CAPÍTULO 37:ENCUENTROS EN LA BIBLIOTECA
Justo cuando llegó a la entrada de la biblioteca, vio cómo salían Anne y Lily por ella, seguidas de la señora Pince. Al ver a la bibliotecaria, James intentó reprimir un gesto de asco, pero recordó a tiempo que llevaba una capa invisible y dejó a los músculos de su cara actuar como quisieran.Mientras, las chicas, ajena a su presencia, parecian discutir con la señora Pince. Siempre atacada de los nervios, la bibliotecaria las empujaba hacia los pasillos que por la hora que era ya estaban oscuros, y encendió a toda prisa su varita.
-¡He dicho que no espero media hora más!- decía con una voz extremadamente aguda- La bibioteca tiene unho-ra-ri-o que no hace excepciones con ningún alumno.
-¡Pero señora Pince, tenemos los ÉXTASIS en pocos meses!- decía Lily mientras sujetaba una pila de libros entre sus brazos- Y Anne es delegada, y premio anual...
-¡He dicho que no!- contestó ésta con los ojos cerrados fuertemente, y elevando la voz.
Anne miraba a la una y a la otra esperando a que finalizara la conversación, y sin mucho interés aparente en seguir estudiando por más tiempo.
-Vámonos, Lily, estoy cansada, y de verdad, si sigo estudiando me va a dar un colápso nervioso.
-¡NO!- dijo de pronto Lily, más por cabezonería que por interés de estudio- Estaba a punto de encontrar una cosa y es necesario que nos deje media hora más...
-¡Repito, señorita Evans: La biblioteca tiene un ho-ra-ri-o! Por cierto, ¡No ha cogido este libro com un préstamo!- dijo la señora Pince cogiendo el libro que Lily tenía má arriba en la pila que sostenia- Vuelvan mañana y...¿qué es eso?
La señora Pince se detuvo en seco y giró súbitamente, colocándose a espaldas de las chicas, y justo enfrente del invisible James. Empezó a moverse despacio, con la mirada en vilo, y observando cada rincón del pasillo de reojo. Las chicas se miraban entre sí, murmurando en voz baja. Al fin, Anne se acercó por detrás de la mujer, y le dio un suave golpe en el hombro. La señora Pince se giró sobresaltada, y Anne se echó hacia atrás ante la sorpresa de la bibliotecaria.
-Esto...me preguntaba si...¿necesita ayuda?
-¿Ayuda?¿yo?- dijo ella nerviosa-¡No, qué cosas tienen! Es que simplemente, me había parecido notar algo...o alguien.
James se apretó institivamente a la pared,haciendo que sonara un leve crujido con la túnica. Ésta vez, no sólo lo había oído la señora Pince, Lily también lo había notado, y estaba fijándose entrecerrando los ojos.
-¿Ha dicho alguien?-dijo Anne susurrando, y con un leve temor en la voz.
Sin embargo, James notó que Lily había relajado la cara, y que hacía movimientos extraños con la boca. Intrigado, se movió hacia ella esquivando a la señora Pince, que seguí olfateando el aire como un perro sabueso, y se situó tras Lily. La chica daba vueltas alrededor del pequeños espacio, moviendo la boca. James se acercó todavía más sin ser suficiente como para entenderla. Cuando Anne se giró con gesto de hastío, oyó un susurró trasél:
-¡Vamos, no te escondas, James!
James comprendió que Lily le habñia descubierto, y que ésos extraños movimientos con la boca eran una señal para llamar su atención. Se acercó vigilando que la señora Pince no mirara, y cogió entre sus dedos un mechon del pelo de Lily, levantándolo. Mientras ella sonreía con aire de satisfacción, Anne la miraba perpleja.
-Lily, tu, tu, pelo, tu pelo...
Al oír esto, la señora Pince girño en rotundo, y James dejó caer el pelo de Lily sobre sus hombros.
-Anne, ¿porqué no te vas adelantando? Yo pasaré antes por el lavavo del segundo piso.
Anne, atónita, accedió con la cabeza y fue hacia la torre de Gryffindor tras la señora Pince.
-¿Cómo lo has descubierto?
James acababa de quitarse la capa invisible, y tenía frente a él a Lily riéndose, con los brazos cruzados sobre el pecho y la pila de libros en el suelo.
-Bueno, cuando la señora Pince ha dicho que notaba a alguien, he tenido la súbita idea de que eras tú-Al decir esto, Lily enrojeció hasta las orejas. Aquello podría hacer pensar a James que ella pasaba el día pensando en él, y no quería siquiera ni insinuarlo. -¿Qué haces por aquí?
-Bueno,la verdad-contestó él armándose de valor- Tenía la terrible duda de saber si tú y Tom...ya sabes.
-¿Ya sé el qué?
-Si tú y él...¡Vamos, no me hagas decirlo!
Lily miraba totalmente confusa a James. Quizás esperaba una confesión declarada al instante, pero si él estaba insinuando que ella y Tom estaban juntos, no era precisamente lo que más ilusión le hacía.
-¿Porqué no vamos a dar una vuelta?
Lily se cubrió con la capa invisible, y cubrió también a James. Sin decir ni una palabra, caminaron juntos bajo la capa,pegados el uno al otroa. Jame sno sabia si detenerse esperando una consetación, o seguir hacia donde Lily le llevaba. Decidió no estropear más las cosas y dejarse llevar por las egundo opción. Lily seguía caminando sin rumbo fijo, hasta que tropezaron justo delante del retrato de la Señora Gorda. Atravesaron el agujero, y se quitron la capa en al Sala Común, ahora desierta y con algunos papeles y bolas de pergamino tiradas por el suelo. Lily se apartó con brusquedad de James y fue directa a la ventana, la abrió y se asomó, buscando un refujio donde pensar qué decirle a James. Pero ese tiempo no duró mucho, porque el chico se puso a su lado y sacó la cabeza por la misma ventana. Impaciente, James tamborileaba con los dedos en el alféizar, mirando a Lily sin ningun disimulo.
-No, no estoy con Tom-dijo ella al final, con valentía- Sólo hablamos de vez en cuando, nada más.
James suspiró de alivio, y le dijo a Lily que le había quitado un gran peso de encima, ya que él pensaba lo contrario.ç
-¿Y por eso te preocupas?- contestó ella divertida-¡No es tan interesante mi vida privada!
-Para mí todo lo que tu hagas tiene interés especial.
Lily odió que lo dijera de aquella amenra,sonriendo, revolviéndose el pelo. Lo odió porque le parecía encantador, y conforme avanzaba el tiempo, tenía el presentimiento que James iba a pedir que volviera con ella, algo que esperaba y temía a la vez, y aquel parecía ser el momento idóneo.
-¿Recuerdas la ventana Lils?- le preguntó él- Aquí fue donde nos besamos por primera vez.
"Qué recuerdos"- pensó ella para sí misma mientras el aire de la noche le daba en la cara.
-¿Qué recuerdos, verdad?- susurró James, leyéndole la mente.- ¿No has pensado desde que tú y yo ya no estamos juntos que deberían haber más recuerdos?
-¿Qué intentas decirme?- murmuró con dificultad Lily, imaginando la respuesta.
-Pues que creo que fue un error dejar las cosas a medias, y que deberíamos volver a intentar lo que teníamos. Verás- siguió James girándose, y colocando su cara muy junta a la de Lily. Aquella situación le era demasiado familiar y el olor que el chico desprendía podía con su aguante moral- Si tú me dejaras...si tú me dejaras, las cosas no serían como antes, ya lo sé, pero serían mucho mejor que antes, Lily, te lo prometo.
Petañeó tres o cuatro veces antes de mirar a James directamente a los ojos. Tenía al chico que había odiado durante seis años frente a ella, diciendo las palabras que oyó durante meses atrás y que en los pasados había echado tanto de menos. Sentía que el tiempo volvía a pararse alrededor de los dos, que entre ellos había una fuerza que los atraía y que sentía que sobraban las palabras. Sentía Lily tantas cosas juntas en aquel momento... que no sabía que hacer. Aterrada, abrió los ojos varias veces antes de reaccionar tal y como lo hizo: sonrió tímidamente durante lo que le pareció un minuto eterno, le dio un beso en la mejilla y salió corriendo en dirección ala habitación. Al llegar, se metió en la cama sin dejar que Anne le preguntara qué había pasado en el pasillo. Se recostó sobre un lado de la cama, apretó los ojos con fuerza y se durmió lo más pronto que pudo.
-¡¿Qué hiciste qué cosa! ¡No me lo puedo creer!
Kirsten parecía que se atragantaba con la tostada que tenía en la boca. Lily se alegró de que a la mañana siguiente fuera sábado, porque así el Gran Comedor estaba prácticamente vacío a aquellas horas y nadie podía escuchar cómo Kirsten gritaba como una posesa. Levantó la ceja en señal de disgusto con el chillido de su amiga, y bajó la cara al comprobar que, como ella había supuesto, los pocos alumnos que estaban desayunando tan temprano se giraban para ver qué ruido era aquel.
-Baja la voz- le reprochó Anne con dureza- No hace falta que se entere todo el colegio.
-¡Ha estado los últimos meses llorando por las noches, poniendo cara de tonta cada vez que le veía, lamentándose de haberle dejado! ¿Cómo quieres que me calle si salió corriendo?
-¡Pero es asunto suyo, no hace falta que te alteres!
Kirsten miró de soslayo a Anne antes de murmurar algo por lo bajo. Por extraño que pareciera, Lily estaba totalmente de acuerdo con Kirsten: había actuado como una completa imbécil. Realmente, no sabía qué cara habría puesto James al salir corriendo como una cobarde, pero esperaba que no se enfadara demasiado, porque ella realmente le quería, aunque no fuera capaz de admitirlo. Sin embargo, Kirsten parecía que lo entendía a la perfección, y le reprochaba entre grititos agudos y miradas reprobatorias lo mal que actuó la pasada noche.
-Lo peor de todo será ahora aguantar otra vez a James, ¡ O a Sirius! Porque estará todo el día pendiente de los comentarios que haga él y aconsejandole y yo tendré que pagar con todo...
-¡Lo peor de todo es escuchar como te quejas, Kirsten!-estalló Anne cansada- ¡Cállate de una vez, estás insoportable!
Kirsten enmudeció al instante. Miro durante un instantes al techo, algo más soleado por el clima de abril, y ladeó la cabeza un rizo de su frente y se puso a darle vueltas con un dedo. El repiqueteo de sus pulseras encandiló a Lily todo ese momento, que pensaba sin parar, una y otra vez, en el desastre de la noche anterior.
-Yo no me noto cambiada- irrumpió Kirsten al fin, poniéndose recta de nuevo.-Quizás sea el cambio de estación.
-O quizás sea Sirius.-dijo Anne mientras miraba en dirección a la puerta. De pronto, sonrió embobada, y advirtio que Remus entraba hacie el comedor, alisándose la camisa muggle que llevaba puesta.
-Buenos días- dijo con aspecto cansado mientras se sentaba junto a Kirsten-¿Qué pasa?
-Estamos discutiendo sobre el estado mental de Lily.¿Tú que dices, la sensata y tenaz Lily Evans o la imprdente, estúpida y ñoñosa Lily que deja pasar las oportunidades más importantes de su vida, entre ellas el amor y romanticismo de una pareja que podía hacerle feliz y cariñosa, y sensual y...?
-¿Quieres dejar de pensar en Sirius?- le calló Remus mientras le metía otra tostada en la boca-Creo que Lily no se siente especialmente atraída por el mundo de color de rosa y de empalago que tú y Sirius compartiis.
-Se refiere a James- contestó Lily sin ánimos de reírse- Cada día estoy más tonta.
-No te lo discutiré- murmuró Kirsten con aires de suficiencia.
-Pues ¡Cállate!-soltaron todos a la vez.
