar en contra de sus ideales, señor —susurró jugando con sus dedos—. Menos a usted, ya me ha protegido demasiado en estos años, es hora de que se proteja usted mismo.
Severus miró al ojiverde, quien sonreía con cariño, una mirada tan parecida a la que Lily le daba cuando le decía qué era lo correcto. Una mirada con un cariño que no había recibido desde hace muchos años.
»Si nosotros ganamos esta guerra, me encargaré de que no haya cargos en su contra —prosiguió con tranquilidad.
—Juré protegerte, Harry Potter, aunque regrese al lado oscuro, mi juramento sigue en pie —afirmó mientras se levantaba—. Haré lo que me pide, pero...
—Ahora será espía por parte de Voldermort —completó con simpleza. Severus asintió—. Juro por mi magia que no revelaré nada de esta conversación.
Un hilo plateado salió de su meñique y se enredó en el brazo del mayor, causando sorpresa. Hacer un juramento así implicaba demasiado poder mágico.
—Buenas noches, Harry.
—Buenas noches, profesor —contestó sonriendo. Severus se levantó de su asiento y se encaminó a la puerta, dejando olvidada su taza de café en la mesa—. Señor, retomando un poco el tema —detuvo con rapidez, recordando algo de último momento—, Nestor Baker ha estado viniendo muy seguido, visita a Sirius y a Remus, parecen buenos amigos.
El profesor de pociones asintió antes de desaparecer por la oscuridad del pasillo, dejando al menor con una sonrisa en el rostro.
" Buena ésa. En la otra página te dejo la lista, espero que la disfrutes.
Por cierto, deberías esconder mejor tus horrocrux, tuve que esconder uno después de recorrer una habitación vacía en la casa Black.
No te preocupes, te he dejado toda mi lealtad.
No le haré daño a tu bebé.
Atte: NB. "
