Consecuencias.
Capitulo 1.
Hermione Granger, Harry Potter y Ronald Weasley amigos inseparables lanzaban juntos con sus demás compañeros sus gorros de brujos, mientras gritaban con euforia cuando el director los nombro graduados.
-¡Yu-ju!- grito nuevamente Ron emocionado dando saltos y colgándose de Harry- Lo hicimos compañero- dijo mientras revolvía el cabello de su mejor amigo.
-Si Ron lo hicimos- dijo siendo el quien revolviera el cabello del pelirrojo.
-Es increíble chicos, increíble.
-Ni que lo digas Hermione no creí vivir para que llegara este día.
-Harry lo venció Ron, sabíamos que lo lograría- dijo Hermione con una sonrisa melancólica recordando los sucesos de no hace mas de dos meses donde la guerra se desato y posiblemente hubiera durado mas si el Lord no hubiera sido tan ambicioso para ganar poder que cometió el error de tantos conquistadores que terminaron en el fracaso su propia ambición.
-Lo se Hermione- dijo pasando un brazo alrededor de los hombros de la chica- pero yo me refería a que logramos sobrevivir a los exámenes, si no fura por ti seguramente estaría perdido.
-¡Ron!- dijo antes de comenzar a reír por causa de las cosas que decía el chico.
-¡Muchachos!- llamo la señora Weasley desde lejos y pronto los tres se vieron rodeados de abrazos y felicitaciones de la familia y amigos y entre risas y alegría salieron de Howgarts que por siete largos y gloriosos años fue como un segundo hogar.
Dos meses después de que terminaran sus estudios una joven de cabello enmarañado salio corriendo hacia el baño, llegando justo a tiempo para no manchar la alfombra, cuando finalmente vació su estomago, se lavo la boca y cansada volvió a su cama.
-¿Qué rayos me hizo tanto mal para que vomite dos días seguidos?- se pregunto viendo el reloj que marcaba 5: 45 am, imposible ya no podría dormir nuevamente y eso que no tenia que ir al trabajo hasta dentro de tres horas.
Con pereza se levanto para volver a la baño y darse una ducha relajante, como era de esperarse fue una de las primeras en llegar al trabajo el cual tenia desde hace dos semanas, sus amigos seguían de vacaciones, aun no deseaban empezar a trabajar y Hermione no se los pudo reprochar si era eso lo que ellos deseaban tenían todo el derecho al igual que ella de hacer lo que desearan. Los pocos compañeros que habían llegado la saludaron cortésmente y ella respondió de igual forma, no había personas jóvenes en aquel lugar y talvez esa era una de las cosas que mas le gustaba tener la oportunidad de hablar con gente inteligente, no es que los de su edad no lo fueran, pero a veces resultaba difícil mantener una conversación decente, pronto se perdió entre los papeles que tenia amontonados como en sus años de escuela… escuela… esa palabra sonaba tan familiar que aun no podía creer que ya hubiera terminado y mas aun dejado aquella experiencia tan lejos de ella como fura posible, aun sentía un calor recorrer su cuerpo cuando recordaba lo sucedido aquel día, su primera vez con su profesor de pociones.
-Uf…- soltó de pronto ante la avalancha de imágenes que hicieron ponerse colorada.
-¡Hey, Hermione- dijo un chico mas o menos de su edad- vamos a comer- dijo sonriente, ella observo el reloj que se encontraba en la pared.
-Vaya, no sabia que ya era tan tarde.
-Como ves si¿no vienes?.
-Si, ya voy- dijo, aquel chico era uno de los pocos con los que realmente se había llevado bien, era el asistente personal de su jefe, bastante atractivo pero sin saber porque no lo veía como un prospecto sino mas bien como un buen amigo.
Otra mañana mas y nuevamente unas horribles nauseas y nuevamente una carrera hacia le baño, decidió que ese día iría al doctor porque esas repentinas nauseas no eran normales, además el sueño exagerado que tenia desde hace menos de dos semanas no la dejaba descansar bien y las ojeras se le empezaban a notar, pero dejando eso aun lado todo parecía estar bien, la mañana fue como cualquier otra y como era costumbre saliendo del trabajo fue a visitar a sus padres, regresando a casa con una dotación de pasta e hilo dental.
-Debería poner una tienda para vender todo esto- se dijo mientras abría la puerta, dejando lo que llevaba salio para dar una vuelta, aun faltaba un rato para su cita con el doctor, se dejo caer un banca, era un día hermoso, varios niños corrían de un lado a otro mientras sus madres conversaban ajenas a lo que sus hijos hacían, sin hacer mucho caso a ese hecho se dedico a empezar con su lectura, una novela romántica después de todo necesitaba para variar algo nuevo.
El consultorio era amplio decorado de un color melón, había unos cuantos pacientes aguardando su turno, era la primera vez que asistía a un consultorio mágico, exceptuando la vez que se encontró en la enfermería de Howgarts, de alguna forma ese nombre le traía nostalgia, recuerdos grandiosos junto a sus amigos y otros que a veces prefería no recordar, y uno que no podía sacar o no quería sacar de su mente aquellos recuerdos, desde aquel encuentro ninguno de los dos se había dirigido la palabra por vergüenza o tal vez por algo mas, pero de sus bocas no había salido nada referente al tema ni cuando en mas de una ocasión se encontraron solos, pero si había cierta incomodidad por parte de ambos.
-Señorita Granger- llamo la recepcionista por segunda vez.
-Si, yo… perdón, me decía- dijo al darse cuenta que todos la miraban.
-El doctor la espera.
-Gracias- rápidamente entro con la mirada baja.
-Tome asiento- dijo un señor mayor, de facciones bruscas pero con unos ojos que irradiaban una tranquilidad profunda.
-Gracias.
-Es su primera vez aquí ¿Verdad?- pregunto.
-Si.
-Y dígame señorita…
-Granger, Hermione Granger- dijo apresuradamente.
-Bueno señorita Granger, soy el doctor Stevenson, pero puede llamarme Mike.
-Mucho gusto, Mike- dijo un poco mas segura.
-Dígame se…
-Hermione, llámeme Hermione.
-Bueno Hermione- dijo dedicándole una calida sonrisa, cuales son sus síntomas.
-Bueno, desde hace tres días me e despertado vomitando en la mañana.
-Aja- dijo apuntando algo.
-Creí que era algo que había comido pero ya fue mucho tiempo y…
-Dime hermione, las nauseas solo son en las mañanas.
-Si.
-alguna otra cosa.
-No, realmente no- dijo después de meditarlo un poco.
-No te has sentido cansada mas de lo común.
-Pues ahora que lo dice si, pero creo que es por el trabajo.
-Si, creo saber que es lo que tienes, aunque talvez me equivoque.
-Y… ¿es grave Doctor?- pregunto con preocupación en su voz.
-Si es lo que creo es mas común de lo que te imaginas, espérame un momento- dijo para luego salir de su oficina y regresar con un frasco que sin duda contenía una poción verdosa. Hermione la observo con detenimiento, esa poción no se parecía a ninguna que conociera.
-¿Qué es?- pregunto con la curiosidad que la caracterizaba, el doctor y con un simple ya veras, la coloco sobre su escritorio, pero no se fue a sentar sino que extrajo del cajón una jeringa.
-Este es un método muggle para extraer sangre, un poco mas practico que un pinchazo, no te dolerá- dijo, Hermione extendió su brazo sin que se lo pidieran y el doctor coloco una liga alrededor de su brazo y quitándole el tapón hundió la jeringa para extraer un poco de sangre.
-Listo- dijo cuando finalmente acabo, colocando un algodón con poción cicatrizarte y al instante desapareció la herida- veo que estas familiarizada con los utensilios muggles.
-Mis padres son muggles y dentistas así que e tenido un par de esas en mi boca.
-Ya veo- pronto se encontró vertiendo la sangre dentro de la poción, la revolvió un poco hasta que esta se torno de un color azul.
-Lo supuse- dijo tomando asiento.
-¿Pasa algo malo?
-Dime Hermione tienes novio.
-No- dijo sin entender muy bien a que venia ese tipo de pregunta.
-Tuviste.
-No exactamente una pareja formal.
-Lo sigues viendo.
-¿A que viene todo esto doctor?- dijo algo molesta, por tanto interrogatorio en su vida personal.
-Pues bien, Hermione ¡Felicidades estas embarazada!- le dijo sin estar seguro de si se lo tomaría bien.
-¿Qué?- casi grito pero eso no impidió que se parara de golpe tirando la silla de paso- ¿bromea?
-No, en verdad estas…- pero no pudo terminar cuando el cuerpo de la chica cayo hasta al suelo desmayada, la recepcionista que platicaba animadamene con el chico repartidor de mercancía al escuchar el estruendo, decidió entrar, encontrándose con la paciente que había entrada tirada en el suelo y con un aspecto de palidez terrible, por un momento llego a pensar que posiblemente estaba muerta.
-Daisy ayúdame- dijo mientras que intentaba colocarle en una camilla, pero la secretaria no tenia la suficiente fuerza así que entro al rescate el repetidor y entre los tres la colocaron en la camilla, mientras afuera se arremolinaban otros pacientes curiosos de saber lo que había sucedido, pero con una orden de la chica todos volvieron a tomar asiento, con un movimiento de su varita, volvió a colocar los papeles que se habían caído y preguntándose ¿porque rayos no había utilizado la varita para levitar a la chica? se fue a sentar, después de todo no era la primera ni seria la ultima en hacer algo así, seguramente el doctor le había dado la noticia de que estaba embarazada y como muchas otras no tenia alguien que le respondiera por el milagrito, olvidándose de ella volvió su atención y su sonrisa coqueta hacia el repartidor.
Hermione abrió los ojos lentamente, sintiendo que la cabeza le daba vueltas, se encontró con un techo que definitivamente no era suyo y una cara que le sonreía conciliadoramente.
-¿Se encuentra bien?- pregunto ayudando a la chica a incorporarse.
-¿Qué… paso?- pregunto con temor.
-Te desmayaste- bueno eso quería decir que no se había equivocado, pero era mejor asegurarse.
-Doctor, usted dijo que yo…- no, definitivamente no se atrevía a decir esa palabra.
-Si esta embarazada.
Volvió a caer en la camilla pero esta vez no desmayándose, solo su respiración se volvió agitada, ella ¿Embarazada¿Qué dirían sus padres? Y ¿Harry y Ron? O por todos los cielos y ¿Snape? Definitivamente no le iba a gustar en lo absoluto¿Qué le diría?
Hola profesor, se acuerda de aquella noche de sexo, que cree estoy embarazada, seguramente la mandaría a volar, no definitivamente no le iba a comentar nada, pero que haría ella con un niño, no sabia nada de niños, no tenia hermanos pequeños, ni primos, -¿Qué haría?...!Oh, merlin! desharía estar muerta.
-Tome- dijo entregándole un vaso de agua.
-Gracias- dijo incorporándose, tomo el vaso con manos temblorosas.
-No te preocupes, seguramente tus papas te van apoyar y tus amigos tambien, pero creo que debes decirle al padre de la criatura- dijo con voz conciliadora, Hermione asintió un poco mas calmada, en verdad que había necesitado escuchar esas palabras.
-Si- entrego el vaso y de un salto bajo de la camilla.
-Toma- dijo entregándole un folleto- aquí dice lo que puedes y lo que no comer, nada de medicamentos o pociones, te haré una cita para el próximo mes y si sientes que algo anda mal vienes a verme- ella asintió y con un gracias se marcho del lugar para terminar encerrándose en su casa y comenzar a llorar.
No era capaz de decirle a sus padres que les había fallado, ni de contarle a sus amigos y sobre todo decirle a Snape algo de tal magnitud, solo quedaba llorar, de pronto se acordó de Ginny con ella podía hablar, pero estaba en Howgarts, lo mejor era escribirle pidiéndole algún consejo así que decidida envió una carta a la pelirroja informándole de su estado y pidiendo su ayuda.
Continuara...
