Wenas! Tanto tiempo. La inspiración se me habia ido pero ahora q consegui Harry Potter 6 me llegaron ideas nuevas, no son spoilers, que me dieron ganas de contiuar esto q habia semi abandonado.

Este capitulo no salio como quería pero es el punto de partida para que yo recupere las ganas de escribir.

Gracias por haber leido hasta aca

Capitulo 25¿Aliados?

El brutal espadachín había iniciado su ataque lanzándose violentamente sobre Harry pero antes de que su golpe funcionase una persona se había interpuesto entre la katana roja y el herido cuerpo del joven oficial de policía.

La escena era macabra desde cualquier punto de vista.

Lo primero que Harry vislumbró fue sangre.

Litros del precioso líquido vital escurrían por el filo de la espada y Harry entendió porque la filosa arma poseía ese extraño color.

La espada absorbía la sangre de sus victimas.

En este caso la victima era Felix Felicis.

Los alumnos portaban la misma expresión de terror y paralizados no hicieron nada para impedir la mutilación de su profesor.

Pero Felicis no se quedo quieto.

Al segundo de ser atravesado por la katana tomó impulso haciendo su cuerpo para atrás y rápidamente ascendió golpeando a su atacante en el estomago, causando que este volase varios metro hacia atrás y caiga violentamente con la cara al suelo.

El profesor no dejo que pase ni medio segundo y antes de que el resto del cuerpo del invasor llegase al suelo el ya se le había abalanzado y, agitando la varita como si fuese un látigo, contraatacó con una maldición cortante que Harry reconoció por sus efectos más que por la encantación, ya que nadie lo oyó ni siquiera murmurar.

Sangre empapó al profesor pero este no pareció inmutarse por el hecho y siguió examinando al ahora fallecido atacante.

Solo quitó sus ojos de él cuando el precioso y vital liquido escarlata dejo de fluir con fuerza por las venas abiertas del caído.

Luego levantó la cabeza mirando a su alrededor, como si estuviese examinando al alumnado pero Harry advirtió que estaba comprobando si había algún enemigo que no hubiese admitido su identidad.

Los estudiantes miraban paralizados y, en el instante siguiente, el infierno se desató.

Los alumnos más jóvenes comenzaron a gritar y a correr en todas direcciones a la vez en una sincronía perfecta y el Director se levanto para pedir silencio.

- ¡Detenganse!- Grito el anciano y tal era el poder de su voz que nadie se atrevió a desobedecerlo.

Felix se giró la cabeza en dirección a Harry y luego poso la mirada en Albus y pudo ver como el aura del pelirrojo profesor flameaba sutilmente bajo el control que tenía sobre ella, la del Director, por otro lado, en ningún momento había dejado de mostrarse opulentamente.

Harry pudo ver un flash del sello que ocultaba el aura del profesor y se dio cuenta de que tenía poderes más allá de los de la gente común.

Harry observó el Salón con aprensión y gracias al pensar lo raro que era ver una tarima repleta de vidrios de diferentes tamaños, sobre la cual Snape reposaba mientras era atendido por Madam Pomfrey, quien evidentemente había llegado en algún momento del impresionantemente corto encuentro entre Felix y el misterioso visitante.

El dolor volvió a atacar al joven ojiverde y le hizo recordar que tenía que atenderse o su situación podría empeorar pero antes que anda recordó que Felicitis estaba herido de muerte y no mostraba signos de dolor ni siquiera apretaba los dientes para ahogar el dolor como la mayoría de la gente haría si quisiera reprimir un grito monstruoso.

¡El hombre, si que se puede llamar así a alguien capaz de soportar esas heridas sin rechistar, estaba mortalmente lastimado y continuaba buscando por más peligros¡.

La autoritaria enfermera de Hogwarts pareció notar lo mismo y se dirigió con pasos cortos pero rápidos en dirección del herido y llevándoselo casi a la rastra ante la falta de predisposición del profesor por ir a la enfermería.

Harry optó por retirarse aprovechando que todos los adultos estaban ocupados tratando de calmar a los alumnos o de reparar la tarima y el lugar y retirando el cuerpo del lugar.

El moreno se retiro en un intento de trote por su deteriorado estado y entró en el aula más cercana para atender sus heridas.

- Dobby- Exclamó lo más fuerte que pudo, que no era mucho.

El mencionado duende apareció con su eterno vestuario extravagante en el cual Harry notó las medias disparejas que el mismo le había regalado el año pasado.

- Dobby recibió su llamada, Harry Potter- Exclamó feliz el elfo domestico pero sus enormes ojos se agrandaron aún más al ver la sangre escurrir por el cuerpo del joven.

- Necesitó que me consigas vendajes y una poción contra el dolor- El policía nunca pensó que decir una frase pudiera causarle tanto dolor.

El pequeño elfo salió disparado y Harry se deslizó lentamente al suelo para caer herido en el frío suelo de piedras que otorgaba un mínimo calmante contra el ardiente dolor que se esparcía por todas sus extremidades.

Gemidos causados por las sangrantes heridos amenazaron con salir de los labios de Harry pero este apretó los dientes y callo sus quejidos.

El regreso de Dobby fue como un deseo de Dios concedido y Harry no tardó en vaciar las botellas de diferentes pociones sin fijarse que tomaba pues confiaba con su vida al pequeño elfo domestico.

Toscamente se vendó el hombro, el pecho y la pierna lastimada y se desplomó mucho más contento en un pupitre.

El tiempo pasó con velocidad y ya era más de las once de la noche cuando al fin abandonó el salón de clases en el que se había refugiado.

Caminando lentamente por su pierna, que rengueaba y lo obligaba a caminar lentamente por los desiertos y sombríos pasillos de Hogwarts.

Cuando se encontraba cerca del aula de Defensa Contra las Artes Oscuras oyó las escandalosas voces del anciano Director, de McGonagall y del profesor del salón.

- !Por Merlin y los cuatro fundadores, Albus¿Piensas decir que esto fue otro ataque de Aquel-Quien-No-Debe-Ser-Nombrado? Sabes también como yo que nadie te creerá y mucho menos Potter- Dijo McGonagall en esa gran habilidad de susurrar y gritar al mismo tiempo que pocos son capaces de dominar.

- ¿Acaso no sabes que fue eso, Felix?- Harry oyó inquirir a Albus.

El adolescente sabía que ese era el modo de Albus de usar Legeremancia efectivamente pero, viendo escondido en las sombras, el profesor respondió tranquilamente.

- Que no puedas tenerme atado a tus cuerdas como a el resto de tus títeres no significa que todos tus problemas sean culpa mía. Usted me contrataste sabiendo las consecuencias pero esta no fue una de ellas- Sin decir más se dio media vuelta y se retiró para el lado contrario donde estaba Harry pronto fue seguido por Dumbledore.

"Algo raro sucede aquí, pero ¿que?"

Esa era la gran pregunta que nadie podía responder. Ya habían pasado dos semanas desde su vuelta a Hogwarts y cada minuto que pasaba deseaba volver a estar en las solitarias calles de Surrey.

Caminando despacio se dirigió a su dormitorio. El cansancio lo había superado.

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La semana pasó tranquilamente hasta el fin de semana. Harry estaba empezando a notar cosas raras.

Primero que todo se encontraba el tranquilo comportamiento de Draco, quien estaba fácilmente irascible y era siempre seguido de cerca por la hermosa Blaise Zabini.

También resaltaba la cautela de Dumbledore, que no estaba nunca quieto y había faltado varias veces al Gran Salón en las horas de las comidas.

Y luego estaba Luna quien parecía más reservada que de costumbre pero Harry, quien era muy bueno para leer a la gente, no podía entenderla en lo más mínimo.

Pero el más intrigante era Felicitis. Sus clases se habían vuelto...metódicas. No es que se quisiera quejar.

Su clase, con la de Flitwick, eran las más interesantes, pero su motivación había decrecido terriblemente luego de luchar contra el extraño espadachín de la espada roja, y que a su vez era una extrañeza para todo el mundo, excepto para Felix, quien a juzgar por el instinto de Harry, lo conocía de algún lado.

Y por las veces que Harry había tenido razón hacían que el joven odiase sus malditos instintos.

Sin decir más terminó su almuerzo y se encaminó con dirección al Cuarto del Requerimiento pero fue detenido a mitad de camino por Mc Gonnagall en su típico atuendo de profesora estricta y 100 seria.

- Necesito hablar con usted, Sr Potter- La voz de la profesora indicaba que su deseo sería llevado a cabo.

-Potter Black- Corrigió Harry para probar su reacción pero la anciana solo empezó a caminar y Harry caminaba a su lado con la cabeza alta sin mostrar sumisión.

Rápidamente llegaron a su oficina, un lugar en el que Harry nunca había estado y tampoco quisiera estar.

El lugar era pequeño, con paredes de piedra cubiertas por tablas de madera oscura, probablemente roble, y detrás de su escritorio estaba el único adorno del lugar: un cuadro con muchos gatos jugando al poker, cosa que causo una sonrisa en Harry.

Luego había un escritorio que hacia juego con las paredes, dos sillas, un sillón para la dueña del lugar y un archivero en un costado.

Harry aprovecho y se dejo caer pesadamente en una silla. El hecho de que no esperó invitación para hacerlo era un pequeño recordatorio de que el no jugaba para nadie más que para sí mismo.

Ella imitó sus acciones pero más lentamente y una vez sentada saco su varita, cosa que causó que Harry saque la suya y le apunte al pequeño lugar entre los ojos.

Minerva solo sonrió y, haciendo un complicado movimiento y varias frases en latín, una pava empezó a largar humo y caminar mientras dos tazas y sus respectivos platitos y cucharas hacían de guardia para la taza en una bizarrísima marcha por la mesa.

- Tiene los nervios alterados, Sr Potter Black- Dijo ella sin perder su tono serio pero sus ojos delataban sus emociones.

Minerva Mc Gonngall, la profesora más seria que jamás haya existido, capaz de congelar la sangre de una persona con su mirada penetrante, estaba disfrutando esta situación.

Relajándose en su asiento dejo escapar una muy extrañada carcajada ante la cara seria del muchacho, quien desconfiando, se mantuvo inexpresivo y miraba de reojo en busca de sombras que no pertenecieran al lugar, cosa que indicaba si había o no alguien invisible, pero la oficina aprobó el examen de Harry.

- No hay nadie aquí más que nosotros, Potter- Dijo ella fríamente y Harry ni siquiera se gastó en corregirle su nuevo apellido.

El mencionado solo asintió y la miro inquisitivamente, como diciéndole que comience a hablar.

- Lo llamé aquí para entregarle esto- Explicó sacando una escoba de algún lado debajo de su escritorio, era su Saeta de Fuego.

- Y para decirle que su prohibición ha sido levantada por Dumbledore- Agregó ante la mirada impasible de Harry.

Este se encontraba ocupado viendo el estado de su escoba, la cual estaba increíblemente sucia pero parecía que tenía un estado saludable, para una escoba claro.

- ¿Acaso Dumbledore quiere buscar amistad conmigo nuevamente?- Inquirió el policía tranquilamente.

- Yo que usted miraría la escoba dos veces- Ella ni se molestó en decir su nombre pero cuando Harry bajó la mirada pudo observar un brazalete de tela de color rojo con una "C" grande en dorado.

Era la cinta de capitán del equipo.

- Sabe que en un momento esta cinta era una de las cosas que yo quería para poder conseguir aquello que yo más anhelaba- Exclamó Harry tomando una expresión que era capaz de vencer a aquellas de Luna incluso.

El joven dejo caer su mascara y la expresión soñadora de su rostro indicaba que se encontraba perdido en sus propias memorias.

- ¿Y que es lo que usted más deseaba?-

- Poder vivir a la altura de la memoria de mis padres, Minerva. Y sin embargo ahora parece un logro tan insignificante. Las personas crecen pero las memorias no- Minerva había empezado a dudar si su alumno estaba hablando con ella o solamente delirando.

-¿Y que significa eso?- Preguntó ella expectante.

- Que las memorias son solo eso. Recuerdos de un pasado inútil e imposible utilizarlas como una razón para vivir, capaces nada más que de causar dolor, al menos eso creía-

- ¿En que crees ahora?-

- Que no se puede vivir de las memorias pero no hay mejor manera de arrancar y de ver la vida que con aquellos que me amaron, aunque los haya conocido por poco tiempo-

Minerva podía ver la tristeza en los ojos y el velo que Albus mantenía sobre ella cayó al ver la tristeza que oscurecían tanto el alma y los ojos, siendo la ventana del alma, también se ennegrecían en una manera idéntica a la de Lily Evans cuando se enteró de que su hijo tendría que matar a Voldemort.

Ella no hizo más que mirarlo mientras se retiraba con la cabeza gacha, oculto en su mente.

Ahora entendía porque Harry se había esmerado tanto en entrenar su mente en Oclumancia. Los pocos recuerdos buenos que le quedaban habían sido su motor durante 10 años con parientes que trataron de destruir sus memorias pero el no bajó los brazos.

Luego Dumbledore orquestó un complot para manipularlo y sufrió la traición de sus amigos más cercanos, el pecado más terrible que alguien puede cometer, pero continuó luchando.

Minerva se dio cuenta de que Harry Potter no era ni un hechicero oscuro, ni un niño incapaz de defenderse ni un héroe de la Luz.

Harry James Potter Black era exactamente la mezcla de las memorias de sus seres queridos al punto de que su carácter era propio más que una combinación del de otros.

Harry Potter no era más que una persona que fue obligada a forjarse a si mismo. A luchar sobrepasando los limites de lo humano. A ver más allá de las mascaras de la gente.

Harry Potter era una persona que buscaba en lo más profundo del alma para relacionarse con los demás.

Las piezas empezaron a juntarse en la mente de la animaga.

Se había aliado con Draco porque vio una parte de si mismo en el fondo de su alma. Pero olvidó su pasado por que el prensaba que no se podía vivir del pasado, que el pasado es nada más que un muestrario de los errores y aciertos de una persona en la vida.

Pero mientras la mayoría recordaba solamente los aciertos, la mente de Harry funcionaba al contrario, recordando nada más que sus errores, tratando de mejorar en el próximo intento.

Sus pensamientos cambiaron rápidamente sus objetivos.

Levantando la cabeza y otorgándole a su rostro una expresión que recordaba a Hermione cuando tenía un proyecto importante que lograr, se encaminó por detrás de un tapiz de caballeros y atravesó una puerta falsa que, a través de pequeños pasadizos estrechos y polvorientos, apareció a la vuelta de la torre de Gryffindor y un segundo después el joven policía dio vuelta a la esquina y abrió los ojos sorprendido.

Luego todo se congelo y nadie emitió ni siquiera un sonido.

Y al instante siguiente Harry se desarmó de risa y tuvo que sostenerse en la pared para no morirse del dolor que le causaban sus aún frescas heridas en el pecho.

Minerva no pudo hacer más que sonreír ante las memorias de Sirius Black con esa misma risa que semejaba un ladrido y que Harry había heredado de alguna forma.

-Sígame- Su tono era duro pero el no era el único capaz de mantener una farsa. Muchos años al frente de una de las clases más complicadas enseñadas en el colegio le habían dado la capacidad de imponer miedo en alguien más poderoso que ella.

Su alumno la siguió obedientemente hasta el aula donde la animaga impartía sus clases. Ambos entraron y Harry se sentó en una de las mesas mientras que la profesora hacia lo mismo pero en un acolchonado sillón.

- Quiero contarte una historia personal, Harry, por que hace mucho que nadie me hacia recordar por que sigo a quien sigo- Hizo una pequeña pausa para ver al joven con la atención únicamente en ella.

No hacían falta más palabras.

- Yo nací en lo que se conoció como "La Guerra de los Sangre Pura", una disputa entre las familias más poderosas para tomar el control tras la caída de Grindelwald, ya que el desasosiego que había en el Ministerio le impedía a este poseer el control. Mi familia, los McGonnagall, gozábamos de un lugar alto en la escalera social pero esa guerra fue el inicio de nuestra decadencia- Sus ojos estaban cerrados en lo que era un intento de conseguir la mayor fidelidad posible de sus recuerdos.

Pero sus ojos también estaban cerrados por no querer ver sus errores. Había seguido fielmente a Albus por una deuda pasada pero hace tiempo que se la había pagado y ella no se había dado cuenta.

Dando un largo suspiro y abriendo los ojos lentamente continuó.

- Esos eran tiempos salvajes, tanto como los de ahora pero en una manera diferente. Por un breve tiempo, entre mis siete y trece años, las familias más poderosas como los Malfoy, los Parkinson y los Black tomaron control del Ministerio y prohibieron a todos los miembros de las pequeñas familias recibir educación mágica en Gran Bretaña pero Albus Dumbledore, quien había asumido como director provisorio de Hogwarts tras la muerte de Armando Dippet y con su gran actuación en manejando las defensas de Inglaterra contra Grindelwald, hizo pasar una enmienda que dejaba elegir a los estudiantes si querían permanecer en Hogwarts. Así fue que yo entré a Hogwarts y le debía una deuda enorme al Director, que se agrandó al elegirme para ocupar su puesto como Profesor de Transformaciones, y me deje guiar por su voz calmante y sus ojos tranquilos hasta casi perder mi identidad-

Harry ya no reconocía más la voz de la profesora ya que su tono se perdía en antiguas memorias que, a juzgar por se expresión, no eran buenos recuerdos.

Pero eso no fue lo único que Harry encontró en su nueva voz. Vio fuerza, habilidad y aquello que tantos reinos levantó e hizo caer: Venganza.

Y eso era como música para los oídos del joven policía.

- Quiero hacer un trato contigo, Harry, no voy a jugar por las reglas del director, jamás me uniría a Aquel Quien No Debe Ser Nombrado pero tampoco quiero ver como las oportunidades de ayudar pasan delante de mi cara y yo sin otorgar toda mi habilidad- Explicó ella ante la mirada cautelosa de su alumno.

-¿Que tengo yo que le pueda servir a usted? Aunque no quiera admitirlo no puedo vencer a Voldemort ni a Dumbledore y mientras Fudge siga a cargo del Ministerio no puedo hacer nada- Respondió Harry tratando de ocultar su enojo contra si mismo por no poder hacer nada de las cosas que menciono pero fallando ante la experta mirada de la astuta anciana.

Ella vio su impotencia y no iba a dejar pasar su chance de obtener su justa venganza.

- Entonces déjanos prepararte, Harry. Podemos hacer de ti el mejor duelista del planeta- Harry había perdido el hilo de la conversa y cuando eso pasaba solo había una acción posible.

Desenfundar y disparar a todo lo que no corresponda.

-¿Que quiere decir con "podemos"¿a quienes más te refieres?- Inquirió el joven tirándose contra una pared para impedir ser atacado por la retaguardia y ante la extraña sonrisa en rostro complacido de Minerva Mc Gonnagall.

-Ella no es la única que desea ayudarlo, Sr Potter- Resonó una voz jovial desde el otro lado del salón y Harry giró preparado para matar pero una fuerza invisible arrancó su arma de la mano.

El joven no dudó en tratar de desenfundar pero algo paralizó su mano izquierda. Giró la cabeza para ver una especie de planta enredadera que trepaba por su brazo.

Con un rápido giro sacó un cuchillo de alguno de los tantos bolsillos secretos de su ropa y cortó con su brazo derecho las lianas que amenazaban con estrangularlo.

No se había dado cuenta de la sonrisa en el rostro de la profesora de Transformaciones, quien blandió su varita en un complicadísimo movimiento de varita que le dio vida a varios pupitres que decidieron embestir al joven violentamente.

Este saltó magníficamente sobre el primer pupitre y, usando a los demás como un puente, buscó a su otro atacante y cuando levantó la cabeza vio no a un atacante, sino a cuatro.

Pero no era el número lo que le llamaba la atención sino el nombre de sus atacantes.

-Flitwick, Sprout, Felicitis y Mc Gonnagall. Ahora si que no entiendo nada- La mente del policía funcionaba mil revoluciones por minuto buscando algún tipo de trampa en el lugar. ¿O acaso estaban tratando de ganar su confianza para emboscarlo? Planes similares e improbables aparecían en la cabeza de Harry pero desecho todos.

Suponer con gente como esta no era conveniente.

- ¿Hay alguna razón para que me ataquen o están solo jugando?- Exclamó Harry dejándose caer en una silla de un pupitre sintiendo como todo el cansancio que había negado sobre su cuerpo lo invadía ahora.

- Aunque la idea de atacarlo me pareció divertida, Sr Potter, tenemos poco tiempo antes de que la gente se pregunte por la desaparición de los profesores más influyentes de Hogewarts- Explicó la profesora de Herbologia, quien Harry no conocía ser una maga muy hábil en el arte de la guerra.

- Puedo admitir de todo corazón que no esperaba verla aquí, Sprout- Era una prueba para ver como reaccionaba ante ser llamada por su propio nombre pero ella ni siquiera se inmutó.

- ¿Que quieren de mi?- La pregunta era para todos pero Harry no sacaba los ojos de Felix Felicitis, quien portaba la espada roja que había pertenecido al sangriento samurai.

-La vida, como bien debe saber usted, Potter, se trata de tomar decisiones. Nadie puede tomar siempre la correcta pero uno aprende de sus errores. El camino que Dumbledore nos ofreció nos pareció incorrecto, de una forma u otra, y hemos aprendido todo lo que podíamos de este error pero es tiempo de elegir nuevamente y tu eres la oferta más tentadora en el mercado- Respondió Sprout ante un sorprendido Harry que no esperaba este carácter o personalidad de la Jefa de Hufflepuff.

- No esperaba verla aqui, Profesora- Fue la única respuesta que pudo dar el moreno ante la mirada asesina de la maestra.

- ¿Que quieren de mi? No apoyo a Dumbledore y repudio a Voldemort pero no puedo hacer más que pequeñas escaramuzas contra el Director-

- Para eso estamos nosotros, Potter- Felicitis mencionó su nombre como si lo estuviera escupiendo pero prosiguió- Sabemos lo que es ser la debilidad del sistema, todos pasamos por algo semejante y ahora hemos conseguido un status social más que aceptable pero todos somos ambiciosos y vemos en ti una última chance para conseguirlo todo...-

-...o perderlo todo en el intento- Aclaró Harry recordando a los demás en que se estaban metiendo mientras pensaba las ventajas que esto le podían llegar a dar.

- Yo estoy dispuesto a pelear junto a Potter¿ustedes lo están?- Inquirió el profesor de Defensa mirando a sus colegas de reojo.

Filius fue el primero en dar a conocer su elección.

- Estoy dispuesto a dejar todo lo que poseo, aunque en ello se me vaya la vida, con tal de lograr aquello que nos proponemos- Filius estiró la mano y la puso encima de la de su alumno y Felix en señal de acuerdo.

- Tú guía y yo te seguiré, Potter- Esta vez fue Mc Gonnagall la que habló y también puso su brazo con el de los demás

- No creo que logren mucho sin mí- Exclamó Sprout altaneramente pero sonriendo y se unió al grupo.

- Que así sea. Ojala este sea el nacimiento de una fructífera amistad- Exclamó Harry sellando la unión del grupo.

Harry ignoraba que había sellado el destino de mucha gente cuando unió su mano con la de los demás.

Juaniweb: Gracias por el apoyo.¿ De q parte de Argentina eres? Por curiosidad no mas

Elementhp: No se si te decepcione con este capi pero lo necesitaba para afianzar lo poco de trama que estoy seguro que sucedera. Graicas!

Seika: Acordamos q las mates son sinceramente imposibles! AL fin alguien entiende mi causa perdida. Asi no me siento tan fracasado por lo menos. Snape es un personaje complejo pero al no saber sus razones de convertirse tanto en mortifago como en espia se me simplifica la idea de armar su pasado. También pense en hacer x-over pero con lo unico que se me ocurria era con El Señor de Los anillos y despues de la historia que hizo Jeune Circe, lean su historia, me aprecio inmejorable y no lo pense en mas pero si se te ocurre algo avisame!

The angel of the dreams¿un 10? Yo solo consigo esa nota en sueños. Tal vez si le sacamos el cero y le dejamos el uno se acerque mas a mi nota... El capi a mi no me gusto epro prometo grandes mejoras pa el proximo!Gracias

Mariana8: Gracias por el voto de confianza...ahora ven por q no prometo, soy incapaz de trabajar en horario.

Sanarita 31: Gracias por el review, yo lei las primeras 100 paginas y me parecio muy bueno y diferente.

Mirug¿Que hacey, tanto tiempo? Gracias por el review y el apoyo que has dado durante...mucho tiempo (/la verdad q ni se cuando empece el fic).

Lady Integra Hellsing: Gracias por el apoyo!