CAPÍTULO 39: "SÓLO QUERÍAS ADEPTOS"

-¿Estás bien?¡Dime algo! No contesta, Anne, ¡No contesta!

-¿Cómo no va a contestar?¡Háblale más alto!

-Nunca se duerme hasta tan tarde...¿crees que se encuentra bien?

Lily percibió algo de luz a través de los ojos, pero no los abrió.

-¡LILY!- gritó Kirsten a su oído-¡Despierta! ¡Anne, no se despierta!

Lily abrió los ojos, despertando al fin, y un rayo de luz le inundó por completo. De desperezó con tranquilidad, y vio a Kirsten a dos centímetros de su cara, mirándole expectante.

-¿Era necesario que chillaras tanto?-le preguntó Lily mientras de frotaba los ojos con las manos.-¿Qué hora es?

-Es una hora muy tarde- contestó Kirsten, sin salir de su cama- ¿porqué te has despertado tan tarde? Ya es casi la hora de comer.

Lily entre abrió los ojos, aún molesta por la luz que entraba a través de la ventana de su habitación. Entre los doseles de su cama,. Vio como Anne metía algunos libros en su baúl. Acercó la mano hasta el reloj que estaba encima de la mesilla de noche, y comprobó por sí misma que casi eran las dos de la tarde.

-¡Qué tarde es!- exclamó sorprendida.-¡Deberíais haberme despertado antes!

-¡Para un día que duermes! Si todos los días andas estresada, entre el horario, los deberes, las clases, los deberes, actividades extraescolares, y los deberes...

-Has repetido tres veces los deberes, Kirsten- le corrigió la voz de Anne desde el fondo de la habitación.

Kirsten puso los ojos en blanco, y continuó como si no hubiera dicho nada.

-¿Qué hiciste ayer para despertarte tan tarde?

Se escuchó un pequeño zumbido, de tan solo un segundo. Lily hizo memoria sobre el día anterior. Recordó la comida en el Gran Comedor, la tarde entera con Anne en la biblioteca, al llegar a la Sala Común, la conversación de pronósticos de futuro con todos los chicos...y ¡Zas! De nuevo aquel zumbido.

-¿Ayer?- se preguntó Lily en voz alta, aturdida aún por las horas de sueño-Ayer no hice...

Esta vez, el zumbido fue algo más fuerte, acompañado de una ráfaga de algo que cruzó la habitación. Entonces, Lily lo recordó todo, y una sonrisa se dibujó en su cara. Pero ni Kirsten ni Anne lo notaron, porque miraban absortas el aire de la habitación, hacia uno y otro lado. Y de nuevo, ¡Zas! Aquella cosa pasó frente los ojos de Kirsten, que bizqueó tres segundos. Frunció el ceño, molesta.

-¿Qué es eso?

Pero a nadie le dio tiempo a contestar, porque el zumbido y aquella cosa pasó otra vez delante de sus narices y la cogió la vuelo. Kirsten miraba embobada la pequeña snitch que tenía entre sus dedos, y que forcejeaba por liberarse.

-Oh, gracias por cogérmela- le indicó Lily cuando, sin más explicación, tomó la pelota con su mano, y la guardó en una pequeña caja dentro de su baúl.

-¡Eh!- se sobresaltó Kirsten, inclinándose hacia delante-¿porqué tienes tú esa snitch? Y...¿de qué te ríes?

Esta vez, también Anne se asomó por la cama adoselada, intrigada y con curiosidad, se sentó al lado de Lily.

-¡Es de James! ¡Esa es la snitch de James!- prorrumpió Kirsten en alaridos-¡Te la ha regalado, te ha regalado su snitch! Eso significa que...

-¡Cállate!- le interrumpió Lily mientras se sonrojaba hasta el último rincón de su cara- ¡Eres una cotilla!

-¡Menos mal!¡Cómo me alegro que volváis a estar juntos!- proseguía Kirsten, extasiada, incluso más que Lily. Anne la miraba con una mezcla entre incredulidad y escepticismo- ¡Es maravilloso, sencillamente genial! Eso significa que...

-Te ilusiona más a ti que a ella, Williams- murmuró Anne con perplejidad- Yo también me alegro por ti.

Lily miraba a sus amigas, agradecida y todavía aturdida. Kirsten no dejaba de gritar de aelgría.

-¡Eso significa que ...!

-¡No significa nada, Kirsten!- gritó Anne harta de su comportamiento infantil-¡Deja de chillar como una cría, a ti no te incumbe!

-¿¡Quieres dejar que termine la frase de una vez?- chilló molesta Kirsten.- ¡Eso significa que no tendré que soportar más increíbles y soporíferos discursos sobre "hablar o no con James sobre nosotros!

Pero Kirsten no terminó la frase, porque recibió tal almohadazo que la tiró de la cama.

Ahora que estaban en las vacaciones de pascua y que Lily volvía a estar con él, a James se le olvidó por completo las montañas de deberes, la proximidad de los ÉXTASIS, las caras de amargura por los exámenes y demás, y sólo veía alegría a su alrededor con una expresión estúpida permanente en la cara. Par sus amigos no pasaba por alto aquello, que se reían cada dos por tres de él.

-¿En qué pequeña mariposilla del amor te estás fijando ahora, Cornamenta?-Le dijo con rintintín Sirius cuando le sorprendió mirando embobado un tramo de césped.

-En ti, precisamente- salió James del apuro-La expresión de mariposón que tienes estos últimos días es más que llamativa. Vamos a tener que llamar a Kirsten para que te haga todo un hombre, que parece que te tenga algo descuidado.

Remus levantó la vista del libro por primera vez en toda la tarde para soltar la carcajada más sonora de la que fue capaz.

Sirius se tumbó de nuevo, rendido bajo la sombra del árbol y abrió un libro por una página al azar, haciendo ver como que estudiaba.

-No está Kirsten para que yo le pida ningún tipo de favor- dijo en voz baja, como si fuera un secreto.-Últimamente está de lo más estúpida. Creo que pasa de mí.

-Eso lo hacemos todos- añadió sin darle importancia James-Ya se le pasará.

Pero a Kirsten no se le pasaba el mal humor. Era algo permanente, y cada día que pasaba estaba más insoportable. Lily y Anne lo comprobaban cada tarde, cuando estudiaban.

-¿Qué hacen esos estúpidos Slytherins ahí?-dijo Kirsten mientras miraba a un grupo de Slyherins en la biblioteca, entre los que se encontraba Tom.

-Bueno, serán todo lo Slytherins que tú quieras, pero tienen todo el derecho del mundo a estudiar- dijo Anne sin dejar de copiar en su pergamino.

Lily bajó la mirada, sin querer contestar. Y esperando a que Kirsten no advirtiera la presencia de Tom. Siempre que se encontraban, Kirsten le miraba absorta, como pensando en algún mal golpe. Al parecer, las precauciones de Lily no fueron suficientes, porque Kirsten alzó el brazo para retirarse un rizo de la cara, y absorta con el tintineo de sus pulseras, se quedó mirando fijamente a la figura de Tom. Que hacía sus deberes, distraído. Los ojos de le fruncieron, y Anne le cogió del brazo, viendo venir el hecho. Tom advirtió que le miraba, levantó la cabeza y cerró sus libros. Se levantó, y abandonó la biblioteca.

-Vaya, pensaba que ibas a matarlo antes de que se levantara- dijo Anne volviendo a lo suyo-.

-A mí no me ha hecho nada- dijo para sorpresa de Lily y Anne- No tengo nada contra él.

-¡Pero si le odias!- exclamó Anne, alarmada.-Pones unos ojos muy raros.

-¡Estoy cansada de tus reproches, de los gritos de Lily y de este montón de absurdos deberes que no entiendo!- gritó nerviosa, tirando los libros al suelo-¡Sólo quiero que se acaben los exámenes ya, y que me dejen tranquila!

Kirsten, con la cara blanca, salió de la biblioteca desparramando los libros que pillaba a su paso y se dejó todo su material allí.

-Pobrecita- dijo Lily-Le hemos calentado tanto la cabeza con los exámenes que creo que se lo está tomando demasiado en serio.Podría ser eso. Además, si te das cuenta, le entran los ataques con más frecuencia desde que se aproximan los ÉXTASIS.-admitió Anne- No sabía que fuera tan susceptible ante el estrés.

-Sí...además, está Sirius. No le ayuda nada a la hora de estudiar, debe estar saturada de presión. ¿Recuerdas cuando hace dos años, en los TIMOS, rompió el tintero en clase de McGonagall de los nervios?

-Recuerdo más la cara de McGonagall- se acordó Anne mientras soltaba un suspiro- Se creyó que era una broma.

-Y menuda broma, tardó un mes en quitarse las manchas blancas de tinta del moño-rió Lily en voz baja-James no paraba de decir que parecía una cebra, con el pelo a rayas...

-¡¡LES TENGO DICHO QUE NO SE RÍAN EN LA BIBLIOTECA, EVANS!-gritó la señora Pince apareciendo por su espalda, cogiendolas por las orejas y obligando a recoger sus cosas entre aullidos de dolor. -¡¡A LA PRÓXIMA QUE LAS PILLE HACIENDO LO QUE NO DEBEN EN LA BIBLIOTECA-dijo sacándolas a la fuerza de allí-¡AVISARÉ A DUMBLEDORE DE TODO LO QUE HACEN!

-Sí, hasta nos abrirá un expediente...-dijo Lily recogiendo sus libros desparramados por el pasillo.

-Como a Kirsten- le advirtió Anne.

-Por lo menos a Kirsten le tiene un respeto, deberíamos empezar a parecernos a ella.

-¡Ni lo sueñes!- le rebatió Anne con dramatismo-El rubio no me queda nada bien...

Y mientras se imaginaban a sí mismas con la cabeza llena de rizos, fueron a buscar a su amiga, que a saber dónde estaría escondida esta vez. "Quizás gritándole a las lechuzas..."-pensó Lily carcajeándose.

Ya el último viernes de las vacaciones de pascua, los chicos accedieron a regañadientes a ir a estudiar con Anne, Lily y Kirsten a la biblioteca. Tras sentarse detrás del grupo de Slytherin, como hacían habitualmente, sacaron los libros con desánimo y mojaron las plumas en los tinteros.

- A mí esto me satura, se me infla el cerebro-soltó Sirius lanzando el libro sobre la mesa, y provocando que con el ruido se giraran algunos Slytherin-No lo soporto.

-Ni yo, pero es lo que toca-le increpó James-Y baja la voz, que te está oyendo toda la biblioteca, y ya tenemos bastantes problemas como para que los Slytherin se enfaden un rato.

-¿Eso ha sido Potter reprimiendo a Sirius por no estudiar?-dijo Kirsten, poniéndose una mano en la oreja y con un tono que rozaba entre la ironía y el sarcasmo.-¡Ahora pensarás invertir tu tiempo en algo útil!

-Pues sí, voy a hacerlo-Levantó una mano, cerró el libro y lo guardó en su mochila- Porque cada vez que alguien abre la boca, tú saltas, y estamos ya un poco cansados. Así que a invertir mi tiempo me voy. ¿Vienes a entrenar, Hocicos?

Sirius miró a Kirsten y a James de hito en hito. No sabía que decir.

-¡No hemos entrenado en todas las vacaciones!-le reprochó James.

-¡Estudiado tampoco y queda muy poco tiempo para los exámenes!-saltó Lily elevando la voz.

James desvió la mirada para ver si habían molestado a la señora Pince, pero ésta siguió ordenando libros en el quinto pasillo, sin haber oído nada. Ahora, todos miraban a Kirsten, esperando una contestación. La chica levantó la mirada de su pergamino, miró desdeñosamente a Sirius, y profirió un bufido en señal de aceptación. Los chicos recogieron sus cosas sin ningún cuidado de no hacer ruido y salieron en busca de sus escobas. Para sorpresa de las chicas, también se levantó Remus.

-¿Dónde crees que vas?-inquirió Anne sujetándole por el puño de la túnica-Tú no entrenas a nada.

-No, pero son las seis, y me toca el turno de vigilancia. Ser prefecto tiene inconvenientes.

Ya habían pasado dos horas y la tarde no era nada constructiva. Lily sólo se había dedicado a pasar apuntes a pergaminos en limpio, Anne se enfrascaba memorizando reglas de primer curso que no recordaba y Kirsten llevaba toda la tarde para hacer la misma redacción.

-¿No crees que si buscas información la acabarás antes?- le dijo Anne al fin, cuando vio que la chica de enredaba un rizo con la pluma- Lily acabó la suya gracias al volumen de "las revoluciones élficas a lo largo de la historia"

-Me lo podrías haber dicho antes- dijo la chica con un soplido de hastío- Voy a preguntar a la señora Pince.

- No hace falta, estaba utilizándolo yo,- le contestó Anne- Debe estar por encima de la mesa.

Kirsten apretó la mandíbula enfadada, como si ejerciera un control sobre sí misma, y Lily, antes de ver otro de sus enfados, se decidió a ir a busca otro volumen del mismo libro mientras ellas buscaban el otro entre las montañas de libros sobre la mesa. Lily fue hacia el pasillo que estaba tras ellas, y mientras buscaba en la tercera estantería, las oía discutir en voz baja:

-...Claro, es que si dejaras las cosas en su sitio!después las encontraríamos!

-¿Me estás llamando desordenada?- Lily percibió cómo Anne se exasperaba, aunque no pudiera verle-¡Si tú nunca tienes nada en su sitio, siempre hay que ir detrás de ti!

Lily cambió de pasillo, con el murmullo de el reto de alumnos estudiando y algún que otro rasgueo de páginas. Pronto se adentró tanto en la biblioteca que sólo oía sus propios pasos resonando en el suelo. Cuando llegó a la estantería adecuada, paró, miró unos minutos en busca de el libro, y lo encontró. El lomo del ejemplar rezumaba un verde chisporroteante, aunque no hacía ningún sonido. Miró hacia uno y otro lado, por ver si alguien la seguía, o buscaba el mismo libro, pero falló, y se vio sola en mitad del pasillo. Cuando sacó el libro de la estantería, dio un enorme salto hacia atrás, asustada. Al otro lado de la estantería, tras el libro, vio un par de ojos con un destello rojizo. El libro de los elfos más tres o cuatro cayeron al suelo mientras el par de ojos rojos desaparecía. Lily comprendió demasiado tarde de qué se trataba cuando apareció la figura de Tom al borde del pasillo.

-¿Asustada?-dijo en un susurro casi inaudible.

-No, solo es que...me has dado un susto de muerte-dijo ella tratando de disimular mientras se agachaba para recoger los libros del suelo.

-Ah, creía que estabas acostumbrada a mis encuentros.

En el tono de voz de Tom había cierto deje de rencor, pero Lily no hizo demasiado caso a aquel presentimiento y se concentró en amontonar los libros y salir lo más rápido posible de allí. Cuando se levantó y le vio de frente, sintió cómo el sudor le corría por la frente, y las manos le resbalaban. Temió que los libros cayeran al suelo de nuevo, así que los aferró con fuerza.

-Me voy, tengo prisa...

Lily aceleró la marcha, pero la mano de Tom se cerró en torno a su muñeca.

-¿Intentas...huir de mí?

-¿Huir?- mintió Lily.- No, ¿porqué habría de hacerlo?

-Tenía la ligera idea de que en estas dos semanas huías de mí. Perdona si me he precipitado en mis conclusiones- dijo mientras tiraba de ella hacia otro pasillo.-Pero como tú y James estáis...bueno, vosotros sabéis cómo estáis, tenía la ligera impresión de que pensarías que esa idea no me gustaba nada, y que por eso huías de mí, por miedo a qué podía decirte.

-Ah, ya.-Lily no sabía qué decir. Todavía estaban muy adentrados en la biblioteca, y dudaba que si chillaba alguien pudiera oírle. La verdad, es que respecto a James, no espero que me digas nada. Para ser sinceros, no quiero seguir hablando contigo.

Se arrepintió al momento de decir aquello. Tom se paró frente a ella, y la miró fijamente. Tenía los músculos tan tensos, la cara tan contraída, la mirada tan furiosa, que Lily creía que iba a explotar.

-Has decidido...¿Ir con él., seguir su camino?-dijo en un murmullo contenido- ¿Piensas pasarte toda tu vida aferrada a quien no puede darte poder, ni hacer de tu vida algo mejor?

-¡Yo no busco poder, suéltame!- forcejeó lily con su muñeca, pero no se soltaba. Para alivio suyo, pudo oír a Kirsten tras el pasillo más cercano, todavía discutiendo con Anne, y ambas ajenas a aquello.

-¡Tienes un potencial único!-dijo él, eufórico-¡Podrías tener más poder del que jamás accederás siendo sangre sucia!

Lily se quedó petrificada al oír aquello. Su cara se ablandó, sintió que las piernas le temblaban, y su corazón bajaba el ritmo de las pulsaciones.

-..¡Ni siquiera sabes cómo guardar un puñetero libro!-irrumpió la voz de Kirsten a lo lejos- ¡NUNCA...!

-Tú...tú no querías enseñarme nada...-dijo ella, recordando todos su encuentros-Solo buscabas adeptos, seguidores...Estás loco, sólo quieres controlarlo todo...

Tom seguía con la misma cara de ira, mirándole y sujetando cada vez con más fuerza su muñeca.

-Yo YA lo controlo todo, y tú no puedes hacer nada para evitarlo- dijo con una sonrisa malévola entre los dientes.

-¡ANNE!- gritó Kirsten sin guardar silencio-¡Eres una completa imbécil! ¡NI SIQUIERA SABES GUARDAR UN ESTÚPIDO LIBRO!

-¡Estás completamente loco!

-Cállate antes de que todo sea peor...-dijo con el mismo tono Tom.

Lily le lanzó la montaña de libros a la cabeza y Tom la soltó de inmediato. Lily echó a correr hacia la mesa de sus amigas, y no tardó en oír los gritos de la señora Pince.

-¡Ya lo controlo todo, Lily, y tú no puedes evitarlo!

Lily siguió corriendo sin prestar atención a los gritos de Tom, que parecía que sólo ella podía escuchar.

-¡¡RECOGED...!

-¡Todas vuestras cosas!- interrumpió Lily a la señora Pince cuando apareció corriendo de entre los pasillos.

Anne y Kirsten, que ya estaban recogiéndolo todo, la miraban extrañadas.

-¿Qué te pasa ahora?- le dijo con inquinia Kirsten-¿Se puede saber a qué viene este numerito?

-¡Déjate de tonterías y haz caso por una vez, recoge y larguémonos!

Cuando las chicas ya habían salido de allí, la señora Pince aún estaba mirando la puerta, extrañadísima.

Lily no dejó ni un segundo a sus amigas para preguntar a qué había venido aquello. Caminó a paso muy rápido pos los pasillos, bajó las escaleras en un santiamén y en menos de dos minutos se encontraban en el vestíbulo.

-¡Deja de correr!¿Quieres?-gritó Anne entre jadeos a sus espaldas-¡Nos vas a matar!

Lily se paró en el último escalón y se giró impaciente para esperar a que ambas bajaran. Anne se apoyaba en la barandilla de la escalera de mármol cogiendo bocanadas de aire, peor Kirsten no tenía una actitud nada apaciguadora.

-¿Qué ha pasado ahora para salir corriendo de la biblioteca?-dijo con sequedad-¿Ahora necesitas tener a alguien que te siga a todas partes cada vez que cambies de opinión?

A Lily aquello le trajo recuerdos de Tom, y las palabras "sólo buscabas adeptos" le aparecieron rápidamente en la memoria.