CAPÍTULO 26: DINDDLIES

-No me puedo creer que halla dicho eso-dijo LIly mientras acariciaba la nuca de James sentada sobre él en una butaca de la Sala Común.
-Antes solía hacer comentarios despectivos, pero nunca pensamos que llegaría a tal punto-contestó Remus-.Creíamos que seguiría nuestro ejemplo...
-Quizás solo se ha desmadrado, tened en cuenta de que siempre acaba él perdiendo...
-Anne, eso nunca ocurre-le rebatió James-Al fin y al cabo, siempre le sacamos de los líos cuando no nos mete él en otros.
-Siempre ha sido un completo imbécil, un ignorante y un metementodo, siempre tenemos que salvar su culo de que no que queme, el muy...
-¡Sirius,por favor, cálmate!-dijo Kirsten metiéndo su mano dentro del cuenco de murtlap-No merece la pena, en serio.
-Eso es cierto, jamás llegué a pensar que ocurriría una cosa así...-murmuró Remus mirando el vacío,como era su costumbre.
-¿Sabéis?-irrupió Tonks-Lo que peor me sabe es que Hagrid siempre confió en él...y ahora ya no está.
Anne se sentó junto a Tonks, que había empezado a llorar escondiéndo su cara tras un cojín,mientras todos la miraban tristemente.
-Nympha, tranquila-dijo abrazándola-Seguro que todo se pasa pronto, Hagrid estará bien...
-Con lo grande que es lo difícil es que esté mal...Ni siquiera debe enterarse de lo que hacen el resto, los chafa y solucionado.
Los chicos soltaon una débil carcajada, el comentario de Sirius sirvió para animarles, que era lo que necesitaban.
-Bueno, ahora al menos tendrá tiempo de bautizar a todos los gatos callejeros que encuentre...Incluso podría bautizar de nuevo a James, seguro que le vendría bien un segundo nombre-rió Lily.
-Eh, Cornamenta, ¿te imaginas?-dijo Sirius soñadoramente-James Redondoso Potter...
-¿Redondoso?-preguntó su amigo extrañado.
-Sí,por las gafas esas redondas que llevas siempre...¡Cambia el modelo, antigualla!
James saltó encima de Sirius y le cogió del cuello con el brazo, ahogándolo.El cuenco de murtlap se rompió en el suelo cuando Sirius lo soltó para protegerse de James.Su cara pasó de un blanco impoluto a rosado,poco más tarde a rojo carmesí y cuando estaba prácticamente morado, Kirsten soltó un alarido.
-¡¡Redondoso, suelta a Sirius que lo ahogas!
James soltó a su amigo, que se cogía la garganta dolorosamente.
-Eres un bestia, James-le dijo Sirius-¿O debería decir Bestia Redondosa?
Sirius salió corriendo antes de que James le persiguiera por toda la Sala Común, esquivándolo a través del sofá.
-No me coges, ¿Eh, Cornamenta?-le canturreó Sirius bailando alrededor del sofá-¡Te pesa la cabeza por el tamaño de las gafas!

Sirius hizo un giro mal afortunado, tropezó con un trozo de cuenco roto y se resabaló con la solución de murtlap.James estalló en carcajadas, y se apoyó en el sofá para ver la cara de Sirius manchada en el suelo.De pronto, sintió que algo líquido chocaba en su cabeza, y algo verde espeso le caía por la cara.
-¡Eh, Canuto!-dijo desesperado por quitarse aquello de las gafas-¡te tengo dicho que los mocos voladores me ensucian las gafas!
-Es mi hechizo de contrataque favorito, Redondoso-dijo Sirius satisfecho-Mis logros son más importantes que tus gafas.
Lily alzó la vista y vio algunas bolas verdes sobrevolando la Sala Común, y vio como un alumno de primero bajaba corriendo las escaleras. Una bola de aquellas, al oír el ruido que hacía al pisar los escalones, se giró sobresaltada en el aire,sobrevoló a toda velocidad el techo y chocó de pleno contra la cara del muchacho.James, Sirius, Kirsten y Remus soltaron una risotada, pero callaron al ver la cara de Anne y Lily.
-Remus-ordenó Anne duramente-Eres prefecto, ves a socorrer al niño.
Remus se levantó incómodo, y acompañó al niño a limpiarse, que lloraba asustado mientras subían a los dormitorios.
-¿Porqué hacen eso?-preguntó Lily.
-Reaccionan a los ruidos rápidos-contestó Sirius-Siempre se quedan algunos sueltos, y atacan cuando hay movimientos bruscos.
-Hablando de movimientos bruscos-dijo Anne silenciosamente-O hacemos los deberes de pociones, o Pollack un día de éstos nos hará un movimiento tan brusco que acabaremos dentro del caldero.
-Aguafiestas-dijo James sacando sus deberes.
-Amargada-contestó Kirsten en voz baja.
-Empollona-soltó Sirius susurrante.
-Pesada-siguió Lily.
-¡¡Lilians!¡No me lo esperaba!
-¡Es que me estaba divirtiendo!-dijo la chica aburrida, sacando su pergamino y contando los ingredientes de la pocion de insomnio.
-Estás empezando a parecerte a James...O mejor dicho, a Redondoso Potter-contestó Anne esocndiéndose bajo la mesa para que James no le tirara el bote de tinta.

A la mañana siguiente todos estaban algo más tranquilos, aunque el recuerdo de Hagrid todavía les hacía sentirse apesumbrados, y ninguno quiso habalr de Peter hasta la comida.
-Yo no sé donde está, y tampoco me importa-dijo Sirius cuando James le preguntó sirviéndose un muslo de pollo.
-Quizás deberíamos ser más considerados con él.La verdad es que tiene razón-comentó Remus-siempre las paga todas él.
-¡Y siempre tenemos que salvarle nosotros, él solo se lo busca!
-James, es más débil...
-¡¡No le defiendas, te llamó sangre sucia!-explotó James ante Lily.
-¿Y qué mas dará? ¡Snape me lo llama todos los días, y ya no me importa!
-Pero Peter es amigo nuestro, Lil-le rebatió Kirsten-Se ha pasado un poco.
-Es débil, tenéis que protegerle...
-Que sea débil no significa que tengamos que ir detrás de él y perdonar todo lo que haga-le reprochó Sirius a Anne.
-Vale-contestó ella limpiándose con una servilleta-Pero por lo menos hablad con él, dadle otra oportunidad.
-Que él la pida, no pienso ir a hablar con él-dijo Sirius.
-Exacto que sea él quien hable-contestó James.
Anne miró a su plato de nuevo: por lo visto iba a ser muy complicado hacerles ver que Peter se sentía solo, que los chicos estaba siempre con ellas y ni siquiera Tonks le acompañaba. Él no era bueno juando a Quidditch, ni era tan inteligente, ni siquiera era tan guapo ni tan divertido, pero era uno más del grupo, y se sentía desplazado.O al menos, eso creía Anne.
Al terminar de desayunar salieron a los terrenos a clase de Cuidado de Criaturas Mágicas en la cabaña del guardabosques.
-Hola Kettleburn-saludó James al anciano profesor de la asignatura-¿Qué no vas a traer hoy?
-¡Buenos días!-saludó el anciano profesor-Seguiremos con los dinddlies, ayudadme a sacar las cajas.Están en la cabaña de Borus.
Los chicos se dirigieron a la pequeña cabaña del guardabosques junto con el profesor, y sacaron entre los tres dos cajas más altas y anchas que ellos mismos y con agujeros, en las que se oían pequeños ronroneos.
-Id con cuidado, sabéis que si se caen destrozarían la cabaña de Borus, y no creo que le haga mucha gracia.Además-explicó Kettleburn-si se escapan al bosque no los podremos recuperar, y quedan muy poco ejemplares.
Un ronroneo se hizo más agudo, y se oyó un arañazo contra la pared de la caja.
-Profesor, me parece que éste se ha despertado-dijo Sirius mirando con recelo a la caja por encima del hombro.
La caja empezó a vibrar, y el ronroneo se convirtió en un maullido muy agudo.
-Vale, vamos a abrir la caja-dijo cogiendo unos guantes-Recordad, no les mireis fijamente y ofrecerles un par de bolas de lana.

Sirius y James cogieron las bolas de lana enormes y abrieron la caja con cuidado. De dentro de la caja, salió un animal con aspecto de gato, solo que era más grande que un león, y eran de un color azulado. En lugar de pelo, tenía pequeñas escamas, y sus dientes eran colmillos enormes. En el final de la cola, una pequeña espera plateada colgaba, y sobre la cabeza tenía las dos orejas, erguidas. Sirius se acercó poco a poco a él con el ovillo en la mano, y le miró a las pezuñas verduscas antes que a la cara. Estiró el brazo y le ofreció la madeja de lana, esperando a su reacción. El felino emitió un pequeño rugido, y Sirius se estremeció.
-Vamos, Black¿Le tienes miedo a un inofensivo dinddlie?-se rió Kettleburn.
-A lo que tiene miedo es a que vuelva a enfadarse, le tire un chorro de agua y se le deshaga el pelo-se burló James.
-¡Redondoso, si te la tirara a tí te haría un favor y te limpiaría las gafas!-dijo Sirius descuidado.
El diddlie soltó un maullido que pareció un rugido, y abrió la boca mostrando los colmillos enormes.
-Lo siento, lo siento-se apresuró Sirius entrecerrando los ojos-Toma la lana, anda, no me mojes...
Pero el felino no parecía nada contento con lo que le ofrecía el chico, y abrió la bca de nuevo expulsando un chorro enorme de agua que dió de frente en Sirius.
-¡No!-dijo enfadado-¡He tardado mucho en hacerme el pelo! ¡¡Kirsten,ayúdame!
Kirsten estaba riéndose junto a James, pero se puso sera inmediatamente cuando Sirius la llamó.Fue apresurada y con un movimiento de varita apartó al dinddlie, echó un chorro de aire caliente sobre la cabeza de Sirius y le secó el pelo. Mientras, James estaba apoyado en la verja de la risa que tenía encima, y mientras Remus se debatía entre reírse o enfadarse, Anne y Lily optaron por seguir el ejemplo de James y reírse con él.
-Os creéis muy graciosos, ¿eh?-dijo Sirius alisándose la túnica- Menos mal que tengo a Kirsten y a Remus...
-Con Remus no cuentes,estaba preocupado por el dinddlie, si fuera por tí se estaría riendo-dijo James-Y Kirsten estaba riéndose contra tí hasta que la has llamado...
-¡Pero porque estabas muy guapo con el pelo mojado!-intentó excusarse Kirsten mirando asesinamente a James.
-¿Ah, sí?-contestó maliciosamente Sirius-¡Ahora me vengaré:dinddlie,ataca!
Pero el animal sólo miró extrañadamente a Sirius antes de lanzarle otro chorro de agua y que sus amigos volvieran a reírse de él.Sirus, furioso, se lanzó contra su grupo e intentóobligarle a abrir la boca, pero el animal huyó despavorido hacia el bosque.
-¡Black!-gritó Kettleburn enfadado-¡Encuentra a ese especímen y no salga hasta que lo traiga de vuelta!
Sirius,empapado y enfadado, corrió hacia el bosque prohibido con un gesto furioso.
-¿No se perderá?-preguntó una chica de pelo castaño recogido en una coleta.
-No, tranquila-saltó Kirsten inmediatamente-Se lo sabe de memoria:vamos juntos y SOLOS muchas veces.
-Ah-dijo la chica con cara decepcionada.
Lily sonrió ante los celos de su amiga,mientras ella se rizaba un rizo y murmuraba:"Eso quisiera ella, que se perdiera y tener que ir a buscarlo".
Al terminar la clase, Sirius todavía no había regresado, así que decidieron entrar al castillo para esperarle en el Gran Comedor.