Un reflejo en el espejo

                       Capítulo 2: Tratando de olvidarte

                                       By Kaoru Kinomoto

- ¡Joven Yoh!, trate de tranquilizarse – entró Tamao a la sala trayendo humeantes tazas de té.

- ¡Es que no entiendo! – gritó golpeando la mesa con su puño.

- Créeme que nosotros tampoco – opinó Manta entristeciendo notoriamente al ver la tristeza de su amigo – Pero Yoh, ¿en verdad te sientes culpable de la desaparición de Anna?

Yoh miró a su amigo con una pequeña sonrisa, aunque no pudo engañar al pequeño, tenía demasiada tristeza en sus ojos.

- ¿Quién más podría ser? – preguntó bajando la mirada, sintiéndose defraudado por si mismo.

- ¿Y no pensaron en la posibilidad de que la señorita Anna se haya ido por su propia cuenta? – dijo dudando de sus palabras Tamao.

Los dos chicos la miraron desconcertados. Aunque lo negaran, esa era una posibilidad.

- No lo haría – contestó Yoh convencido – Ella no haría tal cosa – mirando el suelo interesadamente, mientras un tono carmín ocupaba en sus mejillas. Manta notó el pequeño cambio en el rostro de su amigo.

- Yoh – comenzó Manta, pero no sabía como hacer esa clase de preguntas.

- ¿Qué pasa, Manta?

- Vos… quiero decir – traga saliva – tu y Anna, ¿estaban bien? – al ver las caras confundidas de Tamao e Yoh decidió ser más entendible - ¿Estabas saliendo con Anna?

El joven shaman sintió el gran deseo de que la tierra lo tragase por primera vez en su vida. Y lo peor era que no sabía como negar una pregunta tan cierta.

Tamao esperaba la respuesta de Yoh, sería la respuesta quien decidiría el destino de ella con su primer amor.

- Si – suspiró rendido con la mirada clavada en el piso, tenía la sensación de que si veía a sus amigos no le creerían su respuesta – pero a le vez... no – agregó con desaliento el joven sacando sus audífonos naranjas y comenzando a jugar con ellos.

- Pero… ¿cómo?

- Esa es una respuesta sencilla – dio su típica sonrisa infantil – Anna no es como todos ustedes piensan... en parte.

- ¿Y cómo es entonces? – preguntó Manta interesado en el tema. Nunca se imaginó a Anna diferente.

- No sabría decirte – pasa una mano por su cabeza – Tiene tantas personalidades a la vez... aunque – pensó perdido en sus pensamientos – hubo una vez que se comportó diferente.

- ¿De qué hablas Yoh? – el joven estudiante no entendía las palabras de su amigo - ¿De qué forma se comportó?

- Dulce – respondió con una sonrisa al recordar aquel momento vivido a escondidas con su prometida – Tiene una hermosa sonrisa – sonrió soñadoramente. Conocía bien la sonrisa de Anna a pesar de las pocas veces que la había visto con ese gesto en su rostro.

- ¿Anna sonriendo? – pensó el pequeño humano sin poder creerlo – Yoh, ¿estas bien?

- ¿Por qué no tendría que estarlo? – preguntó de la misma forma que acostumbraba usar su prometida.

- No… por nada – baja su vista apenado al ver la sinceridad en la cara del shaman – Aunque estoy un poco confundido.

- ¿De qué hablas, Manta?

- ¿Cuándo viste a Anna de esa forma?... quiero decir, "diferente".

- Veamos... – hizo memoria tiempo atrás, probablemente hacía un año – fue hace tiempo, creo que ya hace un año de ese acontecimiento.

- ¿Puedes contármelo? – el asombro de Manta se mostraba fácilmente en su semblante, trataba de imaginar a Anna con una sonrisa, pero aunque se forzara nunca podría.

- Claro – sonrió el joven – Pero ahora debo llamar a Lyserg – camina adentrándose más en la pensión Asakura.

Un pequeño sollozo se escuchó de parte de Tamao. Manta la vio llorar amargamente por las palabras dichas de Yoh. No lo podía evitar, había amor en sus palabras.

Pero si él realmente amaba a Anna, ella estaría dispuesta a hacer todo lo posible por ayudarlo en la misión. Sería una amiga incondicional, pero solo una amiga. Trataría de hacer todo lo posible por protegerlo y encontrar a Anna, ya que la estimaba mucho.

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- ¡Ya basta! – gritó la joven rubia enfadada por la pelea que se había formado momentos antes entre las tres chicas que la cuidaban.

- Señora Anna – exclamó afligida la mayor de las tres, moviendo su larga melena azulada hacia un costado – No debería afligirse, eso va directo al bebé – mirando preocupada el vientre inflamado de la joven, haciendo ver a la demás los seis meses de embarazo que ya llevaba.

- En primer lugar soy "señorita", ya que no he aceptado la propuesta de casarme con tu señor – viendo fríamente a la mujer frente a ella – y en segundo lugar no te metas en mi vida y en la de mi bebé – grita enfadada – yo sé muy bien como cuidarme – toma el control acomodándose en un sofá – y si no fuera inconveniente – viendo a las tres mujeres antes de gritar con ira - ¡¿Pueden hacer silencio de una vez y dejarme descansar viendo televisión?!

Las tres mujeres salieron corriendo de la sala donde estaba la embarazada. El trío sabía que debían temer, y mucho a la ira de la joven Itako. Muchas veces vieron distintas escenas donde maltrataba a su prometido de la peor forma posible, y ellas no querían ser el desahogo de Anna con sus golpes.

- Marion se siente triste – agregó la rubia del equipo saliendo con lágrimas en los ojos.

Anna dio un bufido viendo nuevamente su programa favorito. Aun no sabía el por qué había aceptado la proposición de su enemigo al darle acilo. Tal vez porque estaba sola, confundida y con miedo a lo que le pasara que acepto su "amistad conveniente".

- Pero ya no aguanto más – su semblante se endureció viendo la salida hacia el jardín – Y lo peor de todo… es que seguimos estando en Japón.

El tiempo había pasado, y con el las falsas esperanzas de la Itako en volver a su hogar. Nadie la había encontrado en esos largos cinco meses, al parecer a nadie le importaba su desaparición.

La noche en la que huyó de la pensión Asakura, un extraño le dio refugio en su hogar. Aunque de extraño no tenía nada, todos conocían bien a Hao Asakura. Pero a ella no le importó que fuera él, aceptó – aunque dudando – su ayuda ya que pensó que sería la única forma de cuidar su embarazo sin ser encontrada por nadie.

Volvió su vista hacia su vientre, se lleva una mano a el tratando de recordar los hechos acontecidos para que comenzara a existir dentro suyo. Pero por más que lo intentaba, no recordaba nada.

Aunque de algo estaba segura: el bebé que estaba dentro de ella era de Yoh Asakura.

- Pero como me hubiese gustado saber que fue lo que pasó esa noche – pensó disgustada la joven de cabellos rubios, realmente no tenía idea sobre lo que había pasado la noche de año nuevo.

Solo recordaba voces a su alrededor, risas, comentarios de los amigos de su prometido y un extraño brebaje que les obligaron a tomar a todos los invitados por cortesía de Horo Horo y Chocolove. Instantes después no recordaba nada, solo oscuridad tapaban sus recuerdos.

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- ¿No va a desistir, don Yoh? – preguntó amablemente su espíritu acompañante temiendo por la salud de su amigo.

- Yo nunca desisto – contestó amargamente el shaman – La única forma en que desista será cuando Anna aparezca.

- Pero... si en alguna forma llegara a pasar... la señorita Anna no apareciera, ¿qué haría?

- No pienses de esa forma Amidamaru. Ella aparecerá, eso pasará.

- Es cierto joven Yoh – entró a la sala Tamao con unos pergaminos en sus manos – Aquí tiene los planos que llegaron desde Londres por cortesía de el señor Lyserg.

- Gracias Tamao – sonrió él tomando los planos de la mano de la joven, quien no pudo evitar el sonrojarse – Eres una gran amiga.

- Si, claro – se alejó ella de la sala, cerrando la puerta tras de si, siendo sostenida por la firme madera mientras largaba un suspiro desalentador desde el fondo de su corazón – Amiga...

Pero tuvo que guardar su tristeza ante la llegada de una vieja conocida.

- ¡Hola Tamao! – gritó con emoción la joven de larga cabellera azulada, tomando de las manos a su mejor amiga - ¡Tanto tiempo sin verte!

- ¿Pi.... – las palabras no salían de su boca. La emoción, el asombro y la curiosidad de saber que hacía esa chica allí le pasaban un mal momento al dejarla sin hablar.

Frente suyo se encontraba una joven de su misma edad. Sus ojos azules irradiaban alegría al ver a su amiga de la infancia, el largo cabello azulado que una vez poseía ahora le llegaba un poco más debajo de los hombros, caía libremente por ellos formándose unos pequeños rulos en el fin de estos.

La pelirosada se dio cuenta que aquel peinado la favorecía bastante, le daba un aire de madurez que tal vez jamás llegaría a tener.

Finalmente pronunció las palabras restantes ante los brillantes ojos de la chica - ... Pilika?

- ¡Veo que no te olvidas de mi! – sonrió la joven hermana de Horo Horo – ¡Aún no puedo creer que ya estoy aquí!

- ¿Por qué lo dices?

La chica corre unos mechones de su cabello para mirar con tristeza a los ojos de su amiga.

- Porque... pronto tendré que irme.

- ¿Tan rápido? – se asombró Tamao sin entender bien la información dada, conocía a la chica hace años y le parecía sumamente extraño su rápida visita a la pensión Asakura.

- Hubieron muchos cambios, Tamao – mira el cabello rosado de su amiga, tratando de olvidar su tema – Pero cuéntame sobre ti en todo este tiempo – entrelaza sus manos con las de ella - ¿Algo nuevo en la aburrida vida japonesa de Fumbari-oka?

La chica dejo de fingir felicidad mostrando la tristeza que habitaba en ella. Nuevamente suspiró desalentadora comenzando a contarle el acontecimiento ocurrido cinco meses atrás en el que la protagonista esa vez había sido la joven Kyouyama.

- ¡¿Qué?! – exclamó sin poder creerlo la joven – Pero... ¡¿cómo?! – viendo desconfiadamente a su acompañante – No me estarás engañando, ¿no?

- ¡Claro que no! – se defendió Tamao en voz baja – Si quiere, pregúntele al joven Manta. Él sabrá decirle lo mismo que dije yo.

- Aún no lo creo... – susurró desentendida la joven de ojos azules, llevándose una mano a su mentón para pensar la situación - ¡Valla! – concluye con una pequeña sonrisa – Eso quiere decir que... – viendo maliciosamente a Tamao.

- ¿Qué...?

- ¡Que ahora Yoh esta solo! – sonriendo al ver el notable sonrojo de la chica – Es tu oportunidad Tamao. Aprovéchala antes de que se le ocurra volver a – sin saber que palabra decir para expresar sus sentimientos hacia la rubia Itako – ...a"esa".

Pero a respuesta de lo que dijo vio la expresión negativa de la chica.

- Se equivoca señorita Pilika – respondió tristemente Tamao, cerrando sus ojos con una pequeña sonrisa melancólica.

- ¿Eh?, ¿pero de qué hablas?

- El joven Yoh... – respira profundamente para terminar su frase - ... el joven, a él solo le interesa encontrar a la señorita Anna.

- Por supuesto – siguió hablando Pilika seriamente, pero en su voz se notaba un poco de ironía – Porque es su prometida... es normal que quiera hacer eso, ya que sino su abuela se encargaría de darle una ENORME paliza – terminó de dar su opinión sobre los hecho convincentemente. Quien la viera de esa forma le daría la razón inmediatamente, pero Tamao no lo haría.

- Usted se equivoca – se atrevió a contradecirla con un hilo de voz – No es por eso que la busca constantemente.

- Ah – viendo enojada la cara de su amiga - ¿Y entonces... por qué es?

- Por lo más evidente, Pilika – tuteó la joven – Él..... él la ama – susurró tristemente, dejando caer unas lágrimas de dolor por su rostro.

Los ojos de Pilika se ensancharon, no podía creer lo que sus oídos habían escuchado.

Rápidamente puso una de sus manos en la frente de Tamao con preocupación, haciendo caso omiso de las pequeñas y casi inaudibles quejas de la chica.

- ¡Hay Tamao! – se desesperó al ver el estado de su amiga - ¡No me digas que tienes alucinaciones!

- ¡Señorita Pilika! – gritó la joven, demasiado fuerte a su parecer. Ya que en cuestión de segundos la puerta en la que antes se apoyaba se abrió de par en par viendo el preocupado rostro del shaman a quien adoraba.

- ¿Qué pasa Tamao? – preguntó preocupado viendo el rostro de su amiga. Algo lo incentivó en ver a los costados de ella, notando la delgada figura de la hermana menor de uno de sus mejores amigos - ¿Pilika? – preguntó extrañado por la presencia de la ainu en la pensión.

- ¡Hola! – sonrió esta viendo detenidamente el rostro de Yoh – Es guapo – pensó rápidamente ocultando su sonrojo al ver interesadamente el suelo.

- Pero... – comenzó el joven shaman - ¿Qué haces aquí?

Pilika solo sonrió nerviosamente, una gota caía libremente desde su cara.

- Esa es una laaaaaaaaaaarga historia... – sonrió nuevamente viendo dos pares de ojos mirarla con atención. Al parecer ahora el control de la situación lo tenía ella.

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Caminaba lentamente por el centro de la ciudad, no le importaba que la vieran. Bastante tiempo se había escondido como para que la encontraran ahora.

Días antes había conseguido lo que tanto buscaba, le costó conseguir la información de la persona que hacía esos trabajos, pero al final lo había encontrado.

La rubia de escasos quince años saca de su cartera sus nuevos documentos, viendo su foto y su nueva identidad.

Erika Hanasaki era su nuevo nombre. Ahora nadie la descubriría, con ese cambio tan drástico en ella tenía la victoria ganada.

Pero igual, aunque hubiese intentado en todo ese tiempo olvidarse de él, aún no lo conseguía. Día y noche pensaba en el menor de los Asakura, aunque tratara de impedirlo su mente la engañaba. Además, estando tan cerca del permanente recuerdo de él. No sería fácil olvidarlo.

Sus pasos la llevaron hacia una plaza, donde se hallaban miles de niños jugando felizmente.

- Pero mamá – escuchó la voz de un niño quejándose con su madre.

- Ya te lo dije, Ken – dijo la voz de una mujer alta a sus costados – No compraré tu juguete si no te tomas tu medicina.

- Es injusto – bufó la voz infantil para quebrar en llanto – Si papá estuviera no me haría esto.

- Pero papá no esta, hijo – la voz de la mujer se suavizó – Tienes que entenderlo.

- ¡Yo no lo entiendo! – gritó el pequeño de siete años volviendo a llorar - ¡Yo no conocí a mi papá!

Los ojos de Anna se ensancharon al pensar en el futuro que tendría con un hijo que no conocería a su padre. Pero su semblante no cambió demasiado, siguió escuchando atentamente la conversación de la mujer con su hijo.

- Pequeño... sabes lo que pasó con tu padre. Aunque él no este, siempre estará espiritualmente en tu corazón.

- ¿Por qué no lo puedo conocer?

- Porque papá – comenzó la mujer yéndose con su hijo – papá tiene otros hijos....

Se alejaron por completo, impidiéndole el saber como terminaría esa conversación. Lágrimas brotaron de los ojos de Anna.

- ¿Pero qué estoy haciendo? – se preguntó a si misma con miedo – Lo que estoy haciendo esta mal... – susurró pensando en su bebé – No es justo... para ambos... – estaba dispuesta a enfrentarse a su pasado, a Yoh Asakura por la felicidad de su bebé. No quería engañarlo, el niño no tenía la culpa de lo sucedido.

- Pero es tu destino... – susurró una voz a sus espaldas, haciendo que la Itako volteara rápidamente para ver quien hablaba.

- ¿Usted?

Notas de la Autora:

¡Gracias, gracias, gracias y mil gracias por los reviews!... si no fueran por ellos seguro no podría seguir con el fic T-T

La verdad es que me emocioné mucho al leer cada uno de sus reviews ^^, nunca había tenido tantos para un primer capítulo T-T pero bue!, al menos eso me muestra que no es imposible ^^U

Espero que les haya gustado el cap., ya que hice todo mi esfuerzo para que quede entendible ^^U

Saludos a todos los que siguen esta historia y muchas gracias por los reviews nuevamente.

Chao!!

            Kaoru Kinomoto

Y como siempre: Dudas, sugerencias, halagos *-*, regalitos, o tan solo opiniones, todo a ......

meligise2002@hotmail.com

o solo déjenme un review con su opinión ^^

Contestando a los reviews:

Hikari S.s: Gracias por apoyarme T-T y leer mi fic. La verdad era que... hace tiempo que tengo este cap., pero por razones que ni yo entiendo no lo pude subir hasta hoy (o sea, dos o tres semanas después ^^U). Espero que te haya gustado, y gracias por tu review ^^

Anna Asakura: Sip, estoy totalmente de acuerdo contigo. ¡¿Por qué siempre Manta aparece cuando no lo llaman?! ¬¬*, se me hace que alguien lo contrata para eso. Pero bueno, después de todo esta vez yo tuve la culpa y no el enanin ^^U, ya que yo lo elegí para "deshacer la escena" U_U... soy mala, ¿eh?...

Bueno, ya me apuré en terminarlo :P, así que espero que me dejes un review ¬¬* (hoy estoy de malas... no preguntes :P)

Lina: mmm... parece que acertaste. Hana aparecerá en el fic... pero para eso hay que esperar un tiempo... gracias por tu review.

Kyouyama Anna: Gracias por tus comentarios ^^, espero no tardarme tanto para el próximo -_-U

Merly: Bien, si tu lo dices "tal vez" ponga a Yoh con Anna ^^U... pero quien sabe, últimamente me esta gustando el TamaoxYoh... mejor lo dejamos ahí. Gracias por tu review.

Keiko-sk: Buen dicho O_O, no lo había escuchado antes ^^U

Espero haberte complacido con este cap. y sino pues bueno, lo intenté. Bye y gracias!

Makita: ¿Ya te cortaron internet?!!!, ohhhh!!!!!!!!, ¿ahora quien va a escuchar mis locuras por el msn?... snif, snif, caíste muy bajo T-T

Bueno amiga, ¡¡disfruta tus vacaciones!!, y dejame un review con tus comentarios. Por cierto, ¿cómo va "La Historia de Nuestra Vida"? ¬¬, mira que todavía no me olvido de lo que hablamos, ¿eh?

Biib: Gracias por tu review ^^, la verdad es que cuando lo leí estaba dispuesta a subir el cap., pero todos me hacen la vida imposible T-T

Esta vez la página no me dejó entrar y actualizar mis fics U_U

Como dije antes, Hanna aparecerá, y será de una forma MUY IMPORTANTE en la historia, pero eso ya lo veremos más adelante. Espero tus próximos comentarios ^^

Mei Tao: Me alegro que te guste el fic... mmm...¿y prometes un review por cap. Si lo subo rápido?... bueeeeeno, trato hecho ^^

La verdad es que escribí este cap. Hace SEMANAS de vida, pero como ya dije antes, el ciber, internet y el maldito FF.net son los que me hacen la vida imposible T-T

Espero no haberte decepcionado, espero tus comentarios (ah!, y por cierto: tu review lo encontré hoy, cuando vine a subir este cap, así que no hay que regañar ;) ).