60-BAJO EL ÁRBOL

Fue a partir de entonces que Lily perdió la noción del tiempo. Cuando,días más tarde, intentaba recordar lo que había sucedido, sólo venían a su cabeza las imágenes, pasando rápidas una tras otra, borrosas alguna, muy claras otras. No recordaba con claridad a James en el barro, pero sí la mirada fría y distante de Kirsten, erguida junto a Tom sobre todas aquellas lápidas blancas, su risa metálica. A menudo se preguntaba si realmente Kirsten era consciente de lo malígna que era en aquellos momentos bajo el efecto del brazalete, o realmente estaba sacando todo el rencor que acumuló durante tantos años por dejarla al margen. Desde su muerte, Lily se preguntaba con frecuencia qué habría ocurrido si en lugar de pensar tanto ella y James, hubiera prestado más atención al humor de Kirsten. Imaginó que nada de aquello habría ocurrido, que Dumbledore habría evitado que Tom se slaiera con la suya y ahora la estaría escuchando quejarse en la biblioteca porque los ÉXTASIS estaban a punto de llegar y estudiar no le gustaba nada. Sin emabrgo, en la mesa de la biblioteca donde estaba sentada Lily, sólo habían unos cuantos libros esparcidos, plumas,botes de tinta, y Anne, memorizando tomos de libros en voz baja en el otor extemo de la mesa. Por un momento, Lily habría jurado que Kirsten estaba allí mismo, pero por supuesto, sólo eran imaginaciones suyas que se repetían cada dos por tres.

Se frotó los ojos, cansada. Estudiar para los ÉXTASIS con el calor que hacía ya, y sobre todo, con la muerte de Kirsten y su risa divertida conviriendose poco a poco en la risa de su muerte rondando por su cabeza, hacía que estudiar fuera igual de pesado que levantar 40 kilos de peso con cada brazo. Llevaba toda la tarde ahí, y ni siquiera había memorizado dos hojas del Manal de Transfomación Avanzada.

-Lily, ¿estás bien?-preguntó Anne en voz baja, interrumpiendo su estudio y sacñando a Lily de sus pensamientos-Te noto distante.

-Ya-contestó afligida- Estaba pensado en Kisten.

Anne cerró los libros dando un resoplido, y metdió todas sus cosa en la mochila. Sin esperar a que Lily hicera naa, cerró los de su amiga también y le tendió una mano. Lily lam iró extrañada.

-Vamos fuera, nos vendrá bien dar una vuelta.

Lily accedió sin rechistar y salieron juntas de la biblioteca. El sol de mitad de mañana entraba a pleno por las estrechas ventanas, y dibujaba formas de luz en el suelo de piedra. El verano había llegado a Hogwarts, y no era una excepción los exteriores del castillo. Algunos alumnos chapoteaban con los pies en el laog, mientras le daban algunas sobras de la comida al calamar gigante, y le nieve se habría derretido porcompleto hasta dejar ver la hierba fresca, mientras el calo hacía que las túnicas que en invierno eran imprescindibles fueran lo más molesto del mundo.

Anne y Lily se acercaron al árbol bajo el que estaban James, Remus y Peter, cobigados bajo la sombra. Sirius estaba apoyado en el tronco, sin ningún libro en sus manos, nada en su regazo, mirando el horizonte.

-¿No estábais en la biblioteca?-dijo James, entrecerrando los ojos cuando las vio venir para que el sol no le deslumbrara.

-Bien lo has dicho, estábamos-dijo Anne suspirando,y sentándose entre Peter y Remus.-Pero no teníamos más ganas ni fuerzas.

-¿Y habéis avanzado algo?

-No mucho-contestó Anne a Remus, inclinándose osbre su hombre para ver qué leía y señalando con un dedo una de las hojas-Hemos dejado la morfología animal para después de cenar.

-No os va a da tiempo-dijo con un tono preocupado-¿A qué esperáis?

Lily habló un poco molesta.

-¡Perdona si no vamos a tu nivel!.No tengo muchas ganas de esrudiar después de todo, ¿sabes?

James la miró asustado, mientras Remus miraba preocupado a Sirius. Desde la muerte de Kirsten, el chico no hablaba mucho, aunque por lo menos no seguía encerado en su habitación. Todos estaban preocupados por él, e intentaban no mencionar a Kirsten cuando estaba delante, aunque lo cierto es que tampocodecía mucho. Esta ocasión era igual: Sirius no se movió, ni dijo nada.

-Oye, ya sé que está Sirius delante-dijo Lily al ver que Remus le miraba precavido-Pero no es difícil sólo para él. He dormido con Kirsten durante muchos años, era una de mis mejores amigas...no pretendas que lo supere de un día a otro y estudie sin más, como si nada hubiera ocurrido.

-Quizás no sea el momento adecuado para...

-¿Paa hablar de ello, Remus?-dijo indignada-¡Sois mis amigos, me estoy acordando de ella ahora! Si no es éste el momento y no os lo he de decir a vosotros, ¿A quién sino? ¿A la señora Pince? ¡Estamos todos dolidos y necesitamos de nuestro apoyo, y Sirius también! No es excusa que Sirus esté delante para no decirlo...

Remus iba a hablar cuando Sirius cambió la posición, y todos le miraron,temerosos de que volviera a enfadarse, o a gritar.

-Lily tiene razón, es muy libre de desahogarse cuando quiera. A mí no me molesta.

Un silencio se apoderó de la situación, mientras Lily no sabía qué decir. Sirius miraba ahora el lago, a un grupo de Slytherins, entre lsoq ue se encontraban Malfoy, o Snape, irritando a alumnos de primero. A Sirius se le contrajo la mandíbula, y miraba en ese punto fijo. Anne frunció el entrecejo, dispuesta a dar la réplica.

-No te molesta porque te encierras en tí mismo y nos ignoras competamente...Una de dos, o no nos necestias, no bien Kirsten está dejando de significar algo para tí...

Sirius se irguió, rojo de la ira.Aún así, apretó los puños, y se volvió a sentar.

-Esta vez no diré nada porque haré como que no lo he escuchado y tú no sabes lo que has dicho.

Ann estaba a punto de contestar cuando Remus levantó el brazo y le paró en seco.

-Bueno,cambiando de tema...-dijo con un tono casual muy mal fingido-Dentro de tres días es luna llena. Os aviso con antelación, porque yo mañana me iré ocn la señora Pomfrey...¿tu cenrás esta vez, Peter?

-Cuenta conmigo-dijo el chico, todavía mirando a Sirius de reojo.

James le dio un golpecito en el hombro a modo de señal.

.¿Vendrás, Sirius?

Sirius seguía mirando el mismo lugar, cuando parpadeó un par de ocasiones y miró a Remus con curiosidad.

-¿Tres días dices?-dijo volviendo a mirar al miesmo sitio-Si me encuentro bien, iré, claro.

James le miró extrañado, porque Sirius ya no estaba enfadado. Al revés, estaba con la mirada curiosa, la misma que ponía cuando preparaba algo, y eso era de lo más extraño. Sin embargo, no le dió importancia, y volvió a sus horrorosos apuntes sobre las pociones degenerativas.