CAPÍTULO 48:EL ESCONDITE
-¿Donde...dónde están todas las lápidas y las tumbas que deberían estar ahí?-preguntó James mirando todavía con curiosidad-Es decir, ¿donde está el pedazo de cementerio que falta? Parece que alguien lo haya arrancado de su sitio.
-Mmm...no lo sé- dijo Remus- Pero no tiene buena pinta...¿Creéis que Kirsten está ahí bajo?
-Bueno, ¿sabes de un sito mejor donde pueda estar?- le inquirió Sirius muy irritado- Si está aquí, al encontraremos y volveremos con ella, nos cueste lo que nos cueste ir contra Riddle. Pero si no vamos ahí, no lo sabremos nunca,así que no perdamos más el tiempo.
Remus se mostró de acuerdo y decidió caminar delante, por si había algún hechizo que esquivar. Cuando estaban ya cerca del borde del cráter, Remus se paró e intentó asomar la cabeza.
-No veo nada...sólo la luz ésa. Pero no veo ni a Kirsten ni a Tom, nada en absoluto que diga que están aquí.
-Bueno, ¡Pero esto tiene que haberlo hecho Tom! Mira- le señaló Sirius el suelo-La tierra está removida, eso es porque alguien ha hecho esto hace poco tiempo.
Remus miró con ademán preocupado a su alrededor y se encogió de hombros. Sirius, desesperado, empezó a dar saltos de rabia y patadas a las lápidas más cercanas.
-Yo de ti no me movería tanto, estamos muy cerca del borde.
-¿Y qué, Remus?
Sirius le miró enfadado, como si pagara con él todo su descontento. Pero al siguiente pataleo contra el suelo, notaron bajo sus pies un leve temblor. Remus, que estaba justo en el borde, y de espaldas, de tambaleó al notar que la tierra se desmoronaba a sus pies, y antes de que James acudiera a ayudarle, intentó en vano mantener el equilibrio y cayó de espaldas al cráter.
-¡Remus!-gritó Sirius corriendo hacia el borde-¡vamos, vamos! Con cuidado, tenemos que bajar...
Sirius se sentó en el borde y algunas piedras volvieron a desprenderse del suelo hacia el fondo del borde.
-¿Puedes ver a Remus?-preguntó Lily con un nudo terrible en la garganta y con muchísimas ganas de llorar. Aquello empezaba a salir mal, muy mal.
-No, pero tenemos que bajar a por él. Aquí hay pendiente, y la tierra es blanda, si nos impulsamos, resbalaremos con suavidad y puede que caigamos bien. Pero tiene que ser de uno en uno, el tramo bando es demasiado estrecho.
-Vale, pues de uno en uno, y muy seguido. Yo iré primero- dijo James acercándose al borde. Se sentó con cuidado y se impulsó con suavidad. Lily se acercó corriendo, y ni siquiera quiso mirar. Se sentó en el mismo sitio, y se giró para ver a Sirius. El chico la miraba arrodillado tras ella, esperando a que saltara, y esbozó una sonrisa.
-No te procupes, seguro que están bien.
Lily le devolvió la sonrisa y cerrando los ojos de miedo, se impulsó y comenzó a resbalar por la pendiente. Al principio bajaba muy lenta, dándose gopes enlos pies con ramas y piedras grandes. La túnica se enganchaba en algunos salientes y alguna vez notó el rasguido de la tela, pero siguió sin abrir los ojos, aterrorizada. Sin embargo, al poco tiempo la pendiente se volvió menos escarpada y más lisa, y fue entonces cuando sintió verdadero miedo por sí misma, porque la velocidad aumentó e incluso notaba la ráfaga de aire. De pronto, dejó de notar el suelo y sitió que caía al vacío. Pensó que era el momento en que su vida pasaría ante sus ojos en un segundo y se toparía con un obstáculo mortal, pero sólo sintió un fuerte golpe en la pierna derecha y dio contra suelo firme. Al final se decidió a abrir los ojos, y mirar qué había frente a ella. Todo parecía una zona del bosque prohibido, sólo que estaba algo distinto. Allí, a diferencia del cementerio situado algunos metros más arriba, sí estaba algunos árboles que parecían replantados, y delante de Lily había una plataforma de mediana altura, algo más alta que ella misma, de piedra blanca.La luz que daba el resplandor eran algunas antorchas encima de la plataforma y dando sombra a los charcos y la piedras de alrededor, gobernados pos una penumbra demasiado tétrica para que Lily creyera que todo iba a salir bien. Encima de ésta había varios bultos, alguna silla y lo que parecía ser un camastro. Lily vió horrorizada que era Kirsten el bulto que estaba tendida sobre el camastro, inconsciente. A su lado, borboteaba un caldero y humeaba, haciendo que Lily no tuviera una imagen de Kirsten muy definida. el nudo de su garganta se hizo más fuerte, y rompió a llorar. Buscó a su alrededor, pero sólo vio a James frotándose un brazo a dos metros de ella. Ni rastro de Remus. Antes de que preguntara a James, oyó un ruido sobre ella y algunas piedras se desprendieron sobre su cabeza, golpeándola. Imaginó que Sirius bajaría enseguida, e intentó moverse.
-¡Muévete, Lily!-gritó James-¡ Te va a aplastar!
Pero Lily no podía moverse, la pierna derecha le dolía muchísimo y no podía moverla.
