Un reflejo en el espejo
Capítulo 1: Decir Adiós
By Kaoru Kinomoto
Abre los ojos nuevamente inspeccionándose en el espejo. Sus finos cabellos rubios caían libremente por ambos lados de su cara llegando a su cintura. Una de sus manos sostenía con firmeza el cepillo con el que momentos antes cepillaba sus cabellos con suavidad, terminando en el final de ellos.
Ya había pasado tiempo desde el torneo de los Shamanes, dos largos años habían pasado, pero ella seguía siendo la misma en su interior. Físicamente había cambiado, era poseedora de un cuerpo esbelto, dos grandes y misteriosos ojos negros e inigualable poder entre las sacerdotisas. Pero ese no fue el peor cambio que le impresionó en su interior, sino el saber que al chico que antes había odiado ahora era uno de los que más amaba, el que ocupaba sus pensamientos y su corazón hacía un año.
¿Pero cómo había cambiado ese sentimiento de rencor a uno de amor?, no lo podía explicar al no saberlo. Al igual que no explicó lo que vio al encontrar la cara de su prometido en el espejo.
Cierra los ojos tratando de dejar de pensar en el joven que permanecía en sus más profundos sueños, el dueño de sus temores, pesadillas y a la vez de los más maravillosos sueños jamás vividos.
En el espejo se refleja un perfil
Al verte ahí mi corazón triste se rompe
Tu eres algo inalcanzable para mí
Y en mi dolor repetiré tu nombre
- Yoh – susurra tratando de no llorar, ella era fuerte y no quería demostrar frente a nadie la verdadera razón de su dolor.
- ¿Deseas algo Anna? – la chica de cabellos rubios ve por el espejo el reflejo de su prometido. ¿Desde cuando él estaba sentado en su cama?, aunque eso no lo supiera, veía con desagrado la sonrisa que él le daba. ¿Por qué tendría que ser tan simpático con ella?, si no lo fuera sería probable que las cosas fueran más fáciles. Para ella y su corazón.
- ¿Desde cuando estas aquí? – pregunta con enfado, de espaldas a él y viéndolo por el espejo. Esa tal vez sería la oportunidad que ella buscaba para decirle sus verdaderos sentimientos pero… ¿cómo?
Deseos que imaginé y sueños que forjé
Se quedarán aquí en mi corazón
- Entre porque tu no me respondías Annita – respondió preocupado el joven Asakura tratando de ver algo más que la espalda de su prometida.
Ella solo dio un bufido.
- Estaba…. Meditando – dijo nerviosa la joven dándose vuelta, pero algo llamó su atención. Los ojos de su prometido brillaban más que lo normal, y una sonrisa cautivadora se dibujaba en su tranquilo semblante - ¿Qué querías decirme?, porque por algo entraste a mi cuarto.
- Solo darte los buenos días – dio una pequeña sonrisa al ver la cara confundida de Anna - ¿Tu Anna, querías algo?
- ¿Eh? – la chica esconde su rostro sonrojado rápidamente, tratando de articular una palabra, aunque difícilmente podía – No. Nada - esquiva su mirada comenzando a caminar hacia la puerta, pero la mano de Yoh la detiene por el brazo - ¿Y ahora qué?
Palabras que pensé, jamás te las diré,
No hay ilusión, hoy lo sé, sufriré
- Estas rara – sonrió preocupado teniendo el brazo de Anna con su mano, atrayéndola lentamente hacia él - ¿Es algo que yo no puedo saber?
- Todos tenemos nuestros secretos – responde soltándose de su mano – Iré a desayunar.
- Espera Anna – la detiene abrazándola con fervor, haciendo que ella temblara ante el contacto de sus cuerpos.
- ¿Q-qué haces? – él solo se separa un poco, haciendo que sus caras estén a pocos centímetros de distancia.
- Solamente saludarte Annita – sonrió sin saber el efecto que haría en la Itako - ¿Te sientes bien? – viendo el notorio sonrojo de la chica – Si tienes fiebre, puedo llamar a Tamao.
Esa había sido la gota que había derramado el vaso.
¿Cómo podía pensar en Tamao cuando ella era quien debía estar primero?... tenía tantas cosas que decirle, pero él no le dejaba hablar y por sobre todo no se sentía todavía segura para hacerlo.
- ¡¡Suéltame!! – gritó con ira Anna, empujando a su prometido fuera de su habitación para luego cerrar la puerta de un gran aventón – Idiota… - susurró conteniendo las lágrimas que luchaban por salir de la cárcel de sus ojos.
Sin saber por qué, se sintió nerviosa. Llevó lentamente, casi dudando su mano a su vientre. Tratando de sentir al pequeño ser que existía hacía un mes dentro de ella. Sintió las lágrimas caer en su rostro triste, estaba confundida por la decisión que debía tomar. Pero no tenía mucho tiempo, esas horas eran valiosas.
- Ya que…. Tal vez sea la última vez que te vea – su voz se quebró ante aquel pensamiento, pero dentro de ella algo le decía que esas palabras eran reales.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.
- Joven Yoh, que bueno que regresa – se alegró Tamao sonrojándose levemente, viendo al chico bajando por las escaleras.
Yoh no prestaba atención a las palabras de la chica del cabello rosa, tenía cosas más importantes que pensar. La chica de ojos negros lo perseguía en sus pensamientos, y sin saberlo era él quien deseaba caer en las redes de ella.
- Anna – pensó tristemente, recordando el enojo de la chica sin una razón clara para él - ¿Por qué te enojas conmigo…?
- Joven Yoh – interrumpió Tamao sosteniendo una taza de té - ¿Desea desayunar?, ¿tomar un poco de té?
- No lo creo Anna – contestó distraído, sin pensar en sus palabras.
- Joven – se asombró Tamao – Me temo que usted se ha equivocado – susurró entristeciendo notoriamente.
- ¿Qué te pasa Tamao? – sonrío nervioso por la mirada que recibía de su amiga.
- Joven – sus ojos estaban llenos de lágrimas – Usted… me ha llamado….. Anna.
- Lo siento, Tamao – su rostro se sonrojo – No me di
cuenta que…
- ¿Cuenta de qué? – preguntó fríamente la rubia de ojos negros entrando a la sala – Contesta Yoh, ¿cuenta de qué? – viendo a su novio fijamente.
- De nada Annita – sonríe comenzando a caminar hacia la salida.
- ¿Adonde vas?
- Tengo que hacer mi rutina – se prepara poniéndose sus audífonos naranjas – ¡Nos vemos!
- ¡Espera! – lo detiene caminando a su lado. Trata de hablar, pero las palabras no salían de su boca – Po… ¿podemos… hablar?
El joven shaman la ve sorprendido – Claro Anna – toma asiento dejando sus audífonos sobre la mesa - ¿De qué se trata?
- Es algo "privado" – ve fríamente a Tamao, esperando la respuesta de esta.
- Con permiso – se retiró silenciosamente de la sala sin ver hacia atrás, sentía la mirada de Anna clavada en ella y no se sentía preparada para desobedecerla.
- ¿Y bien? – preguntó Yoh viendo a su prometida tomar asiento a su lado.
- ¿Y bien qué?
- ¿De qué teníamos que hablar? – sonrío siguiendo el juego de las palabras.
Anna sintió desfallecer en su mirada. ¿Cómo podía sentir tantas sensaciones con tan solo mirar sus ojos?, ¿era acaso culpa de un hechizo?... no lo sabía. Lo único que pensaba en ese momento era como darle la noticia… no era algo fácil de hablar pero… ¿cómo?
- ¡¿Anna?! – gritó Yoh sosteniendo a su prometida - ¡¡Respóndeme!!
Anna abrió los ojos sintiéndose un poco mareada. Vio los ojos de Yoh viendo su rostro, otra vez sentía ganas de llorar.
Llorar, que bien le haría eso. Tratar de desahogarse de todos los sufrimientos que había sentido esos años. Los días que sus sentimientos habían cambiado, meses de dolor al ver al hombre que amaba lejos de ella, temiéndole a su fastidioso humor… Pero ahora estaba ahí, siendo sostenida por sus brazos y sin saber que hacer. Si Yoh se enterara de sus sentimientos, seguramente hubiera sido diferente.
- Pero ya es tarde – pensó frustrada, sintiendo quebrarse su corazón lentamente.
- ¿Estas bien? – preguntó dulcemente Yoh, tratando de hacer reaccionar a Anna que había caído desmayada a sus brazos.
- S-si – susurró Anna tratando de ponerse en pie, pero sus piernas no respondieron a tiempo haciendo caer a la joven Itako sobre Asakura.
- ¿Anna?
- ¿Qué?
- ¿Estas segura que estas bien? – preguntó inocentemente Yoh.
- ¿Por qué no tendría que estarlo? – la joven no se había movido de su lugar, no importaba mucho el estar encima de su prometido. Y menos que él, al estar tumbado en el suelo de espaldas y ella sentada en su espalda estuviera perdiendo poco a poco las reservas de oxigeno.
- Porque pesas más de lo normal – su respuesta obtuvo el premio de una patada en su pierna.
- ¡No molestes! – amenazó con el puño la joven volviendo a su lugar habitual. Minutos después su prometido la imitaba.
- ¿Qué querías decirme Anna?
La chica se impresionó de la "sutileza" que poseía el shaman. Ahora los miedos eran quien le impedía hablar, estaba indecisa en lo que debía hacer.
Pero lo que más le asustaba era: ¿cómo reaccionaría Yoh?
- Bueno… Yoh, yo….
- ¿Qué pasa Annita?
- Yoh…. Yo… quería decirte que estoy…
Pero el momento apropiado había sido interrumpido por….
- ¡Yoh! – gritó la voz del joven Manta entrando a la residencia sin importar lo que estaba pasando adentro – Te esperé en el puente a la hora de siempre, pero no llegaste – en ese momento ve la cara enfadada de Anna – Hola Anna – sonrió sintiendo la penetrante mirada de la joven sobre él. Una gota resbaló por su frente.
- Espero que disfruten de la mañana – dijo sin pensarlo, teniendo la respuesta a lo que días había estado pensando – Adiós – se levanta y comienza a caminar hacia su habitación – Otro intento fallido – pensó tristemente, al parecer sus caminos tenían distintos rumbos hacia un futuro no muy lejano.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.
La noche estaba en su punto máximo. Grandes gotas de lluvia recorrían con rapidez el rostro de la chica, pero a ella no le importaba. Su cuerpo estaba mojado, la hora de partir había llegado.
Frente a ella se hallaba la entrada de lo que alguna vez llamó hogar, aunque estaba consciente de sus actos igual se odiaba a si misma, a ella y la vida.
Miró por última vez la entrada con una pequeña sonrisa melancólica, una lágrima logró salir de su cárcel para perderse con las gotas de lluvia por el rostro de su dueña. Vuelve a tocarse con una mano su vientre, pensando en el duro futuro que le esperaba a ella sola… por el momento.
- Créeme que lo intenté – susurró sintiendo el agua fría recorrer su piel - Lo que me pregunto es… si hubiera actuado diferente, ¿me odiarías… o me aceptarías? – piensa sintiendo su corazón quebrarse lentamente, como si con el simple contacto del viento una pequeña rajadura quedara incrustado en él – Adiós…
Mi dolor superaré, la vida seguirá
Atrás no volveré, empezare de nuevo a vivir
La tristeza olvidaré mi corazón
Jamás daré, ya lo he decidido
La figura de una chica se perdía ante la oscuridad de la noche, solo se podría vislumbrar con la luz de la luna, pero ni ella lo lograría al ver el aura de tristeza que llevaba consigo la extraña.
Pero, muy lejos de saber la verdad… Un chico dormía tranquilamente, pero a la vez inquieto al sentir algo diferente en él… solo un nombre se escuchaba repetidas veces salir de la boca de él…
- Anna…
*/*/*/*/*Continuará*/*/*/*/
Notas de la Autora: Holas!!, soy una gran fanática de esta serie hace un tiempo, he leído muchos fics de Shaman King y siempre me parecen fascinantes las distintas cosas que ocurren en ellos ^^
Me gustaría que me dejaran un review con sus opiniones sean buenas o malas, ya que me ayudarían mucho (a mi y a mi autoestima -_-U)…
Bueno, espero que les haya gustado el primer capítulo y sino recuerden que es el primer fic que escribo de esta serie ^^U
Chao!!!!
Kaoru Kinomoto
