CAPÍTULO 28: LA VENGANZA DE SNAPE II
Lily
vio cómo James y Sirius entraban en los vestuarios, y fue
directa al castillo a por su capa.Cuando entró en la Sala
Común, vio a Anne y a Remus encerrados tras una montaña
de libros, y tras dirigirles una fu gaz sonrisa subió a toda
prisa a su habitación. Cuando tuvo la capa abrochada, bajó
igual de rápido y salió por el retrato de la Señora
Gorda.
Estaba empujando de la puerta de roble para salir al
exterior cuando vio que salían un grupo de chicos de las
mazmorras con las insignias de Slytherin en sus túnicas. Entre
ellos,pudo reconocer a Snape, que se acercó con un gesto
despreciable en la cara.
-Si es Lily Evans, ¿O debo decir
señorita Potter?-dijo con una mueca y la risa de los otros
Slytherins.
-Cállate Snape si no quieres que...
-¿Que
venga el vanidoso de Potter a salvarte, asquerosa sangre sucia?.
Lily se puso en guardia, y sacó con rapidez su varita,
apuntando a Snape. Él tardó dos segundos más en
sacar las uya, pero cuando vio la cara de Snape y se giró, se
dio cuenta de que el grupo de chicos que le acompañaban la
habían rodeado.
Lily intentó mirar más allá
de las cabezas que la encerraban, pero todo el mundo estaría
ahora en la Sala Común haciendo sus deberes, en la biblioteca
o entrenando a Quidditch.
Les observó desesperada:nunca
antes había tenido un duelo, pero no iba a quedarse rezagada.
No sabía bien qué hechizo debía pronunciar e
intentó darse prisa en encontrar uno. Las manos le temblaron,
y algunos de los chicos se rieron.
-¿Tienes miedo, sangre
sucia?-dijo un chico alto y gordo-¡Porque deberías!
-¡Cállate Goyle!-dijo Snape acercándose-Esta
vez es mi ocasión...aún tengo las manos doloridas de
limpiar los calderos que Pollack me ordenó por culpa de
cruzarme con vosotros en las escaleras, Evans.
Lily recordó
la última vez que se encontró con Snape cara a cara:fue
cuando James intentó defenderla, y fue el día que le
confesó que le quería.Ella tambien había estado
castigada, pero no imaginaba que Snape le tuviera rencor por eso.
-¿Eres rencoroso, verdad, Quejicus?-dijo intentando
aparentar valentía.
-¡Cállate!-ordenó
de nuevo.
Lily negó fuertemente con la cabeza, e hizo
ademán de levantar la varita. Pero esta vez Snape fue más
rápido, la alzó antes que ella y murmuró algo
que hizo que saliera un rayo blanqucino de su varita y golpeara a
Lily en el pecho y tirándola al suelo. Lily cayó
limpiamente y resbalando por la piedra, mientras los chicos volvían
a encerrarla en un círculo.
-Dejádme en paz-dijo
ella blandiendo la varita-¡Desmaius!
El hechizo golpeó
a Snape en la cara, haciéndole retroceder, pero no tuvo el
efecto que deseaba. Levantó la mano de nuevo para dirigirle el
maleficio a Lily, que esta vez le dio de frente y la golpeó
contra la puerta, deslizándola por toda la pared. Lily sintió
la calidez de la sangre y el sabor amargo de ésta en su boca,
y un fuerte dolor de cabeza.Además, había caído
sobre su muñeca, y le dolía con fuertes pinchazos, sin
poder sujetar la varita.Miró hacia arriba y vio cómo
Snape se acercaba de nuevo, sonriendo maliciosamente.
-¿Dónde
está el buscador, Evans, dónde está Potter?
Lily cerró los ojos fuertemente, deseando que alguien la
ayudara, deseando que James estuviera allí, que se preocupara
d ebo verla, saliera del entrenamiento y fuera a buscarla...Lily
sentía la presencia de Snape frente a ella, y deseó con
más fuerza que James apareciera hasta que oyó una voz
fría tras Snape:
-¿Qué crees que haces,
imbécil?-dijo en un tono helador-¡Déjala,
estúpido!
Cuando Lily abrió los ojos vio a Snape de
espaldas, con la varita rozando su rodilla, y dos cuerpos frente a
él.
-¡Suelta la varita, Severus!-ordenó la
fría voz de nuevo-¿No me oyes, idiota?
-Tom, ¡Es
Evans!
-¿Acaso no le has oido?-dijo Malfoy, aquien Lily
reconoció de inmediato-Vamos, Severus, obedece.
Snape dejó
caer la varita junto a Lily, y ella vio como unas manos empujaban a
Snape, dejándola ver tirada en el suelo.
Malfoy y Riddle
estaban mirándola mientras la luz de recortaba a sus espaldas
y sus sombras se proyectaban en la pared de ladrillo.Tom Riddle se
acercó a ella con pasos sigilosos, y cuando la tuvo a sus pies
alargó su brazo, dejando la mano blanca, de dedos finos y
mortecinos frente a sus ojos.
-Vamos, Evans, levántate.
Lily miró a sus oscuros ojos antes de pronunciar ninguna
palabra.
-No has de tenerme miedo-dijo como adivinandole el
pensamiento-Si tuvieras un duelo contra mí, la diferencia
sería abismal, ganaría yo y me expulsarían del
colegio. No voy a arriesgarme a ello.
Lily aceptó
temblorosa su mano y se incorporó con dificultad. Tom la soltó
en cuanto se hubo levantado, y miró al gurpo de Slytherins que
todavía estaba cerca.
-A partir de ahora-dijo
susurrante-Nadie, absolutamente nadi volverá a exponer su
varita a Evans, ¿Entendido?
-Pero Tom, tan sólo es
una sangre sucia...
-¡Abott, espero que entiendas mi
idioma, porque ese será el problema más ligero que
tengas si no consigues entenderme!
Esta vez, Tom había
amenazado a un alumno, y Lily temblaba horrorizada. Deseó de
nuevo que apareciera alguno de sus amigos por allí, tal vez
James, pero Tom se giró a ella de nuevo.
-Oh, James está
entrenando, no creo que venga.Acompáñame-le dijo sin
mirarla,subiendo las escaleras-Vamos, Evans, no voy a matarte.
Tom
emitio una mueca semejante a una sonrisa, que no supo distingir entre
verdadera o falsa. Pero era mejor seguirle y acompañarle que
quedarse con Snape y sus amigos, así que subió las
escaleras y alcanzó a Tom.
Lily
se colocó junto a Tom, expectante. Caminaba mirando al suelo,
sin atreverse a alzar la vista, tenía miedo a lo que pudiera
pasar.Tom subió las escaleras y atravesó el pasillo del
cuarto piso. A esas horas de la tarde ningún alumno circulaba
por allí, ya que la biblioteca estaba dos pisos más
abajo y nadie estaba en las aulas. Los pasos secos, pausados y (al
parecer de Lily) cronometrados de Tom resonaban entre las paredes del
castillo y sólo se oia el murmullo de algunos retratos. Tom
aceleró el paso y se colocó delante de Lily, y paró
a mitad del pasillo. Se giró, sacóla varita, pronunció
un inaudible "alohomora" y abrió la puerta del aula
más cercana. Empujó la puerta y le ofreció el
paso a Lily, que entró rápidamente sin levantar la
mirada del suelo. Cuando Tom entró tras ella, cerró
fuertemente y se apoyó en la pared. Lily estaba sentada sobre
la mesa del profesor, y al fin se trevió a alzar la vista y
mirar de frente a su acompañante.En ese momento, él
cruzó los brazon sobre el pecho y se recostó todavía
más sobre la puerta, observándola detenidamente.
-Supongo que recordarás la primera vez que hablamos,
Evans-dijo con la voz fría que le caracterizaba.
Lily
prefirió no respoder. Era obvio que sí lo recordaba, y
como él ya lo sabía, no quiso decir un "sí"
por miedo a que le notara que su voz temblaba de miedo.
-El
silencio es toda una afirmación...En ese caso, Lilians,
recordarás también que te hablé de las compañías
que uno frecuentaba...
Tom la observaba ahora, caminando entre
las mesas vacías del aula.El sol estaba empezando a ponerse, y
los rayos anaranjados entraban por las acristaladas ventanas mientras
el hielo de la nieve se derretía en los alféizares.
-Sí, lo recuerdo-dijo ella al fin.
-Y dime¿Has
reflexionado sobre ello?
Lily no podía creer lo que estaba
oyendo.¿Intentaba darle clases de amistad? ¿Quién
se creía que era, acaso alguien importante y poderoso al que
tener en cuenta?
-No te estoy ordenando nada, Lilians-dijo él,
quito frente a ella-Sólo quiero saber si mis conversaciones
contigo han sido inútiles y he hecho bien en salvarte de ese
grupo de fracasados.
-¿Me hablas de buenas y malas
compañías y tú mismo llamas a tu círculo
de amistades "grupo de fracasados"?
-¿Piensas
que eso es un "círculo de amigos", Evans?-dijo esta
vez con un tono duro-Que ellos me rodeen a mí no significa que
yo quiera rodearme de ellos. Yo no tengo amigos, no los necesito.
-Siempre se necesita a un amigo-dijo ella pensativa- A no ser que
te guste estar solo...
-Siempre he estado solo, las compañías
se me hacen...amargas.-contestó él caminando de nuevo-A
no ser que sean buenas compañías.
-¿Y qué
entiendes tú por buena compañía?
-Alguien
que pueda..."darme" algo,y yo pueda "enseñar"
también.
Lily
no sabía que pensar. Recordó todo lo que había
oído de Tom Riddle durante aquel curso, y ahora lo tenía
frente a ella, y sólo parecía un alumno más.
-¿Quién tiene algo que enseñarte?-preguntó
al fin.
-Tú-respondió de inmediato-Quiero que me
enseñes cómo es vivir en la piel de un hijo de muggles,
quiero que me enseñes a percibir a la gente, quiero que me
enseñes tu mundo.Y a cambio, yo te enseñaré el
mio.
-Y ¿Cuál es el tuyo? -dijo ella sorprendida-¿Y
porqué habría de interesarme?
-Te dije en una
ocasión que para elegir, has de conocer-dijo mientras sus
pasos sonaban con el eco por toda la sala-Conoce mi mundo,mi
entorno...y elige qué quieres hacer con tu vida. Así de
sencillo.
Ahora Tom estaba frente a ella, parado, observándola
fríamente y con seriedad. A Lily jamás nadie le había
mirado de esa forma, y sintió incertidumbre ante la
proposición del chico.
-¿En qué consta eso
de "enseñar"?
-No es un contrato, ni una
promesa.Tampoco es un compromiso, ni algo regular-dijo el caminando
de nuevo y con rapidez-Sólo es...un acuerdo verbal,algo de lo
que sacaremos provecho ambos.¿Qué me dices?
Lily le
miró pensativa durante unos instantes antes de responder.
-Bueno, supongo que no pierdo nada¿no?
Tom repitió
la mueca de sonrisa en su cara antes de caminar hacia la puerta y
extener sus fríos dedos sobre el pomo.
-Entonces, ya nos
veremos, Evans-dijo empujando la puerta y cediéndole el paso
de nuevo-¡Ah!Se me olvidaba, no se lo comentes a nadie...muchos
de mis "amigos", como tú los llamas podrían
sentir celos y no quiero que se repita el absurdo ataque que se ha
producido esta tarde.
Lily asintió con la cabeza mientras
salía por la puerta.
-Espera un momento, Evans-dijo
situándose frente a ella.
Lily estuvo cerca de él
durante tres segundo, casi pegada a su cara. Al contrario de lo que
pudiera parecer, se sentía muy incómoda:no le gustaba
la visión paulatina, fría y dura de su rostro. Su
presencia le incomodaba, y el tenerle cerca le hacía sentir
inferior. Tom pareció percibirlo, y se apartó dos
milímetros, sonriendo con suficiencia. El chico alzó el
brazo y situó la mano frente a la cara de Lily, y ella temió
que fuera a tocarle.Sin embargo, Tom tan sólo pasó su
mano frente a su boca., y Lily sintió que la sangre dejaba de
manar de la herida. Se llevó la mano a la boca, y notó
que la herida había cicatrizado.Tom se apartó de ella,
sonriendo con significancia, y se alejó por el pasillo
mientras Lily se tocaba la boca una y otra vez mientras escuchaba
cómo resonaban los pasos de Tom Riddle por el pasillo.
