CAPITULO 57:SIN PALABRAS
La enfermería estaba semi iluminada por la luz de la luna que entraba por las ventanas y Remus estaba tumbado en una cama tras dormirse en el trayecto al castillo.La señora Pomfrey condujo la camilla de Kirsten hacia una cama de la sala, y sacó su varita. Se arremangó y antes suspiró con un deje de lástima:
-Wingardium Leviosa.
Kirsten se elevó con suavidad sobre la camilla y Lily pudo ver desde detrás sus rizos manchados de sangre. La señora Pomfrey la condujo con un movimiento de varita hacia la cama de la sala más próxima y la dejó caer en silencio. Poco después, encendió unas velas en la camecera de la chica muerta y la luz d ela llama resaltaba la palidez de su rostro, ahora más evidente que antes. Lily vio con dolor cómo le quitaba la túnica y dejaba su ropa sobre la silla más cercana. La señora Pomfrey se levantó para dirigirse a las estanterías y coger algunas botellas rellenas de contenidos brillantes y coloridos, mientras las hacia poco a poco flotar tras ella para no cargar con todo el peso. La enfermera retornó junto al cuerpo dejando una fila de botellitas tintineando entre ellas mientras flotaban tras su espalda.
-¿Qué va a hacerle a Kirsten?-dijo Lily con timidez.
La mujer se giró la y la observó con sorpresa y lástima.
-Pensaba que dormías ya, ¿No puedes?No te preocupes-contestó antes de que Lily le respondiera-Ahora mismo te acerco una poción para que duermas sin soñar y curaré su pierna herida. Voy a preparar todo el material...
La señora Pomfrey dejó todas las botellas sobre la mesita de noche de Kirsten y andó con rapidez hasta Lily frotándose las manos.
-Espere, espere-le dijo ella cuando iba a envolver tu pierna- Antes de que me duerma, ¿podría arreglar a Kirsten? Es que...bueno, no sé si sonará extraño, pero quiero verlo.
La enfermera le dedicó una mirada de extrañez y asintió a regañadientes. Volvió junto a Kirsten sin dejar de mirar a Lily de reojo y roció el cuerpo de Kirsten con aquellas extrañas pociones. Los cardenales que Lily había visto en sus piernas y brazos por el forcejeo con Sirius desaparecían con el contacto de las pociones y la varita soltaba un extraño vaho que dejaba todo su cuerpo perlado de gotas de agua. Levantó de nuevo su cabeza para mojar su pelo en una de las pociones y la sangre empezó a desaparecer.Lily imaginó que estaba cerrando la herida que Kirsten tenía en la cabeza, y miró más detenidamente.
-No se preocupe, Evans-dijo la enfermera al ver a Lily observar su trabajo- Quedará igual que antes...el único rastro que quedará es la herida de la cabeza.
-¿No puede hacerla desaparecer?-pregntó Lily con angustia. No quería que la última imagen que tuviera de su amiga fuera con aquello.
-Oh, podría hacer desaparecer esta herida en cualquier otras circunstancias, querida-dijo con una sonrisa-Pero las heridas que causan la muerte no pueden desaparecer...es una explicación muy avanzada para ti, y no estás en condiciones de pensar más en ello. Bueno, creo que ya está perfecta-dijo mirando a Kirsten.-Sólo quedará volver a vestirla.
Cogió una túnica blanca de la misma silla y se la colocó sobre alguna de sus prendas de vestir.Peinó sus rizos y dejó caer alguno sobre su cara. Después, volvió junto a Lily y empezó a vendarle la pierna con un complicado hechizo.
-Mañana estarás como nueva, tómate ésto-dijo mientras cogía un par de pociones de su espalda y las mezclaba en una vacía.
-Yo no...no quiero tomarla, señora Pomfrey.
La enfermera le tocó la frente por ver si tenía fiebre. Después, la evaluó con la mirada.
-Tienes que curarte, Evans-dijo con reproche-Mañana será un día muy largo para ti y ésta poción te ayudará a curar tu pierna y a descansar.
-Sólo quiero mirarla, por favor-dijo con tono suplicante y volviendo a llorar-No sé cuándo la enterrarán, ni donde...y sé que no volveré a verla jamás. Sólo quiero mirarla el mayor tiempo posible, por favor.
La señoraPomfrey volvió la cabeza para mirar a Kirsten de nuevo, reposando plácidamente sobre la camilla y a Lily, llorosa y herida. pareció sopesar la idea de la chica, pero negó rotundamente con la cabeza.
-Mi obligación es curarte, Evans-dijo mientras Lily sollozaba con más fuerza- Vamos, tómatela. Puedes dormir junto a Williams...quizás eso te reconforte.
Lily abrió los ojos agradecida y dijo que sí con la cabeza. Con ayuda, llegó hasta la silla donde estaba la ropa de Kirsten, y la apartó para acercar su camilla a la de su amiga. La pegó por completo y se tumbó con mucha dificultad. Antes de recostarse, se tomó la poción de un trago y se puse de lado para ver de cerca el rostro de Kirsten. Las lágrimas comenzaron a humedecer la almohada, y pronto se sumió en un profundo sueño.Sin embargo, aquello no duró mucho.
-Despierta, Lily-le dijo la enfermera al oído-Fuera le esperan par air al despacho. Potter y Black todavía no han subido a ver a Dumbledore. Vamos, la están esperando.
Medio dormida, lily se levantó y miró el reloj:no había dormido ni siquiera media hora. Viendo a Kirsten fijamente, se incorporó como pudo, y salió cojeando de la habitación.
Como todavía era de madrugada, los cuadros de los pasillos de Hogwarts todavía estaban en silencio exceptuando los suspiros y alún leve ronquido qu edelataban el sueño de sus pinturas, y tan sólo la varita de McGonagall iluminaba el paso a James y a Sirius. El ruido de sus pisadas era leve y silencioso, ya que todos los alumnos dormirían aún, y no se escuchaba nada más. Estaban ya llegando a la estatua que escondía el despacho de Dumbledore, y James percibió que en todo el trayecto Sirius no había levantado la vista del suelo. Cuando llegaron, McGonagall repitió "bastoncillos de azúcar" y en la pared se vio una escalera de caracol que les subió automáticamente al despacho del director. La puerta de madera estaba entreabierta, y McGonagall les indicó que pasaran.
-¿No entra con nosotros?-preguntó James al ver que ella se disponía a bajar la escalera de nuevo.
-No, iré a buscar a Anne y Peter. Supongo que ellos deben enterarse...subirán con ustedes en cuanto puedan.
James entonces cayó en la ausencia de Peter y Anne, e imaginó la cara de la chica cuando le dijeran que Kirsten acababa de morir. Por supuesto, no tendría nada que ver con la de Sirius, que ahora estaba sentado en una de las sillas frente al escritorio lleno de cacharros y demás artilugios extraños de Dumbledore. James miró a su alrededor y vio los cuadros de los directores anteriores a Dumbledore en Hogwarts, que a diferencia de los cuadros de los pasillos, acababn de despertarse ante las visitas y murmuraban entre si mientras miraban de reojo a los chicos.
-¿Crees que Dumbledore tardará mucho?-dijo James mimentras se sentaba en la silla contigua a Sirius e intentando hacer hablar al chico, que no dejaba de mirar el suelo. A pesar de su pregunta, Sirius no contestó, ni siquiera levantó la cabeza del suelo, y James volvió a pasar un brazo sobre sus hombros. Sirius ni siquiera se inmutó. Pensó que Sirius aún no había entendido que había pasado aquella noche, y le ocnocía demasiado para saber que estaba intentando encajar como si de un puzzle se tratara todo lo que acababa de ocurrir. Sus pensamientos se interrumpieron cuando Dumbledore cerró la puerta a sus espaldas y se sentó frente a ellos, con los dedos de sus manos entrelazados y sin dejar de moverlos con inquietud. James esperaba impaciente que dijera algo reconfortante y que hiciera a Sirius hablar, pero se limitó a mirarle con compasión y sin soltar sus dedos unos de otros. Antes de lo que esperaba, Sirius levantó la cabeza, sin derramar una sola lágrima.
-¿Nos ha hecho venir aquí para nada?-dijo ante la cara de Dumbledore- Por que no pienso perder más el tiempo.
Dumbledore miró a James con indecisión y suspiró antes de ver de frente a Sirius, extremadamente serio.
-La muerte de Kirsten no ha sido culpa tuya, Sirius.
El chico meneó la cabeza a un lado y otro y soltó el brazo de James de sí mismo y su pierna comenzó a moverse en un leve tic de arriba hacia abajo.
-Por supuesto que no, ¡Fue culpa suya!
Aquello alarmó a James sobre manera. Pensaba que Sirius se culparía de lo sucedido y por eso estaba amargado y hastiado, pero ahora mismo tenía una expresión fría y distante que concordaba a la perfección de lo que acababa de decir.
-No debería tocar lo que no es suyo, para empezar, ¡Se lo he dicho un millón de veces!-continuó hablando con una rabia infantil- Siempre que cogía mis cosas le perdonaba por ser ella, pero se lo tenía dicho "Kirsten, ¡Un día tendrás problemas por coger lo que no es tuyo" Pero ella me ignoraba, se reía y me ignoraba. Y así ha acabado, ¡Nadie le mandó coger aquel brazalete!
-No fue algo aleatorio, Sirius, eso es lo que quiero que entendáis- dijo Dumbledore- Todo fue una treta de Tom Riddle, pretendía ejercer un control que se le escapó de las manos y jugar a ser más de lo que su edad le permite. Aquel brazalete estaba allí como reclamo a Kirsten...
-No, él lo dejó allí para que Lily lo encontrara-le rectificó James. Y por primera vez, sintió una punzada al pensar que si huibiese sido así ahora Lily podría estar muerta.
-Eso me da la razón más todavía si cabe...
Dumbledore se interrumpió al escucharse unos golpes en la puerta y Sirius bufó con impaciencia.Antes de que nadie diera permiso, Anne y Peter abrieron la puerta. La chica tenía la cara descompuesta y corrió hacia Dumbledore quedando arrodillada ante Sirius.
-McGonagall nos ha contado algo horrible, Sirius- dijo ella con impaciencia y descontrol-Dice que Kirsten está...está...
-Muerta-contestó Sirius con sequedad.
-¡NO!-gritó anne mientras negaba con la cabeza y le cogía del cuello de la túnica mientras empezaba a llorar muy nerviosa-¡Dime que no es verdad, Sirius!¡Dime que no la dejaste morir!
-¡NO FUE CULPA MIA!-gritó enfadado y apartándose a Anne de encima-¡Fue ella la culpable de su propia muerte, yo intenté que no ocurriera, pero no me hizo caso!
-No podía hacerte caso-contestó Dumbledore con tranquilidad- Estaba bajo la influencia de Tom.
-¡Lily también llevó el brazalete puesto y no por eso se ha vuelto su seguidora!-protestó furioso.
-Kirsten lleva meses con ése brazalete puesto- dijo Dumbledore- Ha sido progresivo...dime una cosa, Sirius, ¿hace unos meses era más o menos irascible?
Sirius se paró a pensar y giró la cabeza enrabiado.
-Eso no le quita culpa- dijo con rencor- Ella está muerta por tocar lo que no debe y por no prestar atención a sus amigos. Siempre ha sido una inconsciete y una metementodo , y ahora...
-¡¿Cómo puedes decir eso!-gritó Anne mientras se lanzaba hacia él y James la cogía de los hombros-¡Tú la querías, y la conocías perfectamente para saber que eso no era así! Podía ser muy difícil en ocasiones, pero sabes perfectamente que ella jamás hubiera ido con Tom si hubiera sido ella misma...¡No fue culpa suya, ella ni quería morir ni quería que tú sufrieras!
Sirius la miró con odio y cerró los puños con mucha fuerza.
-Debes comprender, Sirius, que su muerte no ha sido un accidente, y mucho menos culpa suya-dijo Dumbledore acercando la silla más hacia el escritorio para quedar más cerca de ellos- Si aquí hay algún culpable, ese es Tom sin lugar a dudas.
-¿Le han encontrado?-preguntó Peter, quien todavía estaba de pie.
-No, ni rastro. Pero seguramente volveremos a saber de él.
-¿Porqué?-preguntó Anne con irritación-Debe huir de la justicia, ¿no?
Dumbledore se calló para pensar en qué iba a decir, como si estuviera creando en aquellos momentos una teoría.
-El asesinato de Kirsten no ha sido en vano-dijo tras pensarlo un buen rato- Se avecina algo grande...Tom no es partidario de los magos y brujas hijos de muggles, ¿sabeis?Me temo que Tom ha aprendido más de lo que cualquier alumno y mago avanzado debería saber. Ha utilizado Hogwarts como un campo de entrenamiento...me temo lo peor.
James oyó cómo Peter se movía con nerviosisimo. James se acordó de algo.
-Peter, si Tom tramaba todo ésto, tú debes saber algo.
Peter le devolvió una mirada de horror y negó con la cabeza.
-Yo sólo escuché hablar a Snape, ya os lo dije. Los Slytherins con confíaban en mi, decían que yo no era de fiar.
-Snape-murmuró Sirius-Snape permitió que Kirsten muriera. No quiso decirnos donde estaba Tom.
-A pesar de que Snape participara en ello, no podemos culparle-dijo Anne-Siempre puede decir que no sabía nada, es la palabra de Peter contra la de Snape.
-¡Pero no fue culpa de Snape, fue culpa de Tom!-le dijo James a Sirius, quien parecía que lo único que intentaba era encontrar algún culpable.
La silla se movió con un movimiento brusco al moverse Sirius con rapidez. Se levantó y caminó con preocupación hasta pararse junto a la ventana.
-¡Snape sabía que había gente corriendo peligro!-exclamó furioso-¿Cómo te atreves a defenderle?¡No tiene justificación!
-¡Por supuesto que no la tiene!-contestó de nuevo-¡Pero lo que tampoco tiene justificación es la muerte de Kirsten! Te empeñas en buscar culpables y hacer de verdugos con ellos. Ya sé que acaba de morir- Sirius se lanzó una mirada asesina-y que no es el momento de empezar a aceptarlo, pero tienes que relajarte y pensar en lo que va a ocurrir ahora.
El chico dejó la ventana y volvió al centro del despacho. Se paró de pie junto a Lily y ésta se echó hacia atrás temerosa al ver que Sirius no tenía ninguna intención de controlarse.
-¿Qué quieres que pase?¡No puede pasar nada!-dijo Sirius, esta vez con un tono de angustia en la voz.Se sentó de nuevo en la silla y se tapó la cara con las manos. Lily le miró con compasión- No sé ni siquiera qué ha sucedido, hace tan sólo unos días todo era tan normal y lo tenía todo muy claro, y en cuestión de horas todo lo que pensaba ya no tiene sentido y donde antes veía planes de futuro ahora no veo nada.
-Por eso mismo hemos de pensar en qué hacer con Tom.
-Señor Potter-le interrumpió Dumbledore con delicadeza-Me temo que no podrán hacer nada.
Sirius se agitó con nerviosismo y se incorporó con desafía en su silla.
-¿Qué quiere decir con eso, profesor?
El director miró hacia la ventana y después a Sirius. Sus ojos azules denotaban una mezcla de pena y desesperaciónn tras sus gafas de media luna, pero no cambió la expresión serena de su rostro.
-La única prueba que tenemos de que ha sido el señor Riddle quien mató a Kirsten y que ha provocado los sucesos de ésta noche es su testimonio. No podemos culparle ante el Ministerio nada.
-¡Eso no es posible!-gritó Anne fuera de sí-¡Todos sabemos que ha sido él, ha huído, profesor!
Sin quererlo, Anne arrojó uno de los aparatos plateados que estaban sobre la mesa de Dumbledore, y al caer al suelo se rompió produciendo un ruido que chocó con el súbito silencio de la sala. Anne cerró la boca poco a poco, sintiendo que la garganta se le quedaba seca, y se recostó sobre la silla. Se avergonzñó de si misma por comportarse así, y miró a sus amigos en busca de apoyo. Lily la miraba confundida, y James alternaba su mirada entre Dumbledore y ella. Sirius permanecía en silencio, mirando el suelo sin ninguna intención aparente de irrrumpir en aquella parte de la comversación. Al fin, se atrevió a mirar a Dumbledore, y se disculpó:
-Lo siento, no pretendía...Lo siento mucho.
Dumbledore le dirigió una sonrisa triste y con un rápido movimiento de varita el extraño objeto estaba de nuevo sobre la mesa, como si nada hubiera ocurrido.
-No importa, Anne-dijo Sirius sin levantar la mirada del suelo-El Ministerio no va a devolvernos a Kirsten, pero estoy seguro de que Tom volverá. Y al igual que Snape, y todos los que lo sabían, recordarán lo que ha ocurrido hoy. Yo me encargaré de eso.
-Por merlín, Sirius, ahora no te hagas el héroe justiciero y decidas vengarte de todos ellos por que Kirsten haya muerto. Lo que hay que hacer es buscarles y que el Ministerio...
-¡No soy el héroe justiciero de nadie, pero si hubiera sido Remus veríamos que pensarías, Anne!-saltó exasperado Sirius de su asiento, dando un leve bote-¡Tu harás lo que creas conveiente, al igual que haré yo!
-¡Vaya, así que otra vez vas por libre, ¿eh, Black?
Lily cerró los ojos intentando no escuchar nada de aquello. Aunque Anne y Sirius a lo largo del curso consiguieron llevarse bien, siempre habí alaguna vez que chocaban, normalmente por algo relacionado con Kirsten, y odiaba aquel tipo de discursiones entre ambos. Sin embargo, ninguno de los dos pareció darse cuenta, y siguieron con lo mismo:
-¡Ya sé porqué tratas de hacer culpables al resto, Black, a mí no puedes engañarme!-dijo con una risa sarcástica y señalándole con el dedo-¡Te sientes tremendamente culpable de lo que ha pasado hoy! Vengándote pretendes quitarte la culpa, ¿no es cierto?
-¡No pretendo quedarme de brazos cruzados como sueles hacer tú, Anne!-exclama tremendamente enojado, sin que Dumbledore, James o Lily se atreviera a interrumpirle. Anne le miraba casi con odio, y Sirius no por ello se amilanaba-¡Quedarse parada a esperar que los demás hagan por ti las cosas porque tú consideres que no eres capaz nunca te ha dado resultado!
-¡Yo por lo menos no he dejado morir a nadie como tú has hecho esta noche!
Anne se levantó del suelo nada más decir aquello, enfadada y furiosa con la persona que tenía frente a ella. No entendía porquñe tenía que ser tan orgulloso y egoísta.
-Si llamas a Sirius asesino, Anne-le dijo James con frialdad- Nos lo llamas a todos nosotros, tú incluida. Si lo ves así, entonces todos nosotros la hemos dejado morir.
Anne buscó el apoyo de Lily, pero su amiga la miraba sin dar crédito a lo que acaba de escuchar. Al ver que no decía nada en su favor,se puso de nuevo en cuclillas y se acercó a la cara de Sirius, más enfadada que nunca.
-Yo sólo digo que si quieres poner tu vida en peligro con una estúpida venganza, hazlo. Pero no nos pongas a nadie más bajo riesgo. Bastantes muertes hemos tenido ya.
Dicho esto, salió se dirigió con paso rápido a la puerta y se marchó con un fuerte portazo sin dar ninguna explicación más. Sirius miró a Dumbledore con desespero.
-¿Porqué no ha dicho nada?¡Está loca, dice sandeces y usted se queda tan tranquilo!
-Sirius-dijo con serenidad juntando las yemas de sus dedos- Aunque la muerte de Kirsten también me afecta, estoy seguro de que tanto tú como yo vemos el hecho desde puntos de vista diferentes. El mio me pemite ver que Anne está dolida, y el tuyo no. Al igual que tú, (y estoy seguro que también Lily, James y Sirius) aún no aceptan y asimilan la muerte de Kirsten, y ella aún lo entiende menos. No estaba junto a vosotros cuando murió, no vio cómo ocurrió, y no sabe qué acaba de pasar en el bosque. Salisteis de aquí en su busca, y cuando volvéis, ella está muerta. Nadie le ha explicado como fue, y si pudisteis evitarlo o no. Para Anne, Kirsten era una niña pequeña a la que cuidar, y como he visto alguna vez en los pasillos del colegio, ambos discutiis por ella aunque los dos quisierais lo mejor para Kirsten. sabes perfectamente-dijo mientras Sirius evitaba mirarle a los ojos-Que Anne te aprecia, pero no aprueva muchas de las cosas que hacías con Kirsten porque pensaba que la ponías en peligros que ella no podría evitar por sí misma.Es normal que, sabiendo tan poco sobre los hechos de hoy, te culpe de su muerte. Pero estoy seguro de que se arrepentirá y te pedirá diculpas, es una chica muy reflexiva, ¿Verdad, Lily?
-Supongo que sí.-contestó, sin saber qué decir.
-Beno, sé que ha sido una noche muy larga, pero necesitáis dormir. Pronto amanecerá, y mañana debeis estar despejados.
-Profesor-dijo Lily tímidamente mientras James y Sirius se lavtanaban de sus asientos-¿Qué pasará con...Kirsten?
Sirius la miró fijamente y después miró a Dumbledore, que también se levantó, y caminando hasta el fondo del despacho, abrió la puerta.
-McGonagall habrá enviado una lechuza a sus padres, y estarán a punto de llegar. Cuando se decida algo, les avisaremos.Buenas noches.
Los tres salían de la habitación cuando Sirius se dio la vuelta de nuevo para dirigirse otra evz a Dumbledore, que ya entrecerraba la puerta de su despacho.
-Profesor Dumbledore, me preguntaba si...
-¿Qué ocurre, Sirius?
Sirius miró a Lily de reojo, esperando algo. La chica no sabía qé quería, sin embargo duró poco, porque Sirius se dirigó a Dumbledore otra vez.
-Mañana, es decir...hoy, dentro de unas horas, cuando lleguen los padres de Kirsten, me preguntaba si podría verles. Es decir, si podría usted avisarme cuando llegaran, por favor.
-A mi también me gustaría estar- añadió Lily, entendiendo al fin lo que Sirius quería decir.
-Claro que sí- dijo Dumbledore- Podéis ir todos. Seguro que necesitan el apoyo de los amigos de su hija. ¿Algo más?
Sirius negó con la cabeza y Lily no tuvo nada más que decir.
-Entonces, buenas noches.
Dumbledore cerró la puerta de su despacho y lo tres bajaron la escalera espiral. Al salir, la gárgola se cerró tras ellos con un ruido al deslizarse por el suelo para tapar la entrada.
-Creo que iré a la enfermería, con Remus.-dijo Sirius-No tengo sueño, iré a acompañarle hasta que lleguen los padres de Kirsten.
-Iremos contigo-dijo James mirando a Lily, que accedió con un movimiento de cabeza-Así, si Anne está con Lunático, no os mataréis el uno al otro.
-Está completamente loca-murmuró Sirius mientras caminaban por el pasillo hacia la enfermería.-No sé por qué la soportamos, la odi.o
-Sí lo sabes-dijo James cogiéndole del hombro- Y no la odias. Sólo...es una noche extraña.
-Ya.
Y los tres caminaron lentamente por el pasillo, hacia la enfermería, sin decir nada más, sinque hiciera falta: los tres se comprendían y se apoyaban, y no hacían falta palabras.
