"Las sombras del pasado volverán, y en su aparición una vida llevarán..."
CAPÍTULO 8Las cosas iban empeorando, a cada movimiento que uno hacía el otro contraatacaba, llegando a tal punto que tal vez, solo tal vez, uno de los dos hubiera perdido su cabeza.
Horo Horo no peleaba tan mal, aunque en esa riña estaba en desventaja al no utilizar la posesión de objetos. Su espíritu acompañante se había rehusado a combatir a su lado por esa única vez, tal vez sabiendo el triste final.
Manta Oyamada observaba todo sin hacer el menor gesto de negatividad hacia la pelea. En esa lucha no interrumpiría o apoyaría, ya estaba cansado de que todos lo utilizaran, harto de ser el sebo.
El viento murmurador pasaba por la copa de los árboles, meciéndolos lentamente y haciendo que éstos dieran suaves lamentos. Lamentos de dolor, ira y compasión. Koloro los comprendía a la perfección, ya que apenas comenzó a soplar se escondió bajo la capa de la campera de Manta. La naturaleza no estaba de acuerdo a esa pelea de shamanes, pero nadie le hacía caso a sus sabias precauciones.
Un búho blanco pasó volando encima de ellos, ululando paró su vuelo en la rama más alta de un frondoso árbol. Observaba la pelea con sus ojos amarillos, y bajo los matices de esa tarde que se convertía en noche su sombra parecía al de una mujer encapuchada. El sabio ángel de la muerte esperaba una nueva alma para llevar al más allá; como una más a su numerosa colección para no regresar jamás.
Al verlo, ambos shamanes pararon su combate por un instante. Sabían a la perfección lo que significaba aquella ave, nada bueno a su favor. El búho era señal de poder y precaución, y si no ponían cuidado a cada uno de los movimientos del otro saldrían con la derrota en sus manos.
Tao fue el primero en despertar de su ensoñación. Con una gran fuerza de voluntad y gran convicción en sí mismo avanzó hacia su oponente enfrentándolo con su arma. La fina y letal guadaña que utilizaba en esa ocasión dio en el punto predestinado. Y fue así que en un abrir y cerrar de ojos el cuerpo de Horo Horo se hallaba en el suelo, aún con la mirada perdida acompañada por la sorpresa del momento para dar paso a respiración entrecortada mientras un río de sangre salía de su pecho. La camisa blanca empapada del líquido rojo y el gajo de la herida interminable. Los ojos de Manta se ensancharon.
Len lo miró sin darle mayor importancia. Sus ojos amarillentos como los del búho inspeccionaba su cuerpo sin sentimiento, una mirada tan fría que daba miedo. Mientras él se quedaba quieto y el cortante silencio se hacía presente, los ruidos del ave blanca no se hicieron esperar; la sombra de la muerte se movía desde su lugar, mostrando la guadaña a lo alto de ella, tocando en el suelo con ésta y señalando hacia el arma de Len. Éste por fin reaccionó, poniendo sus ojos en blanco y dejando caer su arma involuntariamente. El espíritu de Basón se hizo presente, aunque quisiera preguntar que le pasaba a su señorito no lo haría, demasiado mal estaba por esa situación.
- Asesino – susurró Manta con sus ojos ensombrecidos, viendo el cuerpo de Horo Horo agonizar – Asesino... – repitió sintiendo como la rabia lo carcomía por dentro - ¡¡¡ASESINO!!! – gritó enfurecido, señalándolo con un dedo y yendo a socorrer a su amigo, su único amigo. A Horo Horo.
Len bajo su vista al escuchar las palabras de Manta, sus ojos dorados no se veían a causa de los mechones de su cabello. Pero una decisión tenía que tomar, tal vez una de las más importantes en su vida.
Por su mente pasaron un millón de ideas, quedando la más importante para él. Y aún con la vista baja tomó su guadaña y avanzó hacia los dos jóvenes, sosteniéndola firmemente.
Manta reaccionó al ver una sombra acercándose lentamente. Con la furia que tenía giró su cabeza para ver de que se trataba, quedando asombrado e inmóvil por el miedo que sentía. La fría arma de Len se alzó en el aire, frente al paralizado cuerpo del rubio.
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Para su fortuna la puerta no se abrió. Y para su suerte el poco oxígeno que tenía se esparció rápidamente en su ser, dejándola respirar nuevamente. Aún estaba colorada ¿pero cómo no estarlo en una situación como esa? Bien, nadie la había amenazado o apuntado con un arma para que se metiera a 'curiosear' las cosas de su amiga; pero como siempre la dulce, metiche y chusma de Pilika no se podía quedar quieta aunque sea una tarde en su cuarto. Porque ella no era así.
La dulce voz infantil de Hana la había salvado una vez más de las largas y filosas garras de su madre.
- Mami, mamita – se escuchó decir al pequeño en el pasillo fuera de esa habitación.
Al mismo momento que comenzó a hablar el rubio, la joven dejó de abrir la puerta de su cuarto - ¿Qué quieres, Hana? – preguntó sin muchas ganas de ser molestada.
Se escuchó la risa del niño.
- Queo ver Barnie – demandó con una dulce sonrisa.
- Si me dejas ver una cosa... – el comentario de ella erizó la piel de Pilika.
- Queo ya – dijo con un poco más de insistencia.
- Hana – advirtió la rubia con un tono helante.
- ¿Mami no queer Hana? – al parecer el chico sabía por donde atacar, ya que al solo escuchar esas palabras Erika lo tomó de la mano y lo llevó a la sala principal.
- Ya te doy tu Barnie... – fueron las últimas palabras que Pilika pudo oír desde su escondite en el cuarto.
Pero ahora estaba a salvo, un punto a su favor.
- Y todo gracias a ti, Hana. Prometo pagártelo con caramelos – murmuró tranquilamente, sintiendo la adrenalina correr por sus venas.
Y así de fácil como vino se fue, procurando cerrar la puerta lo más suave posible. No quería despertar sospechas a Erika, era lo menos conveniente en ese momento. Ya no le importaría cuando descubriese su secreto, pero mientras tanto...
Apenas había desaparecido fue cuando la rubia hizo presencia en su habitación. Desde la puerta inspeccionó desconfiadamente cada rincón por haber en su cuarto. Entró y miró por arriba sus cosas. No las tocó, pero una mirada fue más que suficiente para darse cuenta que habían sido hurgadas. Alguien había entrado a su cuarto sin su previo permiso y Hana no había sido porque no era su aura la que había dejado rastros ahí.
El aura que sentía era muy diferente al de su hijo y muy peculiar. No le tomó mucho adivinar de quién era. Esa persona había dejado rastros de un aura que se involucraba con la naturaleza, especialmente los seres mágicos de las montañas nevadas... Abrió sus ojos para volver a entrecerrarlos con gran desconfianza, Pilika había entrado a su santuario.
Sin mucho pensamiento volvió a salir del cuarto, su mente hecha un caos llena de preguntas y diferentes respuestas a ellas. Pero la más importante: ¿Qué andaba haciendo la ainu en su cuarto?, ¿qué buscaba?... Cerró sus ojos por un momento para volver a abrirlos y disipar de su mente esos pensamientos. No se lo preguntaría, pero tendría más cuidado al respecto.
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Se acostó en su cama luego de un día completamente desastroso, y sofocante dentro de todas las cosas. En su trabajo no iba muy bien que digamos... aunque ella nunca comentaba acerca del aburrido y monótono empleo como vendedora en una vieja tienda de ropa en el centro de la ciudad. No le pagaban muy bien, pero era lo suficiente para comprar comida y ropa a su hijo, su Hana.
Y ahí estaba él como siempre, acompañándola cada noche en sus sueños. El pequeño angelito que debía de cuidar, proteger.
Pero lo inevitable pasó. Como cada vez que pensaba en su hijo, sin ella misma querer o tener una razón justa sobre eso, en su mente apareció la figura del padre de su hijo, el hombre que ahora odiaba, que trataba de olvidar. Yoh.
Aunque dijera que lo odiaba, aunque su mente le gritaba que debía odiarlo por todo el daño recibido, su corazón no pensaba igual. Y es que el muy crédulo seguía pensando en que algún día lo vería, que en un tiempo la encontraría. Su corazón había escuchado tantas palabras, promesas y visto gestos sin sentido aparente que le regalaba en su momento su prometido, que se había llenado de ilusiones, falsas esperanzas. Y aunque hubiera visto aquella desagradable escena con la conspiradora de Tamao igual no podía odiarlo, no podía . Su pregunta: ¿por qué le era tan difícil odiar a las personas?
Aún con las cosas que vio en su vida y sin poder odiar a Yoh o a Tamao. Ella era demasiado dulce y había sido una compañera con quién hablar en su solitaria niñez, ¿cómo podría odiarla por eso?... no es que fuera poco el motivo, pero algo dentro de ella le impedía aborrecerla.
- Mejor no pensar más en eso – comentó mientras sus párpados caían rendidos luego de un día fatigadamente estresante. Sentir el sueño dominando sus movimientos y pensamientos era lo único que percibía en ese momento.
Y es que en ese instante prefería más dormir que recordar...
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A veces, uno cree tenerlo todo. Y es que la magnificencia, la soberbia, el ímpetu de obtener algo nuevo, reemplazando lo viejo se hacía inevitable.
Y cuando lo obtenías el arrebato, el impulso, los arranques de furia por tu capricho desaparecen por arte de magia, siendo reemplazados por monotonía; una dulce regularidad en tu subsistencia, que te hacía maldecir a los cuatro vientos tu suerte en éste mundo.
Pero gracias a los miedos, esto nunca finalizaba por completo. Y es que el temor al abandono, al estar solo, al vivir completamente vacío, sin sentimientos ni sentido en ésta vida, aparecían.
¿Y para qué?, ¿por qué tener esperanzas de un mejor porvenir, de un nuevo amanecer y una nueva oportunidad?. Eso, creer era el problema. Porque no debes fiarte de las palabras, sino de las acciones.
Si desconfías de esa frase, bastaba con ver su caso.
El chico amoroso, el joven incondicional y obediente en busca de un lugar en el corazón de ella....
Y justo ella, la joven fría, profusamente estricta y exótica en su convivencia; quien le negaba algún afecto de su parte e imponía distancia las 24 horas del día.
Y según ella, lo único que les unía, que ataba sus destinos convirtiéndolo en uno solo, era un acuerdo arreglado entre sus familias.
Fue por ello, por esa terca e inescrupulosa excusa, que se esmeró en sus entrenamientos, en su servicio ante su gran honradez y rectitud para ganar su cariño.
No funcionó...
Antes creía en el dicho de que con el tiempo el amor vendría, después se enamoró. Probó su suerte con la fría e intachable Itako, y se dio cuenta de su gran error. Una persona no nace amando a la otra; alguien no puede amar siendo forzado por terceros.
Entonces comprendió su comportamiento hacia él, entendió que solo llorando podría deshacer su condena de amarla recónditamente. Ilusionaba con que ella le hablase de algo más que entrenamiento y obediencia, y sus esperanzas eran tantas que un día sintió su perfume en su piel, palpó su cuerpo cerca del suyo, y la acercó en un dulce abrazo invernal. Claro estaba solo, porque cuando despertó no encontró a nadie a su lado.
Y ahora volvía a tener esa sensación, pero diferente a la primera.
Sentía el aroma de un perfume que ya conocía; acostado de lado, su brazo derecho descansaba en el talle de una figura femenina; sus ojos cerrados podían percibir cada movimiento de ella, al igual que sentía hebras doradas molestando su respiración. Todo en ella ya era conocido, explorado. Sabía sus reacciones, su forma de hablar, su sarcasmo en su voz... No tenía carencia de nada, porque con ella ya tenía todo lo que le faltaba.
Entonces, ¿por qué sentía un hueco en su ser?
... Una brisa le arrebató el alma, sintiendo solo vacío en ella.
Notas de Kaoru: Jejeje! U Si, ya sé, me tardé -- ... pero podemos decir que me raptaron los extraterrestres XP
Ahora, hablando en serio, gomen nasai por los que esperaban la escena YxA, pero les aseguro que aparecerá en el próximo cap. Y si me preguntan por qué no en éste, les diré simplemente porque prefiero el otro XD
Gracias a todos sus reviewers (que los respondo abajo)!!!!!, en verdad que me dieron un momento de felicidad y auge para seguir.
Pero sobre todo, este cap. se terminó por Makita, mi querida hermanita, que se lo tenía endeudado hace un bueeeeeeeeennnnnn rato. Así que acá está, chica, y espero no decepcionarte XP
Les aviso una cosa: pronto terminaré el próximo capítulo, pero no lo subiré si no recibo más de 7 reviewers. No crean que es de mala (u ogra XP), pero lo que pido es poco a comparación con otros autores (ej: uno pide 15). Así que ya están avisados, y el que no dejaba antes ¡¡que se anime!! Porque por lo que sé, ogro no soy XD
Así que... Dejen reviewers!!!!!!!!!! Que los espero con muchas ansias!!!!!!!!!!!!
Kaoru Kinomoto.
Respondiendo a sus reviewers:
Jacqueline: Pues aquí tienes la continuación Espero no haberte decepcionado. Y con respecto a tus preguntas (que por cierto no son pocas XD)....
A ver... a tu primera pregunta del compartimiento: Correcto!, adivinaste XD ... yo mejor que tu no lo hubiera dicho UUU
¿Lo de la ropa?, cierto. Ropa vieja de pensión.
¿La fotito amarillenta y vieja?... ¡Sii!!... y pronto sabrás un poco de ella.
¿La novela rosa y cursi que guarda?... no te preocupes si no la pescas, porque creo que NADIE la pescó U
¿El otro libro que ignoró Pilika?... ¿bitácora mágica?... puede ser. No lo había pensado, pero gracias por la idea XP
¿No supiste la felicidad del puercoespín? TTTT pobre Horito, ésta es otra que nadie pescó... pero entiendo, que no puse pistas U
¿Qué planea hacer Sora con Yoh? ... muchas cosas, y yo también lo haría si lo tuviese para mí XD
¿La Loquita de Pilika y sus amores...? pues te diré una cosa, pronto los conocerás ;)
¿El secreto de Hanita? Mmm... tiene muchos, y no es coincidencia.
Y te digo algo, yo que ella ya lo hubiera matado a Hana por esa etapa (igual que tú). Es que es taaaaaaaaaaannnnnn lindo el nene cuando tiende a preguntar ¬¬
Por lo que viste, acertaste en muchas cosas... y las que están en suspenso... no te culpo U
Espero tu reviewer para saber como va el fic...
Nos vemos!!!
Makita Holas Maka!! No te preocupes por lo del trabajo, ya me lo explicaste muchio por el msn. Igual, casi nunca me conecto U y cuando lo hago, casi siempre te encuentro XD
Así que no te preocupes, chica. Y me halagas con eso de que te gusta el fic!! Más sabiendo tu preferencia por el Yaoi... que me recuerda a cierta autora perdida en la web y que debe cierto capítulo de cierto fic ¬¬
Naaaaaaaa.... tómate tu tiempo, que te lo mereces XP
¡¡Pero no tanto, que me desesperas!!
Y please, no mails bomba por tu Horis U
Cuídate Maki'ssssss!!!Rocio-asakura: ¿Te gustó Hanita?, que bueno! aunque de verdad, ese niño cautiva a todos. Lo siento por la demora, pero es que se me había ido Violet (mi musa XD), olvidándose de la cita que tenía para terminar el cap.
Por lo que no comprendes; lo de Yoh al hospital, en el cap. tres hay una parte que dice que cae inconsciente del techo de su casa, y casi se nos muere. Por eso lo del hospital y por lo del YxA, tendrás que esperar al próximo; pero creo que será mejor. Por lo del embarazo de Anna, te diré una cosa: todo a su tiempo. Porque ya verás que con el tiempo se va solucionando el nudo
Y no te preocupes por lo de leer tus fics, encantada lo hago. Pero tenme paciencia, que tiempo es lo que menos tengo U
Solcito: Gracias por el halago y te cuento que si, Pilika ya conocía a Anna desde antes, pero no se dio cuenta de las cosas porque simplemente ni se imagina la verdadera identidad de su amiga; por eso no asocia nada con el mundo de shamanes. Es un poco raro, pero bue... Adiós y cuídate!
EMILY SMITH: Gracias por el halago, y aquí tienes la continuación ;)
Aiko-lizeth: ¿Batallaste por encontrarlo...? Oo a veces se vuelve loco, y es cuando tengo ganas de irme a Hispafics :P Gracias de parte de Hana por lo de los "¿Po qué...?", y por lo de Yoh, bueno, el niño cambió de bobo a ogro XD
SAMMYASAKURA: Holis! K tal? Yo bien.... Por lo de Yoh, el amor a veces confunde y la desesperación engaña (a su caso). Y si me tardé, please no te mates! Es que sinceramente estoy pasando por una crisis, en la que la inspiración se va y regresa de momento. Seguro me entenderás, ahora que tienes un fic XP
Pues el puntapié llegó a Sorita, quien te lo agradece eternamente XD Yoh quedó inconsciente con las bofetadas y Hana con los ojos rodando de tantos besos. Y bueno... mi apúrate llegó... junto con éste cap.
PD: Si piensas en Hao... pues pronto conocerás la respuesta...
