CAPÍTULO 33:SUEÑO
Lily
se quedó un rato parada en mitad del pasillo pensando en todas
las estupideces que acababa de decir Kirsten cuando dio un paso y
pisó sin darse cuenta el sobre que le había lanzado.
Absorta, lo miró unos instantes antes de agacharse a recogerlo
y guardarlo dentro de su mochila mientras caminaba hacia el aula de
Runas Mágicas. Sentándose esta vez en última
fila, comenzó a recordar la discusión de apenas quince
minutos antes cuando vio que Kirsten entraba en el aula.
Inmediatamente, la frase "quería demasiado a James" le
vino a la memoria. Pensó que quizás James no estuviera
pasando precisamente un buen momento desde la pasada noche y que
quizás sus amigas hubieran hablado con él y todo lo que
supieran lo hubieran puesto en aquel sobre. O quizás fuera una
carta del propio James. "¿Qué importa ahora eso?
Ahora ya no hay marcha atrás." Se dijo a sí misma,
dándose cuenta de que le estaba empezando a doler de nuevo la
cabeza, así que intentó controlarse de nuevo por
segunda vez aquel día, y se obligó a sí misma a
olvidar todo aquello hasta que fuera necesario, o hasta que tuviera
que volver a ver a James. Se contentó al darse cuenta de que
no tendría que verle hasta la hora de la comida, y que si
conseguía evitarlo ni siquiera en todo el día. Se
sintió reconfortada durante el resto de la mañana y sin
embargo, a la hora de comer, el estómago se le contrajo y
sintió que estaba sola. Ninguna de sus amigas le hablaba y
James ahora debía de odiarle. Decidió cambiar de rumbo
e ir a otro lado a descansar. Al menos, tenía toda la tarde
libre y no tenía que ir a clase. De camino hacia los terrenos
del colegio volvió a cruzarse con un grupo de alumnos de
Slytherin, sólo que esta vez salió uno del grupo y la
separó de las escaleras.
-Hola Lily- dijo sin ningún
tipo de entonación, como era costumbre en él- Adivino
que es un mal día… Vamos a dar una vuelta.
Lily
siguió a Tom Riddley por todos los pasillos hasta llegar a un
aula que le resultaba familiar. El joven volvió a abrirle la
puerta y ella entró, esta vez más intrigada que
atemorizada.
-Te diré que estoy algo sorprendido, pero
también orgulloso.
Lily vio como aquellos ojos fríos
se clavaban en ella y alzó la mirada.
-No es una cosa por
la cual sentirse orgulloso.
-Sí lo es el saber elegir las
compañías-contestó él rápidamente.
Riddley seguía mirándole fijamente sin parpadear
siquiera, esperando a su contestación, y Lily sintió la
sensación de incomodidad que tantas otras veces había
tenido cuando se veían que se vio obligada a retirar su
mirada.
-Yo sólo hice lo que creí conveniente.
El
prefecto de Slytherin la miró durante una fracción de
tiempo antes de irrumpir el silencio del aula con una sonora
carcajada. Más que una risa, sonó como el ruido de algo
roto, pero Lily no pensó demasiado en ello.
-¿Qué
es tan gracioso?-preguntó Lily molesta.
-Que has dicho
"creí conveniente", y no "creí correcto".
Lily
intentó buscarle un sentido coherente, pero no lo consiguió.
-Lo correcto, Lilians, es lo marcado por lo corriente, lo llamado
"bueno". Lo que sucede es que el "bien" ese del que tan
orgullosos se sienten algunos está dictaminado por una
corriente general que condiciona la verdadera naturaleza humana.
Porque dime, ¿quién es lo suficientemente importante
para decir qué es bueno y qué es malo? Sólo los
que tienen poder de hacerlo.
Tom caminaba en círculos
mientras hablaba, pero no presentaba una actitud pensativa. Tenía
la cabeza alta y el cuello muy erguido, la mirada fija en la pared de
enfrente. Decía todo aquello sin prisas, con cada pausa
marcada con cada respiración y parecía estar
cronometrado. Hablaba como si todo aquello lo tuviera preparado, pero
con una naturalidad espasmosa, como si lo supiera desde hace mucho
tiempo.
Más bien, como si esos pensamientos rondaran
continuamente en su cabeza y acababan de encontrar un hueco por el
que salir. Lily, al observar aquello, se asustó.
-Supongo
que nadie es lo suficientemente importante para distinguir entre bien
y mal-contestó ella-Pero lo bueno debe ser aquello que no
causa daño a nadie. El mal, por el contrario, siempre acaba
haciendo daño a alguien más, aunque llegue a ser
divertido.
-¡Oh, vamos! No vayas por ahí…las
conversaciones sobre el bien y el mal son tan filosóficas que
llegan a ser aburridas.
Tom se dio media vuelta y metió
las manos en los bolsillos. Avanzó hacia la puerta y volvió
de nuevo hacia atrás, donde se encontraba Lily todo el rato.
-Bueno, entonces ¿qué se supone que he de contestar
a eso?
Riddley la miró e hizo un amago de sacar las manos
de los bolsillos. De la fricción con la varita en sus
bolsillos Lily pudo ver un pequeño destello verde.
-No
intentes diferenciar ambos bandos. Simplemente has de elegir el que
más te atraiga. Y que te proporcione el poder. Ahora he de
marcharme…Quizás hablemos otro día, antes de lo que
esperas.
-Apareces siempre cuando menos lo espero.
Tom no
pudo oír aquello último porque salió del aula y
cerró la puerta con un golpe seco. Lily corrió a la
ventana y vio cómo subía hacia la lechucería.
Igual de desconcertada que en otras ocasiones, Lily fue hacia la Sala
Común sin cenar siquiera.
Cuando llegó, advirtió que la Sala Común estaba vacía y se sentó en uno de los butacones frente a la chimenea y abrió la mochila en busca de su varita para encenderla. Mientras la sacaba, el sobre que Kirsten le había lanzado aquella mañana resbaló y cayó sobre su re ga zo. Tras pensar seriamente en abrirlo o no, decidió ra sgar el sobre. Dentro había un trozo de pergamino y una foto.
¡Hola
Lily!
Como habrás comprobado, te has sentado al lado de
Remus para que nosotras pudiéramos escribirte. Ya sabemos que
no es necesario, pero hemos imaginado que después de lo de
James necesitarías algo de ánimo. Después de
hablarlo entre nosotras y con Sirius y Remus, ninguno de nosotros
pensamos interponernos ni actuar a favor de ninguno de los dos, y que
decidas lo que decidas, siempre estaremos contigo…
¿Recuerdas
la foto que nos hicimos la primera vez que nos conocimos? Fue el
verano que íbamos a empezar en Hogwarts, en el Callejón
Diagon, y Anne acababa de comprarse una cámara con el dinero
que sus padres le dieron por su cum pleaños. Ayer, Anne
rebuscó entre su baúl y la encontró, y ahora te
la damos para que cada vez que te sientas triste, recuerdes que
estamos contigo.
Con cariño: Kirst y Anny.
-Lo…lo
siento mucho, no sé que me ha pasado- balbuceó Lily al
fin- De veras que yo…
-No importa, y por favor… ¡DEJA
YA DE LLORAR!- dijo Kirsten soltándose de Anne- O nos
pasaremos aquí la noche estrujadas por Anne.
Anne se sentó
sobre el posabrazos del sofá y se secó las lágrimas
con la túnica de Kirsten. La chica, con cara de desagrado,
tomó la foto y al verla, su cara de molestia se acentuó.
-¿Qué ocurre, acaso te dejaste ese día un
rizo por peinar?-preguntó Anne con sorna.
-No es eso, yo
salgo perfecta. Eres tú, ¡Tienes el flequillo
desordenado sobre los ojos y parece que estés bizca!
Anne
no esperó a contestarle y le lanzó a la cabeza la
mochila de Lily, con la mala fortuna de que cayó un libro y le
golpeó en la cabeza.
-¡AU!-gritó dolorida-
¡Ya es el segundo libro que me da hoy en la cabeza!
-Bueno,
al menos no te ha dado una colleja-dijo Lily riéndose- ¿Estás
bien?
-Sólo un poco mareada…Eh, Lils, abre la ventana
que hay una lechuza.
Lily se levantó, abrió la
ventana y dejó entrar la lechuza. El ave entró
revoloteando y dejó caer un pergamino sobre Kirsten.
-Es
de Sirius…dice que esta noche me encuentre con él en el
lago. Voy a contestar y… ¡EH, ESPERA!
La lechuza hizo
caso omiso al chillido de Kirsten y salió revoloteando de
nuevo por la ventana.
-Ahora tendré que ir yo misma a la
lechucería con el dolor de cabeza que tengo por culpa del
golpe…
-No hace falta- le dijo Lily- Blancoso puede llevar la
carta a la lechucería por ti. ¡Blancoso!
Nada más
llamarlo, el pequeño y peludo gato blanco apareció
caminando y se retorció entre los pies de su dueña.
-¡Cada día es mas mono! -Dijo Kirsten colocándole
la contestación en el collar- Corre, gatito.
Blancoso
salió correteando de la Sala Común mientras un grupo de
alumnas de primera murmuraban "OOOHHHSSS" desde sus mesas.
-Será
mejor que suba a cambiarme si he de ver a Sirius, y luego bajaré
escondida con algunos alumnos.
-Pues yo me voy a dormir- dijo
Anne bostezando- ¿Vienes, Lily?
-No, voy a esperar a que
vuelva Blancoso.
Las chicas se despidieron y subieron a las
habitaciones mientras los alumnos terminaban de recoger sus deberes
de las mesas y Lily se acomodaba en el butacón. Entre dos
alumnos, Lily vio pasar a Remus y le gritó para que se
acercara.
-Remus, siento haberte hablad así esta mañana,
tenías razón. ¿Oye, te encuentras bien?
Lily
observó la extrema palidez de Remus, y cómo le dirigió
una de sus cansadas sonrisas.
-No importa -contestó- LA
verdad es que no me encuentro demasiad bien. Lula llena, ya sabes.
-¡Oh! Lo había olvidado. Bueno, espero que no lo
pases muy mal hoy.
-Gracias- le dijo Remus- Me voy que me espera
la Señora Pomfrey… ¡Hasta luego!
Remus
hizo un gesto de despedida con la mano y se dirigió
rápidamente hacia el agujero del retrato. Algunos alumnos
terminaron de recoger sus cosas y subían a sus habitaciones.
Lily decidió esperar media hora más a Blancoso y
después se iría a la cama, así que se acomodó
todavía más en el butacón. Antes de lo esperado,
Lily se quedó dormida sobre la butaca y la Sala Común
se quedó totalmente en silencio a excepción del
crepitar de las llamas en la chimenea. De pronto, se oyó un
ruido repiqueteante, pero Lily seguía dormida.
-¿Quieres
no hacer ruido?-dijo una voz susurrante- ¡Lily está ahí!
-¿Lily?-contestó otra voz.
De la nada, una
cabeza asomó flotante sobre las escaleras sin cuerpo ninguno.
-Sí, Lily, ¿o además de imbécil estás
sordo Cornamenta? Venga, vámonos.
-No, espera un par de
segundos.
El cuerpo de James apareció bajo su cabeza
cuando apartó la capa invisible, y caminó con cuidado
hacia el butacón donde Lily dormía plácidamente.
James se acercó a ella por la espalda y extendió el
brazo, sin llegar a tocarla. Poco a poco y con miedo a despertarla,
estiró los dedos y acarició suavemente un mechón
pelirrojo.
-Hace tan sólo un día que la tenía
tan cerca y ahora parece que nos separen miles de Km.
Sirius se
quitó la capa invisible y se colocó al lado de James,
viendo cómo su amigo acariciaba a Lily.
-No pienses ahora
en eso, tenemos que ver a Remus…
-¿Cómo te
sentirías si Kirsten te dijera de un día para otro
prefiere olvidarlo todo y necesita conocer "otras cosas" por
culpa de un estúpido prepotente que a saber lo que le ha
contado?-le cortó James con dureza.
Sirius fijó la
mirada en el suelo, pensativo.
-Supongo que muy mal. Pero ahora
no es momento de eso -dijo Sirius colocándose la capa de nuevo
y desapareciendo- ¡Vámonos!
James vaciló
antes de acercarse muy cerca de Lily, casi rozándole con la
nariz. La mano de Sirius apareció de la nada y le apretó
para que se apresurara, y James se apartó bruscamente. Se
cubrió con la capa y la Sala Común volvió al
silencio.
