CAPÍTULO 9:Y MÁS CONFESIONES...

Lily salió apresurada de la biblioteca, y pensaba por el camino qué iba a decirle a James. Al fin y al cabo, la culpa había sido de él, sino hubiera malinterpretado las cosas, no se habría montado todo aquel lío. Cuando entró en la Sala Común, estaba totalmente vacía a excepción de James, que todavía no se había movido del butacón y continuaba mirando el fuego fijamente.
Al verla entrar, la cara se le contrajo durante medio segundo, porque acto seguido volvió a fingir la misma indiferencia que antes.Lily fue a sentarse a su lado, pero no dejó de mirar la chimenea. Ni siquiera mostró un gesto de incomodidad. A decir verdad, lo que James tenía era unas ganas locas de preguntarle porqué había hecho aquello, pero no pensaba decirle nada.
-¿No piensas decir nada?-dijo Lily adivinando lo que pensaba.
James continuó callado sin moverse.
-Ya me lo imaginaba-dijo ella sacudiéndose el pelo. James pudo oler el olor que despredía, e intentó controlarse.- James, tengo algo que decirte, de verdad.
Pero James continuaba callado.
-Hables o no, te lo voy a decir-dijo ella cansada ante su actitud-A mí no me gusta Remus.
A James se le encendió la sangre. No entendía por qué seguía mintiéndole, quizás creía que podía seguir engañándole para acercase más a Remus. "No soy tan idiota"se dijo a sí mismo.

- Es cierto-continuó Lily ante su silencio-Yo te pregunté porque llevamos semanas intentado averiguar dónde ibais, sólo eso James, créeme.
-Ya, claro,por eso dijiste que me ayudara Remus con las iguanas, y me seguías para sacárme que le pasaba a Remus-dijo él para sopresa de Lily.
-Era curiosidad, sólo eso...-intentó excusarse Lily- Nunca le haría algo así a Anne...
-¿Hacer el qué?-preguntó James.
-A Anne le gusta Remus, James-contestó ella- ¿No lo sabías?
-Pues no, no lo sabía-respondió él toscamente.
-Ya ves, es así. Nunca haría eso, James.
-¿Se supone que me lo he de creer?-dijo James sin dejar de mirar la chimenea- Seguro que te gusta Remus y quieres solucionar las cosas con Anne...
-¡James, pareces tonto!-dijo ella harta- ¿Cómo va a gustarme Remus si...?
-¿Si qué?-dijo él sin darle importancia.
-¡...si me gustas tú!

James no se esperaba aquello. Al oirlo, fue como flotar. Había esperado aquello durante años, desde la primera vez que se fijó en Lily en la Ceremonia de Selección.Aún así, era demasiado orgulloso para reconocer algo así.
-No te creo-mintió él- Lo dices por decir.
-¡Es cierto!-exclamó ella- Quizás no te halla tratado muy bien durante estos años, pero este tiempo atrás has sido genial conmigo-dijo Lily del tirón-Me defendiste de Snape sin necesidad de utilizar la magia, me has demostrado que has cambiado, y en Hogsmeade nunca me había divertido tanto. Además-prosiguió- Desde hace dos días, no dejo de pensar en el beso que me diste, James.
Esta vez, James se giró a mirarla. Lily estaba más roja que nunca, al parecer estaba pasando la mayor vergüenza de su vida. Miraba hacia el suelo, y el pelo le caía suavemente sobre los verdes ojos. James la creyó entonces.
-Nunca había dicho nada así a nadie, James-dijo tímidamente- Y tienes que creerme, porque si no lo haces a mí...
-¿Qué, Evans?-dijo él.
-A mí me va a costar mucho olvidarme de tí.

James sonrió como nunca lo había hecho, y mostró todos los dientes. Lily, al ver que sonreía, sonrió y perdió la vergüenza.
-Tranquila, Evans. -dijo él-Yo te creo...No quiero que te olvides de mí.
James se acercó a Lily, y le cogió de la barbilla dulcemente.Cuando Lily cerró los ojos a esperar a que le besara de nuevo, pudo notar el olor de James. Sin embargo y para pena de Lily, James le besó en la mejilla.
-Como tú dijiste, Lily-Déjémoslo ahora antes de que las prisas lo hechen todo a perder.
James sonrió, y se levantó del sofá.
-Pero James, yo...tú-dijo ella perpleja-Tú no...
-Sí, Lily, yo estoy loco por tí, pero no quiero hacer las cosas mal.-dijo el sonriéndo- Hasta mañana, Evans.
Y esta vez fue Lily la que vio cómo James subía las escaleras hacia el dormitorio.

En la habitación, todas las chicas estaban ya durmiendo, así que Lily se metió en silencio entre las sábanas y se durmió tranquila. Al día siguente, Anne ya se había despertado,y para sorpresa de Lily, estaba sonriente.
-Anne, yo...
-Lily, lo siento-le cortó Anne mientras se abrochaba los botones de la túnica- Nod ebí pensar eso de tí, tenía que haber imaginado que sería un error...
-No pasa nada, Anny-dijo Lily-Perdona que no te lo explicara antes.¿Amigas?
-¡Claro que sí!-dijo Anne abalanzándose sobre ella- Eso siempre.
-Menos mal, no sabes el disgusto que tenía encima, Anny...-se rió Lily- Te quiero mucho, y nunca te haría algo así, ¿vale?
-¡Yo también te quiero, Lilians!.
Anne la abrazó con fuerza y perdieron el equilibrio, cayéndo sobre la cama de Kirsten y rompiendo el dosel de su cama.
-¡Seréis salvajes!-dijo Kirsten despertándose-¡Me habeis roto la cama, animales!

-¡Mejor, así te despiertas pronto!-dijo Anne.
-Menudos métodos...-susurró Kirsten acariciandose el pelo- Poco más y me despeinais.
-Ya estás bastante despeinada, Kirs-le dijo Lily-Mírate en el espejo.
Kirsten se levantó rápidamente,y soltó un agudo grito al ver su reflejo en el espejo, que le dijo "Kirsten ¡peinate!"
-Nosotras nos vamos, Kirs- dijo Anne abriendo lapuerta-Ahí te quedas...a ver si hoy también llegas tarde, ¿eh?
-Ah, socorro, me he de peinar...-decía ella en voz baja-Mis rizos...
Lily y Anne bajaron dándolas por perdidas. En los sillones de la Sala Común, encontraron a Sirius y a Peter durmiendo, pero no a James.
-Eh, dormilones-dijo Anne empujando a Sirius en el hombro.-Arriba o llegaréis tarde.

-¿Eh?-dijo desperzándose Sirius-¿Ya es de día?
-Pues claro, Black-asintió Lily-Es más, ya son las nueve.Dios-dijo mirándole el pelo-Deberías peinarte un poco.
-¿Peinarme, yo?-dijo él-¡Mi pelo!
Acto seguido, subió corriendo las escaleras hacia el dormitorio.
-Bueno, ¿vienes, Peter?-dijo Lily.
-Si,claro-dijo somñoliento.
Cuando estaban a punto de salir de la Torre, se oyó un grito agudo que venía de los dormitorios de los chicos.
-Sirius-dijo Peter-Acabará de mirarse en el espejo.
-No,si ya se lo dijo yo ayer a Kirsten-le dijo al oído Anne a Lily-Están hechos el uno para el otro. Igual de presumidos.

Kirsten llegó por los pelos aquel día a clase de Transformaciones, y por poco McGonagall no la castigó por su poca puntualidad. Al fondo de la clase había un hueco junto a sus amigas, pero vio como Sirius le hacía un hueco en su mesa junto a James y Peter y se sentó junto a ellos.
-Ya te vale, Kirsty-susurró Sirius-Por tu culpa James casi me mata esta mañana.
-¿Mi culpa?-dijo ella-Si te enteraras bien de lo que me cuentas...
-A saber en qué estarías pensando, Kirsty.
-Señor Black y Señorita Williams, ¿qué es eso tan interesante de lo que hablan?
-Nada, profesora-dijo Sirius.
McGonagall continuó explicando la clase.Kirsten aprovechó el momento en el que Peter hizo estallar en volutas de humo su cuerno de rinoceronte para hablar con Sirius.
-Sirius...¿Cuándo vais a explicarme lo de los Merodeadores?
-Algún día de estos-contestó el moviendo las manos para apartarse el humo de la cara.
-Vamos, Sirius, no seas así...-dijo suplicante la chica.
-¡¡Black y Williams, 5 puntos menos para Gryffindor!-gritó McGonagall, que ya había apagado el cuerno de Peter.

-Está bien,profesora, ya nos callamos.
-Eso espero, o tendré que castigarles-contestó ella.
Sirius miró de reojo a Kirsten y siguió con su cuerno de rinoceronte.
-Sirius, ¡contéstame!-dijo ella de pronto.
-¡Qué pesada eres!-contestó molesto.
-Si me lo dices, me callo, te lo prometo...
-Está bien, merodeador es por que...-empezó Sirius.
-Black y Williams, les quiero en mi despacho a las 6 de la tarde, después de cenar, están castigados. La próxima vez no hablarán en mi clase.
En ese momento sonó el timbre que indicaba el fin de las clases, y Sirius, al contrario de lo que Kirsten esperaba, le dirigió una sonrisa y le dijo: "Nos vemos esta tarde, Williams". Ella se quedó embobada mirando cómo salía del aula, hasta que Anne le puso una mano en el hombro.
-Vaya, estás castigada-dijo Anne-Lo siento, Kirst.
-¿Sentirlo?-dijo ella saliendo de su ensimismamiento-¡Yo no! Estaré con Sirius...
-Es un caso perdido- añadió Lily.
Anne y ella cogieron a Kirsten de un brazo y la arrastraron a lo largo del aula hasta que salieron al pasillo.