CAPÍTULO 43:SNAPE SE TOMA LA REVANCHA.
Lily se despertó con un dolor de espalda brutal. Al parecer no le había sentado nada bien dormir en el suelo, y por muy mullido que pareciera el saco, no tenía nada de confortable. Los primeros rayos de sol entraban entre las ventanas de la Sala Común, y dejaban entrever las siluetas de sus amigos, todavía dormidos. Se frotó los ojos, y entonces el recuerdo de lo sucedido la última noche le cayó sobre su cabeza como un jarro de agua fría. Se levantó con cuidado para no despertar a sus amigos y se dirigió hacia la habitación para ducharse y vestirse, porque presentía que aquel iba a ser un largo día. Como todavía iba adormilada, tuvo miedo de tropezar con algún saco y se apoyó en la barandilla para subir, pero casi dio un grito al ver a Sirius sentado en el primer escalón.
-¿Qué haces levantado a estas horas?-preguntó en voz baja. El chico levantó la vista y la miró como si acabara de percatarse que estaba frente a él. Frunció el entrecejo, y se cruzó de brazos.
-Lo mismo podría preguntarte a ti.
-Ya...tienes razón-admitió Lily-Yo no podía dormir, supongo que tú tampoco...¿hace cuanto estás despierto?
-Toda la noche-contestó mientras Lily se sentaba junto a él- No he podido pegar ojo. ¿Sabes? creo que es culpa mía- dijo Sirius mientras se rodeaba las rodillas con los brazos- Yo debería saber qué le pasaba, y no lo sabe nadie...
-No te martirices, porque no es culpa tuya- intentó consolarle Lily y poniendo su mano sobre la pierna del chico- Ninguno pensó que era tan grave lo que le pasaba, y es más, todavía no lo sabe nadie. Espero que la hayan encontrado.
-Si la hubieran encontrado lo sabríamos ya- repuso con pesimismo-Aunque Dumbledore no está muy colaborador.
Lily decidió callarse la opinión que tenía desde la noche pasada de Dumbledore, pensó que si influenciaba a los demás podrían empeorar las cosas, y para ellos lo más importante era encontrar a Kirsten. Aún seguía ensimismada Lily cuando apareció McGonagall por el agujero del retrato con paso firme y decidido. Sirius se levantó y corrió hacia ella, pero ni siquiera tuvo tiempo e hablar.
-Todavía no la hemos encontrado, señor Black, y sí- dijo adivinando el pensamiento a Sirius- Hoy tienen que ir a clase.
-¡Yo no pienso quedarme de brazos cruzados esperando a ver cómo encuentran a Kirsten!- dijo enfadadísimo y provocando que James se despertara-¡Se han pasado una noche entera buscándola y no la han encontrado!
-¡Permítame que le diga que usted no es quien para cuestionar las capacidades del profesorado en ningún aspecto!- le cortó la profesora apretando los labios-¡E irá a clase como el resto de sus compañeros para no empeorar la situación como hicieron la pasada noche, poniéndose ustedes mismo en peligro! Señorita Evans- se dirigió a Lily, que escuchaba sin decir palabra- Despierte a sus compañeros y bajen a desayunar. Si tengo noticias de que alguno de ustedes desobedece las órdenes del director, pagarán las consecuencias.
-¡Es sumamente injusto!- continuaba Sirius gritando mientras Lily despertaba a Remus-¡NO han hecho nada y pretenden que nos quedemos parados, esperando!
-¿Qué pensabas hacer, Sirius?- preguntó Remus con un bostezo-¡No van a dejar que actúes con ellos!
-¡No pienso obedecer en este tema, llevo todos estos años pagando castigos injustos, algunos inmerecidos y otros excesivos, no se lo he soportado a mis padres, tampoco lo haré con ellos!
-Sirius, ¿porqué no lo hacemos a su manera?- propuso James- Esperemos a ver qué averiguamos de los Slytherins esta tarde en Pociones...podemos chantajear a Snape.
Sirius pareció meditarlo antes de darle la razón a James.
-Si no nos dicen nada, me voy, digáis lo que digáis.
-Y nosotros te acompañaremos- le admitió James.
Lily zarandeó a Anne, que estaba bajo su saco.
-¿Ya la han encontrado?
Lily le negó con la cabeza la respuesta, y Anne se escondió dentro del saco para que nadie le viera llorar.
La noticia de la desaparición de Kirsten corrió entre los alumnos con rapidez, y al entrar al Gran Comedor todos les miraban y hablaban entre susurros, sobre todo la mesa de Slytherin. Ellos se sentaron en la mesa con pesadez, y ni siquiera probaron bocado.
-¿Ya sabéis donde está?- dijo Tonks a Sirius con una tostada en la mano-¿La habéis encontrado?
Sirius ni siquiera la miró, y Anne le indicó por señas que no le molestara. Por lo visto, no era la única que no les molestó, porque parecía que todos los profesores estaban confinados para no exigirles el trabajo diario. El profesor Flitwick no les repartió el material de Encantamientos, el profesor Binns continuó ignorando al alumnado como de costumbre, y ni siquiera McGonagall les exigió que sacaran sus varitas. Todos parecían notar que les tenían compasión, aunque estaban demasiado dolidos pensando en Kirsten como para notarlo. A Lily le pareció verla en los pasillos mientras cambiaban de aula, y Anne gritó su nombre en una ocasión que le pareció verla, pero tan sólo era una chica de Rawenclaw. Anne se controló durante todo el día, aunque lloró en más de una ocasión. Lily no recordaba ninguna vez anterior que hubieran pasado tan mal trago, y se sintieran tan unidos.
-Ni siquiera tengo ganas de ir a comer- decía Anne mientras atravesaban la puerta del Gran Comedor- Las ganas de encontrar a Kirsten me han quitado el apetito.
Pero ni Anne, ni Lily, ni Remus, ni James, y por supuesto, ni Sirius tenía hambre. La comida no se diferenció en nada del desayuno: el silencio en la mesa de Gryffindor estaba roto por los murmullos y la desilusión era más que evidente en la cara de los alumnos.
-Cómo se nota que falta Kirsten, ¿no?- dijo Remus de pronto- Hacía mucho tiempo que no notaba el silencio en el comedor.
-Será por poco tiempo- le interrumpió Sirius para sorpresa de todos- La vamos a encontrar, porque Snape esta tarde va a decirnos donde está.
James le miró con escepticismo, pero no quiso quitarle la ilusión. Él también pensaba que Riddle le habría contado a Snape sus planes, pero desconfiaba que fuera a contárselos. Cruzó los dedos por debajo de la mesa esperando que a Sirius se le ocurriera el mejor método de interrogatorio para sonsacar cualquier cosa a Snape.
-Será mejor que nos vayamos a clase de pociones- dijo Remus mirando el reloj- Y coged algo de comer, si tenemos que hablar con Snape se hará largo, y tendremos hambre.
James y Sirius salieron a toda prisa del comedor mientras Remus cogía algunas sobras de la comida, y se dirigió corriendo hacia las mazmorras. Cuando llegó allí, tan sólo estaban sus tres amigos en los pupitres traseros.
-Deberíais colocaros más hacia delante- les sugirió todavía de pie, en el pasillo de la mazmorra- Pollack va a sospechar y os mandará avanzar.
-No lo hará-contestó James- Parece que se ha extendido una ola de compasión entre todos los profesores que no nos dicen nada durante todo el día. Desde aquí, controlaremos mejor a Snape durante las dos horas.
Los alumnos comenzaron a entrar en el aula, y estuvieron todo el tiempo con la cabeza agachada, esperando a que entrara. Por fin, Snape apareció por la puerta con sus compañeros de Slytherin. Entre ellos, no se encontraba Riddle, como de costumbre.
-¡Estará con Kirsten!- se enfureció Sirius al advertir su ausencia-¡Será...!
-¡Cálmate, por favor!- le suplicó Remus- Espera a que termine la clase, y abordaremos a Snape, a lo mejor hasta se le escapa ahora algún comentario que nos pueda decir algo...
Sirius hizo ademán de morderse el puño de rabia, y sujetó con fuerza los bordes del pupitre. Snape estaba sentado tres filas más hacia delante, y tan sólo Remus podía ver a la perfección su melena grasienta y el perfil de su aguilucha nariz cuando se inclinaba hacia algún lado.
-¿Puedes ver qué hace? ¿Con quién habla?- preguntaba Sirius mientras movía la cabeza de un lado a otro
-¡Sigue sin moverse Sirius!
-¡Pero lleva así toda la primera hora de clase!-protestó indignado-¡No hay nadie en el mundo que aguante dos horas seguidas de Pollack mirando al frente y concentrado en una poción, sin reír siquiera!
-Sí, eso es cierto. Todavía no nos ha hecho ningún chiste sobre la desaparición de Kirsten- añadió James.
-Quizás sea más sensible de lo que parece.
James y Sirius miraron a Remus como si estuviera loco, y le obligaron de nuevo a observar a Snape.
-¿Le pasa algo en el cuello, señor Lupin?- dijo Pollack desde el frente de la mazmorra-Le veo continuamente moverse , ¿alguna pregunta?
-Eh...no, gracias.-contestó azorado.
-Yo sí la tengo- saltó Sirius sin que nadie lo esperara. Pollack levantó la cabeza con actitud escéptica y se puso más recto si se podía.
-¿Y bien, Black?
-¿Dónde está Tom Riddle?¿No tendría que estar en clase?
James pensó por un momento que no había escuchado aquello, pero los alumnos ya habían comenzado a murmurar y sentían los ojos de todos ellos observándoles. "No puede pasar nada bueno"-pensó para sí mismo con angustia.
-No creo que sea de su incumbencia...
-¡Es de mi incumbencia y de todos mis compañeros cuando hay sospechas de que Kirsten Williams está desaparecida casi 24 horas por su culpa!
Los murmullos de la mazmorra empezaron a aumentar en sonido, y pronto el zumbido ensordecedor de la sala retumbaba en sus oídos. Al profesor Pollack le bastó levantar una mano para que los alumnos callaran de inmediato.
-En ese caso, y ay que juega usted a los detectives, le diré que está en la Sala Común de Slytherin, descansando de la mala noche que ha pasado...se encuentra indispuesto.
-¡Será mentiroso!-volvió a gritar por enésima vez aquel día-¡ No estará en la Sala Común, y usted le está encubriendo!
-¡No es usted el que decide lo que es mentira o lo que deja de serlo!- gritó el profesor fuera de sus casillas. Los alumnos de las primeras filas se echaron hacia atrás, y el resto lo miraba con la boca abierta.-¡30 puntos menos para Gryffindor por su insolencia, y si vuelve a hablar el resto de la clase serán 100!
Sirius no encontró nada hiriente ni lo suficientemente provocador que decir, aún a riesgo de que Gryffindor se quedara sin puntos para el siguiente siglo por su culpa, pero que optó pro callarse tras recibir el pisotón de James y se mordió el labio en señal de resignación.
El resto de la clase, Remus se dedicó a mirar fijamente a Snape, pero ni siquiera después de aquel incidente te giró para insultarles, o reírse de ellos, cosa que extrañaba mucho a Remus, aunque no dijo ninguna d sus suposiciones a James o Sirius. Al cabo de una hora eterna para ellos, sonó el aviso de fin de clase y los alumnos salían disparados hacia la puerta de la mazmorra. Remus, James y Sirius esperaban pacientemente a que Snape recogiera sus libros, los metiera en el caldero y saliera por la puerta. Salió casi de los últimos, y los chicos fueron tras él. Snape caminaba sin advertir que ellos le perseguían hacia el interior de las mazmorras, dirección la Sala Común, cuando los chicos vieron la oportunidad de oro.
-¡Snape!- gritó Sirius a tres pasos detrás de Snape-¡Dime qué le ha hecho Riddle a Kirsten!
Snape se quedó quieto unos segundos de espaldas a ellos, para girarse muy lentamente con una mueca en sus labios.
-¿Preocupado por ricitos, Black?- dijo silabeando las palabras-Creo que está en buenas manos...
Sirius corrió hacia él, y el chico, asustado, tiró su varita al suelo en un acto reflejo de protegerse. A Sirius no le hizo ninguna falta la varita, porque le propinó un buen puñetazo en la nariz antes de que Remus pudiera alcanzarle para separalo.
-¡Dímelo!- dijo completamente fuera de sí, y zarandeándolo con brutalidad-¡Dímelo, dímelo!
-¡No pienso decirte nada, Black!- reía Snape mientras se golpeaba la cabeza contra un recodo del pasillo.
-¡Suéltale, o acabarás haciéndole daño de verdad!- decía Remus intentando evitar que continuara pegándole contra la pared-¡Ayúdame James!
James estaba quieto junto a Sirius, sin moverse, pues no tenía ninguna intención de detener a su amigo.
-¡Está disfrutando de ver a Sirius sufrir!- le dijo James con gestor repulsivo a Remus-Sería capaz de dejarse morir antes que decir donde está Kirsten...no sé como hemos podido pensar que iba a contarnos cualquier cosa.
Sirius se cansó de pegarle, y le soltó dándole un último golpe que hizo que se tambaleara y resbalara por la pared. A pesar de eso, estaba todavía muy consciente, y se reía malévolamente.
-Pobres merodeadores...creían que Severus Snape iba a tener compasión por uno de ellos...-decía susurrante y con carcajadas-Después de tantos años de insultos, de humillaciones, me puedo vengar...Me alegro de verte sufrir, Black, no puedes imaginar cuanto.
Sirius le miraba amenazante, pero demasiado cansado y dolorido como para pegarle de nuevo por muchas ganas que tuviera. Snape se limpiaba la boca, sonriente, disfrutando.
-Eres el ser más rastrero que conozco, Snape, y créeme, conozco bastantes- dijo Sirius recordando su propia familia-Pero...te juro que me las pagarás.
Snape volvió a reír agudamente, pero ninguno de los tres le hizo ningún caso. Remus tiró de Sirius y los tres se resignaron a ir hacia la Sala Común antes de la cena.
