Volví! No esta muerto quien pela y tampoco murió este fic. Con nueva motivación y mejor que nunca les dejo este capitulo y perdón por la enorme demora!

Gracias por haber leído hasta aca.

Capitulo 26: Lazos y Creencias

Varias semanas habían pasado desde el arreglo entre el y los principales profesores de Hogwarts y los resultados empezaban a demostrarse para Harry.

El primer gran progreso fue la gran ampliación de armamento que había logrado con ayuda del enano profesor de Encantamientos. Ahora tenía un arsenal de armas casi ilimitado y de igual manera con sus respectivas municiones con un par de encantamientos y otras invenciones de Filius, que sobrepasaban la habilidad de Harry en todos los sentidos.

Mc Gonnagall, por su parte, entregaba todo su esfuerzo en enseñarle a Harry las diferentes propiedades de las transformaciones, en especial las más importantes en una pelea, como la retransformación de un animago a su estado humano.

Sprout fue, y seguía siendo, la mayor revelación para Harry, que nunca pensó que la morena profesora era tan inteligente y hábil en ramas de la magia que Harry nunca les había prestado su atención.

Entre esas artes se encontraban ciertas variaciones de la Herbologia capaces de utilizarse con la varita para tratar de recrear los sistemas ofensivos y defensivos de las plantas.

Pero el verdadero asombro del joven policía venía de la capacidad de Ponoma Sprout de hacer hechizos sin decirlos en voz alta, más formalmente llamados hechizos "No Verbales", aunque su sorpresa disminuyó bastante al saber que todos eran capaces de hacerlo y que era enseñado en el último trimestre de los alumnos de Sexto Año.

Harry solo había logrado hacer encantamientos muy simples de esta manera pero también tenía que admitir que no le había puesto todo su empeño en practicar esa complicada técnica. Su esfuerzo se repartía en diferentes cosas.

La primera era saber el paradero de Lord Voldemort y de los objetos que buscaba para su aún misterioso y desconocido ritual del que su madre y Tom Riddle le habían advertido.

La segunda era mantener un ojo sobre las acciones de Dumbledore, con quien Harry no se había visto desde hace tiempo. Esperaba algún movimiento del astuto hechicero pero se ve que los esfuerzos de este estaban en otro lado y era obvio que toda su preocupación estaba volcada en la alarmante cantidad de ataques que los mortifagos causaban por toda Inglaterra.

Los seguidores de Voldemort habían iniciado una serie de ataques "relámpago" en cadena buscando, y logrando, sembrar el caos entre las familias más influyentes del mundo mágico.

Jefes de familias sangre pura que apoyaban a Dumbledore habían sido asesinadas en los recientes ataques y Fudge tenía los días contados en su puesto.

La familia Rivera, influyente en el mercado mágico y uno de los que otorgaban dinero habían sido masacrados el día anterior y una carta negra del Ministerio llevada por un lechuza de igual color visitó a Sebastian Rivera horas después del ataque para informarle de la terrible noticia y ahora cada vez que alguien veía un ave negra con dirección a Hogwarts un enorme revuelo se armaba y varias chicas se habían desmayado por el miedo.

Algo totalmente comprensible desde el punto de vista de Harry.

El también había visto como Hannah Abbott tuvo que ser socorrida por Sprout cuando se entero que su abuelo había sido torturado cruelmente por negar información. ¿Que información buscaban los mortifagos de los Abott, quienes era una tranquila familia de sangre pura que tenía como único rasgo notable el hecho de ser una de las más antiguas?

Luego estaba la identidad del suicida samurai de la espada roja, asesinado por Felicitis en el medio del Gran Salón. El profesor era un enigma para el joven policía pero confiaba en el desde que le había salvado la vida.

¿Que quería Felix que el pudiera darle? Nada, así que Harry no tenía anda que perder confiando en el y había pasado varias tardes en su oficina conversando desde temas como el efecto de las pociones desintegradotes sobre objetos con fuerte protección mágica contra amuletos hasta cosas mundanas como el Quidditch, pero ni una palabra se había dicho de la Orden de los Mercenarios.

Harry no se animaba a mencionarla para no perder la confianza que había logrado conseguir y que le parecía tan preciada.

Y luego estaba el problema más urgente de todos los que lo molestaban: Hermione.

Su comportamiento era impredecible. Era capaz de enojarse y dar gruñidos por la más sencilla frase ofensiva hacia Dumbledore pero solía darle miradas inclasificables cuando nadie miraba.

Y luego estaba el extraño comportamiento de Draco, quien andaba nervioso y ya no sonreía como antes, según Ginny, y se lo veía mirando fijamente a la nuca de Zabini durante algunas clases.

Blaise Zabini era un factor que Harry no esperaba ni podía predecir de ninguna manera así que dejó el tema hasta que algo cambie.

Harry no era conocido por inmiscuirse demasiado en la vida de la gente que no irrumpía en la suya así que rápidamente olvidó el tema por sus propios problemas.

El pensamiento de que un ritual podría hacer más fuerte a Voldemort lo aterraba pero a la vez le despertaba en la curiosidad.

¿Que tiene ese ritual que Voldemort no lo había llevado a cabo en su primer reinado de terror¿ Existen en verdad objetos tan poderosos sobre la faz de la tierra como para subyugar a un país entero?

La verdad no estaba seguro si lo quería saber.

Sus contactos fuera de Hogwarts, meramente nexos con el mundo exterior pero útiles en sus servicios, no habían escuchado nada en las tiendas ni en los mercados acerca de si alguien estaba inquiriendo por extraños objetos y Harry no podía encontrar nada acerca de Silencio y sus cartas a su alquimista personal hace más de cuatro siglos.

Había intentado buscando en el árbol genealógico de la familia de Silencio, padre de los necrófagos, pero esta se había acabado, a diferencia de la línea de Dante, hermano de Silencio, que se había perdido en el mundo muggle hace mucho tiempo.

Harry tenía que hacer algo. Había estado demasiado tiempo inactivo jugando juegos de persecución con Dumbledore y había dejado en el olvido al verdadero enemigo en esta guerra.

Pero no podía hacer nada desde aquí. Hogwarts no tenía más usos para el y era hora de escapar de esta jaula...pero ¿como hacerlo?

No sabía de qué manera El Director vigilaba la escuela y eso le impedía su escape, ya que si fallaba el podría perder toda la libertad que había conseguido en la escuela.

La espada de Slytherin era el último artefacto que el astuto fundador había dejado a su familia, según un libro de Hogwarts.

El otro artefacto era un joya para los caza tesoros. El diario de Grindelwald había sido conservado por uno de sus hombres más fieles y había desaparecido tiempo atrás cuando su escritor murió sin revelar su paradero.

Pero había otro asunto que mantenía a Harry alerta todo el tiempo.

Severus le había dicho que había un traidor en la Orden del Fenix. ¿Quien podría pasar desapercibido bajo la atenta mirada castigadora de Dumbledore.

Aclaró su mente de preocupaciones inútiles o infundadas y se levanto de su asiento junto al fuego en la sala común bajo los penetrantes ojos de Hermione en la nuca.

Sin decir ni una palabra atravesó Hogwarts hasta llegar a la biblioteca donde se escabullo silenciosamente por los incontables estantes con diversos libros.

Hermione lo venía siguiendo desde el principio y se apresuró al verlo girar en la esquina que llevaba al pasillo de Aritmancia aplicada en objetos vivientes.

En otras palabras era la sección menos visitada de la biblioteca y se encontraba siempre vacío.

Tomó el mismo camino que su perseguido pero una mano vigorosa la cazó del cuello y le apretó el lado sin filo de una daga corta.

- Dile al anciano que si quiere saber que hago que venga el mismo y no mande a sus sirvientes- La voz de Harry no era fuerte o baja, no tenía odio ni resentimiento en ella, la voz no tenía nada. Era como oír a un robot diciendo frases predeterminadas por su creador.

- Yo no soy sirviente de nadie, Harry- Exclamó ella entre dientes y solo se oyó un murmullo de su voz por la fuerza con la que el moreno sostenía su daga.

- ¿Entonces que eres de el? Por que servidumbre es el único nombre que tengo para lo que haces- Respondió el joven sin dejar de apretar el cuello de Hermione y ella se sentía desfallecer.

- Yo solo sigo en lo que creo, Harry- Su cuerpo exigía oxígeno y ella no podía cumplir hasta que Harry la soltó y ella cayó como una piedra sobre el duro suelo de madera.

- ¿Has perdido la integridad, entonces¿Eres incapaz de saber que es lo correcto y lo incorrecto?- Inquirió el joven en un susurro que se escuchaba mejor que mil alaridos.

- ! Claro que se diferenciar lo correcto de lo que no es debido ¡- Chilló ella sintiéndose insultada.

Harry solo sonrió y se dejó caer en uno de los mullidos sillones con una mueca que anticipaba algo que Hermione, estaba segura, no le iba a gustar.

- Lo correcto o lo incorrecto es solo una forma de medir ciertas acciones¿no?- Inquirió Harry pensativo.

La joven castaña asintió vigorosamente.

-No coincido contigo- Exclamó Harry inmediatamente.

- ¿A que te refieres? Dumbledore lo cree así, y además...-

- Lo que Albus Dumbledore crea y lo que vos crees son cosas muy diferentes, Hermione-

-Pero el Director no puede estar en un error-

- No me quiero ir por las ramas ni discutir a Dumbledore, cosa que haremos luego. Lo correcto y lo incorrecto no es más que un punto de vista. Es verdad que lo utilizamos para medir acciones de diferentes personas, pero ¿quienes somos nosotros para decir que es lo bueno y lo malo¿Que ser humano tiene el alma tan intacta que puede distinguir entro lo justo y lo que no lo es?- Respondió Harry con la mirada

trabada en los ojos marrones de su acompañante.

- Voy a aceptar que tu argumento es lógico pero Dumbledore tiene décadas de experiencia y el es la persona más indicada para decidir entre lo bueno y lo malo- Argumentó Hermione con decisión.

- No voy a negar que la experiencia es fundamental al hacer elecciones pero también hay que recordar de donde inició uno su vida. Albus Dumbledore esta demasiado influenciado por su carrera en lo más alto del mundo mágico que ya no recuerda lo que es encontrarse en la oscuridad con la única seguridad que hay un astuto asesino que hacerle nombre a su oficio-

Harry había tirado todas sus cartas sobre la mesa y restaba ver si Hermione subía la apuesta.

- El Director sabe lo que es ser joven y tiene como primera prioridad nuestro bienestar- Retrucó la joven Gryffindor.

Harry estalló en una carcajada que ofendió a Hermione, quien trato de levantarse del sillón pero no podía levantarse, era como si estuviese pegada al asiento.

- Soy una de esas personas que les gusta terminar lo que hacen, aunque sea para mal- Explicó Harry con tono introspectivo.

- Déjame levantar, Harry- Gritó ella furiosa pero Harry no hizo más que sonreír y acomodarse en su asiento.

- No hay prisa, Hermione, no hay clases durante este periodo así que el tiempo abunda. Lo que no sobran son respuestas honestas y eso es lo que busco- Demandó el policía altaneramente. Se habían acabado los juegos y los amagues, era hora de la verdad.

- Albus Dumbledore decidió que yo permanezca con los Dursley, a pesar de que conocía su... limitada afinidad con todo lo que mágico, con la excusa de que la magia que allí residía me protegería. Es un plan con el que no acuerdo pero me parece lógico y aceptable- inició Harry con la voz neutra y sin emoción.

Hermione asentía orgullosa de las elecciones de su profesor.

- Lo que me parece totalmente imperdonable es el hecho de que el me dejó por diez años librados a la suerte del destino con única protección a una Squib incapaz de ganarle a una tortuga- Respondió Harry mordazmente sintiendo como un fuego de resentimiento agobiaba su interior.

Más de mil veces había dicho estas mismas palabras pero nadie las escuchaba.

- Ni siquiera tomó en cuenta a quien dejó a mi cuidado y ¡claro¿Cómo alguien de la importancia de Dumbledore puede revisar un niño¿ al menos una vez cada año? Impensable- Gritó Harry sarcásticamente, dejando suelta la bestia que escondía en lo más profundo del alma y los pensamientos de Harry se mezclaban en perfecta sinfonía con los de Raven en claro amargura contra el pasado que tuvo que sufrir

Pero ante todo esto Hermione solo sonreía.

- No le veo la más mínima gracia a todo esto- La furia de Harry se agolpaba en cada fibra de su ser y se reflejaba en sus ojos que lentamente perdían su color verde y se mezclaban con un familiar rojo carmesí.

Raven luchaba por dominar el cuerpo...y lo estaba logrando.

- A pesar de las peleas tu temperamento no ha cambiado. Sigues siendo el viejo Harry que conocí- Exclamó ella relajadamente, más de lo que Harry pensó que ella estaría en semejante situación.

- ¿Qué hay de vos, Hermione? Por que haz cambiado- Comentó Raven acercándose y poniendo su cara a centímetros de la de ella y Hermione se sintió intimidada por los penetrantes ojos rojos del joven.

- ¿Estas tan seguro de que hemos cambiado? No lo creo. Solo maduramos, como hacen todas las personas, pero seguimos siendo las mismas personas, los mismos chicos dispuestos a luchar contra un troll solo por que la chance se presentaba- Las palabras de la morena despertaron un fuego esmeralda en los ojos de Raven que ahogó una sonrisa traída por recuerdos que parecían ser de vidas pasadas.

- Te aseguro que si no hubiese cambiado Dumbledore me seguiría guiando en su inútil cruzada por un ideal utópico- Replicó Harry mordazmente.

- No pensé que llegaría a ver el día que usaras la palabra utópico en una conversación-

Harry dejó escapar una carcajada como un ladrido, que le recordaba a Sirius y la llevó a pensar la razón de que las cosas fueran tan diferentes de lo que ella creía que serían.

Memorias de tres chicos corriendo sin preocupación por los terrenos del castillo que representaba libertad y ahora representaba encierro para el joven moreno que lo miraba calculadoramente.

Esa mirada era la cosa que más le aterraba a Hermione por encima del fracaso y la muerte.

Ese par de esmeraldas capaz de volverse rubíes ante la más mínima agresión, ojos vigilantes e imparciales, por que solo quien ha salido desde el fondo más profundo puede decir que no tiene grandes prejuicios.

- Pocos son los que se atreven a sostenerme la mirada, Hermione- comentó Harry sin perder ni una pizca de seriedad.

- ¿Y el punto de eso es?- Inquirió ella irritada por el cambio de tema. Se había cansado de este distanciamiento que le había costado una amistad tan verdadera.

-El punto es que eso demuestra que sigues siendo la misma amiga que me ayudo a sortear a un dragón. La misma capaz de defender todo lo que este impreso por encima de los hechos, la misma Hermione con la que disfrute y sufrí tanto- Explico Harry acercándose aún más, al lugar de que los mechones que se escapaban de su trenza se mezclen con los de ella.

- La adulación te llevara a todos lados, Harry, incluso a donde no quieres-

- ¿Acaso insinúas que eres demasiado para mi?- Exclamó el con una sonrisa ligeramente malvada que le recordaba al viejo Harry cuando estaba a punto de hacer alguna travesura que ella desaprobaba.

- Te conozco hace mucho, Harry, y te aseguro que no me distraeré para que intentes engañarme- Explico ella suavemente apoyándole un dedo en la frente a Harry y haciéndolo caer en el sillón.

Eso causó que la sonrisa de Harry aumentase aún más.

-Me rompes el corazón pensando así de mi- Dramatizó simulando que se agarraba el músculo mencionado, pero era verdad que había visto más allá de su plan.

¿Quién dijo que Harry Potter era noble y bien intencionado?

- No te ocultes en esa fachada de manipulado y de victima, Harry, ambos sabemos que eso ya no te afecta y que solo lo utilizas para conseguir lo que quieres- Chilló Hermione furiosa.

Harry abrió los ojos en sorpresa y, con anormal velocidad y fiereza, se levantó y blandió su varita en una complicada moción que causo que un brillo en la parte de la biblioteca donde se encontraban y Hermione había deducido que varios hechizos contra espías cubrían el lugar.

- Tengo que admitir que te he vuelto a subestimar- La sonrisa retornó al cuerpo de Harry. Hermione no hizo ningún gesto y decidió subir la guardia ante los comentarios del moreno.

- Supuse que nadie sería capaz de atravesar las múltiples mascaras de personalidades que cubren mi verdadero ser, pero has visto más allá- Comentó tranquilamente y Hermione sintió que lugar se enfriaba lentamente.

- ¿Que es lo que esperas siguiendo a Dumbledore?- La pregunta tomó desprevenida a la castaña que abrió los ojos delatándose.

- ¿Qué quieres decir?-

La pregunta era muy vaga para su gusto.

- La guerra es, si no te has dado cuenta, una serie de ofertas entre rivales y aliados. Quien oferte mejor y sepa cuando retirarse ganara. El saber hacer eso con paciencia y habilidad es un arte y yo me considero un artista considerablemente bueno. Por eso pregunto ¿Qué es lo que Dumbledore esta dispuesto a darte a cambio de tu fidelidad?- Repitió Harry suavemente.

Hermione sintió como una ola de furia recorría su cuerpo y desconcertaba sus sentidos.

- Yo no estoy en venta, Harry. Yo sigo a Albus Dumbledore por que creo que hace lo mejor para nosotros- Gruñó ella furiosa.

El moreno no pareció escuchar la respuesta ya que sus facciones permanecían impertérritas a pesar de la respuesta negativa.

- Pero hay algo que no te termina de cerrar¿no es así?- Inquirió Harry abriendo sus ojos ligeramente. – Un pensamiento que no te deja dormir tranquila y que te interrumpe en todo momento y lugar- Terminó el y su voz se perdía de tal forma entre el sonido de la brisa que provenía de la ventana que ella sintió por un instante que estaba en un sueño.

- ¿Qué quieres decir?- La voz de Hermione delató un pequeño temblor y Harry sonrió ligeramente en una forma que era común de ver en Snape.

- Eres leal a Dumbledore, pero es hora de sincerarnos y nos conocemos hace mucho. Me doy cuenta de que estas curiosa por algo y que estas tratando de averiguarlo pero hacerlo iría en contra de lo que el Director quiere así que has llegado a una encrucijada- El tono de Harry era sugerente pero ella sabía que el estaba convencido de sus palabras aunque ella lo quiera negar.

De algún lado había salido una botella llena por la mitad de un líquido oscuro y un par de vasos. El moreno sirvió en silencio y e invitó a la chica castaña a que pruebe su bebida.

El bebió el contenido de su vaso de un solo trago y dejo escapar un sonido de satisfacción al terminar.

- El mejor tequila que probaras en tu vida, Hermione- Para su asombro la mencionada tomo el trago de la misma forma que el.

La sonrisa burlona en la cara de Hermione era otra cosa que no esperaba ver jamás.

- Hay mejores- Fue su respuesta y Harry volvió a reír al mejor estilo Sirius.

-Dispara de una vez Hermione¿Qué es lo que te impide dormir por las noches?- Ella se sirvió un poco más de la bebida y lo tragó de la misma forma que el primer vaso.

- ¿Qué es lo que quiere Voldemort, y el Director, de vos?- La pregunta no era lo que Harry esperaba y un sentimiento inundo su corazón, el cual había bajado la guardia.

Hipocresía.

- ¿Para que haces preguntas de las que ya conoces las respuestas?- El tono de Harry terminó de enfriar el ya congelante ambiente.

- Se que Dumbledore ha repartido el conocimiento de la Profecía con la Orden, y se que eres parte de ella. Así que empieza a decir la verdad antes de que nos entremos a desconocer- La mirada de Harry hacía efecto en Hermione y por alguna razón ella se sentía como si tuviera seis años y sus padres la estuvieran regañando.

- Eres inteligente Hermione, pero te falta experiencia para jugar con los grandes-

- Estas equivocado Harry, mis intencione...-

- ¡Deja de mentir¡ Tus intenciones eran espiar mis planes e intentar sacar algún tipo de información de mi para decirle a tu preciado Director-

Hubo un silencio incomodo entre los dos en le que Hermione no se atrevía a mirar a los ojos del ojiverde.

- Yo solo vine a ver si ese lazo que tuvimos por tanto tiempo era reparable- Su tono era lastimoso y una lagrima solitaria se deslizó por su mejilla.

¿Lo era¿Acaso lo que había hecho ella no tenía perdón?

- Dime por que te fuiste con ellos¿Por qué a pesar de que sabías lo que sucedía te fuiste con Ron?- Harry no sabía si lo había dicho para ella o si lo había pensado.

- !Por que estaba asustada¡ Por que deseaba ser reconocida y Dumbledore me dijo que estaba haciendo lo correcto...- Su voz se perdió en un llanto silencioso.

-¿Aún no lo has visto¡No existe lo correcto y lo incorrecto¡ Todo depende del punto de vista. Tienes que encontrar tu identidad, Hermione, y para hacerlo debes encontrar tu propio punto de vista- Susurró el suavemente abrazando a su amiga.

- ¿Pero como puedo hallar mi propio punto de vista?- Preguntó ella con ojos irritados.

- No existe un manual para todo. Solo te puedo decir que no juzgues a un libro por su portada-

Ella solo asintió y luego de un rato levanto la cabeza y habló:

- Te equivocaste-

-¿Acerca de que?- Preguntó Harry de inmediato.

- Nunca pensé en delatar tus acciones a Dumbledore- El tono de su voz era como un tranquilizante.

-¿Entonces que es lo que querías saber de mí?-

- Me deje guiar por Ron y por los demás sin tener evidencias y eso va contra mis principios. Toda acción tiene una reacción. He visto la reacción pero desconozco la acción que lo inicio todo- Explico ella pero Harry seguía sin comprender.

- ¿Deseas saber por que me distancie de Dumbledore y por que mi actitud cambio tan drásticamente?-

Esta vez fue ella la que asintió.

- La muerte de Sirius no causó esto- Fue más un hecho que una pregunta.-El fallecimiento de mi padrino no fue más que un gatillo, un impulso inicial, por así decir. ¿Pero por que decidí yo cambiar? Ojala lo hubiera decidido yo- Terminó burlonamente.

- ¿A que te refieres¿Quiénes te hicieron cambiar?- Preguntó ella confundida.

- Todos estamos sujetos al cambio porque todo lo que nos rodea nos obliga a transformarnos en algo diferente, ligeramente, pero aún así diferente. El único camino que me había sido ofrecido, aquel que Dumbledore me ofrecía, solo consiguió la muerte de Sirius y nada más en el largo tramo de seis años. En menos de un año de mi decisión de dar vuelta el control he sido feliz. Completa y absolutamente. He disfrutado tardes con mis amigos sin la preocupación de que alguien esta a punto de traicionarme- Explicó el pacientemente y hermione no podía encontrar falla en su lógica.

Su forma de pensar no había cambiado. Seguía pensando de la manera más simple, casi como un niño.

- ¿Pero que puedes hacer contra Voldemort sin la ayuda de del Director- Retrucó Hermione curiosa.

- Por eso digo que la muerte de Sirius fue la que inició todo esto. ¿Cómo crees que pude escapar tan rápido de las maquinaciones de Albus? Hace tiempo que planeo alejarme del lado del Director la muerte de Sirius fue solo el momento que esperaba- La voz de Harry se oscurecía a medida que más partes del laberinto que era su plan se develaba.

- Fue todo una trampa- Hermione ni siquiera se había dado cuenta de que había dicho tales palabras.

- No lo fue- Aclaró el adivinando su cadena de pensamientos.- Soy más inteligente de lo que todos piensan-

- ¿Qué hay de tu enemistad con Snape?-

- Totalmente sincera pero como dice el refrán: Si no puedes vencerlos, úneteles- Exclamó en un tono tétrico que mandó escalofríos por la espalda de la morena.

- ¿Qué es lo que te ofrece Snape que te ha hecho olvidar tantos hirientes comentarios?- Demandó ella herida por las revelaciones.

- Estoy cansado, Hermione, de tener que levantarme con el arma en alto y dispuesto a morir en cualquier esquina. Si para vencer a Voldemort tengo que aliarme con Severus Snape, que así sea. Me canse de jugar por las reglas del Director o del Ministerio-

- ¿Y que tan lejos planeas llegar, eh¿Que estas dispuesto a hacer por ganar?- El veneno parecía chorrear de la voz de la joven Gryffindor.

Una ola de furia manejada por Raven azoto la mente de Harry al oír esa acusación.

- El fin justifica los medios. Estoy dispuesto a tomar la responsabilidad que tal frase lleva y de igual forma lo harán aquellos que me sigan- La cara de Harry se encontró nuevamente a escasos centímetros de la de su amiga y ella se vio paralizada por sus amenazantes ojos verdes.

- No comparto tu punto de vista pero no traicionare tu confianza y todo lo que dijiste quedara entre nosotros- Su aire de finalidad llevó a Harry a recordar viejos años ya olvidados pero aún añorados.

- No esperaba menos de ti- De algún lado Harry sacó un cigarrillo y con sutiles y expertos movimientos lo encendió y le dio una larga pitada.

- !Esta prohibido fumar en Hogwarts¡- Harry casi se ahoga al tratar de reír y fumar al mismo tiempo.

Sin despedirse el moreno se fue caminando por los incontables caminos de la escuela.

No se había dado cuenta de que estaba muy cerca de las puertas principales y no se detuvo hasta a llegar a las orillas del lago donde la brisa helada lo recibió.

Repentinamente su mano inhábil, la izquierda, le dio un pinchazo, seguido por otro más hasta que apretó un minúsculo botón en un anillo de la mano dolida.

El anillo era de plata pura y eran mellizos. Su contraparte estaba hecha totalmente de oro y fue un regalo que el le había hecho a Alice tiempo atrás.

Claro que se había olvidado de decirle que estaba encantado de una manera similar al reloj de los Weasley pero, como el encantamiento lo había realizado el mismo, el embrujo era más rústico.

Sin más empezó a correr hacia Hogsmeade pero a medio camino un sonido causó que de un salto hacia el costado y desenfunde su arma.

La noche oscura fue lo único que vio.

-¿Dónde crees que vas, Potter?- Exclamó una voz entre las sombras y, seguramente, bajo algún hechizo de invisibilidad.

Harry mantuvo el silencio y no demostró haber oído la voz de ninguna forma. No quería revelar que no sabía donde estaba su acechador.

Un ruido de pisadas lo alertó desde el este y sin advertencia disparo hacia el cielo pero en dirección al sonido.

-Ahhhhhh, me disparó- La voz de Seamos Finnigan resonó en los terrenos y Harry vio como la luz de la oficina de Dumbledore brillaba y una sombra miraba desde la venta y desaparecía, seguramente Albus estaba en camino.

Harry gruñó furioso. Tenía que buscar a Alice y no podía perder ni un segundo.

- Blindio- Un instantáneo e insoportable brillo cegó a Seamus, o por lo menos eso espero Harry y continuó corriendo por el campo.

- !Detenganlo¡- Resonó la voz de Ron y Raven tomó el control en una oleada de ira y disparo un cargador a matar hacia las figuras que lo perseguían pero falló todos los tiros.

Con violencia inusitada frenó, revoleó el arma contra el suelo y saco su varita.

- Venga aquel que se atreva- Y sus ojos rojo carmesí parecían reflejar el calor del infierno mismo a punto de ser liberado.

Y pobre de aquel que se meta en el camino del diablo mismo.

O de su enviado.

Fin del capitulo 26.

!Reviews:

Juaniweb: Gracias por leer el fic! Lindo lugar Mar del Plata, aunque soy más parcial a Villa Gesell. Hasta luega. Vamo´ Avellaneda carajo!

Serenita Kou: Te dejo el nuevo capi y gracias por seguir leyendo este quilombo de fic!

Seika: Es oficial. Necesito un 10 de promedio en el ultimo trimestre de mates o tendré que rendirla aparte en diciembre, después del fin de clases. Casi me deprime. Casi. ¿Has leido los siete libros de las

Cronicas de Narnia? Yo voy por el cuarto y me gusto bastante hasta ahora y ¿vale la pena comprar un libro de Anne Rice? Me lo recomendaron pero nunca termino de convencerme.

The angel of Dreams: Odio las mates! Me queman la cabexa! Pero pasando a cosas mas interesantes. No hare una secuela. Voy a liquidar toda la historia en este fic y no se si hare mas fics luego. Puse todas mis ideas y mi esfuerzo en esto. Aunque la idea de un x-over es interesante y tengo que pensarlo. Me inclino por Star Wars o X-men pero ni idea. Continua tu fic q ta bueno.

Mariana8: Estoy convencido q las matemáticas están hechas para enloquecerme, pero sobre gustos no hay nada escrito ( ! y es hora de que alguien empiece a hacerlo ¡) Gracias por el aguante hasta ahora y prometo mas accion para el proximo. De curiosidad no mas ¿De donde sos?

Sanarita31: Lo de Sprout me salio de suerte y lo puse por que no lo habia visto en ningun otro fic, y ante todo la originalidad. Ya van a ver q pasa con Amelia y Fudge...muhahahah.

Besos y Gracias!

Elementhp: Gracias por el review!