CAPÍTULO 41:DE BÚSQUEDA POR EL CASTILLO
-¿Tom Riddle?-alcanzó Lily a pronuncias-¿Pero porqué? Da igual, voy a verla..
-Señorita Evans, ningún miembro de su casa puede salir del Gran Comedor hasta que toda la mesa de Gryffindor esté de nuevo cenando en sus sitios y hayamos comprobado que todos os encontráis perfectamente...
-Pero tiene que dejarme salir, Tom y Kirsten, ella no puede,...¿y si?
-Deje de tartamudear- dijo Dumbledore con una apaciguadora sonrisa-Siéntese en su sitio, y cene. Después podrá hablar con ella en su Sala Común.
-¡Pero estoy segura de que Riddle no tiene buenas intenciones!¿Y si le pasa algo?
Dumbledore echó un vistazo alrededor, y miró a Lily pensativamente.
-No estaría de más que fuera a hacerle compañía mientras se relaja.-accedió de pronto. Lily estaba casi en la puerta cuando escuchó que Dumbledore decía de nuevo-Vuelva aquí en cuanto sepa algo,¿ de acuerdo?
Lily accedió con la cabeza y echó a correr hacia la torre de Gryffindor. Mientras atravesaba los pasillos, suplicaba para sí misma que Kirsten estuviera en la Sala Común, que lo que Dumbledore decía fuera cierto y que para su suerte, no encontrarse con Tom de vuelta al Gran Comedor. Atravesó el retrato de la Señora Gorda lo más rápido de lo que fue capaz y se detuvo jadeante en la Sala Común. Allí no había nadie: ni Tom, ni Kirsten, ni otros alumnos. Las llamas de la chimenea crepitaban entre un silencio muy difícil de lograr en aquel lugar, y al que Lily no estaba acostumbrada. "La habitación", pensó repentinamente. Corrió escaleras arriba, y abrió la puerta de la estancia. Pero tampoco allí había nadie. Lily comenzó a angustiarse y se le ocurrió por un momento la idea de que todo fuera un sueño. Levantó las camas para ver si estaba debajo, abrió baúles, revolvió montones de ropa por ver si ella se había dejado algo, una nota, cualquier cosa.
-¡Kirsten!-comenzó a gritar por toda la habitación.-¡Soy Lily, vamos! ¡Sal!
Salió de nuevo al pasillo y comenzó a registrar las habitaciones de otras chicas, pero con el mismo resultado.
-Estás asustándome Kirsten, sal...
Lily oyó unos pasos bajo ella, en la Sala Común. Asomó la cabeza por al barandilla, esperanzada, pero sólo vio a Remus mirarla desde la otra punta, junto al agujero del retrato.
-¿Qué haces aquí?-preguntó ella de pronto-¿Has visto a Kirsten?
-Vengo de buscar al conserje, caminaba de vuelta al Gran Comedor y entré porque te oí gritas...no, no he visto a Kirsten-respondió él mientras Lily se llevaba las manos a la cabeza- ¿No debería estar aquí?
-¡Pero no está aquí, se la ha llevado Riddle!
-¿Qué?- exclamó el chico con una mueca de incredulidad-¿Para qué?¿cómo iba a levarse a Kirsten?
-¡Riddle debía haber acompañado a Kirsten hasta aquí, y no están ninguno de los dos! Y sospecho que es él...porque esa actitud no es nada propia de Kirsten.
-Vale, vale...vamos a avisar a Dumbledore y a los chicos, y registrarán el castillo...
-¡No podemos perder el tiempo, Remus! Yo no voy a pararme a ver qué pasa con Kirsten, ¿Entiendes? Me voy a buscarla...
-¡De acuerdo!-dijo él mientras la detenía, interponiéndose entre ella y el retrato de la Señora Gorda- Pero tenemos que avisar antes a los demás, para que nos ayuden a buscarla...Pero no podemos llamar la atención, o puede que Kirsten sufra algún daño.
Lily acabó siguiendo a Remus por todo el castillo, hasta llegar al vestíbulo. Allí empezaban a salir los alumnos tras la cena, y se amontonaban, fuera de costumbre, bajo las escaleras para comentar lo ocurrido durante la cena. Lily se levantó sobre un escalón en puntillas, para ver sobre la marea de gente, y vislumbró a Anne, James y Sirius.
-Señorita Evans, ¿todo bien?-dijo la voz de Dumbledore junto a su oído. Lily estaba en blanco, no sabía como contarle todo lo que ocurría.
-Profesor Dumbledore, yo creo que...
-Vamos, no dude en decirlo- le presionó él- Si ocurre algo, el profesorado entero lo resolverá.
Lily notó un codazo en los riñones por parte de Remus, y comprendió que no debía decir nada. Si le contaba a Dumbledore sobre aquello, podía estropear las cosas. Era mejor que lo hicieran ellos mismos.
-Profesor Dumbledore...-era Sirius, quien, junto con el resto, acababa de alcanzarles- ¿Dónde está Kirsten?
Dumbledore pasó la mirada de Sirius a Lily, y ésta se vio forzada a mentir.
-Está...está...ella está bien- mintió por fin. Sintió la mirada penetrante del director, pero no la retiró en ningún momento, si lo hacía, podría notar que mentía.
-En ese caso, sería mejor que nos fueramos todos a dormir, y procuren hacer que vuestra amiga se relaje. Buenas noches.
Dicho esto, Dumbledore subió las escaleras y desapareció entre una nube de alumnos.
-¿Está en la Sala Común?-preguntó Sirius con más tranquilidad que momentos antes.
-La verdad es que no, Sirius.-Remus bajo la cabeza y se miró los pies sin ser capaz de levantarla para ver a su amigo a los ojos.-No estaba en la Sala Común. Ni la encontramos, ni a ella ni a Riddle. Sí.- afirmó al ver la cara de incomprensión que Sirius tenía en ese momento-Debería estar con él, pero no están ninguno de los dos.
-¡Pero si le acabais de decir a Dumbledore que estaba bien, acabáis de mentir!- gritó tenso de nuevo-¿cómo podéis jugar así con ella? Puede que últimamente estuviera algo nerviosa, pero era vuestra amiga, ¿No? ¡Di algo, Lily!
-¡Si le decíamos algo podríamos ponerle en peligro, Tom odia a Dumbledore!
-Sirius, la buscaremos nosotros- le dijo James mientras le ponía una mano en el hombro- ¿Para qué si no están la capa invisible y el mapa?
Sirius pareció desesperado por unos instantes, pero movió la cabeza con energía y se frotó las manos con ademán impaciente.
-Vale, Puedo aprovechar el tumulto de gente para ir por las mazmorras, a ver si los encuentro por allí...como las conozco de sobra, no necesito el mapa del merodeador. James, tú puedes ir por los campos de Quidditch, y los pasadizos de la primera y segunda planta. Remus- siguió ordenando el chico sin que ninguno dijera nada- Tú rebuscarás en las puertas de las otras casas, y los baños de los chicos.
-¿Dónde estaban las casas...?
-¡No lo sé, coge el mapa!-le contestó a Remus impaciente, mientras él invocara el conjuro accio para atraer el mapa.-Anne, tú podrías revisar los baños de chicas de las plantas, y Lily los pasadizos que Remus no registre...
-Deja que Lily y Anne lo hagan juntas.- propuso Remus-Así podrán coger la capa y consultar el mapa de las chicas.
-Cómo queráis, pero nos encontramos en la estatua del troll del cuarto piso dentro de media hora. Procurad que no os vea nadie.
El grupo no tardó ni medio segundo en desperdigarse entre el escaso grupo de alumnos que todavía estaba por el vestíbulo. Anne y Kirsten corrieron a la Sala Común a por la capa y el mapa, y subieron hacia el primer piso para ver los baños.
-Aquí no está-susurró Anne cuando salía de los baños por enésima vez mientras Lily miraba en el mapa si venía alguien. A aquellas horas, los alumnos debían estar ya durmiendo, y el silencio era sepulcral.
-Anne, ¿y si no la encontramos?
-¡No digas eso!-contestó alarmada-Tiene que estar por alguna parte, ¿sabes? Despliega el mapa, aún nos queda un piso por revisar, y si no la encontramos nosotras, la habrán encontrado alguno de los chicos.
Lily se calló, porque no sabía qué decir. Estaba contrariada, no sabía si realmente era su culpa por relacionarse con Tom, o si no tenía nadie la culpa de la desaparición de Kirsten. Sólo ansiaba encontrarla pronto, y después, ya pensaría en el culpable.
-Si nos fiamos de este...artilugio- dijo Anne mientras escudriñaba el mapa a los pies de la escalera- en el último piso no hay nadie, pero no te quites la capa, este mapa no tiene pinta de ser muy seguro.
Anne y Lily caminaban en silencio por miedo de encontrarse con algo o alguien, aunque el mapa indicaba lo contrario. Cuando llegaron a los baños, la puerta estaba cerrada.
-¡Qué casualidad! Seguro que la tiene ahí encerrada...- ironizó Anne mientras Lily se quitaba la capa.-¿Qué vas a hacer?
Lily se arrodilló frente a la puerta y miró a través de la cerradura, pero estaba completamente oscuro.
-Voy a intentar abrirla.
-No creo que un simple Alohomora abra una puerta del colegio...
-¡Alohomora!- siseó Lily a la puerta sosteniendo la varita.
La puerta se abrió con un leve rechinchineo, y Lily sonrió triunfal hacia Anne.
-Espera- susurró ella y cogió la capa del suelo-¿Has oído eso?
-¿Qué si he oído el qué?-contestó Lily con impaciencia-¡Tenemos que entrar ahí!
-¡ESO!
Lily agudizó el oído, y pudo percibir unos golpes en el suelo a paso rápido. Alguien o algo, caminaba hacia ellas. Anne abandonó todo disimulo y abrió el mapa para ver de quién se trataba.
-¡La capa, corre!- dijo alterada- ¡Es Pollack!
Anne corrió hasta donde estaba Lily y se taparon ambas con la capa, sentadas en el suelo junto a la puerta. Enseguida pudieron ver una luz de una antorcha al final del pasillo, y la sombra que se acercaba se fue convirtiendo poco a poco en el profesor de Pociones. El hombre se detuvo justo a un palmo de Lily y Anne, que seguían sentadas y acurrucadas en el suelo bajo la capa. Anne tenía los ojos cerrados y murmuraba algo en voz baja, mientras Pollack entraba en los baños y los registraba uno a uno. Anne intentó salir, pero la capa hizo un frufrú y Pollack se giró repentinamente.
-¿Quién anda ahí?
Lily sujetaba a Anne de los brazos mientras ésta lloriqueaba en silencio. El profesor salió de nuevo de los aseos, dio una ojeada alrededor y cerró de nuevo el cuarto de baño. Cuando Lily y Anne se quitaron la capa, Pollack debía seguir haciendo la guardia por otro lado.
-¡Ha faltado poquísimo!- dijo Anne todavía limpiándose alguna lágrima-Imagínate que llegan a descubrirnos..
-Me imagino algo peor- dijo ella descorazonada- Ya es la hora de ir a ver a los chicos, pero no hemos encontrado a Kirsten.
-Vale, pues seguro que ellos lo han hecho, eso espero.-contestó- Vamos a verles, y ahora mira con atención el mapa, no quiero más sustos.
Lily y Anne fueron más cuidadosas esta vez, y tuvieron que dar varios rodeos hasta llegar a la estatua del troll. Cuando llegaron allí, James y Remus ya estaban, medio escondidos tras el troll, pero no había ni rastro de Kirsten.
-¿Nada?- preguntó entristecido Remus- Nosotros no la hemos visto ni hemos encontrado ninguna prueba de dónde pudiera estar...
-Nosotras tampoco.
No hablaron más por miedo a hacer demasiado ruido, y que alguien les encontrara, así que permanecieron en silencio un largo rato, mirando y vigilando con el mapa.
-¿Ves a Sirius pro algún lado?-preguntó James a Remus cuando le daba la vuelta por quinta vez- Está tardando demasiado.
-No le veo, pero puede que esté con Kirsten, así que no os alarméis- dijo el chico al ver las caras de decepción que tenían.
-¿sabes qué es lo que vamos a hacer?- propuso Anne irritada- Vamos a cerrar el mapa y a dejar de verlo cada dos por tres, así nos evitamos cualquier preocupación de más.
-Estoy de acuerdo- afirmó Remus mientras plegaba el mapa y lo guardaba bajo su túnica-Ahora sólo nos queda esperar.
Y esperaron largo rato, hasta que escucharon otros pasos a poco de la estatua.
-Escondámonos- dijo Lily- No tengo ganas de ver a Pollack de nuevo.
Los cuatro se escondieron tras la estatua, y James asomaba la cabeza para ver quién se acercaba.
-Es Sirius- dijo al minuto-Pero va solo.
Cuando todos salieron de tras la estatua, Sirius estaba muy cerca, y su cara de derrumbó por completo.
-Creía que estaría con vosotros- dijo estallando a llorar-Intenté buscarla por algún sitio más, incluso encontré pasadizos nuevos...
-Por eso no te veíamos en el mapa- averiguó Remus.
-...Pero no estaba allí-siguió gimoteando Sirius- ¿Y si le ha pasado algo? ¡Tenemos que encontrarla! Si no puedo encontrarla yo...yo...
-Venga, Canuto- dijo James pasándole un brazo por los hombros-No llores, que no te queda nada bien. Sólo nos queda una opción...
-¿Hogsmeade?- pensó Remus en voz alta mientras las chicas se miraban asustadas.-Ella sabe donde está la Casa de los Gritos.
-Si no quedan más opciones...
-¿Pensáis ir a la Casa de los Gritos?-dijo Lily aterrorizada-¡Puede ser peligroso si no lo sabe ningún profesor!
-¡Es tu amiga, Anne!- dijo James enfadado-¿Piensas no buscarla por ninguna parte?
-¡Creo que lo correcto sería avisar a los profesores de que Kirsten y Riddle has desaparecido, porque seguro que ellos la encuentran antes sin sufrir ningún daño!-replicó molesta-¡A mí Kirsten me importa lo mismo que a vosotros, pero si no lo hacemos bien puede sufrir algún daño!
-¡Está bien, avisa a quien quieras, pero yo iré donde haga falta para encontrarla!
-No irá a ninguna parte de momento, señor Black, hasta que usted o uno de ustedes me explique qué hacen aquí a estas horas de la noche.
Los chicos se giraron en seco. Habían estado caminando hacia la Torre de Gryffindor, sin mirar hacia atrás, y no habían podido oír mientras discutían los pasos de Pollack. Ahora, el profesor estaba con actitud arrogante situado tras Sirius, y el chico no había cambiado la expresión de temor de su cara.
