Gracias a Katjya por sus comentarios y a mi amigocha-antagonista Lily, porque sé que Ken te simpatiza tanto como Genzo a mi, por lo que es un logro que estés siguiendo este fic. ¡Saludos!
Caminos opuestos 15
Ken aun se hallaba durmiendo plácidamente, mientras Paola se encontraba despierta, sentada sobre la cama, vestida únicamente con la camisa del pijama de Aoshi (ja! Eso suena raro sí o sí XD) y contemplando al muchacho, sólo iluminada con la tenue luz de una lámpara de la mesita de noche. De pronto, para sorpresa suya porque era media madrugada, su celular sonó y ella contestó, era nuevamente aquél número del que Aoshi había llamado ya en dos ocasiones, pero no podía ser, pensó ella, porque él estaba en ese momento a su lado.
-¿Aló? –contestó Paola en voz baja, pero nadie contestó- ¿Quién es? Mire que si es una broma, no es graciosa
-¿Quién es? -preguntó Ken adormilado, el sonido del celular lo había despertado
-No sé –respondió la muchacha encogiéndose de hombros
-¿Aló? –dijo el joven tomando el aparato, pero ya se escuchaba sólo el sonido característico de cuando cuelgan del otro lado
-¿Tú me llamaste de un número similar?
-¿Yo? Para nada, siempre te hablo de mi celular
-Qué extraño...
-¿No estabas durmiendo? –le preguntó Ken incorporándose, al verla sentada
-Nop, no tengo sueño –admitió ella sonriendo
-¿Qué hora es? –volvió a preguntar el muchacho, restregándose los ojos
-Casi las 4 de la mañana –le dijo Paola viendo su celular
-¿No piensas dormir? Mañana tienes clases –le recordó el joven, echándose nuevamente
-No, porque no quiero perderme ni un momento de esto que estoy viviendo...
-Ven acá –le pidió Ken suavemente, estirando un brazo, donde la muchacha se acomodó
-Aoshi, júrame que nunca cambiarás –le pidió Paola abrazándolo con fuerza
-Créeme que éste Aoshi nunca cambiará –respondió Ken enigmáticamente
Y nuevamente uno en brazos del otro, se quedaron dormidos.
Durante toda esa noche Aoshi tampoco pudo dormir. La pesadilla de la otra vez se repetía con más frecuencia, y a ella se sumaban una serie de caras conocidas por él que se le reían maliciosamente al verlo atrapado en el espejo. Fue por eso que se despertó repentinamente, bañado en sudor y con el mismo mal presentimiento de otras veces, lo primero que se le ocurrió fue llamar a Paola, sin fijarse la hora que era. Cuando ella contestó, con sólo oír su voz, se sintió más reconfortado, sin embargo no tuvo el valor, por vez primera, de articular palabra y decirle algo a su prometida, así que inmediatamente colgó; sintiéndose tonto por estar avergonzado cual adolescente con un amor secreto y sin imaginar ni cercanamente el motivo por el cual aun sentía angustia en el pecho.
Al día siguiente, cuando despertó, sólo una idea se encontraba fija en la mente de Aoshi: acabar con el teatrito de una vez por todas. Desayunó tan callado como siempre, pensando cómo podía planear todo de manera que el cambio entre él y Ken no resultara tan evidente, aunque eso no sería tan preocupante, ya que todo el equipo lo veía como bicho raro y estaba seguro que con el otro muchacho ocurría lo mismo.
Cuando todos iban saliendo del bus hacia el entrenamiento de la mañana, Kojiro interceptó a Aoshi y le inició una plática trivial. El muchacho no le prestaba atención y continuaba con su camino cual robot programado.
-¡Oye Ken! –llamó el tigre japonés- Mira, ahí está tu novia
-Yo no tengo novia –murmuró Aoshi entre dientes, recordando la aclaración de Ken
-¡No es justo con ella! –se burló Kazuki, rodeándolo amistosamente con un brazo- No por no haber formalizado no son nada
-¿Qué dices? –preguntó Aoshi intrigado
-Ella fue tu secreto amor desde la secundaria –continuó Eirina mirando melancólicamente a Yoshiko, que estaba esperando a Hikaru XD- Y sé que jamás has querido aceptarlo con nadie, y menos con nosotros, pero ella vino por ti
-Y como caballero que eres deberías por lo menos darle un beso de bienvenida a la abnegada Yoshiko–acotó Kojiro con una media sonrisa, mientras Takeshi los miraba con reproche y seguía de largo
Aoshi analizó la situación por un momento, era cierto, él era todo un caballero y no podría hacerle un desplante tal a una mujer. Así que caminó lentamente pero decidido hacia la ex asistente del Furano, maldiciendo a Ken por no haberle contado algo así.
-Hola Yoshiko –saludó Aoshi con una pequeña reverencia
-Eh...hola Wakashimazu -respondió ella confundida devolviendo el gesto, ya que jamás había entablado una charla con el portero japonés, prácticamente para ella era un completo extraño
-Lamento no haberte llamado –se disculpó Aoshi como si estuviera leyendo un guión
-¿Perdón? –preguntó la muchacha más que confundida- No sé a qué te...
Pero Aoshi no la dejó terminar, porque dispuesto a cumplir con el rol de Ken hasta que su trato dure, no podía echar a perder su actuación, así que sin más ni más...besó a Yoshiko en los labios.
-Te lo dije –murmuró Kojiro triunfal
-¡Ups! Ver para creer –dijo Kazuki atónito
-¡Qué se supone que estás haciendo Wakashimazu! –estalló Hikaru, arrojando su maletín a un lado y abalanzándose sobre Aoshi, mientras Yoshiko quedó congelada y completamente roja, sin entender qué acababa de pasar
-¡Qué te pasa! –reclamó Aoshi, tendido en el piso, con Hikaru sobre él tratando de asfixiarlo mientras medio equipo trataba de detenerlo- Sólo estaba saludando a mi novia
-¡Cuál novia! –se quejó Matsuyama enardecido
-¡Te volviste loco o qué! –le reclamó Jun enojado, agarrando con fuerza a Hikaru- ¡Yoshiko es la novia de Matsuyama!
-¿Qué? –preguntó Aoshi incrédulo, dirigiendo su mirada rápidamente hacia Kojiro y Kazuki, que lo miraban burlones
Después de un rato de lidiar con él, pudieron quitar al Águila del Norte de encima de Aoshi, que se sentía humillado y descubierto. Gamo regañaba a ambos contendientes, pero el empresario no oía nada. Cuando debían retornar hacia la cancha vio de reojo a Yoshiko, muy avergonzada, pidiéndole disculpas a Hikaru. Y pese a haber conocido a un serio y duro Matsuyama, Aoshi fue testigo de cómo el hielo del chico se derritió regalándole una sonrisa a su novia, quien lo abrazó conforme.
En el vestuario, Futagoza tardó lo más que pudo en cambiarse, se encontraba pensativo analizando todo lo vivido hasta ese entonces.
-Lindo espectáculo –escuchó comentar socarronamente a Kojiro
-Lárgate –exigió Aoshi molesto
-¿Sabes? –continuó Hyuga, sentándose tranquilamente en una banca- Si no fuera porque lo presencié totalmente lúcido, diría que esto es producto de una noche de farra, y mira que no tomo...
-¿Y eso a mi qué me importa? –escupió el empresario enojado
-No juegas al fútbol, tienes un lenguaje de señorita, te llevas mal con todos e incluso con tus mejores amigos –enumeró el delantero japonés despreocupadamente- Síp...definitivamente no eres Ken
-¡Ja! ¿a qué te refieres? –preguntó Aoshi tratando de mantener la compostura
-A mi no me engañas, conozco a Ken desde que éramos niños, él jamás se comportaría como tú...¿cómo es que te llamas?
-Mario Poppins, jajaja –se entrometió Kazuki- Sólo alguien con ese nombre sería tan...ridículo
-No sé de qué hablan –dijo Aoshi seguro, tratando de salir
-Dónde está Ken –preguntó Kojiro amenazante- No me digas que es el tipejo que vi en ese lujoso automóvil, con ¿su novia?
-¡Ella no es su novia!
-Vaya, entonces sí era él –murmuró Kazuki sorprendido
-A mi no me importa que sepan que yo no soy su estúpido amigo –dijo el empresario desafiante- Nadie va a creerles...
-Sólo te digo que si Ken no regresa para el viaje a España, la vas a pasar peor de lo que has vivido hasta ahora –insinuó Kojiro
-A mi no me amenaces
-Si no era amenaza –aclaró divertido el otro delantero del Toho- Era sólo una advertencia "sobre aviso no hay queja"
Y dicho esto ambos jugadores salieron del vestuario sonriendo triunfalmente, mientras Aoshi descargaba su furia pateando su casillero (bueno, al menos a algo le achuntó al patear XD).
En el departamento de Aoshi, Ken y Paola se habían levantado y se hallaban buscando algo para desayunar.
-Veamos... –analizaba la joven, buscando en el refrigerador- ¡Vaya! Al menos hay leche
-Aquí encontré algo de cereal –comentó Ken mostrándole una caja que había sacado de la alacena
-Algo es algo –respondió ella, sonriendo y dirigiéndose a la mesa luego de sacar un par de platos y cucharas
-¿Ni siquiera encontraste jugo? –le preguntó el muchacho, sirviendo el cereal en ambos platos
-¿Y me preguntas a mi? –se indignó Paola divertida- Se supone que eres el dueño de casa
-Bueno, pero a veces no recuerdo qué cosas pongo en el refrigerador –se defendió el japonés sonriendo
Se pusieron a desayunar comentando algo sobre los negocios de los Futagoza. Cuando Ken terminó se dirigió al lavaplatos dispuesto a poner un poco de orden en la cocina, que realmente se veía revuelta, pero Paola se lo impidió.
-¡Ah, no! Tú ve aterminar de alistarte ya –prácticamente le ordenó la muchacha, quitándole los utensilios de las manos- Yo no tengo clase temprano en la mañana, así que me encargaré de limpiarlo todo
-Pero... –trató de alegar el joven, siendo empujado por "su novia"
-Nada de peros, y apúrate que es tarde
Minutos después Ken estaba listo, vestido con un elegante traje, para irse a la empresa de los Futagoza.
-Bueno, hora de irme –le dijo a Paola, acomodándose el nudo de la corbata
-Por tu departamento no te preocupes –comentó la Wakabayashi- Lo dejaré muy limpio
-No sé para qué, si de todos modos tengo una sirvienta para eso
-Ya lo sé, pero quiero ir entrenándome para todo lo que me veré obligada a hacer, con gusto por cierto, cuando estemos casados –recordó Paola, abrazándolo con cariño, mientras eso para él fue algo así como una puñalada en el corazón
-Entonces, nos vemos después –se despidió Ken sonriendo forzadamente
-Que te vaya bien –respondió la muchacha, dándole un rápido beso en los labios
Cuando Paola cerró la puerta, luego que Ken se había ido, iba de retorno a la cocina cuando se topó con una fotografía de ella y Aoshi con la torre Eiffel por detrás, lo que le trajo bonitos y melancólicos recuerdos. Dispuesta a dejarlo todo limpio, como ya había ofrecido, se puso a lavar los trastes; de pronto su celular sonó y, como estaba con las manos mojadas, contestó como pudo y lo puso entre su hombro y una mejilla.
-¿Aló? –dijo, acercándose nuevamente al lavaplatos
-¿Paola? Cómo estás hija
-¡Madre! –exclamó Paola sorprendida, dejando caer el celular al agua- ¡Oh, demonios!
Desesperada, sacó el aparato del agua y lo sacudió.
-Demonios, demonios –murmuró molesta, tratando luego de hablar nuevamente- ¿Aló, aló?
-¿Qué pasa Paola? –inquirió su madre curiosa, al haber escuchado tras su saludo un "glú, glú, glú..."XD
-Eh, nada –contestó su hija tratando de calmarse
-Menos mal. Llamaba para avisarte que Philippe y yo llegamos a Tokyo hace apenas una hora –contó su madre emocionada- Así que queríamos almorzar hoy contigo y con Aoshi
-¿Hoy? No sé, tendría que preguntarle a Aoshi
-No me lo niegues –le pidió Sabrina- Te he extrañado mucho y también quiero volver a ver a tu novio
-Bueno, trataré de convencerlo
-Entonces te llamo después para ultimar detalles –concluyó la madre de Paola- Adiós hija
-Adiós madre –respondió la muchacha, colgando y después echándose a reír por el incidente- Jajaja, soy muy torpe...
En el entrenamiento, cuando todos se encontraban calentando antes de iniciar, notaron que Aoshi además de estar malhumorado parecía pensativo.
-¿Qué le dijeron? –los regañó Takeshi
-Qué le dijimos de qué –reclamó Kazuki indignado- ¡Te lo dijimos! Ése no era Ken
-¿Y si se confundieron?
-Naaa...tarde, él ya se reveló –dijo Kojiro tranquilamente
-No puede ser –murmuró Sawada incrédulo, mirando a Aoshi
-Pues es, por alguna extraña y marciana razón ése que está allí se parece a Ken –continuó el ex capitán del Toho
-Pero si ése de allá está aquí y no es Ken –analizó Kazuki- ¿Dónde está nuestro amigo?
-¿Con la novia de aquél? –se burló Kojiro- Porque viste su reacción en cuanto la mencioné
-No sé en qué líos estará metido, ¡pero más le vale contarnos! –sentenció Sorimachi divertido
-¡Bien muchachos! –los llamó Gamo- Hoy practicaremos tiros a la portería: Genzo tú ve a la sur, y Wakashimazu...tú vé a la norte –ordenó el entrenador muy seguro, pero deseando en el fondo que no se cree otro conflicto a causa de Aoshi
Para sorpresa de todos el muchacho obedeció y se fue a parar a la portería indicada. Hubo algunos que incluso creyeron que ya se había quedado sordo o que de plano no entendió la orden, porque la siguió sin chistar. Gamo dividió a los demás jugadores en dos grupos, uno para cada portería. Cuando el ejercicio dio inicio, mientras en la portería de Wakabayashi todo se llevaba a cabo con normalidad, es decir, con participación activa de portero y jugadores; en la portería de Aoshi nadie tenía ya ganas de hacer ningún tiro, porque el "portero" se había quedado como estatua, parado en el centro sin moverse o siquiera mostrar deseos de hacerlo.
-¡Vamos Wakashimazu! –se quejó Izawa- Al menos intenta parar un tiro
-¡No puedes seguir con esa ridícula actitud! –lo secundó Nitta exasperado- No me digas que perteneces a una religión en la que es malo agarrar o desviar balones de fútbol
-En vano se desgañitan –comentó Kojiro burlón- No lo va a hacer, no detendrá un miserable tiro, y más que porque no quiera, es porque no puede –aseguró mirando a Aoshi, quien sintió su sangre hervir en sus venas al verse retado por el delantero japonés
-¡Vamos, a ver, hagan un tiro! –los desafió Aoshi, sorprendiendo a todos, porque hasta ese momento había permanecido callado- ¡No es tan difícil!
Sus compañeros compartieron miradas de complicidad y se pusieron a realizar sus tiros. Aquello daba pena, aparentemente era mejor ver a Aoshi quieto sin hacer nada, que intentando desviar o atrapar los balones, porque realmente era pésimo.
-Ya déjalo, no estás en forma –sentenció Kojiro, dando media vuelta
-¡Lo haré! Sólo un tiro más –pidió Aoshi desafiante
-Te lo advertimos –comentó Kisugi burlón, preparándose para tirar
Kojiro se detuvo un instante para escuchar nuevamente el sonido que hace el balón cuando choca contra la red, pero se quedó esperando. Intrigado volteó y descubrió que Aoshi se hallaba en el suelo, abrazando firmemente el balón. Diplomáticamente se paró, lanzó el balón con un brazo hacia donde estaba Kojiro y se limpió la tierra del pantalón. Antes que pudiera darse cuenta de lo que pasaba, le llegó un balonazo en pleno abdomen, que lo arrojó al interior de su portería (al más puro estilo CT).
-No trates de darte aires de superioridad conmigo –advirtió Kojiro, retirándose de la cancha, mientras los demás, incluso el entrenador y los jugadores de la otra portería veían estupefactos tal escena, porque jamás se habrían imaginado una discusión tal entre Ken y Kojiro
-¿Duele mucho? –preguntó Kazuki irónico, acercándose a Aoshi e inclinándose un poco- Eso te pasa por tomar el lugar que no te corresponde...
-¿Estás bien? –inquirió Takeshi preocupado, brindándole una mano al empresario para que se levante
-Sí, gracias –murmuró Aoshi enojado y humillado
-¿Te encuentras bien Wakashimazu? –preguntó Sanae, acercándose a ellos
-No fue nada, sólo un golpe...
-Será mejor que vayas a la enfermería –sugirió Yukari tímidamente
-¿Me creen acaso tan débil? –se ofendió el improvisado portero
-No, yo sólo... –trató de excusarse la prima de Jito
-Ella sólo trataba de ser amable –intervino Sanae enojada- ¿Por qué te comportas así? Es decepcionante que hayas cambiado tanto en tan poco tiempo
-Yo no cambié, siempre fui así –aclaró Aoshi- Pero ustedes no se dan cuenta...
Aoshi se fue bastante enojado con todos, mientras Takeshi lo veía marcharse, pensando decepcionado que él realmente no era su amigo de siempre, y acababa de admitirlo.
