Bueno, sé que quizá el fic está yendo algo lento, pero créanme, me estoy concentrando en el asunto. ¡Dejen reviews!
Los personajes de capitán Tsubasa con propiedad de Yoichi Takahashi y Shueisha (lo aclaro ahora para no tener que repetirlo más)
Caminos opuestos 9
Una vez en el otro vestuario Ken esperó impaciente a que Aoshi, que por cierto ya se había tardado, llegue.
-Seguro el bus me seguirá esperando –murmuró preocupado, cuando de pronto la puerta se abrió y dio paso a Aoshi, que espiaba para ver si no lo habían seguido
-Casi me ven –susurró misterioso- En fin, lamento el retraso, había mucho congestionamiento
-¿Te fue bien en la reunión? –preguntó Ken, que ya estaba cambiado con la ropa de Aoshi
-Obviamente –contestó el empresario con soberbia- Espero que hayas pasado esa prueba física
-Obviamente –lo remedó Ken irónico- No es la primera vez que la hago
-Bueno, entonces yo salgo primero, porque el bus sigue allí –propuso Aoshi, entreabriendo la puerta
-Aoshi, hoy me percaté de algo muy importante –le contó Ken pensativo- Yo tendré que irme a España días antes de que termine el pacto de dos semanas
-¿Cómo? No puede ser, hicimos un trato
-Ya lo sé, ¿pero qué pretendes? No me digas que quieres ser mi reemplazante en la selección durante ese viaje...
-¡Claro que no! No soportaría a esa tribu de bárbaros tanto tiempo –respondió Aoshi indignado- Bueno, ni vuelta que dar, entonces el trato terminará antes, igual y mi propósito está llegando poco a poco a su objetivo
-Felicidades, supongo... –comentó Ken con desgano
-Gracias, bueno es hora de irme, nos vemos en 3 días... –dijo el empresario, saliendo del vestuario
Cuando llegó al bus, Aoshi se encontró con que todos sus compañeros estaban refunfuñando en contra de Ken.
-¡Hasta que apareces! –lo regañó Ishizaki aburrido
-Sentimos no haberte pasado la invitación para venir al bus –se burló Kazuki
-Lamento mi tardanza –se disculpó Aoshi diplomáticamente, buscando un asiento libre- Pero estaba buscando un artículo personal extraviado...
-Otra vez con las "palabritas" –ironizó Sanae- Si se te quedó algo podías haber avisado ¿no?
-Estoy informándoles, señorita, el motivo de mi retraso –alegó Aoshi indignado
-¿Ya confirmaste que Sanae es señorita? –bromeó Kumi, ganándose una mirada de furia de su amiga
-Bueno, vámonos –ordenó Gamo de malas pulgas- Luego quiero hablar contigo, Wakashimazu
-Sí señor –contestó Aoshi tranquilamente
Una vez que el bus se fue, Ken salió de su escondite y se dirigió a buscar su automóvil. Tan rápido como pudo llegó a casa de Paola, donde ella ya lo esperaba. Ambos se dirigieron a un restaurante de comida árabe, donde disfrutaron de una velada tranquila, en la que conversaron acerca de varios temas. Ken trataba de no ser él, de encajar más en la personalidad que seguramente tenía Aoshi, creía que si su comportamiento cambiaba, entonces Paola se iba a cansar de él y finalmente mandarlo a volar, así sería más fácil decirle adiós y evitarla lo más que pudiera, pero...no podía, porque una parte de él sentía que se traicionaba si hiciera eso, entonces no le quedó otra que seguir con el juego, tratando de no ser tan extrañamente evidente. Cuando regresaban a casa de "su novia" pasaron, para evitar una vía muy transitada, por el estadio de entrenamiento. Entonces el muchacho notó que Paola había visto muy interesada el escenario de juego.
-¿Te gusta el fútbol? –preguntó espontáneamente, mientras en la radio del automóvil se escuchaba algo de "The Rasmus"
-Eh...tanto tanto para decir que me gusta, pues no...pero hallo interesantes los partidos de fútbol –admitió Paola pensativa
-¿Alguna vez asististe a uno?
-Varias veces, en París –aclaró Paola- Antes de conocerte ¿acaso no lo recuerdas?
-Mis recuerdos van y vienen –bromeó Ken, algo nervioso
-¿No recuerdas a Napoleón? ¿a Pierre? –insistió Paola desconcertada- ¿Mis amigos?
-No...
-¡Vamos Aoshi! Si tú fuiste el creador de la broma aquella en contra de Pierre... –continuó la muchacha, advirtiendo la mirada de "no entiendo" de su novio- ¿Acaso no recuerdas que cuando Pierre se presentó le preguntaste si había actuado antes en caricaturas de Hanna Barbera como "Pierre no doy una"? ¡Ese apodo fue la sensación! Hasta ahora lo es, Napoleón lo molesta con eso cada vez que puede...
-Jajaja, no me conocía ése lado tan gracioso –reconoció Ken divertido
-Supuse que le dijiste eso porque estabas celoso –murmuró Paola melancólica
-¿Celoso yo?
-Reconócelo, no soportabas que Pierre ni Napoleón estén siempre conmigo
-Supongo que debo confiar más en ti...
-No importa –lo despreocupó la Wakabayashi- De todos modos ya sé que a ti no te gusta el fútbol
-¿Bromeas? –preguntó Ken incrédulo, luego recordó "quién era"- No es que no me guste, es que...no lo entiendo
-Pues yo no sé mucho que digamos, pero me defiendo –dijo la joven sonriendo- Claro que desde que llegamos a Japón no he vuelto a ir a ningún partido, ¡pero no es que te reclame! Igual y ahora no me gustaría ir al estadio a ver a mi primo...
-Espera un momento –dijo el portero japonés, estacionando el automóvil- Ese tonito tuyo me sonó a "quiero ir a ver un partido de fútbol"
-Nop...
-Síp...¿en serio no te gustaría?
-Ja, claro que no, además...no hay partidos por estos días ¿no? La selección se ha estado preparando
-Pero aun quedan los modestos partidos de secundarias –le recordó Ken tranquilamente
-Hummm...algo es algo –concluyó Paola encogiéndose de hombros- ¿En serio me llevarías?
-¿Por qué no? Es una buena forma de eliminar estrés
-Y mira que tú te lo acumulas
-¡Entonces no hay más que decir! El domingo iremos a un partido de fútbol...
-Gracias Aoshi –le dijo la muchacha, sonriendo
Cuando llegaron a su casa, Paola invitó a Ken a pasar, pero éste se excusó diciendo que se encontraba muy cansado, cosa que no era mentira porque el examen físico lo había dejado exhausto.
-¡Casi lo olvido! –exclamó Paola- Aoshi, mañana no podremos vernos porque tengo que hacer unas prácticas
-Oh...bueno, no importa –contestó Ken algo desilusionado- Entonces nos vemos el domingo
-¡Claro! Adiós –se despidió la joven, marchándose
Mientras, en el salón de la Justicia...(lo llamo así porque iban a ajusticiar a Aoshi por haber cambiado tan radicalmente la conducta de Ken XD).
-Realmente estás decepcionándome Wakashimazu –le dijo Gamo severamente- Estás distraído, no quieres entrenar, haraganeas, te has vuelto irresponsable..., estás irreconocible
-Lo siento señor –dijo Aoshi, aburrido
-¡No es suficiente! –estalló el entrenador- Si sigues así tendré que verme en la penosa situación de dejarte en Japón, y no podrás acompañarnos a España
-¿En serio? –preguntó el muchacho, maliciosamente interesado
-Claro que hablo en serio –sentenció Gamo- Ahora vete a cenar con tus compañeros
-Permiso, señor...
Una vez que llegó a su habitación, Aoshi le comunicó a Ken de la dura decisión de su entrenador.
-¡Pero no puedes permitirlo Aoshi! –exclamó Ken casi en súplica- Tú no sabes lo que ese viaje significaba para todos nosotros
-Mira, no me interesa, pero el caso es que si no vas, así cumplirías nuestro trato –analizó Aoshi tranquilamente
-¡No me hagas esto!
-Y qué esperas que haga ¿que finja ser jugador de fútbol? Lo siento, pero no puedo...
-Yo estoy fingiendo ser un empresario –se excusó Ken
-Eso es sencillo, sin embargo lo que tú haces es trabajo físico exigente, para lo cual no me considero suficientemente apto...
-¿Crees que es sencillo fingir con tu abuelo que me sé todos tus proyectos en su empresa? –se indignó el futbolista- Al menos deberías intentar esforzarte un poco...
-Mira, si te hace sentir mejor, fingiré una lesión –propuso Aoshi- Así no tendré que entrenar...
-Y así tampoco viajaré –aclaró Ken con amargura
-¡Oh, vamos! Esto es conflictivo, si quieres terminemos el trato de una vez y así no te perjudico más
-¡No! –exclamó su interlocutor rápidamente
-¿Por qué no? –preguntó el empresario, desconfiado
-Porque...soy un hombre de palabra, y al menos hasta que no sea la fecha de irme a España, no podré retirarme
-Como quieras, de todas maneras este asunto me está aburriendo –reconoció Aoshi- No sé cuánto más soporte, además, extraño algunas cosas...
-Espero que con "cosas" no te refieras a Paola –le reclamó Ken indignado
-¿Me estás reclamando? Mira, no te des atribuciones que no tienes –advirtió el otro muchacho
-Ella no es una cosa...
-No, ya lo sé, pero es MI novia, que no se te olvide –puntualizó Aoshi hiriente- No te confundas, tú sólo eres como un reflejo mío, recuerda que ella no te ve a ti, me ve a mi...
-Y que lo digas –murmuró Ken dolido- Bueno ¿eso era todo, no?
-Sí, te llamaré si algo surge, adiós –se despidió Aoshi con desgano, colgando el teléfono
Al día siguiente Ken se veía muy pensativo, quizá algo triste, con mil ideas cruzándole por la mente.
-¿Te sientes bien, Aoshi? –se atrevió a preguntar su abuelo
-Sí abuelo –contestó Ken, tratando de parecer sereno
-Pues no lo pareces...
-Abuelo ¿crees que yo merezco todo lo que tengo?
-Pues sí, has trabajado mucho por lo que tienes –contestó el anciano extrañado, comiendo una barra de chocolate- Aunque...
-Qué...
-Aunque si te refieres a tu novia, sabes que siempre te lo recomendé ¿por qué? ¿tuviste problemas con ella?
-No, pero comprometerme con ella será un gran paso ¿no?
-¡Ja! Era eso, el terror prenupcial –sonrió el abuelo abiertamente- No te preocupes, les pasa a todos
-¿Y si no es feliz conmigo? –dudó el muchacho
-Pues entonces eso dependerá de ti Aoshi, para eso debes cambiar ¡ya te lo dije!
-¡Pero soy muy terco como para cambiar!
-No lo creo –dijo su abuelo misterioso- Personalmente creo que diste un paso importante...
-¿Cuál paso?
-"El" paso... –murmuró el anciano, saliendo de la oficina
-¡Vamos abuelo, no me dejes con la duda! –reclamó Ken, pero el señor Futagoza ya se había ido
En el entrenamiento, como ya había estado ocurriendo, Aoshi se negó a defender la portería. Incluso Genzo y Yuzo tuvieron que ponerlo bajo los tres palos a empujones y resguardar que no salga corriendo.
-¡No quiero quedarme aquí! –protestó Aoshi, cruzado de brazos y sentado sobre el césped
-Mira Ken, esto ya no es gracioso –le reclamó Genzo molesto- Si tienes esa actitud porque yo seré titular, créeme que es lo más infantil que pudiste haber hecho hasta ahora
-¿Tú eres el titular? –preguntó Aoshi tranquilamente- ¿Entonces para qué me hacen entrenar a mi? ¿Y qué función cumple él? –indicó a Yuzo
-Soy el tercer portero –respondió Morisaki, a punto de perder la paciencia
-Ya basta, déjenlo –ordenó Gamo enojado- Te lo advertí Wakashimazu...
-Mire señor –alegó Aoshi diplomáticamente, poniéndose de pie- Si quiere no me permita jugar, confíneme a hacer trabajos pesados o lo que se le ocurra, pero déjeme ir a España con ustedes
-¿Y por qué debería hacer eso? –preguntó Gamo cruzándose de brazos
-Porque por alguna absurda razón...eso significa mucho para mi –murmuró el muchacho, mirando al cielo
-No puedes acompañarnos si no te esfuerzas en ser parte beneficiosa para el equipo
-Admito que últimamente me he comportado diferente, ¿pero qué esperaban? No iba a durar para siempre mi gusto por el fútbol
-Mira Ken... –comenzó a decir Gamo, exasperado
-Por favor entrenador –se entrometió Kojiro, seriamente- Déjelo acompañarnos, le prometo que aunque Ken se porte haragán y egoísta ahora, cambiará su actitud en España
-Son los nervios –añadió Kazuki- Aunque no lo quiera reconocer, sabe que el tema de su padre lo tiene muy preocupado
Gamo miró a los tres muchachos alternativamente, analizó la situación unos segundos y luego volteó para irse.
-Bien, pero si se sigue comportando así en España, retornará a Japón sin reclamos y no volverá a ser convocado hasta que no cambie de actitud –determinó Gamo
-¿Oíste...Ken? –le dijo Kojiro mirándolo severamente- Será mejor que retomes tu actitud de siempre en España o todo se irá al demonio
-Claro...como te llames, gracias de parte de mi jugador interior –contestó Aoshi con sorna, marchándose del campo de juego
-¿"Como te llames"? –repitió Kazuki incrédulo- Oye ¿quién te crees...?
-Espera –le pidió Kojiro- No le digas nada, no vale la pena...
Durante el resto del día Aoshi se ausentó del campo de entrenamiento, confinándose al gimnasio, diciéndose a sí mismo que Ken debía estar muy agradecido con él por haber preservado su lugar en la selección ¬¬.
Mientras, Ken había estado tratando de ocupar su mente con el trabajo que hacía en la empresa de Aoshi. Cuando su jornada terminó se encontró con que su abuelo había regresado a despedirse de él.
-¿Qué harás mañana? –le preguntó su abuelo
-Iré a un partido de fútbol con Paola –contestó el muchacho despreocupadamente
-¿Fútbol? Jaja, no me hagas reír Aoshi, bien que sé que el fútbol para ti es una aberración de la naturaleza –se burló el anciano
-Pues lo creas o no, iremos –se defendió Ken desafiante- Si quieres acompáñanos...
-¿Hablas en serio? –preguntó el señor Futagoza, dejando de reír
-Tan en serio que te pido que mañana seas tú quien pague los refrescos
-Trato hecho –concluyó el anciano sonriendo- También llevaré un violín por si el caso amerita...
-Abuelo...
-Bueno, me voy –se despidió su abuelo, dándole la mano- Sinceramente, me da gusto conocerte...
Ken vio marcharse al anciano con una gran confusión por lo últimamente dicho por éste, sin embargo no pudo alegar nada cuando reaccionó porque nuevamente se encontraba solo. Cuando llegó a su departamento se echó sobre su cama y se quedó en la oscuridad, mirando el techo, cuando el sonido de su celular lo hizo despertar.
-Espero no molestar –le dijo Paola tímidamente
-Claro que no –respondió Ken sonriendo
-Llamaba para asegurarme que no era un chiste eso de ir mañana al estadio
-Pues no lo es –aseguró el muchacho- Incluso invité a mi abuelo ¿no te molesta, no?
-No, tu abuelo es muy simpático
-Entonces mañana paso por ti para ir al estadio –propuso el muchacho animado- ¿Crees que Tomiko y Tao quieran ir?
-No, me dijeron que tomarán su día libre –respondió Paola
-Qué lástima, entonces...hasta mañana
-Hasta mañana...
