Disclaimer: League of Legends y sus personajes no me pertenecen. Y realmente me gustó mucho lo que hicieron al mostrar un mapa tan trabajado de Valoran, cambiaron algunas cosas que afecta directamente a varios de mi fics de Lol, pero tratare de modificar en este la parte nueva, en los demás lo dejare asi, respetando el lore del tiempo en el que fueron escrito.
Capítulo 6
Ezreal: El viajero del tiempo
Despertó sintiendo una incómoda humedad.
La superficie en la que se encontraba era dura y fría, así que no demoró más en despegar su rostro de esta y acomodarse de forma de quedar sentado con las piernas cruzadas, inspeccionando lo que lo rodeaba mientras despertaba.
Se encontraba en un callejón estrecho, oscuro, los adoquines en el suelo era irregularmente incomodos y sucios, parecían seguir inclusive afuera de ese lugar, donde podía ver a personas caminando, cubiertas, mientras una nube de humo densa los envolvía. Era difícil ver mas alla de eso.
Ezreal trató de recordar cómo había llegado hacia allí. Y como habitualmente hacia cuando trataba de ubicarse, primero intento ver la hora en su reloj.
"En tu bolsillo"
Era lo que decía un pequeño papel pegado en el mecanismo de su muñequera, reconocía su propia letra.
Si reparar más en el pequeño papel, metió ambas manos en todos sus bolsillos, hasta que finalmente dio con un papel, de la misma calidad que el primero, solo que doblado y notablemente más grande.
Volvió a reconocer su letra, y se concentró en leer.
"Querido yo:
Seguro te encuentras confundido y desorientado, nada nuevo en nuestra vida, supongo, pero esta vez, déjame ayudarte.
Tratare de resumirlo, como es habitual, el tiempo apremia y mucho me temo que cuando leas esto ya no nos quede mucho… o quizás me equivoque y por una vez las cosas estén de nuestro lado.
¿Recuerdas la puerta hextech que encontramos en las cavernas de tierra? Resulta que al parecer también lo trataban los antiguos Yordles. Aun no lo tenemos en claro. Así que lo llamaremos sencillamente "El portal" a partir de ahora.
Jinx atacó el museo donde se exhibía, nada nuevo, te podrás imaginar, pero algo pasó mientras. El portal se activó de alguna forma y se tragó a Jinx y Caitlyn.
Junto con el Doc. Estuvimos estudiándolo lo más que pudimos y averiguamos algunas cosas, lo necesario para traerlas de vuelta.
Vi fue a uno de los lugares donde creemos que esta una de ellas, y a ti te mandamos al otro punto. No sabemos a dónde y hay una probabilidad muy alta que ahora te encuentres en un lugar y tiempo diferente… y una baja probabilidad de que inclusive sea otra dimensión.
Estoy seguro que estarás curioso de estos estudios y como llegamos a varias de estas conclusión, pero no es momento para eso.
La prioridad es que encuentres a la Jinx o a la Caitlyn de nuestro tiempo, la que conoces, y una vez que des con ella traerla de regreso a donde pertenece.
Tienes un reloj Yordle, está en cuenta regresiva. Cuando llegue el momento se abrirá un portal y deberás cruzarlo con la que encuentres. De no encontrar será mejor que regreses solo… o sea, no seamos ridículos, ambos sabemos que lo lograremos.
No llames la atención y aunque estés curioso, como siempre, trata de no pasarte de listo. Hay muchas formas de alterar el presente con solo causar una pequeña modificación en el tiempo que estés ahora.
Tu y yo lo sabemos bien. Hay cosas que es mejor no saber.
Trae de nuevo a Caitlyn o Jinx.
Eres un explorador después de todo, hemos encontrado cosas más difíciles de buscar. Una escandalosa y una oficial que seguro desea ser encontrada no debería ser un desafío.
¿O me vas a decir que necesitas un mapa?"
El rubio bajo el papel y rascándose la cabeza volvió a contemplar lo que lo rodeaba.
Dudaba que aun estuviera en Piltover.
Puso atención ahora al reloj en su muñeca.
Tenía 11 horas con algunos minutos.
"Bueno… es un montón de tiempo… vamos a comer algo primero… y de paso averiguar a donde demonios estoy ahora"
Caitlyn miraba con cuidado el mango de la pequeña pistola que trataba de improvisar.
Sabia de los peligros de crear armas con partes recicladas. Le tenía mucho respeto a lo que hacía pero al mismo tiempo estaba convencida por su habilidad de que lo hacía bien.
Luego de ensamblar una de las partes, su vista se levantó un poco y fue a parar a uno de los lados de la mesa, donde una niña de cabellos azules pegaba su nariz a la madera y miraba aun con más atención de la que ella estaba poniendo.
—¿De dónde sacaste esa gorra? — le preguntó y la niña inmediatamente levantó su vista a ella, sonriéndole enormemente.
Caitlyn aguanto la respiración al reconocer la misma sonrisa de la Jinx adulta cuando algo marchaba como ella había planeado.
—¡¿Esta?!— preguntó despegándose finalmente de la mesa, tomando con una mano la gorra negra, gastada que llevaba—¡Es la gorra del poder!
—¿La gorra… del poder? — exclamó pausadamente mientras veía la prenda.
No era nada que llamara la atención realmente, se trataba de una simple gorra de color negro gastado, que hasta se deshilachaba en uno de los costados de la visera… pero Jinx la tenía ahora entre ambas manos como si fuera lo mejor que haya encontrado en su vida.
—Sí, mira, cuando te la pones así— comenzó a decir mientras dejaba la gorra con la visera al frente— es que estas super concentrada, puntualizándote en algo, enfocándote ¿Ves la curva de aquí? — señalaba la curva de la visera— es justamente para que tu mirada se enfoque.
—Parcialmente incorrecto…
—¿Qué?
—Nada… nada… continua.
—¡Y cuando te la pones así…! — exclamó poniendo la visera hacia atrás y dejando que un fleco celeste saliera por arriba de la tira de ajuste— ¡Es que puedes desatar tu locura y gran poder desenfrenado! ¡Como un "twich"!
—¿Un qué?
—¡Un "swich"!
—…
—¡Un "shhhhhwicht"!
—¡Ay, vamos, Keilin!— exclamó poniéndose la gorra y haciendo el sonido con su boca cada vez que la giraba— como cuando aprietas un interruptor y ¡Boom! Se hace la luz… o la explosión.
—Ya veo…— comentó finalmente, sin mucho interés, viendo la conducta como algo infantil y tonto, pero sin ánimos de discutir, menos aun cuando Jinx parecía encantada de que finalmente entendiera el propósito de la gorra.
Inclusive parecía que la niña había estado esperando, con poco disimulo, que la mayor le preguntara por su gorra.
—Yo tenía un sombrero…—comentó con desdén mientras desarmaba la parte del cañón, pero se detuvo al instante al notar lo distendido del comentario.
—¡¿Un sombrero del poder?!
—¿Qué? No… no importa.
—Sí importa, si importa— contestó con rapidez la niña— ¿Es un sombrero del poder? ¿Qué superponer tiene? ¿Cómo sabes cuando esta encendido o apagado? ¿Tiene un delante y un revés? ¿Cómo lo activas?
—No lo… no lo activas.
—¿Y cómo es? ¿De qué color es? ¿De qué material es? ¿A dónde está?
—Esa es… de hecho esa es una buena pregunta…
Caitlyn no había reparado en eso desde que sobrevivir le pareció más importante, pero no recordaba nada de su sombrero. Difícil era saber si estaba con ella cuando la secuestraron para llevarla al laboratorio, ni siquiera tenía su ropa con ella.
—¿Y bien?
—Mmm lo perdí… supongo.
—¡¿Perdiste tu sombrero?!
—Si, bueno… no era tan importante.
Mentira. De hecho solo con mencionarlo sintió la necesidad de buscarlo, inclusive en su cabeza se atravesó la idea de volver al laboratorio si podía dar con alguna pista de él.
—¿Y cómo era?
—Te dije que no era realmente importante.
—Eso no es cierto— contestó con contundencia haciendo que Caitlyn la mirara con curiosidad— nunca mencionas nada de ti, lo poco que se son cosas que deduzco de lo que te observo, pero es la primera vez que dices algo como "yo tenía un sombrero" debe ser importante… para que lo menciones… sin que te atosigue a preguntas…
Caitlyn siguió viendo el escritorio con las armas, tratando de ignorar las deducciones de la más chica, pero parecía que su silencio le dio pronto la razón.
—Te lo dije, soy una genio, no puedes engañarme— contestó con contundencia acercándose al escritorio también, apoyando sus brazos en la madera, ocupando la mitad del espacio de forma que al mayor no pudiera seguir en su labor— vamos, cuéntame sobre el sombrero, vamos, vamos, ¡vamos!
Ezreal entró en la oculta taberna que divisó gracias a un letrero, de no ser por él, las escaleras que llevaban hacia abajo, donde estaba la entrada, le hubiera sido imposible de ver.
El paseo que dio rumbo a donde estaba ahora le había bastado para darse una buena idea de cuando y en donde se encontraba, pero no tenia idea como empezar a buscar a Caitlyn o Jinx.
"Peor aún… la una de la otra me dispararían a lugares opuestos" pensaba mientras se sentaba en la barra y esperaba al camarero que parecía atender a unos tipos al otro lado "Si se trata de Jinx… bueno… ella conoce este lugar mejor que yo, me tomaría horrores rastrearla por Zaun… siendo lo más probables que se quede aquí… en su "casa" pero… por otro lado, si se trata de Caitlyn quizás pierda el tiempo aquí en Zaun… quizás debería dirigirme directamente a Piltover y empezar la busca allí… después de todo, es lo que ella haría de encontrarse en esta situación"
Volvió a mirar el reloj, aun tenia tiempo, pero eso era algo relativo respecto a su labor.
—Un jugo de naranja… bien frio— le pidió al camarero quien lo miró de mala gana por el infantil pedido, pero como respuesta Ezreal sacó de su bolsillo una pequeña piedra trasparente de color rojo, se la mostró y volvió a guardarla— frio, sin cubos de hielo, odio el jugo aguado ¿Se entiende?
El tipo ahora asintió obedientemente y fue a preparar el trago.
"Zaun y su economía que no cambia en 2 siglos… siguen volviéndose locos por una pequeña piedra de estitilina" pensó el chico viendo a su alrededor en la taberna.
El lugar era igual a lo que era afuera. Sucio, oscuro y llena de gente que ponía a uno paranoico, deseando en realidad estar solo.
El sujeto volvió con el mas limpio de todos sus vasos, con un contenido de un color naranja intenso, Ezreal podía adivinar que estaba fresco solo con ver las gotas de corrían por el vidrio.
—Excelente— felicitó él, y sacó una de las piedras, ofreciéndosela al tipo, quien la tomo asintiendo agradecido, pero luego sacó otra mas y el sujeto lo miró quieto, expectante, el rubio le hizo señas para que se acercara un poco más— y… ando buscando a una chica.
El camarero se acercó más, disimuladamente, confidente, esperando saber lo que su cliente quería para recibir la recompensa extra-
—Bueno… de hecho ando buscando dos, pero si sabes solo algo de una de ellas… la estitilina es toda tuya— dijo, mostrando la piedra de nuevo, cerciorándose de tener su atención— buscó a una chica de pelo celeste, muy escandalosa, de nombre Jinx. Es de contextura delgada, alta y piel clara— terminó y pudo ver en el rostro de su interlocutor ni un rastro de pista— la otra chica, es alta también, voluptuosa, muy linda… de cabello oscuro y mirada afilada, siempre lleva consigo un enorme sombrero que…
—¿Cómo este?
Ezreal y el camarero desviaron su mirada a un lado del lugar, donde una mesa con tres sillas se ubicaba en un rincón oscuro.
El chico distinguió la figura que le hablaba, un hombre corpulento, cubriendo su enorme ser con una manta sucia, sostenía en su mano sin cuidado un sombrero que para él era imposible de confundir.
—Parece que hoy no tendrás mucha propina ¿Eh? — comentó con cierto humor al camarero y tomando su vaso de jugo se dirigió a la mesa— te diré que— comenzó mostrando la piedra entre sus dedos, haciéndolas desaparecer como por magia. De un segundo a otro aparecieron dos gemas, y luego tres— te triplico la ganancia… solo con contarme la historia de ese sombrero.
—No tengo ningún interés en tus mugrosas piedras— comentó el tipo, pero extendió una mano en señal a una de las sillas a uno de sus costados— pero creo que tenemos objetivos en común… muchacho.
Ezreal sin intimidarse por el desprecio de su oferta, guardo las piedras y tomó asiento, haciendo girar la silla de modo que su quijada se apoyaba en sus brazos junto con el respaldo de la silla.
De forma relajada ladeo su cabeza y con una mirada seguro esperó a que el hombre hablara.
—Dices que buscas a la dueña de este sombrero… bien, yo también… pero te escuche decir otro nombre… ¿Jinx?
—Puede ser… quizás escuchaste mal… ¿Quién sabe?
—Se nota que no eres de aquí, no tienes idea de quién soy…
—Oh, eres muy intuitivo… ahora mi turno— comentó sin cambiar mucho de postura, solo levantando un dedo para señalar una mesa continua— tus amigos— mencionó señalando a un grupo que los miraba atento, y ahora moviendo el dedo hacia otra mesa al contrario opuesto— mas de tus amigos— volvió a decir— todos armados y de mal humor. El hecho que no me estén agarrando y amenazando quiere decir que, de verdad, como de verdad, quieren la información que tengo de "mis" chicas. Y como no me lo están sacando a la fuerza podría decir que están cansados de buscarlas sin conseguir nada…
—Aun es temprano para las amenazas, es solo eso.
—Lo tendré en cuenta— comentó el rubio sin inmutarse— también quiero que anotes algo, tu tampoco sabes quien soy, y no, quizás no tenga la fuerza bruta de todos tus hombres juntos, pero créeme, con solo chasquear mis dedos— mencionó mostrando sus manos, uniendo los dedos indicie y pulgar— desaparece de tu vista y de todos ellos para nunca mas volver… como las posibilidades de encontrar a tus "objetivos"
—Bien… bien… parece entonces que ahora si podemos "hablar"— comentó el sujeto acomodándose en su silla, lanzando una mirada a las mesas que el chico había señalado.
Todos los ahí presente, incluyendo el camarero desviaron su mirada y disimulaban estar en sus propios asuntos, sin reparar más en ellos dos.
—La chica del sombrero… no tengo idea de su nombre en realidad— comenzó el sujeto capturando la atención del rubio— apareció un día y la… "tomamos" …
El rubio enarcó una ceja y de repente el mal humor le atacó, pero pudo controlarse.
—Pero escapo hace dos días…— siguió sin importarle la expresión en él— se llevó con ella a alguien muy… muy importante para nosotros.
—¿Alguien?
—La chica de cabello celeste a la que llamaste… "Jinx"
Eso si era algo que no esperaba escuchar.
No comprendía como, si había sido muy claro en la carta, ambas mujeres se encontraban en el mismo sitio.
Nuevamente hizo uso de su control y no exteriorizo su desconcierto. Pronto en su cabeza una solución a ese planteo surgió.
—¿Una…? ¿Una pequeña niña de cabello celeste? — preguntó el explorador con cuidado y recibió un asentimiento de la otra parte.
"Eso esta muy mal. ¿Por qué Caitlyn tomaría a Jinx del pasado? ¿No pensara acaso "salvarla" o cambiar algo para mejorar las cosas? Eso podría en un peligro fatal el presente… ¿Qué otras cosas habrán cambiado aquí?... son malas noticias, hubiera preferido que este sola…"
—¿Cómo es que sabes tú… el "nombre" de la niña? — preguntó con cuidado también el mayor— ¿0 de su existencia?
—Tengo mis… fuentes…
—Bien… viendo como te mueves, con tus sobornos y formas de conseguir como pagar lo que se te antoja… creo que podemos hablar un mismo idioma aquí entre nos…
"Quiere ofrecerme un trato" concluyó, esperando que finalmente el hombre se decidiera hablar con claridad.
—Le escucho.
—No nos interesa la dama del sombrero realmente… pero la niña…. La niña es otra historia.
—Bien… parece que podemos compenetrarnos bien, no me interesa la niña… pero la dama del sombrero es otra historia— repitió con cierto ánimo.
—Te diremos todo lo que sabemos sobre ellas, y lo que nuestros cazadores encontraron… ayúdanos a dar con ellas y te podrás llevar a tu dama del sombrero… solo queremos a la niña… no te imaginas lo que hay invertido en ese pequeño cuerpecito y de verdad anhelamos recuperarla… por lo que te doy mi palabra que lo que hagas con la señorita mayor… no nos puede interesar menos.
—Yo los ayudo a dar con ellas y me llevó la mitad menos importante ¿Es lo que me estás diciendo? — preguntó con gracia viendo como Caitlyn parecía un peso muerto en el trató más que otra cosa.
—No juegues conmigo muchacho… al principio dijimos nuestras prioridades. Podemos beneficiarnos ambos…— terminó el hombre, ofreciéndole el sombrero, dejándolo en la mesa para que el otro lo tomara— tú dirás.
Jinx sabia que Caitlyn no planeaba llevarla con ella.
Había estado prestando mucha atención a la otra chica desde que la vio por primera vez y sabia por su hablar y su forma de actuar que solo quería salir de Zaun, sola, hacia Piltover.
Parecía ser la única meta de la mayor y por miedo al seguro rechazo que suponía, no le había preguntado si dejaría que la acompañara.
"Pero tengo un plan" pensó mientras caminaba por las calles de Zaun en un pronto anochecer.
Se cubrió con el sobretodo que la mayor le había comprado, y le molestaba no poder mostrar en su totalidad la gorra.
"Llama la atención, cúbrela con la tela" eran las palabras que Caitlyn le había dicho cuando vio que quería ir con la gorra puesta.
Ahora la visera era cubierta por la capucha y, a opinión de Jinx, se veía "mucho menos genial"
Tenia en uno de los bolsillos la lista que la oficial le había mandado a comprar.
Jinx notaba que estaba ya en sus últimos pasos para escapar de Zaun. Inclusive temía que cuando volviera con los alimentos encargados, la mayor ya no esté en el campanario.
Se sintió nerviosa solo recordar esa posibilidad, pero prefería creer que el hambre que ambas traían haría que la otra chica esperara por lo menos a cenar.
"Debo terminar de pensar en mi plan para que me lleve con ella… pronto" razono cuando ya entraba a la taberna.
Caitlyn se había visto con poco tiempo esa noche. Quería comprar unas cosas por su cuenta, pero también comer algo, ya que durante todo el día no habían ingerido absolutamente nada.
Fue Jinx quien se ofreció a ir por comida y separarse para cubrir ambas tareas.
El hombre de la barra le dio una mala mirada a que un niño sucio entrara en su tienda, pero pronto Jinx levantó unos billetes y el tipo le hizo un ademan para que se acercara pronto.
Jinx le dio un papel con lo que quería y el hombro se retiró.
Estaba a punto de sacarse la capucha para poder respirar un poco y tocar su gorra cuando escuchó una voz que reconoció de inmediato.
Miró hacia la izquierda y lo vio. El tiempo pareció detenerse cuando reconoció al hombre calvo del laboratorio. Aquel que varias veces era el encargado de "controlar" sus desobediencias y forma hiperquinetica de actuar.
Se escondió rápidamente detrás de un enorme barril de madera, que hacia de basurero, y con una mano se tapó la boca, tratando de controlar así su respiración. Con la otra tomó su pecho con fuerza, donde sentía como su pequeño corazón golpeaba con fuerza su piel.
—…estamos aquí por que los cazadores nocturnos rodeaban esta área, sabemos que están cerca…
Podía escucharlos con claridad, pero no se animaba a salir de su escondite.
—…tenemos un mapa de esta zona y ya nos cercioramos de descartar varios puntos… con tu ayuda… por la mañana…
"¿Están hablando de nosotras?" se preguntó pegando su nuca lo más que podía al barril.
No podía escuchar con claridad, y cerró los ojos tratando de concentrarse.
—… el rastro de la niña es difícil de hallar… su sangre complica las… pero la mujer… tenemos las prendas con las que… como este sombrero…
Jinx abrió enormemente los ojos. Ahora la curiosidad supero el temor que llevaba y se animó a asomarse por uno de los costados del barril.
Podía ver al tipo del laboratorio, había alguien con él quien no conocía, un muchacho joven con una chamarra marrón, rubio, pero mas importante, el chico sostenía un sombrero de gala, cuya copa se dividía entre un color purpura oscuro y bronce, predominante de este primero, tenia un mecanismo que parecía averiado en un costado.
Jinx no tenia duda, de lo poco que había logrado hacer hablar a Caitlyn, sabía que ese era su sombrero.
Sonrió mientras en su cabeza el plan terminaba de formarse.
—Aquí tienes— comentó el cantinero, trayendo con la una bolsa de papel—¡Ahora largo!
Ezreal levantó la vista del sombrero y vio que el sujeto que se lo había pasado también miraba por arriba de su hombro, se dio la vuelta y miró con curiosidad al hombre de la barra.
Estaba solo y la puerta de entrada ya se cerraba.
Caitlyn llegó primero al campanario. Solo llamó dos veces Jinx antes de saber que se encontraba sola en el lugar.
Se acercó a uno de los enormes portales del lugar y vio el momento justo cuando el sol terminó por meterse, oscureciendo los edificios.
—Bueno… esto es realmente malo— comentó cruzándose de brazos.
El lugar donde había mandado a Jinx no quedaba realmente lejos, era seguro para ella que la niña regresaría antes que ella. El que no sea así…
"Significa que algo paso… y Jinx sabe mejor que yo que esas cosas que la rastrean, las cuales definió como monstruos, salen pasada la medianoche… ¿Qué puede haber pasado?"
Su cabeza trataba de generar respuesta a esto, y cada vez que la idea de que Jinx haya sido atrapada trataba de disiparla mirando la entrada del campanario, esperando a que la escandalosa niña apareciera… pero no lo hacía.
"Quizás sea lo mejor, después de todo yo no pertenezco aquí, Jinx si… ya he intervenido lo suficiente como para que todo esto se vuelva peligroso para todos."
Regresó a la mesa y reviso de nuevo sus armas, había comprado lo que necesitaba para pasar desapercibida por la conexión hasta Piltover. No había realmente ahora nada que la detuviera de marcharse.
Pensaba en ello cuando recogiendo las cosas del escritorio se topó con un montón de papeles. Todos cargados de colores con dibujos de las armas que había estado arreglando, las indicaciones no hacían mas que mostrar los gráficos mas desordenados y coloridos, pero los comprendía como correctos.
Suspiró y miró de nuevo por uno de los portales.
—Yo… yo se que voy a arrepentirme de esto.
Jinx miraba atenta a las personas debajo de ella. Se encontraba arriba de unas estructuras de hierro, cuya función era terminar el segundo piso de la fábrica abandonada donde estaba.
Podía reconocer a varios de los sujetos que caminaban por el amplio deposito, entre ellos el rubio que vio en la taberna.
Su vista paso pronto a unas cajas apiladas al final del lugar, donde sabía que había dejado su sobretodo.
Había visto como los tipos, al llegar al lugar, habían traído encadenado a los cazadores, unas bestias semejantes a perros con extremidades anormales y lomo irregular, pero muy grandes y amenazantes.
El de cabeza calva le había hecho oler a un par el sombrero de Caitlyn, pero a otros dos un bata toda manchada, la suya cuando estaba en las instalaciones.
Dos de esas bestias se dirigían sin dudas al sector de las cajas, Jinx sabia que se trataba de las encargadas de rastrearla a ella.
Se miró ahora la ropa que llevaba con pesar. De verdad le gustaban las prendas nuevas que Caitlyn había comprado para ella. No le hizo ninguna gracia tener que mancharla con grasa y desecho animal para cubrir así su propio olor.
Sin esforzarse mucho podía olerse y el solo hacerlo le traía nauseas.
Pero para ella lo Valia.
Se acomodó la gorra de forma que la visera apuntara directo al sombrero de Caitlyn, dejado a un lado junto con otras prendas y algunas armas que los tipos no llevaron mientras exploraban junto con los cazadores el lugar.
—Bien…— mencionó por lo bajo mientras tiraba con cuidado una soga, logrando que el extremó quedara justo debajo del sombrero.
Solo cuando estuvo convencida que las luces de las linternas, lo único que iluminaba el lugar, no la apuntaran, comenzó a descender.
Bajó con cuidado, pero deprisa, se estiró cuando pensó que podía tocar el sombrero, pero justo antes de poder alcanzarlo una chipa dorada ilumino la zona mas cercana a ella y un rostro con una sonrisa burlona apareció justo en frente de su cara.
—Boo— comentó monótonamente Ezreal, pero solo bastó eso para que la niña se asustara lo suficiente como para soltarse de la soga y caer.
Estaba a punto de ayudarla a parar cuando la mas chica tiró algo al suelo, un frasco que se quebró al instante ocasionando una explosión pequeña.
Los cazadores comenzaron a ladrar y gruñir de forma exagerada y los demás hombres ya se agrupaban alrededor del rubio, que tosía y se limpiaba el polvo de la cara.
—Estuvo aquí— comentó apretando los dientes su líder, viendo como en el lugar donde había dejado el sombrero, este faltaba.
Notó como ahora no solo eran dos de los cazadores los que gruñían y se retorcían para zafarse de las cadenas, sino los 4 en total.
—La pequeña estúpida se llevó el sombrero… el cual apesta a ella— comentó sabiendo que ahora sería más fácil de seguir— suéltenlos… dejen que cacen.
Ya había guardado el sombrero en una de sus bolsas, sabía que quizás lo estaba arrugando y deteriorando, pero no era tiempo de pensar en eso.
Tomó su gorra y la giró, de forma que la visera diera hacia atrás, mientras seguía corriendo. Iba a necesitar de toda su energía ahora.
Corría lo más rápido que sus piernas la dejaban por las ahora desahitadas calles de Zaun, no tardó mucho en escuchar como los cazadores se acercaban a ella y no fue hasta que una de las criaturas le cortó el camino, que con brusquedad giró para meterse a un callejón.
Pudo dar con rapidez a otra calle, pero sentía los jadeos del animal que le perseguía muy de cerca. Una nueva aparición de otra de las criaturas frente suyo hizo que tropezara y rodara un poco antes de poder ponerse de pie nuevamente y virar.
Comenzó a correr ya sin saber a donde se dirigía, miró por su hombro y con horror podía ver como una de las bestias se acercaba sin ningún problema, ya alcanzándola, lo último que vio antes de concentrarse en correr mas deprisa fue como el monstruo saltaba ágilmente para alcanzarla.
Y entonces escucho un estruendo que destruyo los sonidos animales detrás suyo.
Miró hacia atrás y pudo ver a la criatura en el suelo, inmóvil. Se acercó a ella, totalmente desconcertada y pudo ver un pequeño hilo de humo saliendo de su frente.
Sin asco llevó sus manos al lugar y reconoció el objeto brillante. Una bala, las mismas que había estudiado en el campanario.
—¡Keilin!— se emocionó mirando hacia arriba, buscando a la tiradora, pero antes de dar con ella, la otra criatura entro a escena, haciéndola asustar y retomar la carrera.
Ahora corría, pero sentía los disparos detrás de ella, podía estar seguro que si la criatura no la había alcanzado era por estar esquivando y resguardándose del tirador que le amenazaba.
—¡Genial! ¡Genial! — gritaba emocionada, aun sin aire por el esfuerzo que estaba haciendo.
Su entusiasmo se vio pronto interrumpido al tomar un callejón y no ver que este no continuaba. Un callejón sin salida justo cuando ya no escuchaba los disparos, pero si el incesante jadeo de las bestias.
No se lo pensó mucho y entro a un contenedor, cerrando con fuerza los ojos cuando sintió los pasos de las criaturas en el mismo lugar, muy cerca de ella.
Y luego nada.
Así como vinieron, se retiraron, apresuradas.
Jinx salió de su escondite sin entender, pero en efecto, ahora se encontraba sola.
Caitlyn había perdido de vista a los perros y a Jinx, debía moverse rápida de un techo a otro para poder seguir cubriéndola desde las alturas.
Guardo su rifle, y lo cambio por una escopeta de caño corto mientras se movía entre los salientes de los edificios.
Entró a la azotea de uno y con enorme sigilo se movió de una punta a otra. Estaba por cruzar uno de los portales cuando la sombra de una bestia apareció por él, encarándola.
Se dio vuelta y trató de cruzar por donde había llegado y entonces otra criatura apareció, dando lentos pasos amenazantes hacia donde ella estaba.
—Creo que mataste a uno de sus hermanos— comentó una voz en la azotea, el hombre empezaba a caminar hasta desvelarse de la oscuridad— no los culpo de querer despedazarte…
Caitlyn reconocía al hombre calvo quien se enfrentó a ella en la salida del laboratorio. Rápidamente apuntó contra el con el revólver, pero antes de poder disparar una de las criaturas se abalanzo sobre ella, mordiendo su muñeca y agitándola con fuerza. Su arma se perdía en la oscuridad del lugar.
El tipo silbó y el bestia dejo de sacudirla, soltándola y alejándose. Aun así, Caitlyn podía sentir el doloroso daño que había recibido, y se encogía ocultando la zona mordida.
—Debería dejar que te arranque la mano…— comentó el tipo caminando hacia ella, levantando la pierna y pegándole con el talón en la cabeza con gran fuerza que obligo a Caitlyn a tirarse por completo en el suelo— debería dejar que te despedace el cuello— admitió ahora con cierto rencor en su voz— pero aun me sirves… necesito que me lleves a ella…
Con la planta de su pie, piso la muñeca lastimada de la mujer y comenzó a presionarla, disfrutando ver como esta con la mano libre trataba de alejarlo, no pudiendo disimular las muecas de dolor.
Solo el sonido de las criaturas, ladrando y gruñendo sin aparente sentido en la azotea, llamaron su atención, dejando de lado el interés por la mujer de momentos.
Dio una vista panorámica al lugar hasta que vio de frente el cañón de un revolver.
—Knock, Knock— comentó Jinx al tiendo que el hombre ponía sus ojos en los suyos.
—Maldito montón de…
La explosión del arma fue algo que nunca había experimentado, fue tanto el impulso que la culata se resbalo de sus manos y le pego en la frente, lastimándola y haciendo que cayera hacia atrás.
Caitlyn vio como el tipo se cubría el rostro y comenzaba a gritar, las bestias enloquecían, pero por alguna razón que no comprendía no la atacan ni a ella ni a Jinx.
Se puso de pie y con rapidez se acercó al cuerpo de Jinx.
—Oh… eso fue terrible— se quejó la menor, tocándose la frente, donde la sangre comenzaba a salir manchándole la cara— ¡Pero asombroso al mismo tiempo!
Caitlyn no perdió el tiempo y la cargó en sus brazos, estaba pensando como salir del lugar, con las criaturas aun amenazándolas, cuando el hombre comenzó a dispararles erráticamente.
Se sostenía la herida en su cabeza, como si le hubieran arrancado la oreja por completo y disparaba embroncado hacia la mujer que se movía con agilidad en la oscuridad, hasta finalmente caer por uno de los portales y dejarlo solo con las bestias.
—¡Perros inútiles! ¡Vayan por ellas! ¡Vayan! — les gritó, pero tarde se dio cuenta de su error, aun estaban bajo los comandos que los reprimían de atacar.
Dio tres silbidos cortos y con eso las criaturas se tiraron por la azotea, en busca del rastro que habían estado siguiendo esos días.
—¡Maldita sea!
—Vaya…
El hombre apuntó con enojo a quien le había hablado, inclusive trató de disparar, pero solo escucho los chasquidos de su arma ya vacía.
—Te volaron la mitad del rostro— comentó Ezreal acercándose para verlo mas detenidamente— es decir… ya eras feo, ahora eres menos feo… la mitad de feo, si me entiendes.
—¡Tu! — lo encaró— ¡¿Qué esperas para hacer tu parte?!
—¿Eh? ¿Y quien te dice que no la hice ya?
—¿Qué crees que hacías?
Caitlyn había optado por ignorar toda la explosión de emoción que la niña había traído desde que llegaron al campanario.
Simplemente la dejaba hablar, sabiendo que inútilmente podría ser escuchada por la menor en ese estado.
Se dedicó entonces a tratar su herida en la muñeca, limpiándose y envolviéndola luego con una venda. Dolía, pero recordaba haber tenido peores.
Solo cuando vio a Jinx revisando las armas del escritorio, que notó que la niña estaba llena de raspones e increíblemente sucia, con la cara manchada de sangre desde la frente hasta la quijada, sin ella saberlo realmente, que se acercó a indagar.
—¿Qué crees que hace? — cambio la pregunta, consiguiendo que la menor la mirara ahora.
—¿Qué creo que hago con que, Keilin?
—Se supone que solo ibas a buscar unos bocadillos en la taberna y regresar, eso no te podía tomar mas de 20 minutos… pero no volviste, peor aún, te quedaste en las calles pasada la medianoche ha sabiendas que esas cosas te cazarían… y aun peor que eso, te di la vía de escape, y volviste…
—¡¿Y no estas enormemente agradecida de que haya vuelto… por ti?!— encaró con una enorme sonrisa— ¡Cielo, Keilin! Ya son dos veces que te salvo el trasero ¿Eh? Me debes lo doble ahora ¿No crees?
—¿Eres idiota? Ese tipo no me hubiera atrapado de no ser porque salí a buscarte. Es tu culpa en un primer lugar.
—¿Saliste a buscarme? ¡¿A mí?!— preguntó acercándose demasiado a la mayor— ¿Estabas preocupada? ¡¿Te preocupas por…mi?!
—… no.
—¡¿No?!
—Solo… no hagas de esto la gran cosa ya que…
—¡Porque yo estaba preocupada por ti! — aclaró rápidamente, viendo como al oficial trataba de alejarse— es decir, no sabia que era, pero "preocupación" supongo que esta bien. Estaba escondida en ese basurero y las bestias esas vinieron y sabían que yo estaba por ahí, pero em dejaron y yo pensé "¡¿Qué diablos?! ¡Que bestias tan estúpidas!" y luego pensé "¡Oh por Dios, es porque van por Keilin!" y tu no estabas por ningún lado, pero vi como una de las cosas esas trataba de subir endemoniadamente por un edificio y pensé "¡Ya, esta en el techo!" y tiene sentido porque las balas viajaban de arriba para abajo ¿Sabes? Y subí como un rayo, porque, vamos a decirlo ¿Ok? Tengo mejor agilidad y cerebro que esas cosas. Y llegue y no te encontraba y mi corazón comenzó a hacer "badum" "badum" pero no de cuando corres y estas agitada, es decir, si, estaba corriendo como nunca en mi vida y estaba agitada, pero… ammm era un "badum" muy feo, pensé que ya había llegado tarde y las cosas esas te destriparon pero luego te vi en la otra azotea, con ese tipo y los monstruos, y de nuevo corrí, ya menos mal, pero igual preocupada, raro. Y vi el arma, y Dios, que bien se veía el arma, pero… no sabia que disparar se sentía así, me dolió mucho…
—Es porque no sostuviste con firmeza el arma— explicó con calma, extendiendo una mano hasta tocar con cuidado la herida de la frente— cuando disparas, a menos que se trato de un franco o de alguna arma que de verdad lo requiera, no la pones tan cerca de la cara, y la debes agarrar siempre firmemente.
—¿De verdad? — preguntó y Caitlyn podía ver, por la expresión que recibía, que la niña trataba de imaginarse como seria tomar el arma correctamente ahora.
—Hueles horrible… y estas tan sucia…
—Oh, si, traté de disimular mi olor con basura para que esas cosas no puedan encontrarme… ammm perdí el sobretodo que me compraste…
—Da igual…— comentó con desdén mientras reparaba en la herida de la cabeza.
Era verdad, le dio gusto ver a Jinx en ese momento, disparándole a quien le lastimaba la muñeca, dándole una segunda oportunidad pese a no saber lo que hacía.
—Se esta poniendo peor— comentó, alejando los sentimientos de gratitud para con la menor— toma una ducha rápida y limpiemos esa herida… si se infecta podría ser un problema.
—¡¿Te estas preocupando por mí de nuevo?!
—¡Solo…! Dúchate ¿De acuerdo? Y ya deja de hablar tanto… Dios, hoy ha sido un verdadero dolor de cabeza… ¡¿Qué estás haciendo?!
Caitlyn se cubrió la cara con una mano cuando vio a la niña con el pecho descubierto y sacándose el pequeño pantalón que traía.
—Dijiste que me duche.
—¿Qué? Dijiste que me duche rápido…
Bufó mientras tiraba la mirada hacia arriba y le daba la espalda, dirigiéndose a uno de los portales para darle la privacidad que la niña no había pedido.
Ambas se encontraban ahora en la improvisada cama de almohadas y frazadas. Jinx por una vez obedeció el que se quedara quieta para que la mayor pudiera limpiar la herida en su frente y vendarla con un adhesivo.
Cuando terminó, la oficial pensó que le quedaba gracioso justo un parche en el medio de la frente, pero no le dijo nada.
—¿Me enseñas a disparar? — fue lo primero que dijo la niña cuando vio que la otra chica alejaba los demás elementos para tratarla.
—Definitivamente no hare eso.
—Oh vamos, Keilin, por favor.
La sheriff enarcó una ceja al notar la forma en la que se lo pedían, pero negó con la cabeza.
—Por favor, por favor, ¿Sí?
—No…
—Cuando te duermas tomare una de las armas y tratare de disparar con ella.
—¿Qué?
—Sí, y te conviene que sepa hacerlo, porque si no volveré a golpearme, y me tendrás que curar de nuevo, y puede que rompa algo, hasta puede que una bala perdida vaya a parar a tu cabeza… no te conviene, no es inteligente de tu parte.
—Créeme que es mucho mas estúpido de mi parte enseñarte.
—¿Por qué?
Caitlyn se reservó de contestar esto último, solo pensando en la Jinx de su tiempo destruyendo su ciudad.
—No lo hare.
—Por favor— insistió la niña alargando las palabras.
Esta vez la oficial no dijo nada, no porque fuera a ceder, sino porque veía la inutilidad de negarse cuando la niña se ponía así.
Jinx no demoró en levantarse y cuando regresó a su lado lo hizo con una pequeña pistola, una que había reparado justo ese día.
Caitlyn la tomó entre sus manos y rápidamente la descargó, dejándola vacía, luego miró a Jinx y vio como esos ojos lilas prácticamente brillaban de la emoción mientras la observaban expectante.
Suspiró resignándose.
—Solo lo diré una vez.
—¡Si! ¡No necesito que me lo digas mas veces! ¡Te pondré mucha atención! ¡No te defraudare, capitán!
—Agh…— exclamó mirando hacia arriba, no dando crédito a lo que estaba cediendo— todas las armas son diferentes, Jinx.
—"Todas las armas son diferentes"— repitió totalmente concentrada en las manos de la mayor.
—Hay algunas mas parecidas que otras, pero siempre se habrá algo que las haga distintas— explicó, y ahora la niña asentía— es importante que antes de usarlas sepas de que arma se trata. Esta es una pistola, una Beretta, más específicamente.
—"Beretta"
—Tiene un seguro… aquí— explicó señalándolo y desactivándolo— la mayoría de las armas lo tiene. Como es una pistola pequeña lo mejor es que estires los brazos asi y la agarres con fuerza, manteniendo la muñeca firme… asi.
Caitlyn hizo la demostración usando ambas manos, una con un brazo extendido y el otro haciéndolo de apoyo.
—Debes alinear tu vista con la parte del cañón superior, pero a veces eso es algo personal, dependerá de cómo apuntas.
—¿Cómo apuntas tu?
—Así…— dijo mientras alineaba su vista con el extremó del cañón— supongo que de la forma tradicional. Muchas personas agarran el arma con una sola mano o se quieren pasar de lista y verse genial poniéndola de costado o en alguna posición extraña. Eso siempre me ha parecido estúpido.
—Es estúpido, mhm.
—Aparte le quita calidad al tiro ¿De que te sirve verte genial si vas a perder el tiro? Termina viéndote ridículo de todas formas.
—Pero tu puntería es extraordinaria y te ves genial siempre…
Caitlyn simplemente siguió apuntando a nada en específico en la habitación pese a entender el cumplido que quizás la niña no estaba siendo consciente de dar.
—¿Entonces se puede ser las dos cosas juntas?
—¿Qué es esto? Ahora me alagan los niños hiperquineticos y logro que se queden un tiempo prestándome atención…— comentó finalmente bajando el arma y pasándosela a Jinx.
La de cabello celeste sonrió ampliamente y tomó de inmediato el arma, la examino como ya la había examinado antes pero ahora no para identificar sus partes, sino para familiarizarse con la posición que le habían enseñado.
Pronto la tomó con ambas manos y trató de apuntar a uno de los portales.
—Mal…— corrigió Caitlyn la primera posición— no quiebres tanto el codo aquí, este brazo esta bien que este un poco relajado, pero este es el que va a resistir los impulsos cuando dispares…
Mientras hablaba corregía la posición con sus propias manos hasta que la niña adoptó una que creyó aceptable.
—Ahora mira— siguió poniéndose a espalda de la niña, tomando sus manos con la pistola para que esta alcanzara la misma línea de sus ojos— trata de alinearte con el caño, tener una visión clara y recta del objetivo.
—¿Así?
—Si, así esta bastante bien… ahora… dispara.
Jinx apretó el gatillo y solo escucho el "click" del mecanismo sin que ninguna bala saliera. La primera medida de seguridad que había tomado Caitlyn.
—Para recargar la siguiente bala, algunas armas tienen lo que llamamos un martillo.
—Ah sí, lo cosa detrás del expulsor.
—Sí, exacto, aunque las beretta son diferentes en esto también, por eso te dije que es importante conocer cada arma… con esta simplemente hacemos así…. Y ya tendríamos la otra bala lista.
Jinx asintió y volvió a apuntar al portal. Se preparó para disparar, pero esta vez cuando apretó el gatillo acompaño a la acción con un movimiento hacia atrás de su pistola y con su boca trató de imitar el sonido de una bala.
Caitlyn sonrió ante la ocurrencia, pero no la molesto por eso.
—¿Puedo ir a Piltover contigo, Keilin?
La pregunta la tomó por sorpresa, pero lo disimuló bien, suponía que la niña podría llegar a preguntarle eso. Decidió pronto que lo correcto era decirle la verdad.
—Llegar a Piltover es solo la primera parte de mi viaje, luego debo seguir moviéndome y adonde yo voy, tú no puedes venir.
—Esta bien, Keilin, no es como si quisiera ir a Piltover realmente… puedo ir a donde sea que tú vayas… no importa dónde.
—No puedo llevarte conmigo, Jinx.
—¿Por qué no?
—Es difícil de explicar.
—Soy un genio, si me lo explicas puedo encontrar una solución.
—No para esto, de verdad, debo moverme sola.
—Juro que ni me notaras.
—No puedo— contestó con contundencia, con la esperanza que la niña dejara de insistir con ese tono.
—Mmm pensé que dirías eso… pero tengo algo que te hará cambiar de opinión.
La más chica volvió a levantarse y cuando regreso lo hizo con un a bolsa de tela, la abrió y sacó de ella algo que Caitlyn reconoció al instante.
—¡Ta-da! —anunció mostrando el sombrero de Caitlyn, poniéndoselo y modelándolo para ella. La oficial se lo arrebato de inmediato.
—¿De dónde lo sacaste? — preguntó mientras lo inspeccionaba.
Estaba sucio y la copa algo quebrada, los lentes rotos, pero sabía que podría repararlo, le daba mucho gusto de tenerlo de nuevo con ella.
—Lo tenían esos tipos— explicó con simpleza la mas chica— lo usaban para que sus bestias nos rastrearan.
—¿Por eso te perseguían esas cosas? ¿Les robaste mi sombrero? — preguntó incrédula, pero la niña simplemente asintió enérgicamente— Increíble…
—Pero… no te puedes quedar con él— anuncio quitándoselo de vuelta— esto, mi querida señorita disparos, es un soborno.
—¿… que?
—Solo te daré tu sombrero a cambio que me lleves contigo… sino es todo mío.
Caitlyn enarcó una ceja sin decir nada. Podía ver a Jinx de brazos cruzados muy segura de lo que decía, como si con eso la hubiera puesto en una posición difícil.
Debía admitir que las ocurrencias de la más chica no dejaban de impresionarla.
Recordaba haber cedido cuando le preguntaron del sombrero, y quizás le había contado mas de la cuenta, por lo que la niña sabia que era un objeto valioso para ella, sino era el más valioso de todos.
Realmente su humor había cambiado desde que lo vio y supo que no lo había perdido por completo.
"Supongo que la puedo llevar a Piltover…" pensó vagamente "obviamente no al Piltover del presente… pero podría llevarla al de ahora… los orfanatos no son tan malos… cuentan con un buen apoyo de la ciudad… aunque dudo que alguien querría adoptarla" pensó esto ultimo mientras miraba los afilados dientes caninos que se le marcaban a la menor cuando sonreía de ese modo "pero definitivamente vivirá mejor de lo que todo este tiempo sobrevivió aquí… inclusive podría encargársela a mi padre…"
—¡Dios, lo estás pensando! — exclamó con felicidad la mas chica viendo como la otra se tardaba en negar— ¡Vamos! ¡Se que es una oferta imperdible! ¡Y te lo juro, ni me notaras! ¡No te molestare!... quizás cuando tenga hambre si que te moleste, pero por lo demás juro que…
—Ok…
—¡¿Sí?!
—Sí, esta bien… creo que puedo llevarte…— trató de comentar sin ánimos, intentando que así la menor bajara los suyos, pero tuvo que interrumpirse cuando la cabeza de la mas chica chocó contra su pecho, tirando el sombrero de lado.
La abrazaba con fuerza ocultando su rostro y encogiéndose, pero Caitlyn no le devolvió el gesto, solo suspiró viendo como la niña parecía encogerse más.
Terminó por desistir y poner una mano en la cabellera celeste.
"Viéndola así es hasta un poco… adorable…"
Caitlyn despertó de la peor forma que uno puede despertar: sintiendo que todo estaba mal.
Le bastó una sola vez para abrir sus ojos y no volverlos a cerrar. Observaba sin moverse el campanario, viendo a Jinx durmiendo en el viejo sofá con su sombrero a un lado.
El silencio era absoluto y pesado, casi que podía sentir la respiración de la menor, aunque esta estuviera a varios metros lejos de ella.
Levantó su dorso con lentitud de entre las frazadas y una sombra paso velozmente en uno de los costados.
Volvió a quedarse inmóvil observando, pero nada más paso.
—Jinx…— la llamó de forma pausada y solo con esto la niña empezó a abrir los ojos desperezándose en su lugar, y finalmente tomando asiento en el lugar— Jinx… no te muevas…
—¿Eh? — preguntó con somnolencia, pero sin entender las palabras trató de ponerse de pie, justo cuando algo la embestía con fuerza.
Caitlyn vio el momento en el que el cazador se había abalanzando a la niña y rápidamente busco el arma mas cerca a ella: La pistola con la que habían practicado en la noche, buscó las balas, la cargó y…
—¡Keilin!
Levantó la mirada y pudo ver a un grupo de hombres.
Dos sostenían a la bestia que había atacado a Jinx con unas gruesas cadenas, y otra tenia a una bestia por aparte el solo. El tipo calvo de la noche anterior, quien ella consideraba el líder de la banda, apuntaba a Jinx con una escopeta mientras esta era sostenida por otro sujeto que la agarraba de los cabellos y la apresaba con el otro brazo.
—Yo bajaría esa arma, primor…— le recomendó el sujeto, pero Caitlyn no lo hizo, simplemente se puso de pie con lentitud— ¡Baja el arma!
Podía notar la venda con el manchón de sangre donde debería estar su oreja, se tornaba de un bordo oscuro ahora, producto de la ira que traía el tipo.
—Bien… arráncale el brazo— ordenó y el encargado de retener a Jinx la tiró al suelo, apresando con su rodilla la espalda de la menor, agarrando con ambas manos el brazo por el lado del codo y comenzando a tirarlo para atrás.
—¡No! ¡Suéltame! — gritaba la menor, sintiendo como la posición ya no era normal para su brazo, experimentando un gran dolor y tensión en él.
Dejó de hablar cuando escuchó un estruendo y el tipo cayó a su lado, mostrándole el rostro, con un orificio justo en el medio de las dos cejas.
—¿Qué creías que iba a pasar? — preguntó con seriedad Caitlyn, cargando la siguiente bala.
—Maldita…— bramó el líder, apuntándole con la escopeta, haciendo que los hombres libres allí hicieran lo mismo.
—Vamos a calmarnos…
A la voz le siguió un brillo dorado y al instante un chico rubio de chamarra marrón apareció entre medio de los tipos y Caitlyn.
—¡Tu! — comentó aun con enojo el calvo, pero luego desvió la mirada a Jinx, viendo como la niña trataba de quitarse el cuerpo muerto de encima para escapar— agárrenla.
Al momento dos tipos dejaron de apuntarle a Caitlyn y pusieron sus manos en la menor, pegándola al pisó y tirando de nuevo de sus cabellos para que viera todo desde allí.
—Caitlyn— saludó el rubio, desentendiéndose de todo.
—Ezreal— devolvió la oficial sin perder su postura y seriedad para con los demás.
—Baja el arma… o te juro que te enviare por parte a tu nueva amiga— amenazó el tipo.
Esta vez la oficial notó más la desventaja, ahora si le apuntaban a ella y Ezreal, pero también cubrían a Jinx y los demás, lo que le impedía un buen tiro hacia ellos.
—Córtale la mano— ordenó luego de ver como la oficial no se movía, pero solo le basto para ver el herrumbrado cuchillo para bajar el arma— bien… ahora ven con nosotros.
El calvo hizo para atrás el martillo de la escopeta y volvió a apuntar contra ella, moviéndose para que el cuerpo de Ezreal no le estorbara.
—Espera, espera, espera— comentó el rubio moviéndose para seguir cubriendo con su cuerpo el de Caitlyn— ¿Me estas diciendo que no cumplirás tu palabra de dejarme a Caitlyn y encargarte solo de Jinx?
—Nunca tuve ninguna intención de cumplir solo con mi parte.
—¡Estoy ofendido! — exclamó con fingida sorpresa el rubio, caminando por el campanario, haciendo que todo lo siguieran— no lo puedo creer. Esto es inaceptable.
El chico caminó hasta llegar al sofá y, sentándose allí, tomó el sombrero entre sus manos, fingiendo desilusión.
—¡Increíble! ¡Inconcebible! ¡Inesperado!
Mientras hablaba, Caitlyn caminaba hacia atrás de forma lenta, algo que no le pasaba por alto a quien le apuntaba, quien trataba de acercarse a la chica cada vez que esta se alejaba.
Aunque era un problema, creía que aún le podía sacar mucho provecho al cuerpo de la mujer, no quería matarla, menos aún dejarla ir…
"Pero volarle las rodillas o el hombro… aun así nos serviría"
—¡No lo puedo creer! — seguía actuando el chico, escandalosamente, haciendo que el mayor se planteara dispararle a él primero— ¡Jamás me hubiera imaginado que alguien que se vea tan honesto y confiable como tu no cumpla su parte! ¡Estoy…!
—Cállate— ordenó de mala gana sin quitarle los ojos a la mujer— ya no puedes seguir escapando, ven aquí o te juro que perderás alguna parte de tu cuerpo que seguro extrañaras.
—Agh… ¿Quién podrá salvarnos? Sin tan solo alguien pudiera desaparecer y aparecer en otro lado como si nada…— se seguía lamentando el chico, luciendo devastado en el sofá.
—¡Keilin!— llamó Jinx, intuyendo lo que iba a pasar—¡Espera! ¡Keilin!
La sheriff vio como la niña trataba de zafarse de quien la apresaban pero solo consiguió que uno de ellos la golpeara con fuerza en la cabeza, haciendo que su rostro se lastimara con el suelo.
Podía ver como el parche de su frente se movía y volvía a sangra.
—Jinx… tranquila— trató de calmarla, si seguía así sabía que solo conseguiría que la golpearan de vuelta— Jinx…
—Keilin— la llamó de nuevo mas bajo, tratando de arrastrarse lejos de sus captores con una mano, un intentó sin caso, ahora solo estiraba una mano hacia ella mientras de momentos arañaba el suelo.
La oficial le sonrió de lado, esperando que con eso lograra cambiar la expresión de angustia de la menor, no lo logró.
—No te preocupes… volveré por ti. Tu volviste por mi ¿No es así? — comentó con claridad para que la niña dejara de luchar— lo prometo… tranquila…
Con esto último logró que la menor se diera por vencida y hundiera su rostro en el suelo, ya sin moverse.
—Sí, no te preocupes… estará a tu lado pronto… aunque— siguió diciendo el tipo, y vio como la chica se pegaba a uno de los enormes portales— en pedazos…
No le dio tiempo a disparar, con sorpresa vio como la mujer se tiraba de espalda hacia atrás, cayendo por el precipicio.
Caitlyn comenzó a caer, tomando mas velocidad, giró su cuerpo y ya podía ver el asfalto que le esperaba al final de la caída. Apretó la mandíbula al tiempo que jun resplandor dorado la invadía.
—Usted ha decidido viajar en el expreso "Ezreal, viajero del tiempo"— comentó el rubio tomándola de las piernas y hombros— acomódese en sus asientos y disfrute del viaje… la cena es a las…
—¡Ezreal!
—Ya…
El tipo calvo se acercó al borde, pero al ver hacia abajo no pudo ver nada, un resplandor brillo adelante y levantó la vista.
Podía ver al muchacho rubio cargando a la mujer en una de las azoteas cercanas.
La dejó pararse y ahora lo saludaba con una mano.
La ira que llevaba por el fracaso hizo que golpeara con fuerza el barandal de piedra, rompiéndolo.
—Vámonos— ordenó con los dientes fuertemente apretados.
El rubio lo vio marchar, perdiéndose de vista dentro del campanario y supo que nunca más debería tratar con él.
—¿No te gusta cuando tu equipo entiende la jugada? — preguntó volviendo a Caitlyn— a mi me encanta cuando mi equipo entiende la jugada… que bueno que entendiste la jugada… es genial cuando…
Se sorprendió cuando fue rodeado de los brazos de la chica, pero devolvió el gesto casi al instante.
—¿Cómo me encontraste? — preguntó la sheriff cuando se alejó un poco de él, no lo demasiado, aun muy feliz de verlo.
—Fue fácil— comentó con confianza, poniéndole el sombrero que no se había olvidado de traer en su cabeza— solo tuve que esperar a que…
Un sonido extraño llamó la atención de ambos. Pronto ambos miraron el extraño reloj que traía el chico en su muñeca.
—¡El portal! — exclamó y Caitlyn vio cómo su expresión se volvía muy seria de repente— tenemos que irnos ¡ahora! solo quedan 5 minutos.
—¿Qué?
—Luego te explico, pero debemos irnos— comentó tomándola de la muñeca y jalándola, pero solo dieron un par de pasos antes que Caitlyn se clavara sus pies—¿Qué?
—Jinx— contestó con simpleza— tenemos que rescatar a Jinx…
—No podemos, Caitlyn.
—No, no entiendes, debemos rescatarla antes de que entren al laboratorio… si entran con ella luego será imposible de…
—¡No tenemos tiempo ni siquiera de buscarla ahora, menos idear un plan!
—Nos haremos tiempo…
—No, no lo haremos, no entiendes— explicó encarándola, mirándola fijamente para poder trasmitir lo serio del asunto— Caitlyn, el portal que nos llevará de vuelta solo se abrirá una vez, si no lo cruzamos nos quedaremos aquí para siempre. Debemos volver ¡Ahora!
—No me iré así nomás, la rescatamos, la llevare a Piltover y luego…
—¡Caitlyn! — la interrumpió, viendo como la chica testarudamente no parecía comprender— ¡Tu no perteneces aquí!
—¡No, no lo sabes! ¡No tienes idea el daño que le estás haciendo al presente solo con estar aquí parada conmigo! ¡Ya pusimos en peligro la integridad de la realidad, viajando, solo con eso! ¡No podemos seguir aquí! ¡Menos seguir modificando el pasado! ¡Jinx pertenece aquí! ¡Así es como fueron las cosas! ¡Así deben quedar!
—¡Esta bien! ¡La dejaremos aquí!... En Zaun… pero no en ese lugar, no debemos dejar que la lleven de vuelta.
—¡No tenemos tiempo!
—¡No me importa!
—¡Por favor, Caitlyn! Piensa en los demás si no vas a pensar en ti, en las personas que te esperan en tu tiempo, donde perteneces, piensa en Vi, Jayce, Piltover, que te necesitan ¡Dios, no tenemos tiempo! Si no cruzamos ese portal ahora, no podremos regresar nunca.
La chica lo miraba ahora en silencio, el rubio sabia que era una buena señal.
—Tu no perteneces aquí… debemos irnos. Ya le hicimos mucho daño a este tiempo… debemos volver.
La oficial abrió la boca un par de veces, pero nada salió de ella.
Un estruendo se escuchó, como un trueno y el viento comenzó a soplar fuertemente de un momento a otro, amos pudieron ver en un punto de la ciudad un resplandor de luces, como un torbellino que absorbía lo que entrara allí.
—El portal— comentó convencido Ezreal, preocupándose por lo lejos que este se encontraba— Caitlyn, deprisa ¡Vamos!
El chico caminó unos pasos hacia la escalera de emergencia de la azotea, pero se dio vuelta al notar que no lo seguían.
—¡Caitlyn, si no atravesamos eso, ahora, nos quedaremos atrapados aquí!
La chica terminó por sonreírle de lado al rubio, asintiendo una vez.
—Entonces será mejor que te apures.
—¡¿Qué?!
—Perdón…— comentó vagamente, mientras le daba la espalda y se encaminaba a la puerta de la azotea que le permitía el ingresó.
En su cabeza ya estaba pensando en regresar al campanario y hacerse con las armas de allí.
El rubio miraba la escena, incrédulo, cuando un nuevo estruendo se hizo escuchar. Podía sentir como el reloj en su muñeca brillaba amenazantemente.
Suspiró, dejando caer sus hombros.
—Estoy bastante seguro… que vas a odiarme por esto…— comentó para si mismo mientras levantaba su mano, apuntándole con su muñequera sin que se diera cuenta.
Caitlyn sintió el disparó en su nuca, como una descarga de electricidad que comenzó a entumecerla desde la medula a las extremidades, haciéndola caer torpemente.
En una borrosa visión pudo ver los pies de su amigo acernadándose a ella.
—Ojalá puedas perdonarme— fue lo que escuchó vagamente antes de sentir la segunda descarga.
Ezreal la tomó con cuidado entre sus brazos, le vio el rostro contrariado con los ojos cerrados, inconsciente. Tuvo cuidado de tomar el sombrero en una mano y acomodarse como pudo las antiparras antes de emprender una carrera por la azotea, activando su pieza para que lo trasportara a la saliente próxima.
Se movía a la mayor velocidad que podía cargando a la oficial. Temía no poder llegar, aun así. De repente el torbellino de luz se hizo débil y fue cuando apuró los desplazamientos a una velocidad que nunca antes había intentado.
Ya casi estaba allí, ya casi lo lograba, ya estaba encima del callejón donde había aparecido, y allí, ahora mucho mas pequeño, estaba ese haz de luz.
Ya no uso su pieza, simplemente se dejó caer hacia allí, a punto de golpear la luz.
Y luego el callejón se inundo en el silencio, vacío. Poco a poco los sonidos de la ciudad de Zaun volvieron a llenar las calles, como si nada hubiera pasado.
Nota del autor:
Tuve una horrible semana pasada, complicada, y no pude actualizar por eso. Recién ahora, y este fic solo se actualiza los viernes o sábados, no quiero cambiar esa modalidad, por lo que si no llego a esos días, prefiero esperar al siguiente fin de semana. Tipo me autocastigo por no cumplir.
Ojalá les haya gustado el capítulo, largo para compensar mi falta.
Tengan lindo fin de semana.
