Disclaimer: Leagu of legends y sus personajes no me pertenecen, y esa Taylor Swift Kaisa prestigiosa no te la robo amigo.


Capitulo 9


Buscando culpables


Caitlyn podía sentir el peligro que se escondía detrás de esa enorme sonrisa.

—Sabes que estás muerta ¿Verdad?— preguntó Jinx acercándose un par de pasos— espero que hayas venido sola, sería estúpido de tu parte, sí, pero por lo menos así no tendría que asesinar a quienes sean que hayan venido contigo y eso no le pesara a tu alma en pena cuando llores a la par de tu ataúd porque te juro que…

—No tiene porque ser así— habló con vos segura la oficial, haciendo notar el arma entre sus manos— solo quiero a la niña.

—Tú estas peor de loca que yo si crees que te dejare ir como si nada luego de que descubriste este lugar.

—Solo dame a la niña, te doy mi palabra que nunca volveré a pisar este lugar o que le diré a alguien sobre esto.

— ¿Me das tu palabra?— preguntó con incredulidad.

Caitlyn le sostuvo la mirada sin mostrar ninguna expresión.

Sabía que venir sola era peligroso. Solo entrar a Zaun lo era. Dirigirse directamente a donde creía podría estar Jinx solo lo hacía peor.

Ni siquiera sabía a ciencia cierta si ese lugar seguiría existiendo, le costó mucho volver a dar con él pero luego de ubicar la taberna donde había comido con la Jinx del pasado, seguir el camino hasta allí fue sencillo.

—Escúchame bien— habló sin mover nada más que su boca—la que tiene la palabra soy yo ahora, soy la que puede acabar con esto de un simple movimiento de dedo.

—Oh, yo te recomiendo que lo hagas en este instante, encanto. Si las cosas estuvieran al revés ya tendrías 3 orificios diferentes en esa blanca frente que tienes.

—Créeme que si las cosas fueran diferente también los tendrías— concluyó tomando un poco de coraje con el habitual desprecio que le tenía a la otra chica— pero… las cosas están así.

— ¿Qué quieres?— preguntó sin dejarla terminar la idea.

—Ya te lo dije… a la niña.

—Y esa es una mentira, porque primero: la niña está ahí— comentó haciendo un ademan con la cabeza señalando el costado donde se encontraba la menor— y segundo: podrías volarme la cabeza y llevártela, pero no… estamos hablando mientras me apuntas con un arma que no parece tener pensado disparar… solo mantenerme al marguen así que… ¿Qué quieres?— insistió sin dejarse intimidar, podía ver como la sheriff se tomaba su tiempo— juro que solo pregunto por curiosidad, apenas me des las espalda te matare 4 veces, la primera por lo necesario y las siguientes 3 solo para estar segura.

Antes de que la de pelos celeste pudiera seguir con su monologo la oficial sacó algo de su bolso e hizo que la otra perdiera su habla.

— ¡Chispitas!— gritó reconociendo el arma que ahora Caitlyn dejaba con cuidado en una mesa cercana a ella.

—Considéralo un intercambio— comentó— tu me dejas salir de aquí con la niña y yo te dejo esta arma.

—Dios, estas particularmente lenta hoy. Nada evitara que te mate aquí y ahora.

—Escondí tus otras dos armas, el lanzacohetes y la metralleta lejos del depósito de armas oficial y donde nunca lo encontrara nadie.

—…

Caitlyn pudo contemplar como la sonrisa confiada de la otra chica desaparecía mientras suponía que su cabeza asimilaba lo que se le decía, pronto la mas alta estaba poniendo una mano en su frente, refregándola.

—Me va a dar una jaqueca ¡¿Y qué?!— Preguntó de mal humor— supongamos que ahora no te mate, solo te torturare hasta la muerte o hasta que me digas donde dejaste mis armas… lo primero que pase… creo que puedo sacrificarlas solo para ver ese hermoso rostro lleno de dolor.

—O…— comenzó la oficial exponiendo la otra opción— podrías recibir el arma, dejarnos ir… y aceptar también la oferta que tengo para ti por las otras dos armas.

Jinx rio un poco antes de negar con la cabeza.

—Mira, no eres mi tipo ¿Entiendes? No tendré sexo con la señorita oficial así me pagara todo un arsenal. ¿Qué es? Un fetiche tuyo. "ladrón, policía"— trató de adivinar— no me digas que tienes fantasía con los malotes que atrapas ¿Te tocas pensando en esposarlos y obligarlos a meterte el…?

— ¡Cállate!— amenazó perdiendo la paciencia inmediatamente. Miró por unos segundos a donde estaba la niña por miedo a la reacción que las palabras podrían hacer en ella— No voy a pedirte que… que tengas relaciones ni nada por el estilo, idiota.

— ¿Eh?— preguntó con curiosidad dándose cuenta que la otra chica cambiaba de postura— ¿Oh? ¿La niña? No te preocupes, ella sabe muy bien lo que sexo es… le he mostrado algunos videos interesante.

— ¡¿Qué?!

—Tenia curiosidad de saber como nacían los bebes ¿No es así?— siguió preguntándoselo ahora a la menor. Esta asintió de inmediato.

Por primera vez Caitlyn se tomó el tiempo de inspeccionar a la mas chica. Aun mantenía una distancia prudente con Jinx y el arma lista, pero se permitió reparar en la otra presencia.

La niña parecía estar bien. Podía ver unos raspones en su rodilla y brazo derecho, pero los mismo estaban ahora cubiertos por unos parches médicos y vendas. No pudo evitar preguntarse si Jinx la había curado.

También tenía las mejillas sonrojadas y parecía limpia. Llevaba una chomba color celeste, mucho más grande que su medida que hasta llegaba a taparle las rodillas, pero inclusive esta parecía nueva.

"¿Qué es esto?" se preguntó aun mirándola "¿La está cuidando?"

Le parecía increíble que Jinx este viendo por el bienestar de otra persona que no sea el suyo propio.

La incertidumbre creció cuando notó algo que hasta ese momento no había tenido en cuenta: La menor estaba tranquila. No parecía ni por aproximación asustada o incomoda, hasta notaba que turnaba su mirada entre ella y Jinx sin mostrar ningún tipo de cambio en su actitud al hacerlo.

Preguntarle "¿Estás bien?" como uno haría con un rehén o alguien que estaba bajo algún tipo de dominio ajeno, parecía ridículo.

Extendió su mano libre hacia la menor, haciendo un gesto con la pistola para que Jinx sepa que aun la amenazaba pese a no verla.

—Ven conmigo— habló claro a la niña, la cual sin decir más comenzó a caminar hacia Cailtlyn, obedeciéndola de inmediato.

—No vayas— contestó cortante Jinx.

La tiradora se cruzaba de brazos mirando a la oficial de forma desafiante, pero solo con decirlo la niña dejo de caminar hacia Caitlyn, permaneciendo aun muy cerca de Jinx.

Caitlyn solo miró con advertencia a Jinx pero esto solo hizo que la tiradora sonriera más.

— ¡No te muevas!— la amenazo cuando vio que al de pelo celeste se acercaba mas a la menor.

—Mira como "si" me estoy moviendo sombrerotes— se burló, llegando a donde estaba la niña, abrazando sus hombros desde atrás— ¿Qué vas a hacer? ¿Qué vas a hacer?

La sheriff era consiente ahora que a Jinx no él debía importar mucho realmente la niña, sabía que la estaba usando solo para molestarla, dispararle poniendo en peligro la otra vida era algo que no se podía permitir.

—De verdad me debes necesitar mucho para lo que sea que quieras como para no dispararme y estarte tragando el matarme… interesante. Te diré que, como no puede importarme menos lo que sea que tengas planeado, te pondré mis pautas: me devuelves todas mis pistolas, me las traes aquí, te metes un tiro delante mío, y yo… soltare a este pequeño tesoro del fututo en algún lugar de Piltover ¿Trato? Me parece justo, tómalo ahora, mira que estoy generosa.

—Dame a la niña, deja que me la lleve a salvo, y luego podremos discutir el asunto con tus otras armas.

—Déjame ponerlo de otra forma— comentó y Caitlyn pudo notar el brillo de un arma ahora en la cabeza de la niña que la hizo apretar la mandíbula— deja esa arma, entrégate como buena perra que eres y… "hablaremos" de términos.

Jinx observó como la mirada fría de la otra chica se ponía pesadamente sobre ella y como el arma se movía solo un poco para apuntar directamente a su frente.

Sabía que la sherrif iba a intentar un tiro directamente a su cabeza, y podía decir lo que quisiera de Caitlyn, pero si sabía algo seguro era lo buena que la chica era con las armas.

No le dio tiempo a que terminar de decidirse. Jinx se agachó cubriéndose con el cuerpo de la menor para luego empujarla con fuerza.

Caitlyn levanto su arma y recibir a la niña con una de sus brazos, moviéndose al instante para esquivar la seguidilla de tiros que la otra comenzó a disparar.

Pudo cubrirse atrás de la mesa cercana. Jinx seguía disparando y las astillas de esta volaban cerca de su cabeza.

Le quemaba el brazo. Se lo cubría mientras sentía como la sangre le manchaba la mano. Se vio la herida rápidamente. La bala había pasado rozando la piel y la abrió dejando un gran corte.

Frente suyo y también agazapada estaba la niña que ahora si la miraba con angustia en sus ojos.

Temiendo por su bienestar, la tranquilizo apoyándole una mano y haciéndola a un lado.

El sonido de "clic" "clic" resonando luego de todos los tiros, varias veces, le hizo saber que Jinx se había quedado sin municiones en la pequeña arma que portaba.

Sabía que no debía darle tiempo a buscar otra, y saliendo de su escondite, empuñando su propia arma, la busco.

Sus ojos apenas pudieron abrirse cuando algo la golpeo de lleno, haciéndola caer a sus espaldas.

Jinx tiró a un lado el trozo de madera con la que la había golpeado y se abalanzó sobre la sheriff.

Trató de amordazarla con sus piernas mientras con las manos le atinaba puñetazos al rostro. Pronto la oficial se cubrió por lo que los golpes iban dirigidos a sus brazos.

—Te arrepientes de haber venido ¿Verdad? ¡Sheriff!— se burló la tiradora mientras sin descanso trataba de lastimarla más— apuesto a que ¡Whoa!

Caitlyn aprovechó que la chica había levantando el puño muy alto, dándole tiempo a descubrirse para agarrarla de la nuca y golpear su cabeza con la de ella.

—¡Agh!— se quejó, agarrándose la frente con ambas manos, pronto sintió mucha presión en su cuello, mientras su cuerpo pasaba a estar abajo ahora.

Comenzó a luchar para zafarse del agarre, pero le sorprendía la fuerza de la oficial sobre ella. La presión se hizo sentir abruptamente en su cabeza.

Se encogió, dando lugar a que sus rodillas tocaran sus pechos y puso sus plantas en el abdomen de Caitlyn, pateándola con fuerza, logrando así liberarse.

Tosió mientras recuperaba el aliento, moviéndose, tratando de pararse sabiendo que la otra chica trataría de atacarla cuanto antes.

Encontró un fierro grueso y lo empuño de inmediato.

Sus ojos enfocaron a la sherrif, aun en el suelo, de espalda a ella, trataba de pararse, pero no le daría tiempo.

Con sus dos manos levanto el hierro y junto fuerzas para hundirlo en la cabeza de la de pelo oscuro, cuando esta se dio vuelta y le apuntó con un arma que ella conocía.

—Chispi…

Pero no terminó de decir el nombre cuando el rayo ya le chocaba el pecho.

Caitlyn la vio retorcerse en el piso, cada cuantos segundos un nuevo sacuden la invadía producto de la descarga viajando aun por su cuerpo.

Sacó unas esposas del bolso y la tomó de los brazos, arrastrándola hasta unas tuberías que sobresalían.

—Alta… brrr… traición… chispitas…— hablaba la de cabello celeste mientras aún se estremecía por la electricidad.

Solo cuando sus esposas se aseguraron, Caitlyn suspiró y se permitió limpiarse la cara. Le dolía y se lamentaba por haber sido tan descuidada.

Mientras respiraba profundamente su cabeza la obligó con concentrarse en el siguiente paso.

No estaba allí para capturar a Jinx, de momento eso no le interesaba, y no podía creer que obviaría un objetivo tan importante.

"La niña" recordó de inmediato y comenzó a buscarla por el campanario.

Un ruido de una escotilla muy oxidada la hizo enfocarse allí. Una escalera de hierro con una puerta que se acababa de cerrar en lo alto le hizo pensar que la menor había escalado hasta pasar esa parte.

— ¡Espera!— le gritó pero nadie respondió del otro lado. Inclusive por el silencio que le siguió a eso creyó que quizás la niña no había tomado ese camino.

Volvió a revisar el lugar y terminó por convencerse de que estaba sola en el lugar.

—Perdiendo el objetivo… como siempre— se burló Jinx, recordándole que no estaba del todo sola.

— ¿A dónde fue?

— ¿Aparte de ciega eres sorda? O es que el enorme sombrero que llevas todos los días te corta la circulación en la frente tanto que ya no llega oxigeno allí… Por cierto ¿Dónde está? Extraño esa obra de arte de diseñador tuerto.

— ¡¿Dónde está la niña?!

— ¡En mi bolsillo!

—Agh— se quejó agarrándose la cabeza.

Era la única persona que se encontraba con ellas en el campanario, la única que pudo haber abierto la escotilla.

No tenía sentido seguir preguntándoselo. Sabía que ella era la que había subido. Se acercó a las escaleras y mientras más las veía más le gustaba la idea de buscar otra opción.

Estaban arruinadas, corroídas y herrumbradas, dudaba que puedan soportar su peso.

Suspiró antes de poner el primer pie sobre ellas, nada paso, así que lo tomó como una buena señal para seguir avanzando.

Iba lento, ya casi llegando por la mitad cuando el hierro cedió en uno de los escalones, arrastrándola un metro hacia abajo, rasgando su pierna en todo ese trayecto.

— ¡Por Dios! ¡Espera!— gritó Jinx desde abajo— déjame traer mi cámara ¡Es algo digno de grabar! ¡Por favor!

Caitlyn ignoró la burla y asegurándose de nuevo, siguió subiendo hasta subir y abrir la escotilla.

Daba directamente al techo del lugar, un tejado empinado, descubrió a la niña fuertemente agarrada de una rosa de los vientos la cual le faltaba una de las direcciones.

— ¡Ven!— le gritó al tiempo que una ráfaga de viento la golpeaba a ambas— ¡Ven aquí!

Ante la orden la niña se agarró más fuertemente y escondió su cara.

— ¡¿Qué te pasa?!— preguntó, molesta por la herida en su pierna y la situación, la cual cada vez entendía menor— ¡Ven!— volvió a gritar, extendiéndole una mano, pero esta vez la niña ni se movió.

Si la escalera daba una mala impresión el techo del lugar era aún peor. Era inclusive para ella que estaba a su lado saber el material del cual estaba hecho.

Terminó por ponerse en cuatro tanteando con cuidado el lugar, buscando aproximarse a los tres metros que la dividían de donde estaba la más chica.

No podía creer que estuviera en esa posición ahora, se esforzó por no mirar hacia abajo o ser muy consciente de la altura donde se encontraba.

Gateo con cuidado, pero pronto descubrió otro problema: ¿Qué si la niña no quería cooperar? Era imposible forcejear con ella en esas condiciones, significaría la muerte para ambas.

"¿Cómo se llama?" Se preguntó, haciendo un esfuerzo por recordar todo lo que le había contando sobre la menor, pero le era imposible.

Si sabía su nombre podría llamarla y convencerla, pero ni eso sabia en esos momentos.

Mientras seguía tratando recordar volvió a avanzar, ya casi estaba muy cerca de ella, estiró la mano, sintió la tela en la yema de sus dedos… y fue cuando el techo crujió.

Una pequeña sacudida y el suelo debajo de ella se quebró. Dio unos manotazos y logró agarrarse de una borde. Arriba solo se veía el cielo contaminado del Zaun, lo único que siguió viendo cuando el borde se quebró también, cayendo con ella.

Jinx dejo de morder las esposas cuando sintió que el techo se rompía, vio a la oficial colgada solo para luego ver como su cuerpo caía entre sus cosas.

Se mantuvo en silencio y expectante, pero largo un bufido cuando vio como la sherrif movía un brazo entre el escritorio que había roto y los papeles ahora todos desordenados.

—Odio esas películas donde los héroes no mueren— se quejó la de pelo celeste, metiéndose las esposas de nuevo a la boca— es decir la mayoría de las películas. En serio, tanta falta de originalidad hay hoy en día…

Caitlyn no hizo más por levantarse, prefirió quedarse allí entre los papeles y la madera rota de la mesa.

Sentía que se había quebrado, pero no sabía decir donde, todo el cuerpo le dolía ahora.

Seguía viendo el techo del campanario, ahora la escotilla estaba abierta y podía ver a la niña observadora con curiosidad, pero cuando se dio cuenta que la observaban volvió a desaparecer de su vista.

—Creo que le caes mal— comentó Jinx, también viendo al escena.

Caitlyn solo gruño.

Junto la fuerza para levantarse, el hombro se resintió de manera brusca, tanto que tuvo que hacer presión con su mano sobre él para apaciguar el dolor.

Si antes era difícil llegar a la niña ahora era imposible. NO había forma que ella subiera por las escaleras.

Solo había dos opciones y una era mas imposible que la otra: Que la niña bajara por su cuenta o que Jinx la bajara.

Miró a la otra tiradora, ya no luchaba por soltarse, la miraba divertida, como si pudiera leer sus pensamientos.

— ¿Necesitas… ayuda?— preguntó, pestañando inocentemente, solo recibió una mirada de hastió de la otra mujer— mires como me mires, corazón, yo "Si" puedo traer a la niña aquí debajo de nuevo. Es más, hare que baje solita.

—No te soltare— comentó sabiendo la primera condición.

—No me sueltes entonces— contestó con simpleza— será mejor que llames a tus compañeros brutos para que todos juntos logren bajarla… toda una patrulla… entrando a Zaun… para hacer una tarea delicada… de bajar a una niña… de un campanario. Recomiendo llamar ahora mismo, porque podría apostar que todo eso llevaría su tiempo y uno que otra alma.

Jinx vio como la chica parecía recapacitar en sus palabras.

—Me molesta— confeso sin dejarla decir nada— en primer lugar ¿Por qué viniste aquí sola? No tiene sentido ¡Dios! Y ahora, pese a estarte desangrado, con una, casi segura, fractura en el hombro, ni siquiera estas levantando el teléfono para que vengan a ayudarte ¿Qué tienes? Es decir, bien, que la policía de Piltover entre a Zaun para un rescate como este es bastante complicado, pero podrías llamar a manotas y asunto arreglado, pero no… estas ahí, parada como idiota tratando de resolverlo sola. Que horrible y penosa habilidad para el trabajo de equipo tiene la querida Sheriff de Piltover.

— ¿Cómo harías para que baje?— la interrumpió sin ganas de escucharla más.

— ¿Ahora te haces la misteriosa, sombrerotes?— preguntó sin intención de ayudar— bueno, ya dabas ese aire antes, supongo que ahora simplemente de verdad me da curiosidad saber cosas como ¡¿Cómo demonios llegaste aquí?!

—Te puse un trasmisor en el culo— contestó de mal humor, pero esto solo ocasiono que la chica riera— a veces optamos por ocultarlo en la piel del pecho de los criminales, pero ya ves, en el tuyo seguro se notaba demasiado.

—Graciosa— comentó con animó— cuento termines con la ronda de chiste de un policía a medio morir, me avisas ¿Si? Y podremos llegar a un acuerdo.

—Yo solo quiero llevarme a la niña de aquí, el resto no me importa.

—Pues resulta que el resto sí que me importa a mi— contradijo de inmediato— primera suéltame.

—No.

—Si no me sueltas no podré bajar a la niña, es primordial.

—Pues encuentra otra forma. Háblale… parece que te escucha.

—Sí, es verdad… me escucha y obedece… pero también te escucha y obedece a ti

—¿… Por qué?

—¿… No te dijeron nada la manga de idiotas que tienes en la oficina?

— ¿Decirme que?

Jinx la miró escéptica por unos momentos, pero pudo ver que honestamente Caitlyn no sabía nada de la niña.

—Nada… si ellos no te dijeron no tengo por qué ser yo. El asunto es que ahora no me va a obedecer, ni a ti ni a mí.

— ¿Cómo lo sabes?

—Porque está molesta con nosotros… "Cariño"

— ¿Molesta? ¿Con ambas?

—Quizás te este por dar un acv… estas repitiendo todo como si tu cabeza lo procesara lentamente.

—¿Qué quieres que procese, infeliz?— contestó enojada— primero esos viajes del tiempo salidos de la nada. Todos comportándose como si nada pudiera ser lo mismo, como si todos supieran algo que yo no, hasta tu, idiota, pareces saber mucho mas que todos juntos. Traes a una niña del futuro y esta te sigue, y se enoja contigo también, pero no quiere la ayuda de la policía para volver a su casa, que solo Dios sabe donde es.

—Sí, bueno… la misma crisis existencial tengo yo, pero súmale que no sé como llegaste a mi guarida. Lo único que puedo preguntarme ahora es como hare para que vuelva a ser mi guarida, o donde mudarme con todas mis cosas… un flete…. ¿Qué tan caro es?

—Solo yo se que vives aquí.

—Agh, genial, eso lo arregla todo. No es que el departamento de policía sabe mi ubicación, solo la jefa del departamento de policía. Vaya, que tranquilidad tengo ahora.

—Si me ayudas a bajar a la niña y me dejas salir de aquí con ella… te doy mi palabra que nunca nadie mas sabrá de este lugar… y yo nunca te buscare aquí… si te vuelvo a atrapar, será en acción y no mientras duermas.

— ¿Me das tu palabra?— repitió creyendo que aun le contaban un chiste— no te ofendas corazón, pero tu palabra no vale nada para mi… o en realidad ¿Sabes qué? Vale lo mismo que mi palabra, te prometo que si me sueltas y me das un arma, bajare a la niña, te la pondré en brazos y te dejare partir como si nada.

—Dijiste que tratemos de llegar a un acuerdo— trató mientras se apoyaba en una columna— entonces… tratemos. Ha como yo lo veo nada evita que desde aquí te meta un tiro y acabe con tu molestia presencia.

—Esa es otra pregunta existencial que tengo ¿Por qué no lo haces? He matado cientos de tus hombres, otros tantos civiles, destruí muchos lugares de tu querida ciudad y aun así… ahí estas. Teniendo la oportunidad de tu vida, y no la tomas.

—Tengo planes para ti.

—… voy a admitir que eres buena creando expectativas ¿Y esos planes son?

—No te los diré… aun.

— ¡Pero eres un asco negociando!

Caitlyn pude ver como Jinx retorcía su cuerpo tratando de zafarse bruscamente de las esposas, sin lograrlo.

—Te escucho— comentó sin ánimos la de pelo celeste luego de darse por vencida.

—Me dejas llevarme a la niña y yo te dejo aquí tu aturdidor.

—Chispitas— corrigió.

—Te devolveré tus otras dos armas luego.

— ¿Luego de que?

—Luego de que salga de aquí a salvo con ella y te diga mis planes.

— ¿Crees que soy tu perra?

—Sí— contestó con contundencia, haciendo que la otra chica sonriera— a cambio de que me dejes ir, aparte de tu aturdidor, no le diré a nadie de este lugar ni volveré a pisarlo.

—Déjame adivinar ¿Me das tu palabra?

En vez de contestar, Caitlyn buscó entre los escombros, hasta que finalmente encontró un metal reluciente entre ellos.

Jinx no se sorprendió cuando el revólver de un principio volvió a aparecer en escena, ya cargado de nuevo, apuntándole.

—No tengo todo el día ¿Tenemos un trato o no?

Jinx terminó por encogerse de hombros. Realmente no tenía muchas opciones más que seguir el juego que se le planteaba.

—Solo quiero que sepas que no confió en ti, me caes mal— contestó la de pelo celeste, dando a entender que aceptaba los términos— pero si necesito que me sueltes.

—Yo no…

—Está bien, está bien, si quieres luego me esposas de nuevo, se que lo disfrutas. Pero para bajar a la niña, necesito que me sueltes… y te acerques.

Caitlyn lo tuvo que pensar varias veces, pero terminó por cercarse y soltarla.

Jinx podía sentir la punta del cañón haciendo presión en su garganta, como recordatorio de lo que pasaría si intentaba algo.

—Así no va a bajar— comentó, ya que pese a estar cercas, seguía amenazándola.

—Lastima.

—Como quieras…

Jinx miró hacia arriba y pudo ver complacida que la menor las observaba.

—Abrázame.

— ¡¿Qué?!

—Que me abraces, idiota.

—No voy a abrazarte.

—Bien…lo hare yo.

Pese a que Caitlyn se resistió en un primer momento, no pudo evitar que la más alta la envolviera, solo bajar la guardia unos segundos y la mano de Jinx apretaba el hombro herido, haciéndola gemir.

—Pero que mal tienes ese hombro ¿Eh?

Caitlyn se hizo lugar para cruzar mirada con ellas, y dedicarle una llena de rencor.

—Créeme que yo odio mas esta posición, corazón… pero estas obsesionada con bajar a esa pulga y la verdad yo tampoco la quiero aquí.

—Entonces ayúdame a bajarla y deja de hacer el ridículo.

—Sombrerotes ¿Tu tenias padres?

La pregunta la sacó totalmente.

— ¿Qué?

—Se que tu padre sigue vivo ¿Qué hay de tu madre?

—Eso no son tus asuntos.

— ¿No peleaban cuando eras niña?

— ¿Eso que tiene que ver con nada?

—Seguro peleaban, todas las parejas de padres pelean… bueno, eso parece… no tuve padres, pero de haberlos tenido y de haber sido una partícula como yo, seguro se mataban a tiros ¿No crees?

Caitlyn permaneció en silencio. Jinx ahora se movía con lentitud, como un vaivén mientras movían los pies y la mantenía entre sus brazos.

El recuerdo de la Jinx del pasado le vino a la memoria junto con la culpa.

—Sigo sin entender de qué estás hablando— comentó con apremio, alejando esos pensamientos.

—Cuando tus padres peleaban, seguro te enojabas con ellos ¿No es así?

—Dios, juro que cada vez…

—Lo único que calma a los niños es ver que todo está bien… así que todo está bien ¿Verdad… "Caitlyn"?

Su nombre había salido tan forzado, viendo como se deslizaba entre los apretados dientes de la tiradora que creyó que nunca nadie se había esforzado tanto por nombrarla.

Con un gesto de la cabeza de Jinx, la sheriff pudo corroborar que la menor aun las miraba.

—Solo sígueme el juego… detective.

—Ah… es verdad, todo está bien— terminó comentando aun en el incomodo abrazo.

—Mmhm mmhm— exclamaba la anfitriona asintiendo exageradamente— Todo esta bien… yo… te perdono.

— ¿Qué?

—Sí, te perdono… por ser un grano en el cu… te perdono por golpearme y dispararme— se corrigió con apremio, pero solo logró que la oficial la mirara aun mas extrañada— Dios, vamos… que lentas eres.

—Oh… ¿Gracias?

—De nada, de nada, sé que no puedes vivir sin mí y sin mí aprobación. Imagínate un mundo en el que no te dirija la palabra.

— ¿Cómo si hubieras muerto?

—Se que te hace ilusión, pero no sueñes tanto— comentó ignorando la sonrisa irónica de la otra— ¿Tu no me quieres pedir perdón por nada?

—Solo por no meterte un tiro antes que se abriera ese maldito portal… lo lamento tanto.

Ahora ambas se sonreían dura y cínicamente. Caitlyn comenzaba a perder la paciencia por tenerla tan cerca mientras le torturaban el hombro, pero entonces Jinx volvió a hacer un nuevo gesto con la cabeza, esta vez no hacia arriba sino hacia un costado.

La oficial miró con disimulo y pudo ver a la menor a la par de un escritorio, un poco escondida. ¿Tan rápido había bajado?

— ¿Lo ves?— preguntó la de pelo celeste, dirigiéndose a la niña— nos llevamos bien… todo esta bien entre nosotras ¿No es así… "cielo"?

Antes de que Caitlyn pudiera preguntar, la otra tiradora se acercó a su rostro lo suficiente y apoyo sus labios sobre los suyos de manera torpe. Se asqueo de inmediato y la empujó con fuerza, apuntándole con el arma ahora a una distancia más considerable.

Jinx levantó sus manos, pero mantenía una sonrisa de burla en su rostro que solo se ensanchaba más al ver el desagrado en el otro rostro.

No dijo nada más y se acercó a la niña, aun teniendo en la mira a la criminal. Esta vez cuando Caitlyn le extendió la mano, la menor la tomó obedientemente.

—Cumple con tu parte del trato— dijo mas como una amenaza que como otra cosa y Jinx no dijo nada, solo se les quedo viendo mientras se alejaban.


Nota del autor:

Esto avanza inclusive más lento que Oro y Sangre… y ese si que avanzaba lento, loco, 21 capítulos para un beso, vamos… vamos.