CAPÍTULO 19: ¿QUIÉN ES ESE?

Bueno-dijo Anne cuando todos los alumnos se habían marchado-Tu dirás.
-Ehm, verás-intentó decir el chico mientras miraba el suelo tímidamente-Yo...quería preguntarte si...querrías venir al Baile conmigo.He pensado que como Lily irá con James y Kirsten con Sirius,si quieres venir conmigo...
Remus había pensado en invitarla al baile.La verdad es que pensaba hablar con ella aquella noche, pero el baile era un excusa perfecta para comprobar si la chica continuaba hablandole o le tenía miedo, y prefirió hacerlo así. Pero Anne volvía a estar estática, como momentos antes en la escalera, y parecía no querer contestar.Remus sintió una vergüenza terrible, se puso colorado y se arrepintió de habérselo preguntado.
-Tienes razón, no se como se me ha ocurrido...después de todo-dijo sonriendo infeliz-es normal que me tengas miedo si no quieres, lo entiendo...
Anne despertó otra vez del ensismismamiento. Se había vuelto a quedar impresionada por la pregunta. Esperaba cualquier cosa menos eso, peor por suerte, se dio cuenta de que volvía a parecer tonta.
-¿Miedo?-reaccionó-¿Porqué habría de tenerte miedo?
-Eso de que soy un hombre lobo no suele sentar bien a la gente-dijo apenado y mirando al suelo todavía.
-No es miedo, Remus-dijo ella comprendiéndolo todo- Es que...para mí eres muy importante, y me sentí muy mal de saber que sufrías por ser un hombre lobo.
Remus alzó la mirada algo más esperanzado, y se encontró con una Anne sonriente.
-He de confesarte-siguió ella mientras se echaba el pelo hacia atrás-que es cierto que tuve miedo.Pero comprendí que se trataba de tí, y supe que no había nada que temer.
-Vaya-dijo Remus impresionado-No me esperaba eso...
-¿Qué esperabas, que saliera corriendo como hace todos?No, Remus-dijo con una carcajada-Tienes Anne para rato.¿Porqué no subimos ya? Se está haciendo tarde, y pronto saldrá Filch...
-Esta bien-accedió Remus con una sonrisa de lado a lado de la cara.
Cuando estaban ya en la Sala Común y se iba hacia el dormitorio, Anne se giró a Remus.
-Remus, ¿Bailas bien?
-Pues no, no se bailar-confesó extrañado Remus.
-Pues dile a Sirius y a Kirsten que te enseñen a bailar la conga-dijo sonriendo-te hará falta para el Baile de Navidad.
Y al igual que hizo Lily meses atrás con James, Anne subió las escaleras sonriendo, dejando a Remus atontado frente a la chimenea

El último día de clase fue el más animado para todos los alumnos. Casi todos se habían apuntado para pasar las Navidades en Hogwarts por el baile, y los nervios estaban a flor de piel. Para James y sus amigos, el fin de las clases significaba una bendición: ahora podrían quedarse en Hogwarts sin tener que estudiar y poder hacer de las suyas sin control ninguno. Sin embargo, Anne y Remus no pensaban lo mismo, creían que las vacaciones eran el tiempo perfecto para poder prepararse los exámenes de ÉXTASIS, e intentaban convencer al resto de lo mismo.
-Ahora que estás en la enfermería podrías adelantar los libros de lectura que van para exámen-le recomendó Remus a Sirius la última tarde antes de las vacaciones.
-¿Ahora que voy a salir de la enfermería?-dijo Sirius indignado, e incorporándose con dificultad.-Esta eslaúnica navidad que puedo pasar sin ver a mi madre, no pienso perder el tiempo.
-¿Kirsten?
-A mí no me mires, no pienso convencerle, Remus.-contestó la chica, sentada en la camilla de Sirius-Es más, os dejo esconcer mis libros por todos los terrenos del colegio a ver si así no los encuentro nunca más.
Aunque era mediados de diciembre y hacía un frío invernal, todavía no habían comenzado las nevadas, y los chicos estaban un poco decepcionados ya que era habitual pasar las tardes buscando a Snape y llenarle de nieve hasta que no se diferenciara del color del suelo. A pesar de eso, estaban todos bastante animados, ya que habían organizado una última excursión a Hogsmeade antes de terminar el año la noche del baile.
James y Sirius estaban esperando en la cola para ir al pueblo con Peter y las chicas cuando Remus apareció corriendo.
-¿Dónde te habías metido?-preguntó Peter-Casi llegas tarde.
-Estaba buscando mi capa-dijo mientras se colocaba al lado de Peter.
Se fueron todos juntos al pueblo, haciendose ameno el camino. En Hogsmeade la decoración navideña ya estaba colocada, y las casitas brillaban por doquier, mientras todo tenía un aspecto navideño con la pareder cubiertas de muérdago y cancioncillas navideñas. Pero el frío de la época no se echaba atrás por muy bonito que fuera Hogsmeade, y los chicos decidieron resguardarse en las Tres Escobas. Al entrar, vieron una mesa al lado de la ventana, y cogiendo algunas sillas, se sentaron allí. Al momento,apareció la señora Rosmerta con sus zapatos de tacón verde esmeralda.

-¿Qué quereis, guapos?
-Tres cervezas de mantequilla para las chicas y para nosotros cuatro whiskies de fuego.-indicó James
-Eso mismo iba a decir yo, Rosmerta, pero que los whiskies sean dobles-añadió Sirius
-¡EH!-les riñó Remus.
-Está bien,está bien, solo bromeaba...¡Kirsten, no me pegues con la varita, que salen chispas!-se quejó Sirius frotándose el brazo mientras Lily miraba amenazadoramente a James con la varita.
-Ay, señor, qué sería de este local sin las visitas de Potter y Black...-dijo Rosmerta riéndose-Que sean siete cervezas de mantequilla.
Rosmerta fue de nuevo hacia la barra y volvió ocn siete espumosas cervezas de mantequilla. Aquella tarde el local estaba muy lleno, y fue fácil divertirse mirando a la gente por la ventana e imaginando cómo serían sus vidas reales.
-Mirad-dijo Kirste-ese tiene cara de ser un super agente del Ministerio.
-Kirsten, va con un cubo, es un barredor mágico, ¡limpia las calles!-exclamó molestado Remus por la evidencia mientras los otros reían.
-Pues ese...tiene cara de ser un chico muy interesante-continuó Lily mirándo un chico por la ventana.
-¿Quién?-preguntó James celoso al instante.
-El que va en el grupo de Quejicus.
Todos los chicos miraron expectantes por la ventana, y , en efecto, Severus Snape iba con un grupo de chicos hacia las Tres Escobas. Se fijaron en el chico que Kirsten señalaba con el índice. Caminaba con la cara muy seria, escuchando atentamente a un chico de pelo rubio platino que le hablaba incesantemente.Parecía paciente, pero harto de escucharle. La cara transmitía un aura de misterio que ninguno de los otros chicos que acompañaban a Snape tenía.
-¿Dices el que está hablando con Malfoy?-preguntó Anne.
-Sí,no lo había visto antes.
-A lo mejor no te habías fijado-dijo Sirius sin dejar de mirarle-Porque todo el mundo conoce a Tom Riddley.

-¿Tom Riddley?-preguntó Lily observando cómo el grupo se acercaba a las Tres Escobas.
-Sí, el prefecto y Premio Anual de Slytherin. Todo un experto en Pociones y Defensa de las Artes Oscuras-explicó Sirius-Admirado por profesores, envidiado por algunos y respetado por otros.
-Tiene algo que resulta llamativo..-decía Kirsten mirandole mientras Tom entraba por la pueta, seguido de Malfoy.
-No le mires tanto, Kirsty-interrumpió Sirius-No me da buena espina.
-Es un alumno ejemplar, ¿no?-preguntó Anne-No tiene que ser malo porque sea Slytherin.
-Mira sus ojos, Anny-susurró James-¿No notas nada?
El grupo de chicos miró atentamente la mirada de Tom Riddley, que seguía escuchando a Malfoy con actitud despreciante.El chico se giró hacia la señora Rosmerta, y parecía incómodo en aquel acojedor y cálido ambiente-Lily miró atentamente a su cara, y vio que sus ojos desprendían un brillo...extraño.Durante un segundo, Lily tuvo la impresión de que le miraba fijamente, pero pronto giró la mirada hacia la barra del local.
-Es bastante intimidante, ¿no?-comentó sin dejar de observale.
-¡Son casi las tres y aún no hemos comprado los regalos de Navidad!-exclamó Kirsten cambiando de tema.-¡Y si no lelgamos pronto al castillo
Ante el aviso de Peter, los chicos salieron de las Tres Escobas y se dirigieron cada uno a las tiendas de Hogsmeade. Después de dos horas y media, decidieron que habían terminado sus compras por aquel año y fueron al castillo con prisas debido al mal tiempo.Las chicas, impacientes, subieron de inmediato a las habitaciones a prepararse para el baile que se celebraría por la noche, mientras los merodeadores se despreocupaban jugando a los gobbstones en la Sala Común mientras Remus leía "Cien historias de Elfos". Tras tres partidas ganadas por Peter, James se rindió cansado de perder.
-Peter, eres demasiado bueno para mí-dijo sentándose cansinamente en una silla vacía-Sirius, déjalo, no vas a ganarle nunca.
-He de intentarlo...otra vez-decía mientras miraba con precisión las esferas-He de...ganarle.
En ese momento, la pequeña bola chocó con otra en una posición incorrecta y soltó un fétido jugo directo a la cara de Sirius, que se echó hacia atrás inmediatamente,con la mala fortuna de que no consiguió evitar el apestoso líquido.
-¡Vuelves a perder, Canuto!-exclamaba contento Peter-¡Vuelvo a ganar!

-¡Cállate, Pettegrew!-decía enfadado Sirius-Ganas tú, vale. Para algo que haces bien no te voy a quitar la ilusión.
-¡Sirius, déjale en paz!-saltó Remus-Y dinos, Peter, ¿con quién vas al baile?
Peter les huyó la mirada, y parecía molesto por la pregunta.Sirius se inclinó hacia él en un gesto interrogativo, y no podía quitarle la cara ya que algunas alumnas de primero acababan de entrar y le interrumpían el paso.
-No..no voy a ir al baile-dijo azorado-No tengo pareja.
Sirius y James se miraron antes de explotar en carcajadas, pero se callaron ante la mirada de reproche de Remus.
-Pues deberías buscarte una de inmediato, son las...siete menos cuarto, Peter-dijo James mirando el reloj.
-¡Las siete y cuarto y yo aún por arreglar!-gritó Sirius de pronto-¡Me voy a cambiarme y a peinarme!
-Nunca cambiará, ¿eh?-le dijó Remus a James.
-En casa es igual-contestó una vocecilla aguda a sus espaldas-Mi tía le riñe por pasarse el día frente al espejo. La verdad-explicó la chica-siempre le riñen por algo.
-Hola Tonks-le dijo James-no te habíamos visto entrar.
-No importa-contestó la niña.
Aquel día, Tonks tenía un liso cabello negro, igual que su primer día en Hogwarts. Se sentó frente a Peter, mirando curiosa su juego de Gobbstones.
-Vaya, ¿me dejas jugar?-preguntó mientras Peter medía las distancias entre dos gobbstones-Soy bastante buena.
Peter asintió con la cabeza y sacó otro juego de bolas para que jugara también Tonks.La verdad es que la niña tenía razón, jugaba bastante bien y era la única que hubiera podido igualar a Peter en el juego. James miraba fijamente como jugaban cuando se dibujó una perversa sonrisa en su cara.
-Oye, Tonks-dijo-¿Tú tienes pareja para ir al baile?
Tonks levantó la diminuta nariz mientras sonreía negando con la cabeza.
-¿Porqué no vais tú y Peter?-dijo James de nuevo-No tiene pareja.
Peter y Tonks se miraron hasta que ella asintió emocionada con la cabeza. De inmediato, la chica subió a las habitaciones a cambiarse.
-Será cuestión de subir nosotros también, ¿no?-propuso Remus.
James acceció y siguió a Remus por las escaleras mientras Peter terminaba de recojer los gobbstone y les seguó hacia los dormitorios.